
Padrinazgo
Había pasado algunos días del suceso del león negro, al final, aunque revisaron por todo el bosque no pudieron encontrarlo, la teoría era que se había retirado de los terrenos del colegio. Pero de vez en cuando, Hagrid volvía a revisar el bosque para ver si este animal regresaba o no.
Sus amigos volvieron a estar preocupados por él, no podían creer que volviera a ser lastimado en ese colegio, estaban contando que en total había ido a la enfermería tres veces, uno con el troll, luego por culpa de su hermano (aunque ante ello les informó que solo acompañó a los heridos a la enfermería, pero no le hicieron caso) y ahora con este león. Parecía que no iba a dejarlo fuera de su vista si sus horarios no se hubieran interpuesto.
Cómo había acordado con el profesor Snape, él se había vuelto su maestro sobre todo lo relacionado en encantamientos y pociones, el profesor estaba obsesionado que aprendiera hechizos para protegerse y atacar, según su historial en meterse en peleas con criaturas o personas, ahora especialmente con ese último ataque.
De vez en cuando le enseñaba otra materia que creía que iba a necesitar para sus exámenes. Admitía que Snape era mucho mejor que Binns para dictar la clase de Historia de la Magia, para ser sincero, no sabía si era porque explicaba entretenidamente la historia o tenía miedo de cerrar los ojos en su explicación, porque a diferencia de Binns, Snape si es capaz de lanzarle un libro para que se despierte, diciéndole “Para eso me haces perder mi tiempo, niño problema”
Desde que le pidió que lo entrenara, Draco ha visitado al profesor de pociones 3 veces a la semana, los días que antes pasaba en su castigo con él. Los martes, jueves y sábados. Para el 11 de abril, un sábado, dos días antes de que empezara las vacaciones de Pascua, Snape estaba dándole un examen de todo lo que había aprendido Draco hasta ese momento. También le estaba informando a Draco que toda la semana de vacaciones por Pascua no iban a poder realizar sus clases privadas, debido a que iba a hacer todo el trámite con Lucius sobre el padrinazgo. Debido a ello, la semana de vacaciones estaría completamente libre de Snape, pero este le advirtió que igual debía ir avanzando todos los deberes que le dejaron los profesores. Y que cuando regresara, que sería el próximo sábado, se reunirían para revisar sus tareas, debido a “Ningún ahijado mío, debe tener notas inaceptables en sus cursos”
Luego de revisar cada hechizo que ha ido aprendiendo hasta el tercer año, y además de algunos hechizos de ataque y defensivos, el profesor comenzó a tomarle sobre hechizos de su propia creación, siendo los que le habían enseñado el muffliato, levicorpus, liberacorpus, langlock. Al terminar sobre la revisión de ese último hechizo el profesor lo miró “He notado que has estado utilizado mucho este hechizo” alzó una ceja mirándolo agudamente “¿Te siguen molestando los Slytherin?” preguntó.
“Se han dedicado a insultarme, ahora que parece que si fui completamente alejado y desheredado de la familia Malfoy, por el castigo que se ganó Lesath, además de que se burlan por haberme perdido en el bosque prohibido” soltó un suspiro al recordar ese trabajo forzoso y manual que su hermano se ha estado quejando junto con sus dos amigos “Era necesario que sean los asistentes del profesor Kettlebrun, ¿no es peligroso? Ese profesor tiene solo la mitad de sus miembros” empezando a triturar el bezoar con el mortero hasta conseguir un polvo fino, debido a que Snape ahora le revisaba su preparación de poción anti-venenos.
Snape revisando como el niño añadía el bezoar al caldero “No debes preocuparte, tengo entendido que Kettlebrun los mantiene los más lejos de las criaturas mágicas. Están limpiando los establos y los lugares donde descansan las criaturas, además de llevarle al profesor todas las cargas de alimentos, obviamente todo ello sin magia.”
Mientras Draco agitaba su varita sobre el caldero “¿Solo eso?” dijo sorprendido “Lesath y sus compinches han estado diciendo que el profesor los mantiene encerrado con esas criaturas, esperando que los vigilara y que casi también pierden sus extremidades” dejó reposando la poción, mientras iba a su bolso y sacaba algunas tareas pasándolas al profesor para que las revisara.
