
Revelaciones
Estuvo un día en la enfermería, sus amigos fueron a visitarlos muy preocupados.
“Draco, estábamos tan preocupados, cuando esa... cosa te llevó y luego cuando te desmayaste en el castillo” decía una llorosa Hermione mientras le daba un abrazo.
“Si amigo, cuando Hermione y Harry llegaron completamente exaltados y con sangre a la sala común de Slytherin, yo también me asusté mucho” decía Ron mientras repetía la acción de su amiga.
Al final Harry también le dio un abrazo y se puso a su lado mientras apretaba su mano de su brazo sano “Sí, no puedo creer que esa… esa cosa te llevará. Además, tú me empujaste, tú me salvaste. Estaba tan asustado cuando te arrastró y desapareciste de nuestra vista. Si no fuera por las ramas rotas los hubiéramos perdido”
“Ya estoy bien chicos, Madame Pomfrey me tiene aquí solo para monitorearme, pero ya estoy como nuevo” intentaba calmar a los llorosos Gryffindor.
Estuvieron hablando por un largo rato, con sus sospechas de que Voldemort (¡No digan su nombre Draco, Harry!) quería la piedra filosofal y que Snape (O Quirrell, no se olviden que también es sospechoso) se lo quería robar para dárselo a su señor. Al final por consenso grupal se determinó que no se haría nada, todo porque Voldemort (¿En serio?, no digas su nombre Draco) le tenía miedo a Dumbledore.
Así pasaron los días, Draco ya había regresado y a su parecer ninguna serpiente le importó el ataque recibido, aunque le sorprendió que un día mientras nadie veía, el niño Parkinson le dio una manzana sin decir palabra para luego irse. “Raro” dijo mientras le daba una mordida a la manzana verde.
En la semana de exámenes el clima fue caluroso, los exámenes prácticos, fueron más fáciles para él. El profesor Flitwick lo llamó y le hizo bailar una piña, fue divertido así que lo mantuvo bailando un largo tiempo mientras sonreía porque se veía gracioso. La profesora McGonagall los hizo convertir un ratón en una caja de rapé, decidió esforzarse lo máximo que podía, haciendo la caja más bonita de todas. Todo para que la profesora no le siga viendo culpable por mandarle al bosque prohibido. Quería mostrarle que era un niño capaz.
El profesor Snape les hizo hacer una poción para olvidar, le parecía divertido ver cómo les respiraba en la nuca a los otros estudiantes, cómo siempre intimidándolos y ponerlos más nervioso con sus exámenes.
En cambio, la realización de los exámenes teóricos, le fue más difícil. Se les dieron plumas nuevas, hechizadas con un encantamiento antitrampa. Estos exámenes fueron muy aburridos de hacer, daba lo mejor que podía, todo lo que recordaba de los libros y las clases de los profesores. Así que pudo terminar rápidamente los exámenes, y como solo se quedaba mirando sus respuestas, su mente lo llevaba a ese día del encuentro del encapuchado.
No le había dicho a nadie, porque tenía miedo de sus reacciones, pero conocía a Voldemort desde su nacimiento, es ese hombre quién lo entregó a esos doctores, lo entregó para que hicieran experimentos con Draco. Él era el responsable de todo su dolor.
Lo odiaba, creía que nunca iba a volver a sentir de nuevo ese oscuro sentimiento. Pero ese horrible ser, ese horrible ser tuvo la culpa de toda su desgracia.
Lo odiaba, lo iba a matar.
Lo quería matar.
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Al terminar los exámenes, estaba feliz de que todo ese martirio acabara. Decidió ir al lago negro, esperando a los Gryffindor. En ese momento vio como los gemelos con el tal Lee Jordan se acercaban “Hola Draco, ¿Te unes? Vamos a molestar al calamar gigante” dijo uno de los gemelos, y al ver que todavía no se acercaban sus amigos fue con los mayores.
