
Daño corporal
La noticia de la petrificación de Colin encendió las alarmas en los estudiantes del colegio, no había lugar en el colegio que no se hablara sobre lo sucedido al niño de primer año. Había estudiantes que empezaron a vender talismanes, amuletos o hechizos protectores para que no sean petrificados, y Draco tuvo que aceptar que fue un gran negocio, porque la mayoría de los estudiantes que veía, especialmente los que no son sangre pura, estaban usando estos productos. Aunque dudaba de su efectividad.
Obviamente, esto ocasionó que los chismes también aumentaran. Los estudiantes creían que él y sus amigos eran los responsables de la petrificación de la malvada gata de Filch, ahora los rumores circulaban de que habían petrificado a Colin porque era una molestia para su grupo debido a que el niño para acosándolos y tomándoles fotos, especialmente a Harry. Los estudiantes si que tenían imaginación para los chismes.
Se mantenían ocupados fuera del castillo porque luego del desayuno y el almuerzo con sus amigos iban a visitar a las hienas, guardaban los alimentos y se los llevaban a esos pobres animales. Gabriella y Gabrielle nunca se habían presentado en su forma humana frente a ellos.
Pudo notar como las hienas empezaban a ganar peso esos días, las costillas y columnas ya no sobresalían demasiado como la primera vez que los vieron. También por iniciación de Hermione habían puesto en una zona del bosque prohibido unos almohadones para que pudieran descansar en las noches frías de invierno.
El tiempo de él y sus amigos estaba dividido entre cuidar a las hienas y elaborar la poción multijugos. Tal vez cómo estaban una gran parte de su tiempo libre desaparecidos es que los rumores de que ellos eran los culpables de las petrificaciones aumentaron exponencialmente, hasta ahora tenían un apodo grupal.
“¿Cómo estamos los gorgones de Hogwarts?” dijo acercándose a sus amigos que estaban preparando la poción mutijugos en la habitación ‘Necesito’, su pregunta provocó un ruido de cansancio y desesperación porque desde que escuchó Draco ese apodo siempre lo dice en cualquier oportunidad posible.
“Vamos Draco, no es un apodo divertido. Ya te lo hemos dicho varias veces” se quejó Ron, desde el ataque de Colin los estudiantes empezaron a llamarlo así, primero les sorprendió cuando lo escucharon, luego el apodo hizo reír a Draco. Mientras sus amigos se vieron resignados de ser tachados como los culpables de todo lo sucedido.
Hermione sin dejar de mover la poción “Aunque les haya dicho a varios estudiantes que el término era incorrecto, no me hacen caso” su amiga empezó a quejarse desde que escuchó como los llamaban y perseguía a quienes los llamaban así para corregirlos.
“Si Hermione, sabemos que gorgonas solo eran mujeres, y está mal que usen ese término porque en nuestro grupo la mayoría somos varones menos tú” repetía Harry lo que siempre decía su amiga, mientras le entregaba a Draco una manzana verde. Esto último se había vuelto una rutina, Harry desde que había salido de la enfermería siempre buscaba la mejor manzana en las mesas del Gran Comedor para entregársela a Draco, todos los días siempre le daba al menos una sea verde o roja, pero con una buena pigmentación y que se viera muy sabrosa. La primera vez que se lo dio, Harry estaba un poco sonrojado, pero ahora era una rutina entre los dos.
Draco se sentó a ver el libro, dándole una mordida a la manzana y anotando los ingredientes faltantes “A mí me gusta, ‘los gorgones de Hogwarts’, suena imponente” se burló del nombre “Solo recuerden que la pobre Medusa fue castigada por supuestamente profanar el templo de Atenea, pero todo era falso. Igual que nosotros, nos están inculpando por los petrificados y todo es mentira, pero nosotros sí vamos a demostrar nuestra inocencia”
“Aún no me recupero de la clase de Hermione sobre la transformación de Medusa” tembló un poco Ron, recordando la triste historia que Hermione les contó sobre la más famosa gorgona, Medusa.
