El Legado de Potter #2: La maldición de los Malfoy

Harry Potter - J. K. Rowling
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El Legado de Potter #2: La maldición de los Malfoy
Summary
Una mujer lidera un grupo en contra del Ministro y en contra de los mortífagos, en especial de Draco Malfoy. Más y más gente se suma a este nuevo movimiento. Harry, Hermione y Ron hacen lo que pueden para emprender el lema “Basta de odio”.En medio de toda esta guerra política, Scorpius, Albus y Rose empiezan su segundo año en Hogwarts,James Sirius Potter, que empieza su tercer año, sigue confundido respecto a Scorpius Malfoy. ¿Es tan bueno como su hermano dice? ¿O solo aparenta serlo? Se dicen tantas cosas en los medios y el colegio, que no sabé qué hacer para saber la verdad.
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Capítulo veinte Adiós a Catherine

Capítulo veinte 

Adiós a Catherine

—¡CARNEEEEEEE! —Gritaba la araña, haciendo ruido con esas pinzas. Scorpius podía escuchar sus patas detrás, corriendo detrás de ellos—. ¡CARNE! HAMBRE. LAS ARAÑAS PEQUEÑAS NO SON COMIDA. CARNE HUMANAAAAAA

No podían correr de forma recta. La araña lanzó tela varias veces y ellos debieron empezar a evitarlo. Tuvieron que sacar su varita. La primera en hacerlo fue Rose:

—¡Arania Exumai! —Pero ni siquiera rozó a la araña, o si lo hizo no tuvo efecto. Scorpius, de todas formas, escuchó el hechizo porque era justamente él que en su vida practicó porque estaba ausente. Rose tuvo que volver a correr—. No me sale —lloró. 

A su lado, James patinó. 

—Lo intentaré —levantó la varita—. ¡Arania Exumai! —pero sin resultado. Los hechizos eran muy débiles y la araña seguía gritando “carne” mientras hacía sonar sus pinzas y patas y lanzaba telaraña. 

En eso, una telaraña alcanzó a James y cayó al piso. 

—¡James! —gritó al unísono con Al. 

Apremió a Rose a que siga corriendo, se acercaban ya a donde el camino empezaba a estar caído con pilas de escombros. Scorpius se quedó con Al, que intentaba sacar a James de aquella telaraña, pero esa cosa se le pegó a las manos. La araña estaba más cerca y Scorpius apuntó con su varita.

—¡Everte Statum! —gritó. Era un hechizo que le salió a la primera en DCAO y después solo se dedicó a hacerlo con más potencia. Resultó. La araña salió despedida hacia atrás por varios metros. Miró la telaraña en manos de su amigo y rodeando las piernas de James. Le apuntó primero al mayor, que era el más complicado—. Evanesco —susurró. Luego lo mismo con las manos de Al—. Vamos, ya la escucho volver por nosotros. 

Esperaba que Rose se hubiera adelantado, pero ella estaba de pie esperándolos muy cerca. Scorpius notó, de todas formas, que su mirada había cambiado. Rose levantó la varita mientras los apremiaba a correr más fuerte. 

—Recordé cómo hacer que mantenga la distancia —susurró—. ¡Lumus Solem! —su varita proyectó luz solar y la araña gritó—, James —ordenó—, lanza algo potente, un petrificus, un immobulus, algo. 

Pero Scorpius notó que James estaba recuperando el aliento, entonces, fue él el que levantó la varita. En ese momento, James pareció recuperarse y se puso a su lado, brazo en alto. Scorpius vio su perfil. Jamás lo había visto así, tan seguro, ni siquiera en Quidditch. Carajo, podía contar sus pecas en un momento así. 

—¡Immobulus! —gritó James. La araña dejó de gritar y dejó de golpear aquellas pinzas asquerosas—. Corramos. Vamos, ustedes delante. Vamos, vamos. Vamos, Malfoy —y lo empujó delante. 

