
Batalla contra el pasado
Cuando entraron al salón lo primero que pudieron apreciar fue que Fluffy estaba empezando a levantarse lentamente, debido a que el arpa que se encontraba a sus pies empezaba a detenerse poco a poco. En ese momento Harry sacó una flauta que le pertenecía a Hagrid y empezó a tocar.
“Fluffy no tiene un buen gusto musical” habló Draco al ver como la criatura se quedaba dormida con el tono extraño que salía de esa flauta. Era como si estuvieran matando a un animal. Su comentario le ganó una mirada enojada por el supuesto músico.
“No es momento para eso Draco, Harry sigue tocando” advirtió Ron mientras salía de la capa y se arrastraba hasta la trampilla. “Creo que podemos abrirla, ¿Las damas primero, Hermione?”
“¡No, no quiero!” habló indignada Hermione.
Ron asintió, un poco apenado, y abrió la trampilla “¿Qué puedes ver?” preguntó Hermione con ansiedad.
Draco se acercó al lado de Ron “No se ve nada. Lumus” apuntó Draco su varita dentro de la trampilla, pero no iluminaba todo el lugar “Lumus máxima” la luz se hizo más fuerte, pero aun así no podía llegar a ver el fondo “Lo que sí puedo advertir es que la caída es de una altura bien alta”
Harry se acercó aun tocando la flauta, para luego dársela a Draco. Draco aceptó tocarla porque veía como su amigo empezaba a ponerse rojo por el esfuerzo. Cuando empezó a tocar se sonrojo levemente al ver que sus dotes musicales no estaban tan alejadas a los de Harry, este solo le lanzó una sonrisa divertida para luego mirar la trampilla seriamente. “Yo voy primero, si algo me sucede, no me sigan. Vayan directo a la lechuzería y envíen a Hedwig a Dumbledore ¿de acuerdo?” no dejó momento para replica cuando saltó.
Draco por el susto dejó de tocar, pero en eso escuchó el gruñido del perro, por lo cual tuvo que volver a tocar la flauta “¡Todo bien! ¡Fue un aterrizaje suave!” gritó Harry haciendo que la preocupación generada por varios segundos desaparezca.
Ron al escucharlo saltó inmediatamente. Hermione se quedó unos segundos en duda, Draco decidió darle un pequeño golpe de hombros para darle valor, la niña saltó.
Luego de algunos segundos, también saltó. El aire era húmedo y frío, seguía cayendo y todavía no llega al fin, hasta que calló en algo mullido. Se incorporó y vio a como Hermione saltaba del lugar dónde habían caído todos y chocaba con una pared húmeda. Además, pudo ver como Harry y Ron empezaban hundirse en aquella planta. Intentó agarrarlos de las manos para intentar levantarlos, pero empezó también a hundirse. Tal vez primero antes de querer salvarlos, tuvo que ponerse a resguardo él.
Bueno ahora los tres estaban atrapados.
Draco empezó a moverse para intentar sacar su varita, pero su torso ya estaba atrapado, así que se transformó e intentó morder con sus colmillos la plantas que lo rodeaban de sus brazos, pero estas la empezaron a sujetar del cuello “Dejen de moverse. Es un lazo del diablo” decía Hermione asustada viendo como sus amigos empezaban a ser arrastrados poco a poco.
“¡Oh! Me alegro de saber cómo se llama, es de gran ayuda” dijo un desesperado Ron, evitando que el lazo del diablo lo agarra del cuello.
“Cállate, estoy intentando recordar como matarla” decía mientras se ponía a pensar.
“Date prisa, no puedo respirar” decía Harry.
Draco recordó ese día con Snape, cuando estaba revisándole su ensayo de herbología, sabía la respuesta. Pero no podía hablar el lazo del diablo le había tapado el hocico, cuando volvió a transformarse este lazo aún seguía en su boca, evitando que haga un ruido.
“Lazo del diablo… Le gusta la oscuridad y la humedad” hablaba Hermione.
