Juro solemnemente que mis intensiones son buenas - Lo que pudo ser de la orden del fénix

Harry Potter - J. K. Rowling
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Juro solemnemente que mis intensiones son buenas - Lo que pudo ser de la orden del fénix
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La traición

 

“¡No tenses tanto la muñeca!” Le exclamo Harry a Neville quien asintió de acuerdo, cambiando rápidamente su atención a una mirada decidida. Desde que su amigo había cambiado su varita era como ver a alguien nuevo. Harry se alegraba sinceramente de su crecimiento.

 

Siguiendo con su camino en la sala de los menesteres, barrio con los ojos a cada uno de sus compañeros que ahora practicaban con destreza el hechizo spelliarmus, uno contra otros con el objeto de desarmar lo más rápido posible a su oponente. En si las clases estaban dando grandes resultados, se habían establecido con éxitos sus rutinas y las disputas que en un origen podían darse por la diferencia de casas se han dejado hace varios días atrás dando paso a una solida camarería que los unía en un profundo respeto.

 

No se podía sentir más orgulloso por esto, su logro, el trabajo en conjunto que los ha llevado a ser mejores.

 

“¡Excelente, Pansy!” exclama Harry ante la slythering que desarmo con un rápido movimiento a Ron, quien le lanzo una mirada sorprendida y luego otra extraña que Harry no supo descifrar y poco importo que lo pensara cuando las puertas de la sala se abrieron de golpe, haciéndolos girar a todos en alarma.

 

El horror que corrió por su cuerpo no puede ser descrito de ninguna manera, pero si podía ser la satisfacción que coloreaba el rostro felizmente sonriente de Umbridge al entrar al salón con su chillante vestido rosa y sus tacones marcando el paso. Detrás suyo, Percy avanzo, aunque poco les importo cuando escucho a Hermione inhalar profundo al momento que sus ojos se encontraron con Draco, tenia una expresión en blanco y el corazón de Harry cayo a sus pies.

 

Imposible.

 

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El caos exploto de un segundo a otro. Era inentendible, pero todos sabían una cosa; había que huir.

 

Longbottom fue el primero en dar la orden gritando un fuerte “corran” para, contrariamente dirigirse al frente sacando la varita con valentía enfrentándose al hechizo que Draco lanzo. Era admirable, Pansy le daría el crédito, pero ahora no era el momento con todos los miembros comenzando a cruzarse entre sí, un intento inconsciente de confundir a Umbridge, monstruo que ordenaba desesperada a Draco, Crabe, Goyle y, para sorpresa suya, Percy Weasley que los atraparan a todos.

 

Debía de huir, escapar cualquiera sea el modo. No podía ser encontrada aquí, no era seguro para ella serlo. Una slytherin confabulando contra el ministerio, asociándose junto a gryffindor era imperdonable, su casa la expulsaría sin pensarlo y, sin embargo entre tanto alboroto, se encontró buscando una melena pelirroja, gritando “¡Ron!” entre la multitud para ser lanzada al suelo por una chica ravenclaw cuyos ojos furiosos la encontraron.

 

“¡Fuiste tú!” gruñó con ojos desorbitados pasándola por encima y Pansy hizo lo que juro nunca hacer ante nadie.

 

Congelarse.

 

No lo hizo cuando su padre le gritaba qué era una perra, siempre devolvió los golpes, mantenía el mentón en alto, pero el dolor emocional siempre fue más fuerte.

 

“¡PERCY, NO!” Grito Ron despertándola del trance para encontrarse con el gryffindor de rodillas ante ella, mirando furioso y angustiado a su hermano mayor quien le apuntaba con la varita.

 

¿Era esto a lo que se le llama la guerra?

 

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Avanzaron por el camino, la entrada principal a Hogwarts, con un paso cansado. La mañana finalmente los había alcanzado entre conversaciones, discusiones y propuestas, pero eso no les preocupaba, era finde semana y por ende los estudiantes solían olvidar fácilmente su existencia a fin de dormir un poco más y divertirse sin vigilancia.

