
CAPÍTULO 11
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CAPÍTULO 11
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Podía escuchar a Draco dando vueltas en su habitación, ocasionalmente haciendo ruidos de dolor y frustración, como si estuviera tratando y fallando en pensar en alguna ecuación matemática complicada.
Harry se preguntó qué usaría Draco para dormir.
Después de unos cuarenta y cinco minutos de esto, Harry llamó a su puerta. Draco la abrió casi de inmediato. Todavía estaba completamente vestido.
—Lo siento, ¿Estoy siendo ruidoso? —preguntó— Puedo irme a casa.
—No —dijo Harry. Pasó junto a Draco y entró en la habitación. Estaba llena de trozos de papel. Draco sostuvo una hoja arrugada de la papelera y la retorció ansiosamente en sus manos. Rápidamente desvaneció el papel en el suelo cuando vio a Harry mirándolo.
—Lo siento —dijo— Solo estoy un poco, ah, ansioso.
—¿No puedes dormir?
Draco había comenzado a rasgar el papel en sus manos de nuevo, tirando pedacitos al suelo. No parecía como si él supiera que lo estaba haciendo.
—Es solo que… ah… que yo… ah… recuerdo cómo contactar a Anika —dijo— Entonces… es… ah… estoy tratando de pensar en otras cosas.
—Está bien —dijo Harry, suspirando— Ven y duerme en mi habitación.
Draco pareció instantáneamente aliviado.
—¿En serio? Eso sería… porque no puedo convocarla si estás allí, obviamente, o al menos creo que es menos probable que lo haga, así que sería… ¿Estás seguro de que todo está bien?
—Sí —dijo Harry— Vamos.
Draco lo siguió felizmente, tirando pedazos de papel mientras caminaba. Harry tomó lo que quedaba del papel de las manos de Draco cuando llegaron a su habitación.
—¿Le estás escribiendo a alguien una carta o algo así? —preguntó.
Tal vez Draco le envié cartas a Michael. Tal vez Michael respondería. Tal vez, dentro de tres años, Michael aparecería en la puerta de Draco, bajo la lluvia, claro, ¿por qué no?, y diría “Cometí un error…”.
Y Draco sonreiría apropiadamente por primera vez en su vida, y se lanzaría a sus brazos alrededor del cuello de Michael, mientras la música crecía, la lluvia paraba y loas créditos aparecían.
Harry volvió a centrar su atención en Draco.
—No —estaba diciendo Draco— Necesitaba hacer algo con mis manos. Es algo que me enseño Hugo.
—¿Rasgar papel?
—Algo que hacer con mis manos.
Harry decidido no preguntar más. Esto ya era un desastre, no era necesario que Draco comenzara a describir como Hugo lo había destetado de la cocaína a través del poder transformador de su enorme polla.
Draco se subió a la cama de Harry, todavía completamente vestido.
—¿Quieres algo prestado para dormir?
—Oh —dijo Draco— Esta bien.
Se sonrojo cuando Harry le pasó una camiseta y unos pantalones de pijama de franela.
—¿Tienes algo de manga larga?
—Draco. Literalmente he pagado dinero para verte desnudo antes. No me importa tu Marca.
Draco se sonrojó, en todo caso, aún más.
—Me importa a mi —dijo.
—Mis mangas largas están en el lavado —dijo Harry. Captó la mirada de Draco— Draco. Está bien.
Draco asintió y lentamente comenzó a desvestirse. Harry se dio la vuelta. Ahora que lo pensaba, Draco siempre usaba mangas largas. La única vez que Harry había visto su Marca había sido durante las actuaciones burlesque de Draco.
Escuchó a Draco meterse en la cama y se permitió darse la vuelta. Draco ya había puesto los brazos bajo las sabanas. Harry apagó la luz y también se metió en la cama.
Ambos yacían de costado, uno frente al otro. Harry apenas podía distinguir las facciones de Draco en la oscuridad.