“¡Entonces enciende fuego!” gritó un Harry que ya estaba atrapado hasta los hombros y que le lanzaba una mirada preocupada a su amigo rubio que estaba siendo estrangulado.
Hermione empezó a mirar por todos lados, cómo buscando algo “¡No hay madera!”
Ron se desesperó “¿Te has vuelto loca? ¿Eres una bruja o no?” gritó y en ese momento el lazo lo agarró del cuello, empezando levemente a ahorcarlo también.
El aire empezaba a desaparecer de sus pulmones, Draco estaba empezando a hundirse más rápido solo se veía sus ojos. En eso Hermione mando llamas a la planta, en segundos el lazo del diablo empezó a soltarlos, y se iba retirando a causa del calor y la luz que produjo el fuego.
Cuando fueron soltados Draco, se quedó arrodillado intentando ingresar en sus pulmones todo el aire que le faltó durante esos segundos. Harry se acercó para ayudarlo a levantarlo “Me alegro de que hayas aprendido bien Herbología Hermione” Draco solo asintió ante lo dicho por su amigo con la cicatriz.
Siguieron el camino, el cuál era tenebroso, se podía escuchar el goteo entre las paredes, y el camino iba de bajada. En eso un leve zumbido se hizo presente para Draco además de un tintineo. “¿Creo que hay algo alado adelante?” dijo Draco, y mientras más se acercaban sus amigos al fin pudieron escucharlos, cuando entraron a la habitación arriba de ellos vieron varios pajaritos brillantes que revoloteaban por toda la habitación, y al otro extremo se podía ver una puerta de madera.
“¿Si nos ataca cuando crucemos?” decía un poco asustado Ron de pensar ser atacado por una bandada furiosa.
“Voy a correr” dijo y empezó a correr hasta la puerta al extremo de la habitación, mientras se cubría la cabeza. Al final ninguna avecilla terminó atacándolo. Al ver que no pasó nada los otros tres niños corrieron al lado de su amigo de cabello negros.
Intentaron manual y mágicamente abrir la puerta, pero esta no se abría con nada, hasta que pudieron comprobar que las avecillas en la habitación no eran avecillas, sino llaves.
A un lado de la puerta había unas tres escobas, además, había otra escoba en el suelo destruida, cómo si en un momento de furia lo hubieran roto en dos. Harry agarró las tres escobas y les dio a Ron y Hermione. “Draco te quedas abajo, tú tienes la mejor vista” dijo Harry.
Draco solo asintió y sus amigos empezaron a volar “Debemos encontrar una llave grande, antigua, de plata probablemente como la manija de la puerta” decía Hermione mientras también empezaba a elevarse.
En eso Draco empezó a ver cada llave que volaba sobre él, cuando a los segundos pudo encontrar una con las descripciones que Hermione dijo.
“Es esa, la que tiene el ala rota, la que está cerca de la esquina en el techo, está empezando a bajar” señaló la llave.
Harry la miró y al ver que casi Ron se caía de la escoba intentando atraparla, mencionó “Tenemos que encerrarla, Ron ven desde arriba, Hermione, quédate abajo y no la dejes descender. Yo la atraparé” en ese momento empezaron a efectuar el plan.
El plan de Harry fue todo un éxito cuando al fin pudieron encerrar a la llave voladora con sus cuerpos, y Harry al fin pudo atraparla. Al tenerla en su mano, se lo lanzó a Draco quién inmediatamente abrió la puerta cerrada. Los niños aterrizaron rápidamente y entraron al siguiente obstáculo.
En eso al frente suyo apareció un enorme tablero de ajedrez, con enormes piezas negras y blancas.
“Tenemos que jugar” dijo Ron mirando el enorme juego “Para cruzar a la siguiente habitación” se acercó al caballeo negro y lo tocó, haciendo que este cobrara vida y mirara a Ron. “¿Tenemos que unirnos a ustedes para cruzar?” ante el asentimiento del caballo miró a los otros tres niños que estaba expectantes. “Bueno no se ofendan, pero ninguno de ustedes es bueno jugando al ajedrez”
“No nos ofendemos” dijo Harry / “Me ofendes muchísimo, he estado mejorando” dijo Draco intentando distraerse. Sus palabras solo recibieron una mirada en blanco por parte de los otros tres niños.
