Draco Malfoy y las hienas mellizas

Harry Potter - J. K. Rowling
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Draco Malfoy y las hienas mellizas
Summary
La vida siempre ha sido incierta, eso lo comprende Draco porque el último año había tenido momentos felices y tristes, donde avanzó y retrocedió, donde una sombra de su pasado volvió para sacudirle el mundo, solo espera que este nuevo año sea completamente diferente.Obviamente sus deseos nunca son escuchados cuando de nuevo el bosque prohibido tiene unos habitantes con actitudes sospechosas, la pregunta que le carcome es ¿amigos o enemigos? ¿podría obtener de nuevo a una manada?Solo queda averiguarlo y no seguir sufriendo ante la respuesta que obtenga.
Note
Comenzamos la segunda parte de la serie.Espero les guste.El capítulo presente intenta detallar los días de vacaciones de Draco, los momentos felices antes de la tormenta.
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Las hienas mellizas

El día siguiente después del partido Draco se levantó envuelto en unas sábanas en el suelo del despacho de Lockhart, estaba completamente cansado habían pasado toda la noche y madrugada viendo sobre el hechizo que su profesor le lanzó a Harry. Lockhart estaba desparramado en un sillón cercano, sobre él había diversos libros y anotaciones que lo aplastaban, pero no notaba por estar casi noqueado por el cansancio.

Toda la noche estuvieron despiertos revisando el hechizo quita huesos de brazos lanzado y sus consecuencias, según el profesor el hechizo verdadero debía reparar los huesos de brazos, sin embargo, parecía que con un movimiento recto y luego simulando un corte con la varita, el hechizo tenía en un resultado completamente diferente al deseado, provocaba la desaparición de los huesos. Lo que le sucedió al pobre de Harry.

Así que mientras le enseñaba los movimientos de varita del hechizo verdadero y el error de hechizo se la pasaron toda la noche y madrugada practicando, además que a Draco se le ocurrió la idea de buscar uno de desaparición de huesos de la pierna ante el horror en la mirada de Lockhart por la sugerencia.

Seguro su profesor se había estado replanteando de la relación de amistad que quería formar con él.

Qué pena que eso no iba a pasar, ya que no pensaba soltarlo porque estaba demostrando ser muy útil y divertido molestarlo.

Draco seguía en el suelo, mirando el techo intentando despertar su cuerpo debido que desde hace quince minutos estaba despierto, aunque le daba flojera levantarse. Y en ese momento Severus abrió la puerta del despacho, completamente alterado ante su ojo entrenado ante las reacciones de su padrino, para los demás el profesor Snape solo parecía estar en su día normal, completamente gruñón. Cuando sus ojos escanearon el lugar y lo encontró en el suelo envuelto en frazadas, notó como parecía que se le había quitado un peso encima, decidió entrar al despacho a una velocidad un poco rápida hasta donde él estaba tirado mirándolo.

“¿Por qué te has quedado dormido aquí?” empezó a desenredarlo de las frazadas, Draco se dejó hacer, esta mañana estaba muy cansado y deseaba ser mimado, su padrino empezó a acomodarle su despeinado cabello “No sabes lo preocupado que he estado cuando no te vi en el desayuno”

El rubio se quedó mirando al profesor, no entendía esa preocupación. No había pasada nada malo ¿verdad? Pareciera que su duda fue mostrada en su rostro porque el profesor decidió hablar sobre un gran problema que sucedió en la madrugada “Colin Creevey, estudiante de primer año de Gryffindor, fue encontrado petrificado” eso lo sorprendió y lo hizo sentarse de inmediato, no podía creerlo que el pequeño fotógrafo haya sido petrificado. El niño era una pequeña molestia, siempre persiguiéndolos para tomarle fotos a Harry, aunque no esperaba que hubiera sido lastimado.

Pensó que la petrificación solo era una broma de un estudiante para molestar a Filch, ahora veía que no era una simple broma.

Estaban lastimando a estudiantes.

