
Cámara de los secretos
Su primer pensamiento fue seguir el camino que dejó el basilisco, pero al entrar al hueco creado por la bestia se dio cuenta de que se perdía por las diversas cañerías que había en el castillo, no había un camino a seguir, sino diversos. Iba perder su tiempo si entraba, por lo cual en su mente solo estaba fijo en un solo lugar.
El baño de Myrtle. Ella debía saber algo, ¿no? Ella en octubre le había comentado que falleció viendo unos ojos amarillos, seguro eran los ojos de la bestia.
Empezó a correr por los pasillos, restándole importancia si lo castigaban por infringir una de las normas. Eso no era importante. Lo único en su mente era encontrar al maldito heredero de Slytherin y matarlo con sus propias manos por lo que le hizo a sus seres queridos.
Primero fue su amiga Hermione, luego su querido padrino y tercero el profesor Lockhart que poco a poco se ganó un lugar en su vida. Esto era personal.
No se lo iba a perdonar nunca al responsable de todo esto. Lo iba a matar.
Y no le iba a importar si era su hermano u otro alumno, estaba herido. Y si él estaba herido, no iba a detenerse hasta poder descargarse contra quién le hizo daño.
Sin embargo, el profesor Flitwick fue quién lo encontró mientras iba corriendo hacia el baño de las niñas “Joven Malfoy, ¿Qué hace aquí solo? ¿No ha escuchado el anuncio de la profesora McGonagall?” el profesor se acercó a él muy preocupado, pero no podía registrarlo.
Hace unos segundos la subdirectora hizo un anuncio, en vez de que sonara la campana del comienzo del recreo. Todos los alumnos volverán inmediatamente a los dormitorios de sus respectivas casas. Los profesores deben dirigirse a la sala de profesores. Les ruego que se den prisa. No les había dado importancia a esas palabras, estaba cegado por la ira.
“¿Qué le pasó joven Malfoy?” dijo el profesor de Encantamientos cerrándole el paso porque lo había ignorado. Esa pregunta hizo que notara su apariencia, su túnica estaba levemente quemada en algunas esquinas y húmedas por otras. Ver eso le hizo volver a recordar a su padrino y a Lockhart, que habían sido petrificados por salvarlo, por protegerlo. Cada uno usando hechizos diferente de temperatura, fuego y hielo.
Sintió que las lágrimas volvían acumularse en sus ojos. Una y otra vez se repetía en su mente que los dos estaban vivos, que ellos solo estaban petrificados y que las mandrágoras ya estaban listas para ser usadas.
“Severus y Lockhart… ellos… ellos” su voz estaba trabándose, tenía que calmarse. El profesor empezó a llevarlo a la sala de profesores, intentando sacarle información, pero Draco no podía hablar. Estaba intentando respirar correctamente, intentando no sufrir un ataque de pánico. No era el momento. Él debía vengarse.
Al llegar a la sala, notó que los profesores se notaban entre preocupados y nerviosos, murmurando entre ellos. Estos al ver que llegaba con el profesor Flitwick callaron inmediatamente debido a que no sabían cómo actuar con él presente. Minutos de silencio tenso después, la profesora McGonagall entró diciendo “Ha sucedido de nuevo, una alumna ha sido raptada por el monstruo. Se la ha llevado a la cámara” iba a continuar, sin embargo, lo vio y se quedó perpleja “Joven Malfoy, ¿Qué hace aquí? ¿Qué le pasó?”
“Está seguro aquí joven Malfoy” susurró el profesor Flitwick, intentando calmarlo y dándole confianza.
Tomó aire, ellos necesitaban saber “El profesor Snape y el profesor Lockhart, ellos fueron…” dolía mucho decirlo. Los demás profesores empezaron a girar la vista intentando encontrar a los adultos mencionados “Ellos… ellos…están” joder, las lágrimas estaban empañando su vista, le dolía. Están vivos, los dos están vivos, solo estaban “petrificados” susurró, aunque fue escuchado.
La reacción de los profesores fue inmediata, empezaron a hablar al mismo tiempo “Eso no es posible joven Malfoy” “Nos hubiéramos dado cuenta” “¿Está seguro joven Malfoy?” “¿Los vio petrificados?” “¿No se habrá confundido?” las oraciones y preguntas seguían y seguían. Además, de que se le acercaron, lo rodearon. Se sintió acorralado por los adultos.
No le creían, no era posible que no le creyeran.
¡Él vio a su padrino petrificado! ¡Lockhart lo sostuvo con sus brazos tiesos con fuerza! Y venían a cuestionarlo, creían que él no era capaz de reconocer a un petrificado, sus seres queridos fueron atacados.
“¡Están petrificados!” gritó, haciéndolos callar rápidamente “Severus y Lockhart fueron petrificados mientras me protegían. ¡Fue mi culpa! ¡Yo fui una carga en ese momento! ¡Solo se preocuparon en protegerme que no se preocuparon por ellos!” La realización lo golpeó, por estar nervioso y con miedo, no pudo apoyar a los adultos a pelear contra el Basilisco, él se quedó congelado y fue una carga.
Se estaba volviendo débil.
La voz de la subdirectora lo alejó de sus pensamientos “Será mejor que lo acompañemos a la sala común de Slytherin joven Malfoy, debe descansar” susurró McGonagall acercándose a él, apartando a los profesores que lo rodeaban, se puso frente suyo limpiando sus lágrimas con un pañuelo “Y no debe pensar así, conozco a Severus” le acarició el cabello “Él te ama mucho y nunca pensaría en que fueras una carga” estaba consolándolo, notó como los profesores giraron la mirada intentando darles privacidad “Él daría la vida por ti y aunque recién empiezo a tratar con Gilderoy, me he dado cuenta que te has ganado un lugar en su vida”
Se levantó para empezar a llevarlo fuera de la sala de profesores cuando una profesora que no conocía habló a sus espaldas “Disculpa Minerva, pero nos estaba comentando que el heredero de Slyherin se llevó a una alumna, ¿puede decirnos de quién trata, por favor?”
