
Trampa
“Fuga de azkaban” lee Harry en el periodioco que Ron abre directamente en la zona de historietas.
“Oh, mira, hay una muy buena del director tropezando con su barba” murmura para ofensa de Hermione quien se lo arrebata de las manos consiguiendo una mirada ofendida. Ella obviamente va al mismo punto que Harry leyó.
“Diez mortifagos en los que se incluye la famosa Bellatrix Lestrange han escapado recientemente de la prisión de azkaban, se cree en la presencia de una influencia externa y se llama a la población general a mantener la calma. Las labores de búsqueda y captura ya han sido puesta en marcha-”
“¿Fuente externa?” pregunta Harry con sarcasmo levantando una ceja, casi sintiendo a Severus proyectando en su mente. ¿Qué cree que esta haciendo el ministerio? Ni ellos mismo son capaces de dar una explicación viable de porque se dio la fuga y claramente no van a reconocer que fue por negligencia propia. Hermione debe de pensar lo mismo porque le sonrie divertida con Ron poniendo los ojos en blanco preguntando si ya puede terminar de leer su historia considerando que su día ya se ha vuelto bastante depresivo al saber que un grupo de locos anda suelto.
Con su suerte iran a parar en Hogwarts en cualquier momento.
“¿No encuentran raro que todo esto pase cuando estamos en la escuela y mo de vacaciones? Digo, no me quejo…” piensa en voz alta Ron pero no es tomado en cuenta por nadie ya que Hermione habla.
“…Obviamente estan buscando a alguien a quien culpar y OBVIAMENTE fudge no puede admitir ante el resto que esta perdiendo control sobre los dementores como el año pasado” responde Hermione ignorándolo.
“…O este año” agrega Harry recordando el ataque a su primo.
“…O el año antepasado” suma Ron con todo lastimoso haciendo incapie a cuando atacaron el tren en tercer año con los tres mirando sus platos del desayuno, cayendo en un silencio, cansados por la inoperancia del ministerio.
Vaya…quien diría que el propio gobierno mágico seria tan caótico como el mundo muggle, uno podria decir que serian más eficientes con todos los recursos que poseen, pero claramente estos cinco años han demostrado que siempre habrá corrupción e ineficiencia en el gobierno.
Harry solo podia suspirar ante ello considerando nuevamente su anterior opción de ser auror, ¿de verdad queria enfrentarse a esto todo el tiempo? Ahora podia decir que no, en realidad la perspectiva de no arriesgar todos los años su vida era bastante atractiva y el ministro de magia con su resistencia a admitir de que estaba perdiendo el control, sujetándose con fuerza a la idea que el director y Harry parecían tener una guerra interna en contra de ellos solo lo hacia estar más seguro de ello.
Una tontería si le preguntan a Harry, personalmente Hermione le tenia más odio al hombre, incluso Severus solo lo veía como una inútil presencia que poco le amenazaba.
Toda su atención sin embargo es rota cuando los ojos de Ron se posan con simpatía en el costado de Harry.
Oh, lo habia olvidado.
Girando su cabeza voltea a mirar al pobre de Neville que mira congelado la enorme frutera ante sus ojos.
Sentado en frente de Ginny y los gemelos, Harry podia decir que todos parecian querer decir algo, brindar alguna clase de consuelo pero es Ginny quien suavemente estira su mano colocándola sobre la de Neville quien parece despertar de donde sea que haya ido su mente.
“¿Estas bien?” pregunta Ginny suavemente y ninguno de sus hermanos se molesta por la muestra de contacto, solo hay simpatía y preocupacion en el rostro de todos que lo miran.
Tartamudeando un “s-sí” para mirar a todos un poco más decidido, Neville asiente, encogiéndose de hombros para confesar que esta un poco preocupado, pero esta bien, porque no esta solo, mirando nuevamente a cada uno “¿verdad?” pregunta y todos sonríen.
“¡Pues claro!” exclaman con los gemelos lanzándole comida mientras se unen Finnigan y el resto de la mesa hasta que son regañados por el profesor Lupin desde la mesa de los profesores.