Un jadeo se escapó de sus labios recordando al pequeño niño que no los dejaba en paz, buscando cualquier motivo para sacarle una foto a Harry haciendo hazañas ‘heroicas’ según él “Yo…yo estuve aquí toda la noche y madrugada, quería hablar con Lockhart” su padrino empezó a mirar por todo el despacho, seguro viendo todos los libros abiertos y los dibujos de movimiento de varitas que habían hecho él y Lockhart para no olvidarse como lanzar el hechizo “Estábamos repasando unos hechizos de su clase” susurró sonrojado por la mentira obvia, sabía que su padrino no se lo había creído por la ceja levantada y su mirada escéptica. Afortunadamente Severus dejaría el tema por la paz en ese momento.

“La próxima vez que te vayas a quedar fuera de tu habitación al menos asegúrate de que alguien lo sepa o me lo dices a mí. No me vuelvas a preocuparme niño problemático” dijo ayudándolo a pararse, le tendió un pedazo de tarta de manzana para que desayunara, le agradeció el gesto porque su estómago había empezado a sonar “¿No creas que no me he enterado sobre la pelea en los vestuarios?” Draco se tensó sobre esto, pensó que se había salvado.

“¿Cuántas semanas más de castigo?” dijo resignado, porque él había comenzado y estaba seguro de que Severus ya había castigado a quienes también participaron en la pelea.

“Es bueno que entiendas que serás castigado, será un mes más” aunque amaba pasar tiempo con su padrino, cómo estaba castigado tendría que antes de tener sus clases complementarias con él, limpiar las calderas. “Y felicidades, fue un buen juego, eres un gran cazador” eso lo ruborizó levemente, le encantaba recibir elogios por parte de su padrino, lo hacía sentir querido.

Severus se acercó dónde estaba Lockhart descansando, le sorprendía que aún siguiera durmiendo con la conversación que habían tenido, Severus lo levantó con un movimiento brusco que lo hizo caer del sillón en el que estaba durmiendo.

Eso lo hizo reír mucho, se carcajeó especialmente al ver la mueca en el rostro del profesor de Defensa. Era una combinación de sorpresa por lo sucedido y de alguien que recién se está despertando.

Levantándose Lockhart estaba sobándose el trasero adolorido “¿Qué pasó? ¿Por qué me levantas de esa forma tan brusca Draco?” estaba bostezando, sin darse cuenta de que al frente suyo se encontraba Severus Snape y no el niño rubio, cuando estuvo consciente de su entorno soltó un grito ahogado al ver a su padrino. Pudo ver el terror en sus ojos, su padrino ocasionaba ese sentimiento en la mayoría de las personas.

“Es medio día, me sorprende que no hayas ido al desayuno con los demás profesores, además de que mantuvieras a un estudiante contigo toda la noche” Severus hablaba muy sombríamente, asustando cada vez más al otro profesor que empezaba a temblar por el tono usado.

“Vamos Severus, no intimides al pobre, estar cerca de ti ya le da miedo, ahora con la voz, lo haces temblar como una hoja” decía Draco empezando a guardar las notas de los hechizos que había hecho con el pavo real. Él se iba a llevar su investigación, seguro Lockhart terminaba perdiéndolo o usándolo para escribir la respuesta a sus seguidores.

Aun temblando habló Lockhart “Se nos fue la hora Severus, si hubiera sabido que ya era tan tarde, hubiera mandado a desayunar a Draco” miraba al profesor de pociones que lo seguía intimidando, ignorando las palabras de su ahijado.

Draco vio como su padrino estaba disfrutando en intimidar al pavo real, así que decidió darles privacidad. Severus era sádico, le gustaba molestar a todos los que podía intimidar. Era como un desestresante para él.

Sentía pena por Lockhart, pero era mejor él que Draco.

“Voy a mi habitación” les informó a los dos profesores y salió lo más rápido posible del despacho, solo escuchando un ‘Dracoooo’ muy adolorido proveniente de la voz de Lockhart, seguro sintiéndose traicionado por su huida. Más tarde se disculparía.

