Juro solemnemente que mis intensiones son buenas - Lo que pudo ser de la orden del fénix

Harry Potter - J. K. Rowling
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El castillo berrinchudo

Le gustaría no pensar que lo primero que le vino a la cabeza al estrellarse contra el frio y duro suelo fue que se había caído de la cama como un niño estúpido. Pero lo fue, para luego parpadear confuso cuando no fue la cúpula de su cuarto lo que vio ante sus ojos, sino un techo firme hecho de ladrillo y posteriormente el rostro de Dobby asomándose por sobre el propio.

“¡El profesor Snape se ha despertado!, ¡Dobby lamenta como despertó al profesor Snape!” exclama con ese tono chillón, insufrible siendo demasiado temprano.

Sentado sobre el suelo, miro confuso el pasillo de piedra en el que se encontraba.

¿Cómo había llegado allí? Su pregunta debe de estar escrita en su cara porque Dobby levanta las orejas comenzando a moverse sobre la punta de sus pies.

“¡El profesor Snape caminaba dormido! Dobby no podía despertarlo así que Dobby hizo aparecer una pared” explico lo cual hacia sentido con el dolor de la nariz que estaba sintiendo.

Esperaba no habérsela roto, ya había tenido demasiadas veces reparándola.

“Entiendo…” piensa mirando alrededor nuevamente sin ubicarse, aunque era más fuerte el pensamiento de que todo esto estaba comenzando nuevamente y porqué precisamente, hace meses que no caminaba dormido, habito que sin duda agradecía de haberse esfumado, aunque no lo suficiente evaluando sus circunstancias actuales. Al menos se felicitaba por tener el hábito de usar un pijama de dos partes y no un camisón para dormir como es propio en el mundo mágico “¿Dónde estamos?”

“¡Oh! Estamos en cercano al corazón del castillo, ¡el profesor Snape camino mucho tiempo dormido!” exclama a lo que Severus pregunta si nadie más lo vio con Dobby afirmando que se aseguro de desviar la atención de Filius, a quien le tocaba guardia esta noche.

Severus suspiro cansado “veo, gracias” comenzando el camino de regreso con el frio de la piedra calándolo por sus pies descalzos.

Nunca tuvo el habito de dormir con calcetines, la ropa solía escasear de niño y de adolescente ya estaba acostumbrado, el frio casi que lo relajaba a veces y aquí, en el silencio del pasillo se dedico a pensar unos minutos en la larga tarea en que se había comprometido.

Le habían aprobado la solicitud de adopción. Eso significaba que ahora tenia un hijo, algo que en realidad nunca paso por su mente gracias a su difícil vida y disfuncional familia. Sabia las cosas que no debía de hacer, estaba inventando su camino en base a suposiciones y como a él mismo le hubiese gustado ser tratado en su adolescencia.

Al menos Remus parecía tener más fe en él que el propio Severus en su persona.

No estaba muy cómodo con informarle al licántropo la respuesta dada su anterior reacción a la noticia de su solicitud. Están pasado por mucho estrés en su día a día y se encontraba reacio a sumar más a la pila. Aun así…Severus se había dirigido la noche después de la investidura a su oficina, ubicada en la torre de gryffindor a través del flu, tendiéndole el documento en silencio mientras Remus lo abría primero confuso y después sorprendido.

Trataba inconscientemente de engañarse incluso, decirse que no espera su aprobación para seguir con su noche, pero un peso se levanto de encima cuando el rubio le tendió el pergamino de vuelta y le sonrió con suavidad avanzando para su sorpresa en lo que se transformo en un abrazo.

“Gracias por cuidar de Harry…” murmuro Remus dejándolo sin palabras con él completamente tieso y el rostro ligeramente colorado.

Esperaba hacerlo bien.

Deseaba hacerlo bien.

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“Quiero ver a Sirius” pidió Harry con esa seguridad propia de él, inconsciente de como Remus se encogió emocionalmente ante la idea.

La verdad era, que no le habían informado nada de lo que estaba ocurriendo dentro de la orden. No solo porque no era el lugar de Harry saberlo, como no era el lugar de la señorita Granger hacerlo, sino porque el mismo Remus no podía dar una certeza fija de que estaba ocurriendo o que iba a ocurrir en un futuro.