Harry ignoró lo dicho por Ron debido a que su mirada estuvo fija en Draco todo el tiempo “¿Vas a poder pedirle al profesor Snape los ingredientes? Si no te sientes bien en hacerlo, podemos buscar otra manera de conseguirlos sin que te veas involucrado” intentó tranquilizar su amigo, él siempre supo que ese plan le estaba poniendo a Draco nervioso y no le agradaba porque podría ganarse la desconfianza de su padrino.
¿Robarle? Estaba nervioso completamente.
No quería perder el cariño se Severus.
“No crees que sería muy sospechoso, nunca le había pedido ningún ingrediente con anterioridad”
Harry le agarró la mano para darle consuelo “Si no quieres, podemos buscar otra forma. No queremos que estés presionado y preocupado” sus palabras eran cálidas y lo llenaban de un agradable sentimiento, Harry siempre buscaba hacerlo sentir bien y cómodo.
“Gracias Harry”
Tal vez sus amigos vieron que esto le quitó una carga en Draco, porque decidieron disculparse.
“Lo siento, Draco. No veía que te estaba presionando sobre este tema, si no desea hacerlo está bien” su amiga estaba arrepentida. “No habrá ningún problema”
“Sí, amigo, lo sentimos. Buscaremos otra forma de obtener estos ingredientes. Y para que no quede en tu conciencia, lo mantendremos en silencio hasta de ti, así que, si tu padrino te pregunta en realidad no sabías lo que íbamos hacer” Ron se vio que empezaba a planear una estrategia en su mente.
En la siguiente clase de pociones pudo presenciar el plan de sus amigos.
Estaban en la clase de pociones realizando una poción infladora, en ese momento estaba sentado con Nott haciendo la poción y como todos los días el niño intentaba sabotearlo. ¿Es que no entendía de que, si Draco fallaba también él fallaría? A veces piensa que Nott no tenía cerebro.
Cuando estaba removiendo el caldero en el sentido contrario a las agujas del reloj y Nott estaba diciéndole (exigiéndole) que debía girarlo en el sentido de las agujas, pudo ver una ¿bengala? volando hacia el techo y luego empezar a caer hasta el caldero de Goyle.
Se escondió con rapidez debajo de la mesa, no quería que la poción le cayera en el rostro, muchas gracias. Estando a salvo escuchó los gritos de pánico de los estudiantes, al sacar la cabeza de su escondite pudo notar como Nott tenía los brazos hinchados; Goyle y Crable al estar cerca de la poción tenían el rostro cubierto por la poción y este se encontraba totalmente hinchada también; y no eran los únicos, la poción cayó a diversos alumnos que sufrían el mismo problema.
No pudo evitar reírse, especialmente al ver como las serpientes al estar más cerca de Goyle sufrieron las hinchazones más graciosas. Esto solo provocó que sus compañeros de casa lo culpen por lo sucedido.
“¡Fue Malfoy!” gritó una Parkinson niña, que tenía la nariz hinchada como una pelota.
A su lado, Greengrass con los labios hinchados lo apuntaba enojada. Igual empezaron a culparlo los demás, salvo los Gryffindor, que se habían acercado a que su padrino les dé el antídoto.
Entregando el antídoto a Longbottom, Severus intervino al bullicio de las serpientes “Gryffindor, tomen el antídoto y lárguense” dijo con una voz fría, haciendo temblar a Longbottom porque era el más cercano, los estudiantes de Gryffindor se acercaron rápidamente para tomar el antídoto y huir de las mazmorras.
Suertudos.
Sabía que su padrino había botado a los leones porque no deseaba que presenciaran el fraccionamiento en la casa de las serpientes, aunque a su parecer era tonto porque era obvio para varios alumnos que Draco era una peste en esa casa.
Notó que sus amigos le lanzaron una mirada preocupada y culpable, él decidió trasmitirles que todo estaría bien, aunque estos parecían a un paso de echarse toda la culpa sobre lo sucedido. Aunque Draco los mandó a callar con una mueca, sabía que su padrino sería más indulgente con él que con ellos.
