Traducción: "Can I Tell You Something?" de GallaPlacidia

Harry Potter - J. K. Rowling
M/M
G
Traducción: "Can I Tell You Something?" de GallaPlacidia
Summary
No es una fiesta a menos que Draco Malfoy esté allí. ¡Es tan divertido! ¡Tan salvaje! ¡Tan alocado! ¡Con Drogas! Tantas drogas. ¿Demasiadas drogas? Harry está empezando a creer que probablemente sean demasiadas drogas.Esta no es una ficción sobre la recuperación de la adicción por las drogas, aunque hay una recuperación de la adicción por las drogas.Con un desarrollo del personaje a través de viajes con MDMA1 con los ojos muy abiertos y Draco Malfoy encontrando la paz como bailarín burlesque2.
Note
IMPORTANTE: La presente es una traducción del fanfic de GallaPlacidia “CAN I TELL YOU SOMETHING?” . Quien ha eliminado su cuenta en esta plataforma, así como todos sus fanfics, como una fan que ama su trabajo he decidido traducir sus fanfics al español para que sus fans de habla hispana podamos seguir disfrutando su trabajo. Nota de GallaPlacidia en la versión original: Este fic es un regalo para Aylaar, quien pacientemente responde mis preguntas y se merece muchas cosas.¡También gracias a Nilolay por vetear de último momento cuando me di cuenta de que no podía aterrizar el avión solo!¡Únanse a mi boletín de Newsletter.gallapod.com! Notas de la traductora: Enlaces de contacto a Gallaplacidia: Gallapod.podbean Y newsletter.gallapod Fanfics de Gallaplacidia Descargados El Fanart utilizado en esta historia pertenece a BUGVILLE quien ha dado su permiso para compartirlo en esta traducción. Por favor vayan a su Tumblr: short666bread donde encontraran su bello arte.
All Chapters Forward

CAPÍTULO 2

«——————————»

CAPÍTULO 2

«——————————»

 

Pasó otro año antes de que volviera a ver a Draco Malfoy. Fue en la casa ancestral de campo de Zacharias Smith.

 

   —¿Por qué maldita sea nadie me quiere? —preguntó Smith, vagando borracho por los pasillos. Harry, que había tomado MDMA por primera vez hace una hora y comenzaba a sentirse muy bien, sonrió.

 

   —Es porque eres un imbécil —dijo amablemente.

 

   —¡Todos aman a Malfoy, y él es un mortífago de mierda! —dijo Smith.

 

   —Todo el mundo se ha vuelto loco —dijo Harry, y se escabulló. Quería encontrar a Ron y decirle lo gran amigo que era.

 

La casa era enorme. Abrió puerta tras puerta, subiendo progresivamente, y pronto ya no podía escuchar los sonidos de la fiesta. Él estaba perdido. Él estaba solo. Abrió una puerta y Draco Malfoy estaba sentado en el asiento junto a la ventana de un bonito dormitorio azul, fumando un cigarrillo a través de la ventana abierta.

 

   —¡Draco Malfoy! —gritó Harry. Estaba encantado de verlo, ¡Draco! Ahora podría pedir perdón en persona. Las palabras estaban sueltas en su boca.

 

   —Potter —dijo Draco.

 

   —Lamento lo de tu cara —dijo Harry— No tenía idea. ¿Cómo es que usas el glamour? Hace mucho calor aquí. ¿Puedo tener un cigarrillo?

 

   —Estás drogado —dijo Draco.

 

   —Dean Thomas me dio un poco. Eres amigo de él. ¿No es raro? ¿Porque lo mantuviste encerrado en tu mazmorra todos esos meses? Debe ser raro.

 

   —¿Tiene más? —preguntó Draco.

 

   —No —dijo Harry— Me siento bien. Me siento tan bien.

 

   —¿Es tu primera vez?

 

Harry asintió, y se sintió tan bien mover su cuello que siguió haciéndolo. Draco resopló en voz baja, una risa real, la primera que Harry había escuchado de él en años. O tal vez alguna vez.

 

   —Vamos a llevarte de vuelta a la fiesta —dijo.

 

   —Quería hablar contigo —dijo Harry— Quería pedir perdón en persona.

 

   —No es necesario —dijo Draco.

 

   —¿Puedo verlas de nuevo? ¿Las cicatrices? ¿Sin el glamour?

 

   —No —dijo Draco.

 

   —¿Me odias?

 

   —No —dijo Draco. Apagó el cigarrillo en la parte exterior del alféizar de la ventana y lo arrojó concienzudamente a la papelera— Vamos, entonces, Potter. Vamos a buscarte algo de música para bailar.

