
Halloween
Los días de Draco se volvieron cada vez más tratables desde ese momento, pasaba el tiempo con sus amigos cuando sus tiempos libres coincidían, lamentablemente no era muy seguido, además de que esos tres si se encontraban cerca de él lo acompañaban a sus clases con conversaciones agradables y divertidas. A parte de pasar los días con ellos, también pasaba los martes, jueves y sábados con el profesor Snape.
El profesor le iba enseñando sobre el arte de las pociones y algunos hechizos defensivos en sus días de castigo, debido a que quería que contara con un arsenal de hechizos para atacar a sus bravucones (sin saber que parecía que sus compañeros empezaban a tenerle miedo). El profesor estaba completamente sorprendido con él aunque obviamente no lo demostrara muy seguido, decía que tenía habilidad y talento para aprender con naturalidad los hechizos y pociones debido a que ya tenía dominado la mayor parte de estas materias que se enseñaba en primer año, especialmente el área práctica; por ello, empezó a enseñarle los que estaban realizando los de segundo año. Así que se divertía mucho en sus horas de 'castigo' con el profesor.
Por otro lado, el profesor Snape se estaba tomando la molestia de revisar su tarea antes de que les presentara a los profesores. Le iba señalando los errores que había cometido en el pergamino, evidentemente estas revisiones iban acompañados de alguna burla sobre sus errores garrafales o un leve golpe en su cabeza con otro pergamino que tenía en la mano para que se vuelva a concentrar cuando empezaba a distraerse o cansarse de estudiar, debido a que él solo era bueno en la práctica, pero no en la teoría. Como odiaba la teoría.
Hubo algunas ocasiones que el profesor le sorprendía con una taza de té sabor a manzana, y no iba a negar que era un sabor muy delicioso, ya se estaba cansando de solo tomar agua, fue un buen cambio. Así que, sin darse cuenta, cada vez se hacía más cercana su relación con ese extraño y sombrío profesor, aunque este siguiera odiando a Harry sin ninguna razón aparente.
Sin embargo, aunque estuviera muy ocupado todo sus días, a finales de septiembre se encontraba ansioso, ya sabía de que trataba esa necesidad, él necesitaba correr en su forma lobuna inmediatamente o sino todo se volvería muy doloroso. Por eso, aquella madrugada, el cuál él no pudo dormir ante los espasmo de dolor en todo su cuerpo, decidió salir de su cama y de la casa de Slytherin. Necesitaba moverse o sino perdería el control de su cuerpo y el dolor sería insoportable. Ya no estaba pensando, solo necesitaba sacar de su sistema esa ansiedad inmediatamente.
Empezó a caminar con paso veloz por todo el colegio, intentando evitar los sonidos de Filch, algún fantasma, profesor o un prefecto; estaba seguro de que si lo encontraban el castigo se duplicaría o le agregarían otro a parte del que ya estaba llevando. Así que estaba caminando sin un rumbo fijo, aunque en su mente le pedía ir al bosque prohibido, pero el mismo nombre del lugar lo frenaba. Por algo debe estar prohibido, ¿no? Sin darse cuenta llegó al séptimo piso del colegio, empezó a inquietarse al escuchar pasos que se acercaban en la lejanía y el miedo sumándolo a su ansiedad actual lo estaba volviendo completamente desesperado y loco. Estaba analizando sus siguientes acciones mientras caminaba frente a un extraños cuadro de un tal Barnabás el Chiflado, y no supo en que momento, sus planes de acción cambiaron al recuerdo del bosque cerca de Malfoy Manor. Si que necesito correr, estoy empezando a perder el hilo de mis pensamientos y las prioridades pensaba. En ese momento apareció una puerta dejándolo completamente sorprendido, pero al escuchar que los pasos se cercaban peligrosamente, no tuvo más elección que el de entrar a la puerta que acababa de aparecer frente a sus ojos. Si, necesitaba ser más precavido.
Vio un bosque cuando entró. Y ante cualquier buen juicio, en vez de asustarse al ver su necesidad cumplida mágicamente, solo se alegró porque no sabía que en el colegio existiera un bosque interior y decidiendo no cuestionar este regalo se transformó, empezó a correr por todo el lugar a gran velocidad, estirando sus patas con libertad y corriendo por todo el bosque presente. Estuvo así por un largo tiempo, dejando fluir toda la ansiedad acumulada de su cuerpo y sintiéndose más liberado que nunca.