“Bueno, Harry ocupa el lugar del alfil, tú Hermione, junto a la torre y tú Draco toma al peón de allá” empezó el juego Draco podía sentir como se movían por el tablero, pero en ese momento estaba concentrado en el ruido que escuchaba en la otra habitación, era una respiración junto con movimientos suaves. Cómo si alguien estuviera despertándose, podía escuchar un gruñido de queja y un objeto cayendo al piso.
El siguiente obstáculo era una criatura, una criatura que está desorientada porque se acababa de levantar. Pueden usar ese estado de aturdimiento para ganarle entre todos.
Pero no siempre todo pasa como uno planea.
“¡Esto es ajedrez! ¡Hay que hacer algunos sacrificios! Yo haré mi movimiento, ella me atacará y eso te dejará libre el camino para que puedas hacer jaque mate al rey, Harry” gritaba Ron para que los niños entiendan que ese era el único paso posible para seguir avanzando.
Draco intentó ver todas las fichas en el ajedrez para ver si había un movimiento que Ron pudo haber dejado de lado, pero si Ron no pudo encontrarlo él menos, Draco no era tan bueno jugando ajedrez como lo era su amigo pelirrojo.
Quería tomar el lugar de Ron, pero había una criatura al otro lado de la habitación, no podía dejar que se enfrentaran a ella los tres niños. Se sentía mal en tener que elegir, pero al final, si tomaba el lugar de Ron, igual caerían con el siguiente obstáculo. Cerró los ojos cuando vio como la reina atacó al caballo dónde estaba su amigo, pudo escuchar cómo se rompía en pedazos la pieza, además como había un golpe seco, y la sangre fluyendo.
Harry movió su pieza y pudo hacer jaque mate al rey. La puerta se abrió, y los tres chicos corrieron por el pasadizo yendo a la siguiente prueba “Hay una criatura” susurró Draco para advertirle a sus amigos, abrió la puerta.
El aroma del troll iba debilitando poco a poco el aroma de incienso que estaba en esa habitación, era desagradable, había al frente suyo un trol un poco más grande que el que se enfrentaron en Halloween, tenía un gran bulto sangrante en la cabeza y cuando los vio soltó un gruñido fuerte.
Harry y Hermione debían seguir “Váyanse, sigan avanzando, yo me enfrentaré a este trol” les dijo a sus dos amigos que estaban a punto de protestar “Ron hizo un sacrificio, no debemos atrasarnos más, no podemos permitir que Quirrell tome la piedra. ¡Vayan!” les gritó, en ese momento recibió un asentimiento por parte de los niños.
Draco corrió y cuando estaba para saltar se transformó, mordiendo con fuerza uno de los brazos del troll delante suyo, esto permitió ofrecerle el tiempo necesario para sus amigos de poder ir al siguiente obstáculo. Esperaba terminar lo más rápido posible para poder ir corriendo al siguiente obstáculo y ayudar a sus amigos a enfrentarlo.
El troll empezó a mover su mazo con fuerza intentando golpearlo, pero Draco lo soltó, para moverse rápidamente a su pierna y morderle con fuerza, esperaba escuchar el crujir de sus huesos, quería hacerlo disminuir su velocidad y movimiento, sin embargo, tuvo que soltarlo cuando el mazo fue volando hacia su rostro, al esquivarlo rodó y volvió a ser humano para poder sacar su varita.
Cuando vio que el mazo iba directo a él “¡Flippendo!” dijo señalando su arma, haciendo que este le golpee en la cabeza al troll. Cuando estaba levemente aturdido “Bombarda Máxima” gritó, empezó a quemarse sus vestimentas y con ella su piel. Esto generó que se enojara más y empezara a atacar de forma errática hacia él, por lo cual se dispuso solo a esquivar mientras pensaba en que podía hacer.
