
un viaje que lleva a descubrimientos(editado, releer)
Capítulo 7: un viaje que lleva a descubrimientos.
Bird justo cuando amanecía emprendió el vuelo, se dirigía al río Chattahoochee, donde estaba una propiedad mágica muy antigua que sólo tenía una entrada accesible para el mundo no-maje, acceso que se cerró en cuanto se dió el primer caso de la epidemia que diezmaba el mundo, las barreras mágicas habían sido establecidas a mediados del siglo 18, por una epidemia de sarampión, cada generación las había reforzado en base a rituales de sangre, runas y alquimia, Bird había sido enviado por el último residente de la propiedad a una búsqueda de heredero digno, Bird había estado en dos colegios de magia y días antes del incremento exponencial de la epidemia había volado a casa y depositado en un pensadero muy especial sus imágenes de los tres dignos, Dyami estaba a punto de pronunciar su elección cuando un objeto mágico ancestral destelló. Bird emprendió el vuelo una hora después al encuentro de esa magia capaz de despertar el artilugio dormido por siglos,encontró un niño tan pequeño, el chico era la fuente de esa magia deslumbrante, un natural, ahora depositó las imágenes del pequeño y esperó la conclusión de su gran amigo.
"Cuida a nuestro Nidawi, mi querido Nodin, cuando sea el momento guíalo a casa, veamos si encuentra dignos compañeros de ruta antes que lleguen los vientos fríos, llévale este talismán, ¡Ve mi hermano!"-
Nodin, emprendió el regreso a su pequeño protegido al cual encontró recién haciendo sus abluciones matutinas, esperó en la parte alta de las enredaderas hasta que vió que empezaba a merendar.
"Bird, ¿dónde estabas?, pensé que me habías abandonado", el ave posado en su hombro jugueteó con los cabellos y le dió un indoloro tirón en la oreja, como reprendiéndole por sus pensamientos.
"Está bien, mi error, pero en mi defensa, nunca he tenido un amigo humano o plumífero, así que no se que esperar, solo desperté y no estabas y me asusté un poco", le entregó unas tiras de tocino mientras él daba de baja un emparedado de carne y queso, tenía también una manzana y su cajita de leche.
Harry estaba haciendo una merienda matutina que le diera energía para unas 4 o 5 horas de actividad, si en su recorrido exploratorio encontraba más alimentos, los guardaba en su mochila y dejaba algo como colación, siempre tenía una botella con agua consigo, ésta la rellenaba de un gran botellón de 20 litros, uno de los 5 que había encontrado en la librería, aparentemente los gringos tenían muy arraigado el beber agua purificada, había encontrado de esos dispensadores en cada edificio que explorara, en los invernaderos, lo que era muy conveniente pues ya no funcionaba el agua de cañerías, lo que le hizo suponer que esta había dependido de algún tipo de bombeo mecánico.
El Járdïn Botánico tenía muchas fuentes de agua eco reguladas que según lo que había leído en los folletos, era un proyecto de ingeniería ambiental que había sido puesto en marcha sólo hacía un año, así que supuestamente el agua fluía por gravedad de una fuente a otra, cada una aportando con sus plantas que mantenían el agua limpia.
"Necesito explorar, Bird, juntar más provisiones siempre pero, hay cosas que de seguro si las veo sabré que las necesito, pero que ahora no se me vienen a la cabeza", llevó su índice a los labios en el gesto característico de estar cavilando.
"También está el saber cuántos errantes hay en los alrededores e intentar disminuir su número, quizás encontrar alguna persona buena, claro que eso es complicado, Bird, porque cómo puedo saber si una persona es buena, la gente miente y se disfraza de buena...um...".
Bird decidió aportar con su sabiduría de ave, cosa que habitualmente hacía con su querido humano, trinó y gorjeó mientras movía la cabeza en un gesto todo meditativo y buscaba la mirada del pequeño, decir que Harry no entendió nada, es solo patentar lo evidente, Bird sólo olvidó que no tenía aún el enlace mágico que lo unía con su amado humano y que les permitía comunicarse.
"Bird, no te he entendido nada, aunque no pongo en duda tu sabiduría, creo que podemos hacerlo igual que ayer, tú te adelantas y yo estoy atento a cuando te detienes o dudas".
Bird atusó su plumaje y mirando al cielo trinó frustrado, debía generar el enlace, pero primero el talismán, dejó el hombro del infante y buscó entre las enredaderas, cuando retomó su posición en el hombro del chico sostenía en el pico una pulsera de tiras de cuero que entretejida tenía unas piedras con signos que supuso eran runas.
"Qué traes ahí, Bird", la pulsera fue depositada en su mano, la examinó y dentro de su pecho se sintió cálido.