 

Cruzó la habitación, abrió la puerta. Harry lo siguió al pasillo. Era largo y vacío.

 

   —¡Corre conmigo! —dijo Harry, y comenzó a correr. Draco también corrió. Se precipitaron por el pasillo, y Harry llegó primero a final— ¡Gané! Como en quidditch. ¡Deberíamos jugar al quidditch!

 

   —No —dijo Draco— Merlín, eres rápido. Vamos.

 

   —¿Por qué usas el glamour?

 

   —¿Por qué crees? —preguntó Draco.

 

   —¿Es incomodó?

 

Draco movió la cabeza, sin comprometerse.

 

   —Me pica —dijo— Como usar una peluca.

 

   —¿Me has perdonado?

 

   —Creo que todos terminaron aquí —dijo Draco. Los condujo a unas escaleras. Harry se sentó en la baranda y comenzó a deslizarse hacia abajo, pero su equilibrio era extraño y casi se cae. Las manos de Draco volaron a su cintura, estabilizándolo— Espera —dijo.

 

Lanzo algunos encantamientos.

 

   —Está bien, ahora puedes hacerlo.

 

Harry se deslizó por la baranda, las paredes invisibles a cada lado de él le impedían caer. Al pie de las escaleras, Draco lo ayudó a bajar.

 

   —Eres fuerte —dijo Harry— Creo que soy bisexual.

 

   —Está bien —dijo Draco.

 

   —Todavía no se lo he dicho a nadie.

 

   —Eso es comprensible.

 

   —Eres gay. ¿A tus padres no les importa? ¿Voldemort odiaba a los homosexuales?

 

   —No se lo he dicho a mis padres.

 

   —¿Les importaría?

 

   —El salón principal está por aquí —dijo Draco.

 

   —Vamos a correr de nuevo —dijo Harry.

 

Lo hicieron. Esta vez ganó Draco.

 

Pero cuando llegaron al salón principal, no había nadie más que Neville, dormido en un sofá, y una pareja besándose en la chimenea.

 

   —¿Dónde está todo el mundo? —preguntó Harry.

 

   —Me voy a la cama —dijo Draco, frunciendo el ceño— Son casi las cinco. No sé por qué Dean te dejó elevarte tan tarde.

 

   —Dean debe estar despierto —dijo Harry.

 

   —Sí, vamos a encontrarlo —dijo Draco. Harry lo siguió a la cocina.

 

   —Tu cabello es de un lindo color —dijo Harry.

 

   —¿Dónde diablos está Dean? —preguntó Draco a la cocina vacía.

 

   —¡Enviaré un Patronus! —dijo Harry— ¡Expecto Patronum!

 

Estaba tan feliz que no tenía que pensar en un recuerdo. Pero su magia estaba muy chistosa, y lo que salió fue una neblina blanca deslumbrante, pero sin forma. Rápidamente se disipó.

 

   —¿Recuerdas cuando te lancé un Patronus en tercer año? —le preguntó a Draco.

 

   —Lo recuerdo.

 

   —¿Por qué hiciste eso? ¿Disfrazarte de Dementor?

 

   —Volvamos al salón principal.

 

   —Envíale a Dean un Patronus, estoy demasiado drogado.

 

   —No puedo lanzar uno.

 

Harry se rio. Salió extraño, entrecortado y encantado.

 

   —Lo habrías hecho si hubieras estado en el ED. ¿Recuerdas cómo nos atrapaste?

 

   —Lo recuerdo.

 

   —¿Estás sobrio?

 

   —Sí —dijo Draco, frotándose los ojos— ¿Por qué no lo estás? Dean no te presionó para que tomaras algo, ¿Verdad?

 

   —No, he querido hacerlo por un tiempo —Harry miró la luz y dio vueltas hasta que estuvo mareado. Draco lo agarró por el codo y lo detuvo golpeando la mesa— Mis padres están muertos.

 

   —Maldita sea —dijo Draco.

 

   —Tengo la edad que tenía mi padre cuando murió —dijo Harry— Veintiuno. Seré mayor que mi padre, el próximo cumpleaños. ¿Qué edad tiene tu padre?

 

   —Cincuenta y tres —dijo Draco. Estaba llenando una cafetera con agua caliente.

 

   —Lo odio —dijo Harry, se rio— Ooops. Trato de no odiar más a la gente.

 

   —Volvamos al salón principal —dijo Draco de nuevo, tomando la cafetera y una taza y alejándose.

 

   —¿Cómo es que estás sobrio? —preguntó Harry, trotando para seguirlo— ¿No estás siempre con drogas?

