Juro solemnemente que mis intensiones son buenas - Lo que pudo ser de la orden del fénix

Harry Potter - J. K. Rowling
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Juro solemnemente que mis intensiones son buenas - Lo que pudo ser de la orden del fénix
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La última travesura

Una ventaja de que la barrera este ausente es la facilidad con se puede colar personas sin ser identificadas por el director de la escuela. La desventaja, era que ahora no debían de preocuparse por golpearse con una pared invisible, sino también con un posible dementor que los vigilaba dispuesto a devorarlos independiente de si eran un estudiante, profesor, o infiltrado no autorizado.

 

Desplazándose hasta el campo de quiddish, Harry se removió nervioso mirando a Severus quien avanzaba. Su paso había sido cauteloso, deteniéndose a veces cuando por el rabillo del ojo podían identificar la silueta negra de los dementores o una señal clara de su presencia gracias al repentino frio en el aire.

 

Según lo que Harry había escuchado en los camarotes y en la sala común, se estaba volviendo una clase de reto en los últimos años el enfrentarse a un dementor, algo que no podía entender por nada del mundo y que lo hace poner los ojos en blanco y mentalizar a Severus soltando un “los adolescentes son tan idiotas” como si no fuese uno.

 

Pero volviendo ahora. Remus los saludo con una sonrisa tranquila desde el centro del campo, traía su capa de invisibilidad colgando de su brazo, y a su costado Sirius, los miraba con expresión seria.

 

“Estaré aquí esperando” le aseguro Severus y Harry asintió con la boca seca, mirando una vez hacia atrás, asegurándose de que aún seguía ahí, para finalmente encontrarse con los últimos dos merodeadores.

 

“Hola, Sirius” saluda Harry tímidamente y su padrino sonríe preguntándole si no va a abrazarlo. Un peso en sus hombros se levanta debido a eso.

 

Sirius no lo odia, piensa aliviado haciendo precisamente eso para ser envuelto por el adulto con fuerza.

 

“No lo voy a secuestrar, lunático” se queja su padrino cuando le pregunta a Remus cuando planea dejarles un espacio para hablar a solas. Casi puede sentir la reticencia de Remus que se esfuma para alejarse unos cuantos pasos.

 

Ahora más en privado, Sirius pasa su brazo por el hombro de Harry y ambos comienzan a caminar tranquilamente por el campo mirando a veces las gradas vacías, el cielo oa ellos mismos mientras hablan de sus deberes escolares, de cómo es la nueva directora, pareciendo rodear lo que los ha convocado.

 

“Sirius” llama Harry, deteniéndose.

 

Su padrino lo mira con una sonrisa y un sonido de que lo está escuchando.

 

Sabe que la noticia no será bienvenida, puede intuirlo, Harry no es tonto, pero eso no quita el deseo doloroso que ha desarrollado todos estos años por el constante abandono de satisfacer a un adulto.

 

“Severus me adopto formalmente” informa con su padrino tensándose físicamente. El silencio es fuerte, el brazo que lo envolvía se aparta y Sirius lo mira con una expresión de profunda confusión y dolor, casi le recuerda a un niño cuando le pregunta un “porqué ha hecho eso” que deja a Harry parpadeando.

 

¿Qué porqué lo ha hecho?

 

La pregunta resuena profundamente y llega a una conclusión cálida que lo hace sonreír.

 

“Porque lo quiero y él me quiere, Sirius” y su padrino suelta un pequeño “no” adolorido para pedirle que lo escuche, mientras lo toma de los hombros y lo mira a los ojos inclinándose un poco.

 

Casi puede sentir la mirada de Severus y Remus en su figura, sabe que si algo pasa ambos saltaran a protegerlo. Ahora Harry ya no está solo, tiene gente que lo quiere y lo cuida, pero desearía que Sirius pudiera también entenderlo.

 

“Pero yo te quiero…” le susurra Sirius con dolor tomando su rostro “podríamos ser nosotros, yo podría ser tu padre, Harry” le asegura determinado y la sonrisa de Harry cae para mirarlo con dolor.