"Gracias, Bird, me la pondré para nunca sacármela porque es el primer obsequió que recibo de mi primer amigo", algunas lágrimas escaparon de sus ojos, las secó con su manga y sonrió, minutos después salía con su amigo en una nueva misión de exploración y recolección.
HERMANOS DIXON
Daryl conducía su camioneta siguiendo a Merle, estaba claro que iban hacia el este y por un tiempo pensó que se dirigían hacía el IKEA, pero pasaron el desvío y siguieron hacia la zona hotelera, era una jugada interesante, de seguro habían sido evacuados desde el principio por las autoridades.
Merle condujo hasta que entraron al barrio de hostales, restaurantes y grandes hoteles, unas calles más hacia el este estaba el Jardín Botánico, estaba seguro que en esos locales encontrarían buenas provisiones, ya que requerían tener disponibles reservas de alimentos y estaba seguro que masivamente los saqueos estuvieron centrados en las grandes cadenas de supermercados y centros comerciales, además como era de esperar estos barrios acomodados de seguro fueron los últimos en ser abandonados por la seguridad tanto pública como privada.
Coordinadamente fueron cargando la camioneta con conservas, azúcar, sal, snacks y Merle también contrabandeó botellas de destilados, los cuales fue acomodando tanto en las alforjas que tenía en su moto como en la cabina de la camioneta, si bien pretendía beberlas en primera instancia, también tenían un uso para desinfectar heridas y servir de seudo anestésico para un herido al que tenías que coser o hasta amputar, cosa que había visto en su tiempo de marine en el extranjero.
" Leche en polvo, para los cachorros", había encontrado en la bodega del segundo restaurant familiar cuatro cajas, un verdadero tesoro, hizo la vista gorda ante el alcohol que cargaba su hermano.
" Bro, carne seca y un montón de tarros de chili, y mira esto", estaba haciendo rodar una rueda de queso parmesano del tamaño de los neumáticos que usaban los camiones 3/4.
"Bro..." indicó a unos 50 metros que se acercaban 5 caminantes, cargó su ballesta y en un par de minutos había aclarado la calle, de una carrera silenciosa recuperó las flechas y esperó por si aparecían más.
Montando sus ruedas avanzaron dos calles más hacia el este, ya muy cerca de los hoteles más lujosos, Merle esperaba encontrar tiendas con artículos de caza en su interior, les vendrían muy bien repuestos para la ballesta, flechas, armas silenciosas, cosas de acampar.
"Bro, creo que ya fue saqueado"
"Cristalino, mira allá", indicó la tienda de caza y pesca, con una sonrisa instalada en el rostro, ambos se dirigieron al interior, sí alguien había estado pero las existencias eran abundantes, tomaron dos de los morrales más grandes y los llenaron con municiones para dos rifles de cacería, con miras telescópicas, varios paquetes de cuchillos arrojadizos, unos buenos machetes, cuerda de escalar, unos kits de purificación de agua y varias cajas con pastillas de cloro, pedernales, y muchas barras energéticas.
Merle siguió buscando, hasta dar con una bodega muy bien disimulada, estaba claro que ningún establecimiento en un hotel tendría todas sus armas en exhibición, obviamente habían cámaras de seguridad y alarmas en esa bodega, pero después de un mes sin energía estas no se activaron, forzó eficientemente la puerta y sonrió como un tiburón blanco, armas para caza y las municiones correspondientes, y un lujo en ballestas y arcos para tiro de precisión. Todo fue a parar a un tercer morral que ocupó su puesto en la cabina de la camioneta.
"¿Bro?"
"Nuestro, esos citadinos no les darían buen uso, lo pensaría con el chino y el mejicano si pudiéramos apartarlos, pero como están las cosas hoy, nunca vendrán con nosotros por más que les llenemos las barrigas, última palabra", sentenció.
Daryl comprendía que en esto su hermano tenía razón, el diputado estaba desde su llegada con el grupo anunciando que pronto les daría entrenamiento en el uso de las armas, hasta ahora estaban en una especie de campamento de los años 60, las mujeres lavando ropa y cocinando, ellos cazando, el chino carroñando, el viejo haciendo de vigía, el diputado ladrando órdenes y follando como conejo a la perra viuda, un golpeador de esposa que por lo demás era aire desperdiciado, suma y sigue.
Cuando salían del hotel una extraña ave pasó rozando los cabellos de Merle, gorjeó un par de veces y se detuvo en la parte alta de una de las luminarias, sus ojos destellaban como oro bruñido, inclinaba la cabeza como analizándolos, Daryl montó una flecha en la ballesta pero no la alzó, algo en esa ave inspiraba respeto.
"Mirala bien, Daryl, ese pajarraco es lo más parecido a un ave de trueno que he visto en mi vida, nunca les dispares, hermanito, si ahora estamos jodidos espera a ver cómo nos iría con la sangre de uno de esos, mil veces malditos, recuerda las historias de la abue".
