Juro solemnemente que mis intensiones son buenas - Lo que pudo ser de la orden del fénix

Harry Potter - J. K. Rowling
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Juro solemnemente que mis intensiones son buenas - Lo que pudo ser de la orden del fénix
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Miedo

Era sin lugar a dudas la visión más terrorífica y angustiante que ha visto en su vida y Remus lucho en la primera guerra contra los mortifagos, reconoció el cuerpo de James y Lily en el piso de su casa y, sin embargo, nada lo calo tan profundo en los huesos como el miedo que provoco ver al dementor colarse por detrás pilándolo al slytherin con la guardia baja haciendo a Remus gritar en un intento de darle tiempo a Severus de reaccionar.

 

No lo había. El Dementor era letal y la desesperación junto a un profundo desconsuelo se apodero de él.

 

Lo va a matar, lo va a matar, pensó con pavor comenzando a lanzarse hacia adelante, aunque en su interior sabia que no serviría de nada, estaba a más de un metro de distancia.

 

Hace tan solo un año Remus diría que Severus Snape solo podía producir un par de sentimientos en su cuerpo, ninguno agradable, pero ahora podría escribir listas y listas de todas las emociones que lo recorren pasando de la aflicción más profunda a la ira más ardiente porque el idiota se aparto de Remus y se metió a este túnel de cabeza aun cuando le gusta sacar en cara que los gryffindor son excelentes temerarios de la vida

 

Pero el dementor no lo ataco y por aberrante que fuese la visión, el monstruo únicamente se detuvo ante Severus.

 

Como si lo estuviese mirando.

 

Como si el dementor no fuese el ser fuera de este mundo del que hay que cuidarse, sino Severus Snape.

 

Y Severus solo…se quedo allí, completamente congelado, casi sin respirar simplemente dejándose observar con el dementor flotando ante él, mirándose el uno a otro, hasta que el guardián de Azkaban fue atraído por la presencia de Remus el lugar quien lo espanto con su patronum permaneciendo aún de pie a pesar de que el monstruo ya se había marchado con el corazón asustado.

 

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Pasa el brazo del chico por su hombro, intenta levantarlo, pero le es imposible.

 

“Por Salazar, Petunia debe de ponerlo adieta” se queja para mirar alrededor buscando a Remus para que lo ayude y encontrando al otro hombre aun congelado en el lugar extremadamente pálido “¿Viniste a mirar o ser de ayuda?” pregunta pareciendo despertarlo de donde sea que se encuentre.

 

¿Tanto le han afectado los dementores?

 

Avanzando rápido hacia él espera que el lobo lo ayude a levantar al adolescente,  sin embargo Lupin va hacia su persona con expresión furiosa agarrando a Severus de los brazos con fuerza.

 

“¡¿Se puede saber qué mierda pretendías?! ¡¿Qué te mataran?!” exclama en la cara de Severus quien solo parpadea muy confundido por el estallido que no sabe de donde provino.

 

El agarre de Remus se aprieta, vuelve a preguntarle furioso pidiendo una explicación y Severus continúa sin entender.

 

Sí, el dementor se le acerco demasiado, pero no le hizo nada. Está tan anonadado de la indignación de Remus que nota unos segundos después que el otro hombre está temblando ligeramente.

 

¿Está asustado? ¿se asusto por los dementores? Piensa confuso con Lupin regañándolo de ruido de fondo.

 

No sabe que hacer para calmarlo, el apoyo emocional está fuera de su elementos, si fuese otra persona de seguro lo estaría abrazando, pero a Lupin no le gustaría eso porque ha expresado su aversión al propio Severus de modo que se encuentra levando su mano, sin pensar en las repercusiones, tocando la mejilla de Remus con las huellas de sus dedos tan ligero y que aun así hace callar al otro hombre, tensándose y mirando a Severus quien está en un estado de crisis existencial en su cabeza, pero uno de los dos debe mantener al otro en tierra antes que vuelvan los dementores.

 

No sabe si está en lo correcto, quizás Lupin está molesto porque los puso a ambos en peligro o porque podría haber tenido que sacar dos cuerpos en vez de uno, sin embargo se arriesga a quedar en ridículo soltando un “estoy bien” con su cabeza susurrándole que Lupin no está preocupado por él, aunque parece ser justamente lo que el lobo necesita porque el agarre de sus brazos se alivia y el otro hombre suspira cansado, cerrando sus ojos sin romper el contacto murmurando algo sobre ser su perdición que Severus no entiende, liberándose finalmente del agarre para mirar a Lupin ir hacia el adolescente en el suelo.