Veía como el calamar gigante respondía a los pinchazos de esos niños, se notaba que el calamar se divertía en mojarlos. Así que mientras ellos jugaban se quedó a un lado acariciando un tentáculo. No podía dejar de pensar en Voldemort, en lo que le hizo siendo un bebé. Como lo entregó para ser un conejillo de indias.
Estaba tan pensativo que no se dio cuenta que lo llamaban sus amigos hasta que Harry se acercó y lo empezó a jalar de su brazo, pero en ese momento uno de los gemelos le agarró el otro brazo “No Harry, no puedes acaparar a Draco. Nosotros también lo queremos” decía en forma de burla. Mientras el otro gemelo le sacaba la lengua.
“Si Harry, déjanos al pequeño Draco. Será nuestro pequeño aprendiz en bromas” decía el otro gemelo con burla.
Harry resopló “Tenemos asuntos importantes que atender, así que me lo llevo”
“Oh, asuntos importantes”
“¿Qué clase de asuntos, Harry? ¡Qué niño picarón!”
Harry se sonrojó “¡Nada malo!, me lo llevo” y lo jaló mientras los gemelos se reían.
Cuando llegó con sus otros amigos Ron estaba recostado en el suelo “Solo nos queda esperar una semana para poder ver que tan mal nos ha ido” dijo cuando vio que se acercaban.
“Lo horrible fueron los exámenes teóricos, los odie mucho” Draco se sentó al lado de pelirrojo.
Hermione se sentó al otro lado de Ron “Para mí lo difícil fueron los exámenes prácticos, tengo miedo de que haya fallado en algo”
“Al menos tu caja de rapé no tenía bigote” dijo molesto Harry mientras se sentaba al lado de Draco y se desparramaba a su lado, poniendo su cabeza en el hombro del niño de ojos plateados.
“El mío olía a orina de ratón, y yo sé sobre ese aroma por culpa de Scarbbers” Ron resopló.
“¿Todo bien Harry, te has estado sobando tu frente desde hace rato?” preguntó Draco al ver la mirada de dolor.
“Me ha estado doliendo la cicatriz desde hace una semana. Antes también me ha pasado, pero nunca duraba tanto tiempo” dijo molesto.
Mediante la mención de Hermione de que vaya a la enfermería, Harry negó que fuera ese tipo de dolor sino un aviso, el aviso de que se acercaba el peligro. Dejó de escucharlos debido a que el aroma incienso se explayaba por toda Hogwarts, era un aroma tan sutil pero que tapaba su sentido del olfato que empezaba a molestarlo. No sabía porque Quirrell estaba intentando llenar el aroma por todo el colegio, pero se dio cuenta que él era el único en darse cuenta de este aroma.
Dejó de pensar en todo ello cuando sintió a Harry levantarse rápidamente. “Acabo de pensar en algo. Tenemos que ir a ver a Hagrid” Draco no sabía que se había perdido. Ante el cuestionamiento de Hermione, Harry le respondió “¿No les parece raro que un hombre le ofreciera a Hagrid lo que más deseara? ¿Cuánta gente anda por ahí con un huevo de dragón que están prohibidos por las leyes de los magos? Y qué suerte que justo encontrara a Hagrid.” Al terminar de hablar el niño de ojos verdes se fue corriendo hacia la cabaña del guardabosque, siendo seguido por sus amigos.
Hagrid estaba descansando fuera de la cabaña que al ver a los niños se levantó “Draco, los del departamento de regulación y Control de las Criaturas Mágicas ya se retiraron, mandaron a sus mejores hombres, pero al final no encontraron a esa criatura. Más tarde pienso dar una vuelta por el bosque para darle una última inspección, debemos atrapar a ese animal que te atacó” se veía muy contrariado por la situación.
“Gracias Hagrid, pero ten mucho cuidado, no me gustaría que te haga daño” dijo sintiéndose feliz por la amistad que había ganado con el guardabosque.
Ante el asentimiento de Hagrid, Harry decidió que necesitaba hablar ya “Hagrid ¿te acuerdas de la noche que viste a Norberto? ¿Cómo era el desconocido con el que jugaste las cartas?”