Ahora la mayor preocupación de todos era sobrevivir dentro del castillo, proteger a los estudiantes y no estaban siendo muy efectivos para gran frustración suya, tanto es la ocupación actual de su carrera que el propio Severus ha admitido que no ha tenido el suficiente tiempo como para seguir en la investigación con los horrocrux y si eso no era un indicio de la gravedad de todo Remus no sabia que más podía serlo porque Severus SIEMPRE encontraba tiempo para todo.

Y ahora Harry quiere hablar con Sirius, pensó para sus adentros tomando su quinta taza de té en la noche, aunque esta ya era de madrugada porque las cosas no andaban bien, no importaba cuanto Umbridge quisiera pretender que así era. Llevaban una semana desde su mandato dictatorial (han comenzado a llamarla de esa manera dentro del profesorado) y las cosas van de mal en peor comenzando con el castillo.

Esta noche fallo la calefacción.

Mágicamente el castillo siempre ha mantenido una temperatura aceptable, si se vuelve aun más frio el exterior se encienden las chimeneas y todo es mucho más cálido. Sin embargo anoche algo paso, porque por más que Remus prendía el fuego la maldita torre parecía el polo norte, hasta el punto de que tuvo que traer a varios niños a que se instalaran frente al fuego sirviendo raciones de té y sopa que parecían perder día a día el sabor tan característico.

Poco a poco, según pasaban los minutos y algunos niños vean la escena, se fueron sumando mas y más gryffindor acurrucándose en un circulo junto a Remus, arrastrando sus sabanas y diferentes colchas mientras charlaban de todo y nada.

Era acogedor, cálido aun cuando el frio era lo que los había traído a esta situación.

“Nos alegra que este con nosotros profesor” le dice un estudiante de tercero después de hablarle de como antes eran las cosas como la profesora Mcgonnagal como jefa de casa.

Remus había bromeado en respuesta aludiendo a que eso no los haría tener permiso para desvelarse lo que trajo consigo una serie de quejas y lamentos.

Pronto los gemelos comenzaron a exponer algunos de sus trucos, y las chicas comenzaron a cuchichear como si no les importara que se enterara de sus problemas amorosos, apuntando a veces juguetón o en forma de regaño a algunos compañeros que se burlaban de lo cliché del asunto.

“Basta” tranquilo sorbiendo su chocolate caliente, los estudiantes se rieron de su regaño, aunque eso no evito que la señorita Patil Parvati levantara la voz envalentonada a Ron Weasley.

“Venga, todo el mundo sabe que Weasley esta congeniando con Parkinson de Slytherin” a lo que todos a su alrededor abren la boca entre horrorizados y emocionados del chisme y la vergüenza que le sube por el cuello hasta volver el rostro completamente rojo.

“N-no es cierto”

“¡Yo los vi hablando en las gradas!” responde la joven.

Harry a su lado se ríe con las cejas en alto mientras Colin Creeve intenta tomar una fotografía de Ron quien rápidamente se cubre el rostro del flash. Todos a su alrededor, afectados por la luz se quejan al respecto frotándose los ojos.

Esta apunto de intervenir al respecto cuando, para su sorpresa y la de muchos, Ron levanta la cabeza soltando un decidido “¡¿Y qué si hablamos?!” escuchándose un “Uuuuuhhhhh” de coro.

Adolescentes. Piensa Remus divertido.

“Que estás congeniando con el enemigo, ¡Weasley!” suelta Seamus congelando a Remus en el acto mientras las palabras se reproducen en su cabeza.

El enemigo.

Un frio se desliza por la columna y el mundo se vuelve demasiado oscuro cuando piensa detenidamente que esas palabras han salido de la boca de un adolescente de apenas quince años.

“¡Basta!” se encuentra ordenando.

Todo sus estudiantes se quedan en perfecta calma, sorprendidos de su tono y no ha de ser menos, porque el mismo Remus se sorprende un poco de lo rápido que su corazón se ha disparado.

“Aquí nadie es el enemigo de nadie”

“Pero profesor-” sueltan a su derecha.

La izquierda es más rápida completando con “¡son slytherin!”

“¿Y qué?” pregunta mirando a todos que se encogen ligeramente “¿acaso eso los impide de por si ser amigos? Muchas veces, entre los propios profesores, nos sorprende esa rivalidad que parecen gestar entre ustedes mismos. Esta bien que se enfrenten por un partido de quiddish, pero todo termina ahí, después eso, afuera, sus colores no los definen, no los hacen buenos, ni malos, solo personas inmaduras si siguen concentrados en esas pequeñeces” informa con todos en silencio que se rompe cuando un alumno de primero, que identifica con el señor Marcus Madson levanta tímidamente su pequeña mano llamando la atención de todos.