Bird atusó sus plumas y se deslizó unos metros acercándose a los dos hombres, aun a una distancia prudente, pero mirando sus auras, catándolos hasta las médulas. Asintió y gorjeó profundo esperando la reacción del más jóven.
"Un pájaro trueno, son mitos indígenas, bro", buscó el ave y de alguna manera la tenía casi en frente, mirándolo a los ojos como si quisiera leerle el alma. En un instante se superpusieron recuerdos de su niñez, los cuentos de su abue, los dibujos tribales que coloreaba. Un estremecimiento le recorrió de pies a cabeza, como si le deslizaran agua helada por la columna vertebral.
Bird emprendió el vuelo consciente que su muchacho estaba demasiado cerca de esos adultos, sus auras eran adecuadas, sobre todo la del más jóven pero no quería que se lo llevaran con ellos, quizás que lo atisbaran, si eran lo suficientemente buenos.
Los hermanos avanzaron un par de calles más y descendieron de sus vehículos, en ave de trueno sobrevolaba y se alejaba hacia donde suponían estaba el Jardín Botánico, Merle iba unos pasos adelantado y de la nada cinco caminantes lo rodearon, Daryl dió de baja certero a dos de ellos, Merle blandió el hacha y destrozó el cráneo de otro y cuando iba a atacar al cuarto el quinto se le vino encima mucho más rápido de lo esperado para haber estado más alejado hace unos instante.
Daryl en un segundo vió que perdería a su hermano antes de poder cargar la ballesta y apareció un cachorro, disparó una flecha al cráneo del más cercano y le propinó un batazo mortal al otro, luego brincó poniendo la mayor distancia posible de los dos blancos vivos.
El mocoso se movía con una velocidad y agilidad sorprendente.
"Hey duendecillo no corras, salvaste a Merle", medio gritó viendo al chiquillo correr.
"cachorro, ven, te cuidaremos, no te haremos daño", dijo Daryl tratando de seguirlo pero el ave de trueno se le interpuso de alguna manera golpeándole el rostro con una de sus alas, obligándolo a detenerse.
Bird trinó y alcanzó a su muchacho, se posó en su hombro y jugueteó con sus cabellos, gorjeaba bajito, tranquilizándolo, estaban acurrucados muy bien escondidos tras unos matorrales mientras espiaba lo que hacían ambos hombres, bueno uno era un hombre el otro un adolescente, había actuado sin pensar y ahora estaba entre arrepentido y heroico.
"Qué hago, Bird", el ave metió su cabeza muy cerca de su oído y le gorjeó bajito, como quien susurra un consejo, luego alzó el vuelo hacia los hombres, manteniéndose entre ellos y su protegido.
"Está a unos 50 metros tras los arbustos, el ave es suya..."
" es tan pequeño, 7 años a lo más, no podemos abandonarlo, Merle"
" Bro... este cachorro o los otros, no creo que quiera ir a un lugar distinto, no nos conoce, se mueve con confianza ha estado en la zona por semanas".
"Como me dijiste, ellos tienen padres, el gatito está solo, el grupo puede esperar", sentenció decidido mirando a su hermano mayor que solo se encogió de hombros.
Ambos avanzaron con las manos a la vista, hasta donde el ave estaba posada.
"chico, soy Merle y este de aquí es mi hermano Daryl, tu ave nos ha estado observando, solo queremos saber si tienes protección."
"Cachorro, no puedes sobrevivir solo, le acabas de salvar la vida a mi hermano, estamos en deuda" suplicó Daryl.
"no soy un cachorro y no confio en nadie, la gente es mala, ataca, roba, hiere..."respondió listo para salir corriendo, aunque el que Bird pareciera cercano a los dos extraños le hacía dudar.
" eres inteligente, chiquillo, ese es un ave de trueno, sagrada para los indígenas americanos, te cuida, deja que decida", propuso Merle.
"¿ Bird?", el ave voló aun más cerca suspendiendose como solo lo hacían los colibríes y buscó en los ojos de ambos, luego fue con Harry se posó en su hombro, trinó y asintió.
Un profundo suspiro escapó del pecho de Harry, se alzó y avanzó unos pasos, " soy Harry...".
El tiempo pareció detenerse con ellos tres mirándose, sin saberlo la magia de Harry los exploró y aprobó, y como si unas manos cálidas le dieran un suave empujón, Harry se estrelló contra el cuerpo del mayor que extrañamente sintió como si encontrara a un hermanito perdido desde hace mucho, Daryl acortó la distancia y revolvió los cabellos.
"¿Tienes un lugar seguro, gatito?" , los tres estaban un poco azorados, ya que no eran de piel.
"Síganme", indicó su scooter, aun nervioso y con el corazón retumbando.
"bueno guíanos".