Magenta Tripe
Si le preguntabas a alguien por Magenta, seguramente no sabría que decirte. Puede que te dijera que sus padres eran unos capullos y que se casó con un millonario, pero no definirían la imagen completa.
Nació en una familia jodida desde el inicio. Sus padres tenían un matrimonio arreglado desde que eran pequeños y cuando se casaron fue como si no lo hubieran hecho. Cuando tenían 25 años la tuvieron después de varios intentos, cuando todo el mundo les estaba presionando para tener un heredero varón.
Su nacimiento llegó con cierta decepción. ¿Para qué querían una niña? No podía heredar nada, lo único que podía hacer era conseguir un matrimonio con una dote decente.
Su padre no se tomó muy bien que fuera una niña, se pasaba todo el tiempo con sus amantes y su madre, extremadamente religiosa, acabó rezando por un hijo durante todas las noches que consumía su matrimonio, cada día más débil (lo cual es sorprendente, teniendo en cuenta que apenas podían aguantar estar en la misma habitación sin gritarse y meter a su hija en la discusión, como si una niña pequeña pudiera entender que su padre tenía un montón de amantes y que por eso su madre decía que iría al infierno).
Todas las discusiones se detuvieron cuando, a los 7 años, nació su hermano, Dieter. En realidad la razón era muy simple: como ya tenían un heredero, su padre asumía que ya había cumplido su deber como cabeza de familia y se trasladó fuera de la casa familiar de manera permanente. Su madre estaba desquiciada, cada día se volvía más violenta hacia su hija, a quien consideraba el inicio del fin del horrible matrimonio en la que la metió su familia.
Cuando cumplió diez años su padre decidió que iba a tomar algún tipo de responsabilidad por ellos y se los llevó a Inglaterra, y sorprendentemente también a su mujer. Creyó que Inglaterra era un mejor lugar que Alemania para que encontraran parejas "adecuadas", debido a la abundancia de familias de sangre pura que allí residían.
Empezó a estudiar en Hogwarts y fue seleccionada en Slytherin. A sus padres poco les importó, ninguno de ellos había ido a esa escuela y poco sabían al respecto. No hizo amigos muy rápido, todo debido a su carácter reservado y serio.
Cuando estaba en su tercer año, sus padres consiguieron un acuerdo con la familia Black para casarla con su primogénito y heredero, Licorus. Les costó congeniar al inicio, pero para el momento de la boda, a sus 19 años, ya eran capaces de mantener la mirada durante un rato sin querer huir.
Se llevó a su hermano consigo cuando se fue a la mansión y sus padres no parecían muy alterados al respecto. Le hablaban nada más para hablar de posibles esposas adecuadas para el niño, pero las rechazaba todas, alegando que era muy pequeño como para tener ese peso sobre su cabeza. Al final se enamoró con 15 años de una chica mayor que él, de nombre Lucina Buchanan, también de sangre pura y de una familia con reputación adecuada. Se casó con 16 y tuvo su primer hijo a los 17.
Hablando de hijos, Maggie y Licorus tuvieron problemas para tener hijos. Sus cinco hijos nacieron después que los cuatro de su hermano, aún siendo mucho mayor. Durante el tiempo que estuvieron intentándolo creó un vínculo muy cercano con su suegra y con sus dos cuñadas, en busca de consuelo. Allison, su suegra, entendía perfectamente lo de los problemas reproductivos, ya que su propia madre también los había tenido y no fue hasta que era muy mayor que pudo tener a sus dos hijos.
Su primer hijo fue el heredero de la familia Black: Cygnus Black I, el cisne. El nombre lo había encontrado en un libro de astronomía de sus años en Hogwarts y le había encantado. Su cuñada, Phoebe, le dijo que era una especie de tradición que los miembros de su familia tuvieran nombres relacionados con estrellas o a mitologías diversas. Utilizó esa tradición, que le pareció muy hermosa, con su hija Apolline, aunque no con sus dos siguientes hijas: Misapinoa y Cendrine. Misapinoa era por una lengua muerta que encontró en un libro de historia y Cendrine era un nombre que le gustaba.
Antes de tener a su último hijo, ella y Licorus se dieron cuenta de que había algo raro con su primogénito. No parecía poder controlar sus emociones, le costaba entender los problemas más simples y era muy tozudo, incluso para ser un niño. Les dio miedo que pudiera hacer de su herencia una desgracia, así que decidieron tener a su quinto y último hijo: Arcturus.
Ese niño era mucho más fácil de manejar: aprendió muy rápido (puede que demasiado) a hacer las cosas básicas que aprende cada niño, era calificado por todos sus tutores como un genio desde que tuvo uso de razón, entendía muy bien todas las reglas y las seguía al pie de la letra, aunque no parecía entender el motivo de la mayoría de ellas. Le pareció extraño, pero ella misma era similar cuando era pequeña así que no lo pensó mucho.
Después de un ataque de ira increíblemente violento de Cygnus, Licorus y Magenta decidieron que dejaría de ser el heredero para que lo fuera el otro niño. Eso destruyó la (poca) relación que tenían los hermanos.
Intentó que sus hijos se casaran por amor, cosa que no llegó a conseguir. Cygnus siguió intentando conseguir la herencia de vuelta casándose con Ella Max, hija de una familia importante alemana. Apolline, en su ambición, se casó con Magnus Selwyn, el tercer hijo de una de las familias más importantes del mundo mágico. Misapinoa optó por un matrimonio arreglado, ya que confiaba en sus padres para tomar esa decisión, y acabó con Jimbo Blishwick, un heredero no muy rico pero lo suficientemente relevante. Cendrine, en cambio, se casó con Erindanus D'Amboise, un hombre francés con una fortuna moderada y un corazón de oro. Arcturus se casó con su profesión, como dirían algunos, demasiado fijado en la política para fijarse en nadie, aunque ciertos rumores indicaran lo contrario.
Magenta murió muy feliz, habiendo conseguido conocer a todos sus nietos y habiendo podido salir del horror de su infancia, rodeada de personas que le querían y apreciaban aún con sus problemas y peculiaridades.