"...Mi hermana es slytherin y es molesta...pero no es mala" confía encogiéndose de hombros sin apartar la mirada del suelo.

 

Extendiendo la mano, aprieta suavemente el hombro del niño al que asiente recordando a una niña con el mismo apellido en primer año de slytherin. Gemelos, había dicho Severus en la selección y era curioso como se habían separado en sus respectivas casas.

Es el señor Thomas quien pone los ojos en blanco para escupir que eso podía decírselo a Snape.

Remus lo mira con las cejas levantadas soltando un resoplido.

“Bueno, todos sabemos que el profesor Snape es bastante único” informa con un significado diferente al que hace reír a los alumnos “sin embargo, eso no quita que, aunque no lo parezca, el profesor Snape se encarga de cuidarlos tanto como yo, solo tienen que pensar en lo peligroso que es la materia de pociones, cualquier cosa puede explotar y les diré un secreto” susurra captando la curiosidad de todos “el profesor Snape les tiene un hechizo protector a cada pupitre de su salón, ¿Cuánto es en total mh?”

“Treinta puestos aproximado, dependiendo de la clase” contesta la señorita Granger y Remus asiente.

Los alumnos miran sorprendidos.

Remus levanta las cejas resaltando su punto.

“Eso es un gran trabajo. Es importante que entiendan que aquí todos ustedes van a un mismo objetivo, ser grandes magos y brujas, algunos van por caminos mas largos, otros por caminos mas cortos, pero nadie aquí es el enemigo natural del otro, y en cuanto a los profesores…les puedo asegurar que ninguno de nosotros quiere dañarlos, mucho menos el profesor Snape” termina sonriendo suavemente.

Es la señorita Lavander Brown quien lo mira curiosa.

“Oiga profesor ¿le agrada el profesor Snape?”

Remus parpadea en su dirección.

“Por supuesto” y su alumna lo mira con escepticismo.

“¡Sea sincero profesor!”

“Siii, aquí nadie lo acusará” responde Patil divertida y algunos alumnos se ofrecen a defenderlo.

Remus los mira divertidos agradeciendo su oferta.

“Es verdad, me agrada mucho el profesor Snape, es una persona bastante admirable” afirma y todos a su alrededor tienen la boca abierta.

“Por Godrick profesor, usted es extraño” bromea el señor Creeve haciendo reír a todos en la sala.

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“¿Es idea mía, o los elfos domésticos parecen estar perdiendo su toque?” murmuro Pomona empujando con su tenedor la presa de pollo a medio hacer a un costado de su plato para levantarse e ir a ver como estaba la propia comida de los alumnos.

Desde el centro, Umbridge sonreía espeluznantemente como si no la hubiera escuchado…

Remus agradecía madrugar para poder elegir su asiento lo más alejado posible de ella. Minerva no tuvo la misma suerte, como tampoco Pomona quienes parecen haber salido después de unos pendientes quedándose con lo que quedaba.

Lanzo unas miradas hacia Severus que parecía decidido en no consumir nada este día. Remus suspiro para sus adentros poniéndose la etiqueta mental de buscarle algo de alimento. El lobo dentro de el se retorció emocionado ante la idea.

“No te emociones tanto” murmuro internamente recordando que el único motivo por el que ahora Harry quería ver a Sirius de forma tan urgente se debía al traspaso de la tutela y adopción que Severus había hecho, algo que, al parecer, Sirius también había solicitado solo que no contaba con la influencia malfoneana para aprobar el papeleo.

Caminando hacia su oficina guardo en su bolso algunos libros y pergaminos corregidos. Lo mejor seria tomar el flu pensó ordenando todo para su clase de hoy.

“¿Qué Snape es el espia? ¿y quien dice que no nos espia también a nosotros?” suelta Sirius furioso de pie ante la ventana.

Remus se mantuvo firmemente en la puerta con Shakelbotl a su derecha. Parece ser que el tiempo atado le ha servido a su amigo para calmarse y pensar mejor las cosas, aunque eso no significa que la clara distancia no le duela en absoluto.

“El director confía en él”

Sirius se burla.

“¿Crees que yo confió aun ese anciano?” pregunta y el corazón de Remus se encoge.

Hubo un tiempo donde todos creían ciegamente en el director. Ese tiempo ha acabado, como lo hace también la juventud.

