Traducción: "Can I Tell You Something?" de GallaPlacidia

Harry Potter - J. K. Rowling
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Traducción: "Can I Tell You Something?" de GallaPlacidia
Summary
No es una fiesta a menos que Draco Malfoy esté allí. ¡Es tan divertido! ¡Tan salvaje! ¡Tan alocado! ¡Con Drogas! Tantas drogas. ¿Demasiadas drogas? Harry está empezando a creer que probablemente sean demasiadas drogas.Esta no es una ficción sobre la recuperación de la adicción por las drogas, aunque hay una recuperación de la adicción por las drogas.Con un desarrollo del personaje a través de viajes con MDMA1 con los ojos muy abiertos y Draco Malfoy encontrando la paz como bailarín burlesque2.
Note
IMPORTANTE: La presente es una traducción del fanfic de GallaPlacidia “CAN I TELL YOU SOMETHING?” . Quien ha eliminado su cuenta en esta plataforma, así como todos sus fanfics, como una fan que ama su trabajo he decidido traducir sus fanfics al español para que sus fans de habla hispana podamos seguir disfrutando su trabajo. Nota de GallaPlacidia en la versión original: Este fic es un regalo para Aylaar, quien pacientemente responde mis preguntas y se merece muchas cosas.¡También gracias a Nilolay por vetear de último momento cuando me di cuenta de que no podía aterrizar el avión solo!¡Únanse a mi boletín de Newsletter.gallapod.com! Notas de la traductora: Enlaces de contacto a Gallaplacidia: Gallapod.podbean Y newsletter.gallapod Fanfics de Gallaplacidia Descargados El Fanart utilizado en esta historia pertenece a BUGVILLE quien ha dado su permiso para compartirlo en esta traducción. Por favor vayan a su Tumblr: short666bread donde encontraran su bello arte.
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CAPÍTULO 10

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CAPÍTULO 10

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   —¿Harry? —preguntó Hermione— ¿Estás bien?

 

   —Tengo que… —dijo distraídamente. Llamó a Draco. Draco no contestó. Llamó de nuevo. Aún sin respuesta.

 

«D—-—-—-—-—-—-—-—&—-—-—-—-—-—-—-—H»

HP: Draco

 

HP: contesta

 

Draco no contestó

 

HP: Draco

 

HP: Vamos

 

HP: Me estoy volviendo loco

 

«H—-—-—-—-—-—-—-—&—-—-—-—-—-—-—-—D»

 

Draco lo llamó

 

   —¡Draco!

 

   —Hola Harry, lo siento —dijo Draco, sonando perfectamente amistoso y normal— No debí haber aparecido sin anunciarme así.

 

   —¿Dónde estás?

 

   —Pequeña Venecia —dijo Draco.

 

   —Ya voy.

 

   —No, no, Harry, tienes amigos ahí.

 

   —Se están yendo —dijo Harry. Ron y Hermione intercambiaron miradas y tomaron los polvos flu de la repisa de la chimenea.

 

   —En serio, quédate tranquilo —dijo Draco— Lamento haber enviado todos esos mensajes de texto, solo estaba siendo dramático. Soy un artista: ya sabes lo teatral que me pongo.

 

   —Nunca he estado en la Pequeña Venecia —dijo Harry. Hermione se despidió con la mano alentadoramente mientras ella y Ron entraban en la chimenea y se alejaban por la red flu.

 

   —No te estás perdiendo nada —dijo Draco— Honestamente, Harry, no vengas, lo digo en serio.

 

   —Solo dime dónde estás.

 

Draco se lo dijo, y en un minuto después, Harry caminaba a zancadas por un canal.

 

Draco se sentó en un banco, fumando un cigarrillo.

 

Harry se sentó a su lado.

 

   —¿Sigues sintiendo ansias? —preguntó, cuando se hizo evidente que Draco no iba a mirarlo ni hablar.

 

Draco asintió y Harry notó que sostenía un pequeño cuaderno verde en su regazo.

 

   —Dean no debió haberte dado eso —dijo Harry.

 

   —Estaba preocupado de que Luna lo quemara. Tiene sus dibujos adentro.

 

Hojeó el cuaderno con una mano. Estaba repleto de la pequeña letra azul de Dean y de oscuros e inquietantes dibujos en tinta.

 

   —No creo que te sentirás así para siempre —dijo Harry.

 

Draco suspiró.

 

   —¿Tienes deseos de drogarte a menudo? —preguntó Harry.

 

   —Han estado mejorando —Draco se colocó el cabello detrás de una oreja— Es simplemente frustrante. Otras personas pueden emborracharse un poco y un sábado por la noche sin que eso destruya sus vidas. Pueden tomarse un descanso de sí mismos.

 

   —Dudo que lo vean así —dijo Harry— Probablemente sea la parte de escape la que es mala, de todos modos.

 

Draco asintió distraídamente.

 

   —Deberías, deberías irte —dijo.

 

   —No quiero.

 

La nuez de Adán de Draco se movió hacia arriba y hacia abajo conspicuamente.