Empezando a leer los trabajos del niño con una pluma en su mano “Ya debes conocer a tú hermano, le gusta mentir de todo lo que le pasa. Y su padre es el que le enseña todo eso” le pasó su ensayo de Herbología señalando un punto “Niño ignorante, cómo el lazo del diablo le gusta los lugares con mucha luz, ¿Qué libro has leído?”
Al ver su error se sonrojó “Ok, si fue un error torpe. Lo siento, estaba desarrollando este trabajo mientras me preocupaba por el castigo de Lesath y sobre mi ataque” empezó a corregir su respuesta “Pero me alegra que Lesath esté fuera de peligro. ¿Crees que me perdone?”
Snape agarró el pergamino ahora revisando lo corregido “Él no tiene nada de que perdonarte Draco, tú no hiciste nada malo. Él debe disculparse contigo, no tú” empezó a revisar el ensayo de Historia de la Magia “Cambiando de tema, ¿Cómo va todo con tus mascotas?”
“Aquiles sigue siendo tan hermoso como siempre” al ver como Snape lo miraba nada impresionado, hizo un puchero “No le digas así a mis amigos, Snape” empezó a leer junto al profesor su trabajo “Y estamos normal, muy felices. Hermione nos arrastra a la biblioteca a leer. Ron me ha estado enseñando a jugar ajedrez mágico y el snap explosivo. Y Harry me ha estado enseñando a volar” dijo emocionado para luego recordar que lo último no debía saberse.
Con una ceja levantada “¿A volar?”
“¡Sí! En las clases de vuelo. Hemos estado formando equipo de dos y Harry como ya tiene experiencia me ha estado dando algunos tips sobre volar. Así que sí me ha estado enseñando a volar, me he dado cuenta de que me gusta estar en el aire” decía de forma rápida intentando tapar todas las veces que Harry lo invitó a volar juntos en su Nimbus 2000 en las noches.
Con una mirada poca impresionada de su futuro padrino “Cuando mientes hablas de forma rápida y golpeteas tus dedos con tu muslo, es interesante saberlo. Pero para el futuro, debes mejorarlo, si vas a mentir nadie de saberlo” dijo con una leve burla.
“Creo que ya es hora del té” dijo Draco para que Snape no vea su sonrojo por verse atrapado en su mentira. Se levantó y fue a al escritorio para poder sacar el juego de té que tenía el profesor de pociones. “Bueno voy a servir tu té negro y yo mi té de manzana… ¿Este es un nuevo sabor de té?” dijo sorprendido al oler un aroma distinto.
“Sí, los elfos domésticos lo trajeron y me pareció que debías probarlo” tomó un sorbo de su té negro sin azúcar “Y veo que te olvidaste tu cuchara para que muevas el azúcar de tu té” sacó su varita “Accio cuchara”
Al recibir la cuchara y empezar a probar el té de manzana verde con canela y manzanilla “Está delicioso, gracias” estaba con una sonrisa “Debes enseñarme ese hechizo, se ve muy útil” dijo emocionado.
Con un inicio de sonrisa en sus labios el profesor hablo “Las cosas se piden por favor, niño irrespetuoso”
Juntando sus manos en forma de ruego “Por favor” sonó cantarín. Luego de eso el profesor le siguió revisando sus tareas.
“¿Cómo te sientes?” al ver que el niño lo miraba con duda decidió explicarse más “¿Cómo te sientes sobre el ataque? ¿Alguna pesadilla, otro ataque? Puedo suministrarte un filtro de paz, si es necesario” Todo esto fue negado por Draco, no quería que Snape se siguiera preocupando.
(Pov Severus Snape)
El lunes 13 de abril, el comienzo de las vacaciones por Pascua, Snape estaba en camino a la mansión Malfoy, un lugar que no había regresado desde que había caído el señor Tenebroso. Le hubiera gustado que esto siguiera así, sin embargo, hoy había una razón muy fuerte para regresar a ese frío lugar. Había un niño que necesitaba su ayuda, un niño que no quería alejarse de una familia abusiva, que no se daba cuenta que tenía una familia abusiva. Que buscaba desesperadamente el amor de sus padres y hermano que eran indiferentes con él.
Cuando llegó al límite de las protecciones de la mansión, pudo sentir como esto daban una señal al señor de la casa ancestral. A lo segundo frente suyo apareció el patriarca de ese hogar, Lucus Abraxas Malfoy, antiguo compañero de escuela en Slytherin, pero de año superior. Estuvieron juntos en el reclutamiento de Mortífagos sirviendo a Voldemort.
