
El duelo a medianoche
Ya era fin de semana, y como había prometido Draco había pasado todas las comidas de lunes a viernes con los Slytherin en su mesa, pero como ya es sábado se encontraba en la mesa de Gryffindor. Todos habían acordado juntarse a las 10 de la mañana. "Que bueno que Astronomía lo hemos llevado ayer en la noche, si lo hubiéramos llevado otro día no creo que hubiera podido levantarme a tiempo para la clase del día siguiente" dijo Potter mientras empezaba a servirse el desayuno, Draco estaba sentado a su lado comiendo unos panqueques con manzana, se estaba dando cuenta que podía ser su desayuno favorito, era tan dulce y con una leve tono ácido. Se sorprendió de que en verdad el profesor Snape les pidiera a los elfos domésticos que le cocinaran comida especialmente para él, pero estaba agradecido. Gracias a ello se había dado cuenta que tenía un gusto por lo dulce.
"Suerte para ustedes, yo tuve astronomía el martes y al día siguiente tuve que levantarme a la hora de siempre para la clase de Encantamiento" gruño Draco recordando lo cansado que estuvo en la clase del profesor Flitwick, quién lo regañó levemente al verlo dormitar.
"Sí, que suerte. Al menos ahora estamos libre por dos días" habló con la boca llena Weasley.
Granger giro a verlo asqueada "Primero, no hables cuando tengas la boca llena. Segundo, estos días debemos ir avanzando con los ensayos que los profesores nos han mandado como tarea" dijo, siendo secundado por un aburrido Draco que se sentía abrumado por todo el trabajo escolar que le habían dado en su primera semana, ¿Así eran en todos los colegios? Estaba seguro que iba a morir del aburrimiento.
"No sé porque siguen sentándose con nosotros" giró los ojos Weasley, siendo ignorado por Granger y Draco. La relación con los niños era así: Draco era cercano a Potter (en realidad, Potter siempre lo perseguía y, bueno, él se había acostumbrado a ello) y Granger (su relación con ella era más de círculo de estudios, porque los otros niños no les gustaban estar estudiando a cada rato y Draco era un niño muy curioso con la magia, debido a que era un concepto nuevo para él, pero no al mismo nivel que la niña), con Weasley era más una cercanía que a veces se volvía tensa (esto debido a los prejuicios que tenía el niño con los Malfoy, sobre que antes eran mortífagos y, por ellos, ahora todos son malos). Pero al final eran los únicos con quién se hablaba en todo el colegio.
"Ustedes estarán libres, hoy tengo mi castigo con el profesor Snape" Draco recostó su cabeza a la mesa todo cansado porque no sabía que esperar con ese profesor, era medio confusa su percepción de él porque en ocasiones se notaba preocupado por su salud y luego estaba todo intimidante. Solo podía pensar que era raro, una persona muy rara.
"¡Ugh! No lo menciones ese profesor nos odia, especialmente a Harry aún no olvido la clase que tuvimos con él y lo peor es que le vemos la cara por dos días seguidos, el jueves y viernes" puso una mueca Weasley, quién fue afirmada por Potter.
"Tienes razón, no sé que le he hecho para que sea tan cruel conmigo"
"Es cruel con todo Gryffindor, pero se desquita más contigo Harry, pero también un poco con Neville" dijo Granger terminando su desayuno.
Aún recostado en la mesa Draco continuó "Ok, centrémonos en mí de nuevo. Hoy lo voy a ver y además en un castigo. ¿Qué creen que me haga hacer? Colgarme con cadenas en su pared del mal, despellejarme vivo, succionar mi alma" al ver la mirada atónita y asustada de los tres leones aclaró "Es lo que Lesath dice que hace Snape en sus castigos, pero ha de ser broma. No he visto a nadie despellejado hasta ahora en el colegio, aunque tal vez sea porque recién es la primera semana de clase"
"¿Lesath?, ese es tu hermano, ¿no?" preguntó Granger, debido a que ella todavía no lo conocía, afortunadamente.
"Sí, es su hermano mayor. Y es igual de insoportable que Nott y Parkinson" soltó el pelirrojo con un enojo muy entendible.