 

   —Vete a la mierda —dijo Draco, Malfoyescamente.

 

   —Te he molestado —dijo Harry, sintiéndose horrible, horrible, muy horrible, estúpido…

 

   —Está bien —dijo Draco, tocándole el brazo ligeramente— Es solo un tema doloroso.

 

   —Lo siento —dijo Harry— ¿Estas molesto ahora?

 

   —No.

 

   —¿Estás cansado?

 

   —Un poquito.

 

Harry se sintió triste.

 

   —¿Quieres ir a la cama? —habían llegado al salón principal. Neville y la pareja habían desaparecido. Aunque Harry aún se sentía maravilloso, no le gustaba la idea de tener que sentirse maravilloso solo.

 

   —No, me quedaré contigo hasta que se te baje —murmuró algo más. Harry escuchó el final de la frase— “…hagas daño”.

 

Movió su varita hacia el tocadiscos y la música electrónica comenzó a sonar. Instantáneamente, Harry comenzó a bailar. Se sentía genial, increíble, bien. Draco vertió el café en la taza y lo vació.

 

   —Baila conmigo —dijo Harry.

 

Draco bailaba a su lado, movimientos pequeños, espasmódicos e incómodos. Harry lo miró feliz. El hermoso cabello de Draco brillaba a la luz de la mañana. Era tan, tan guapo. ¿Siempre había sido tan guapo? Probablemente.

 

   —¿Puedo besarte? —preguntó Harry.

 

   —¿Estás seguro que quieres? —preguntó Draco.

 

Harry asintió con entusiasmo.

 

   —Oh, si —dijo— Lo he pensado antes.

 

   —Está bien, entonces —dijo Draco. Harry se acercó, presionando sus cuerpos juntos. Draco era tan encantador, cálido y duro de arriba abajo. Sus labios eran suaves y el beso perfecto, maravilloso, mágico.

 

   —No se siente muy sexual —dijo Harry.

 

   —Tal vez no para ti —dijo Draco.

 

   —Tal vez soy heterosexual —dijo Harry.

 

   —Nunca me excito, cuando uso MD —dijo Draco.

 

   —¿Con qué frecuencia te drogas?

 

   —No tan a menudo —dijo Draco— Cinco veces a la semana como máximo. A menos que sea el cumpleaños de alguien.

 

   —¡Eso es un montón!

 

   —Es solo algo social —dijo Draco.

 

   —¿Dónde está Michael? —preguntó Harry. Draco miró hacia otro lado.

 

   —¿Cómo lo sabría?

 

   —¡Él es tu novio!

 

Draco lo miró fijamente. Sus ojos eran tan bonitos. Harry trató de ver dónde estaban las cicatrices, pero el glamour era demasiado perfecto. No podía distinguirlos en absoluto.

 

   —¿Crees que te dejaría besarme si todavía estuviera con Michael?

 

Harry no podía dejar de moverse porque se sentía tan bien.

 

   —No lo sé —dijo, moviéndose sobre sus pies, moviendo la cabeza— No eres muy buena persona.

 

Draco lo miró un poco más.

 

   —Deberías beber un vaso de agua —dijo, después de un rato— Ven a la cocina.

 

   —Me gusta la música —dijo Harry.

 

   —Te deshidratarás. Es importante, Potter.

 

En la cocina, Harry bebió obedientemente el agua que Draco le dio.

 

   —¿Puedo besarte de nuevo? —preguntó, cuando terminó.

 

   —No.

 

Harry estaba triste.

 

   —¿Fui malo en eso? Nunca antes había besado a un chico.

 

   —No —dijo Draco— Estuviste muy bien.

 

   —¿Entonces, por qué no?

 

   —Volvamos al salón principal —dijo Draco.

 

   —¡ESCOBAS! —dijo Harry. ¡No podía creer que no las notara antes! — ¡Escobas! ¡Volemos! —agarró una y salió corriendo por la puerta de la cocina hacia un patio.

 

   —¡No, joder, no, Potter…! —Draco lo persiguió. Trató de agarrar la escoba de las manos de Harry. Era un juego tan divertido. Harry fue demasiado rápido para él. Saltó por el patio, sosteniendo la escoba fuera del alcance de Draco.

 

   —¡Estás demasiado drogado para volar, Harry!

 

   —No seas tan aburrido —dijo Harry, riendo.

 

   —¡Accio Escoba!

 

La escoba se escapó de las manos de Harry. ¡Pero había más escobas! ¡Muchas! ¡Una apoyada en la pared de la cocina!

 

   —¡Harry, detente, te lo ruego…!

 

   —¿Asustado, Malfoy?