Draco intentaba prestar atención a la conversación generada, sin embargo, se sentía observado, empezó a girar la cabeza y a la entrada del bosque pudo ver a Firenze. Le susurró algo que lo dejó de piedra “Ten cuidado Draco Malfoy, hay una criatura en el colegio buscando una venganza injustificada” en ese momento giró la mirada para ver el castillo.
La maldita bestia estaba dentro del castillo.
Estaba viendo por todas las ventanas que podía, intentando notar que esté esa criatura que lo ha intentado matar dos veces.
No podía dejarlo una tercera, como dicen la tercera es la vencida.
No podía encontrarlo, pero debía avisarle a un profesor, tenía que informarles para que evacuen el colegio, si ese animal estaba adentro iba a empezar a atacar a cualquier persona solo para llegar a él. No se perdonaría si alguien más salía herido por su culpa.
Empezó a moverse, directo al castillo necesitaba encontrar a Snape, a Dumbledore o a McGonagall para informar sobre el monstruo que estaba adentro. Tal vez Voldemort estaba contenido por el miedo que le tiene al director, pero ese león no tiene algo de temer, nadie lo podía mantener contenido.
“Tenemos que ir a ver a Dumbledore” escuchó decir a Harry “¿Dónde está el despacho?”
“Por aquí, su despacho está por aquí” dijo Draco empezando a caminar, al dar cinco pasos fueron retenidos por la vos de la profesora McGonagall.
“¿Qué están haciendo los cuatro aquí?”
“Tenemos que ver al profesor Dumbledore” dijo Hermione valientemente.
Ante la pregunta del por qué, los Gryffindor se quedaron callados, Draco tomó la palabra necesitaba informarle a la profesora “El león está dentro del castillo” dijo apresurado Draco empezando a mirar por todos lados y percibiendo los aromas, sin embargo, el incienso seguía en el aire.
“Joven Malfoy, ya han venido por parte del Ministerio para revisar sobre el tema del león, y han concluido que se ha ido definitivamente del colegio” intentó tranquilizar la profesora.
“No, está aquí, en el castillo. Lo puedo sentir, lo presiento” dijo ansiosamente “Debemos informarle a Dumbledore, si ataca a los alumnos, si los ma…”
“El director se fue hace diez minutos. Tuvo que rellenar los datos sobre esta nueva criatura para el registro de las criaturas mágicas, fue al ministerio. Regresará mañana” ante la sorpresa de los niños que confundió con miedo continuó “Pero no deben temer, esa criatura ya no está en el castillo. No debe preocuparse joven Malfoy, solo está nervioso por lo vivido” intentó tranquilizar al menor y se retiró.
Los niños también decidieron moverse lo más lejos posible, cuando confirmaron que no había otras personas cerca los tres niños miraron a Draco “¿El león? ¿Estás seguro de que está adentro? ¿Lo hueles?” dijo Harry nervioso por todo lo que sentía que se juntaba.
“No puedo olerlo, hay un asqueroso aroma a incienso que tapa mi sentido del olfato, pero lo presiento. Además, que Firenze me lo advirtió, me dijo que estaba en el colegio. La última vez que me dijo eso, a los minutos nos atacó en el bosque prohibido. Ahora me lo ha vuelto a decir, si los del ministerio no lo encontraron en el bosque, significa que se desplazó aquí, en el castillo” se sentía ansioso, debía encontrarlo “Debemos encontrarlo antes que haga daño a alguien”
Sus amigos se vieron muy preocupados por todo lo dicho “Maldición, no puedo creerlo. No solo alguien quiere robar la piedra filosofal para Voldemort, sino que en el colegio está ese león” hablaba Harry.
