Traducción: "Can I Tell You Something?" de GallaPlacidia

Harry Potter - J. K. Rowling
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Traducción: "Can I Tell You Something?" de GallaPlacidia
Summary
No es una fiesta a menos que Draco Malfoy esté allí. ¡Es tan divertido! ¡Tan salvaje! ¡Tan alocado! ¡Con Drogas! Tantas drogas. ¿Demasiadas drogas? Harry está empezando a creer que probablemente sean demasiadas drogas.Esta no es una ficción sobre la recuperación de la adicción por las drogas, aunque hay una recuperación de la adicción por las drogas.Con un desarrollo del personaje a través de viajes con MDMA1 con los ojos muy abiertos y Draco Malfoy encontrando la paz como bailarín burlesque2.
Note
IMPORTANTE: La presente es una traducción del fanfic de GallaPlacidia “CAN I TELL YOU SOMETHING?” . Quien ha eliminado su cuenta en esta plataforma, así como todos sus fanfics, como una fan que ama su trabajo he decidido traducir sus fanfics al español para que sus fans de habla hispana podamos seguir disfrutando su trabajo. Nota de GallaPlacidia en la versión original: Este fic es un regalo para Aylaar, quien pacientemente responde mis preguntas y se merece muchas cosas.¡También gracias a Nilolay por vetear de último momento cuando me di cuenta de que no podía aterrizar el avión solo!¡Únanse a mi boletín de Newsletter.gallapod.com! Notas de la traductora: Enlaces de contacto a Gallaplacidia: Gallapod.podbean Y newsletter.gallapod Fanfics de Gallaplacidia Descargados El Fanart utilizado en esta historia pertenece a BUGVILLE quien ha dado su permiso para compartirlo en esta traducción. Por favor vayan a su Tumblr: short666bread donde encontraran su bello arte.
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CAPÍTULO 5

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CAPÍTULO 5

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   —Quiero verte de nuevo —le dijo Harry a Draco mientras pagaban.

 

   —Actúo en el club una vez al mes.

 

   —Toma un café conmigo —dijo Harry. Draco le dirigió una mirada mesurada y asintió.

 

   —Estoy libre este fin de semana —dijo.

 

   —Oh… no puedo, este fin de semana. Me voy a Gales a investigar un asesinato.

 

   —Cómo vive la otra mitad. Podría ser… ¿El martes por la noche?

 

   —Tengo planes —dijo Harry automáticamente. Draco levantó una ceja exageradamente pintada— Lo siento —dijo Harry— El trabajo ha estado saturado. Er… ¿Podrías el 22 de febrero a las siete de la noche?

 

   —Eso es en tres semanas —dijo Draco.

 

   —Si.

 

Draco parecía extremadamente poco impresionado.

 

   —Bien —dijo— Vamos a mi cafetería local. A la vuelta de la esquina de aquí. No voy a ir a ninguna parte cerca de… tu parte de la ciudad.

 

   —Genial —dijo Harry. Draco asintió solemnemente y se giró para irse— ¡Espera!

 

Draco hizo una pausa.

 

   —Una cosa —dijo Harry— ¿Bellatrix Lestrange…?

 

Draco se rio. Por un segundo sonó feliz.

 

   —¿No crees que ella estaría complacida?

 

Sacudió la cabeza, todavía riendo suavemente, y se fue.

 


 

***

Estimado Draco:

 

Realmente me gustó mucho tu interpretación. Siempre fuiste un maldito buscador de atención, así que tiene mucho sentido, de verdad. Fue increíble. Quiero verlo de nuevo.

 

Soy Jefe de División; ¿Recuerdas que te dije que me había propuesto para eso? No sé si los leíste. Supongo que lo averiguaré. Pero me sentí un poco miserable cuando recibí la nota diciéndome que lo conseguí. Extraño. No siempre tienes la reacción que crees que tendrás antes las cosas buenas.

 

Estoy nervioso por verte. No veo gente a menudo.

 

Harry.