Se veía que Lucius no deseaba tenerlo ahí, obviamente él tampoco le gustaría que tener que gastar sus vacaciones viéndole su rostro, pero esto era necesario, tenía que tragarse el desprecio que sentía por alguien tan cobarde como Lucius que era capaz de dañar a un niño que era de su sangre, un niño tan talentoso como Draco.
Estuvieron caminando por la mansión en silencio, era obvio que lo estaba llevando a su estudio, en el camino pudo ver que Narcisa se les había unido en el camino quién solo le dio un leve asentimiento de reconocimiento a su persona. Cuando llegaron al estudio, Lucius y Narcisa eran un frente unido, los dos mirando la llegada del profesor de pociones como algo desagradable.
“No deseo que mi estadía en este hogar se explaye más de lo necesario, iré directo a lo que vine a exigir. Lucius, Narcisa otórguenme el padrinazgo sobre Draco” mencionó mientras empezaba a analizar a los dos adultos frente suyo, primero pudo notar como los dos se tensaban ante su afirmación, pero primero fue Narcisa la que se relajó, dándole una mirada a su esposo.
Pero Lucius se veía muy reacio “¿Qué te hacer creer que voy a dejar en tus manos a mi hijo?” dijo en tono ácido, esperando intimidarlo. Le parecía gracioso a Snape esta situación, como si él tuviera miedo de este bufón.
“¿Esperas intimidarme con ese tono de voz Lucius?” dio un paso al frente viendo como Lucius dejaba de respirar, era bueno saber que hasta ese bufón sabía quién era el que tenía ventaja en esa habitación “¿Crees que te tengo miedo?, solo te gusta hablar, eres como un perro solo ladra, pero tienes miedo de morder porque sabes que vas a perder.”
Lucius que tomó todo el valor que tenía dio un paso adelante “No voy a permitir que me hables as…”
“Yo te hablaré como quiera” siseó enojado acercándose cada vez más “Me harás el padrino de Draco y con ello su custodia”
Ante lo último Lucius se vio perplejo “¿Su custodia? ¿Quieres cuidarlo? No puedo creerlo, ese niño te atrapó. Te atrapó ese asqueroso bastar…”
“¡Langlock!” gritó hechizando al rubio, vio en ese momento como Narcisa levantaba su varita “¡Expelliarmus!” en su mano tenía tanto la varita de la mujer como la del jefe de la familia Malfoy. “Ni se te ocurra hacer nada Narcisa, sino quieres quedar muda como tu esposo” se puso en el medio de la pareja “Ahora escúchenme los dos, mañana Lucius vas a llamar a tu abogado para poder hacer legal el padrinazgo y la custodia” al ver que Lucius quería protestar, pero sin que pueda soltar ninguna palabra, continuó “Te conviene darme la custodia sin formar problemas Lucius, a menos que quieras que empiece a hablar sobre la negligencia que has tenido con Draco, convenceré al niño para que hable todo lo que le hiciste para refundirte en Azkaban a ti y también a ti Narcisa” miró a la pareja muy enojado “No creas que no tengo ganas de maldecirte Lucius, que no quiero llevarte a Azkaban y termines pudriéndote ahí. Pero Draco quiere hacer esto lo menos llamativa posible. Agradécele” se empezó a alejar.
Dejó las varitas en el escritorio y le quitó el hechizo a Lucius. Quién se lo quedó mirando por un largo rato, estaba sopesando los pro y contra en dejar a Draco a su disposición “¿Seguiré haciéndome cargo de sus necesidades?” de las preguntas que creía que le iba a decir, esa no era una de las que tenía en mente, sin embargo, negó con la cabeza.
“Yo me haré cargo de todo. No debes volver a preocuparte sobre él” pudo ver como Narcisa y Lucius se miraron, la señora Malfoy se veía que buscaba insistir que aceptara los dispuesto por él. Lucius la miraba y empezaba a pensar si esta acción era lo mejor o no.
Al final soltó un suspiro “Mañana a las 4 de la tarde regresa, a esa hora mi abogado tendrá todo lo necesario para que se pueda hacer el padrinazgo”
El profesor asintió y se retiró.
A la mañana siguiente, Severus Snape estaba sentado en el sillón de su hogar, esperando la hora acordada con los Malfoy para ir a su hogar.
