
Desencuentros y encuentros
Capítulo 5: DESENCUENTROS Y ENCUENTROS
MERLE
No era un golpeador de mujeres, demasiadas veces presenció al bestia de su viejo golpeando a su madre, antes que ella se volviera alcohólica y del nacimiento de Daryl, ella era una mujer guapa, una buena madre que se casó con su primer novio dejando la escuela a medio terminar, ella le enseñó a leer y escribir cuando la maestra de primaria dijo que él era incorregible y limitado, había amado a su madre tanto como odió al viejo, que votaba su paga en el bar, apostando, bebiendo y hasta en show de stripers. Merle cuando nació Daryl le prometió a su madre que lo cuidaría, sabía que le falló cuando se enlistó aunque su hermano no supiera de esa promesa, no quería ir a prisión por parricidio y los marines fue su salida, era un adolescente egoísta buscando una salida.
La perra reina se paseaba con un gesto de oler mierda por el campamento, haciendo comentarios contra lo que llamaba basura blanca, mientras se llenaba la panza con lo que Daryl y él cazaban, mandaba como capataz de plantación a las otras mujeres que, a su ver, eran tan estúpidas como la perra que le movía el culo al diputado, otro imbécil que aplanaba el trasero en una silla queriendo emular a un comisario, ambos que fornicaban como conejos mientras el hijo era como un cachorrito buscando adopción.
Entendía la actitud reacia de su hermano a levantar el vuelo con todas las provisiones y dejar a esos corderos sin cabeza, los cachorritos no tenían por qué pagar la imbecilidad de los padres, al menos los cholitos mejicanos mantenían control de sus dos hijos, pero Carl y Sophia habían ganado un lugar en el tierno corazón de su hermanito y hasta ahora aguantaba.
"Merle..." después del paso de esos helicópteros su hermano había desaparecido casi dos días, Shane enloqueció buscando incordiarle para que revelara una información que de hecho no tenía aún, por eso cuando nuevamente dejó en campamento lo siguió, consciente que éste sabía que iba detrás.
" El campamento de refugiados colapsó, lo bombardearon con napalm, solo lograron crear más caminantes, se mueven como hordas, la ciudad aún debe tener sobrevivientes pero están condenados, hay mierda que saquear aún pero es un gran riesgo, este grupo es inoperante así como está, hermanito."
"entonces.." un vacío se le instaló en el estómago mientras esperaba una respuesta, no le sorprendía que hubiese explorado solo buscando respuestas, Merle era un explorador natural, en los marines había pulido sus capacidades naturales, eso lo convirtió en un recurso valioso en los comandos, fiel a los suyos, claro que aquí y ahora, no tenía ningún apego con los campistas.
" no más de una semana, hermanito tienes que decidir el tema con los cachorros, pero en 7 días levantaremos el vuelo, si seguimos con este grupo dudo que sobrevivamos.
HARRY
Se sintió paralizado por dos días, el regresar a la librería desde la fuente de Madre Natura fue mucho más aterrador que cuando transitó desde el hotel al Jardín Botánico, solo podría imaginar cuan terrible era la situación para que pasara algo así, o quizás los americanos así actuaban siempre, quizás eran malas personas como siempre proclamaba su tía cuando veía los programas americanos de gangsters y asesinos seriales.
Debía reconocer que ahora se sentía mucho más inseguro al estar solo y a la vez le asustaba encontrarse con personas malas, la cantidad de errantes no parecía aumentar en esta zona, aunque la acción de los helicópteros le dejó en claro que estos debían ser millares en otras partes de la ciudad, sentía que necesitaba más información, salir de esta zona segura, aventurarse y explorar, buscar más provisiones, ahora el clima era cálido pero en algún momento empezaría el clima frío, necesitaba alimentos altos en calorías, frijoles, chocolates con nueces.
Necesitaba un medio de transporte, silencioso y a la vez resistente, era claro que una bicicleta o un scooter, o ambos de ser posible de manera que hoy exploraría en busca de sus propias ruedas, revisó el mapa turístico y eligió un área de parque recreacional, preparó su bate y su ballesta así como el morral más pequeño y se encaminó decidido.