 

   —¡Sí, francamente!

 

   —Vamos —dijo Harry— ¡Vuela conmigo!

 

Draco se mordió el labio y pensó por un minuto.

 

   —Dame un segundo —dijo. Coloco varios encantamientos en una de las escobas— De acuerdo. Podemos volar justos en esta, y debería ser lo suficientemente seguro. De esa manera puedo vigilarte.

 

A Harry le gustó la idea de envolverse alrededor del cálido cuerpo de Draco, así que estuvo de acuerdo. Trepó detrás de Draco y se aferró con fuerza a la cintura de Draco. Besó el cuello de Draco mientras despegaban.

 

   —Lo siento —dijo, después de darse cuenta de lo que había hecho.

 

   —Está bien —dijo Draco— Puedes seguir haciéndolo.

 

Así que Harry besó el cuello de Draco y Draco condujo. Draco voló bajo y lentamente a través de la fresca niebla de la mañana.

 

   —¿Recuerdas la última vez que volamos así? —preguntó Harry.

 

   —Si —dijo Draco.

 

   —Esta es mejor.

 

Draco se rio.

 

   —Si.

 

   —Me alegro de haberte salvado —dijo Harry.

 

   —Es lo que mejor haces, ¿No es así, Salvador?

 

Harry sacudió su cabeza contra la espalda de Draco.

 

   —No a todos —dijo.

 

   —No —dijo Draco, tan bajo que Harry apenas podía escucharlo.

 

   —No a Dobby —dijo Harry.

 

   —¡Dobby!

 

   —Un elfo libre —dijo Harry.

 

Los hombros de Draco se movían de forma extraña.

 

   —Tu conocías a Dobby —dijo Harry— Yo mismo lo enterré. Normalmente no hablo de la guerra. Hermione dice que debería ver a un sanador mental, pero no tengo tiempo, ¿Quién tiene ese tipo de tiempo?

 

   —Él me vio mirando una foto de… alguien, una vez —dijo Draco— Dobby. Le grité mientras golpeaba su cabeza contra el suelo. Me odiaba —Draco hizo una pausa— Nunca le he dicho eso a nadie antes.

 

   —Ya sabía que te odiaba —dijo Harry.

 

   —Eso no era…

 

Draco negó con la cabeza y dejó de hablar. Su respiración era extraña.

 

   —¿Estas llorando? —preguntó Harry.

 

   —Es el viento —dijo Draco.

 

   —Lamento lo que pasó la última vez que te vi llorar —dijo Harry, apretando su agarre alrededor de Draco y acariciando su espalda con la mejilla.

 

   —Michael rompió conmigo ayer —dijo Draco.

 

   —Lo amabas —dijo Harry.

 

Draco no respondió. La escoba se había ralentizado y lo hombros de Draco temblaban y temblaban. Harry lo abrazó con fuerza.

 

   —¿Qué sucedió? —preguntó, después de un rato. Los hombros de Draco dejaron de agitarse y la escoba aceleró.

 

   —Creo que veo a Dean y a los demás —dijo.

 

Él estaba en lo correcto. La niebla se había desplazado para revelar un claro, donde Dean y quizás otras quince personas estaban bailando, cantando y besándose. Draco aterrizó suavemente y eliminó los encantamientos que mantenían a Harry en la escoba.

 

   —¡Draco! —gritó Dean, saltando hacia adelante para abrazarlo— ¡Draco! Te perdono, lo sabes, ¿Verdad?

 

   —Lo sé —dijo Draco— Me lo has dicho antes. Gracias.

 

   —Te perdono.

 

   —Dejaste a Potter solo, allá atrás. Es su primera vez. Podría haberse lastimado.

 

No pudimos encontrarlo. ¡Vimos el amanecer! ¡Harry! ¡Me salvaste la vida! ¡De Draco! ¡Y su papá! —Dean se giró hacia Draco— ¡Odio a tu padre!

 

   —¿Tienes más MD contigo? —preguntó Draco.

 

   —¿Pensé que lo ibas a dejar?

 

   —A la mierda eso.

 

   —Lo usamos todo, lo siento. ¡Ven a bailar con nosotros!

 

   —Me voy a casa. Cuida de Potter, ¿Sí? No lo dejes solo otra vez.

 

   —Él salvó al mundo —dijo Dean— ¡Harry! ¡Te amo!

 

Dean tomo la mano de Harry y lo condujo a donde una chica estaba haciendo un fascinante baile con tres varitas encendidas. Cuando se detuvo, Draco se había ido.

.

.

.

...CONTINUARÁ...

Forward
Sign in to leave a review.