“El heredero de Slytherin se llevó a la señorita Ginny Weasley” ¿Ginny? ¿La hermanita de Ron? Los profesores se tensaron ante lo dicho por la profesora y dentro de un ropero escuchó un jadeo y un leve ruido seco de como si alguien se hubiera caído “Tendremos que enviar a los estudiantes a casa mañana. Este es el final de Hogwarts” se lamentaba “Los jefes de cas…” se quedó en silencio. Draco apretó sus puños, tomando aire para no llorar al recordar que Severus en ese momento no estaba disponible “Profesora Babbling, ¿Podría ir por los Slytherin?” la profesora asintió “Iremos a informar a los estudiantes sobre lo sucedido y también de que mañana el expreso Hogwarts los conducirá a sus hogares a primera hora. Los demás profesores, por favor, encárguense de que no haya ningún alumno fuera de sus dormitorios.” Se fueron retirando los profesores acatando a sus órdenes, dejando en la sala a la subdirectora con él “Joven Malfoy, si no es mucha molestia” se notaba un poco nerviosa en preguntar “¿Podría llevarme dónde están Severus y Gilderoy?”
Asintió, mientras salían de la sala de profesores, notó unos ojos verdes mirándolo dentro de un ropero. Esos ojos mostraban preocupación por él. Trató de mostrar que estaba bien, pero supo que falló al notar como su amigo intentó alcanzarlo, saliendo del ropero.
Cerró la puerta.
La subdirectora no debía saber que en la sala de profesores se encontraban dos Gryffindor, seguro los castigarían. No quería eso para sus amigos.
Estuvieron caminando en un tenso silencio, el despacho de Gilderoy se encontraba un poco apartado de los demás, seguro por ello no lo habían descubierto o escuchado el ataque. Por otro lado, estaba dudando en decirle a McGonagall sobre el basilisco, porque cuando le dijo a su padrino y a Gilderoy ocurrió el ataque, ellos fueron petrificados. ¿Si el heredero lo estaba escuchando, vigilándolo? ¿Y si volvía a atacar? Aunque una idea un poco oscura estaba formándose en su mente, tal vez si le comentaba sobre todo lo que sabía a McGonagall, el heredero volvería a mandar a su basilisco para evitar que más gente lo sepa. Podía usar a la profesora como señuelo y descubrir quién era el jodido heredero de Slytherin, sin embargo, la pregunta era ¿Podría sacrificar a la profesora McGongall para tener frente suyo al heredero de Slytherin? ¿Podía poner a la subdirectora en peligro solo para matar al bastardo?
Luego de pensarlo por varios minutos, llegó a una conclusión.
No, no podía hacer eso.
Él estaba cambiando, no sacrificaría al alguien por sus propios intereses. Ya no era esa persona.
¿Alguna vez lo fue?
No quiso entrar de nuevo al despacho, se quedó afuera mientras McGonagall revisaba el lugar. Esos minutos estuvo pensando que iba hacer, seguro la profesora lo acompañaría hasta la sala común e iba a esperar hasta que las serpientes se vayan a descansar para salir e ir al baño de Myrtle para que lo guíe a la entrada de la Cámara, luego encontraría a Ginny y mataría al basilisco junto al heredero. Al salir McGonagall varios minutos después para llevarlo a la sala común, aunque su pregunta lo sorprendió “¿Deseas que te lleve a Slytherin?” negó con rapidez, quería a sus amigos en ese momento, los necesitaba, era lo único que le quedaba “Vamos a Gryffindor”
Al llegar a la sala común de los leones lo primero que hizo fue buscar a Harry, quién afortunadamente ya estaba ahí, y los dos corrieron para abrazarse. Necesitaba sentirse en tierra y en los brazos de Harry se sentía protegido y querido. Sus brazos rodearon el cuello del niño de ojos verde, escondía el rostro en su hombro y Harry lo sostenía, acariciando levemente su espalda, susurrando palabras tranquilizadoras “Todo estará bien” “Estamos aquí para ti” “Al profesor Snape y Lockhart no les gustaría verte así” “Lo solucionaremos” Harry era su consuelo porque quería llorar, quería gritar, quería correr hacia el baño de Myrtle y obligarla bajo amenazas a que le diga todo sobre la entrada de la Cámara de los Secretos, buscar al heredero y matarlo con sus propias manos.
Estaba lleno de odio y enojo.
De tristeza y dolor.
No supo en qué momento se habían movilizado a los sillones de la sala común, estaban los tres debido a que los gemelos se habían retirado con rapidez a su habitación. Draco y Harry estaban sentados en el mismo sillón, el rubio estaba recargándose en su amigo, mientras Harry seguía reconfortándolo. Ron estaba al frente de ellos, cabizbajo por lo sucedido con su hermana.
“Ella sabía algo” habló por primera vez su amigo pecoso desde que llegaron a la sala común “Por eso la han raptado. No se trata de ninguna estupidez sobre Percy; seguro Ginny había averiguado sobre la Cámara de los Secretos” se frotó los ojos que se encontraban rojos por su llanto silencioso “Ella es sangre limpia, no había otra razón del porque se la hubieran llevado, ¿no?”
Al darse cuenta de que el sol se estaba ocultando en el horizonte, se levantó. Debía ejecutar su plan improvisado “No sé ustedes, pero yo voy dónde Myrtle” dijo empezando a caminar hacia la puerta “Ella debe saber dónde está la entrada de la Cámara de los Secretos”
Harry tomó su mano, deteniéndolo “Vamos contigo, si es verdad que el monstruo es un Basilisco, vas a necesitar nuestra ayuda” eso le sorprendió, no sabía que sus amigos supieran cuál era la bestia y como si le leyera la mente, Harry dijo “También fuimos con Hermione” eso fue suficiente, sacó la capa de invisibilidad ante la sorpresa de sus amigos y la colocó encima de los tres.
“Deberíamos decirle a la profesora McGonagall sobre lo que sabemos” susurró Ron, mirando dónde debería estar el despacho de la profesora.
“Se lo dije a Severus y a Gilderoy” empezó a caminar hacia el baño, obligando a los otros dos a seguirlo “Miren lo que les pasó” sus amigos se quedaron en silencio.
Encontraron a Myrtle La Llorona sentada en la cisterna del último retrete de su baño “¡Ah, son ustedes!” dijo al verlos aparecer frente suyo cuando se sacaron la capa de invisibilidad “¿Qué quieren esta vez?” dijo con un leve desagrado “No los he visto desde hace meses”
“Preguntarte si sabes dónde está la Cámara de los Secretos” soltó Harry, generando una mirada de duda en la fantasma.