 

No pueden usar magia, primero porque no pueden arriesgarse a ser visto por algún vecino con un niño flotando en el aire y segundo porque no saben el daño a nivel cognitivo que pudo provocar el dementor en alguien no mágico. Sumarle más magia a la ecuación podría ser contraproducente de modo que ambos aprietan los dientes y arrastran el chico por las calles asegurándose de que nadie esta afuera o mirando para meterlo dentro de la casa con Petunia al borde del colapso.

 

“¡OH POR DIOS, DUDLEY!” exclama corriendo hacia el chico.

 

Lupin y él están tratando de recobrar el aliento, aunque es más él que Lupin. Beneficios de ser un licántropo piensa con rencor.

 

Soltando un “llamare al director” Lupino sale por la puerta para desaparecer. Petunia aún continúa gritando alterada dándose cuenta de que Severus ya está en condiciones aptas para pronunciar una palabra así que se para frente a él, pisando fuerte y soltando un “arréglalo” con tono altivo apuntando hacia el chico tirado en el suelo.

 

Las cejas de Severus se levantan.

 

“Claro ¿Qué parte específicamente?”

 

Petunia parece querer ahorcarlo.

 

Es con la llegada de Albus que Severus cuadra los hombros dando por terminada su labor. Petunia no opina lo mismo argumentando que debe de acompañarla al médico, pero Severus con Harry y Lupin salen por la puerta, después de decirle que Dumblendore enviará emisarios de parte del ministerio que se encargaran de ello, para continuar su camino a pesar de que Harry se muestra un poco reticente. Gracias al cielo, Lupin y él parecen tener la misma prioridad, llevar al chico a un lugar seguro. De vuelta al hogar.

 

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Dudley Dursley fue llevado a San Mungo por el director y dado de alta al tercer día sin secuelas, algo sorprendente en opinión de Severus quien no sabia a ciencia cierta cuanto tiempo el dementor estuvo succionando sus momentos felicidad, sin duda el chico debía tener por montón, aunque puede decir que no siente empatía al respecto. Harry por su parte se había mostrado bastante preocupado por el bienestar de su primo preguntándole a Severus si podía escribirle con Lupin sonriendo orgulloso por su gran corazón noble.

 

No es como que se sintiera con la fuerza emocional para decirle que no si parece tan afectado y Lupin tan emocionado. Esos dos combinados no estaban dando buenos frutos en toda su fachada.

 

En cuanto a qué hacia los dementores allí, el ministerio acepta una fuga por su parte, algo pequeño en sus palabras, no importante, aunque muchas columnas de opinión dan a entender ciertos cuestionamientos sobre su desempeño incluido el mismo Albus Dumblendore que tacha todo lo ocurrido como un error garrafal que conllevó a al daño de un muggle, información que en el aviso ministerial se había omitido probablemente bajo la excusa de no alertar a la población.

 

Claramente algo está ocurriendo allí.

 

La aparente mejora de relaciones entre los primos no fue lo único que siguió posterior al ataque ya que esa misma noche, sentados en la mesa de la cocina tomándose un vaso del whisky que Minerva le dio en su cumpleaños y que hizo que Lupin carraspeara preguntando de donde rayos lo había sacado su ex jefa de casa. Volvió la conversación sobre lo que ocurrió con el dementor.

 

“¿Qué rayos ocurrió allí dentro?” pregunto.

 

Severus hace un ruido de confusión, aunque sabe exactamente a que se esta refiriendo. Tiene la intensión de pretender que todo fue una coincidencia, pero Lupin lo mira realmente confuso, casi asustado, aunque por sobre todo con un grado de maravilla que se envuelve alrededor de su torso cuando comienza a tratar de explicar que el dementor solo se quedo allí, mirando a Severus, sin tocarlo, en una experiencia totalmente irreal porque nunca había visto algo así.

 

Siente un creciente sentimiento de orgullo por ello, trata de bajarlo, pero Remus espera su respuesta como un hombre cediendo de conocimiento.

 

Mira su vaso buscando centrar su atención en otra cosa que no sea el hombre frente a él.