Le hicieron caso. El camino se hacía más y más angosto. Las pilas de escombros estaban de forma uniforme, entonces, las paredes empezaron a temblar. James lanzó un improperio. 

—Se liberó —les dijo—. Corran. 

Los escombros temblaron. Scorpius jura haber escuchado “Carne”. El muro a su derecha tembló y vio a Al sostener su cabeza y gritar de dolor. 

—¡Ah! 

Scorpius se acercó, lo abrazó, lo levantó y lo obligó a correr. 

—¡Vamos, Al! —Vio el líquido rojo que empezó a desparramarse por el cuello y espalda de su amigo. Intentó correr con él a cuestas, pero estaba mareado. Mierda. Sus pies empezaron a tropezar entre ellos. Del otro lado, alguien más tomó a Albus. Hubiera pensado que era Rose sino no notara que era más alto. 

James

James Potter estaba ayudando. Bien, estaba haciendo algo por su hermano. Rose estaba detrás, lanzando hechizos, dándose cuenta que podían bloquear el camino, cuidando que no cayeran escombros a ellos. Llegaron por donde entraron, pero tuvieron un problema, la salida estaba muy alta y no tenían escoba. 

—Albus necesita atención, James ¿Cómo salimos? 

—¡Por Merlin! —gritó Rose—. ¡Son magos! —Apuntó a su dirección y se elevó hasta llegar arriba—. Atrapa a Al —gritó ella desde abajo. Scorpius tomó a Al, dándose cuenta que estaba inconsciente. Detrás, llegó James que ayudó a Rose. 

—Iré por ayuda —les dijo Scorpius.

*** 

Teddy, una mujer aurora y él llegaron a casa de Catherine Jones. Apenas cruzaron la cerca supo que dentro ya estaban alertas. Un hechizo los anunció. Podía escuchar gente moverse dentro.Mucha gente. Miró a su compañía y golpeó la puerta. 

—Soy el Auror Harry Potter. ¿Catherine Jones? 

La puerta se abrió y Caterine Jones apareció por ella. 

—¿Necesita algo, señor auror Potter? 

—Necesitamos que venga con nosotros al Ministerio de Magia mientras alguien registra su casa. 

—¿¡Qué!? 

Harry estaba por abrir la boca cuando la placa de Auror para Emergencias le quemó la túnica. Una que solo podía usarse, así estaba estipulado, cuando encontraran a Lewis. Miró confundido a Teddy y a la auror mujer. Se acercó a su ahijado y a ella. 

—Encárguense. Tengo que volver —se enfrentó a Catherine—. Mis hombres se ocuparan de usted. 

Salió de allí y usó la Aparición. Cuando llegó al Ministerio se encontró con el Ministro en su oficina. Había mucho revuelo. Los autores de su equipo estaban allí, y enfrente, un cuerpo. El Ministro sonreía. 

—Harry. Un mago nos llamó —le contó—. Lo trajeron en cuanto pudieron. 

Era el cuerpo sin vida de Lewis.

Pero no podía ser. La puerta se volvió a abrir. Era Hermione, asombrada como él. Hermione casi nunca, nunca se equivocaba. 

***

Scorpius corrió por los pasillos, esperando encontrar un profesor, estudiantes, un fantasma. Quien sea. 

—Maldición —dijo. A este punto llegaría a la enfermería y no sabía si Al tenía ese tiempo. Entonces, respiró aliviado cuando encontró a un estudiantes, aunque fuera Michael—. Oye —dijo. Michael se apartó, mirándolo con odio—. No, no quiero hacer nada. Albus nece—

Pero Michael levantó su varita y le apuntó. 

—Maldito mortifago, alejate de mí —gritó—.  Diffi—

Una maldición, pensó Scorpius. No podía creerlo. 

Pero pasó algo más. Otro grito. 

—¡Serpensortia!

Y una serpiente apareció, acechando a Michael que lo miró a él como el culpable de todo. 

