Draco Malfoy y el León furioso

Harry Potter - J. K. Rowling
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Draco Malfoy y el León furioso
Summary
La vida nunca ha sido justa para los inocentes, eso lo puede dar por hecho Draco quien ha vivido desde su más tierna infancia en un abismo de dolor, sin embargo, cuando pudo liberarse con secuelas de aquella vida y con esperanzas para el futuro todo se derrumbó cuando descubrió que no era amado por su familia, además de que el colegio a dónde iba a residir no era el lugar seguro que prometían ser.Lo único que le queda es seguir sobreviviendo.Solo sobrevivir o eso creía.
Note
Buen día, tarde o noche. Como podrán ver este fic será un reescritura de la saga, por lo cuál espero poder captar la atención sobre los nuevos sucesos que se vayan agregando con el tiempo.Además de que este capítulo, es como una introducción vago de los sucesos que se van ir desarrollando dentro de la serie.Advertencia de violencia, odio a uno mismo, amor poco saludable a la familia.Gracias.
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Bosque prohibido

Ya no podían hacer nada en ese momento. Solo les quedó seguir a Filch sin hacer ningún comentario. Al final habían sido atrapados por este hombre.

 

Mientras caminaban Draco decidió quitarle el embrujo a Parkinson, igual ya estaban atrapados, no quería ser señalado de atacar a sus compañeros de casas. Esperaba que su hermano y Bulstrode siguieran desmayados, para no sumar más problemas a su conducta, por consiguiente, a su futuro castigo. Filch les había comentado que estaban yendo al despacho de la profesora McGonagall, obviamente había visto que Snape lo favorecía e intentaba cuidarlo, por lo cual lo llevaría a un profesor imparcial.

 

En el camino se puso a ver a sus acompañantes al verdugo, Hermione se notaba muy temblorosa, todo su cuerpo temblaba y además se podía notar como intentaba aguantar las lágrimas. Harry estaba metido en su cabeza, pensando y pensando, seguro se estaba echando la culpa por olvidar la capa, empezaba a ver como empezaba asustarse, podía sentir como le apretaba a cada segundo con más fuerza su mano, no le dijo nada, si agarrar con fuerza la mano de Draco lo tranquilizaba lo iba a dejar. Parkinson, tenía una mirada en blanco, pero sus manos y brazos temblaban, seguro se estaba replanteando de seguir el plan de Lesath, solo esperaba que no los mencionaran, porque o sino tendrían que buscar a los otros dos niños, que seguro debían estar desmayados en un salón en desuso.

 

Estuvieron sentados en el despacho de la profesora McGonagall un tiempo, esperando que Filch la encontrara para que pueda darles el castigo. Todos estaban en silencio, esperando a su verdugo para cortarles la cabeza. A Draco no se le ocurría como poder librarse de este problema, fueron encontrados fuera de cama, podrían tapar sobre Norberto, pero no que los encontraran. Además, que no sabía que historia contaría Parkinson.

 

En ese momento la profesora McGonagall entró y Parkinson soltó todo para defenderse, tal vez tuvo que mantener el hechizo “Profesora McGonagall, yo estaba tratando de evitar que Malfoy saliera de la cama, quería encontrarla para advertirle, había escuchado que quería reunirse con sus amigos para poder …”

 

Ante la mirada enojada de la profesora el niño decidió callar “Nunca lo había creído de ninguno de ustedes” esas palabras fue dirigida a Draco, Harry y Hermione, quienes se encogieron en su lugar, en cambo, Parkinson se notó ofendido “El señor Filch dice que estaban en la torre de Astronomía. Es la una de la mañana. Quiero una explicación” se notaba furiosa la profesora, no necesitaba gritar, pero en serio lo estaba intimidando.

 

Nadie quería responderle a la profesora sobre lo sucedido, pero mientras más se quedaban callados podían sentir que la profesora se enojaba a cada segundo, ni siquiera Parkinson que tenía una lengua suelta, hablaba para salvarse.

 

“Me iba a reunir con Harry y Hermione en la torre de Astronomía para poder tener una sección de estudios sobre esa clase, era mejor estudiar en la noche. Seguro Parkinson nos escuchó hacer esos planes y decidió detenernos, por eso estaba buscando a algún profesor. Ya sabe, seguro esperaba que me castigaran” intento no embarrar mucho a Parkinson, sabía que sí le echaba la culpa iba a mencionar sobre el dragón. No quería ni siquiera que ese tema sea tocado. El niño lo miró sorprendido, seguro pensando porqué lo estaba intentando salvar.