Al llegar a su habitación, de forma veloz sin ver a los estudiantes en la sala común, se encontró con sus compañeros de habitación que lo miraban como si no supieran que hacer con él, se veían indecisos en sus acciones, decidieron salir sin antes decirle “Buen juego Malfoy” sorprendido era poco, no creía lo que había escuchado. ¿Lo habían felicitado?

Decidió no darle muchas vueltas al asunto e irse a almorzar, al entrar a la sala común pudo escuchar ‘Bien hecho Malfoy’ ‘Gracias a ti tenemos oportunidad de ganar la copa’ ‘El gran cazador Malfoy’, no podía creer lo que escuchaba, en realidad dejaron de ignorarlo o mirarlo enojados y empezaban a ¿apreciarlo? El quidditch si unía a las personas.

Aunque para ser sincero sentía que todos eran unos hipócritas, hace varias semanas estos mismos alumnos intentaron que no entrara en el equipo de las serpientes, hasta hubo varias personas que hablaban a su espalda diciendo cómo por su culpa iban a perder la copa. Lo bueno del partido de ayer es que pudo mostrarles a todas esas serpientes que estaban equivocadas, él era un gran cazador y nadie nunca iba a detenerlo.

Luego de un buen merecido almuerzo, decidió ir a la enfermería para visitar a Harry y tal vez poder observar al pobre de Colin. Se sentía un poco mal, creyó que estas petrificaciones eran una mala broma contra Filch, ahora veía que estaba equivocado. Había alguien que estaba lastimando a los niños y una pequeña parte de él creía que podía ser esas sombras deformes que había visto en el partido de Quidditch.

Todo fue su culpa, si hubiera avisado sobre ellas en el momento que percibió su aroma tal vez pudo evitar la petrificación de Colin. Aunque una parte dentro suya quería creer que eran situaciones diferentes.

Estando a varios pasadizos de la enfermería pudo ver a su amigo acercándose, por lo cual dio un saludo y lo espero para juntos ir a la Torre de Gryffindor, su amigo se veía un poco triste, seguro también estaba preocupado por lo sucedido por el niño Colin quién había demostrado ser su fan número uno.

“¿Cómo estás Harry?” dijo cuando él estuvo a su lado.

El niño solo mostró una sonrisa un poco triste y le agarró la mano para empezar a jalar a Draco hacia la torre “En la madrugada llegó Colin petrificado” susurró “Me siento mal por él, nunca lo he tratado muy bien por su obsesión a mí. Y ahora está ahí petrificado. Por lo que escuché quería visitarme a la enfermería, me estaba llevando uvas” su mirada estaba perdida en sus pensamientos, seguro culpándose por lo sucedido al niño de primer año. Lo conocía demasiado bien.

Draco dejó de caminar y Harry también por inercia. Lo agarró de los hombros “Harry, esto no fue tu culpa. Colin quería visitarte, sí; pero tú no lo petrificaste” le brindó una pequeña sonrisa, necesitaba transmitir a su amigo un poco de confianza “Eres una persona muy amable Harry”

“Debemos detenerlo” dijo Harry varios segundos después, su mirada se veía determinada “Quién sea que esté haciendo esto, debemos detenerlo, no debemos dejar que haga daño a alguien más” ese era su mejor amigo, un niño lleno de valentía y valor buscando justicia, alguien que es capaz de dar todo de sí para defender a los demás.

Fueron a buscar en la torre a Hermione y Ron, sin embargo, no pudieron encontrarlos por ningún lado, aunque este viaje no fue desperdiciado porque Harry aprovechó para cambiarse de ropa. De paso también pudieron ver a la pobre de Ginny completamente deprimida, si estaba así con el gato, no sabían cómo se iba a poner por Colin. A la menor de las Weasley todo el asunto de la petrificación le había dolido mucho. Luego de ello fueron con rapidez a la biblioteca y obtuvieron el mismo resultado, no estaban por ningún lado. El único lugar que faltaba era el cuarto ‘Necesito’.