Draco dio un paso adelante “Me comentaste que viste unos ojos amarillos antes de morir, ese tuvo que ser el basilisco. ¿Sabes de dónde salió?”
La fantasma le sonrió “Ahí” señaló un lavado “Por ahí vi esos espeluznantes ojos amarillos que me mataron” se veía orgullosa. Los fantasmas eran extraños. Se acercaron a toda prisa, el lavado se veía muy normal, pero cuando intentaron abrirlo de este no salió agua “Ese grifo nunca ha funcionado” canturreó Myrtle, feliz de tener conocimiento que ellos no tenían.
“Harry, di algo en pársel” Ron comentó y Harry pudo lograrlo en su segundo intento.
El grifo brilló con una luz blanca y comenzó a girar. Al cabo de un segundo, empezó a moverse el grifo, hundiéndose, desapareciendo, dejando a la vista una tubería grande y ancha.
Era sorprendente, no podían creer que ahí estuviera la entrada a la Cámara de los Secretos. No iba a esperar más “Bajaré” dijo Draco y sin esperar nada más, se deslizó. Debían salvar a Ginny y vengar a todos los petrificados, especialmente a sus seres queridos.
No le importaba si iba a salir lastimado o si iba a poder salir de ahí, pero de lo que estaba seguro era de que, si iba a caer, con él caerían el monstruo, las hienas y el heredero.
El viaje se sentía interminable, viscoso y oscuro. Mientras bajaba veía otras tuberías, seguro por ahí se deslizaba ese basilisco para atacar personas inocentes. Tenía su varita en mano con el hechizo Lumos encendido, estaba preparado. Esta vez no se petrificaría por el miedo, esta vez podrá pelear.
Nadie lo iba a detener. Ni siquiera su miedo.
Cayendo a un suelo húmedo lo que lo recibió fue un túnel de piedra, segundos después llegó Harry que se puso a su lado para esperar a su amigo pelirrojo. “Debemos encontrarnos a kilómetros de distancia del colegio” susurró Harry, haciendo que su voz resonara por el lugar.
“Tal vez debajo del lago” Ron dijo al momento de llegar con ellos.
Empezaron su caminata en un silencio que fue roto, cuando Ron pisó el cráneo de un ratón, debido a que su camino estaba infectado de diversos esqueletos de pequeños animales. También vieron la muda gigante de una serpiente “Joder” susurró Ron al notar el tamaño del Basilisco.
Continuaron con su camino, estaban en silencio para estar atento ante cualquier ruido, para saber si se les acercaba el basilisco. Al final del túnel encontraron una pared de piedra que tenía tallada dos serpientes entrelazadas con grandes y brillantes esmeraldas en los ojos. Podía escuchar su corazón latiendo con anticipación, sus amigos también tenían sus corazones andando con fuerza y rapidez “Vuelve a hablar en pársel” susurró Draco a su amigo, y por el silencio del lugar fue claramente escuchado.
Harry asintió y volvió a sisear. Sorprendentemente las serpientes se separaron, abriendo el muro. Los tres entraron.
Entraron a una sala muy grande, con muy poca luz. Las columnas de piedras talladas con serpientes sostenían el techo, estas columnas proyectaban sombras verdosas en la estancia. Era muy obvio que este era un lugar para un Slytherin, el lugar secreto de Salazar Slytherin, el amante de las serpientes.
Adentrándose a la sala, lo único que escuchaban eran sus propios pasos. ¿Aquí estaba Ginny? ¿Estaba viva la menor de los Weasley? ¿Quién era el heredero? Las preguntas inundaban su mente, mientras giraba lentamente su cabeza inspeccionando el lugar. Los ojos de los tres estaban entrecerrados, por si aparecía el Basilisco y debían de cerrarlos con rapidez. Llegando al último par de columnas, una estatua apareció imponentemente. Era enorme y de la figura de un hombre antiguo, de un rostro que solo había visto en los libros de historia de Hogwarts. Salazar Slytherin.
“¡Ginny!” susurró Ron, aunque por el silencio del lugar se escuchó como un grito. Corrió hacia su hermana que se encontraba a los pies de la estatua. Harry y él corrieron tras su amigo preocupado “¡Por favor, no estés muerta! ¡Por favor!” gritaba hincándose cerca de su hermana, Draco se acercó y tomó el pulso en el cuello de la niña. Era débil.
“Esta viva, pero debemos llevarla a la enfermería rápidamente. Su pulso está muy bajo” intentó transmitir con su mirada tranquilidad a Ron que estaba a segundos de entrar a una histeria por la condición de su pequeña hermana.
“Ella ya no despertará” una voz nueva se escuchó en el lugar y de una columna apareció un joven de cabello negro, los contornos alrededor de él estaban borroso, como si lo vieran sobre un cristal empañado. ¿Quién era? Sabía que era de Slytherin por sus túnicas, pero no reconocía su rostro.
“¿Tom Ryddle?” preguntó Harry, y el tal Tom asintió con la cabeza.
¿El dueño del diario de Lucius? Lo señaló con la varita, amenazadoramente “¿Qué haces aquí? ¿Te mandó Lucius?” preguntó con un gruñido, no confiaba en esta persona, ¿fantasma? El tal Tom lo miró entretenido.
“Eres como te describieron” se acercó, sin embargo, se detuvo cuando lo escuchó gruñir “Serás una gran mascota” dibujó una sonrisa complacida en su rostro.
Harry también se levantó con varita en mano “No le digas así” siseó enojado su amigo, con una mirada muy enojada por las palabras que lanzó Tom “Apártate de nuestro camino fantasma, o sino buscaré la forma de que te mueras de nuevo” esto fue una pérdida de tiempo, parecía que el heredero de Slytherin no estaba ahí, igual que las hienas o el Basilisco. Lo importante era sacar a Ginny.
Escuchando como Ron empezaba a cargar con dificultad a su hermana, Tom habló “No soy un fantasma, soy un recuerdo guardado en un diario durante cincuenta años” dijo tranquilamente como si tener dos varitas apuntadas en su cuello no fueran un problema. Aunque al ser un fantasma o recuerdo, tal vez así sea.