 

   —Puede que haya hecho algo estúpido —dijo. Apagó el cigarrillo en el suelo frente a él, luego sacó un pañuelo, envolvió la colilla y se la guardo en el bolsillo, ya que no había ningún contenedor cerca.

 

“No me enamoré de él porque no tira basura”, se recordó Harry. Pero luego recordó estás drogado y encontrar a Draco fumando en una ventana y notar que Draco buscaba un contenedor vacío para tirar la colilla, y se preguntó si tal vez se había enamorado de Draco Malfoy porque no tiraba basura.

 

   —Hago cosas estúpidas todo el tiempo —dijo Harry.

 

La boca de Draco se estiró en una sonrisa tensa.

 

   —Si, bueno.

 

Se oyó un crujido detrás de ellos.

 

   —Ah. Esa será mi estupidez —dijo Draco.

 

   —¿Draco? —dijo una chica. Llevaba un delineador de ojos de gato desigual, una tiara de plástico y botas hechas de piel sintética peluda— ¡Pensé que estabas muerto, bebé!

 

   —Anika —dijo Draco, poniéndose de pie.

 

   —Mierda —dijo Anika— ¿Ese es Harry Potter?

 

   —Hola —dijo Harry, agitando su mano incómodo.

 

   —¿Él toma coca? ¡No lo sabía!

 

   —Eh, bueno —dijo Harry.

 

   —Te ves bien, cariño —dijo Anika. Se subió al banco y abrazó a Draco. Sudaba mucho, como si hubiera estado bailando— ¿Querías comprar algo?

 

Draco miró a Harry, quien mantuvo su rostro cuidadosamente impasible desde su posición en el brazo de hierro del banco.

 

   —Tengo un poco de mierda colombiana, pura locura, justo aquí —dijo Anika. Lanzó un rápido hechizo para que nadie los viera, luego sacó una bolsita de polvo blanco— Toma, pruébalo.

 

Draco miró a Harry de nuevo. Harry no dijo nada.

 

Draco se lamió un dedo y lo metió delicadamente en la bolsita. Salió cubierto de polvo blanco. Se lo frotó en las encías.

 

Cerro los ojos.

 

   —Dios —respiró.

 

   —Bueno, ¿Verdad?

 

   —Joder —dijo Draco— Echaba de menos el sabor.

 

   —¿Has estado sobrio, muñeco?

 

   —Tres años

 

   —¡Guau! Te mereces un poco de esto por eso —dijo y ella le entregó la bolsita— Quédatelo.

 

Draco lo miró fijamente.

 

   —¿Cuánto?

 

   —Puedes pagarme la próxima vez —dijo ella, despidiéndolo.

 

Draco miró a Harry de nuevo. Harry miró al frente.

 

   —Yo… —dijo Draco. Sus dedos aplanaron el polvo a través del plástico. Estaban temblando. Él frunció el ceño— ¿Cómo has estado? —le preguntó a Anika.

 

   —¡Genial, sí, sí! Sí, he estado bien. Triste por Dominic, ¿Has oído hablar de Dominic?

 

   —¿Mohicano Dom?

 

   —¡Sí, sí, eso es correcto!

 

   —Sobredosis —dijo ella— Había estado sobrio y luego recayó, por lo que su tolerancia era baja— Sus ojos se abrieron con preocupación— Ten cuidado con eso, ¿Sí?

 

Draco sostuvo la bolsita con delicadeza. Miró a Harry. Harry no dijo nada.

 

   —En realidad, Anika —dijo Draco— creo que esta vez no lo haré.

 

Muy, muy lentamente, le devolvió la bolsita.

 

   —¿Estás seguro?

 

   —Solo tómala —espetó.

 

Ella lo agarro. Draco siguió la bolsita con la mirada mientras ella se la metía en el sostén.

 

   —¿Algo más que pueda traerte, bebé? —ella preguntó.

 

Draco le pasó un galeón.

 

   —Solo quería verte —dijo— Aquí tienes por tu tiempo.

 

   —Ah, quédatelo —dijo ella, sonriendo— Eres todo un caballero. Michael es un hombre afortunado.

 

   —No estoy… Michael se casó con otra persona. Una mujer.

 

   —Oh, lo siento mucho —dijo Anika— Sé cuánto lo amabas.

 

   —Amaba —repitió Draco, con una risa tensa.

 

   —Encontrarás a alguien más —dijo Anika.

 

Draco se rio de nuevo.

 

   —Gracias por venir, Anika.

 

   —Cuando quieras, muñeco. Te he extrañado. Oye, hay una fiesta loca este sábado en el almacén mágico de Camden, uno de mis amigos traerá mescalina11; ¿Alguna vez has probado mescalina?

 

   —Sí —dijo Draco.

 

   —Mierda, ¿En serio?

 

   —Sí.

 

Anika sonrió con admiración.

 

   —Has hecho todo, literalmente —dijo.

 

   —Ja —dijo Draco.

 

   —¡De todos modos, deberías venia el sábado!

 

   —Yo… —Draco miró a Harry— ¿Tú y yo tenemos planes el sábado, Harry?

 

Harry hizo una pausa antes de responder. No habían hablado de hacer nada el sábado.