 

“Y yo también te quiero, pero tú eres mi padrino, Sirius…y Sev es mi padre” responde viendo como Sirius está congelado, mirándolo atentamente para apartarse de Harry cuya sonrisa cae poco a poco.

 

Observa a Sirius negar con la cabeza, Harry insiste diciéndole que eso no significa de que lo quiera menos, porque no es así, lo sigue queriendo igual que antes, pero su padrino se seca la nariz con la manga, sorbeteando, para respirar profundamente y asentir a algo que solo sabe su mente.

 

“Por favor, quédate, Sirius” pide Harry, pero no con miedo, no es un ruego, es una solicitud, una afirmación segura que hace a Sirius mirar el suelo y morderse los labios.

 

“…Necesito tiempo…cachorro…” concluye y Harry no sabe que decir a ello mas que un “de acuerdo” que tiene un sabor amargo.

 

Ambos se observan unos segundos hasta que Sirius asiente comenzando a caminar de regreso, hacia donde Remus se encuentra pasando por su lado sin mirarlo ni decir adiós en un silencio que lo deja profundamente preocupado. El dolor es sordo, Harry traga duro y se dice a si mismo que no llorara, sin embargo puede sentir como una lagrima se escapa, la seca con su pulgar y pronto escucha un par de pasos acercándose.

 

“Black es terco, pero no tonto…” le dice Severus atrayendo su atención “dale tiempo…” aconseja con Harry asintiendo, dejando que Severus le pase el brazo por los hombros y el se apoye a su costado brindándole apoyo silenciosamente.

 

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Lo único que se escuchaba era el sonido de las plumas contra el papel que cortaba la piel.

 

“No debo de romper las reglas”

 

El salón estaba completamente lleno, a su lado estaba irónicamente Pansy y detrás de ambos estaban Hermione y Ron escribiendo. Delante de ellos, sentada orgullosa, estaba Umbridge mirándolos con satisfacción coloreando sus rostros.

 

Silencio.

 

Silencio.

 

Un retumbar los detiene unos segundos confusos. Miran alrededor, Umbridge frunce el ceño haciendo ese carraspeo propio de ella para indicarles que volvieran a sus tareas.

 

El sonido de las plumas retoma, pero el retumbido parece comenzar a avanzar en sus pasos, tanto que pronto Umbridge está bajando del podio para caminar por el pasillo decidida y molesta, abriendo la puerta para ser empujada bruscamente por dos escobas que entrar al salón con un vuelo errático seguido de una lluvia colorida de fuegos artificiales que forman diversas formas, uniéndose en un gran dragón que hace a todos bajar la cabeza y cubrirse mirando como este persigue por el pasillo a la nueva directora que corre tanto como lo permite su apretado vestido rosa haciéndola caer al suelo junto a todos los marcos que contenían cada decreto establecido que se rompen en cientos de pedazos en un bullicio que más que asustarlos los envalentona.

 

Es el momento, deciden todos de una forma sorprendentemente al unísono enviando los papeles a volar corriendo por el salón con Umbridge quejándose al respecto para encontrarse en el patio con un completo espectáculo.

 

Fred y George Weasley lanzan artificios aquí y allá que asombran tanto a estudiantes como profesores que hacen sonidos de asombros.

 

Finalmente, entre figuras danzantes y luminosas en el cielo, se forma una gran W y tan rápido como habían llegado ambos gemelos Weasley desaparecieron entre la multitud.

 

Harry lo sabia de forma amarga. Eso era un adiós.

 

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Sirius.

 

Sirius y Harry.

 

Sirius, Harry y Severus.

 

“¡Agg!” se quejó Remus frotándose el cabello de pie en medio de la escalera de una de las torres. Dándose cuenta de que se había dejado llevar por sus pensamientos, saludo tímidamente a unos alumnos de hufflepuff que eran demasiados amables como para darse media vuelta y correr escaleras abajo porque su profesor de artes oscuras había perdido la cabeza.