“No me importa si eres un fantasma o recuerdo, apártate” gruño, haciendo una señal a Ron para que empezara a caminar. “No tenemos el tiempo para escucharte”
Estaban dando unos pasos, cuando escuchó unos ruidos de pasos al otro extremo del lugar. Giró con rapidez el rostro esperando ver a las hienas o al heredero, sin embargo, esto lo aprovechó Tom para usar la varita de Ginny, que no sabían que él tenía “Expelliarmus” la varita de los tres salieron volando hacia la mano del fantasma “Se darán el tiempo para escucharme, niños insufribles” decía con una sonrisa falsa el fantasma. Sin previo avisó saltó sobre Tom para estamparlo contra el piso, pero sus planes fueron frustrados al pasar entre su cuerpo, cayendo en cuatro al piso. “Todavía no tengo un cuerpo físico, mascota bonita” Harry, Ron y él gruñeron al escuchar el horrible apodo “Recién lo tendré cuando la tonta de Ginny muera”
“¿De qué estás hablando?” dijo un preocupado y enojado Ron.
“¿Qué quieres decir con eso?” Harry también estaba preocupado, nadie quería creer que una posibilidad sería la muerte de la pelirroja menor.
Tom se veía complacido de compartir su plan malvado “Es una larga historia, desde que Ginny llegó a Hogwarts decidió abrir su corazón a mí y revelar todos sus secretos a un extraño invisible, al diario” ¿El diario de Lucius? ¿Cuándo llegó a manos de Ginny? “La pequeña Ginny ha estado escribiendo en él durante meses, contándome todas sus penas y congojas: sus hermanos que se burlaban de ella, que todos sus objetos eran de segunda mano, que el famoso Harry Potter nunca llegaría a quererla, de los celos que sentía por su cercanía con el pequeño Draco Malfoy” ¿Pequeño? “¡Oh, Tom! Porque no puedo ser como Draco, él siempre se lleva la atención de todos, especialmente de Harry… Es que no puedo ser tan bonito como él… Me siento mal de envidiarlo cuando él a sido muy amable conmigo… Odio que mis hermanos se burlen de mí y me traten como una niña, no entienden que me avergüenzan… Porque no puedo tener útiles nuevos, todo lo que tengo lo usaron mis hermanos… Me gustaría llamar la atención del niño que me gusta, pero sé que nunca se fijará en mí… Soy tan torpe, no puedo hablar con él sin ponerme a tartamudear… Es que nunca seré especial para él” divulgaba los secretos de Ginny sin vergüenza “Fue horrible escuchar las tonterías de una niña de once años” dijo con pesar, Draco apretó sus puños con enojo “Me armé de paciencia, le contesté a cada una de sus penas. Fui comprensivo con ella y Ginny empezó a adorarme: Tom, nadie me ha comprendido como tú… Estoy tan contenta de que seas mi amigo… Eres al único en que puedo confiar” se burló de los sentimientos de la niña, eso lo enojó. Ginny había confiado en él y Tom la había traicionado, les estaba contando a ellos de lo que escribió en su diario que tuvo que ser secreto.
“¡Cállate, maldito bastardo! Ginny confió en ti y tú la traicionas de esta forma”
Tom lo miró “Tendré que adiestrarte para que seas más dócil con tu amo, mascota” Draco gruñó, ¿Creía que era su perro? Cada segundo odiaba más a ese recuerdo.
“Te dije que no le digas así” dijo con enojo Harry. Atrás de él Ron volvía a intentar moverse con su hermana.
“No deberías hacer eso” le dijo Tom a su amigo pelirrojo, ignorando las palabras de Harry “Y continuando con la historia, Ginny me abrió su alma y yo me alimenté de ella, me hice cada vez más fuerte alimentándome de sus temores y profundos secretos. Lo bastante poderoso para que la señorita Weasley sea alimentada con algunos de mis secretos, para empezar a darle un poco de mi alma” su sonrisa se volvía cada vez más oscura “Ella abrió la Cámara de los Secretos, ella retorció el pescuezo de los gallos y pintó los mensajes en las paredes. Ella liberó a la bestia para que dañara a esos asquerosos sangres sucias y el gato del squib”
¿Ginny hizo todo eso? No era posible, la pequeña niña no sería capaz de hacer daño a nadie. “¡Eso es mentira!” gritó Ron, defendiendo a su hermana que descansaba en sus brazos “Ginny nunca haría eso”.
Con una sonrisa divertida “Obviamente al principio ella no sabía lo que estaba haciendo, sus anotaciones a partir de ello empezaron ser más interesa…”
“Tú la poseíste” susurró “Ginny nunca haría eso por voluntad propia, tú la obligaste hacer todo eso” aunque las víctimas estaban mal contadas por parte de Tom “¿Por qué no contaste a Severus y Gilderoy? Ellos también fueron petrificados por tu asqueroso animal”
Por la mirada de Tom supo que estaba cansándolo con sus interrupciones “El ataque de los profesores no fue culpa mía, no ordené a la pequeña Ginny a que liberara al Basilisco esa vez” dijo con cansancio “Aunque es útil trabajar con esas hienas es muy cansado mantenerlos a raya, ellas aunque no supieran lo que decía para abrir la cámara, aprendieron hacer el ruido exacto del siseo” intento acariciarle la mejilla, pero un gruñido por parte de él y Harry lo detuvo, su rostro reflejó diversión “Ellos sí que te odian y aunque les dije que te mantuvieran con vida, porque serías de gran importancia en mi ejército, tuve que detenerlos para que no te mataran” empezó a ver por toda la sala, parecía que buscaba a alguien “Liberaron al Basilisco para que murieras bajo su mirada, y pudieron tener éxito sino fueran por esos dos profesores mestizos” la última palabra lo dijo con asco, eso lo enfureció “Los detuve, pero obviamente tuve que castigarlos por desobedecerme. No me gusta que mis mascotas no me hagan caso”
“¿Qué les hiciste?”
“¡Oh! Que adorable eres, ¿Te preocupas por ellos?” dijo con burla “¿O deseas tú hacerles daño con tu propia mano?” miró entre él y sus amigos, decidió continuar su historia “Mientras la pequeña Ginny abría la Cámara y me contaba sobre lo que sabía del Héroe del mundo mágico; las hienas me informaban todo lo que me perdí todos estos años con algunas… ¿amistades? y sus logros, además de que intentaban mantenerte ocupado para que no descubrieras lo sucedido e intentaban confundirte de quién era el heredero” su ojos rodaron “Intentaron lo último, pero descubrí que no debía confiar en este tipo de cosas a esos sucios animales. Son tan torpes, tontos e inútiles”
“¿Las hienas te informaban? ¿Es que acaso hablas con hienas como hablas con serpientes?” preguntó Ron, tensándolo porque no les había contado nunca de que estos animales tenían una versión humana.