 

   —Sí —dijo— Tenemos planes.

 

   —Así que —dijo Draco, girándose hacia Anika— No puedo ir.

 

   —La próxima vez, entonces —dijo Anika— Está bien, bueno, me quedo con este estúpido niño rico, así que será mejor que regrese.

 

   —Soy un estúpido niño rico —dijo Draco.

 

Anika lo besó en la mejilla.

 

   —Nah, eres un amor. ¡Nos vemos, Draco! ¡Realmente orgullosa de ti por ser recto! —ella se rio— Quiero decir.

 

   —Sé lo que quieres decir —dijo Draco— Nos vemos Anika.

 

Anika se giró hacia Harry.

 

   —¡Oye, gracias por salvar el mundo y todo eso! ¡Hazme saber si alguna vez quieres probar algo y te daré la mejor oferta!

 

   —Er, gracias —dijo Harry.

 

Anika se apareció.

 

Draco se hundió en el banco, retorciéndose.

 

   —¿Cómo es que no trataste de detenerme? —preguntó.

 

   —Confiaba en ti —dijo Harry. Draco se rio.

 

   —Eso es malditamente ridículo.

 

   —Tenía razón, sin embargo, ¿No?

 

Draco le lanzó la libreta de direcciones de Dean.

 

   —Te la quedas.

 

   —Está bien —dijo Harry.

 

   —No dejes que Dean la recupere por algunos años. Hasta que los contactos estén desactualizados.

 

   —De acuerdo.

 

   —Probablemente intentare quitártela de encima antes de eso —dijo Draco.

 

   —Tal vez lo hagas —dijo Harry— Tal vez no lo hagas.

 

Draco inclinó la cabeza hacia atrás e inhalo.

 

Harry quería besarlo tanto. Se recordó a sí mismo cómo Draco había dicho “amado”, como si la idea de usar el tiempo pasado con referencia a sentimientos por Michael fuera absurda.

 

   —¿Puedes ser honesto conmigo? —dijo Draco.

 

Harry asintió. Draco no lo miraba, pero Harry sabía que lo vio.

 

   —¿Simplemente pasas tiempo conmigo para castigarte a ti mismo? —preguntó Draco.

 

   —¿Qué? —preguntó Harry, su garganta seca.

 

   —Es… como… la culpa de un sobreviviente.

 

Harry se preguntó cómo podía decirle a Draco que lo amaba sin decir que realmente lo amaba.

 

   —No —dijo, desesperadamente poco elocuente.

 

   —Weasley no sabía que somos… lo que sea que sea esto —dijo Draco.

 

   —Amigos —dijo Harry.

 

Draco levantó las cejas.

 

   —Ya no hablo con Ron y Hermione sobre cosas importantes —dijo Harry.

 

   —Cosas importantes —repitió Draco. Harry asintió. Draco lo miró.

 

   —¿Por qué me escribiste todas esas cartas? —preguntó.

 

   —No quiero hablar de eso —dijo Harry.

 

Draco siguió mirándolo.

 

   —Bastante justo —dijo, finalmente. Rompió el contacto visual para mirar el canal. Un musculo en su mandíbula estaba temblando— Terminaré llamándola de nuevo esta noche, ¿Sabes?

 

   —No, no lo harás.

 

   —Lo hare. También habría tomado la coca, si no estuvieras aquí.

 

   —Así que quédate en mi casa esta noche —dijo Harry, como un maldito mártir total.

 

La cabeza de Draco se levantó de golpe.

 

   —¿En serio?

 

   —¿Por qué no? —dijo Harry, con la risa vertiginosa de los condenados.

 

Draco tragó saliva.

 

   —Gracias. Sí. Eso sería… gracias.

 

Harry se rio de nuevo.

 

   —Pedimos comida para llevar y no estábamos para recogerla —dijo Harry.

 

   —Tú, criminal astuto.

 

   —Sí, en serio.

 

Draco estaba haciendo estas cosas extrañas con sus dedos donde golpeó cada uno contra su pulgar, revoloteado rápido.

 

   —Lamento haber venido así —dijo— Me sentí como un idiota cuando me di cuenta de que había revelado tu secreto.

 

   —No era… yo no tenía una tapadera. Me alegré de que vinieras. Siempre puedes venir.

 

   —Debería haberlo hecho, yo solo. Lo siento.

 

   —Draco —dijo Harry, tomando una de las manos temblorosas de Draco. Se detuvo en su agarre, cálido y sudoroso— En cualquier momento. Lo digo en serio. Lamento no haber visto tus mensajes de texto antes.

 

Draco se rio, un poco entrecortado.

 

   —Debo haber sonado absolutamente loco.

 

   —No más de lo usual —dijo Harry, sonriendo y soltando la mano de Draco. Draco lo golpeo.

 

   —Idiota —dijo— Está bien, vamos a rescatar tu curry.

 


 

Harry le dio a Draco la habitación frente a la suya, y después de que Draco lo vio cenar “— Tengo la boca entumecida —dijo Draco”, se fueron a la cama.

 

Harry apagó las luces y trató de dormir.

.

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.

...CONTINUARÁ...

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