“¿Qué crees que estén haciendo ahí?” hablaba Draco mientras caminaba con su amigo a la habitación especial, en realidad tenía mucha curiosidad ya estaban 40 minutos buscándolos y este era el último lugar que faltaba, ni siquiera con Hagrid estaban.

“No tengo idea” dijo lo más sincero Harry.

“No me sorprende” burlón le sonrió, recibiendo un empujón por parte de su amigo.

“Dices como si tu supieras lo que están haciendo adentro, nuestro gran conocedor de todos los sucesos en Hogward”

Draco se hizo el sorprendido “¿Estás intentando ofenderme? Bueno, te digo que no está funcionando, yo sé más cosas que tú, bobo”

Llegaron a la habitación con empujones juguetones, miraron la pared y se pusieron a pensar de como convocar la puerta “Si están ahí, ¿Qué habitación abran pedido?”

Estuvieron varios minutos caminando al frente de este intentando imaginar diversas habitaciones sin resultados. Se dejaron caer en la pared al frente del retrato.

Con un suspiro Draco dijo “Solo nos queda esperar” inclinando su cabeza en el hombro de su amigo, empezando a dormitar, aún tenía sueño por quedarse hasta muy entrado en la mañana con Lockhart por su investigación.

Sintió un peso en su cabeza, seguro Harry estaba usando su cabeza como soporte “¿Por qué estás tan cansado?” susurró sobre su cabello. Sin saber porque sintió que sus mejillas se iban sonrojando, sin embargo, dejó de lado ese sentimiento.

“Toda la noche he estado con Lockhart” bostezó aún con los ojos cerrados.

Su amigo se tensó “¡Lockhart! ¿Por qué estabas con él? ¡Viste lo que me hizo!” se escuchaba indignado, traicionado y levemente enojado por la compañía que Draco había decidido tener. Él estaba todo exaltado, pero no se movió, lo dejó aún descansar en su hombro “No puedo creer que me hayas traicionado así” sus amigos eran unos exagerados.

“No puedes negar que ese hechizo puede ser de utilidad en el futuro” sonrió, estar con Harry siempre era relajante. Y estar ahí podía percibir el aroma de su amigo con más intensidad, entre shampoo y jabón de un aroma desconocido, el olor de las escobas de Quidditch y el aroma único de la magia de Harry, todo era tan relajante y en realidad se empezaba a dormir sobre su hombro.

“¿Debería preocuparme por tu nueva curiosidad con este hechizo?” escuchó a la lejanía, sonrió al escuchar en la voz de su amigo un poco de diversión.

Negó levemente con la cabeza “No es que vaya a estar maldiciendo a cada alumno que se pare adelante mío Harry. ¿Por quién me crees?”

“Habló el niño que lanzó el hechizo Langlock varias veces”

“No puedes quejarte, te enseñé ese hechizo”

Se quedó dormido al terminar de hablar, solo se concentró en el un poco acelerado corazón de Harry y su aroma. Todo era relajante.

No supo cuánto tiempo se quedó dormido en ese pasillo con Harry, solo que se despertó cuando empezaron a moverlo por un hombro y le susurraban “Despierta Draco, los chicos salieron de la habitación ‘Necesito’, dicen que tienen información importante que decirnos” empezó a abrir sus ojos y lo primero que vio fueron los bellos ojos verdes de su amigo. Seguía sorprendiéndole la pigmentación de esos ojos, eran únicos, bonitos y especiales.

Escuchó que tosían y dirigió su mirada a la persona que lo hizo, era Ron. Que no los miraba, sino que estaba viendo a Hermione y ella lo miraba a él, parecían que estaban hablando mentalmente porque la niña terminó teniendo una mirada de ‘te lo dije’ y el niño solo resopló cansado.

¿Se estaba perdiendo algo?

Sus amigos le comentaron que conjuraron una habitación solo con unas mesas y sillas para poder ir avanzando con la poción multijugos, ellos ya sabían sobre lo sucedido con Colin y decidieron que debían actuar rápido para poder sacarle la información a los sospechosos de abrir la cámara de los secretos.

La reunión fue sobre los ingredientes que iban a necesitar con urgencia, y varios de ellos estaban en posición de su padrino.