Sonrió Tom “Parece que todavía no les dijiste a tus queridos amigos sobre el secreto” se burló, aunque con una mirada supo que tendría que hablar sobre esto más adelante con sus amigos “Eso ahora no es importante. Continuando con mi historia, antes de que groseramente me interrumpieras, he querido conocerlos a ti y a Harry Potter”
Con la voz llena de ira Harry habló “¿Por qué nos querías conocer?”
“Verás, Ginny me contó sobre tu fascinante historia y quería conocer más sobre ti. Intenté ganarme tu confianza contándote sobre Hagrid, pero lastimosamente días después, dejaste de escribir en mí, me olvidaste” se escuchaba un poco resentido.
“Nunca creímos que Hagrid pudiera hacer todo ese daño” dijo Ron intentando mantener el calor en el cuerpo de su hermana con un abrazo.
“Además, de que eras el sucio diario de Lucius. Obviamente, nunca íbamos a confiar en ti” complementó Draco.
“Ustedes no creyeron en mí, como lo hizo hace años Dumbledore, por ello me mantuvo bajo vigilancia y por ello, no volví a abrir la cámara de los secretos, pero decidí dejar un diario para que mis esfuerzos no hayan sido en vano y en un futuro alguien pudiera seguir mis pasos”
“Esta vez fallaste” se jactó Harry “Nadie ha muerto esta vez y dentro de poco las pócimas con las mandrágoras estarán listas y todos los petrificados volverán a la normalidad”
“Pero, matar sangres sucias no es de mi interés ahora, sino que mi objetivo ha cambiado en ustedes” su mirada se dirigió en su amigo de ojos verdes “En ti, Harry Potter, descubrir como fuiste capaz de siendo un simple bebe derrotar a uno de los magos más grandes de todos los tiempos, cuando tu magia era nada extraordinaria ¿Cómo fuiste capaz de escapar con solo una pequeña cicatriz y Voldemort perdió sus poderes? ¿Qué te hizo tan especial?” ahora lo miraba a él “Y en ti, Draco Malfoy, ¿Cómo él fue capaz de conjugar completamente tu ADN con el de un hombre lobo? ¿Hasta que tanto porciento de hombre lobo eres? ¿Qué tan fuerte podrías ser, si fuiste capaz de derrotar un ejército por ti solo?; además, de que tengo entendido que fuiste creado para que seas mi mascota, pero no tienes conocimiento de ello” ¿Una mascota? ¿Para eso fue creado por el doctor Novak? ¿Para ser el perro faldero de Ryddle, de Lucius? ¿Alguien para servir?
“¿Creado?” escuchó por parte de Harry. Draco apretó sus puños con enojo, sintiendo sus uñas clavándose en las palmas de su mano. Parece que Harry notó su sentimiento de impotencia porque cambió la pregunta “¿Por qué te preocupa como me liberé? Voldemort fue después de ti” dijo lentamente, cambiando su atención a Tom.
“Voldemort, es mi pasado, presente y futuro” decía dramáticamente Tom y de la varita de Harry escribió en el aire:
TOM SORVOLO RYDDLE
Luego volvió a agitar la varita, y las letras empezaron a cambiar de lugar entre ellas, hasta quedar:
SOY LORD VOLDEMORT
“Este es un nombre que usaba con anterioridad, en Hogwarts” susurró y de ahí lo único que podía escuchar era Voldemort una y otra vez. Este tal Tom era el mago oscuros Voldemort, ese bastardo siempre buscaba joder su vida. Por su culpa fue llevado a manos del doctor Novak, él fue el responsable de que fuera un experimento en ese laboratorio, él los lastimó el año pasado queriendo robarse la piedra filosofal y ahora había petrificado a sus seres queridos. ¿Es que nunca podrían liberarse de ese monstruo? ¿Siempre todos sus problemas tenían que regresar a él?
Regresó a la conversación por el ruido de una música ensordecedora, el estruendo se escuchaba por toda la sala. Las llamas surgieron de una columna del cual salió un pájaro carmesí, era Fawkes, el fénix del director. Y el ruido estridente era su canto.
Fawkes se acercó hasta aterrizar en el hombro de Harry entregándole un ¿sombrero seleccionador? Todos estaban desencajados por el raro objeto entregado, aunque Ryddle comenzó a reír “¡Eso es lo que Dumbledore envía a sus defensores, un pájaro cantor y un viejo sombrero! ¿Se sienten seguros ahora?” se burlaba Tom, luego de reír volvió a preguntar “¿Cómo lograron todo ello? Respondan a mis preguntas” exigió.
“Vete a la mierda Tom, no nos importa si tienes dudas o no” estaba enojado, furioso de tener frente suyo a este monstruo “Si no fuiste capaz de responder tus preguntas tú solo, eso nos muestra lo inepto que eres, tú, bastardo” tal vez lo estaba haciendo enojar más, pero no iba a parar “Nos importa muy poco si no sabes como te ganó Harry o del por qué no soy una de tus mascotas, pero no te diremos nada” la mirada de Tom empezó a oscurecerse con cada palabra que decía “Así que entréganos nuestras varitas y jódete” sabía que era Voldemort, pero siempre lo odió. Ya no había miedo.
“Draco” Ron intentó regañarlo, pero podía escuchar una leve diversión en su voz. E igual, Harry se veía un poco divertido.
Ninguno de los tres tenía sentido de la preservación.
Tom suspiró “Eres una mascota con una lengua muy suelta y sucia, cuando seas parte de mi ejército, de mis súbditos, te la cortaré para que seas perfecto” amenazó, haciéndolo entrecerrar los ojos con enojo “¿Supongo que al final no me dirán nada?” los tres se quedaron callados “Entonces, aunque me muera de dudas, solo les daré una lección para toda la vida. Se enfrentarán a mí para que conozcan los verdaderos poderes de Lord Voldemort, heredero de Salazar Slytherin contra ustedes, el famoso Harry Potter, la mascota Draco Malfoy y el niño pelirrojo” ok, no le gustó como se refirió a él y a Ron con tanto desprecio.