 

La profesora parecía creer su historia, pero eso no apaciguó su enojo “Estoy disgustada, cuatro alumnos fuera de la cama en una noche” significaba que no habían encontrado a Lesath y Bulstrode, eso lo tranquilizaba “Tú, Hermione Granger, pensé que tenías más sentido común. Tú, Harry Potter… Creía que Gryffindor significaba más para ti. Tú, Draco Malfoy, creí que habías aprendido tu lección de no meterte en problemas, estabas mejorando. Los cuatro sufrirán castigos… Sí, usted también Parkinson nada le da derecho de dar vueltas por el colegio, pudo informar a su jefe de casa o a un prefecto de Slytherin, pero como era para evitar que uno de sus compañeros de casa rompa las reglas, aunque usted también la rompió, se descontará 30 puntos. A ustedes” su mirada se dirigió a los tres amigos “se les descontará 70 puntos cada uno”

 

“¿Setenta?” resopló Harry completamente derrotado. Entre él y Hermione intentaban hablar sobre su situación, que no les quitarán esa cantidad de puntos, en cambio Draco ya había aceptado la pérdida, podía recibir cualquier enojo por parte de su casa, estaba acostumbrado.

 

La profesora demostró que su decisión no iba a cambiar, se mantuvo firme ante los ruegos de los otros dos niños Gryffindor y sorpresivamente también de Parkinson. Al final la profesora los despidió de su despacho, ella escoltó a los dos Gryffindor a su casa, mientras que Filch (con una sonrisa por el castigo que recibieron) los escoltaba a la casa de las serpientes.

 

Cuando la entrada de piedra se cerró, dejando a Filch afuera, fue estampado en ella por Parkinson “Ves lo que nos costó tu chiste con el dragón” decía enojado mientras lo apretaba cada vez más contra la entrada “Son 100 puntos perdidos en una sola noche, sabes que eso nos pone en tercer lugar”

 

“Lo bueno fue que no es el último lugar” intentó apaciguar el enojo, pero pudo ver que se enojaba más, lo positivo fue que dejó de apretarlo.

 

Sorpresivamente el enojo en su rostro se volvió a una mirada herida “No puedo creer que Lesath y Gowry me hayan dejado” decía ahora a la nada, podía notar que el niño se sentía traicionado. Ahora notaba que su hermano si podía tener verdaderos amigos en esos dos niños.

 

“Ellos no te dejaron, yo los aturdí” no quería que esa rara amistad se rompiera por un malentendido y por su culpa “Deben estar desmayados en algún salón, seguro dentro de unas horas estarán despiertos. Debes advertirles de no decir nada, ya viste que les bajarán puntos e imagínate otros 100 puntos menos, ya no estaremos en tercer lugar, sino en el último” al ver que la mirada del niño se iba relajando, se retiró a su habitación. Se puso su pijama y se fue a dormir, no quería pensar en como sería tratado cuando las serpientes se den cuenta que ahora estaban en tercer lugar. Lo iba a afrontar con la mirada en alto.

 

Pero era más fácil decirlo que hacerlo.

 

A la mañana siguiente en el comedor cuando las casas vieron el reloj de arena, pudieron ver que Gryffindor y Slytherin bajaron al último y penúltimo lugar, respectivamente. Primero pudo notar como los alumnos de estas casas tenían una mirada desconcertada, se escuchaba los susurros de que se había malogrado el reloj. Sin embargo, esto cambió cuando se empezó a soltar la verdad sobre su incursión de medianoche.

 

Cómo era domingo, lo normal era que se sentara con sus amigos a desayunar, pero había demasiada tensión ahí, así que pensó dirigirse donde estaban los Slytherin, y pudo notar que todos lo miraban de forma asesina, cuando volteó a la mesa de los leones estos también lo miraban así. Por lo cual decidió que si iba a enfrentarse a miradas de odio, prefería hacerlo con un frente unido, con sus amigos que también eran marginados.

 

Se fue con los Gryffindor.

 

Cuando se iba sentando al lado de Harry, podía sentir como la mirada de todos los leones le tiraban dagas, decidió ignorarlos, había puesto a Harry como muro para evitar a los otros niños, agradecía que el niño sea un poco más grande que él.