"Lo bueno es que Draco no es igual a su hermano" continuó Potter defendiendo su honra "Pero regresando al castigo, sé que podrás hacerle frente a Snape, ya mañana en el desayuno nos cuentas como te fue"
Así los cuatro niños terminaron de desayunar y salieron del castillo a buscar un sitio para distraerse, mientras Weasley les explicaba a Potter y Draco a jugar Snap Explosivo, Granger se dedicó sacar un libro grueso empezando su lectura 'ligera'.
Era la noche del mismo día, estaba dirigiéndose al salón de pociones porque ahí iba a realizarse su castigo. Solo obtuvo un "Suerte en tu castigo Draco/Malfoy" por parte de los tres leones. Al llegar entró y vio que el profesor Snape se encontraba sentado en su escritorio y le indicó a sentarse en una de las mesas de los estudiantes.
Estuvieron en silencio por lo menos 15 minutos y Draco cada vez se ponía más y más ansiosos. No le gustaban los silencios tensos, además de que era raro e incómodo solo observar al profesor corrigiendo ensayos "Tu castigo será limpiar mis calderos sin magia, todo lo harás manualmente" soltó señalando unos calderos al otro lado de la habitación, eran los calderos en el cuál mostraba el procedimiento de las pociones.
Así pasó media hora limpiando los calderos mientras podía sentir la mirada del profesor Snape, en su persona, era como si quisiera decirle algo, pero terminaba arrepintiéndose y se quedaba callado.
"Listo profesor, ya terminé" dijo dejando de lado el trapo que utilizó. Ante el silencio del profesor empezó a alistarse para retirarse, pero la repentina voz del profesor le pidió que se quedara un poco más. "Así qué..." intentando que el profesor de pociones decidiera continuar con su pedido.
"Cómo te había dicho, es de mal gusto que ataques a tus compañeros de forma muggle" comenzó el profesor, dejando en duda a Draco por ese inicio de conversación "Por eso, te voy a dar clases para que no deshonres la casa en la que te encuentras, nosotros los Slytherin no nos rebajamos a ir con esas actuaciones tan bárbaras" terminó de decir, dejando estupefacto al niño porque no esperaba eso del profesor.
"¿Qué? ¿Por qué?"
"Ya te di la respuesta, ahora retírate. Y no le digas a nadie sobre esas clases niño problemático" lo despidió rápidamente, con una mirada intimidante. Él solo se fue lo más rápido posible por el raro actuar del profesor Snape y para evitar que por no hacer caso a su pedido le aumente los meses de castigo.
Pasaron los días en el colegio Hogwarts, Draco actualmente se sentía como un ser invisible en Slytherin, al menos con los de años superiores, salvo su hermano que cuando lo veía lo traía como su elfo doméstico personal. En cambio, los niños de su año siempre eran mordaces y claro que no se dejaba intimidar. Afortunadamente, ya había descubierto los puntos débiles de cada uno de ellos, así que podía lanzarles palabras duras e hirientes para evitar cualquier daño, en ocasiones sus réplicas lograban mantener alejados a esas serpientes, lastimosamente, ello no duraba mucho porque eran unos masoquistas.
Otro suceso recurrente en esos días era que su padre empezó a mandarle cartas en los desayunos, inocentemente pensó en un comienzo que era para preguntarle sobre sus días en Hogwarts, ya saben preguntas estilo: ¿Dé como le trataban los estudiantes? ¿Qué tal las clases? ¿Si había hecho algunos amigos? Pero se decepcionó al descubrir que eran cartas dónde le decía que era una vergüenza por juntarse con 'traidores de sangres' y 'sangresucias', además de salir con el nada impresionante niño-que-vivió. A la tercera carta, y dándose cuenta que era lo mismo de siempre, decidió ya ni siquiera darse el gusto de abrirla y las tiraba en la chimenea que se encontraba en la sala común de su casa. Aunque, esto obviamente le hizo sentir un pequeño dolor en el corazón, tal vez decepción de que su padre aún siga odiándolo o porque aún mantenía las esperanzas de una amorosa familia.
Lo único agradable en el colegio fue pasar tiempo con los leones, pero lo negativo era que solo tenía un curso con ellos. Por lo que se motivó ante las noticias de las clases de vuelo que iban a tener los de primer año y justamente era una clase conjunta entre Slytherin con Gryffindor. Lo único que lo espantaba era de que se encontraba asustado por volar, él nunca había volado en su vida y tenía miedo de caer estrepitosamente contra el suelo, además de que no quería avergonzarse frente a los estudiantes. Esto solo generaría una nueva avalancha de insultos por parte de sus compañeros de cuarto.