Estando descansando sobre el césped verde del bosque luego de correr por horas se dio cuenta que ese lugar le era muy conocido, era el bosque que se encontraba en la mansión Malfoy, desde el riachuelo el cuál saltó mojándose completamente hasta la cueva que se encontraba a unos metros de él. En ese momento se puso a analizar de que esa puerta apareció de la nada, además de que antes en su mente estaba el bosque de la mansión, todo eso le pareció muy curioso.
Saliendo de la habitación, ya cansado y completamente renovado, notó como la puerta iba desapareciendo frente a sus ojos, se fue de la misma forma que apareció, de forma muy misteriosa y extraña.
Lo bueno es que ya había encontrado donde podía correr a gusto y sin tener que romper la regla de ingresar al bosque prohibido.
Pero ¿Qué tipo de habitación era aquella?
De esa forma llegaron al 24 de octubre, una semana antes de la gran fiesta de Halloween. Y como ha mencionado antes desde la primera semana de clase ha estado recibiendo cartas de su padre advirtiéndole de que dejara de juntarse con sus amigos, advertencia que nunca hizo caso, por lo que empezó ignorarlos sin siquiera dignarse a volver a abrirlos. Esta situación logró cansar a su padre porque lo que esa mañana todo fue diferente debido a que le llegó un correo distinto a los que su padre le mandaba, ya que este venía en un sobre rojo intenso. Esto lo encontró raro debido a que su padre odiaba ese color a muerte, él suponía porque le recordaba a los Gryffindor.
Así que con curiosidad abrió el sobre, sin saber que fue el peor error que cometió ese día. En su defensa, no pensó que su padre ventilaría sus problemas familiares tan desagradablemente.
"¡Draco Malfoy!" se escuchó el grito de su padre por todo el comedor, mientras la carta roja se transformaba en una boca con dientes y lengua hecha de papel, a su parecer muy intimidante "¡Cómo te atreves ignorar todas mis cartas y con ellas mis advertencias desde el comienzo del año escolar! ¿Eres estúpido o qué, mocoso insufrible?" se espantó horrible al escuchar a su padre y aunque intentara de todas las formas agarrar esa carta flotante, esta se movía evitando ser atrapada. ¿Es que merecía esa vergüenza, especialmente a que lo insultara frente a todo el colegio? No sabía dónde esconder su rojo rostro.
Obviamente la rabieta de su padre continuo "¡Te he estado diciendo que dejes de juntarte con esos asquerosos traidores de la sangre y sangres sucias! ¡Tienes que mostrar respeto a tú nombre, porque eres un Malfoy! ¡No nos avergüences más de lo que ya estamos tú madre y yo de ti, Draco, porque o si no, ni te atrevas a regresar a casa esta Navidad o cualquier otras vacaciones, maldito niño! ¡Y no voy a permitir que una basura como tú se presente en una reunión tan importante, y si sigues así, en las vacaciones de medio año te mandaremos lejos de la mansión, te mandaremos a una propiedad apartada que tenemos y estarás completamente desconectado con todo el mundo! ¡Espero eso te enseñe a cumplir con las órdenes de tu padre!" la carta en ese momento terminó de gritar y se rompió en miles de pedacitos. Seguía entre sorprendido, en primer lugar, porque no sabía que existían ese tipo de cartas parlanchinas que te dejaban en completamente humillado; y avergonzado, en segunda, de que su padre tuvo que estar muy enojado para mandar esa carta tan degradante.
Sus mejillas empezaron a calentarse cuando escuchó especialmente las risas burlonas de sus compañeros Slytherin. Dejó la mesa sin terminar su desayuno y se fue directo a la clase de Pociones, que justo le tocaba ese día, debido a que era jueves. Deseaba llegar al salón e internarse al lugar más apartado para poder hundirse en su miseria y vergüenza, sabía que esta carta no iba a pasar desapercibido para nadie y si sospechaban de que su familia no lo querían, ya con esto habían confirmado cualquier sospecha.
Avanzando a las mazmorras escuchó varios pasos atrás suyo y al voltear estaban sus tres amigos corriendo a su alcance "Draco, no sabíamos que tú padre te estaba prohibiendo estar junto a nosotros" estaba apenado Harry intentando mantener su mirada en él, pero se veía que estaba un poco triste por la nueva información proporcionada.