 

Lo bueno del día es que Ron ya estaba recuperado e intentaba animarlos “Se olvidarán en unas semanas. Fred y George han perdido puntos muchas veces desde que están aquí y la gente los sigue apreciando”

 

“Pero no creo que tus hermanos hayan perdido 140 puntos de una, ¿verdad?” decía un deprimido Harry, recibiendo un pequeño asentimiento por parte de Ron.

 

“Debemos hacernos amigos de los Ravenclaw o Hufflepuff ellos parecen no odiarnos” decía Draco quién había escuchado como los estudiantes de estas casas estaban felices de subir al primer y segundo lugar, especialmente el saber que Slytherin estaba lejos de ganar la copa de casas “Sí que odian a Slytherin, están más emocionados de que no ganemos la copa de que ellos ahora estén adelante” tomaba una cucharada de su avena con manzana.

 

“¿Conocen a alguno?” decía Hermione que estaba cansada y triste de recibir la mirada de enojo de los de su casa.

 

“Solo de vista, y especialmente al que casi es castigado por nuestra culpa” dijo Ron mientras disimuladamente señalaba a Diggory.

 

“Solo nos queda soportar” decía un deprimido Harry.

 

Cómo había pensado era más fácil decirlo que hacerlo, Draco sabía que no era el niño más popular entre los Slytherin, todo lo contrario, es el fantasma de Slytherin, o era el fantasma de Slytherin. Ahora por primera vez desde que comenzó el curso los niños de grados superiores lo miraban, lo miraban como si quisieran matarlo, lo peor era que solo a él lo miraban así, a Parkinson no, debido a que tenía protección de una de las familias más influyentes entre los sangres puras, los Malfoy, curiosamente aunque él tuviera el apellido esto no provocó ninguna protección para él.

 

Aunque decidió ignorar todo eso, lo que no pudo ignorar fue la mirada enojada de Snape a su persona, ese mismo domingo lo arrastró a su despacho ante la mirada satisfactoria de las demás serpientes.

 

“Atrapado fuera de la cama junto con unos Gryffindor” siseó “Por eso estabas tan nervioso, te ibas a encontrar con ellos, te fuiste rápido para estar con ellos, para estudiar Astronomía. No supondrás que crea esa mentira” el profesor se veía cansado, se desplomó en su silla.

 

Se veía decepcionado y cansado “Tal vez te he cubierto demasiado en tus problemas, tus castigos no han sido en realidad castigo, solo han sido clases” el niño se sentía muy mal. “Te estás empezando a sentir intocable, ¿verdad?” no espero respuesta solo continuó “Todo esto es culpa mía. No te he puesto límite, hasta te he estado tapando en algunos de tus ataques a otros alumnos” en este momento estaba tapando su rostro con sus manos, estuvo varios segundos así, hasta que se levantó “¿Cuál fue el verdadero motivo de estar fuera?”

 

Draco no sabía que responder, no podía hablar sobre Norberto, si lo hacía podía alertar a Snape sobre Hagrid, y no sabía que haría el profesor al guardabosque por involucrar a unos niños en actividades peligrosas. Así que decidió estar callado.

 

Su decisión generó más enojo en el profeso “Así que no piensas decirme” le sorprendía que el profesor hasta ese momento no le gritara, todo hablaba en siseo, pero igual se sentía mal. Preferiría que le gritara a que le hablara con ese tono de decepción “Ahora si vas a estar castigado, de lunes a sábado, vas a limpiar las calderas, también vas a ayudar a Filch en la limpieza cuando no te necesite aquí, te hará limpiar escaleras, trofeos, estatuas, lo que sea, pero debes aprender que las acciones tienen consecuencias” Draco solo asintió mirando el suelo, no quería ver la decepción y el enojo en los ojos del profesor “Aparte de ello, tengo entendido que McGonagall les va a dar otro castigo, también cumplirás este. Ahora déjame solo” Draco salió rápidamente de la habitación, estaba muy triste por todo lo sucedido.

 

Tal vez Snape lo regrese ahora con sus padres.

 

Tal vez ya no lo quiera más.

 

O tal vez lo deje en la calle o encerrado en una jaula para ya no molestarlo.

 

Fue directo a su habitación, que por suerte estaba vacía.

 

Se tiró a su cama, cerró el docel y abrazó su peluche.

 

Enterró su rostro en este y se puso a llorar hasta que se durmió.

 

.