 

Cuando Severus tenía siete años encontró un libro en la biblioteca local. Se titulaba “La divina comedia” y su autor tenia un nombre bastante curioso, Dante Alighieri. Era una historia extraña, en el que el mismo autor aseguraba haber vivido el descenso a los rincones más profundos del infierno.

 

Azkaban le recordaba a ese libro. Era oscuro, sucio, húmedo, con la locura hablándole a derecha e izquierda en forma de personas que sufrían, reían y se enojaban. No había diferencia entre el humano y la bestia, no había humanidad en un lugar que albergaba a humanos, pero Severus estaba acostumbrado en lo profundo de su ser a la miseria, así que solo hizo lo que se enseño a si mismo.

 

Sobrevivir.

 

“Aproximadamente estuve un mes y medio en Azkaban” comienza viendo la expresión de Lupin cambiar al shock por un segundo para convertir sus rasgos en una expresión educada, paciente en realidad, dispuesta a escuchar a Severus “la prisión como todas tiene una estructura determinada, pero como veníamos saliendo de la guerra se podría decir que los carceleros eran bastantes resentidos con los causantes de todo el desastre y las muertes producidas” cuenta recordando como lo habían empujado prácticamente por todos los pasillos “De modo que nos pusieron en la zona que los prisioneros llaman damnatis que significa “los condenados al sufrimiento”, porque estaba al lado del área donde se crían a los dementores y los guardias tenían por hobby soltar uno al día para mirar en que celda se metían” cuenta con Lupin soltando un “Santo cielo” horrorizado.

 

Era algo susurrándole al oído, una sensación de brisa en su mente.

 

Se encoge de hombros recordando aquellos momentos.

 

“Sin varita había que encontrar una manera para no morir en esos días” suspira jugueteando con el vaso de whisky entre sus dedos.

 

Remus se ve muy confundido.

 

“¿Pero-? ¿Cómo? ¿es alguna clase de magia no verbal?”

 

“Es magia mental…creo…” explica “la verdad es…que no lo sé con certeza, fue algo que se dio” admite dejando el vaso a un lado, centrando su atención en algo mucho más interesante, explicar “Al menos lo que deduje es que los dementores usan una habilidad de rastreo en base a los sentimientos, para ser más precisos los sienten, así puede ubicar a sus presas, si se bloquea con la occlumacia cualquier rastro de estos el dementor es prácticamente ciego” explica con las cejas de Remus en alto preguntando si aquello no es agotador a lo que Severus lo mira cansado llevándose el vaso de licor a los labios murmurando que ahora mismo no lo ve avanzando con la pila de trabajo que aún tiene pendiente.

 

No está preparado para el alago que suelta el lobo diciéndole que aquello es brillante. La timidez simplemente lo golpea como un crucio dejándolo a carne viva.

 

Remus resopla.

 

“Es una buena estrategia, mejor que el patronum sin duda” se burla confundiéndolo por el tono oscuro en su voz. Remus parece notar aquello porque baja la mirada y sonríe incomodo y avergonzado “odio mi patronum, hubiese deseado que fuera otra cosa, hasta un gusano seria mejor” bromea levantando las cejas para mirarlo apreciativo y suave soltando que en realidad su método era sorprendente, halagándolo por segunda vez consecutiva por lo que Severus le pregunta si está borracho.

 

El lobo se encoge de hombros.

 

“Los dementores son criaturas terribles” concluye “cuando entraron en el tren el tercer año de Harry fue la primera vez que estuve tan cerca de uno, ni siquiera en la primera guerra…me horroricé bastante cuando Harry admitió haber escuchado a Lily gritar cuando la asesinaron”

 

El estomago de Severus se va a pique. Se escucha preguntar un “¿él dijo eso?” con Remus respondiendo afirmativamente y siente que se ha desdoblado un poco de su cuerpo producto del horror de aquel momento.

 

Recuerda haber entrado a esa casa, ver su silueta ahí tirada en el piso con el cabello rojo esparcido alrededor como si la estuviera coronando.

 

Gracias a Salazar Lupin pasa rápido del tema trayéndolo a tierra preguntándole curioso si puede hacer un patronum corpóreo viéndose aun más extasiado cuando admite que sí, aunque no se encuentra lo suficientemente confiado o borracho como para describir que animal es solo el año en que lo logro.