***

 

Draco no respondió, lo que confirmó la teoría de Harry de que habían pasado años desde que Draco había leído una de sus cartas. Claramente estaba viviendo la vida como un muggle. Sería difícil para él recibir lechuzas todo el tiempo.

 

Aliviado de pensar en el destinatario de sus cartas como una persona real que podría juzgarlo, Harry escribió varias más, sobre lo incómodo que se sentía en su nuevo puesto, aunque estaba seguro de que pronto se acostumbraría. Escribía sobre el trabajo, principalmente, aunque de vez en cuando también escribía sobre cómo se sentía como si le faltara algo y no supiera qué era.

 

Tres semanas pasaron lentamente, a pesar de lo ocupado que estaba.

 


 

Draco se apoyó contra la pared de la cafetería.

 

Su largo cabello rubio estaba medio recogido en un pequeño moño retorcido. Tenía varias perforaciones de cartílago en una oreja. Llevaba un jersey de gran tamaño cuidadosamente andrajoso, pantalones negros y zapatos Oxford marrones que mostraban una extensión de tobillo blanco.

 

Sin su maquillaje, estaba más encantador que nunca. Las cicatrices se destacaban claramente en su rostro pálido. Había rastros de brillo sobrante en sus pómulos.

 

   —Hola —dijo Harry.

 

   —No quiero café —dijo Draco— ¿Quieres café?

 

   —Er, ¿No?

 

   —Vamos a caminar —se apartó de la pared y agarró el brazo de Harry— ¿Te importa si nos aparecemos? Odio caminar por Londres.

 

   —Está bien —dijo Harry, sintiéndose un poco aturdido.

 

Draco los apareció en un campo con un pequeño manantial que lo atravesaba, soltó a Harry y comenzó a caminar. Harry se tomó un segundo para orientarse, luego corrió para alcanzarlo.

 

   —Felicitaciones por tu ascenso —dijo Draco— Ese es un gran logro. Debes ser el Jefe de División más joven en siglos.

 

   —¿Lees mis cartas?

 

   —¿No se suponía que debía hacerlo? —preguntó Draco, echándole una mirada de soslayo.

 

   —No. Quiero decir: sí. Quiero decir, nunca respondiste, así que pensé…

 

   —Pienso en ellas como una especie de periódico personal, bimensual, con el tema de Harry Potter —dijo Draco.

 

   —Eres la única persona con la que hablo —soltó Harry.

 

Draco mantuvo sus ojos en el suelo frente a él.

 

   —No me conoces, Harry.

 

Harry no supo cómo responder a eso. Apenas habían hablado desde la época en que habían luchado en bandos opuestos de una guerra. Pero Draco lo había cuidado cuando estuvo vulnerable. Draco se había enamorado de alguien que Harry sabía que era decente y amable. Draco había leído cientos de cartas de Harry y nunca las usó en su contra.

 

Harry sentía como si conociera a Draco a través de los espacios, a través de los silencios.

 

   —¿Debo igualar el campo de juego? —preguntó Draco— Siento como si te conociera. ¿Te cuento una historia?

 

No se miraron mientras caminaban.

 

   —Sí —dijo Harry— Buena idea.

 

Draco no habló de inmediato. Por el rabillo del ojo, Harry lo vio acomodar su sedoso cabello detrás de sus delicadas orejas perforadas.

 

Cuando habló, lo hizo con la misma voz algo afectada que había usado para contar la historia del gato.

 

   —Londres —dijo— Dos mil dos. Una tarde fría —miró a Harry— Un buen narrador prepara la escena.

 

   —No dije nada.

 

   —Nuestro héroe tiene veintidós años y está en una bajada de cocaína bastante salvaje, del tipo en el que estás seguro de que la gente puede olerlo en ti. Lleva una bolsa que empacó cuando aún estaba drogado y que, por lo tanto, contiene muy poco para usar. Está oscureciendo y no sabe dónde dormirá. No puede irse a casa, porque entonces tendría que decirles a sus padres que está desconsolado por un chico, no podría ocultárselos. Ya fue bastante difícil la última vez. De todos modos, si se va a casa, conseguirá más coca, y aunque parece una idea brillante en ese momento, escribió algunas palabras en sus manos, palabras que le dijo la última persona que lo amó. Entonces, cada vez que ve sus propias manos, recuerda que es un cobarde y el papel recortado de una persona, y eso le impide volver. Sólo que no sabe cómo seguir adelante. ¿Te estoy aburriendo?