—¿Qué había en Minnesota? —preguntó.
—¿Qué?
—Me enviaste una postal desde Minnesota.
—Oh —dijo Draco— Clementine iba allí a visitar a su prima. Le pedí que me lo enviara. Sabía que me encontrarías si te lo enviaba desde Londres.
—Supuse que era como un lugar de rehabilitación.
—No fui a rehabilitación.
—Entonces ¿Cómo?...
Draco metió la nariz rápidamente debajo de las sabanas, como si estuviera avergonzado.
—Yo solo… er… lo deje —él pauso— Quiero decir, Hugo ya se estaba arriesgando, ofreciéndole a un chico al azar de las calles un lugar para quedarse. Me habría echado a patadas si me hubiera atrapado drogado. Así que…
Los ojos de Harry se estaban adaptando a la luz. Podía distinguir la nariz delgada de Draco, el largo corte en su ojo.
—Eso es bastante impresionante —dijo Harry.
—Eso... ah, fue difícil —dijo Draco.
—Todavía es difícil, al parecer.
—Sí, supongo, a veces. No comparado con lo que has pasado, obviamente.
—¿Qué? —se rio Harry— ¿Yo? Soy el héroe del mundo mágico. La gente me molesta en el pub a veces y voy a casa y me asustó como un idiota.
—Oh, vamos, Harry, obviamente sabes lo que quiero decir. Todas las cosas de la guerra. Y antes. Y tú infancia. Tus padres.
Harry no podía pensar en nada que decir.
—Estás tan bien adaptado. Es ridículo —dijo Draco, su voz cada vez más tranquila.
—Soy un recluso —dijo Harry.
—Te hiciste Jefe de División de los Aurores a los veintiséis años. Eso es increíble. Si hubiera tenido que vivir la mitad de la mierda que tú viviste, ya habría saltado un puente.
—No lo habrías hecho —dijo Harry, con urgencia— Draco. No lo harías.
—Sólo digo. ¿Y qué si no eres una mariposa social? Estas arrasando.
Harry sabía por qué Ron y Hermione no lo elogiaban cuando hacía bien su trabajo. Sabía que era porque se había pasado de la raya y, en retrospectiva, no estaba en desacuerdo con ellos.
Pero todavía era algo que se había perdido. El elogio; brillante y sin adulterar.
—Tú también —dijo. Draco se rio.
—¡Sí, viviendo mis sueños de niño de desnudarme! —levantó las cejas— Aunque supongo que es cierto que mis padres saber que soy gay y no me han desheredado.
—¿Ese fue tu sueño de la niñez?
—Ah, cien por ciento. Parecía irremediablemente fuera de alcance.
—¿Con que más soñaste?
Draco se rio de nuevo.
—Ser amigo tuyo, por supuesto —dijo con sarcasmo. Pero Harry conocía las formas en que Draco decía la verdad. Rápidamente, mientras está ocupado con otra cosa, o como una broma. En cualquier caso, incluso en la oscuridad, Harry podía ver su expresión.
—Oh, por supuesto —dijo Harry, sin aliento.
—¿Por qué no le dijiste a Ron y Hermione sobre mí, en serio? —preguntó Draco de repente.
—Te lo dije —dijo Harry. Draco resopló— Porque eres importante.
Cuando Draco hizo otro sonido burlón, Harry se estiró para sacudir su nariz. Esa era su intención; un amistoso golpecito en la nariz. Pero había calculado mal la distancia en la oscuridad y, en cambio, su índice aterrizó suavemente en el puente de la nariz de Draco y comenzó a acariciar lentamente hacia abajo.
Draco estaba quieto, muy quieto.