Así llego el 12 de setiembre, la fecha de la primera clase de vuelo, y los cuatro niños estaban caminando para ir a la clase, siendo las emociones muy diversas en el pequeño grupo. Mientras Ron estaba emocionado por volar, Granger se le notaba completamente asustada, Potter solo pedía y rogaba no avergonzarse volando, mientras él se mostraba indiferente por fuera porque por dentro se encontraba asustado "No es tan difícil, yo he volado con mis hermanos mayores. Aunque Fred y George dicen que estas escobas están muy viejas, pero si algo pasa intentaré agarrarlos" hablaba el más emocionado del grupo, asustando más a Granger al saber sobre la condición de las escobas. Llegaron a la hora acordada, 3:30 p.m., y ya estaban los demás Slytherin esperando a la profesora.
La profesora llegó viendo con un ojo crítico al nuevo lote de primer año "¿Qué esperan? ¡Cada uno póngase al lado de una escoba!" gritó y todos los niños corrieron a seguir las órdenes de la gruñona profesora. Así la profesora empezó a dar las instrucciones de vuelo, lo más memorable fue ver como la profesora le corregía a Zabini por su forma de agarrar la escoba. Cuando estaba explicando sobre cómo volar la escoba, empezó la verdadera catástrofe.
"¡Vuelve muchacho!" gritó la profesora Hooch debido a que Longbottom salió disparado al aire con una velocidad impresionante y a los segundos ver cómo perdía el control en la escoba provocando que cayera de una altura de al menos unos 6 metros. La profesora se acercó corriendo al lastimado niño "Llevo al chico a enfermería, no se muevan y no toquen las escobas o sino estarán fuera de Hogwarts más rápido de lo que tarden en decir Quidditch. Vamos, niño" se fue la profesora con el herido león.
"La mejor seguridad del mundo mágico" soltó sarcásticamente Draco al ver todo el suceso de hace unos segundos.
"Pobre Neville, se fracturó la muñeca. No puedo creer que no tengan una red de seguridad en el campo para los estudiantes que vuelan por primera vez" Granger mencionaba temerosa por lo sucedido, parecía que nunca iba a querer subir a esas cosas mortales alguna vez en su vida.
Potter iba a comentar algo también en la conversación, pero empezaron a escuchar un disturbio del otro lado del campo. Nott tenía la recordadora de Longbottom en sus sucias manos y las estaba haciendo rebotar en ellas, mientras se burlaba con sus compañeros Slytherin del pobre de Longbottom.
Como todo buen Gryffindor, Potter dio un pase adelante enfrentándolo "Devuelve la recordadora de Neville, Nott" gruño, recibiendo de Nott y sus amigos sonrisas burlonas.
"Mejor voy a dejarlo en la copa de un árbol, ya si ese zoquete de verdad lo quiere va a tener que recogerlo" agarró la escoba y empezó a volar. En el momento que Potter se acercaba a la escoba con la que había estado practicando, Zabini hizo una señal a Crabbe y Goyle para que lo empujaran, sin embargo, antes de llegar al niño de ojos verdes, Draco se metió en el medio y le hizo una señal a Potter para que vaya tras Nott. Lo cuál hizo, dándole un asentimiento.
No supo que estaba pasando en el aire debido a que estaba completamente concentrado en esos dos niños grandes frente suyo. Los dos se estaban acercando para inmovilizarlo en extremos diferentes y con mucha velocidad, ante su sorpresa. Aunque él en último momento se fue para atrás haciendo chocar a los dos niños cara contra cara, provocando una risa burlona. Esta acción ocasionó la risa de Weasley y algunos otros Gryffindor.
"¡Harry Potter! Nunca...en todos mis años en Hogwarts..." gritó la profesora McGonagall que empezó a correr hacia ellos. Los compañeros de Gryffindor de Potter estaban intentando justificar sus acciones y culpando de todo a Nott y los Slytherin, mientras Draco jaló a sus extremos a Granger y Weasley para intentar cubrir con sus cuerpos a los dos niños Slytherin que estaban sobándose la nariz e intentando detener la hemorragia nasal.