“Harry confía en él…” murmura y el silencio se toma el cuarto “en realidad, Harry lo quiere mucho, Sirius…” dice suavemente y el Black voltea con los ojos enrojecidos. No hay odio en su mirada, solo dolor.

“Harry…lo único que tenia…en esta vida…era a Harry” respira “y ese bastarlo, me lo quito”

 Los cinco alumnos, de gryffindor y ravenclaw de segundo año que siempre llegan temprano lo miraron desde sus puestos atentamente.

Remus se volvió a mirar el reloj del salón.

Ya debería de ser la hora en que todos estaban en clase.

“Uh…¿y los demás? Ya es la hora de comenzar la clase” informo parándose frente a su escritorio llevándose las manos a la cadera pensativo.

Amelia Bexter, una chica que le recordaba bastante a Hermione que solo que poseía un vibrante cabello rubio completamente liso hasta los hombros perfectamente recto, levanto la mano insistentemente hasta que Remus le dio la palabra.

“Están tratando de cruzar las escaleras” informo con Remus frunciendo el ceño confuso.

“¿Cruzando las escaleras?” hizo eco cuando un grupo de alumnos entro a trompicones con el rostro sonrojado por lo que parecía esfuerzo, sentándose aliviados en sus puestos para mirar a Remus agotados.

Resulta que las escaleras habían comenzado a volverse erráticas. Cambiando bruscamente el patrón de su giro o negándose como tal a conectarse con el otro extremo, casi parecían enfunfurruñadas de forma caricaturesca, lo que los llevo a avanzar lo más rápido que podían por los escalones intentado cruzar la mayor cantidad de personas.

Era una acción peligrosa, casi podía imaginar a algún alumno cayendo por error de calculo al vacío. Remus tomo nota de informar de esta situación al resto del personal antes de volver a retomar su clase.

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Hermione grito. Sí, grito. Ese grito agudo que las chicas suelen hacer cuando están emocionadas y que sube de nivel mientras alto sea la emoción, haciendo a los oídos de Harry doler, llevando sus manos a cubrirlos rápidamente para pensárselo mejor y cubrirle la boca, idea que Draco ya había pensado previamente por lo que fueron ambos una barrera muy efectiva, aunque a su amiga no le gusto demasiado quitándoselos de encima rápidamente.

“¡OH POR MERLIN! ¡FELICIDADES, HARRY!” brinco hacia adelante envolviéndolo en un fuerte abrazo con Draco frunciendo el ceño y quejándose de que él no recibía nada a cambio cuando fue idea suya.

Algo que solo le gana un golpe directo a la costilla por el codo de Hermione.

Los tres se habían escondido en el baño de chicas, haciendo prometer a Myrtle que les avisaría en caso de que alguien se acercara.

“¡Ahora no tendrás que volver nunca a la casa de tus tíos y el profesor Snape y el profesor Lupin serán tus nuevos padres!” exclamo emocionada algo que se contradijo totalmente con la expresión de horror de Draco que cayo en picado.

“¡¿Qué cosa?!” exclamo con Hermione cerrando la boca de golpe.

A Draco obviamente ya no había manera de engañarlo.

“No, no, no, ¿Cómo que Lupin será el padre de Harry si se supone que Severus ya es el padre de Harry?” pregunto confuso mirando entre ambos para después iluminarse y preguntar irritado si Remus planea pedir su custodia a lo que Harry contesta rápidamente que intentando calmar las agua “¿Entonces?” insiste.

Hermione mira a Harry apenada, a él no le queda mas remedio que suspirar cansado.

“Bien, escucha, no te pongas loco-”

“Oh, si como no” interrumpe Draco con sarcasmo a lo que Harry lo ignora siguiendo.

“Pero…creemos que a Remus le gusta sev” explica con su voz un poco chillante mientras siente que se sonroja ligeramente.

Hermione por su lado sonríe enormemente dando brinquitos en la punta de sus pies.

Draco es todo lo contrario, se ve absolutamente horrorizado.

“¡¡¿¿QUE QUÉ COSA??!!”

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A esto han llegado…a reunirse en medio de la noche como una maldita secta, y Severus tiene experiencias con sectas así que no hay nada de errado en su aseveración, piensa mirando a todas sus contrapartes sentados en medio de la habitación de los menesteres que fue anteriormente FISCALIZADA.

Les faltan la iluminación de mala calidad y las miradas locas para que sean lo suficientemente adecuados para postular como aquelarre del señor tenebroso.