“¿Tienen alguna prueba para culpar al señor Malfoy?” comenzó hablando su padrino, caminando alrededor de los estudiantes entregándoles el antídoto.
“Él es el único de nuestra casa que no se vio afectado por la poción” habló Zabini, señalándolo con su brazo izquierdo sano, debido a que el otro se encontraba completamente hinchado.
“Eso fue porque me escondí cuando noté que un objeto iba caer en la poción” decidió que no iba a ver a sus compañeros de casa, su mirada solo estaba en su profesor “No es mi culpa que tenga una mejor reacción que ustedes” se burló al final, no podía evitarlo.
Se empezaron a escuchar los gritos de los alumnos empezando a insultarlo “¡Silencio! Lo que ustedes han dicho no son pruebas, pensé que alguno lo había visto lanzando algún hechizo u objeto para provocar todo este caos” se quedaron en silencio, Severus soltó un suspiro cansado, los echó del salón de clase.
Mientras iban caminando a su siguiente clase, mala suerte que tuvieran que ir todos al mismo lugar, Nott se puso a su lado “Seguro serás el tercero en ser petrificado, eres la mayor vergüenza que pudo pasarle a la casa de Salazar Slytherin y yo como su heredero no permitiré que sigas manchando su nombre” dijo mirándolo con burla haciendo reír a los demás.
“Después de todo eres un asqueroso traidor a la sangre”
¿Eso era una amenaza? ¿Nott en verdad era el heredero o solo estaba fanfarroneando?
A la semana siguiente sus amigos se inscribieron en un club de duelo, él decidió no ir porque misteriosamente su padrino había cancelado el castigo que tenía ese día con él, por lo cuál iba a aprovechar para dar un paseo en su versión lobo y pensaba invitar a sus nuevos amigos, las hienas.
Estando los tres juntos se transformó él primero, dejó salir el lobo que estaba muy emocionado de poder correr acompañado después de un largo tiempo. No había corrido con nadie desde su pequeña manada.
“Eres increíble” dijo Gabriella con los ojos brillando, acariciándole la cabeza de forma delicada. “Bellísimo”
El otro mellizo le acariciaba el lomo lentamente “Hasta en tu transformación eres una criatura muy hermosa” su voz se escuchaba ¿enojada? “Algunos tuvieron suerte”
“Que envidia. Que envidia.” susurraron los dos para luego transformarse.
Estuvieron corriendo por un largo tiempo por el bosque prohibido. Hace años que no corría de esa manera y para los lobos esta actividad los hacía sentir parte de una manada, parte de una familia, los unía completamente con otros. Desde que su manada había fallecido siempre creyó que estaría solo. El último sobreviviente de ese horrible lugar. Estaba equivocado, pudo encontrar a sus iguales, pudo encontrar con quienes no iba a sentirse como un monstruo.
Mientras corrían también jugaban, el juego que conocía siempre era de tumbarse o lanzarse leves mordidas juguetonas. Tal vez las hienas eran distintas porque los mellizos eran un poco bruscos al momento de jugar, lo mordían con mayor fuerza de la necesaria o lo tumbaban y él se terminaba estrellando con rocas filosas. Tal vez eran un poco inconscientes con su entorno y el daño que podían ocasionar. Decidió callar, solo eran unos pequeños golpes y rasguños, había sido dañado peor antes. Ellos no lo estaban haciendo a propósito, ¿verdad?
Eran amigos.
Eran su manada.
Eran su familia.
Luego de horas jugando se quedaron sentados mirando la luna, estaban los tres en su versión humana descansando luego de un largo jugueteo entre ellos.
Draco estaba revisando su cuerpo, en su brazo derecho había una mordida profunda en el cuál la sangre empezaba a salir, igual podía sentir otra mordida en su muslo derecho; también sentía unos rasguños en su espalda y torso que también eran profundos por el leve ardor que sentía junto a una viscosidad; y veía que una de sus piernas estaba moreteada, empezando a cambiar de color rojo a un azul oscuro rápidamente. A parte de ello podía sentir un leve dolor en su rostro, seguro había diversos moretones en su rostro, no podía saber la gravedad de sus golpes hasta que pudiera verse en un espejo.