 

¿Por qué todo tenia que ser tan difícil? Piensa cansado apoyándose en el barandal.

 

“No es como que fueran a cambiar de la noche a la mañana” murmura mirando el techo.

 

Él mismo había tardado en aceptar a Severus en…¿Qué? ¿un año? ¿año y medio? ¿menos de eso? ya no esta tan seguro. Severus en realidad ahora le parece más sencillo que Sirius, ambos claramente tienen un peso que arrastran, pero Severus es mucho más maduro que Sirius y claramente más duro consigo mismo.

 

Demasiado duro a veces también.

 

Si tan solo pudieran limar un poco sus asperezas Remus también podría…

 

Niega con la cabeza. Se esta yendo a las nubes de nuevo. Lo mejor es que se enfoque en el aquí y ahora. Sirius se ha negado a contestar sus cartas y Umbridge no le pone fácil la posibilidad de salir a verlo a Hogsmeade. Ahora que los gemelos abrirán un negocio patrocinado por él, seria una buena oportunidad para su amigo de comenzar de nuevo.

 

“Si tan solo se molestara en dar señales de vida…” piensa deprimido observando por primera vez algo curioso.

 

Seguía en la misma posición de hace unos minutos, cuando sus alumnos lo saludaron. Mirando alrededor confuso, se encontró con otras alumnas un par de escaleras abajo, ambas parecían igual de descolocadas que él, mirando cautelosas las escaleras mientras discutían sobre porque no se estaban moviendo.

 

Entonces no era solamente su idea…las escaleras no se han movido.

 

“Que curioso…” piensa en voz alta archivando todo en su cabeza.

 

Tiene que tomar el pasillo que esta a su disponibilidad ya que si sigue esperando llegara tarde a su próxima clase.

 

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“Ey ¿Qué esta ocurriendo?” pregunto Ron a Pansy quien se encontraba junto a otros slytherin de pie frente a la puerta del aula.

 

Ella lo mira aburrida con las manos en la cadera y luego a la puerta, explicándole que intentaron abrirla con magia, pero ni el profesor Malfoy pudo lograrlo a lo que ron pone los ojos en blanco, momento que el maldito Malfoy menor lo golpea con un pergamino en sus manos detonando una discusión.

 

“¡¿Qué te pasa, Malfoy?! ¡¿quieres pelear?!” exclama Ron y Draco se burla diciéndole que no le da miedo en los más mínimo.

 

Pronto Hermione esta entre ambos pidiendo que se calmen justo a tiempo que el señor Malfoy aparece por el pasillo con su ridículo cabello largo revoloteando con cada paso y en serio, ron hace otra mueca recibiendo esta vez un golpe por parte de Hermione.

 

“Se educado” regaña.

 

Y el maldito de Malfoy le hace burla detrás de Hermione.

 

“¡No es justo!” se queja hacia Pansy quien para su irritación le dice que deje de ser un bebé.

 

Bien, si todo el mundo esta contra ron hoy, Ron estará en contra del mundo.

 

Todo por culpa de una estúpida puerta.

 

“Estúpida puerta” murmura con Harry levantándole las cejas divertido.

 

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Remus estaba tarde al almuerzo. No es que a Severus le moleste, en realidad la mitad de la mesa principal y algunos puestos de los asientos del alumnado se encontraban vacíos lo que lo hacía sospechar y también preocuparse de que algo se estaba perdiendo, pero tenia cosas mas importantes por ahora a las que prestarle atención. Como que el sapo en cuestión se tomara la copa que cuidadosamente fue envenenada.

 

La solución había sido bastante simple de hacer. Merlín sabe que ha hecho demasiados venenos para alguien de su edad. Eso solo servía para fortalecer su idea de que era en todas las palabras el veneno perfecto para su situación actual.

 

Una solución inolora, incolora y sin gusto, podía ser fácilmente pasada por alto y cuando los síntomas afloraban podía confundirse con algún malestar intestinal y cuadro de gastroenteritis para pasar finalmente a síntomas de una intoxicación alimentaria de alta gravedad.