 

Aunque eso no significaba que todo estaba resuelto.

 

Habían quedado muchas cosas en el tintero, sin embargo muchas otras habían salido a la luz como el servicio de Severus a lo largo de la primera guerra que los había dejado a todo en profundo estupor por ser el famoso espia que los había respaldado, el hecho de que Harry efectivamente se estaba quedando con él y como no eran los únicos arriba del bando.

 

“¿Los Malfoys? ¿es una broma?” pregunto Arthur para sorpresa de todos, ya que era el que parecía más informado de los sucesos que ocurrían bajo sus narices.

 

Severus asintió. Remus se rasco la cabeza.

 

“Sé que parece difícil, pero tal como otras familias lo único que les interesa es el bienestar del joven Draco”

 

“Permíteme dudar” murmuro Arthur en tono irónico con Albus tomando la palabra nuevamente, narrando como incluso Harry ya ha pasado algunas noches en la mansión y como Draco se ha quedado en su casa junto a Hermione Granger.

 

“Voldemort quiere poder, la manera de obtenerlo no es solo mágico, sino que los recursos son tan importantes, poner al ministerio de su lado, adquirir el poder sobre las familias mágicas más poderosas, es otra estrategia y campo en el que tenemos que estar prestando atención. Además…el hecho de ser un Malfoy y ser slytherin no lo hace indigno de ser protegido junto al resto de los jóvenes. Todos son mis alumnos y sé, que en otros tiempos mis acciones podía ser inclinadas hacia un lado, pero ya no más, todos los estudiantes merecen ser salvados de la oscuridad y el dolor”

 

Sin embargo, todo esto parece estar apenas comenzando. Piensa con Remus dirigiéndose hacia su oficina.

 

En cuanto a Black. Casi puede imaginar al ex prisionero de pie en su propia casa mirándolos marchar por la ventana. Todo era vago…Remus y Shackelbotl, siendo un miembro “neutral”, habían sido quienes entraron a negociar y según sus expresiones cansadas el juramento había sido sellado.

 

¿En que condiciones? No lo sabia, pero Remus les había jurado que no tenían de que preocuparse.

 

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De pie ante el escritorio del director, no pudo evitar sentir como el alivio y la preocupación se mezclaban en su pecho al ver a Cho siendo empujada por Crabe y Goyle al interior de la oficina. Había lagrimas en su rostro y sus ojos lo miraron arrepentida murmurando disculpas por ser tan débil y haberlos traicionado a lo que Harry solo la observó sin sentir nada más que lastima por ella.

 

Al menos no fue Draco, pensó recordando lo mucho que ambos habían pasado juntos. Le tenia estima a Cho, pero se sentiría profundamente desconsolado de decirle a Hermione que el slyterin los había traicionado. Gracias a Merlín se había equivocado en su suposición. Suspiro internamente con el auror shakelbotl, el ministro Cornelius y Umbridge de pie mirando al director.

 

Toda la situación se veía terriblemente mal, sabia que el nombre del “ejército de Dumblendore” sonaba ridículo, pero fue ingenuo, un tonto, porque no vio las consecuencias que todo esto podía implicar para el director, para Hogwarts.

 

Harry la había cagado en grande, tanto que ni siquiera podía imaginar lo que esto podía significar para Sev y Remus, a quienes no les había querido informar de sus planes y ahora no hay más opción, lo sabrán y espera que no sea con su inminente expulsión.

 

Hermione tenía razón en primer año. Este escenario sonaba peor.

 

“¿Lo ves, Cornelius?” pregunta Umbridge sacando pecho, como esos pavos reales que había en la mansión Malfoy, manteniendo el mentón en alto sin apartar en ningún momento su lugar junto al ministro, como si quisiese seguir susurrando al oído y aun así no quitar los ojos del director que se veía más cansado que nunca. “Todo apunta a que habíamos tenido razón. El ejercito de Dumbledore y su campaña de mentiras sobre quien tu sabes no nos engaño en ningún momento” se regocija con el ministro coreando atónito un “tenias razón, Dolores”

 

Y Harry resopla, completamente incrédulo y furioso de esta situación.