Pero, todo fue un accidente, ¿no? En verdad los mellizos no querían lastimarlo, solo jugaban un poco rudo.
“Que suertudo eres Draco” la melliza le dijo mientras se estiraba en el suelo “Eres muy bonito, seguro que cuando te ven se quedan admirados por tu belleza”
El otro mellizo se puso al lado de su hermana y lo miraba evaluadoramente “Y nadie te trata como un bicho raro, un monstruo” siseó.
“Pasas desapercibido, puedes combinar con los demás”
“¿Por qué a nosotros no nos hizo así?” eso dijeron los dos hermanos entre dientes, y el lugar se quedó en silencio por varios segundos. Draco no sabía que decir o pensar, aunque sintió un frío reposándose en todo su cuerpo. “¿Por qué no podemos ser bellos como tú?” habló Gabrielle tocando su deforme rostro.
Gabriella tocó su casi calva cabeza “¿Por qué tú si tienes cabello? ¿Por qué tú no tuviste bultos? ¿Por qué tú tienes una altura normal?” hablaba con una voz con tonalidades extrañas.
“¿Por qué debes tener unos ojos bonitos? ¿Por qué debes tener buena figura? ¿Por qué eres normal?” Gabrille habló del mismo tono que su melliza.
¿Todo este problema era por su apariencia? Él no tenía la culpa de nada, ¿o sí?
Siempre era su culpa.
Un par de risas rompió el silencio “Te asustamos, ¿verdad?” siguieron riéndose “Fue una broma”
“Que gracioso” dijo levantándose, limpiando el polvo en su ropa “Ya debo irme” estaba nervioso, no sabía porque, pero sentía que iba a ser atacado, era como estar frente al león, necesitaba huir.
Al estar en la salida del bosque prohibido lo tomaron de la mano, volteó asustado, esperando que lo atacaran los mellizos, suceso que no pasó “Teníamos que decirte que hemos visto a un niño acercándose en la madrugada a la casa de tu amigo el medio gigante” eso ganó su curiosidad, Hagrid no permitiría a un alumno tan tarde “Era un niño que tenía el mismo color de tu túnica, ya sabes verde”
“Sí, sí, lo vimos matando a un gallo”
“¿Un gallo?” ¿por qué alguien haría eso?
Los mellizos asintieron “Casi lo saludamos, porque pensamos que eras tú”
“¿Yo?”
“Sí, ya sabes un niño rubio y pálido como tú, pero nos detuvimos cuando nos dimos cuenta de que era más alto y se veía más ancho”
“Tú eres muy delgado” se burló Gabriella.
¿Lesath? ¿Por qué su hermano había matado a un gallo? Eso no tenía sentido ¿Su hermano que odiaba hacer trabajo pesado, salía de madrugada del castillo y asesinada a un animal? ¿Por qué?
Esto era muy extraño.
Agradeció las palabras de los mellizos y se fue rápidamente a la casa de Slytherin, al llegar pudo ver a su hermano sentado en la sala común leyendo un libro y al ser notado este le lanzó una sonrisa muy malévola.
Corrió a su habitación notando que ya dormidos estaban sus compañeros de año. Se encerró en el baño y pudo ver unos moretones en rostro, en su mejilla izquierda y ojo derecho, además notó algunos rasguños en su cuello. Se desnudó y con mayor claridad pudo ver los daños en su cuerpo, siempre sucio, siempre dañado, siempre roto.
Se metió a la ducha para poder limpiar toda la suciedad y sangre de su cuerpo. Tallándose con fuerza, sin darse cuenta de que se lastimaba.
Tal vez si ayudaba a verse hermosos a los mellizos podían aceptarlo en su manada. Tal vez.