Negaría toda su vida su sentir en ese momento, pero tenía miedo, esto era un nuevo paso en su vida, aceptar la custodia de Draco, lo haría responsable del niño. Una vida estaría en sus manos, él cuidaría de que una persona se vuelva un buen habitante en la sociedad mágica. Tendría que ver de sus necesidades y cumplirlas, el estudio, los alimentos, la vestimenta, la salud. Todo esto sería una nueva experiencia para él, alguien que no se había sentido responsable de una vida de esta forma, ese niño dependería completamente de él.
Estuvo sentado en su sillón notando como su vida iba a dar una vuelta de 180° con esta situación.
Miró los pasadizos de su casa, y empezó a recordar esos momentos dónde su padre le gritaba y golpeaba tanto a él como a su madre. Como tuvo miedo el solo caminar por ese lugar, miedo de hacer ruido y enojarlo. Miedo de ser lastimado, de ser golpeado e insultado por el hombre que tuvo que protegerlo, del hombre que tuvo que amarlo. Del hombre que era su padre.
No quería eso para Draco, ese niño le recordaba a él en su tierna infancia. Un niño que fue lastimado y maltratado, que buscaba dónde pertenecer. Snape nunca lo encontró en todos esos años, estuvo en la deriva; pero desde que empezó a tratar con ese niño, con el pequeño Malfoy, sintió que pertenecía ahí, con él, al lado de Draco.
Cubrió su rostro con su mano “Ahora entiendo Lily, entiendo esa necesidad de proteger que tenías por tu mocoso. Porque estoy empezando a sentirlo por este niño” una sonrisa rota se mostró en sus labios. Que fue borrada al recordar el ataque que recibió el niño, cuándo el guardabosque entró a su oficina advirtiendo que Draco estaba en la enfermería gravemente herido, sintió que el alma se le iba de su cuerpo, salió corriendo detrás del gigante, necesitaba ver que estuviera bien. Al llegar pudo ver cómo varias partes de su cuerpo estaban llenas de mordidas y arañazos, le dolió verlo así. Todo lastimando en esa cama.
Quería protegerlo.
Quería ver a ese niño feliz.
“Quiero estar ahí para ti niño”
A las cuatro de la tarde, la hora acordada, Snape estaba sentado en el estudio de Lucius, ahí también estaba el abogado y el dueño de la casa. “Es importante determinar la vinculación entre los padres y el padrino. Así qué, ¿Qué vinculo tienen?”
“Amistad” dijo sin emoción Snape, y al ver como Lucius parecía querer negarse lo miró “¿Amistad o no, Lucius?” dijo en forma amenazante. El dueño de la casa solo asintió asustado por ese tono.
“Bien, eso nos puede servir. Entonces amistad” El abogado anotaba en el sistema del padrinazgo, sin notar la tensión entre los otros dos hombres. A continuación, empezó a pedir los datos de las partes, de los dos padres y del futuro padrino, nombres completos, lugar de residencia, trabajo, etc. Y al final los datos del menor como su fecha de nacimiento, nacionalidad, sangre, estudio y residencia.
Al tener todos los datos establecidos empezó a vincular este padrinazgo con la custodia del menor con motivo de que los Malfoy no estaban capacitados de poder cuidar al menor, debido a una regla de la familia Malfoy, de que solo se podría tener un heredero a su nombre. La cubierta de todo era que no querían dejar al niño desamparado sin una herencia, por lo cual, al tener Severus su custodia se le estaría brindando al menor la herencia de la familia Snape por ser su ahijado.
Cuando ya estaba todo terminado, dejaron su firma mágica en el sistema de padrinazgo, y con eso el abogado iba a llevarlo a que sea registrado por el Ministerio de Magia. Snape decidió salir con este abogado y lo acompañó todo el camino, quería asegurarse que sea registrado en el Ministerio. Al ver como todo fue aceptado correctamente, se retiró a su hogar.
Cuando llegó solo se fue a su habitación a descansar. Al levantarse al día siguiente bajó a la biblioteca a ponerse a leer, quería distraerse, pero cuando empezó a bajar se dio cuenta que su casa no estaba completamente habilitada para tener ahí corriendo a un niño.
Su casa estaba ubicada en la calle La Hilandera en Cokeworth. Su casa era considerada deprimente y desagradable según lo que había escuchado de sus vecinos, no le había importado tanto la apariencia de ese lugar por lo cual antes le era indiferente. Pero eso iba a cambiar con la llegada de Draco.