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La tarde había sido agradable, habían vuelto juntos hacia la oficina de Severus donde bebieron té y café que Dobby trajo en un parpadeo, sentándose ante el fuego, hablando de materia y planes futuros como si fuese una idea palpable y no una locura inalcalzable. Habia muchos pendientes que Umbridge habia cancelado como las clases de defensa, clubes y la regulación de las clases de adivinación que Remus dudaba se mantuvieran bajo el mando del centaurus Firenze. Nunca lo admitiría en voz alta, pero la peculiaridad de Trelawey parecía hacer falta dentro de la mesa del personal, Merlín sabia que era raro no tener una amenaza de muerte al menos cada dos meses y una lectura de las hojas de té en cada reunión.
“No se nada de quiddish pero estoy seguro de que Minerva se encargara de instruirme, ya verás, no seré tan fácil, aprendí algunos trucos en la escuela” promete Remus recordando esas charlas antes de dormir entre Sirius y James donde analizaban con detenimiento cada parte del juego. Era fantástico verlos usar su cabeza en esos momentos, brillantes sin duda como un jugador de ajedrez.
Ah…que tiempos aquellos.
Habían hablado sobre que sería lo primero que Hogwarts instauraria una vez que Umbridge se fuera, obviamente las clases de defensa fueron primero, pero Remus tenía que admitirlo, estaba ansioso de tener un partido de quiddish contra Severus y más aún de ganarle.
Aunque no sabía nada de quiddish…
“Oh, no quieres que Minerva te enseñe, te lo aseguro, ella se tomará demasiado en serio la tarea” advierte Severus con burla y un tono de peligro pareciendo tener su propio viaje al pasado y Remus puede imaginar la situación. Minerva sacando de un baúl todos los banderines y mercancías con la temática del equipo de quiddish mientras le explica a Remus en la pizarra cual es la estrategia más óptima para ganar en el torneo.
Se encoge de hombros.
“Creo que será una experiencia maravillosa” afirma divertido.
Recordaba bastante bien como Minerva se enorgullecia en su tiempo de estudiante de tener la copa de quiddish en la casa de gryffindor, aunque Severus lo miro sorprendido para negar con la cabeza murmurando que era un suicida.
Remus sonrie sobre su tasa mirando al maestro de pociones agregar una cucharada de crema.
Cuando Umbridge se haya ido de hogwarts, porque ella se irá, de eso está seguro, Remus lo hará, hablara con Severus, le dirá todo y lo invitará a una cita formal, casi podia imaginarlo, podrían ir a Hogsmeade por una cerveza de mantequilla o quien sabe simplemente pasear por Londres, sabe bastante bien que ninguno tiene tiempo de calidad ni real para estar turistiando por la ciudad.
Perdido en sus pensamientos, salto ligeramente cuando el patronum del director, un fénix, apareció por la chimenea deteniéndose en la mesa de centro, abriendo su boca para dejar salir la voz de Albus Dumblendore preguntándole a Remus si podía ir en estos momentos a su oficina en una petición que claramente era una orden.
Severus lo miro rápido preguntando sin palabras lo obvio.
“¡Ey! Que no he hecho nada malo” se defiende y el maestro de pociones toma lentamente un sorbo de su café mientras Remus se pone de pie murmurando sobre haber estado tan cómodo.
Colgándose el abrigo en el brazo, miró un segundo a Severus que estaba sentado en el sillón con una pierna sobre la otra, la tasa en una mano y el platillo en otro con la luz del fuego sombreando su figura aun vestida con esa larga túnica.
Una idea suicida pasa por su mente tan rapido como el tren de Hogwarts.
Podría besarlo.
No. Después.
“Vete de una vez” le gruñe cortándolo en seco y sí, ese es el hombre que Remus ama.
Poniendo los ojos en blanco murmura que ya se va, encaminandose a la chimenea sintiendo el intenso deseo de ignorar lo que el director tenga que hablar por permanecer unos minutos más en este lugar y con esta compañía.
“¿Ey, Remus, ¿sabes porqué se le dice presente?” había preguntado Lily mientras estaban de pie mirando los libros de la biblioteca.
Los sacrificios que debe de hacer por Albus Dumblendore, piensa con un suspiro amenazando en su mente sobre más vale que valga la pena.
“Solo insistes porque quieres que te cuente lo que Albus dirá” acusa con Severus tarareando un “obvio” y Remus metiéndose a la chimenea con el polvo flo en la mano y una sonrisa de lado.
Obvio, repite en su mente divertido.