Al final solo terminó llevándose a Potter. No se dieron cuenta que había algunos lastimados, él estaba muy agradecido por ello y con esto tal vez no lo castiguen por esto.
"¿Crees que lo expulsen?" susurró Granger muy preocupada por Potter. Los tres estaban mirando el camino en el cuál desaparecieron la profesora junto a su compañero de ojos verde.
"No, no lo harían. Solo estaba intentando ayudar a Neville" estaba totalmente exaltado Weasley ante la perspectiva de una expulsión.
"Vamos, debemos seguirlos" dijo empezando a ir detrás de la profesora, en una distancia tan larga que solo lo seguía con sus sentidos, podía sentir el aroma de la profesora y escuchar sus pasos a la distancia, al final se escondieron en un pasadizo "Están en ese salón junto con alguien más, creo que un estudiante" señaló acuclillándose en el suelo, siendo imitado por los otros dos.
Los dos lo miraban "¿Cómo sabes eso?" preguntaron.
"Tengo un buen sentido del ¿escucha?" dijo asomando su cabeza en la esquina para tener una mejor vista, en eso pudo sentir a Granger arriba suyo también mirando y arriba de ella Weasley.
"Estar aquí solo harán que nos expulsen" susurró asustada la única niña del grupo.
"Estamos aquí para evitar que expulsen a Harry, especialmente si es necesario ir a hablar en su defensa. No se vale que sea expulsado por culpa del tonto de Nott" defendió el pelirrojo.
"Cállense y escóndanse, están saliendo de la habitación" volvieron a esconder su cabeza y luego de unos segundos los tres volvieron asomarse, notando a Potter muy sonriente hasta dando un salto emocionado, levantando el puño en señal de victoria "Parece que no te expulsaron Potter" dijo, haciendo acto de presencia.
Potter giró avergonzado al verlos a todos y siendo descubierto en su momento de victoria "¿Qué hacen aquí, chicos?"
"Vinimos a ser tus testigos sobre el problema del vuelo, pero parece que no es necesario. Cuenta, ¿Qué pasó?" Preguntó un curioso Weasley, mientras el de cabello negros se acercó rápidamente y les contaba que ahora era parte del equipo de Gryffindor como el nuevo buscador, recibiendo felicitaciones por parte de ellos, además de una celebración porque no fue expulsado.
En la cena de ese mismo día, mientras Draco se alimentaba con una simple ensalada de manzanas con nueces pudo notar que los 4 tontos con quién compartía habitación ya no se encontraban en la mesa, siendo esto curioso debido a que gracias a Crabbe y Goyle siempre eran los últimos en salir del Gran Comedor. Decidió en no darle importancia a esto porque después de todo no quería estar involucrados en lo que hicieran esas serpientes.
Cuando terminó de comer empezó a salir del comedor cuando vio a lo lejos como dos de sus Gryffindor susurraban rápidamente entre ellos, mientras Granger los miraba enojada y queriendo intervenir. Siguió de largo para irse a su habitación porque no le gustaba meterse en sus discusiones. Así que solo les hizo una seña de despedida y se fue lo más rápido posible, antes que lo arrastraran a la discusión. ¿Por qué era tan cansada las interacciones sociales?
Al llegar a su habitación no vio a ninguno de sus compañeros así que decidió darse una ducha rápida y ponerse su pijama para descansar.
Ya estaba empezando a dormitar, cuando escuchó como llegaron sus compañeros de cuarto a muy entrada la noche y empezaban a hablar sobre un duelo de magos con sus tontos Gryffindor quese daría a la medianoche. También comentaban que iban a delatarlos frente a Filch, le iban a decir que había unos Gryffindor fuera de la cama y debía ir a castigarlos.
"No creí que fueran tan cobardes" siseó Draco sentándose en la cama y abriendo el dosel para tener frente a él a las serpientes ponzoñosas, recibiendo por parte de ellos unos ojos juzgadores y como si intentaran transmitir su creencia de que para ellos, él era un vil insecto.