La casa era de dos pisos, y se parecía mucho a las casas vecinas en arquitectura, pero en apariencia era completamente distinta debido a que las ventanas estaban grises por el polvo acumulado y la puerta era de madera, pero esta estaba anticuada.
Por dentro, los muebles se encontraban raídos por el tiempo, además de que la iluminación era casi nula. Las escaleras chillaban cuando alguien las usaba, y el tapiz en la pared se estaba desprendiendo lentamente, tenía un aire de abandono el lugar, esto debido a que la mayor parte de tiempo el profesor se la pasaba en el colegio de Hogwarts, y cuando eran las vacaciones solo descansaba ahí antes de hacer sus expediciones en búsqueda de ingredientes raros para sus pociones.
Con todo ese panorama de su casa, pudo llegar a la certeza que debía de remodelar con urgencia. Solo le quedaba tres días antes de que deba regresar a Hogwarts, él iba a regresar el sábado para empezar a revisar sus apuntes para las clases, por lo cual debería apresurarse.
Tarde en la noche del miércoles solo había logrado hacer una limpieza y reparaciones simples en su hogar en el primer piso, por lo cuál supo que iba a necesitar ayuda con mucha urgencia. Solo se le ocurrió un nombre para ser auxiliado.
A la mañana siguiente, mientras iba separando los muebles que no tenían salvación con los que podían ser reparados su puerta fue tocada. Al abrirla pudo ver a “Minerva, disculpa que te molestara en tus vacaciones, pero espero puedas brindarme tu ayuda con esta situación” decía mientras la dejaba entrar.
Mientras empezaban a reparar los muebles que podían seguir teniendo un segundo uso, Severus empezó a contarle a McGonagall que acababa de ser nombrado el padrino de Draco y que el niño iba a pasar las vacaciones con él en su hogar, por lo cuál debía habilitar el lugar para que sea totalmente habitable para un niño.
Con una mirada complacida McGonagall habló “Me alegra ver que estés tomando este tipo de responsabilidades Severus, es un gran paso en tu vida. Quiero que sepas que siempre estaré disponible ante cualquier problema que surja con esta nueva etapa de tu vida”
“Gracias Minerva” dijo Snape sintiéndose complacido por la amistad que había generado con la profesora de transformaciones.
Cuando terminaron de arreglar completamente el primer piso de la casa, se dedicaron ahora al segundo piso. “Entonces ¿Cuál será la habitación para el joven señor Malfoy?” mencionó al ver solo 3 puertas en el segundo piso.
“Es este” abrió la puerta que hace años no había abierto, era su habitación de niño. Estaba todo empolvado y era pequeño. Cuando sus padres fallecieron, él había tomado la habitación principal, además la remodeló haciendo que sea más grande uniendo la habitación con otra, tal vez había sido el único cuarto que había remodelado en años.
La habitación de su infancia era pequeña y ningún mueble podía seguir funcionando, todo debía ser remodelado. “Me gustaría, romper la pared para hacer que la habitación sea más grande para Draco, además que debemos comprar todos los muebles necesarios” dijo dando una mirada a todo el lugar para luego empezar a sacar cada mueble inservible y ponerse a limpiar junto a la profesora.
Terminaron de hacer la limpieza muy entrada la noche, aunque tuvieran magia, el trabajo realizado era demasiado. Se fueron a descansar. Snape cedió la cama de su habitación a su compañera de trabajo, y él se fue a descansar en la sala de su casa.
El viernes, el último día libre que tenía, se dedicaron a comprar y acomodar los muebles restantes, en la noche al terminar de acomodar los muebles en la habitación de Draco “Creo que esto será suficiente por ahora. Estoy segura de que el joven señor Malfoy va a querer comprar sus propias sábanas, toallas, vestimenta y demás cosas a su gusto” dijo cerrando la puerta la profesora.
“Gracias por tu ayuda estos días Minerva, sin ti no hubiera acabado a tiempo” los dos se retiraron por Red Flu al colegio Hogwarts, para descansar en el castillo.
En la noche, cuando Severus le avisó a Draco que su misión fue todo un éxito, Draco puso una enorme sonrisa en su rostro, aunque podía ver en ella un poco de tristeza, probablemente porque sus padres lo dejaron sin problemas. El niño decidió que debían celebrar, mientras sacaba de su bolsa una tarta de manzana que compartió con él, mientras cada uno tomaba su té de preferencia.
Sí, el niño se veía mejor así. Con una sonrisa.
Esperaba mantenerla ahí por siempre.