Es en un momento de extremo deseo suicida que suelta un “¿y que gano yo con eso?” y el ambiente de repente parece dispararse en tensión. Parte de su sique esta gritando que no deberia de haber hecho tales retos, pero la otra parte esta dando brincos emocianada esperando una respuesta demasiado jugosa. Él es un gryffindor despues de todo, la valentía esta en su cabeza y la locura como diría Severus en sus acciones.
Ambos se miran desde sus respectivos lugares.
“Mi silencio….sobre que roncas” suelta recordandole la mentira de Harry que lo hace duplicar el tamaño de sus ojos.
“¡YO NO RONCO!” Suelta ofendido soltando el floo con fuerza que estalla en llamas verdes y aun, mientras es consumido por el fuego, logra ver la pequeña sonrisa en los labios del pocionista y se siente como una victoria ganada que deja a un lado rápido para recorrer los pasillos hasta ser finalmente escupido en la oficina del director quien lo espera junto a la ventana.
Sacudiendose el ollin de los brazos, sale de la chimenea acercándose unos pasos hacia él, quien no se ha volteado en ningún momento, para preguntarle el motivo de su presencia con cierta desgana que lo hace mirarlo con una ceja en alto.
Remus hace lo posible por disimular su falta de animo.
“Me temo informar que ha surgido un problema importante” informa y Remus parpadea levemente perdido, sintiendo que le falta Severus a su lado.
¿Un problema? Piensa y un sentimiento frio lo recorre cuando muchas posibilidades pasan por su cabeza. Harry podria tener un problema, o quizas quiere que Remus vuelva a espiar a los hombres lobos, algo que en estos momentos no es lo suficientemente agradable y que en un tiempo hubiera apreciado, sin embargo ahora tiene un hogar, una residencia, una cama con un colchón y una chimenea donde calentarse el cuerpo sin mencionar a una persona para encender su alma. Dejarlo todo no es una opción, simplemente le rompería el corazón.
“Veo…” respira sin ver en realidad el problema porque aun el director no le ha dicho nada al respecto “pero…¿no sería mejor tener a Severus aquí también?” Pregunta mirando alrededor como si dijera un “aquí no veo ningún maestro de pociones huraño” para mirar al director expectante quien baja algunos peldaños para encontrarse a unos pasos.
Albus lo mira cansado para soltar un “el problema implica a Severus” que hace que Remus limpie su mirada de inmediato.
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“¿Qué gano yo con eso?” pregunto Remus desde la chimenea y el corazón duplicó su paso con esa oración.
Severus resoplo sobre su taza.
“¿Qué gano yo?” repitió pensativo y ligeramente divertido por su propia reacción ante ese cuestionamiento.
¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Cómo se suponía que respondiera? No lo sabia.
Y eso era inquietante.
Tomando un sorbo de la taza pensó detenidamente una y otra vez cada oración, un sentimiento de confusión reemplazo rápidamente ese resplandor calido que habia ocupado hace tan solo unos segundos su pecho.
¿Qué habia sido todo eso? Parecía que Remus estaba…
“no…” murmuro poniendose de pie.
Dejando la taza sobre la mesita de centro se dirigio hacia su escritorio abriendo su libro de anotaciones. Trazos y tachones de tinta oscura decoraban las paginas, eran sobre su investigación acerca del veneno de basilisco, habia llegado a un punto muerto, lo sabia, pero se negaba a rendirse, ¿no era acaso la historia de su vida?
Suspirando tomo la pluma en su mano y se puso a escribir, el tic del reloj en la pared resonaba en el espacio.
¿habia estado coqueteando o no? Pregunto su mente traicionera y su respuesta fue apretar con tal fuerza la pluma contra el papel que una gran mancha se disperso sobre las hojas que lo hizo soltar un “¡mierda!” para dejar ambos elementos a un lado, mirando su mano molesto como si tuviera la culpa de tal reaccion. Sus dedos se habian manchado en el proceso, la tinta siempre fue un problema de quitar, dejaba marcas duraderas las cuales no podía esconder.
Como su corazón latiendo en estos momentos.
El flo fue una buena distracción y Lucius también.