Al día siguiente no fue a desayunar porque se levantó tarde debido a lo que les dijo las hienas y a las justas llegó a tiempo para su clase de Encantamientos. Lo que le sorprendió fue de que escuchaba que decían que Harry era el heredero de Slytherin por saber hablar pársel, ¿Qué era eso?
Quería que la clase terminara rápido, debía ir dónde Harry quién seguro se sentía muy mal por la acusación que circulaba por todo el colegio. Sin embargo, en medio de la clase el profesor se le acercó un poco preocupado “Joven Malfoy, ¿podría seguirme?”
Draco solo pudo asentir, se preguntaba que había hecho para ser llamado por el profesor Flitwick, al estar a un extremo de la habitación el profesor le susurró “Joven Malfoy, ¿Lo han estado molestado?”
“¿Qué? ¿Por qué?” susurró sin entender las palabras del profesor, lo estaban molestando por ser la persona que petrificaba, pero hasta ese momento ningún profesor había intervenido “¿No?”
El profesor se veía un poco triste “Draco, no debes ocultar a las personas que te están dañando” no sabía de lo que estaba hablando el profesor, y seguro eso se vio reflejado en su mirada porque Flitwick decidió explicar “Tienes algunos moretones en el rostro y algunos rasguños en el cuello”
Mierda, se había olvidado de los golpes que obtuvo en su juego con las hienas. “No es nada de eso profesor, yo…yo estuve jugando y creo que fuimos un poco brusco”
“¿Esto le hizo el señor Potter, señor Weasley y la señorita Granger?”
“¡NO!” negó efusivamente, sus amigos nunca le harían eso y no quería que se metieran en problemas por un malentendido, sin embargo, su actuar parecía que provocó que el profesor en verdad creyera que sus amigos fueron los culpables “En verdad no fueron ellos, fue mi culpa”
Flitwick le agarró suavemente la mano, seguro intentado transmitir apoyo “No debes permitir que nadie te haga daño Draco” el uso de su nombre lo sorprendió “Las personas pueden presentarse como las más amigables, como una fuente de alegría y paz, pero debes estar seguro a quién depositas tu amistad. No todas las personas que parezcan amigables en verdad lo son desinteresadamente, algunas solo desean acercarse para dañarte”
“Gracias profesor, pero en serio no fueron Harry, Hermione o Ron. Yo estoy haciendo otros amigos y son un poco bruscos en su forma de jugar” decidió decir parcialmente la verdad.
“Entiendo, entonces debes tener cuidado con estas nuevas amistades. Debes comentarles tus límites, si no te hacen caso entonces tendrás que alejarte, siempre debe estar primero tu seguridad” Draco solo pudo asentir, susurrando un leve gracias por la preocupación brindada “Ve a la enfermería para que puedan curarte esos moretones y rasguños”
Se retiró del salón para ir a la enfermería, caminó por los pasillos con la mirada baja, no quería que las demás personas vieran sus moretones. Se sentía sucio. Usado. Vulnerado.
Su mente paraba repasando lo sucedido la noche anterior, sus oídos lo sentía tapados con solo recordar las heridas en todo su cuerpo. Estaba tan fuera de sus sentidos que a las justas pudo parar cuando vio algo en el suelo, cerca a sus pies.
Era un niño rígido y frío en el suelo con una mueca de completo terror en el rostro, al mover su cabeza a otro lado notó que también estaba Nick Casi Decapitado en una figura negra y nebulosa, flotando inmóvil e igual que el niño tenía un rostro lleno de miedo.
Su corazón empezó a latir con velocidad del miedo, había dos nuevas víctimas. Dos nuevas víctimas y él estaba en la escena del crimen.
Decidió irse corriendo del lugar cuando a lo lejos pudo ver a Harry que miraba lo que lo rodeaba en shock. Iba a explicarle que estaba en un mal momento cuando atrás suyo escuchó el gritó de Peeves “¡Otro ataque! ¡Agresión en los pasillos! ¡Nadie está a salvo, ni los mortales ni los fantasmas! ¡Sálvense quién pueda!” gritaba haciendo que los alumnos de los salones cerca salieran al pasillo a ver el origen de los gritos.