Aunque lo más divertido, a su parecer, es que es casi como si fuesen un paralelismo de los estudiantes que antes se encontraban en detección y todo seria mucho más serio si no estuvieran la mitad de ellos, y se refiere a minerva, Pomona y Vector no se encontraran con su ropa de dormir porque las tres brujas sentenciaron que si iban a trabajar horas de más al menos lo harían cómodas.

Lucius parece un poco ofendido con el tema sino fuera por su propia esposa se unió rápidamente a la idea colocándose una pijama de dos piezas con una bata roja de seda.

¿Cómo llego Narcissa a una reunión? Ya ni se molesta en saberlo.

“¡Tenemos que hacer algo!” exclama Filius.

“Llevamos teniendo esta afirmación desde inicio de año y aun no llegamos a ese algo” punto Severus con Minerva poniendo los ojos en blanco.

Lo único que parece mantenerlos a todos despiertos es la olla de café que nunca se acaba y tienen suerte que este ahí porque el castillo ha andado de muy malas esta semana.

“La sala común de hufflepuff esta congelándose y eso que las cocinas siempre nos ha mantenido tibios, y ni mencionar de las plantas, por más agua que apliquemos siguen decaídas las pobres” se queja Pomona con Filius diciendo que las plantas es lo mínimo de que hay que preocuparse. Es una pésima elección de palabras porque la bruja lo mira ofendida.

“Solicite una leche descremada y vino ¡Con crema! Casi no pude salir del baño” se queja y Lucius lo mira asqueado diciendo que por favor detenga ahí su relato.

“Las cocinas cada vez parecen funcionar menos, me temo que llegara a un punto en que no aparezca un alimento consumible en el almuerzo” dice Minerva con Bathsheba murmurando un “si es que llega alimento” y de inmediato todos comienzan a soltar sus propias anécdotas con el castillo volviéndose loco.

Sin mencionar que la próxima semana será el arribo de los dementores para vigilar los alrededores.

“Es algo bueno que los estudiantes hayan practicado su patronum, aunque sea a escondidas…” suspiro Remus con Narcissa dándole palmaditas en el hombro.

“Iba a preguntar que opinaba el ministerio de esto hasta que recordé que el propio ministerio traerá a esas bestias” confeso Vector y Minerva se pone de pie preocupada pidiendo que se olviden del castillo por un instante.

“Debemos de hacer algo por los alumnos, aquellos que están en detención con esa bruja” pide.

Al parecer los castigos comenzarían a regir a partir de mañana, información que los tenia a todos alertas, nerviosos y preocupados de hasta que punto podria llegar todo.

Sin embargo Severus ya sabia que debía de hacer algo para terminar el reinado de terror de Umbridge, nadie más tenia el poder de sacarla del lugar, nadie quería mancharse las manos, pero él no tenia porque molestarse por ese tema. Sus manos hace años que desprendían sangre.

“La envenenare” informo en medio del pasillo haciendo a Lucius, Narcissa y Remus detenerse en seco.

“¿Disculpa?” pregunto Remus en shock con Narcissa asintiendo.

La Malfoy admitió sin preocupaciones que ella misma estaba considerando seriamente sus opciones por ese camino, sin embargo no tenia la sutileza ni menos la técnica como para intentar pasar desapercibida.

“Aguarda, ¿hablamos en serio?” pregunto Remus alarmado mirando a todos a la cara. Severus se encogió de hombros preguntándole si tenia una idea mejor. El gryffindor se queda en silencio unos segundo, admitiendo un no con un suspiro.

Las cejas de Lucius se levantaron por la confirmación, bromeando en que quien diría que un gryffindor estaría de acuerdo con un plan como este.

“Digamos que citare a nuestro querido ex director; es por un bien mayor” y todos hicieron una mueca de dolor al respecto.

“No la matare, eso seria demasiado sospechoso, solo la enfermare lo suficiente para dejar el cargo. Sin embargo, eso también implicaría tiempo” a lo que Narcissa pregunto de cuanto estaban hablando específicamente.

Severus hizo una mueca avanzando por el pasillo.

“Un mes máximo…”

Todos suspiraron.

Era demasiado tiempo, así como iban las cosas el castillo dejaría de funcionar en una semana y la visita de los dementores pondría a más de un alumno en peligro, pero si apresuraba las cosas…podria ser demasiado sospechoso y Lucius y Narcissa ya no tienen la misma influencia con el ministro paranoico.

Que algo le pase a Umbridge de un momento a otro solo empeorara el cuadro.

Tendrán que ser pacientes.


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