Pedírselo a Severus iba a ser muy difícil. Una misión imposible que sus amigos no entendieron. Si ellos pensaban que tenía a Severus Snape comiendo de su mano, eran unos idiotas.

No quería hacerlo.

“Confiamos en que una linda sonrisa tuya podrá hacer que tengamos esos ingredientes” dijo Hermione empezando a escribir en un pergamino cada ingrediente que iban a necesitar.

“Estamos hablando de Severus, él no se convence con una linda sonrisa” dijo enojado Draco sentándose molesto en una silla.

Ron puso su mano en su hombro “Si no funciona con el profesor Snape, estoy seguro de que con Lockhart sí funcionara” intentó dar otra alternativa.

“Si, ahora que parece que los dos son grandes amigos” soltó Harry con una voz muy extraña.

Luego de ello, Harry decidió cambiar el tema, el elfo doméstico de la otra vez lo había visitado de nuevo. Este le había comentado que la cámara de los secretos había sido abierta con anterioridad y que por su culpa habían perdido el tren, además de que él fue el que ocasionó el accidente de su amigo.

“Intenta ayudarte, ¿lastimándote?” Ron arrugó el entrecejo “Ese elfo terminará matándote amigo”

Con toda la conversación se dio cuenta de que iba a tener una agenda muy apretada.

A parte de las clases y ensayos de todos los días, tenían que hacer una poción multijugos, tendrá que seguir yendo a sus ‘castigos’ con su padrino, tiene revisión del hechizo con Lockhart, aún sigue yendo con Madame Pomfrey para saber teoría sobre curación mágica, tiene prácticas con el equipo de Quidditch, además que debían espiar el comportamiento de los amigos de sus víctimas. Tenía un año escolar muy sobrecargado, esperaba poder lograrlo y no morir en el intento.

Ya se sentía cansado y todavía le faltaba averiguar sobre las sombras.

¡Las sombras!

Joder, se había olvidado sobre ellas.

Se levantó de su silla con rapidez, asustando a sus amigos que estaban leyendo el libro sobre la poción multijugo “Chicos, me había olvidado que… que tengo algunos asuntos que hacer” dijo dirigiéndose a la puerta sin verlos.

Pensaba seguir los aromas de la vez pasada, debido a que necesitaba saber si eran amigables o no, luego de ello sabría si tendría que informarle a su padrino sobre los nuevos inquilinos del bosque prohibido.

Estuvo corriendo lo más rápido que pudo, evitando ser atrapados por los prefectos o los profesores, tenía que llegar al bosque y empezar a buscar esas sombras. Necesitaba descubrir sus intenciones.

Llegando a la zona que había sentido los aromas la última vez, se puso en alerta. Tenía en su mano su varita, estaba tensando sus músculos para un ataque y estaba agudizando sus oídos. En eso los oyó.

Eran sus amigos que estaban acercándose a paso veloz.

Se sintió agradecido de tener amigos tan fieles, pero estaba preocupado por su seguridad.

“¡Draco!” gritó Harry al encontrarlo y lo agarró de los hombros desesperado, lo sacudía “¿Estás loco? Te fuiste corriendo y nos dejaste preocupados” sus amigos lo miraban como si se hubiera vuelto loco, no los culpaba desde que habían llegado a Hogwarts para ese año había evitado esa zona del colegio como si fuera la misma peste, y la única vez que entró estuvo acompañado.

Ya estaban aquí y no podía seguir posponiendo este encuentro, decidió decir la verdad “Recuerdan al león” seguía atento a los ruidos del bosque, nadie se acercaba. “Sentí el aroma de dos criaturas iguales por aquí en el bosque”

Sus amigos soltaron un grito ahogado “¡Debemos avisarles a los profesores!” gritó Hermione al ser la primera en salir de la impresión, sus amigos empezaron a ver por todos lados asustados de que les saltara un león encima. No los culpaba, él también estaba nervioso y asustado.