El dedo de Harry pareció moverse por sí solo. Se deslizó por un lado de la nariz de Draco, sintiendo que la piel suave se convertía en una cicatriz áspera en su mejilla, y luego siguió la cicatriz hacia abajo, hasta la barbilla de Draco, que Draco levantó levemente, muy levemente, con un suspiro apenas audible, y luego se deslizó sobre el borde afilado de la línea de la mandíbula de Draco, todavía siguiendo el lugar donde Harry lo había cortado una vez, descendiendo por el cuello de Draco, lentamente, muy lentamente, Draco estaba conteniendo la respiración, probablemente Harry también, no estaba seguro, y luego la cicatriz se abrió camino sobre la fina clavícula de Draco, y Harry la siguió, alcanzando el cuello de la camiseta de Draco, vaciló.
—Bueno, buenas noches, entonces —dijo Draco.
Se dio la vuelta abruptamente, de modo que su espalda estaba hacia Harry.
—Buenas noches —dijo Harry, miserablemente.
Ambos fingieron irse a dormir.
A la mañana siguiente actuaron como si nada hubiera pasado. Ninguno de ellos era madrugador, así que se quejaron el uno al otro mientras tomaban el té y se fueron por caminos separados.
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DM: ¡Sálvame Salvador, Sálvame!
HP: hola
HP: soy yo
HP: el salvador
HP: que rescate requerirá hoy
DM: uno de mis compañeros de trabajo quiere acostarse conmigo
DM: y no sé cómo decirle que no quiero
DM: sin herir sus sentimientos
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—¿Estás bien, Harry? —preguntó Bianca
—Sí —dijo Harry.
—¡Parece como si fueras a vomitar!
—Bien —murmuró Harry. Él esperó hasta que ella se dio la vuelta para sacar su teléfono de su regazo. Se sentía un poco enfermo, de hecho, porque sabía perfectamente lo que estaba haciendo Draco; sabía perfectamente bien que no había ningún compañero de trabajo que Draco estuviera tratando de desilusionar amablemente.
Este era Draco dejándolo caer suavemente
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HP: LOL
HP: ¿decirle que se vaya a la mierda?
DM: no xq12
DM: No quiero herir sus sentimientos
DM: o perder su amistad
DM: me agrada mucho
DM: simplemente no tengo sexo casual
HP: er
HP: ¿cómo sabes que quiere sexo casual?
DM: [escribiendo]
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DM: Quiero decir, ¿qué más podría ser?
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HP: tal vez
HP: quiere salir contigo
DM: eso
DM: parece poco probable
DM: ¿Por una variedad de razones?
HP: no lo creo
DM: no, estoy bastante seguro de que solo sería una cogida
DM: como una vez que fue al grano
DM: xq sería desordenado y complicado y
DM: tiende a alejarse de ese tipo de cosas
DM: en estos días
HP: Draco, vamos
HP: eso no es justo
DM: entonces
DM: solo sexo casual
DM: que no tengo
HP: Creo que la pregunta relevante aquí es
HP: ¿A ti
HP: te gusta
HP: el sexo no casual?
HP: como el sexo-extremadamente-serio-de-estoy-enamorado-de-ti
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HP: Draco
DM: sí, yo haría eso
DM: excepto que Michael está casado
DM: así que no puedo
HP: [escribiendo]
HP: [escribiendo]
HP: oh
DM: Sí
HP: que hay con Hugo
DM: Lo arruine
DM: No tendría otra oportunidad
DM: He tenido tantas oportunidades
DM: No puedo continuar lastimando a la gente
DM: he agotado mi cuota
HP: no lo hiciste
DM: No he superado a Michael, Harry
DM: ni por asomo
HP: ¿entonces?
HP: hay toneladas de mierda que no he terminado
HP: no es que estés siendo mentiroso
HP: tu
HP: tu compañero de trabajo
HP: sabe en lo que se está metiendo
DM: no puedo
HP: ¿Por qué no quieres?
DM: porque no puedo
HP: Draco
DM: g2g ttyl13
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Harry se dio cuenta mientras releía la conversación por decimocuarta vez, que era hora de empezar a contarles a Ron y Hermione cosas importantes.
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...CONTINUARÁ...