Snape no lo trataba mal, pensó que lo iba a empezar a castigar de forma física o a empezar a insultar. Sin embargo, sus conversaciones en sus castigos se sentían tensos, pero el profesor no era malo con él, solo estaba decepcionado por sus acciones. Aunque esto aún dolía.

 

Lo bueno de todo ello es que con el pasar de los días la tensión iba disminuyendo, pero no desaparecía. Seguía enseñándole hechizos y revisando sus tareas, pero primero debía terminar una hora de limpieza de calderas y del salón de pociones. Los lunes, miércoles y viernes la pasaba con Filch, y estaba tan cansado porque estaba abusando de tenerlo como ayudante de limpieza, en las noches lo mandaba a limpiar escaleras y trofeos sin magia, ya le dolían los brazos por estar fregando los pisos constantemente y sacándole brillo a los trofeos.

 

Estaba junto a Ron y Hermione en la biblioteca, Harry hace unos segundos se retiró para sus prácticas de Quidditch, mientras Draco estaba desparramado empezando a dormitar en la mesa, los otros dos niños iban repasando Astronomía, mientras veían un mapa de Júpiter y aprendía los nombres de las lunas.

 

No sabe cuánto tiempo pasó, pero en eso Harry entró a la biblioteca, se veía alterado y empezó a contarle que Quirrell se había rendido y lo más probable era que ya había contado como pasar su prueba a Snape. Draco estaba demasiado cansado para intentar proteger al profesor, solo decidió escuchar. Y por fortuna decidieron no meter más sus narices en este tema (por metiches se habían ganado el descontento de sus casas), moción que fue apoyada por él, aunque el único renuente fue Ron, aunque al final solo tuvo que asentir por presión de la mayoría.

 

Un día después de ese descubrimiento, su preciado Aquiles le trajo la nota de su castigo que le daba la profesora McGonagall. No tuvo las fuerzas de ir en contra de este castigo, se lo merecía por romper las reglas.

 

Se lo merecía por decepcionar a su padrino.

 

A las once de la noche, salió de la sala común de Slytherin, sorpresivamente junto a Parkinson, que parecía que también iba a sufrir el mismo castigo. Estuvieron caminando en un tenso silencio hasta llegar a Filch en el vestíbulo de la entrada. Estuvieron esperando unos minutos hasta que aparecieron Hermione y Harry, al llegar ellos recién empezaron a moverse. Filch como siempre empezaba a intimidar a los niños sobre el castigo, Draco ya estaba acostumbrado a sus palabras ácidas, así que no le importó. Sin embargo, pudo ver como los otros tres niños se iban asustando cada vez más.

 

Empezó a preocuparse cuando empezaron a salir del castillo y se dirigían más cerca del bosque prohibido. Es que acaso la profesora se había olvidado lo que le había pasado ahí adentro, o tal vez pensó que ya no había nada que temer. Pudo notar que se pararon frente a Hagrid y había una conversación entré él y Filch, pero no estaba prestando atención solo se quedaba mirando el bosque prohibido, intentando atrapar el aroma del león, pero no lo percibía, paseaba su mirada por toda la zona que estaba dentro de su vista para encontrarlo, pero nada. Intentó tranquilizarse y prestar atención a las personas que lo rodeaban.

 

Cuando los miró pudo notar que Parkinson tenía una mirada enojada contra Hagrid, para luego bajarla. “Bien, entonces escuchen con cuidado porque lo que vamos a hacer esta noche será peligroso y no quiero que se arriesguen. Síganme” empezó a caminar, siendo seguido por los cuatro niños. Los condujo hasta el límite del bosque “Miren allí, ¿Ven eso que brilla en la tierra, eso plateado? Es sangre de unicornio, hay uno herido, es el segundo en la semana, el miércoles encontré otro. Vamos a tratar de encontrar a esa pobre criatura herida, tal vez tengamos que evitar que siga sufriendo”

 

Le sorprendía el castigo que iban a realizar, sentía que era demasiado extremo para niños de primer y segundo año. El colegio si era uno de locos “¿Qué pasa si el que hirió al unicornio nos encuentra primero?” decía un asustado Parkinson, esta vez su máscara de frialdad había caído. No lo culpaba, cualquiera tendría miedo.

 

“No hay ningún ser en el bosque que los pueda lastimar si están conmigo o con Fang” decía confiado el medio gigante “Vamos a dividirnos en dos equipos e iremos por el sendero siguiendo las huellas”

 

Draco pudo ver como Parkinson quería gritar de enojo y miedo, sabía que si iba con uno de sus amigos, el niño los iba a empezar a molestar e insultar, y sus gryffindors no merecían eso “Yo voy con Parkinson” levantó la mano, dejando sorprendido a todos que no esperaban que eligiera el niño de segundo año, ni siquiera este lo esperaba.