 

“En séptimo año” admite.

 

Tiempo después de que Lily lo cortara definitivamente.

 

Remus le sonrió amable.

 

“Eso es bastante joven” dice con un dejo de ternura y calidez en su rostro cansado por hacer magia de nivel avanzado, apoyando su barbilla en la mano libre “yo lo hice recién a los veinte, recuerdo que fue después de que le enseñaran el encantamiento a James y Sirius en la academia de auror. Peter nunca pudo hacerlo, quizás debió de ser una pista” piensa en voz alta a lo que Severus le frunce el ceño diciendo que en realidad el hacer un patronum no garantiza que es una señal de ser una buena persona, pensando más en si mismo que en otras persona.

 

“¿Acaso conoces de alguien malvado que si pueda hacer un patronum?” pregunta Lupin con tono sabelotodo, aunque extremadamente tranquilo como si estuviese a un parpadeo de quedarse dormido con un tono ronco de voz que lo pone nervioso.

 

Extrañamente no tenia miedo de dejar una abertura, se sentía protegido, un sentimiento incomodo porque ni en su infancia tuvo un instante para familiarizarse con este.

 

Tomando su silencio como una respuesta que no está seguro de conocer Lupin toma un sorbo y continúa.

 

“La verdad es…que me costo mucho realizar el hechizo, me esforcé incluso más que Peter…creo que simplemente estaba tratando de probarme a mi mismo que no era un ser malévolo” admite en tono bajo con un sentimiento agridulce de tristeza que encuentra particularmente aversivo.

 

“No eres un monstruo, Remus, quizás deberías de empezar a mirarte de una manera más gentil” regaña.

 

Lupin le sonríe divertido.

 

“¿Me estás consolando?”

 

“No, solo estoy diciendo en hecho” puntúa, aunque la mirada cálida no baja y Severus se encuentra apartando los ojos, negándose a reconocerla o acostumbrarse a ella.

 

Esta conversación ha sido un error.

 

“¿Qué te hizo querer aprender a lanzar un patronum?” pregunta Lupin “¿fue como medida de protección o algo así? por la guerra. Lo hiciste bastante joven considerando que no se enseñaba en Hogwarts de manera obligatoria” y Severus mira su licor sirviéndose otro vaso con el pensamiento de que necesita estar más borracho si el resto de esta conversación sigue la misma senda para sentir como aquella voz, demasiado oscura en su cabeza, le dice que solo esta bebiendo para enfrentar los problemas.

 

No llena el vaso, termina hasta la mitad. Deja la botella lenta y suave casi insonora sobre la madera.

 

Su pecho se siente apretado y su corazón se acelera. La respuesta se posiciona en la parte de atrás de su lengua, puede saborearla, sabe a desesperación, el deseo de compartir algo profundo hacia otra persona, pero también a miedo, siempre que habla del pasado sabe a miedo y no por lo que ha hecho sino por el hecho de compartir algo privado.

 

Cuando uno dice algo a otra persona deja de vivir solo en uno y pasa a vivir en el mundo, se hace tangible, palpable, visible, real, es como reconocer que aquello ha ocurrido en verdad.

 

Hay un sonido de escopeta en el aire y luego hay un cañón apuntado hacia él.

 

Una parte de él no quiere compartir con Remus John Lupin esa respuesta,  no quiere mirar esa oscuridad ni dejar que otro más la mire, no quiere lastima, mucho menos que Black se entere, pero otra más grande y fuerte está desesperado por conversarlo con alguien más.

 

Se pone a juguetear con el liquido ámbar, no hace un ademán de intentar beberlo, solo lo mira con la imagen mental de su borracho padre, es como cuando un adicto al cigarro lo coloca entre sus labios, una muestra de que puede jugar con fuego y que no se quemará, es una distracción contra la ansiedad que tiene en el estomago.

 

“Ese año…” comienza sintiendo los latidos de su corazón en sus oídos.

 

Puede agregar muchas cosas; no tenia a Lily, las cosas en slytherin estaban tensan, todos lo presionaban por sus lealtades, intento postular a los cursos de especialización, pero fue rechazado debido a que no tenia dinero y ciertas influencias como Lucius habían sugerido a los maestros pocioneros que no sería rentable.

 

Lo tiene en la punta de la lengua, sabe que decir, las palabras.