"Si amigo, nos lo hubieras comentado. Así tal vez hubiéramos buscado una forma en el que tu padre no se entere de nuestra amistad" continuó Ron rascándose la cabeza intentando buscar una solución para que él no se siga metiendo en problemas con su familia. Se lo agradecía.
"Sí, así podemos seguir hablando y no te generaríamos ningún problema" Harry se acercó y agarró lentamente su mano, luego le dio un leve apretón.
Hermione asintió a lo dicho por sus dos compañeros. "Sí, Draco. Por como tú padre habló se notaba muy enojado y no queremos generarte más problemas con ellos"
"No, no. Mi padre igual buscaría cualquier motivo para enojarse conmigo, así que no deben preocuparse. Además, aunque no fuera su amigo, igual no me querría en casa en navidad ni en vacaciones en la mansión, creo que eso solo es una excusa" soltó cansado, empezando a retomar su camino al salón de pociones siendo imitado por los niños.
"Draco ¿Estarás bien de que te manden lejos en las vacaciones, completamente solo?" preguntó Hermione por lo último que dijo su padre en su carta parlanchina.
"Creo que si me deja solo será más fácil para mí poder... ya saben pasear libremente" intentó sacar algo bueno del futuro castigo que se le avecinaba en su vida, siempre intentaba sacar lo positivo de las situaciones, aunque la mayoría de las veces era difícil.
Al entrar a clases, empezaron hablar sobre la fiesta de Halloween que se avecinaba, especialmente Hermione quién contaba las tradiciones muggles para esa fecha. Los disfraces, los dulces, los sustos, todo se escuchaba genial a su parecer, él nunca había celebrado aquella festividad así que se encontraba muy emocionado sobre las tradiciones tanto de magos como de mugles.
El salón empezó a llenarse y con ello cada uno se formó con su equipo de pociones que Snape ya había elegido en el comienzo del año escolar. Supuestamente era inamovible, te quedabas con este todo lo que quedaba de año escolar. Como lo supuso los Slytherin no pudieron evitar querer hacer bromas, esta ocasión fue sobre el 'vociferador' recibido en el desayuno (Ron ya le había explicado lo que sabía de esa catastrófica carta), pero una mirada retadora e intimidante de Snape los hizo callar mágicamente.
La clase pasó sin ningún problema, al terminar el profesor lo hizo quedarse, de nuevo. ¿Esto se iba a volver una costumbre?
Cuando el salón estuvo vació, el profesor se acercó y le dio dos manzanas verdes, dejándolo perplejo por este nuevo gesto de amabilidad que tenía con él "No terminaste tu desayuno el día de hoy, y lo menos que quiero es que termines desmayado en una de tus clase. Si aquello pasa, las demás casas pensarán que los Slytherin somos débiles" le dio un agradecimiento al intimidante profesor. Había presenciado que la amabilidad de Snape siempre venía acompañado con palabras crueles y ácidas, pero que ocultaban su ser amable y preocupado, esto le parecía demasiado gracioso a él "Sabes que si hay problemas en tu casa, puedes contar conmigo, ¿no?" ante el asentimiento del niño continuó "Cuando sean las vacaciones me puedes mandar cualquier correo ¿entiendes? Porque no voy a permitir que te relajes con mis enseñanzas, lo que menos quiero es que te olvides de todo lo que aprendiste en estos meses, así que vas a tener que escribirme sobre tus avances todas las semanas, porque en vacaciones seguirás estudiando, yo me encargaré de eso" ¡Ugh! Estudiar en vacaciones no debe ser agradable, pensó.
Aunque había un problema en el plan de estudio para las vacaciones del profesor Snape "Pero, yo no cuento con ninguna lechuza para mandarle alguna carta y no creo que mis padres me dejen usar alguna de las suyas ¿Cómo le voy a escribir?" el profesor solo puso los ojos en blanco cansado de la conversación y lo mandó a retirarse a su siguiente clase, acción que hizo rápidamente.
Dos días después, en su castigo registrado para el sábado, este intimidante profesor le regaló una bella ave negra con algunas plumas blancas y ojos amarillos, según le comentó era un búho real. Se justificó diciendo de que se lo entregaba para que él no se zafara de las clases extras que iba a recibir en las vacaciones y de aquella forma puedan ir intercambiando cartas sobre sus avances en los hechizos y pociones.