 

Dejando de lado su sorpresa Parkinson también habló “Nosotros iremos con Fang” estaba mirando los colmillos del perro.

 

Saliendo de su sorpresa “Muy bien, pero te informó que es un cobarde” hablaba Hagrid. “Entonces los equipos quedan de Draco, Parkinson y Fang por un lado, y por el otro, yo, Harry y Hermione. Si encuentran al unicornio, deben enviar las chispas verdes, ¿de acuerdo? Saquen sus varitas y practiquen, si tienen algún problema lancen chispas rojas”

 

Draco se despidió de sus amigos mientras tomaba el camino de la derecha, esperaba recibir los insultos de Parkinson, pero sorpresivamente no llegaron, el niño ni siquiera lo veía a la cara solo estaba mirando el suelo. Mientras caminaban Draco intentaba percibir cualquier aroma, pero lastimosamente solo olía el horrible incienso del profesor Quirrell, le sorprendía que anduviera por el bosque, pero tal vez practicaba ahí hechizos para sus clases de Defensa, quién sabe.

 

Estuvo viendo a esos caballos alados, que ahora sabía se llamaban Thestral, caminando en manada, ocasionando varios ruidos de pisadas y relinchos, además que movían las hojas de los árboles. Esto provocaba el miedo en Parkinson que empezaba a mirar por todos lados, lo entendía él niño no podía ver a estas criaturas, por lo cuál se ponía tenso y asustadizo.

 

En eso los Thestral salieron corriendo, el motivo no lo sabía, ocasionando un ruido sordo y que se movieran y rompieran varias ramas de árboles. Este suceso produjo que Parkinson lo abrazara asustado mientras lanzaba al aire las chispas rojas y gritaba. “Parkinson cálmate, no ha pasado nada solo han sido algunas criaturas inofensivas del bosque, no hay nada peligroso” intentaba calmar Draco, pero sus palabras eran ignoradas mientras el niño de segundo seguía gritando. De esa forma los encontró Hagrid.

 

“¿Qué pasó? ¿Están bien?” gritó mientras empezaba a mirar por toda la zona buscando algún peligro.

 

Siendo aún aplastado en un abrazo de muerte “No te preocupes Hagrid eran una manada de Thestral que salieron corriendo, como Parkinson no podía verlos se asustó mucho” decía, y el guardabosque lo ayudó a separarse del niño, quién aún seguía temblando.

 

Se sentía mal por el niño, así que cuando le abrazó uno de sus brazos mientras escondía su rostro lloroso en su cabeza lo dejó. El niño se veía completamente asustado. Cuando llegaron donde estaban Harry y Hermione, aún seguían caminando de esa forma, solo pudo ver la mirada en duda de la niña, pero Harry se veía molesto.

 

“¿Qué pasó? ¿Por qué dejas a Parkinson abrazarte?” decía Harry.

 

“Nos encontramos unas criaturas que provocaron el temor en Parkin…” sintió una leve patada y se quedó callado. Pero estaba aguantándose la risa por toda la situación. Esto parecía no divertir al niño de ojos verdes.

 

“Vamos a necesitar mucha suerte para encontrar algo después del alboroto creado. Ahora voy a cambiar de grupos, Parkinson tú te quedas conmigo y Hermione, así podré vigilarte con más cuidado. Harry tu irás con Draco y Fang” su amigo se veía feliz con este cambio, por otro lado, Parkinson no lo parecía, pero no pudo replicar cuando lo jaló Hagrid.

 

Mientras iban a caminando Harry no podía estar en silencio “Entonces, ¿Qué pasó para que Parkinson te abrazará así? Estaba pegado como garrapata” decía mientras apuntaba con la linterna el camino.

 

“Hay una criatura en el bosque que solo algunas personas pueden verlas, él no pudo verlas y cuando pasó por nuestro lado se asustó tanto que empezó a gritar y lanzar las chispas” vio como Fang parecía haber olido algo, así que también empezó a oler, el aroma era sangre “Mira…” caminó un poco más rápido haciendo también acelerar a Harry, ahí frente suyo estaba un unicornio, se veía igual de bello como la primera vez que lo vio, pero ahora tenía un aura lúgubre porque estaba muerta y con sangre rodeándola.