El Malfoy cruzo con su capa agitándose y una mirada seria al cuarto. Levantando una ceja interrogante del obvio desorden a su alrededor. Severus siempre ha sido desprolijo en ese aspecto, siempre dejando libros y pergaminos a diestra y siniestra y Lucius siempre lo ha regañado por ello sobre todo cuando hace unos años se tropeso hasta tal punto que acabo de cara al suelo, aunque eso no habia sido puramente de Severus. Sí, primero se tropezó con sus libros, pero despues piso su tunica por lo que desliga toda la culpa en sus gustos de moda.
“Puedo escucharte pensar” murmura Severus en tono bajo realizando el hechizo de limpieza en el pergamino.
“Por Merlín, Severus, este lugar es un desastre” regaña permanenciendo de pie aun cuando Severus lo invita con demasiado sarcasmo en su tono a sentarse.
De acuerdo, quizas la visita de Lucius no es del todo agradable.
Viendo su aparente exasperación, el rubio se aclara la garganta mirando a todos lados menos a él, una señal inequívoca de que hay noticias. Malas noticias.
“Me temo que tengo malas noticias” anuncio y Severus suspira caminando hacia la licorería para servirse dos dedos de wisky en dos vasos “hace un par de minutos una vieja conocida mia del ministerio se puso en contacto, le habia encargado realizar todo el papeleo referido a la adopción de Harry, sin embargo me ha informado que ha surgido un problema” informa a lo que Severus lo mira confundido.
Hace unos días, el rubio le habia asegurado que todo iria viento en popa.
“¿Un problema? ¿Qué problema?” pregunto curioso. Es extraño que Lucius tenga problemas con algo referente a papelo, él consiguió que Remus saliera invicto de la captura del ministerio. Darle la custodia de Harry no debería de ser tan difícil.
¿O sí?
Severus no lo sabia a ciencia cierta, despues de todo Lucius es el experto en ese tema por lo que simplemente escucha dispuesto a dar lo que sea que falte en documentación. Sinceramente él no esperaba lo siguiente.
“Al parecer Sirius Black también solicito la custodia” dice Lucius con un tono expectante y Severus no sabe que es lo que debe decir al respecto por lo que suelta un “¿y?” para ver al Malfoy tragar.
Siente la frustración creciendo.
No ve el problema con que Black también solicite la custodia, el ministerio al menos deberia de tener un dedo de frente para ver que darle un adolescente a un ex convicto, independiente de si es inocente o no, puede llevar a consecuencias psicológicas y físicas mucho más graves que dárselas a él que tiene el respaldo del mismo Albus Dumblendore y Lucius Malfoy.
“Parece ser…según lo que me han contado, que el protocolo en este caso es informar normalmente al solicitante cuando hay una solicitud anterior a la suya porque se le suele dar prioridad a la persona que ha sido el cuidador meintras tanto, por lo que-” Lucius continua explicando todo el modus operandi que Severus ya no escucha.
Porque el maldito de Sirius Black sabe que Severus ha solicitado la custodia y probablemente por lo que Lucius a dicho también sabe que ha sido el guardian temporal de Harry por todo este tiempo.
Santa mierda. Piensa un segundo imaginando que tan emocionado debe de estar el ex merodeador.
“¿Le has dicho a Albus todo esto?” pregunta rápido con la mente a mil por horas que se detiene cuando Lucius asiente diciendo que fue a él primero para preparar un plan de acción, pero al parecer Albus le pidió que no le informara nada por ahora ya que sabia como podía reaccionar Sirius y queria hablar con él en privado en una reunión, algo que Lucius ignoro para contarle a Severus.
Y gracias por eso porque no puede explicar realmente como la calidez del agradecimiento y el cariño lo inundan al darse cuenta que Lucius vino a contarle esto porque sabia que Severus se preocupaba por el tema. Podria profundizar en aquellos sentimientos, pero de repente el hecho de que haya llamado a Remus a esta hora de la noche parecía tener mucho sentido.
Planeaban ir a encontrarse con Black para hablar de Severus.
“¡Mierda!” solto dejando su vaso con un golpe sobre la mesa con Lucius asintiendo con un suspiro, probablemente concluyendo mal el motivo de su palabreria.
“Sí, pero no te preocupes me asegurare que quedes como tutor principal y que Black se mantenga muy lejos y ¿Qué estas haciendo? ¿para donde vas?” pregunta mirándolo caminar por la sala para tomar su manto y colocárselo.
“Ire con Albus, se ha ido con Remus a ver a Black. Ese idiota no da una puntada sin hilo debe de estar tramando algo-” suelta tan rápido como sus labios lo permiten para ser cortado por el fuego de su estudio chasqueando.