"Cállate Malfoy, solo vete a dormir, esto no es asunto tuyo" dijo Zabini intentando cerrar el dosel, pero siendo retenido por la mano de Draco. Los dos empezaron a forcejear por un minuto, siendo el ganador Draco quien pudo salir de su cama y empezar a amenazar con la mirada a todos los niños presentes, que volvieron a intentar lanzarse encima de nuevo sobre él, pero como la vez anterior quedaron noqueados y moreteados. ¿Es que no entendían que no iban a ganarle?
"Los tontos nunca aprenden su lugar y sus limitaciones" decidió salir a advertirle a los leones sobre que iban hacer plantados, pero nunca escuchó dónde se iba a llevar a cabo la pelea de magos y ya acercaba la media noche. Por lo cuál decidiendo confiar en su olfato se puso su túnica sobre su pijama y salió de las mazmorras a buscar a esos crédulos Gryffindor.
Fue primero a la torre de Gryffindor y pudo sentir el aroma de Granger, Potter y Weasley recientemente. Así que siguió el aroma hasta un salón en el cuál al abrir la puerta pudo ver a los tres niños con pijamas puestas. "Debemos irnos, esto era una trampa de los idiotas de Zabini y Nott" dijo haciendo un movimiento de cabeza para que empezaran a salir de la habitación "No puedo creer que en serio hayan creído que iban a venir si ellos son unos completos cobardes. No me hagan pensar que los Gryffindor son seres tan inocentes" empezaron a caminar de regreso a la torre, cuando de un momento Draco se tensó al escuchar un maullido "¿Es un gato?" dijo mirando por dónde escuchaba el leve maullido.
Cuando iba a correr a perseguir al animal, perdonen pero son los instintos, lo agarraron de la muñeca para jalarlo lejos del lugar.
"Debe ser la Señora Norris y seguro Filch debería estar cerca de su casa, debemos alejarnos" habló Weasley sin notar que al correr alertaron a la gata por sus pisadas fuertes.
"Síguelas mi niña" se escuchó la voz Filch muy atrás suyo.
No supieron cuanto tiempo estuvieron corriendo, pero los maullidos y la voz de Filch ya no estaban cerca, así que se calmaron al saber que los perdieron de vista. Decidiendo tomar un pequeño descanso por esa carrera que tuvieron se les acercó un 'fantasma' que salía de un salón con una sonrisa juguetona, apareció el famoso y travieso Peeves, que terminó delatándolos debido a un golpe que le lanzó Weasley porque el fantasma estaba burlándose de ellos. Entonces siguieron corriendo, escapando de Filch que ante los gritos de Pevees se había acercado. No se daban cuenta por dónde estaban yendo hasta que quedaron en un pasillo con una sola puerta sin ninguna otra salida, estaban acorralados especialmente al descubrir que la puerta se encontraba cerrada. Cuando creían que iban ser atrapados y posiblemente expulsados por se encontrados fuera de cama, Granger con su varita lanzó un hechizo "Alohomora" y entraron con rapidez pegándose a la puerta.
Draco luego de sentir que se iba yendo de su sistema todo la adrenalina y, no iba a negar, miedo por un castigo de expulsión o en el mejor de los casos el aumento de su castigo, se dio cuenta que escuchaba siete respiraciones. ¿No somos solo cuatro? ¿De dónde provienen las otras tres respiraciones? Con esas interrogantes en la cabeza, giró el rostro para inspeccionar el salón, cuando cara a cara se encontró con un perro gigante que poseía tres cabezas que empezaron a gruñirle. Este fuerte ruido hizo voltear a los otros tres niños que cayeron al suelo por la impresión del invitado intimidante.
Draco sabía que no debía transformarse, su padre se lo había prohibido la última vez que se vieron, pero esto era una emergencia y una muy grande. Se transformó en presencia de los Gryffindor y se puso delante de ellos, protegiéndolos con su cuerpo contra ese gran perro, también empezó a gruñirle a esa criatura. Se quedaron mirando entre los ¿cuatro? Era difícil decirlo con esas tres cabezas, pero estaban midiendo el nivel de peligrosidad del otro, esperando que uno diera el primer ataque. Ese momento Potter se levantó y abrió la puerta.