—¡Sabía que eras un mortifago! —lo acusó—. ¡Iré con la directora!. 

Entonces vio a un chico rubio. Por la ropa, supo que era Lorcan Sacamander. 

—¿Estás bien? Iba a lanzarte una maldición —No lo podía creer. Scorpius asintió. Entonces apareció un Weasley, bueno, dos. Fred y su hermana. Scorpius recordó que buscaba ayuda. Les contó que Al necesitaba ayuda y regresó a los baños 

Por suerte, James había aprendido pársel y cerraron la cámara, estaba limpiando la herida de Albus que al menos ya estaba consciente. Lo miró totalmente perdido y fue Rose quien le comunicó:

—Albus cree que es viernes, no sábado. Ha perdido un día entero. 

—¿Entramos a la cámara de los secretos? —le preguntó—. Tú no me mentiras, Scorp. ¿La araña en verdad está ahí? 

—Sí, Al —se sentó a su lado—. Sí. Está ahí. 

Albus miró a su prima. 

—Y tú decías que era tontería ¡Ay! No, espera —volvió a mirarlo—. ¿Es cierto que el idiota —le echó una mirada de reojo a su hermano— me salvó?

Scorpius miró a James que lo miraba indecifrablemente. Le sonrió y vio al mayor sonrojarse. 

¿Qué mierda pasa? pensó. Mejor se concentró en Albus. 

—Algo así. Te prometo contarte todo. Ahora solo quédate quieto y tranquilo, ya viene la ayuda. 

*** 

Hermione, que no aceptaba haberse equivocado, pidió  mandar el cuerpo a los inefables cuando el Ministro se marchó. Harry, que la conocía, aceptó. Inspeccionaron el cuerpo mientras un Auror interrogaba a Catherine y Teddy revisaba la casa. Una hora después debieron soltarla porque la casa estaba limpia. Hermione no lo entendía y Harry decidió llamar a Ron. 

—No extraño nada estas oficinas —dijo Ron cuando llegó. Hermione lo miro—. Estabas muy alterada, Hermione. 

Estaba por serviles y servirse un whisky de fuego cuando la puerta se abrió. Un inefable. En el cuerpo de Lewis encontraron varias cosas: Los ingredientes de una poción multijugos normal más los robados. 

—Hay algo más —dijo el inefable—. Se ha tomado recientemente. No hay más rastros. Y —agregó—, nos atrevimos a hacer un hechizo de sangre y compararlo con el expediente del ex auror Lewis. No coinciden. Fuimos más allá, y pedimos el expediente de Catherine Jones en San Mungo. Coinciden. 

Hermione, Ron y él, se pusieron de pie de inmediato. 

—Por eso Teddy no halló a Catherine en su casa, nosotros tenemos su cuerpo… entonces… 

Harry salió disparado, llamando a Teddy, pero era tarde. Cuando llegaron a casa de Catherine Jones estaba en llamas. Cuando Harry regresó a la oficina, lo esperaba Hermione con otra noticia. 

—Minerva mandó una carta, Harry. Tienes que ir a Hogwarts. 

***

El Profeta: EL CUERPO SIN VIDA DE CATHERINE JONES HA SIDO IDENTIFICADO. 

Ayer por la tarde, un mago residente de uno de los pocos vecindarios mágicos alertó de haber visto el cuerpo sin vida del muy buscado ex auror Lewis. Sin embargo, los inefables descubrieron con horror que era el cuerpo de Catherine Jones bajo la poción multijugos que la hacía verse como Lewis. 

El cuerpo, aseguró el jefe, el salvador del mundo mágico, Harry Potter, que Catherine Jones presenta heridas y señales de haber estado presa mucho tiempo. 

“Quienes ustedes han estado siguiendo, viendo como Catherine, sospechamos, no era otro que Lewis, alimentándolos con odio, con ideas y noticias falsas” le dijo al diario Harry Potter. “Lamentablemente, nos la jugó y volvió a escapar.” se avergüenza de decir.