 

No salen como lo tenia planeado.

 

“Mi madre falleció” responde bajando la mirada “supongo que quería demostrar que no todo era tan oscuro”

 

Ocurrió en los días finales a las vacaciones de navidad, Severus había vuelto como un intento de apartarse de toda la tensión política en la casa de slytherin. No había vuelto desde su tercer año cuando aprendió que lo mejor para su seguridad y protección mental era permanecer en el castillo. Debido a lo anterior, tuvo que tomarse unos días más para volver a Hogwarts pues tenia que encargarse de los arreglos funerarios él solo.

 

No esperaba que Remus recordara su ausencia, no es como que el lobo se haya fijado en que Severus no volvió en el periodo adecuado. Sin embargo, Lupin suelta que lo recuerda, tomándolo por sorpresa con el naciente sentimiento de que alguien en aquel momento lo estaba observando. Al Severus de aquel tiempo le hubiera sentado bien aquello, hubiese aliviando la soledad de su pecho.

 

Esperanza, aunque es muy probable que Lupin se haya fijado porque no tenían a quien molestar.

 

“Así que fue por eso…” murmura mirándolo sorprendido para preguntarle por su padre con Severus guardado silencio unos segundos e informarle que él había fallecido hace un tiempo sintiendo un sabor amargo en la boca.  

 

“Sí…recuerdo que llegaste como una semana más tarde del ingreso. En aquel momento, pensé que habías dejado la escuela, sin embargo volviste…” concluye con voz suave para mirarlo con lo que parece un brillo apreciativo “eso fue muy valiente”

 

“¿Valiente?” pregunta con incredulidad y burla encontrándose con la mirada del licántropo.

 

Remus parece tener una idea en mente.

 

“Claro que sí, perdiste a tu madre, estabas solo, y aun así volviste a Hogwarts” explica tomándose el resto de whisky de un sorbo frunciendo el ceño por lo amargo y la quemadura de garganta “Lamento aquello”  .

 

Se encuentra sonriendo suavemente con la mirada en el liquido que no ha tocado y no tiene intensiones de seguir consumiendo al menos por esta noche.

 

“…Gracias ”

 

En un ambiente ameno recuerda un punto importante que había dejado pasar por todo el tema del ataque del dementor, mirando a Lupin, le pregunta de que hablo con Petunia cuando salió de la cocina a lo que Remus comienza a contarle de como la increpó levemente sobre haber maltratado a Harry, adquiriendo una expresión decepcionada cuando explica la reacción apática de Petunia a aquello. La mujer simplemente no se había roto, no hasta que Remus le comento lo triste que Lily había estado cuando no la invito a su boda y, aun así, ella no había dicho nada.

 

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Es solo al martes siguiente, exactamente una semana después del ataque a los dementores que el ministerio se pronuncia a través de solo una página en el periódico y es, para colmo, entre las columnas de chismes. Prácticamente si Albus no le avisaba donde estaba Severus no lo ve, es Harry quien lo encuentra primero exclamando un “¡Lo encontré!” orgulloso con él y Lupin pasando rápidamente las páginas.

 

“Sorprendente” suelta Remus con expresión divertida, sus ojos leyendo rápidamente las palabras, probablemente tomándolo como una alternativa mucho más rentable que enojarse, opción que Severus elige porque el ministerio ha catalogado todo lo sucedido como un error de la administración y ese no es el verdadero punto de todo, el ataque en la zona de Harry pudo ser “una coincidencia” como se catalogo, pero lo siguiente definitivamente no lo es.

 

Se encuentra muerto al mortifago Igor Karkaroff, al parecer producto del beso de uno de los dementores fugados.

 

“Esto solo es una ofensa a la inteligencia de la comunidad mágica” murmura molesto frunciendo el ceño con Lupin apoyándolo, aunque admitiendo que aún así, el ministerio ha conseguido su objetivo con Harry a su costado preguntando cual era ese.

 

“Silencio, Harry, no quieren que el mundo sepa lo que está ocurriendo. La ignorancia es la mejor herramienta para el poder” explica dando una mirada a Severus quien encuentra sus ojos y algo se comparte entre ambos, un acuerdo.

 

El ministerio intentará asegurar por cualquier medio que el mundo siga creyendo que Voldemort continúa muerto y eso es un problema.

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