“Primero quiero saber si son un peligro” intentó calmar a la niña que estaba preparada para ir corriendo a buscar a un profesor. “Si no lo son, podemos dejarlos en paz”

“Y si lo encuentras y descubres que no son amigables. Si te atacan y pierdes. ¡No sabes nada de esas criaturas!” intentó convencer Harry, tuvo que admitir que en su mente siempre iba a poder escapar del posible ataque, pero si en verdad perdía la pelea, no iba a poder advertir a otros. ¡Ugh! Porque era tan difícil planear todo bien

¿Era arrogante? ¿Confiado?

“Harry tiene razón amigo, no sabes cómo son. El león te atacó al verte, estos otros leones también podrían atacarte”

Draco los miró, sabía que sus amigos tenían razón, pero no iba a dar su brazo a torcer, ya estaba ahí, deseaba acabar con todo esto y centrarse en las petrificaciones “No creo que sean leones” susurró, en eso empezó a escuchar unos pasos acercándose con velocidad. Se puso al frente de sus amigos sacando su varita, para ser el escudo entre ellos y las criaturas que venían corriendo.

Dos grandes hienas saltaron encima suyo, estas hienas tenían diversas heridas cicatrizadas por varias partes de su cuerpo en el cual no volvió a crecer pelo en ellas nunca más. La oreja de una de ellas tenía una gran perforación, mientras otra le habían arrancado un pedazo de su oreja y tenía marcas de dientes. En su espalda podía ver claramente los huesos de su columna, estaban muy delgadas y sucias.

Descuidadas y abandonadas.

Contuvo el aliento al ver sus ojos que tenían una mirada depredadora. Sí, fue una mala idea venir, no eran amigables, nada amigables, sentía que en cualquier momento iban a saltarle encima y arrancarle sus extremidades en un segundo.

Su primer instinto fue que tenía que proteger a sus amigos, debía protegerlos. Por su culpa estaban aquí. Si eran lastimados nunca se perdonaría.

Tal vez podía usar el hechizo que estuvo estudiando con Lockhart, podía desaparecerles los huesos de sus patas delanteras, ¿serviría con animales? Estaba recordando el movimiento de varitas, cuando notó que la mirada de las hienas cambió, ya no era depredadora, sino que había cambiado en una de ¿felicidad, emoción? Hasta estaban moviendo sus colas emocionadas de un lado a otro.

Él y sus amigos tenían una mirada muy sorprendida por este cambio. Antes parecía que iban a ser su cena, pero ahora parecía que querían ser sus amigos.

Las hienas se fueron acercando emocionados, pero a pasos lentos. Estas criaturas se veían que estaban midiendo su comportamiento, como queriendo calcular si iban a ser atacados. Llegaron al estar a unos pasos frente a Draco, quién escuchó como sus amigos estaban conteniendo el aliento y seguro con las varitas en alto para lanzar un hechizo al ver si cambiaban su comportamiento.

Estas criaturas solo empezaron a frotarse a los costados de Draco muy amistosos. Cómo si fueran gatos.

Draco giró su cabeza para ver a sus amigos quienes aún con la varita en mano se veían menos tensos, con sus miradas podía sentir que le decían ¿Qué mierda? Bueno, tal vez no con esas palabras, pero el mensaje era el mismo. Draco solo pudo alzar los hombros igual de confundidos que sus amigos, que empezaron a acercarse.

Las hienas al verlos cerca empezaron a frotarse con sus amigos. Tanto así que hasta los dejaron acariciarlos. No supo cuánto tiempo estuvieron acariciando a estas hienas, se habían sentado en el césped acariciando la cabeza de las criaturas que se veía que hace tiempo no le daban un poco de cariño.

“Están muy delgados” Harry rompió el silencio cuando acarició los costados de una de las hienas y pudo sentir sus costillas pronunciadas. La voz de su amigo se escuchaba triste y pensativa “Deberíamos hacer algo” dijo urgentemente mirándolos.

“Además se ven muy descuidados, tienen varias cicatrices” habló Hermione observando cada herida pasada de las hienas que se marcaban en su piel.