Ambos se quedan en tan profundo silencio mirando el fuego parpadear.
Hay alguien al otro lado de la línea pidiendo autorizacion para hablar.
Tanto él como Lucius intercambian una mirada, el Malfoy se mueve fuera del angulo de visión cuando Severus se acerca preparando su mejor mirada apatica que se va al ver la cara de Arthur Weasley bastante nervioso surgir en el fuego.
“¡Severus! ¡oh por merlin! ¡que bueno que contestas! ¡sera mejor que vengas rápido Sirius y Remus!-” suelta sin terminar cuando la conexión es cortado con Severus llamando un “¡Arthur!” sobre el fuego.
El silencio que se hace es inquietante.
“¿No vas a ir verdad?” pregunta Lucius con un tono que da a entender que ya sabe la respuesta.
Aun asi lo mira.
El Malfoy lo fija con la mirada como si estuviera cuestionando mentalmente su cordura.
“No sé para que pregunto”
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Le habian explicado que era una reunión simple, intima, entre ellos tres, que el director habia contactado a Sirius proponiéndole una instancia de dialogo sincero, sin mentiras, y el Black se habia mostrado tranquilo ante ello. Remus no estaba tan convencido, sabia que su amigo no se tomaría nada a la ligera, menos cuando iban detrás de su espalda y si habia descubierto a severus, sabría por extensión la implicancia de remus hasta cierto punto lo que a su juicio no los ponia en la mejor posicion.
Ademas…Sirius nunca esta tranquilo.
Nunca a menos que este planeando algo.
En su tiempo de escuela hicieron muchos planes, hacer travesuras no era fácil, pasar sin ser descubiertos menos y tienes que darle crédito, hicieron cosas brillantes bajo ese estandarte de “todo es legal si no te atrapan”, el mapa, la transformación animaga, pero Remus nunca fue realmente de planes, él solo fluia con la corriente, siempre fueron James y Sirius y siempre, en los planes más arriesgados, era Sirius, porque tenia un problema serio con la autoridad producto de una crianza destrozada.
Esto no era la excepción.
La reunion en la mansión Black debio de ser la segunda alerta.
Pero Remus y el director son ilusorios, optimistas. Severus tiene razón en ese punto.
Llegaron al lugar con la oscuridad cubriéndole las espaldas, y Remus vio a Albus deternerse delante suyo al ver las luces de la mansión encendida.
Sirius los esta esperando entonces, pensó.
Pero al abrir la puerta no pudo evitar quedar con las palabras en la boca cuando se encontró a Tonks caminando con una bandeja de las galletas de Molly, y sí, Remus reconocería sus galletas en cualquier parte, llevándose unas dos directamente a la boca para congelarse en seco como un ciervo antes los faros mirando a Remus con ojos enormes.
Lo único que pudo pensar es un “algo esta terriblemente mal” con Tonks sonrojándose hasta la punta de su cabello mientras el director pasaba junto a Remus.
“¿Qué estas haciendo aquí?” finalmente pregunto absolutamente confuso con ella tratando de tragar lo más rápido posible sin morir en el intento.
“¡¿Qu-que?!-¿quieres decir?” pregunta golpeando su pecho en respuesta “venimos a la reunión”
Remus tarda en captarlo, pero cuando lo hace es tarde, escucha a Sirius desde la sala de reuniones soltar un sonoro y burlón “MIREN QUIEN LLEGO” que le hunde el estomago hacia sus pies mientras su mente susurra un “lo sabia” con horror.
Caminando a paso rápido hacia la habitación (decir que la atmosfera se podía cortar con un cuchillo es quedarse corto, podria ser con algo con menos filo, un cuchillo de mantequilla) Sirius estaba sentado como era de esperar estaba en el otro extremo de la mesa principal, específicamente en la cabecera, de pie con una copa de vino en la mano mientras el resto de la orden, sentada a los costados, miraba con expresiones de desconcierto e incomodidad entre el director y él. Claramente no lo esperaba, pero tampoco se mostro sorprendido de ello porque solto un “¡Y vino Remus!” con una carcajada “¡perfecto! ¡perfecto!” exclama.
Sus ojos se vuelven oscuros.
“Los dos traidores han venido a rendir cuentas” murmura