A los segundos fue acorralado en la pared por los alumnos que empezaban a gritarle que era el heredero de Slytherin, no sabía cuántos alumnos empezaron a cerrarle todas las salidas.
No podía respirar, no podía respirar. Se sintió completamente solo. Asustado.
Una pequeña parte suya quería atacarlos porque se sentía vulnerable en ese momento.
“¡Draco!”
Solo, siempre había estado solo.
“¡Draco!”
No podía respirar, sentía que le estaban apretando la garganta con fuerza.
“¡Draco!”
Ese momento le recordaba cuando los científicos lo acorralaban para poder sacarlo a la fuerza de su jaula, porque Draco no quería que le hicieran daño. Recordó el miedo. El dolor. La sangre. Las muertes.
“¡Draco!”
Se agarró del cuello sintiendo un líquido espeso entre sus dedos, pero quería quitar la maldita cosa que evitaba que pudiera respirar.
“¡Draco!” sintió unas manos que le sujetaron con fuerza sus manos para alejarlas de su cuello “Draco por favor” susurraron cerca, al levantar la mirada vio los ojos verdes más bellos del mundo, Harry estaba ahí. Solo pudo rodear con sus brazos el cuello de Harry mientras enterraba su rostro en ese lugar.
Harry lo tenía sujetado de su cintura, él era la muralla entre Draco y los estudiantes que seguían difamándolo. “Todo estará bien Draco” susurró “No dejaré que te hagan daño” su voz lo relajó, el aire volvía a sus pulmones poco a poco “Exhala…inhala” él hacía caso “Tú no hiciste esto, no serías capaz de hacer esto” recordó que tenía a Harry, tenía a Severus, tenía a Hermione y Ron, tenía a Lockhart. No estaba solo, no iba a estar solo de nuevo.
En eso se escuchó una leve explosión que generó que el silencio gobernara en el lugar. Al levantar la mirada vio a la profesora McGonagall ordenando a los alumnos a que regresaran a sus aulas. Segundos después un alumno de Hufflepuff se acercó y le gritó “¡Sabía que los culpables eran de su asqueroso grupo! ¡Los han cogido con las manos en la masa!” la profesora lo mandó a callar.
Peeves también decidió seguir molestando porque parecía gustarle todo ese caos “¡Oh, Malfoy, eres muy torpe, estás podrido, petrificas a estudiantes y eso te divierte!” cantaba, e igual que el Hufflepuff la profesora lo silenció.
No supo que pasó después, solo decidió seguir abrazando a Harry. Aún se sentía vulnerable por lo sucedido y Harry le susurraba palabras de consuelo y apoyo. Se lo agradeció, lo necesitaba.
“Por aquí, joven Malfoy” indicó la profesora varios minutos después.
Draco solo apretó un poco más a Harry “Profesora, le juro que Draco no…”
“Eso escapa de mi competencia Potter” cortantemente habló la profesora McGonagall. Harry lo soltó levemente y tomó su mano para que puedan ir juntos a dónde la profesora los llevara, seguro con el director. Parecía que iba a decirle algo a Harry por acompañarlos, pero decidió callar.
“Caramelo de limón” entraron a la guillotina. La profesora McGonagall los dejó a los dos solos para que esperaran al director. Mientras esperaban vieron que en el lugar se encontraba el sombrero seleccionador y un pájaro de aspecto decrépito.
De un momento a otro este empezó a arder sin ningún motivo haciéndolos gritar preocupados por lo sucedido. En el momento que iba a lanzar el hechizo Aguamenti entró el director Dumbledore, quién parecía no importarle ver a su mascota incendiándose hasta las cenizas.
¡¿Es que no le dolía que su mascota esté quemándose?!