Ron habló “Podemos traerles comida del Gran Comedor” brindó una sugerencia que fue aceptada por sus amigos “Aunque tendría que ser mañana porque a las justas vamos a llegar para la cena” eso fueron las palabras que necesitaron para retirarse, si no estaban en la cena y los encontraban a fuera iban a ser castigados.

“Vendremos mañana para darles de comer” Hermione acarició la cabeza de las dos hienas como despedida.

Empezaron a caminar para dirigirse al castillo mientras su amiga empezaba a hablar sobre el maltrato animal y cómo puede existir gente malvada en el mundo. En eso muy despacio escuchó “Necesitamos hablar los tres en privado” cuando volteó pudo notar como las hienas lo observaban “Es importante” Solo pudo asentir. “Esta noche”

Esperaba que cuando volviera en la noche estas criaturas sigan siendo amigables como fueron en este momento. O si no, estaría en graves problemas.

La cena pasó sin ningún problema, luego de ello se fue a su habitación sin dirigirle la palabra ni mirada a nadie. Se encerró en su cama esperando que todos se duerman para irse y no levantar sospechas.

Escuchó como llegaron sus compañeros de habitación, y pasaron las horas.

Cuando eran alrededor de las dos de la mañana decidió salir al bosque prohibido. Afortunadamente evitó ser encontrado por el conserje o los prefectos, llegó con facilidad en el bosque caminando por varios minutos a la zona que estuvieron juntos hace algunas horas.

Se sentó en las raíces de un árbol, cuando pudo escuchar las pisadas de cuatro pies. Esto le sorprendió, porque eran dos hienas, sin embargo, escuchó dos corazones latiendo de forma muy similar.

Al voltear a los que llegaron se sorprendió. Eran dos adultos de por lo menos ¿25 años? Su edad era difícil de descifrar porque se veían muy cansados y derrotados.

El hombre era completamente calvo con unos ojos amarillos inyectados de sangre, la mujer tenía algunos mechones de cabello color rojizo con unos ojos iguales al hombre. Lo que le sorprendió de los dos adultos fue que la forma de su cuerpo y rostro estaba completamente deforme. En el rostro del hombre en su mejilla derecha había una bola de carne que sobresalía y se veía dolorosa, en sus brazos y la pierna derecha también se encontraban estos bultos. En el rostro de la mujer en el lado izquierdo de su frente también estaba ese bulto, además de su torso se podía apreciar bultos igual que en su pierna izquierda. Además, los dos eran muy altos, demasiado altos, no tanto como Hagrid, sin embargo, ellos no se veían cómodos con esa altura, se encorvaban y su caminar era tambaleante.

“Se ve peor de lo que se siente” dijo la voz ronca de la mujer con una sonrisa sacando a Draco de su shock.

Draco se sintió avergonzado “Lo siento…no quise quedarme mirando” miró al suelo, en serio tuvo que verse muy grosero.

“No debes preocuparte, es una reacción normal cuando nos ven. Siempre dejamos impresionados” se burló el varón, que igual que la mujer a su lado tenía una voz ronca, parecía que no hablaban demasiado. Sintió que le acariciaron la cabeza “No debes sentirte mal niño, ya estamos acostumbrados”

“Además hacerte sentir mal no es la razón de esta reunión, sino conocernos” habló un poco emocionada la mujer “Primero debemos presentarnos. Yo soy Gabriella y él es mi mellizo, Gabrielle”

“Mucho gusto” dijo el mellizo varón haciendo una burlona reverencia.

“Yo soy Draco” su corazón se sintió un poco emocionado, parece que al final había encontrado a personas como él.

Los gemelos se pararon lado a lado “Lo sabemos, Leoni estaba obsesionado contigo”

“No sabes lo cansado que era escucharlo hablar de ti”

“Y de su absurda venganza que tenía sobre tu persona”

Draco miraba de uno a otro, le sorprendió, eran como Fred y George, hablaban uno después de otro. ¿Sería cosas de gemelos y mellizos? “¿Leoni?”