 

No puede ser. ¿Cómo? ¿Cómo es posible que todo se haya tergiversando tanto? Piensa furioso por la ineptitud del mundo y de los adultos que tienen al frente con el poder suficiente como para crear un cambio. Pero a ellos no les importa. No les importa lo que Harry a sufrido ni mucho menos el peligro qué corren aquellos que son importantes para el.

 

“¡NO ES CIERTO!” Exclama removiéndose en los brazos Shakelbotl quien le dice que guarde silencio. Harry lo mira como si lo hubiera traicionado.

 

¿Acaso no se da cuenta de que están acusando al director de algo que no es su culpa?

 

“No es necesario que te preocupes en cubrirme, Harry” tranquiliza el director dejándolo perplejo, absolutamente confuso de que esta ocurriendo “entiendo de lo que se me acusa” admite con Umbridge sonriendo encantada, comenzando a anunciar que se le acusa desde este momento de cargos de traición al ministerio con todos dando uno paso adelante con la clara de intensión de encadenarlo.

 

Pero el director no ha terminado “sin embargo…” interrumpe tensando al ministro y poniendo en guardia a Umbridge. Fawkes trona desde el techo “eso no significa que permitiré qué me lleven a Azkaban, bien sabemos que no es lugar para un anciano de mi edad”

 

“Lastima que no tenga opción al respeto” gruñe entre dientes Umbridge al respecto exclamando un “¡arréstelo!” Al momento que el director le guiña un ojo a Harry y Fawkes se lanza por el aire hasta el anciano que lo agarra entre sus manos y ambos explotan en una bola de fuego qué los hace desviar la mirada y cubrirse por el calor.

 

Cuando vuelve a buscarlo, ambos se han marchado del lugar, dejando a los tres solos con Shakelbott diciéndole al ministro que tiene que admitir que el director tiene estilo.

 

Ni Umbridge ni el ministro se ven felices con si obvia fuga.

 

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Si le preguntaran a Bathsheda como se sentía estar bajo una barrera mágica de miles de años de antigüedad, ella diría que dependía tus intensiones dentro del castillo y si tienes o no la autorización para estar aquí presente. Esa era la función de la barrera y solo aquellos con la bendición del director podían de cruzar porque todo estaba firmemente entrelazado en un conjuro tan antiguo, un pacto de magia, un compromiso de que todo se hace por y para el bienestar de los estudiantes por lo que todo error de protección, todo daño que pudiera provocarse solo caía únicamente en un individuo, aquel con la autoridad para permitirlo.

 

El director, y, aunque no le gustara admitirlo, podía verse desde la distancia, a veces más lejos o más cerca dependiendo de que tan ciego quieras pretender ser, como ese juramento se había debilitado con el paso del tiempo.

 

Primero fue la entrada de tu ya sabes quien en el castillo.

 

Ahora la entrada de esa mujer.

 

De modo que, cuando ese sentimiento de calidez y protección que se encuentra subconciente desapareció de un segundo a otro dejando un silencio tétrico a su paso, Babbling solo pudo Correr con todas sus fuerzas al exterior donde poco a poco, aquellos más sensibles a la magia, se iban conglomerando con miradas horrorizadas, atónitas y confusas. Sus ojos, que buscaban insistentemente algo que ya no estaba, se desviaron casi en trance por el rostro de algunos estudiantes que sabían y a la vez no lo que estaban buscando, Filius entre ellos parecía al borde del desmayo y Minerva, con algunos estudiantes siguiéndola, la miro horrorizada.

 

“Merlín nos ayude a todos” rogo llevando la mano a su pecho.

 

La barrera había caído.

 

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Un desastre. Todo esto era un maldito desastre y Severus no sabia que más hacer al respecto.