Tom siseó y del gigantesco rostro de piedra de la estatua de Salazar Slytherin, fue abierta su boca hasta que se formó un gran agujero. Y escuchó el arrastro inconfundible del “¡Basilisco!” gritó obligando a sus amigos a cerrar los ojos a igual que él.
Jode, joder, joder. ¿Qué iban hacer ahora sin poder ver a la bestia?
Se transformó.
“Que hermoso lobo eres, tan grande y fuerte. Tu si fuiste la mejor creación” escuchó a lo lejos por parte de Tom.
Ignoró las palabras del idiota, debía descubrir en que parte de la sala estaba moviéndose la gran serpiente, si lo encontraba y le destruía los ojos, no habría temor de que pudiera matarlos con la mirada. A un lado suyo escuchó el arrastre, si la tenía. Estaba para saltar sobre ella cuando sintió que lo empujaban dos cuerpos con fuerza contra una columna.
Eso si dolió, gimoteó por el golpe.
“¡Draco!” escuchó varios metros lejos de él debido a que soltó un leve aullido por el golpe “¿Estás bien? Draco, respóndeme” decía un desesperado Harry, que estaba moviéndose lejos del arrastre junto con Ron, esperaba que aún con los ojos cerrados. Hizo un leve aullido para que no siguiera preocupado.
“Jejeje, eres nuestro ahora Draco” abrió sus ojos y sobre él estaban los mellizos, notaba plenamente los rostros completamente moreteados de los mellizos que lo veían como si él fuera el responsable de todos sus males “Lord Voldemort nos prohibió matarte, pero si podemos dejarte completamente herido si queremos, y nosotros queremos”
“Lo vamos a disfrutar” susurró Gabriella sobre su oído poniendo la piel de gallina.
Estaban completamente jodidos.
Empujó con fuerza a las hienas con sus patas, y cuando regresaron a querer morderlo, él fue el primero en atacar. Entre ellos tres empezaron a morderse y arañarse con fuerza y saña. A lo lejos notó que el Basilisco le estaba dando la espalda a los tres, porque estaba persiguiendo a sus amigos que estaban alejándose poco a poco del ataque. Era su oportunidad, empujando a las hienas contra un muro corrió con todas sus fuerzas y subió sobre el cuerpo de la bestia empezando a morder todo lo que podía, pero su piel era muy dura. Sabía que esto le iba a doler después. Fawkes lo estaba apoyando, empezando a clavar sus garras en las heridas abiertas.
El monstruo se movía demasiado, evitando que llegara a su cabeza y clavar sus garras en sus ojos, esto provocaba una dificultad. En eso atrás suyo sintió que le rasguñaban el lomo, un dolor agonizante se clavó en sus costillas, uno de los mellizos lo habían alcanzado, se puso adelante suyo. Y al otro lado, vio como otra hiena saltaba del lomo del basilisco para tomar en sus fauces al fénix que lo esquivó, pero recibiendo un zarpazo en una de sus alas haciéndolo descender en picada. Cayendo junto, si no se equivocaba, a Gabrielle.
Aun teniendo a Gabriella frente suyo a punto de saltar sobre él e impidiendo su paso a la cabeza del monstruo, se dio cuenta de que el basilisco estaba desesperado para bajarlos de su lomo, empezando a golpear las columnas a sus lados, y notó que una de ellas estaba a punto de caer porque la base empezaba a deteriorarse por los golpes y con fuerza se empotró contra ella. Chocó con la columna escuchando como los cimientos de estos se desmoronaban, igual que algunos de sus huesos, debido a que escuchaba que algo dentro suyo se quebraba.
Cayendo al suelo, con rapidez se movió para que la columna no lo entierre con sus escombros. Al último segundo escuchó el siseó de dolor de la bestia. El resultado de su acción fue de que la parte arriba del basilisco estaba enterrada bajo los escombros, el basilisco movía con desesperación su cola intentando salir. Además, de que Gabriella había recibido algunos golpes de las rocas que caían.
Necesitaba saber si sus amigos estaban bien.
Corrió donde estaban sus amigos y se volvió a transformar “Ron, necesito que vayas dónde Tom y le quites las varitas” le susurraba con rapidez para que no lo escuchara el recuerdo que los miraba de lejos “Él está más atento a mí y a Harry. Además, debo advertirte que podemos desviar los ataques del basilisco con temperaturas muy altas o bajas” Ron asintió empezando a moverse entre las sombras y como lo había predicho, Tom no le estaba prestando atención.
Para su sorpresa Harry tenía una espada en sus manos “Sombrero seleccionador” señaló el objeto “De ahí salió esta espada” Draco asintió.
“Debemos cegar al basilisco para que podamos atacarlo sin problemas” Harry solo asintió ante sus palabras, empezaron a correr hacia el basilisco que seguía moviéndose desesperado entre los escombros, podían tener una oportunidad. En el lugar solo se escuchaba los siseos desesperados de la serpiente que buscaba liberarse, sus golpes se repetían con el eco del lugar, por tal motivo no escuchó cuando las hienas corrieron hacia ellos. A él lo había arrastrado Gabrielle, podía notarlo debido a que él no estaba tan lastimado como su hermana; al otro lado, Harry estaba intentando mantener su distancia con Gabriella, apuntándole con la espada.
“¡Debemos deshacernos de ellos primero!” le gritó Harry, y tuvo que darle la razón. “Yo pelearé con este” Cada uno iría con el mellizo que lo arrastró.
Primero vio como el basilisco seguía atrapado, por lo que aún tenían tiempo; segundo, se transformó en lobo. Debía acabar rápido con esta hiena para ayudar a su amigo, no podía dejarlo solo con la loca de Gabriella.
Estuvo un tiempo en ataques de ida y vuelta entre él y Gabrielle, pero se podía notar que la hiena tenía más experiencia en batallas. Hubo un momento de descuido de su parte, cuando escuchó un leve grito de Harry debido a que le habían arañado una parte de su rostro, esto lo aprovechó Gabrielle para incrustar sus afilados colmillos contra su pata trasera izquierda, provocando un leve crujido. Lo empezó a golpear con su otra pata para que lo soltara, pero no se movía. Si Gabrielle seguía mordiendo le rompería en varios pedazos su hueso y no podría moverse.