 

   —No —dijo Harry. Draco asintió y continuó.

 

   —Pero esto es Gran Bretaña, y los acentos importan. Espera hasta que escucha a alguien pasar con el mismo que él. Son dos chicos elegantes, de su misma edad. Parece que probablemente se llamarán algo como Milo y Archie. Nuestro héroe se acerca a ellos.

 

   »“Disculpe”, dice, “Necesito ayuda”.

 

   »Con otra voz, lo hubieran ignorado, pero él habla como ellos, así que no lo hacen. La clase es diferente entre los muggles, pero el privilegio siempre se reconoce a sí mismo.

 

   »“¿Qué te ha pasado, amigo?”, pregunta el que parece un Milo.

 

   »“Me escapé de casa”, dice nuestro héroe. “Soy gay”, agrega, porque eso podría ser motivo de desprecio.

 

   »“Oh, amigo, eso es horrible”, dice el que parece un Archie. “No lo de pouf4. Quiero decir. Dios. ¿Tienes algún lugar dónde quedarte?, ¿A dónde fuiste a la escuela?

 

   »“En Escocia”, dice evasivamente nuestro héroe, “No tengo dónde quedarme”

 

   »“¿Fettes5?” Debe haber sido Fettes. Soy Hugo y este es Benny.

 

   »“Draco”, dice nuestro héroe. ¿Te estoy aburriendo, Harry?

 

   —¿Así que simplemente te acogieron?

 

   —Lo hicieron.

 

Draco parecía amargado como el infierno.

 

   —Eso fue amable de su parte —dijo Harry.

 

   —Ellos NO te habrían acogido —dijo Draco— El dinero engendra dinero. No sé qué hacer con eso —luego, de repente, silbando ácidamente— Debiste haber dejado que me quemara.

 

Harry golpeó su mano con la de Draco, no tomándola exactamente, pero permitiendo que Draco tomara la suya si quería. No lo hizo.

 

Cuando Draco volvió a hablar, estaba tranquilo.

 

   —La amiga de Hugo, Clementine, trabajaba en una galería de arte y le dio trabajo a nuestro héroe. No le pagaba lo suficiente para vivir en ningún lado, pero Hugo lo dejó vivir con él, gratis. Se enamoraron y vivieron felices para siempre, el fin.

 

Harry estaba callado.

 

   —Bueno —dijo Draco, su voz dura y fría— ¿No me vas a pedir el resto?

 

   —No —dijo Harry— Gracias por decirme tanto.

 

Draco se rio.

 

   —Pasaste un año entero acosándome cuando teníamos dieciséis, ¿Pero vas a dejar pasar esto?

 

   —Eso fue hace diez años —dijo Harry— Y todavía te estoy acechando.

 

   —¿Cómo me encontraste?

 

   —Fue un accidente. No vine a buscarte. Yo no hubiera hecho eso. Recuerdo cómo me sentía cuando la gente intentaba sacarme de Grimmauld Place.

 

   —No me avergüenza lo del baile burlesque.

 

   —No sé por qué lo estarías. Eres genial en eso.

 

Draco se rio y golpeo su hombro contra el de Harry.

 

   —Eres la primera persona que piensa que Bellatrix Lestrange es un nombre burlesque gracioso. Hasta ahora ha sido una broma personal, solo para mi placer.

 

   —No podía creer lo que escuchaba. ¿Te imaginas lo que haría si estuviera viva?

 

   —Si —dijo Draco con gravedad. Trazó distraídamente la cicatriz en su mejilla.

 

   —Te ves bien —dijo Harry.

 

   —Vete a la mierda —dijo Draco, vacío.

 

   —Esto, er… todo este atuendo funciona.

 

Draco levantó las cejas y miró a Harry.

 

   —Eres adorable —dijo arrastrando las palabras.