Pero no te preocupes Harry Potter. Todos nos hemos unido al lema “Basta de odio” 

El Profeta: El Scorbus ataca de nuevo.

Amigos muy cercanos a una de las parejas con más fans alrededor de toda Inglaterra, informaron que  Scorpius Malfoy salvó la vida de Albus Potter. Sin duda, la niña Weasley ha heredado la desgracia de su madre que al no poder atar a Harry Potter se conformó con su mejor amigo. Su hija, en cambio, no podrá conformarse con nadie. 

Albus dejó el periodico a un lado, rojo como tomate. A su lado, el idiota de Vincent se reía mientras Thomas escondía la suya. A su lado, Sophie lo miraba con pena y Rose sacudía la cabeza murmurando “idiotas”. Scorpius respiró hondo.  Su padre, por suerte, no opinó nada, solo se quedó mirándolo, algo que lo hizo suspirar. 

—Estoy bien. A todo esto ¿dónde está el idiota de James?

—Castigado —dijeron todos. Albus casi se atragantó con su saliva. 

—¿Por qué?

Vincent miró a su padre, Harry Potter, quién fue el que le informó. 

—Tu gran hermano, que hizo una buena cosa ayudándote, aunque no llevándolos a la maldita cámara de los secretos —su padre seguía enojado. Mierda. Ni siquiera Scorpius se había salvado de su sermón—, tuvo la idea, no sé por qué, de hechizar a un alumno. 

—A Michael —le susurró Thomas, callándose cuando vio a Harry Potter—. Lo siento. 

Albus frunció el ceño. 

—¿Por qué hizo algo como eso? 

Todos miraron a su padre. Albus se cansó. 

—¡Oh, vamos! ¡Papá, vete! Asustas a mis amigos y no me quieren contar nada ¡Vete! Estoy bien —El rostro de su padre se descompuso. Algo de pena le dio—. Solo di que los perdonas. 

—Ya se los dije —se defendió su padre. 

—Pues no parece. 

Su padre levantó las manos.

—Mira, todo lo que se sabe es que fue Michael quien trajo esa maldita araña al castillo, pero se le escapó y ella sola entró por la cañería a la cámara, donde empezó a crecer y no pudo encontrar el camino de regreso.

Rose hizo un ruido con la garganta. Albus ya conocía ese sonido, era su forma de reírse cuando alguien decía algo erróneo. La miró. 

—Tío Harry, esa no es la razón —por supuesto, Rose no podía aguantar mucho sin corregir a alguien

Albus no dejó que su padre preguntara y se adelantó. 

—Entonces —dijo—. ¿Por qué? 

—Porque quiso atacar a Scorpius con una maldición cuando él solo quería buscar ayuda para ti —dijo Rose casi en tono de “dah”. 

Ok. Albus no se acordaba de su aventura por la cámara de los secretos, de hecho, el sábado no existía en su memoria, por eso estaba hambriento de detalles. Por eso odiaba que su padre intimidara a sus amigos, y esta información le sorprendió. Vio a su Scorpius con el ceño fruncido, mirando a Rose como diciendo “¿te has vuelto loca?”

—Lo atacó porque la araña que trajo casi mata a su hermano, Rose —dijo convencido Scorpius. 

—Sigan creyendo eso, pero —Rose se puso de pie y vio a Scorpius como toda una sabionda—, James está obsesionado contigo. No nos seguía —enfatizó—, debajo de la capa. Te seguía —volvió a enfatizar—, debajo de la capa —entonces, miró al adulto del que por un segundo todos parecían haberse olvidado—. Fue el peor regalo que pudiste haberle hecho, tío Harry. Creo que siguió a Scorpius hasta al baño. Y ahora, con su permiso, iré a la biblioteca —y se retiró. 

Entonces, pasaron varias cosas a la vez por la cabeza de Albus. Primero, su prima acaba de darle una lección a su padre. ¡Cómo quería reírse de eso! Segundo, ¡Por favor!  ¿James defendiendo a Scorpius? Nop. Tercero….