En eso recordó que el primer troll se había desmayado con un buen golpe en la cabeza, necesitaba algo más pesado, algo más pesado que ese mazo para desmayar a ese troll de mayor tamaño.
“Las rocas” susurró al ver como con cada golpe que daba la criatura empezaba a romper algunas estatuas de piedra que estaban alrededor. Por lo cual, decidió buscar la más grande roca de todas, mientras con la mirada seguía esquivando los ataques. Al final, la encontró.
Buscando generar un espacio amplio le lanzó al troll un “¡Depulso!”, el hechizo logró poner una cierta distancia entre los dos, busco estar enfrente de la roca y que el troll estuviera en el medio de ellos, por lo cual mientras intentaba alcanzar esa medida perfecta el troll empezaba acercarse.
Encontró el ángulo perfecto “¡Accio roca!” gritó justo cuando el troll estaba a unos metros delante suyo, eso era lo malo de estar en una habitación tan pequeña. La roca fue volando para llegar a Draco, y como el troll estaba en camino le dio con fuerza, y varias rocas que se estrellaron en esta criatura terminaron cayéndole a Draco en su rostro, podía sentir la sangre fluyendo por su rostro. Tuvo que esquivar al troll que empezaba a caer sobre él.
Estuvo acuclillado y en alerta varios segundos, sin embargo, el troll no se levantó. En ese momento Hermione entró a la habitación “¿Hermione? ¿Dónde está Harry?” dijo al solo verla a ella.
La niña vio al troll caído “Lo lograste, tenía tanto miedo que algo te pasara” fue corriendo y lo abrazó.
“¿Lo dudaste? eso me hiere” dijo con un deje de broma, para luego volverse serio “Pero ¿Dónde está Harry?”
“Solo había poción para una persona, él decidió ir mientras yo venía a verlos a ti y a Ron” decía Hermione.
Draco asintió “Ve y ayuda a Ron, estoy preocupado por él. Yo voy a ver si hay otra forma de entrar al siguiente obstáculo. Estoy preocupado porque no hemos visto al león todavía.” Su amiga asintió y se fue a rescatar a Ron y de ser posible llevarlo a la enfermería.
Abrió la siguiente puerta, y ahí solo había siete botellas de tamaños distintos. Y una de ellas estaba vacía, otra estaba a la mitad, las demás estaban llenas. Leía el rollo de papel, pero no mostraba una prueba extra, empezó a buscar por todo el cuarto una entrada más, pero el resultado era nulo.
Estaba desesperado, pero en eso pasos pesados se escuchó acercándose, yendo directamente a él, cuando volteó, apreció al león entrando a la sala.
Estaba en la puerta, mirándolo a los ojos. Draco tenía miedo, miedo de tener que enfrentarse de nuevo a esa bestia. Pero sentía que era un encuentro predestinado, esto debía suceder.
La bestia corrió y saltó para arañarlo con sus garras, sin embargo, en el último segundo “Saggita Canieci” de la punta de su varita, salió una flecha en forma de rayo que impactó en el pecho del león, el ataque los mandó a volar unos 4 metros atrás. Pudo notar como el león empezaba a desangrarse por esa herida formada.
Aún con la herida recién formada el animal siguió caminando hacia él, sabía que era momento de acabar con todo. Esa era la pelea final, alguien debía morir o tal vez los dos iban a morir ese día. El león volvió corriendo a él, mientras levantaba una pata con unas garras bien afiladas “Protego” el escudo apareció al frente suyo, mientras tenía la mano levantada para poder mantener firme el escudo veía el entorno para ver que hacer, esa distracción aprovechó el animal para romper el escudo y desgarrarle su pecho, lo positivo era que el escudo evitó que el ataque fuera con fuerza, lo negativo fue que igual dolió horrible y que lo tumbó al suelo, cuando el animal empezó acercarse “¡Depulso!” mandó atrás al animal solo por unos dos metros, sin embargo, antes de volar le dio un golpe con su pata trasera en su mano haciendo que su varita vuele.