Él estaba emocionado porque este era el primer regalo que le daban en su corta vida, estas palabras las externalizó dándole una gran sonrisa al profesor de pociones. Aunque, desde luego, Snape negó con mucha vehemencia que fuera un regalo y que solo era un medio de comunicación eficaz entre magos.
Con una sonrisa agradeció el no regalo. Cada vez se sentía más cálido al estar con el profesor de pociones, solo esperaba que dejara de ser tan pedante con Harry y todo sería mucho más feliz, más tranquilo.
Llegó el 31 de octubre, la esperada fiesta de Halloween para él. Ese día luego de tener Pociones en la mañana, se fue a la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras y sus tres amigos tuvieron clases de Encantamientos con el profesor Flitwick. Draco tuve esa clase el día anterior y ya les había adelantado a sus amigos que ya estaban practicando el hacer volar objetos con el "¡Wingardium leviosa!" debido a que antes solo estaban haciendo pura teoría sobre este hechizo. Esperaba que este encantamiento fuera sencillo para sus leones, para él fue totalmente sencillo debido a que Snape ya le había enseñado tal hechizo en uno de sus castigos.
Mientras escuchaba tartamudear al profesor Quirrell sobre unos datos teóricos de su clase, ¿Por qué el curso de Defensa tenía que ser solo teórica?, dejando totalmente aburrido a Draco por la falta de acción y el sueño que le dejaba escuchar la voz miedosa y tambaleante del profesor. Luego de eso tuvo clase de Herbología con los Ravenclaw y al menos ahí si estaban haciendo cosas prácticas como el de cuidar a uno de los hongos venenosos. Esa era la última clase que él tenía en el día, sin embargo, sus amigos todavía tenía una clase de más por lo que decidió encaminarse a la Lechuzería luego de almorzar.
Pasó la tarde con el bello Aquiles, su búho. Lo estaba acariciando, jugando, dándole de comer, hasta empezó a leer el libro de dónde provino su nombre (otro regalo de Snape, aunque lo siga negando "Es historia básica, niño insensato y no es un regalo"), quería que Aquiles supiera de dónde provenía su tan afable nombre. Le gustaba tener al gran Aquiles, era una mascota majestuosa y cariñosa, de vez en cuando con su cabeza emplumada le acariciaba su mejilla. Él solo se dedicaba a reír emocionado por esa muestra de cariño.
Se quedó con su mascota hasta que tuvo que dejarla porque llegaba la hora de la fiesta de Halloween, en el cuál se quedó asombrado por lo increíble y mágico que era.
Sentándose en la mesa de los Slytherin, empezó a comer un delicioso tartar de atún y manzana verde ácida muy emocionado hasta que empezó a escuchar por parte de Parkinson de que Hermione estaba llorando en los baños de las niñas. Ella obviamente estaba burlándose de esta situación, otro dato que pudo sacar fue que todo fue culpa de Ron debido a que se comportó muy grosero con ella en la clase de Encantamientos (ya con la información obtenida le mandó una mirada enojada a la niña, generando que se asustara y se quedara callada).
Sabía que Ron y Hermione seguían sin llevarse bien, todos estos meses a las justas se soportaban y ni se pasaban con agua, no podían estar cerca en el mismo espacio sin generar una discusión. El trato de Harry con Hermione era también un poco tenso, simplemente Harry le hablaba cuando estaba cerca él, pero no podía considerar que ellos se vieran como amigos, pero al menos Harry nunca la había tratado mal o groseramente. Creí que solo la aguantaban porque era amiga de Draco, era su teoría más sólida. Esto era así porque los niños no aguantaban lo mandona y sabelotodo que era Hermione.
Aún esperaba que un día ellos también se consideraran amigos.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el ruido que se escuchó en todo el Gran Comedor cuando abrieron el portón con fuerza más de la debida "Un trol... en las mazmorras... pensé que debían saberlo" entró Quirrell completamente agotado para luego desmayarse al terminar de hablar.
Sus palabras dejaron a todo el alumnado asustado y por supuesto que entraron en pánico. El director mandó a los prefectos llevar a los estudiantes a sus respectivas casas, así todos los niños empezaron a movilizarse, sin embargo, se recordó de Hermione que no debía saber que habían sido invadidos por un sucio trol. Así que como era el ser invisible (y en ocasiones temido) de su casa, fue sencillo irse para buscarla y advertirle sobre el peligro. Mientras se iba alejando solo pensaba que tal vez no lo notaron irse o esperaban que al irse lo matara ese trol y se quitarían de encima su presencia.