 

Era una vista sorprendente, que lo dejó perplejo veía las heridas y se ponía a pensar cómo pudo terminar de esta forma, había una gran herida de garras en su cuello, igual que varias mordidas. Había muerto desangrado. Tan metido estaba en su inspección que cuando escuchó que algo se arrastraba ya estaba frente suyo una criatura nunca vista.

 

Era un encapuchado que se acercó gateando como una bestia hasta el pobre unicornio, y cuando llegó a este empezó a tomar de su sangre desesperadamente. En ese momento a Fang se le ocurrió la brillante idea de huir siendo el único que lo hizo, pero ocasionando ruido alertando a la criatura.

 

Draco solo podía sentir esa presencia malvada, pero al mismo tiempo tan familiar. Estaba paralizado en su sitio, sin poder huir, solo viendo como la criatura levantaba la cabeza, pero por la misma oscuridad no podía ver su rostro. Cuando ese ser pudo mirarlos se fue acercando rápidamente a ellos, provocando que Harry cayera y empezara a gritar de dolor, curioso, porque esa criatura no los había tocado. Draco solo se quedó mirando mientras más se acercaba, no por miedo, sino intentando saber de dónde conocía este sentimiento, ¿Por qué sentía que le era familia, pero no de una forma agradable?

 

En eso, cascos se empezaron a escuchar y al frente suyo apareció un centauro que atacó a la criatura, logrando que esta se fuera corriendo.

 

En eso recordó a Harry quién estaba en el suelo agarrándose su cicatriz. “Harry, ya pasó, ya se fue esa fea criatura” decía mientras le tocaba el rostro levemente no queriendo asustarlo más, sus problemas lo resolverían después, primero debía calmar a su amigo. Le dio un pequeño abrazo mientras le susurraba palabras de consuelo en el oído a su amigo, que poco a poco empezó a calmarse, cuando sintió que lo abrazaban de nuevo se fue separando poco a poco. “¿Más calmado? ¿Se fue el dolor?” decía mientras le acariciaba su cabello. El niño solo pudo asentir.

 

Cuando miraron al centauro que los salvó, era uno joven, con cabello rubio claro, cuerpo pardo, ojos azules y cola blanca. El centauro se quedó mirando la cicatriz de Harry que se veía un poco roja. “Tú eres el chico Potter, es mejor que regresen con Hagrid.” Su mirada luego se dirigió a Draco, se quedó ahí algunos segundos “El bosque no es seguro en esta época… en especial para ustedes. ¿Pueden cabalgar? Así será más rápido… Mi nombre es Firenze”

 

Cuando montaron a Firenze llegaron otros dos centauros, pero Draco no podía prestarles atención estaba mirando por el lugar que esa criatura se había ido, ya con Harry calmado podía regresar a intentar recordar de dónde podría conocerla. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Firenze decidió que era buena idea levantar sus patas delanteras, no se cayó gracias a que Harry quién estaba atrás suyo pudo sujetarse con fuerza para no caerse, y el niño resistió su peso y el suyo, fue sorprendente lo fuerte que era Harry.

 

El centauro les gritó a los otros dos centauros frente suyo, y se fue cabalgando, dejándolos con la palabra en la boca a sus amigos, suponía.

 

“¿Por qué Bane estaba tan enfadado? ¿Y qué era esa cosa de la que nos salvaste?” preguntaba Harry mientras abrazaba por la cintura a Draco.

 

Firenze fue reduciendo la velocidad de sus pasos, pero no contestó las preguntas de Harry, estuvo en silencio varios minutos, pero al final decidió hablar “Harry Potter, ¿sabes para qué se utiliza la sangre de unicornio?”

 

Al ver que su amigo no sabía la respuesta decidió contestar “Se usa para alcanzar la inmortalidad, aunque genera graves consecuencias”

 

Firenze solo asintió “Correcto, la sangre de unicornio te mantiene con vida, incluso si estás al borde de la muerte, pero a un precio terrible. Si uno mata algo puro e indefenso para salvarse a sí mismo, conseguirá media vida, una vida maldita, desde el momento en que la sangre toque sus labios”

 

“¿Quién estaría tan desesperado?”