Como medida desesperada volvió a ser humano para clavare con sus pulgares los ojos de la hiena con fuerza, sintió como la viscosidad corría por sus dedos mientras hundía cada vez más sus dedos, cada segundo que no lo soltaba. Al fin dejó libre su pierna, y escuchaba los gruñidos de dolor de la bestia que ciegamente volvió a cernirse sobre él.
Draco puso sus manos en los hombros de la hiena, evitando que este se acercara a su rostro. Notaba que a la hiena ya no le importaba seguir las órdenes de Tom, tenía la meta de matarlo.
Estaba desesperado, asustado porque lo tenía cada vez más cerca de él. No podía girar su cabeza porque tenía miedo de que a un descuido este aprovechara para morderle y despellejarlo. Los ojos de la hiena estaban sombreados de completa locura y odio, ninguna palabra podría cambiar ese sentimiento tan oscuro que desprendía.
“Mierda, mierda, mierda” hablaba desesperado porque sentía sus brazos a cada segundo perder fuerza. No, no podía morir sin haber matado al maldito basilisco y al jodido de Tom Ryddle.
No podía morir sin despedirse correctamente de su padrino, de sus amigos y de Gilderoy. No iba a permitirse morir, especialmente a manos de este imbécil, no a manos de Gabrielle quien había lastimado su autoestima y cuerpo solo por diversión.
Solo porque lo odiaba por una razón estúpida.
No lo iba a permitir, no lo iba a permitir, no lo iba permitir.
En eso escuchó un gorgoteo. Frente suyo Gabrielle empezó escupir sangre, embarrándole el rostro con ella. Pero ¿por qué? En eso su mirada se dirigió a sus manos al sentir que se embarraban con una sustancia viscosa, y sus uñas se habían transformado en unas garras que habían atravesado el cuello de la hiena con fuerza, había desgarrado su arteria carótida.
Estaba en shock porque no estaba transformado en lobo, pero sus manos estaban con las garras de ese animal. Como… como aquella horrible pesadilla que tuvo en las vacaciones de verano.
¿Eso que significaba?
Fue soltando levemente el cuello de la hiena, botándola a un costado suyo. Fue viendo como la vida se iba yendo de los ojos de Gabrielle, ¿ese era su fin?
“¡Depulso!” la voz de Ron a lo lejos y luego un grito de enojo por parte de Tom, lo alejaron de su shock al ver desangrarse al animal.
Giró para buscar a Harry y notó como este enterraba en el pecho de la hiena la espada sacada del sombrero seleccionador. Su amigo estaba respirando agitadamente, mientras sacaba la espada y lo empezaba a buscar con la mirada.
Con su amigo fuera de peligro, decidió concentrarse en el basilisco quién en ese momento ya se había liberado “¡Cierren los ojos!” gritó para advertirles a sus amigos que estaban en peligro de nuevo.
Mierda, tenía que buscar la forma de volver a alcanzar al basilisco para cegarlo.
Habían perdido mucho tiempo con las hienas y eso lo aprovechó el monstruo para liberarse. Lo escuchaba acercarse a él y empezó a correr a sentido contrario, pero estaba con una pierna que le dolía a horrores haciendo esa actividad fuera difícil, iba a ser atrapado con rapidez. Sintiendo en su espalda al basilisco, escuchó el canto de Fawkes y luego un fuerte ruido provocando un silbido enloquecido en el monstruo. Sobre él cayó un líquido caliente y no pudo evitar abrir los ojos, el fénix le había picado con fuerza uno de los ojos amarillos del basilisco. ¡Fawkes había destruido un ojo!
Y la sangre del basilisco lo había bañado.
Eso era asqueroso.
Aunque debía dejar de lado este asco, porque le quedaba un ojo para estar más seguro, y había notado como el basilisco estaba ahora persiguiendo al fénix, olvidándose de ellos.
Debía destruirlo, pero ¿cómo?
“¡Draco!” escuchó y volteó viendo como Ron le aventaba su varita, eso era, debía hacer un hechizo. Cuando tuvo la varita en su mano señaló al basilisco, pero solo tenía a la vista el ojo ciego del animal, necesitaba que Fawkes lo hiciera girar. Y como si le hubiera leído la mente, el ave planeó para que el Basilisco girara su cabeza.
Cerró los ojos, no debía ver esos ojos amarrillos, y calculando dónde debería estar ese ojo sano que le quedaba al basilisco, lanzó un “Sectumsempra” segundos después abrió sus ojos y afortunadamente había atinado “¡Está ciego!” Harry que estaba acercándose a los siseos con los ojos cerrados y espada en mano, pudo abrir los ojos para ver de cerca al basilisco.
Tom siseaba a un lado, haciendo que la bestia que se retorcía de dolor bajara su cabeza con rapidez para atacar a Harry “¡Harry!” gritó desesperado intentando llegar a su amigo “¡Glacius!” dijo cuando notó como el Basilisco volvía a atacar a su amigo, sin embargo, esta vez a diferencia de los otros ataques de bajas o altas temperaturas, el basilisco lo ignoró. Parecía que estaba desesperado por acabar con todo esto e irse a descansar.
Lo último que pudo ver fue como los pedazos de hielo se rompían ante el choque de la criatura y como Harry levantaba la espada contra el basilisco. La espada se hundió hasta la empuñadura en el paladar de la serpiente, sin embargo, el colmillo se había enterrado en el brazo de Harry, partiéndose cuando la cabeza del basilisco cayó a un lado.
Llegó al lado de Harry cojeando, sosteniéndolo contra su cuerpo, notó que la mordedura estaba desprendiendo un color negro por su piel y sangre, estaba envenenándolo. “Harry, todo va a estar bien” susurraba, aunque no lo creía. El veneno de basilisco era mortal. “Todo estará bien” lo acunaba contra su cuerpo y las lágrimas iban rodando por sus mejillas. No sabía que hacer, no sabía como salvar a su amigo.
Sus seres queridos siempre mueren por su culpa.
Sintió las manos de Harry sobre sus mejillas, secando sus lágrimas “No llores, no me gusta verte así” dijo con dificultas y lentitud su amigo. ¿Cómo podía consolarlo cuando estaba muriendo? Harry debería odiarlo, él los trajo aquí y ahora estaba muriendo por su culpa. ¿Cómo su amigo no podía odiarlo? Escuchaba los pasos de Ron acercándose y el aleteó de Fawkes que aterrizaba al lado de los dos “Draco, tú me…” fue interrumpido por Tom.