 

Las barreras habían caído, algo que consideraba inaudito sino imposible de no ser por la obvia ausencia del sentimiento de protección y el patronum que llego hace tan solo unos minutos de Albus informándole que había huido del castillo ya que Harry y los demás estudiantes habían organizado un ridículo club de duelo del que ahora se le acusaba como detractor y confabulación contra el ministerio.

 

Deslizándose por las escaleras, prácticamente corriendo con su manto extendiéndose detrás suyo, cruzo la puerta de su oficina en dirección a la de Lucius. El Malfoy ni se molesto en saludarlo, sabiendo claramente lo que lo movilizaba se fue hacia una de las alas dejándolo solo con quien más le interesaba.

 

Harry estaba en el sofá con Remus de pie paseándose nervioso por el lugar, el licántropo detuvo su andar apenas Severus cruzo, pero no tenía la intensión de mirarlo.

 

“¿Pero-que-has-hecho?” ordenó con Harry mirándolo pálido, aterrado desde el sillón, como un siervo asustado de los faros.

 

“Yo-yo”

 

“Severus…” murmura Remus llamándolo, pero Severus lo ignora pasándose una mano por el pelo.

 

“Nosotros…solo…” logra sacar el adolescente que parece al borde de un ataque de pánico a lo que Remus se acerca colocando las manos sobre sus hombros, pidiéndole qué respire lentamente por la boca.

 

“No fue solo, Harry” interrumpe Lucius desde la puerta con una expresión de desilusión en su rostro. Es la misma que tiene Remus ahora y probablemente sea la misma que ahora tiene Severus “Draco admitió haber estado al tanto y también…” se detiene mirando entre todos “hay una lista con todos los integrantes que esa mujer tiene en su poder” informa con un frío deslizándose por su columna.

 

Nombres…esa mujer tiene los nombres de los estudiantes involucrados lo que solo puede significar consecuencias graves para todos ellos.

 

La expulsión sería el mínimo de todos los males, son demasiado jóvenes para ir a Azkaban en comparación a Albus, pero si lo suficientemente restringidos del mundo como para ser torturados.

 

Las barreras están abajo.

 

Están en problemas grandes, no solo para un grupo de estudiantes sino para todos en general. Si el director ha sido dimitido de su cargo…

 

Severus tiene que tomarse un segundo para respirar o tendrá dos personas con ataque de pánico en la sala.

 

Debe de enfocarse en lo más importante por ahora, ser estratégico.

 

“Minerva tiene que tomar el cargo-”

 

“No la hará, Severus” corta Lucius con todos mirándolo asustado. Remus le pregunta entre confundido y preocupado que a qué se refiere con eso y el Malfoy niega con la cabeza.

 

“Se me ha informado del nuevo nombramiento de dolores Umbridge como directora de Hogwarts” informa y Harry suelta un qué poniéndose de pie con Remus sujetándolo del brazo al mismo tiempo que Severus se acerca a Lucius preguntando si han perdido la cabeza.

 

Su amigo lo mira tan compuesto qué la envidia corre por segundo rápida en su sistema, Severus siempre fue más emocional que Lucius.

 

“Al contrario, Severus es un excelente movimiento”

 

“No digas tonterías, Lucius” interviene Remus horrorizado.

 

Es así que Lucius comienza a explicar el plan. Sin el director en la escuela, nombrar a un emisario del ministerio es la mejor estrategia para conseguir el control qué se tenia pensado. Hogwarts, después de todo, siempre fue un establecimiento que había mostrado cierta resistencia a ser dominado.

 

Y su líder finalmente había caído en desgracia.

 

“Todo esta perfectamente planeado, se ha gestado lo que querían” concluye Lucius con un tono perdido entre lo que parece una niebla.

 

“Esa mujer no puede ser directora”

 

“Ya no hay nada que puedas hacer, Severus” corta Lucius deteniéndose ante el fuego “ya esta hecho” susurra con todos en la habitación inmersos en sus propios silencios y contemplaciones. La conciencia de que que su mundo, tal y como la conocían, acababa de cambiar de un instante a otro.

 

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