—¡Hoy es domingo! —dijo horrorizado. 

—Vaya, estás mejor de la memoria —suspiró Sophie, cuando la miró, ella se hacía el cabello hacia atrás de forma inocente, pero la sonrisa que le dio le sacó todo el enojo ¿por qué estaba enojado con ella? Mejor la ignoró. 

—El partido de quidditch. 

Vio una reacción. Thomas, Vincent y Scorp se miraron. 

—Fue esta mañana —le comunicó Scorpius. 

Albus cerró los ojos y tiró la cabeza hacia atrás. 

—¿Quién jugó en mi lugar? Perdimos ¿verdad? 

—No —rió Vincent. Scorpius ahora lo miraba brillante. 

—Ganamos —le anunció. 

—¡Sí! —levantó las manos. Mierda. No importaba que se hubiera perdido el juego. Su equipo ganó. Mierda. ¿Hacia cuento la casa no ganaba?

—Y no te preocupes —agregó Scorpius—. Tu suplente no alcanzó a hacer nada. 

Thomas pareció más cómodo y se acercó emocionado por contarle el juego. 

—Scorpius vio la Snitch a los cinco minutos. Un tiempo récord dijeron los profesores.

¡Joder! Tenía el mejor amigo del mundo. Scorpius le explicó que era su objetivo y estaba feliz de haberlo cumplido. Primero porque querían venir a verlo, segundo porque no quería que Tarón pensara que había otro cazador mejor por ahí. Le dijeron, además, que querían festejar, pero Madam Pomfrey se los prohibió.

Fue cuando se dio cuenta que estaban muy relajados todos riendo. Miró alrededor. Su padre no estaba por ningún lado. 

—Vaya, ¿y mi papá?

Thomas se encogió de hombros.

—Fue detrás de Rose. 

Oh.

Lo vio una hora después, cuando le dieron el alta, pero no le dio ni pista de que estuvo haciendo. Albus se olvidó pronto de ello porque cuando regresó a la sala común aún estaba de fiesta por la victoria de la copa de Quidditch. 

*** 

El último día de aquel segundo año, la directora Mcgonagall estaba de pie en el centro de la mesa de profesoras, y profesoras agregó mentalmente Scorpius, con su vestido negro, su sombrero y mirada seria. 

—Otro año que se va —empezó. Scorpius sintió a Al, a su lado, se le erizó el cabello cuando El Barón Sanguinario pasó muy cerca de ellos—. No hace falta mencionar el año que hemos tenido. Por suerte, es oficial que no volveremos a tener problemas con las arañas del Bosque Prohibido. Además, muchos de ustedes este verano tienen demasiado por lo que reflexionar —la vio fijar su vista en la mesa de Gryffindor. Echó una ojeada a Michael, a quien le acababan de dar de alta después de un mes. Aún podía verle las orejas algo peludas. James había tenido buena puntería y fuerza para que el hechizo que le lanzó no pudiera curarse del todo todavía. Sonrió para dentro y buscó al Potter mayor con la vista. Al contrario de Michael que parecía avergonzado de tanta atención, James tenía la cabeza en alto. Estaba claro que no se arrepentía. Eso le hizo sonreír más.

El regreso a la estación de King Cross fue entre risas y magia. A favor de la pronta recuperación de Albus, sus tíos le habían mandado una serie de fuegos artificiales nuevos de Sortilegios Weasley. Además, Thomas, Vincent y Sophie le enseñaron algunas cosas que aprendieron durante la clase de duelo que se habían perdido. 

Scorpius estaba decidido a atesorar estos momentos. No sabía el tipo de verano que le esperaba. Tal vez fuera bastante triste porque estaba  en un hilo el futuro de su madre. Intentó pasarla bien, reír mucho estos últimos momentos. Cuando el expreso finalmente se detuvo, todos juntos bajaron a encontrarse con sus familias. 

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