Al verlos nerviosos el director sonrió ante el desconcierto de los dos niños adelante suyo “No se preocupen, ya era hora de que se prenda fuego porque se veía horroroso” ¿Sabía que iba a incendiarse? “Fawkes es un fénix, y ¿Saben lo que eso significa?”
Draco asintió “Se prenden fuego cuando deben morir y luego renacen de las cenizas” susurró aún conmocionado por todo lo sucedido.
“Correcto joven Malfoy. Miren” señaló con la cabeza dónde su ave se había incendiado y en ese momento de las cenizas apareció un pollo diminuto “Justo los dos lo vieron en el día que ardió, mayormente este se ve hermoso con plumas rojas y doradas. Los fénix son criaturas fascinantes, capaces de cargar objetos pesados y sus lágrimas tienen poderes curativos.”
Luego de la pequeña clase sobre el fénix se generó un silencio en el lugar, tanto Draco y Harry no querían comenzar a hablar sobre lo sucedido en el corredor. En eso entró el profesor Flitwick deprisa “Director disculpe la interrupción, pero quería comentarle que el joven Malfoy no tuvo la culpa de los rumores que se han expandido en el colegio” dijo mirando preocupado, pero manteniendo el temple ante la situación “Yo unos minutos antes lo había mandado a la enfermería por los moretones, no pudo tener tiempo suficiente para ocasionar algún daño”
“Gracias Filius por decirme aquello, pero quiero que sepas…que sepan que no creo que el joven Malfoy atacara a esas personas” eso desconcertó a Draco y a Harry, pero los alivio mucho.
“Me alegra mucho, entonces me voy retirando” dijo dando un leve asentimiento, Draco solo pudo agradecerle de nuevo.
Dumbledore empezó a limpiar su mesa de las plumas de su fénix “Sin embargo, necesito hablar con ustedes” los dos se tensaron sin saber qué debían decir “¿Hay algo que deban contarme?”
Draco no supo que decir. Debía hablar sobre la amenaza que recibió de Nott después de su clase de pociones, o sobre la poción multijugos que se iba preparando en la habitación ‘Necesito’, o tal vez sobre las hienas que estaban descansando en el bosque prohibido y que junto a sus amigos iban a alimentarlo, o sobre la advertencia que le dieron de que su hermano había asesinado a uno de los gallos de Hagrid. No sabía que contarle, sin embargo, sintió la mirada levemente preocupada del director en sus moretones y arañazos.
“No, no tengo nada que contarle” / “No hay nada director” dijeron Harry y Draco al mismo tiempo.
El director solo pudo suspirar para luego pedirles que se retiraran directo a la enfermería para que los moretones en el rostro de Draco sean atendidos con prontitud.
Caminando hacia la enfermería podía notar como los estudiantes se apartaban de su camino como si fueran ellos el mismísimo Voldemort, les temían, los odiaban.
“¿Por qué estás tan lastimado?” le preguntó mirando sus golpes en su rostro muy preocupado “¿Un estudiante te ha golpeado? ¿Necesitas que lo golpeemos?” eso último lo hizo reír levemente.
“No seas tonto Harry. Te vas a meter en problema si golpeas a alguien”
Harry le lanzó una mirada decidida y valiente “No me importaría ser castigado por defenderte”
“Gracias Harry, eres un gran amigo” le dedicó una sonrisa “Pero, jugué un poco brusco en el bosque, me golpeé con algunos árboles y me ocasionó todo esto” señaló sus moretones. "No debes preocuparte"
Harry pareció no convencido y cuando parecía que iba a seguir preguntando escucharon un “¡Draco!” para luego que el mencionado sea abrazado por un preocupado Lockhart que no paraba de decirle que sabía que él nunca podía hacerle daño a nadie y que podía confiar siempre en él. Acercándose poco a poco su padrino se veía preocupado por sus moretones en su rostro.
Los dos adultos ignoraron a su amigo mientras se dirigían a la enfermería, preguntándole sobre los rumores y los moretones en su rostro. Por supuesto mintió, se sintió mal en mentirles.
Harry nunca soltó su mano.
En ningún momento.