 

Lentamente, como si fuese el más exquisito vino, Umbridge tomo gota a gota de su lenta muerte hasta que no hubo más, y la copa desapareció mágicamente de sus manos hechizada por su fiel cómplice.

 

Le había dado cuidadosas instrucciones a Dobby, quien por cierto ya no estaba dándole la posición post transformación a Remus, así que hacía que todo fuese menos demandante de atención.

 

“Llegas tarde” regaña sin mirarlo cuando Remus se sienta a su lado derecho visiblemente agotado.

 

“Las malditas escaleras no están de buen ánimo” murmura con un tono falsamente educado acompañado de una sonrisa a varios alumnos que aparecen por la puerta principal y le sonríen agradecido.

 

No necesita preguntar ya que Remus comienza a explicarle como se vio obligado a tomar el camino largo acarreando a varios estudiantes que estaban perdidos por varios pasillos porque las escaleras se negaban a cambiar de lugar.

 

Justo a tiempo llega Lucius un poco despeinado tomando asiento a su izquierda.

 

La ceja de Severus se levanta al ver brevemente un dejo de un chupetón en su cuello.

 

Demasiada información.

 

“¿También te retuvieron las escaleras?” pregunta curioso Remus.

 

Lucius no capta al inicio aun perdido en…Severus no quiere pensarlo para conseguir finalmente su mente y soltar un demasiado seguro “ohh, SI SI, malditas escaleras” y en tono feliz saludando con su copa.

 

Severus levanta una ceja en su dirección.

 

Lucius parpadea inocentemente para inclinarse ligeramente, abriendo su boca y gracias a Salazar Severus es más rápido.

 

“NO- quiero-saberlo” puntual y Lucius le frunce el ceño claramente decepcionado

 

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“¡No puedo creer que lo hicieron!”

 

“¡Fue asombroso!”

 

“Primero hicieron ¡puff! y luego ¡sash!”

 

“Mamá va a matarlos” se regocijo Ron con la boca llena en la mesa de gryffindor. En su mano estaba una pierna de pollo firmemente atrapada.

 

Ginny y Hermione hacen una mueca de desagrado por sus modales.

 

Los murmullos de hoy eran los mismos de hace tres días exactamente, nadie podía dejar de hablar de la llamada “ultima travesura” y como los gemelos Weasley habían decidido saltarse la graduación para abrir una tienda de travesuras en Hogsmeade junto al ex convicto Sirius Black. Aspecto que ha sido muy destaco en la prensa y que, Hermione a usado para burlarse de la sociedad mágica tachándolos de morbosos y tontos.

 

“Pero tu papá está feliz ¿no?” pregunto Neville tratando de verle el lado positivo como siempre a la situación “quiero decir, ellos serán unos empresarios” afirma emocionado a lo que Ginny se encoge de hombros con una sonrisa.

 

“Claro…empresarios, pero dile eso a mi mamá” se burla ron para mirar a Harry, preguntándole si no ha tenido noticias de Sirius.

 

Harry aprieta los labios pensando en como responder a esa pregunta.

 

Le había explicado en términos muy superficiales a ron que su cuidador finalmente había decidido adoptarlo y que Sirius no había respondido bien a aquello diciendo que necesitaba tiempo. Viendo su obvia incomodidad y decepción por ello, su amigo había tratado de no preguntar demasiado al respecto, algo que Harry agradecía.

 

Esperaba que pronto todo este tema del secreto pudiera solucionarse. Le gustaría que estas vacaciones, si todos salían claramente con todos sus miembros intacto, cosa que no estaba realmente seguro de ello, pudiera invitar no solo a Ron, sino también a Neville, Luna y Ginny a la casa en la playa con Severus, Remus, Hermione y los Malfoys.

 

¿Y quién sabe?

 

Si la vida quería sonreírle a Harry hasta Sirius podría acompañarlos.

 

“No ha dicho nada por ahora, Ron” respondió suavemente consiguiendo unas palmadas en su espalda.

 

“Tranquilo, debe de estar tomándose su tiempo”

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