“Si trabajan juntos” habló Ron, recibiendo la mirada sorprendida de sus amigos “No creen que sea demasiada coincidencia que estén atacando el colegio en el mismo momento que el-que-no-debe-ser-nombrado busca desesperado la piedra filosofal. Además de que los dos estuvieron en el bosque prohibido juntos”
“Puedes tener razón Ron, no sabemos cuánto tiempo ese león pudo estar en el bosque prohibido esperando atacar, y por lo que sabemos Voldemort lleva varios meses matando a los unicornios para beber su sangre. Sería difícil que no se hubieran encontrado, especialmente de que los ataques que recibieron en el castigo estuvieron muy cerca en ubicación” hablaba Hermione.
Draco asentía a lo dicho por sus amigos “Puede que tengas razón, además ese león es enorme no puede ser posible que haya podido entrar al colegio sin la ayuda de alguien. Debería tener una ayuda interna, porque si él entraba yo hubiera podido percibir su aroma, pero…”
“¡El incienso!” gritó Harry “No podrías percibir su aroma por culpa del incienso, que te ha tapado la nariz. La persona que ha estado usando eso puede estar confabulada con el león, o sería demasiada coincidencia que justo use eso cuando presientes que está aquí adentro”
“Quirrell” susurró “Es Quirrell. Cuando pasó el primer ataque al día siguiente olí por primera vez el incienso, seguro lo había metido al castillo para que ni Hagrid ni ningún profesor lo pueda encontrar en el bosque. Y ahora pasó lo mismo, lo metió al castillo cuando los del ministerio vinieron a inspeccionar. Esa maldita rata nos estuvo viendo la cara de idiotas desde hace tiempo”
“Pero, ninguno de nosotros percibiría el aroma de esa bestia, ¿Por qué usaría el incienso?” dijo Hermione, mientras ponía una cara de duda, hasta que se le iluminó el rostro “Él debe saberlo, debe saber que puedes transformarte Draco. O que alguien tiene esa habilidad, porque o sino no se habría molestado con el incienso, nadie en el colegio hubiera percibido su aroma”
Esto provocó que Draco jadeara y que Harry golpeara la pared “¿Siempre lo supo? ¿Si nos chantajea con el secreto? Además, no creo que un profesor nos crea sin pruebas, especialmente si estamos culpando a Quirrell, quién parece que no puede matar a una mosca sin sufrir un ataque” Harry intentó calmarse “Debemos detenerlos, lo más probable es que hoy vayan por la piedra filosofal aprovechando que Dumbledore tuvo que irse a Londres”
Ron asintió “Entonces debemos de…” la tos de Hermione los interrumpió.
Draco prestó atención ahora lo que estaba pasando, porque desde que Hermione mencionó que alguien más sabía su secreto lo dejó en shock. En eso pudo ver a Quirrell acercarse.
“Jóve… jóvenes deben ir yen…yendo al comedor. Ya…ya se va a acabar la hora del almuerzo” dijo todo tembloroso y tartamudeando, su maldita fachada.
Draco iba a saltarse encima suyo, pero Harry lo agarró de la muñeca “Gracias profesor, en este momento nos vamos a comedor” dio una sonrisa forzada, mientras arrastraba a Draco y era seguido por Ron y Hermione que se despedían del profesor.
“No podemos atacarlo así nomás, si lo enfrentamos no va a decir la verdad, debemos tener pruebas o recuperar antes que él la piedra para evitar su objetivo principal o al menos evitar que la consiga” decía Ron “Hermione debería intentar seguir a Quirrell” ante la mirada de duda de la niña siguió hablando “Puedes fingir que estás buscando al profesor Flitwick, esa sería tu coartada, de que quieres preguntarle sobre algún problema en el examen de Encantamientos.” Luego miró a Draco “Tú amigo, deberías ir revisando por todo el castillo, escuchando los pasillos y salones por si encuentras a ese león, si lo encuentras será mejor que corras, no te enfrentes, eres el más rápido de todos, si vas con uno de nosotros podríamos retrasarte” Draco asintió. “Harry y yo iremos al pasillo de tercer piso a revisar que no se acerque Quirrell”
Todos los niños asintieron y empezaron a cumplir lo ordenado. Draco estuvo yendo lo más rápido posible por todo el castillo, agudizando sus oídos para intentar percibir cualquier ruido que alguna vez escuchó emitir al león, pero nada, no encontraba nada. Estaba desesperándose, tal vez usó el profesor un hechizo silenciador.