“Estás muerto Harry Potter, este es tu final. Al fin fuiste derrotado por el señor Tenebroso” hablaba complacido, haciéndolo enojar por lo cruel que era “Hasta ese pajarraco lo sabe, está llorando por tu muerte”
¿Llorando? Fawkes lloraba sobre la herida de Harry que empezaba a cerrarse con rapidez. Su corazón se llenó de alegría “Te besaría si pudiera Fawkes” dijo feliz al notar como el semblante de su amigo se volvía cada vez más sano, dejando su semblante pálido atrás. Estaba vivo, Harry iba a seguir vivo. El fénix luego de curar la herida se alejó rápidamente “Lágrimas de fénix tienen poderes curativos” respondió a la mirada interrogante de Harry.
Los tres niños estaban felices de saber que iban a seguir juntos, pero Tom se encontraba furioso “Estas sucias criaturas, tan inútiles. Es mejor que uno haga el trabajo, que uno haga lo que quiera” dijo levantando la varita de Ginny. Entonces, volvió Fawkes que dejó caer en el regazo de Harry el diario.
Y sin dudarlo, su amigo levantó entre sus manos el colmillo del basilisco para enterrarlo en el libro, provocando un grito desgarrador en Tom. El veneno que quedaba en el colmillo se iba derramando en ese cuaderno.
Tom desapareció mientras se retorcía de dolor.
¿Todo acabo?
Se miraron entre ellos sin creer que todo había terminado. Se quedaron en silencio, esperando ser atacados de nuevo, pero nada pasó.
Se levantó con lentitud con el corazón aún latiendo con rapidez, era extraño saber que todo había acabado, aun cuando uno se sentía todavía en alerta. Luego sintió que lo abrazaban “¡Lo logramos! ¡Derrotamos a ese imbécil!” decía Harry, mientras Ron también los abrazaba.
“No sabes lo asustado que estaba por ustedes, especialmente cuando se enfrentaron a solas con esas hienas” decía Ron en su oído “Me sentí un inútil solo buscando las varitas” se escuchaba herido
“No digas tonterías Ron, sino hubieras aventado lejos a la hiena, me hubiera rebanado el cuello. Por ti pude darle el golpe final” consolaba Harry. ¡Ah! Por eso escuchó el hechizo Depulso, Ron había mandado a volar a Gabriella.
Draco suspiró, estaban vivos. Los tres estaban vivos “Me alegra que estemos a salvo” susurró “Debemos llevar a Ginny a la enfermería” susurró viendo como la niña empezaba a moverse.
Ron cargó en su espalda a su hermana, Harry lo sostenía al caminar porque sus heridas estaban abiertas y la pierna le dolía a horrores. Afortunadamente, Fawkes se apiadó de su dolor, y con las lágrimas aún sobrante de sus ojos, las derramó en su cuerpo. Pudo sentir como las heridas se iban cerrando y curando, un sentimiento analgésico se apoderó de él, el caminar y respirar se iba haciendo más sencillo, menos doloroso. Le agradeció al fénix
Estando en el túnel, Ginny se levantó y empezó a disculparse sobre lo sucedido mientras lloraba “Todo fue mi culpa, yo intenté avisarles, pero tuve miedo” los tres la consolaron, diciéndole que la habían manipulado, que no era su culpa, que ellos sabían que era inocente “En… en serio lo siento. Se hicieron daño por mi culpa” señaló especialmente a él y a Harry, y pudo percibir que para la niña deberían verse como si hubieran salido de un matadero.
Los dos tenían su ropa manchada, Harry tenía la mitad del rostro con sangre seca, de igual forma su brazo que afortunadamente habían sido curadas, pero se veía horrible; él no se quedaba atrás, como el basilisco había sangrado encima suyo, desde su cabello hasta su torso estaba lleno de sangre rojo oscuro seco, tanta fue la adrenalina que había olvidado esto.
“¡Agh! Que asco” dijo al verse tan manchado de sangre, parecía que se había bañado en ella. Se quitó la túnica, pero en su camisa había algunas manchas de sangre, pero no tan grotesca como en su túnica “Debo verme horrible” se lamentó con un puchero, además el olor era pútrido. A muerte.
Sintió que le tocaban la mejilla “Solo es sangre, nosotros sabemos que debajo de todo ello estas muy bonito” las palabras de Harry lo hicieron sonrojar, agradecía que la sangre embarrara su rostro o sino verían sus mejillas rojas. “¡Ah! Quiero decir que siempre te ves bien” susurró “Digo…”
Sus palabras hicieron reír a Ron y a Ginny “Los dos son tan adorables” dijo Ginny con una sonrisa llena de comprensión y resignación. Parecía que ella estaba dejando atrás algo que le había estado molestando por mucho tiempo.
“Y eso que los ves de vez en cuando, imagina estar con ellos casi todo el tiempo. Son tan… tan así, siempre” comentaba Ron a su hermana, haciéndola reír.
Siguieron el camino con las burlas de los dos Weasley.
Habían acordado en ir al despacho de la profesora McGonagall para decirle que el monstruo de la Cámara de los Secretos había caído junto con su heredero, que habían salvado a Ginny y que aceptarían cualquier castigo que se les impusiera por romper las reglas, otra vez.
Mientras se cerraba la Cámara de los Secretos, ya estando los cuatro en el baño de las niñas, solo pudo pensar que ahí quedarían para siempre los cadáveres de las hienas. Estaban siendo encerradas y nadie iba a volver a verlas, mientras salía del baño de Myrtle solo pudo pensar que nunca más iba a creerle a ningún experimento porque ellos estaban cegados con un odio injustificado hacia su persona. Draco confió en Gabriella y Gabrielle, y ellos terminaron haciéndole daño. Nunca iba a volver a confiar en alguno de ellos, debido a que ya había conseguido a su familia. Ya no iba a buscar encajar en ese grupo de locos creados por el doctor Novak.
Ya no iba a volver a ayudarlos.
Sabía que luego de informarle a la directora, tendría que resolver algunas dudas de Harry y Ron que implantó Tom en sus mentes, pero ese sería un problema para el Draco del futuro. Tomemos un problema a la vez.
Harry abrió la puerta del despacho de la subdirectora.
Era momento de rezar para no ser expulsados.