Estuvo corriendo, intentando poder rastrear el aroma de Hermione, pero el aroma horrible del troll era mucho más fuerte y empezaba a bloquear los demás olores del castillo. Al girar en una esquina se terminó chocando con Harry y Ron "¿Qué hacen aquí?" los chicos iban a responder, mas en ese momento escucharon unos pasos muy fuertes y en eso vieron a la criatura caminando directamente hacia ellos, por lo cuál se escondieron totalmente apretados en una gran figura de piedra escondiéndose entre su sombra y la figura, por buena suerte el troll los pasó de largo metiéndose a una habitación.
Ese momento Harry tuvo la brillante idea de cerrar la puerta, plan que ejecutaron con perfección y rapidez. Ya estaban chocando los puños complacidos por su buen trabajo cuando un grito agudo los asustó "¡Hermione!" los tres dijeron al mismo tiempo, completamente asustados al saber de quién provenía ese grito asustado y abrieron la puerta viendo a la niña agazapada contra la pared siendo poco a poco acorralada por la criatura apestosa.
Viendo como ese troll estaba apunto de atacar a su amiga, Draco se transformó, saltando inmediatamente encima de la gran bestia. Estaba intentando morderlo para distraerlo lejos de su amiga, mientras Harry y Ron pasaban al otro lado para poder levantar a Hermione y sacarla del baño, sin embargo, cuando ellos estaban por la mitad del camino, este fue cerrado cuando Draco fue botado contra las puertas de un baño y golpeando con su cuerpo un inodoro con fuerza, logrando que esta pieza de cerámica se rompiera incrustándole varias de sus piezas en su piel y pelaje. Por el dolor del momento se desconectó un poco de la realidad debido a que todo se volvió oscuro (parecía que tenía una conmoción cerebral) pero cuando la vista empezó a aclararse pudo ver a Harry trepado en el cuello del monstruo y logró con su varita tapar uno de los orificios de la nariz del trol.
Al ver como estaba su amigo colgando y a punto de caer del cuello de la criatura, Draco volvió a meterse en la pelea. Volvió a saltar sobre el troll mordiendo el brazo en el que se encontraba el garrote, este era su objetivo debido a que estaba moviéndolo de forma discordante, pudiendo golpear a cualquiera y los más cercanos eran sus amigos. No iba a arriesgarse a que reciban un golpe de esa magnitud.
En ese momento escuchó "¡Wingardium leviosa!" por parte de Ron y el garrote del troll voló sobre la cabeza de la criatura para luego caer con fuerza desmayándolo.
Todos guardaron silencio, ese momento aprovechó para volver a transformarse. Ante la falta de movimiento del trol se tranquilizaron al saber que este ya no los iba a atacar, los cuatro niños se acercaron y se dieron un abrazo. Agradecidos de que todo había terminado. Draco en ese momento se le olvidó de su temor a ser tocado por otras personas, debido al miedo de casi morir y ver morir a sus amigos, otra vez.
Se separaron asustados ante un portazo, pudieron ver entrar al profesor Snape, la profesora McGonagall y el profesor Quirrell.
Snape le dio una mirada rápida al troll desmayado y al comprobar que estaba totalmente fuera de combate, su mirada se dirigió a él. Lo estaba revisando con su mirada, verificando si tenía algún daño visible y sus ojos se detuvieron en su cuello. Se acercó para bajar un poco la túnica y su camisa para ver un gran moretón rojo que estaba seguro que en el transcurso de la noche se iba a volver morado, este moretón se lo ganó justo cuando el troll lo agarró del cuello para lanzarlo al inodoro. Seguro debería verse horrible y doloroso, aunque era para él un dolor muy soportable "Voy a llevar al Sr. Malfoy a que le revisen estos moretones" dijo Snape a la profesora quien solo asintió a sus palabras, con un rostro preocupado "Y luego será castigado por no estar en su habitación cuando se le fue ordenado regresar a su sala común"
"Por favor, profesor Snape... Los tres me estaban buscando a mí" dio un pase adelante Hermione, evitando que se fuera con el profesor quien volteó a prestarle completamente su atención "Yo vine a buscar al trol porque yo... yo pensé que podía vencerlo, porque, ya sabe, había leído mucho sobre el tema"
"¡Hermione Granger!" La profesora McGonagall gritó sorprendida y desilusionada.