"Vamos, no hay nadie. ¡Draco vamos!" gritó lo último luego de que ya ellos estuvieran fuera, mantenía la puerta abierta esperando a que saliera. Este empezó a retroceder sin dejar de mirar al perro a las caras, saliendo completamente Potter cerró la puerta inmediatamente "Vamos, aún nos pueden atrapar" siguieron corriendo hasta que llegaron a una esquina cercana a la torre Gryffindor, en el cual los tres niños giraron y vieron al lobo atrás suyo "¿Eh? ¿Draco? Puedes volver a ser humano, ¿no?"
En ese momento Draco volvió a transformarse frente a ellos "Yo, creo que tengo que contarles algo, ¿no?" dijo dudoso Draco, un poco nervioso de haber expuesto de aquella manera su secreto.
"Si. Vamos a la sala común para conversar, puedes voltear tu túnica para que la Dama Gorda no vea los colores verdes y evite tu entrada. Si nos quedamos en esta esquina, nos pueden encontrar y castigar" Granger estaba mirando a todos lados viendo que no se acercara ni Flich, ni ningún profesor o prefecto. Y haciendo lo que Granger dijo, entraron a la sala común de Gryffindor. "Bien Draco, ¿Qué puedes contarnos lo que pasó?" preguntó amablemente.
Todos acomodados en los sillones, Draco pegó sus piernas a su pecho abrazándolas "Es muy privado, solo puedo decirles que he podido transformarme en lobo desde muy pequeño, desde mi más tierna infancia. Eh... esta transformación puede variar de tamaño, pero sigue siendo el mismo animal. Tengo que advertirles de que si las personas se enteran de esta transformación, hará creer a las otras familias de sangre pura que los Malfoy no somos... bueno, puros. Es por eso por lo que deben guardar el secreto, por favor" enterró su cara en sus rodillas, tenía miedo, miedo de que ellos al saber este secreto le dejen de hablar o empiecen a odiarlo, como lo hizo su hermano. O tal vez decidan hablar de esto con los demás y comenzaría una guerra en su familia, lo más probable es que lo repudiaran por arruinar su sangre y honra.
"No te preocupes Draco, si no quieres que lo digamos, entonces no lo diremos. No debes preocuparte" se acercó Potter arrodillándose en el suelo cerca de Draco, poniendo con lentitud una mano en su rodilla, transmitiendo consuelo.
"Harry tiene razón, te prometemos no decirle a nadie sobre lo que nos dijiste, es tu secreto después de todo" secundó Granger sentándose a su lado en el sillón.
"Si no quieres que lo digamos, entonces de nuestros labios nunca saldrá. Seremos unas tumbas. Aunque debo decir que es una habilidad muy genial Malf... no, Draco" dijo con una sonrisa mientras se ponía en el respaldar del sillón.
Al ver a los tres niños cerca de él, sin demostrar miedo u odio en su rostro, él no lo podía creer. Ellos tenían una mirada de completa comprensión y lealtad de nunca contar su secreto. Lo dejó desconcertado "Esperen, ¿No me odian por esto? Es esta la razón por lo cual mi hermano me detesta, porque estoy maldito y sucio"
"¿Qué? No Draco, no podemos odiarte por esto. No fue tu elección tener esta habilidad e intentaste defendernos de eso perro gigante con tres cabezas, yo estoy muy agradecido" comenzó a decir Potter y Granger afirmaba lo dicho.
"Además, como dije, a mí opinión fue genial verte como ese lobo gigante blanco" dijo ilusionado el pelirrojo. Esta última opinión, logró sacarle una sonrisa por las ocurrencias del pelirrojo.
Los tres niños intentaron abrazarlo, sin embargo, se detuvieron al ver como se tensaba al verlos acercarse "¿Qué les parece hacer un choque de puños?" sugirió Granger cerrando su mano en puño y poniéndolo al frente suyo, esperando que los demás lo hicieran. Lo cuál hicieron con más lentitud Weasley y Draco al ser una acción desconocida para ellos, pero Potter estaba emocionado de poder participar en su primer choque de puños, parecía que era una acción que había visto con anterioridad, pero nunca pudo ser parte de ella. Así juntaron los puños y sintieron que se afianzaba su amistad.
"Gracias Harry, Hermione y Ron" dijo Draco dejando sorprendido a los chicos porque él no les había dicho por sus nombres ninguna vez, aunque estos se lo pidieran porque se sentían incómodos en que sea tan formal. Pero ahora se sentía en confianza.