 

“Alguien que necesita mantenerse con vida el tiempo suficiente para beber algo más, algo que le devuelva toda su fuerza y poder”

 

Draco volteó a mirar a Harry sorprendido y los dos dijeron al mismo tiempo “La piedra filosofal”

 

Estaban sorprendidos como todo empezaba a encajar “Pero ¿Quién…”

 

Firenze interrumpió al niño que vivió “¿No puedes pensar en nadie que haya esperado muchos años para regresar al poder, que esté aferrado a la vida, esperando su oportunidad?”

 

Draco estaba intentando pensar quién sería esta persona tan desesperada, pero por la mirada de Harry él ya lo había descubierto, que parece que al verlo decidió expresar sus pensamientos “¿Crees que es Voldem…”

 

En eso fueron interrumpidos por los gritos de Hermione y Hagrid que los llamaban y buscaban desesperados, que al verlo sobre el centauro se calmaron. “Estamos bien, pero el unicornio está muerto Hagrid, está en el claro de atrás”

 

Firenze decidió despedirse en ese momento “Buena suerte, Harry Potter, los planetas ya se han leído antes equivocadamente, hasta por los centauros. Espero que esta sea una de esas”

 

Empezó a internarse en el bosque, pero ante de meterse completamente susurró tan bajo que solo Draco pudo escuchar “Ten cuidado Draco Malfoy, hay una criatura en el colegio buscando una venganza injustificada” empezó a galopar dentro del bosque.

 

En ese momento Draco supo que ese león aún seguía en los terrenos del colegio, y aún seguía buscándolo. Empezaron a caminar para salir del bosque, pasando varios minutos de caminata decidió hablar para no seguir pensando en el ser que amenazaba su vida “¿Y Parkinson?”

 

“Cuando llegó Fang corriendo hacia nosotros entró en pánico, así que Hagrid mandó que Fang lo escoltara afuera del bosque” decía Hermione.

 

“Ese niño es muy asustadizo” decía Hagrid con una sonrisa “Parecía que a él lo habían atacado” intentaba calmar el tenso ambiente.

 

Harry seguía temblando, así que intentó tomarle de la mano.

 

La palabra clave fue intentó, porque en ese momento escuchó pasos pesados corriendo hacia él, y lo único que se le ocurrió fue lanzar a Harry lo más lejos posible de él, para recibir el impacto.

 

En ese momento escuchó los gritos de Hermione y de Harry, mientras el león negro lo empezó a arrastrar, sentía uno de sus brazos totalmente adolorido. En eso escuchó un ruido sordo de una flecha, pero como la última vez parecía que el animal no sentía dolor, porque siguió arrastrándolo. Podía escuchar como Harry, Hermione y Hagrid corrían intentando llegar hacia él, pero el león era más rápido. En ese momento se transformó y golpeó con fuerza una de sus patas haciéndolo caer al león, haciéndolo soltar mientras rodaba. Se levantó, pero podía sentir como le dolía una de sus patas, al mirar al león notó que tenía varias flechas en su lomo, que se habían enterrado en su piel con la caída, pero este lo miraba listo para atacar. Sabía que en ese momento no podía pelear en esta versión suya, no podía ni mantenerse levantado con el dolor en su pata delantera.

 

Se transformó en humano sacó rápidamente su varita apuntando a la bestia que tenía una mirada enloquecida sobre él. Al verlo acercarse “¡Confringo!” el hechizo formó una explosión que generó que el león saliera volando, pero como la última vez volvió a atacar “¡Protego!” se formó un escudo en el cual el león se estrelló, aguantó unos segundos, pero Draco estaba cansado y herido, por lo cual cayó el escudo y él.

 

El león levantó una de sus patas para desgarrarle el rostro, y posiblemente con ello matarlo.

 

Solo pudo pensar en Severus Snape. De cómo no se disculpó y no se despidió hoy. Hubiera querido darle un último abrazo. Esperó el ataque.

Pero en ese momento una flecha la atravesó, llegó Hagrid quién empezó a lanzarle flechas al león que ahora lo miraba al guardabosque. “¡Wingardium Leviosa!” escuchó también y pudo notar como un tronco flotaba sobre el león para luego dejarlo caer.

 

Esta acción provocó que las flechas que estaban en su lomo se enterraran más en él, la sangre empezaba a embarrar el césped, pero la bestia pareció no importarle, era un verdadero monstruo, por lo cual sus amigos empezaron a usar hechizos de fuego para evitar su avance mientras Hagrid seguía usando sus flechas, todo eso sin mucho éxito.

 

Pudo sentir que el león había tomado una decisión, primero iba a deshacerse de sus amigos, en segundo lugar, iría él.