Avanzaba con precaución, no era necesario aventurarse a las calles descubiertas porque las áreas verdes se conectaban por senderos peatonales y ciclovías, de manera que si estaba en un espacio abierto y despejado apresuraba el paso y cuando aumentaba la arboleda se tomaba el tiempo.
Salió del sendero al escuchar un ruido de arrastre escondiéndose tras un matorral vio dos errantes, se movían lento como buscando el olor o quizás el ruido de algo vivo cerca, trató de controlar su respiración levantando la ballesta hizo puntería y disparó, la flecha se incrustó en la cabeza del que se movía más rápido, el ruido de su caída pareció agitar al otro, aun vacilante aumentó su velocidad, pero igual tuvo tiempo para cargar y volver a disparar, esperó un minuto, asegurándose que no se movían y que el ruido de su desplome no atraía otros, se acercó en un trote y con el bate los movió, nada, soltó el aire que ni sabía que contenía y recuperó las flechas, limpiándolas lo mejor posible en el pasto, siguiendo su camino, hasta que bingo, una bicicleta abandonada, tras asegurarse que podía usarla, la montó y pedaleó primero un poco tambaleante, pero ya luego le tomó el ritmo, abría reído a todo pulmón mientras sentía lo más cercano a volar, pero disfrutó en viento en el rostro en el mayor silencio.
Continuó explorando, encontró dos scooter y tras las canchas de beisbol una bicicleta de cross, las reconoció por una revista en que su primo estuvo semanas antes de su cumpleaños eligiendo uno de sus tantos regalos, claro que eligió la más cara y con suerte la uso un par de veces, el ejercicio no era lo suyo y el sobrepeso la arruinó al primer intento de salto, no negaba que la había envidiado, que tomó la revista abandonada y soñó un tiempo con recorrer veloz y libre las calles de Little Whinging.
Sus tesoros los escondió acercándolos a su refugio pero dejándolos lo más camuflados y resguardados de la intemperie, aún con tiempo disponible fue a ese elegante club que el día de su mudanza pasó con apenas una mirada, usó la entrada que daba a las canchas de tenis, encontrándose con el ingreso a la cocina, escuchó un momento y luego entró con sigilo hasta descartar la presencia de errantes o vivos, de inmediato inició el asalto, con su morral cruzado en la espalda y sobre sus ruedas regresó a su refugio, su pecho lleno de satisfacción por su expedición triunfante.
Descendió de la bicicleta y estaba a punto de entrar, cuando fue asido por el morral y arrojado al suelo, le dolió el golpe y le sacó el aire de los pulmones, frente tenía un hombre barbado que apestaba y sostenía un machete.
"Que suerte tengo, te voy a disfrutar perrita hermosa", la voz cargada de lascivia y los ojos despiadados, con la mano libre intentó asirle del cabello para arrastrarlo.
"¡Suéltame!", entre balbuceó y sollozó, entrando en un frenesí defensivo tiro patadas, mientras su mano iba a uno de los cuchillos que tenía en el pantalón y con éste a ciegas atacó clavándolo lo mas profundo que le daban sus fuerzas, pero para su espanto, el hombre le dió una bofetada que le hizo ver estrellas y ese algo que surgía en su defensa explotó en su pecho y mandó por el aire a su atacante estrellándolo brutalmente contra un grueso árbol.
Sollozando logró ponerse de pie y dio unos pasos para recoger su bate, sus manos temblaban, apretó el agarre y ya al lado del hombre golpeó lo más fuerte que pudo la cabeza de éste, no sabía si estaba inconsciente o muerto pero se aseguró mientras aún tenía la adrenalina desbocada que no volviera como errantes, su primera muerte real era ésta, no paró a pensar, dejó que su instintos lo guiaran, el cuerpo no podía estar ahí, profundizó su deseo que fuera posible arrastrarlo y lo hizo, alejándolo de la librería, después trastabillante volvió, entró la bicicleta y espero con la ballesta cargada apuntando a la puerta, cuánto tiempo estuvo así no lo supo, en algún momento entre el atardecer y la noche cayó presa del cansancio.