Así se fueron a dormir, y cómo ya era muy entrada la noche, Harry y Ron lo llevaron a su dormitorio que compartían con Longbottom, Dean y Finnigan para que descansara con ellos. Decidieron que fuera a la cama de Harry debido a que tenía la cama más alejada de sus compañeros.
Decidió transformase en la versión más pequeña para dormir en la cama de Harry, para no incomodar al dueño. Se acurrucó en una esquina de la cama empezando a cerrar los ojos y orando no tener alguna pesadilla.
A la mañana siguiente después del desayuno, Hermione le comentaba al grupo que había visto una compuerta a los pies de ese perro gigante.
"Así que... he notado que estás más apegado a esos Gryffindor" empezó Snape en el segundo sábado de su detención. En ese momento Draco estaba limpiando de nuevo las calderas, pero ahora había menos que la vez anterior.
Draco solo se encogió de hombros ante lo dicho. "Si, creo que ahora puedo considerarlos mis amigos" siguió limpiando, pero se detuvo al escuchar que algo se rompía donde estaba el profesor y notó como la pluma que el mayor estaba usando para revisar algunos ensayos se encontraba rota en dos "¿Todo bien, profesor?" estúpida pregunta, pero no sabía que más decir ante el rompimiento de la pluma.
El profesor solo agarró otra pluma y siguió corrigiendo ensayos en silencio. Pasaron varios minutos de el silencio más incómodo cuando la voz del profesor lo exaltó "¿Amigos? Los conoces hace pocos días" terminó diciendo el profesor.
"Tal vez los conozca hace muy pocos días, pero ha pasado un largo tiempo desde que alguien me vio con comprensión y amabilidad, y eso es lo que puedo ver en sus ojos cada vez que estamos juntos, eso me hace feliz, muy feliz" dejó de limpiar las calderas para mirar a Snape "No hay compasión, sino una sincera amistad. Creo que hay un entendimiento entre nosotros, una buena amistad"
Snape se lo quedó mirando, analizándolo con esos ojos negros profundos. De un momento a otro se levantó y caminó hasta sentarse al lado suyo "Draco ¿Tus padres te han lastimado?" el niño estaba sorprendido por el cambio de conversación y empezó a negar fuertemente con la cabeza "Hace tiempo conocí a un niño quién tenía un padre abusivo que lastimaba a su esposa e hijo, debido a eso el niño se apartaba de todos los niños de Hogwarts. Era molestado en el colegio por apartarse y ser solitario, era tratado como un bicho raro por varios estudiantes, además era muy reservado con los adultos, ante los ruidos fuertes se tensaba y evitaba con mucho ahínco el contacto humano. Puedo ver los patrones contigo Draco, para ser hijo de una familia sangre pura como los Malfoy que siempre se vanaglorian de poner a la familia primero, de ser amorosos entre ellos, noto que tu actuar es muy diferente a la de tu hermano"
Draco no podía creer lo que le decía el oscuro profesor "¿Por qué me dice esto? Mis padres no me lastiman, ellos no lo harían" no quería ser separado de su familia, quería seguir aferrándose a ellos. Sin ellos a dónde pertenecería.
Entonces, lo único que le pasó en la mente fue ocultar el maltrato que sufrió.
"Entiendo que no quieras decírmelo ahora Draco, pero quiero que sepas que estaré aquí para escucharte"
"¿Por qué? ¿Por qué le importa?"
"Ese niño que te comenté, nadie lo ayudó. Vivió con esos recuerdos toda la vida" empezó a caminar hasta su escritorio para empezar a sacar unos libros "Tal vez te veo representado en él"
"¿Qué le pasó al niño?"
"Sobrevive día a día. No quiero eso para ti" le indicó que se acercara y le entregó algunos libros "Ahora, voy a enseñarte algunos hechizos. No voy a permitir que sigas golpeando a las personas de forma muggle, no creas que no me enteré del nuevo enfrentamiento que tuviste con tus compañeros de habitación. Eso aumentará un mes más a tu castigo. Y cómo veo que no entiendes la lección, también vendrás los martes y jueves en la noche."
El niño solo soltó un gemido de dolor por el aumento de su castigo y de los días.