Los ojos de los mellizos se nublaron con un sentimiento que no pudo reconocer por lo rápido que fue cambiado a uno de pena “Leoni, el león negro. Teníamos entendido vino a buscarte” dijo Gabriella. “¿No lo conociste?”

“Sí, era como nosotros. Ya sabes, un experimento” habló Gabrielle acercándose un poco “Era nuestro amigo”

Gabriella habló a continuación “Sin embargo, empezó a volverse loco por la venganza”

“Nunca entendió que tú también eras una víctima” esa última palabra tuvo una entonación diferente, decidió ignorarlo.

“Lo siento, nosotros peleamos y en esa pelea… él falleció” dijo tensando sus músculos, esperando un ataque. El león era el amigo de estos mellizos, seguro ahora estaban furiosos.

Los dos soltaron un suspiro “Que pena, aunque seguro él también planeaba matarte”

“Sí, Draco, era tú o él” le dio un pequeño golpecito en la espalda “Y nos entrenaron para sobrevivir y matar. Era un resultado natural.”

Gabriella sonrió con emoción “Sí, ¡somos máquinas para matar!”

“Igual lo lamento, era su amigo” no le gustó esa emoción de Gabriella, parecía que disfrutaba la función por la cual fueron creados. Disfrutaba matar.

Seguro estaba confundida, para algunas personas les era difícil dejar las costumbres atrás.

“Y, ¿Cuántas personas en este colegio saben sobre la experimentación?” dijeron al mismo tiempo los mellizos muy curiosos.

La pregunta le sorprendió bastante, no sabía si era normal que fueran tan directos “Nadie”

“¡Oh! ¿Por qué?”

“¿Preguntas por qué? A nadie le gusta hablar con personas normales sobre todo lo que hemos vivido. No seas estúpida Gabriella”

“Aquí el único estúpido eres tú”

“No, eres tú”

Empezaron a rodar en el suelo golpeándose con mucho enojo.

Draco jaló a uno de ellos “Cálmense, cálmense. Son hermanos, no deben lastimarse” dijo un poco desesperado.

Intentó ser comprensivo, todos vivieron en una zona en el cuál abusaron de ellos, y no todos afrontaban ese dolor igual. Seguro ellos lo afrontaban con la ira, golpeando a su mellizo.

Ellos se rieron al ser separados “Es solo amor de hermanos” dijo Gabrielle con un labio roto por la pelea.

Gabriella a quién se le empezaba a inflamar su ojo también comentó “Aunque no nos sorprendes que no lo sepas”

“Tú no tienes hermanos”

Tuvo un impulso de hablar sobre Lesath, pero supo que su relación no era de hermanos, a las justas era de conocidos. Además, una pequeña parte suya sintió que debía ser un poco precavido.

“Regresando al tema anterior, queremos que sepas que estamos aquí para ti” habló Gabriella pasando un brazo por sus hombros.

Su hermano hizo lo mismo por el otro lado “Vivimos experiencias similares, podemos ser confidentes”

Esto era lo que siempre quiso, tener a alguien con quién pudiera hablar sobre lo sucedido sin sentir vergüenza o pena. Al fin tenía con quienes hablar.

Se sintió agradecido. “Sí, podemos ser confidentes” los ojos de los mellizos brillaron.

En eso empezó a escuchar un silbido muy agudo, empezó a voltear para saber de dónde provenía, sin embargo, no encontró la fuente. Los mellizos estaban tensos.

“Jajaja ya debemos irnos” habló rápido Gabriella, empezando a quitarse el vestido sucio con cuál estaba vestida, debajo de este se encontraba desnuda. Desvío la mirada para otro lado.

Su hermano se sacó también la camisa y pantalón que tenía “Nos vemos después Draco, pero ahora es muy tarde” los dos se amarraron la ropa en el tobillo y se transformaron en las hienas para luego irse corriendo.

Quería seguirlos, pero decidió darles privacidad. Ya tendrían otro día para hablar.

Se fue a su habitación a dormir con una sonrisa.

Tal vez encontró a una nueva familia, a una nueva manada. 

Una verdadera manada.

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