 

   —Vete a la mierda —dijo Harry, y Draco se rio.

 

   —Entonces cuéntame sobre este asesinato galés —dijo.

 

Había pasado tanto tiempo desde que alguien le preguntó a Harry sobre uno de sus casos.

 


 

Para cuando Harry recordó que solo había tenido la intención de permanecer fuera durante una hora, había estado oscuro durante mucho tiempo.

 

   —Tengo algunos archivos de sospechosos para leer —dijo— Debería irme.

 

   —Me parece que ya tienes al culpable. Ese granjero era sospechoso como la mierda.

 

   —Sí, quiero decir, probablemente fue él, pero tengo que estar seguro.

 

   —Tan obediente. Bueno, déjame saber cómo va.

 

   —¿Responderás? ¿Si te escribo?

 

   —No.

 

   —¿Podemos reunirnos de nuevo?

 

   —Yo no soy el que tiene la agenda apretada, Harry.

 

   —Podría ser el diecinueve de marzo.

 

Draco resopló una pequeña risa.

 

   —Perfecto —dijo.

 

Harry se fue con la incómoda sensación de que había decepcionado a Draco de alguna manera.

 


 

No mencionó que había visto a Draco a Ron y Hermione. Rara vez les decía cosas importantes, ya.

 

Draco se paró afuera de la cafetería el 19 de marzo. Sus uñas estaban pintadas de verde.

 

   —Función del día de San Patricio —dijo, cuando vio a Harry mirando— ¿Caminamos?

 

   —Claro —dijo Harry, y Draco los apareció en una playa de guijarros. Hacía frío.

 

   —¿Por qué estás aquí, Harry? —preguntó.

 

   —Nos Apareciste. ¿Esto es Escocia?

 

   —No hagas eso.

 

Harry suspiró. Habían comenzado a caminar automáticamente. Lo bueno de caminar era que hacía más fácil no mirar a Draco. Mirar a Draco dolía, por una variedad de razones, una de las cuales era el final de la historia de Draco, donde había estado enamorado de otra persona.

 

   —Creo… creo que me siento solo —dijo Harry— Y por alguna razón, he estado derramando mi alma contigo durante años, y nunca te has vuelto contra mí, cuanto debes saber y por cuánto se vendería una sola carta por…

 

   —Tengo mucho dinero —intervino Draco— Probablemente habría vendido una, si hubiera sido necesario.

 

   —Oh —dijo Harry. El viento soplaba directamente a través de su abrigo. Se sentía prácticamente desnudo.

 

Hubo un largo silencio. Harry no sabía cómo romperlo.

 

   —Mis padres me encontraron —dijo Draco, como si estuviera respondiendo una pregunta— Alrededor de seis meses después de que hui.

 

Harry miró y se sorprendió al ver que Draco sonreía para sí mismo.

 

   —Mi padre me encontró de la misma manera que tú. Lo vi desde el escenario: estaba sentado en primera fila, vestido con… quiero decir, ya sabes cómo se viste… la gente pensaba que era un anciano gay excéntrico, pervertido con dinero.

 

   —Literalmente no puedo imaginar a Lucius Malfoy en un espectáculo burlesque.

 

   —Créelo. Viene bastante a menudo.

 

   —… ¿qué?

 

Draco tiró de un mechón de su cabello.

 

   —Resulta que lo subestimé bastante. Mamá y papá están bien con eso. Todo ello; conmigo. Están bien conmigo.

 

   —Tu padre… ¿Apoya tu carrera en el burlesque?

 

   —No es una carrera, Harry.

 

   —Podría ser. Eres brillante.

 

   —Eso es lo que dice Padre. Los viejos hábitos son difíciles de morir, supongo. Quiere que construya una especie de imperio muggle drag.

 

   —Pero tú no quieres.

 

   —Una vez escuché a Úrsula hablando preocupada con Mark, sobre que ella no tenía un blog, y se sentía mal por eso. Él le dijo que no tenía que hacerlo… Creo que la frase era, “Monetizar su alegría”.

 

   —¿Cómo… cómo estás, Draco?

