
planificando para sobrevivir 2
capítulo 3: Haciendo planes para sobrevivir 2
Sorprendentemente aún tenía agua potable, en cuanto amaneció hizo una merienda liviana y se encaminó a explorar el piso inferior, las escaleras estaban iluminadas gracias a contar con ventanales, Harry en su revisión de uno de los folletos del hotel descubrió que estaba a pasos del Jardín Botánico, por eso tanta vegetación y una preocupación especial por las vistas panorámicas.
Harry llevaba una lista de emergencia, artículos indispensables que le dieran un margen a favor en su plan de sobreviviencia, el agua por ahora no era una preocupación, alimentos no perecibles, antibióticos(ausentes en los kits de primeros auxilios), linternas, saco de dormir, una carpa, proteinas como nueces y cacahuates, carne seca, etc.
El folleto además le entregó información sobre lo disponible en las tiendas del hotel, cuando vió que una de las tiendas se dedicaba a actividades al aire libre la marcó para visitar lo más pronto posible, una farmacia y una tienda de productos orgánicos seguían en prioridad, estaba claro que siendo tan pequeño debía encontrar un punto seguro donde acumular sus provisiones, de fácil acceso para él pero a la vez suficientemente seguro y oculto.
Ya en la plata baja espero unos minutos al pie de la escalera, listo para correr si era necesario, el silencio era apavullante, estaba claro que en algun momento el hotel habia sido evacuado, de seguro esa noche en que estaba tan golpeado que fue vencido por el sueño, siempre pasaba cuando su tío lo golpeaba mucho, su cuerpo se apagaba como si esto permitiera superar las heridas mayores, cuando estaba seguro que tenía algo roto y al otro día sólo estaba dolorosamente amoratado... quizás por eso era que le llamaban mostruo sus parientes, Harry se dijo que si así se recuperaba más rápido del daño que le hacían y podía hacer ese milagro de su morral guardatodo, entonces era felíz de ser un monstruo.
Antes de ir a las tiendas, exploró superficialmente la planta, no encontró a nadie, las puertas hacia el exterior estaba cerradas, se acercó y empuzó, nada, no sedían, se mordió los labios pensativo, era bueno porque los errantes no entrarían, era malo si eso significaba que estaba atrapado dentro del hotel, al menos a largo plazo. Caminó hacia las tiendas y encontró antes de llegar a ella un amplio pasillo que conducía a la salida de emergencia, eran tres grandes puertas de metal que solo se podían abrir desde adentro, un profundo suspiro de alivio escapó de su pecho, ahora sí podía ir a las tiendas.
Al anochecer Harry se acomodó en su nido de mantas y cojines, había recolectado mucho más de lo que en sus sueños imagino, de hecho "embrujó" un morral hermoso que encontró en la tienda de excursionistas, usando el poder descubierto en las últimas 36 horas, el poder del deseo profundo que provocaba que le picaran las manos y le corriera frío por la espalda, ese que le había hecho despertar con una cortina de cabello que riendo trenzó en la mañana; sus provisiones en alimentos y cosas para acampar estaban dentro de este segundo morral, así como un botiquín muy bien surtido, de hecho el morral estaba en un trastero a dos metros de una de las puertas de emergencia, listo para ser recogido en caso que tuviera que correr fuera del edificio, planeaba dejarlo en el exterior del edificio mañana en uno de los kioscos en torno a la picina. Ahora cenaba, carne asada que encontró en uno de los congeladores del restaurant, el frío se había conservado gracias a las puertas perfectamente cerradas, unas verduras y pan de la tienda orgánica, además de una caja de leche larga vida. Tenía muy claro que en no más de dos o tres días esos alimentos serían incomestibles, por lo que estaba determinado a darse una buena panzada mientras podía.
Entrada la noche, la luz de las estrellas y la luna llena lo acompañó mientras con una pequeña linterna repasaba el esquema de las instalaciones del hotel, mañana encontraría un buen refugio afuera y empezaría a trasladar cosas, a unos 500 metros del hotel estaba el Jardín Botánico, sentía que ese lugar podía darle un refugio por un tiempo más largo, claro que tendría que arriesgarse mucho más, pero un hotel no parecía ser un lugar de refugio permanente, las personas eran problemáticas y podían ser muy crueles en la vida cotidiana, ahora con este fin de mundo Harry no se engañaba, las personas no se volverían más buenas.
En la Cantera.
Daryl era un chico callado y observador, aprendió de muy pequeño que ser silencioso permitía mantenerse por más tiempo a salvo, su hermano que era extrovertido había cobrado palizas de su borracho padre mucho más seguido que él, Merle contestaba y se defendía a golpes y arrojando lo primero que encontraba, a los 17 su hermano lo abrazó, le dijo que se cuidara y se fue a los marines, se sintió traicionado y dejado atrás, tenía 9 años y quedó con unos padres incapaces de cuidarse a sí mismos, menos a un chico introvertido, durante la semana escuela era un refugio mediocre, pero al menos tenía una comida caliente gratis y la biblioteca, no es que fuera un intelectual, lejos de eso, pero era un buen lector, todas las veces que pudo los fines de semana huyó al bosque. Merle le había enseñado a cazar y trastrear, lo que no sabía de sobrevivencia lo aprendíó solo casi una semana extraviado, una semana después de la muerte de su madre, su padre inmerso en su borrachera nunca se enteró, se rescató solo ya que no era época de escuela y nadie lo extrañó.
Ahora Daryl nuevamente se estaba dejando guiar por Merle, había regresado hace un año dado de baja con deshonor por haberle roto la mandíbula a un superior, era aun más mal hablado que antes, bueno para maldecir, para hacer comentarios cargados de prejuicios y metiéndose en riñas en los bares ya fuera borracho o drogado. Daryl estaba convencido que su hermano había amado estar en los Marines y su expulsión le había roto algo dentro del alma, llenándolo de frustración, pena y rencor contra el mundo, quizás estaba mirando a su hermano con un prizma romántico de anti héroe de novela, quizás solo era Merle con sus defectos reforzados a ser adulto.
La cantera estaba rodeada de un espeso bosque con, hasta ahora, abundante caza menor y con suerte se encontraban siervos también, acampaban a 50 metros del lago que cubría el fondo de la cantera, por seguridad tendieron líneas con latas de conservas en aquellas áreas de claro en el bosque, una alarma simple en caso de que uno de esos muertos quisiera acercarse entre los árboles, ellos con sus sentidos acostumbrados a la vida en la naturaleza más salvaje, les alertaría el ruido de las cuerdas con latas dándoles el tiempo de salir de la carpa y tomar sus armas llegado el momento.
Daryl se dedicó a cazar mientras Merle saqueaba los vehículos y edificaciones rurales cercanos a la cantera, de esa manera habían acopiado latas de comida, varios tipos de cuchillos de cacería y combustible para sus ruerdas, la moto de Merle y la camioneta de segunda mano que Daryl de 14 años había reparado recolectando pieza por pieza en un deshuesadero por casi un año, resistió los comentarios burlescos de su hermano y de los compañeros de secundaria, lo único más valioso era su ballesta, siendo un chico blanco pobre de Georgia a sus actuales 15 años tenía lo básico con que sobrevivir.
"Daryl tarde o temprano aparecerá gente, ten claro que tu y yo somos familia, los demás pueden besarme el trasero".
"Qué ..."
"Lo nuestro, es nuestro y lo de ellos si no lo cuidan también, hermanito, solo los fuertes sobreviven".