Cuando vio que no iba a obtener nada, fue a la sala común de Gryffindor. La Dama Gorda ya lo conocía por lo que al darle la contraseña no cuestionó que entrara a una casa que no era suya.
Al ver a sus amigos sentados en el sillón derrotados se dejó caer junto a Harry “Lo siento chicos, no pude encontrar nada, estuve revisando por todo el colegio, pero no escuché nada raro” dejó caer su cabeza cansado en el hombro de Harry, mientras el niño le acariciaba lentamente su cabeza.
“No queda otro remedio, ¿verdad?” habló Harry sin dejar de acariciar la cabeza de Draco “Iré esta noche, trataré llegar antes y conseguir la Piedra” esto solo generó desaprobación entre Ron y Hermione.
Draco lo agarró de sus dos hombros “Iré contigo, no podemos dejar que Voldemort esté de vuelta y que ese león ataque a los compañeros”
“Sí, debemos ir por todas las personas que dieron su vida en la primera guerra para derrotar a Voldemort. Por mis padres que murieron a manos de Voldemort. Sí el regresa, convertirá al colegio a uno de Artes Oscuras y usará a los niños como futuros mortífagos, debemos evitarlo” decía enojado Harry “Iré con Draco y nadie nos detendrá”
Las palabras de Harry hicieron cambiar la convicción de sus otros dos amigos, quienes también se enlistaron para ir contra Quirrell.
Al terminar la cena Draco se fue a la lechuzería rápidamente, decidió escribir una nota para Snape explicándole que iban hacer esa noche. Quería decirle todo lo que estaba pasando, pero sentía que tenía que enfrentarse a ese león solo, ese león que parecía saber de su pasado, necesitaba intentar conversar con él, saber cómo lo conocía. Puso una alarma en la lechuzería “Aquiles, cuando ese reloj suene debes ir volando a buscar a Snape y entregarle esta nota” ante el asentimiento de su lechuza le dio un pequeño beso en su cabeza y le dio un premio “Si no regreso, quiero que sepas que te quiero mucho Aquiles, y estarás a cuidado de Snape, seguro mis amigos te visitaran, porque no sé si yo voy a regresar, pero sí sé que haré todo lo posible para que ellos regresen” le dio un último beso y se fue.
Tuvo que ir a la casa de Slytherin a esperar a la hora acordada de que lo iban a recoger. Mientras tanto se había encerrado en su habitación practicando todos los hechizos que Snape le había enseñado en todo el curso escolar. Salió de la casa cuando llegó la hora del encuentro, estuvo esperando por largos minutos hasta que pudo escuchar tres pares de pasos acercándose, volteó y vio como Harry se quitaba la capa, detrás suyo estaban los otros dos niños. “¿Por qué tardaron?” empezaron a caminar.
“Neville intentó retenernos y también nos encontramos con Peeves, además de que no contábamos de que la casa de Slytherin estaba tan lejos” susurró Harry.
“Hubieras visto como Hermione paralizó a Neville y como Harry engañó a Peeves haciéndose pasar por el Barón Sanguinario, fue increíble” decía Ron emocionado.
“Luego quiero escuchar la historia completa” dijo Draco esperando poder escucharla.
Al llegar vieron la puerta entreabierta “Quirrell seguro ya pasó a Fluffy” dijo Harry mirando la puerta, antes de dar un paso adelante, volteó a mirar a sus amigos “Si desean regresar no se los reprocharé, pueden llevarse la capa, desde este momento no lo necesitaré”
“No seas estúpido”
“Vamos contigo”
“Somos un equipo, ¿no?”
Los cuatro niños entraron al salón.
Entraron cuatro, esperaban salir los cuatro.