El niño al ver como su varita se había ido volando por unos 5 metros, dio una voltereta para llegar a esta, se transformó, pero justo en ese momento el león se abalanzó sobre él. Draco no pudo agarrar su varita, por lo cual usaba sus patas para rasguñar y mantener alejado a la bestia para poder alcanzar su herramienta mágica, pero el león buscaba mantenerlo lo más alejado de ella. Estuvieron varios minutos lanzándose rasguños y mordidas, no sabía cuántas de ellas recibió, pero podía sentir la sangre derramándose por todo su pelaje.
Cuando la bestia lo agarró con sus colmillo una de sus patas delanteras, a los segundos escuchó un fuerte crujido, supo que el hueso de su brazo estaba roto, ahora la desventaja era mayor, su movilidad estaba restringida.
Con una voz rasposa habló el león “Es bueno comprobar que …que soy mucho mejor que tú” en cada palabra había un carraspeo, cómo si le costara hablar. Al hablar lo soltó, siendo aprovechado por Draco para poner la mayor distancia posible entre los dos en esa habitación. “Sobre todo porque por tu culpa y de tus tontos amigos lobos, los demás fuimos dejado de lado, fuimos botados como basura” se empezaba acercar.
Draco empezó a alejarse mientras empezaban a trasladarse por todo el lugar, mientras el león estaba frente suyo a varios metros, solo giraban “¿De qué hablas? ¿Quiénes son los demás?” decía asustado, intentando mantener toda la distancia posible.
El león solo mostró una sonrisa oscura “Claramente solo te preocupaste por los tuyos, y que los demás se mueran, ¿no?”
“No sé de que hablas, no entiendo lo que estás diciendo” decía desesperado, mientras intentaba buscar su varita, pero no lo encontraba lo más probable es que se hubiera movido debajo de los escombros.
En ese momento la bestia soltó un rugido y saltó hacia adelante, Draco saltó a un lado esquivando el ataque a las justas, porque le araño levemente su brazo, hasta ese momento sano. El león empezó a respirar pesadamente, podía notar que su primer ataque de flecha seguía haciendo que derramara sangre “¡Te divertiste cuando te volviste en el favorito! ¡Se volvieron lo más novedoso, especialmente cuando no fueron basura como los demás! ¡Por su culpa, por tú culpa no volvieron a hacer investigaciones con nosotros! ¡Yo iba a conseguir un cuerpo humano, ya no iba ser solo este sucio animal! ¡Pude tener una jodida vida normal, como tú! ¡Pero lo jodiste, los jodiste, lo jodiste!” gritaba desesperado empezando a saltar sobre él de forma desesperada, sus ataques eran continuos.
Draco solo podía esquivarlos no completamente, tal vez no les llegaba con toda la fuerza, pero empezaba hacer pequeños cortes por varias partes de su cuerpo, su rostro, sus brazos, su pecho, su espalda, sus piernas. Cualquier lugar que pudiera alcanzar empezaba generar cortes en el cuerpo del niño. “¡No lo sabía! No sabía que estabas ahí, ellos me hicieron daño, me lastimaron, solo quería que todo terminara” decía mientras seguía esquivando, y buscando desesperadamente su varita. Solo tenía la movilidad de su brazo izquierdo, desde hace unos minutos dejó de poder mover el otro, dejó de sentir dolor en ese brazo. Las fracturas eran molestas.
“¡Nos lastimaron a todos, no eres especial!” se le quedó mirando, se quedó quieto “Tú crees que solo tu sufriste, que solo a ti te destruyeron. Miren que niño más egocéntrico tenemos. Me lastimaron a mí, a mi lote y a los demás lotes” Draco lo miraba sorprendido “No lo sabías” susurró, luego empezó a reírse de una forma rota “En serio no lo sabías, no sabías de los demás. ¿Creías que eran los únicos? ¿Creyeron que eran los primeros experimentos?” se vio resignado “Tú grupo era el lote 4 versión 2, fueron el mayor éxito y cuando ustedes sobresalieron los demás lotes fuimos dejados en el olvido”
Draco estaba en shock sobre todo lo descubierto “Yo…yo… lo siento, no sabía nada de eso, lo siento” las lágrimas empezaron a salir por su rostro “Lo lamento mucho” Draco había bajado las defensas, sentía que todo lo dicho era demasiado, era su culpa. Todo siempre era su culpa.