 

Draco metió las manos en las mangas de su suéter.

 

   —¿Alguna vez Michael pregunta por mí? —preguntó, su voz delgada.

 

El corazón de Harry se hundió.

 

   —No lo veo —dijo, y luego, porque era egoísta, y porque el hecho había tranquilizado una parte secreta de él cuando lo escucho, dijo— Se casó con Susan Bones.

 

Draco se rio demasiado fuerte.

 

   —Eso es genial —dijo— Ella es adorable. Debe estar… debe estar realmente feliz.

 

   —No lo has superado —dijo Harry.

 

Tal vez Harry habría escrito las cartas a cualquiera. ¿Cómo podría la autorrevelación hacer que te gustara alguien antes de conocerlo? ¿No estaba Harry enamorado de la idea de ser escuchado de la manera correcta? Tal vez Draco no era más que un espacio en blanco para que Harry se acomodara.

 

Excepto que Harry conocía a Draco. Draco había llorado en una escoba cuando tenía dieciocho años, mientras hablaba de un elfo doméstico muerto.

 

   —¿Te estás congelando? —preguntó Draco— Me estoy congelando. Vamos a otro lugar.

 

No esperó a que Harry respondiera. Tomó el brazo de Harry y los apareció en la cima de una colina en las afueras de Edimburgo.

 

   —Esto es una mierda —dijo, en el momento en que llegaron, y los apareció en un páramo purpura de brezo— Odio esto —dijo, y los llevó a un lago azul profundo— Lo odio —dijo, no estaba llorando, pero su rostro estaba arrugado como si lo estuviera, los apareció en un prado lleno de narcisos— Lo odio, esto es terrible…

 

   —¡Draco, detente!

 

Draco lo soltó y se alejó unos metros.

 

Harry se acercó a él lentamente. No dijo nada. Simplemente puso un brazo alrededor de los hombros de Draco y apoyó sus cabezas juntas.

 

   —Casado —dijo Draco.

 

   —Hace unos seis meses.

 

   —Joder —dijo Draco, con la voz quebrada.

 

   —Lo siento.

 

   —Está bien —dijo Draco. Tomó un respiro estremecido— Se merece a alguien bueno.

 

   —Estas bien.

 

   —Estás tan lleno de mierda, Harry —Draco se limpió vagamente la cara, aunque en realidad no había derramado ninguna lágrima— Estoy bien, sinceramente. Era una relación jodida, de todos modos. Ni siquiera recuerdo la mayor parte. Y no es divertido amar a alguien que se avergüenza de ti.

 

   —No se avergonzaba de ti.

 

   —Por supuesto que lo estaba.

 

   —Creo que tus recuerdos de esa época podrían no ser tan confiables. ¿Todavía…?

 

   —No. He estado más o menos sobrio durante más de tres años.

 

   —Felicidades.

 

   —Oh, Dios, no lo hagas —se separó de Harry y se sentó pesadamente entre los narcisos— Tú también estas jodido, lo sabes.

 

   —Lo sé —dijo Harry, sentándose a su lado.

 

   —No te atrevas a tratar de hacerme hablar de eso.

 

   —No lo haría.

 

Draco picoteó la hierba.

 

   —Trabajo en una galería de arte —dijo— Me preguntaste una vez, qué hacía para ganarme la vida. Yo no tenía trabajo en ese entonces; solo un deseo de morir.

 

   —¿Todavía tienes un deseo de morir?

 

La mandíbula de Draco se contrajo, pero no respondió. Harry estiro su dedo meñique para que tocara el de Draco. Lo contó como una victoria cuando Draco no apartó la mano.

 

   —Entonces —dijo Draco— ¿Cuándo te veré la próxima vez? ¿Julio? ¿O es demasiado pronto? ¿Crees que tendrás espacio en tu calendario para mí antes de Navidad?

 

Harry respiro hondo.

 

   —¿Cómo está el martes por la noche?

 

Draco miro hacia arriba.

 

   —¿En serio?

 

Harry asintió.

 

   —Puedo el martes —dijo Draco.

.

.

.

...CONTINUARÁ...

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