El profesor Snape solo asintió para luego arrastrar a Draco a la enfermería con fuerza de su túnica "No puede tratar a un herido de una forma tan brusca" intentó bromear el niño, recibiendo por ella una mirada enojada por parte del temible profesor.
A mitad del camino, luego de un largo silencio, al fin Snape decidió hablar "¿Hay otro lado en que te has lastimado?"
Draco iba a negar con la cabeza, empero al recibir la mirada más severa del profesor decidió ser sincero "Creo que también me lastimé la espalda, ese troll me lanzó contra una puerta y un inodoro" el profesor soltó un suspiro cansado "Y en ese momento todo se volvió negro, ¿Tal vez 'conmoción cerebral'?" dijo un poco apenado.
Aumentando la velocidad de su paso y ahora sosteniendo su hombro, el profesor continuo "¿Por qué tuviste que ponerte en peligro? Es que no tienes instinto de supervivencia"
Con una mirada firme al profesor le contestó "Hermione es mi amiga, a los amigos no se los abandona y siempre debes protegerlos. Estoy seguro de que si las circunstancias fueran al revés ellos hubieran ido por mí sin dudarlo"
Sobándose la sien "La próxima vez que hagas algo tan estúpido, al menos intenta advertir a los profesores antes de volverte un Gryffindor salvador, piensa antes de actuar" dijo mientras giraban a la esquina cerca de la enfermería "Pero por noquear a ese troll, doy 15 puntos para Slytherin. Esto no significa que debas buscar el peligro constantemente, niño problema" abrió la puerta de la enfermería y Madam Pomfrey empezó a atenderlo rápidamente.
Estuvo toda la noche en la enfermería, hospitalizado para que la enfermera lo mantenga en constante vigilancia por si su conmoción cerebral se agravaba, hubo un momento que Snape se retiró. Draco intentó no sentirse mal por esta situación Snape debe tener cosas más importantes que hacer que quedarse con un Slytherin despreciado. Al pasar 30 minutos la puerta de la enfermería volvió abrirse y entró el profesor de pociones, que luego se sentó en la silla al lado de su cama, estaba sorprendido al tenerlo ahí de nuevo. Snape sacó de su túnica un libro titulado 'Los cuentos de Beedle el Bardo' y empezó a narrarle todas las historias que se encontraban en ese libro, su voz fue lo último que escuchó antes de caer en la inconciencia. Fue una experiencia única en su vida, nunca nadie le había leído un cuento para dormir. Por un momento se sintió como cualquier otro niño, un niño normal.
A la mañana siguiente fue despertado con un movimiento ligero en su hombro por Snape, que le decía que estaba libre de clases ese día para que descansara, que fuera a desayunar y luego su camino fuera directamente a su cama en las mazmorras.
Fue al comedor, debido a que tenía hambre y pudo ver que ese muro que existía entre los chicos y Hermione se había roto, al fin pudo ver que empezaban a llevarse bien entre ellos. Al verlo quisieron acercarse preocupados por él, pero con un movimiento de manos les señaló que luego iban a hablar. Se alegraba mucho de que sus amigos fueran amigos.
Cuando terminó su desayuno, los tres niños estaban hablando en la puerta del comedor esperándolo (situación nueva, porque antes paraban callados, en un silencio incómodo, esperándolo) al acercarse le bombardearon de preguntas sobre su salud, porque fue el único en ir a la enfermería luego del ataque. Caminando hacia las mazmorras les comentó sobre su leve conmoción cerebral que ya fue curada por Madame Pomfrey, pero que le recomendaba un descanso completo por todo el día para evitar cualquier estrés. Lo acompañaron hasta la esquina de la entrada de la casa de las serpientes y luego se fueron a su clase diciéndole que esperaban verlo en las comidas.
Hermione le comentó que le ayudarían a ponerse al corriente de las clases que iba a faltar ese día, y que podían programar un horario de estudio para que no pierda clases, provocando un asentimiento emocionado por Harry y un suspiro cansado de Ron.
Parece que enfrentarse a la muerte ante una criatura mágica genera nuevas amistades. Entonces, ¿Tenía que dar gracias a ese perro de tres cabezas y trol?
Qué raro es el mundo mágico.