Las personas siempre se lastimaban por él.
El león se lo quedó mirando para luego suspirar “Tus disculpas no arreglan nada” saltó de improvisto, sorprendiendo a Draco mientras lo tumbaban al suelo, el león se puso encima suyo y clavó sus garras a los costados de su torso “Pero tal vez tu muerte me traiga tranquilidad”
Draco tosió y salió un poco de sangre, tal vez las garras perforaron algo en su interior, no quería pensar en ello, solo estaba intentando golpearlo con sus puños intentando alejarlo, o se transformaba para rasguñarlo con sus garras o darle fuertes mordiscos. Pero el león se divertía de sus intentos.
Cuando se volvió humano de nuevo, totalmente cansado y empezando ver doble por la pérdida de sangre, dejó caer su cabeza y las giró a los lados, esperando ver una ayuda, algo que lo ayude a salvarlo. En eso lo vio.
Su varita, su varita se encontraba debajo de unos escombros, estaba a su izquierda a un par de metros. Se estiró, pero no lo alcanzaba. Intentó distraer al león empujándolo con sus piernas contra su pecho, necesitaba mantenerlo lejos, porque el animal empezaba a acercarse a su cuello, iba a desgarrarlo, ya se había terminado de divertirse con él.
Se arrastraba intentando alcanzar su varita, pero ese animal se acercaba cada vez más, sus piernas empezaban a doler. “Nunca tuviste que existir” susurró estando a centímetros de su rostro.
Draco alcanzó la varita, estaba desesperado, adolorido, ensangrentado y empezaba a perder la conciencia. Quería alejarlo, que no le haga más daño, lamentaba todo lo que le pasó, pero Draco también quería vivir. “Sectumsempra” dijo la maldición inventada por su padrino que se lo enseñó por culpa de los ataques de esta misma bestia. Severus estaba paranoico, pero como siempre, tenía razón.
Pudo notar como la bestia voló para atrás unos metros, y se le empezaba a formar diversas heridas de cortes en su cuerpo, unas cuchillas invisibles lo atacaban generando que empezara a desangrarse de forma rápida. Cuando Draco pudo sentarse vio la sangre empezando a escurrir por todo el suelo de la habitación, empezando a combinarse con su propia sangre. Gateando se fue acercando y lo miró a los ojos, ojos que empezaban a opacarse, se le estaba yendo la vida al león “Los demás vendrán por ti. Ellos te matarán, maldito bastardo” fueron sus últimas palabras antes de que dejara de respirar y su mirada se quede sin vida.
Sus últimas palabras a Draco estuvieron llenas de desprecio y odio. Parecía que era el sentimiento que mayormente generaba en las personas.
“Lo siento” susurró, las lágrimas no habían dejado de caer por su rostro “Lo siento”. Todo siempre era su culpa, nunca podría hacer a alguien feliz, solo traía desgracia a las personas. “Lo siento”
No sabe cuanto tiempo estuvo arrodillado al lado del león, sentía que en cualquier momento se iba a desmayar, pero esa preciada oscuridad no llegaba. “¡Draco!” escuchó la voz de Snape, cuando volteó pudo ver al profesor de pociones que se acercaba corriendo a él, atrás suyo estaba el director que caminaba lentamente, por su edad suponía.
Cuando el profesor llegó a él, y empezó a revisarlo desesperado con la mirada, supo que eso era lo que necesitaba, necesitaba que Snape este ahí para sentirse protegido. Porque en ese momento se desmayó en sus brazos.
Lo último que pudo escuchar fue que gritaban “¡Draco! ¡Draco! ¡Draco!” mientras todo se oscurecía.