 

Draco al ver el arroyo cerca decidió encerrarlo “¡Aqua Volatem!” apuntando a este arroyo fue sacando el agua y creó una prisión esférica en donde atrapó a la bestia. En ese momento sus amigos se acercaron a Draco intentando levantarlo, pero Draco se mantuvo en el suelo mientras movía lo más lejos que podía la esfera de agua, lo tenía que alejar antes de que el dolor de su brazo sea tan insoportable de que no pueda mantener el hechizo. Lo malo de este hechizo es que debía usar sus dos brazos, uno para dirigir el agua, mientras el otro brazo mantenía la forma. Y esto era un problema, porque uno de sus brazos empezaba a entumecerse por tanto dolor.

 

No sabía cuanto tiempo estuvo así, pero hace tiempo que no veía a la bestia. Dejó caer sus brazos y a los lejos escuchó como algo se estrellaba en el suelo con fuerza.

 

Sabía que debían escapar, así que se levantó lo más rápido que pudo y empezó a salir del bosque junto con los otros tres. Hagrid a cada rato volteaba viendo que no los persiguieran, mientras Harry y Hermione lo agarraban para que no se cayera, sentía que todo le daba vueltas. Siguieron avanzando hasta que estuvieron frente al portón del colegio.

 

En ese momento su cuerpo decidió sumirse a la oscuridad. Lastimosamente, esa oscuridad era esporádica en ocasiones todo estaba negro y otras veces se levantaba. Pude apreciar como Hagrid lo llevó en brazos corriendo, supone a la enfermería. Luego mientras madame Pomfrey empezaba a revisar su herida. Después ver como mandaba a Harry y Hermione a su habitación, aunque estos intentaran reusarse. Luego, escuchar como la puerta se abría fuertemente y el profesor Snape entraba apresurado dónde estaba él.

 

De ahí no sabe cuánto tiempo estuvo dormido, pero cuando se despertó el profesor Snape estaba a su lado, durmiendo en una silla, al ver alrededor se dio cuenta que seguía en la enfermería. Decidió moverse para alcanzar un poco de agua que estaba en la mesa al lado de la cama que estaba descansando, pero cuando levantó su mano para agarrar la jarra, sintió su brazo entumecido, hizo un ruido de incomodidad por ello. Eso fue suficiente para que se despertara el profesor.

 

“Draco, ¿Te duele alguna parte? ¿Necesitas algo?” decía apresurado el profesor, y Draco solo señalo con su cabeza el agua, qué rápidamente se le fue servida.

 

El profesor iba a seguir hablando, pero en ese momento apareció madame Pomfrey “Joven Malfoy, que bueno que esté despierto, tome esto para el entumecimiento que debe sentir en su brazo” le dio una poción “El ataque de ese animal produjo un desgarramiento en los músculos de su brazo, además que ha tenido varios rasguños por toda su espalda y piernas, creemos que debido al momento que lo arrastraron. Afortunadamente son daños que se pueden curar con rapidez”

 

Estuvo revisándolo un poco más hasta que estuvo satisfecha y decidió darle privacidad con su padrino “Han vuelto a revisar el bosque, lastimosamente no han encontrado a ese maldito animal. Hagrid y tus amigos nos contaron sobre como parecía indestructible, vamos a revisar todo el bosque hasta que lo encontremos. Han llamado al fin al departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas, le dije a Dumbledore que tuvo que llamarlo en el primer ataque, pero no me hizo caso, tuvo que esperar un segundo ataque para recién pedir su ayuda” se veía enojado el profesor. El profesor se le quedó mirando “McGonagall no me había informado que tu castigo era entrar al bosque prohibido o si no lo hubiera evitado. Yo tuve que estar al tanto, pero estaba enojado y no pregunté. Esto es mi culpa” se notaba completamente roto al profesor. “Es mi culpa, lo siento Draco”

 

“No es tu culpa Snape, tú me salvaste” eso le ganó una mirada sorprendida del profesor “Si no fuera por tus clases complementarias no hubiera podido alejar a esa criatura” le agarró su mano y la apretó “Gracias padrino” Snape se acercó y lo abrazó suavemente. Abrazó que fue respondido fuertemente por el niño.

 

Draco se puso a llorar, porque mientras estaba durmiendo recordó porque le parecía familiar esa presencia encapuchada en el bosque, porque sentía que conocía con anterioridad a Voldemort.

 

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