
CAPÍTULO 1
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CAPÍTULO 1
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Estimado Potter:
Te escribo para disculparme por mi crueldad y arrogancia en Hogwarts, así como por mis reprobables acciones durante la guerra.
No escribo porque espero el perdón. Más bien, pensé que te merecías una disculpa.
Sinceramente,
Draco Malfoy
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Harry iba a responder, hasta que supo que Malfoy había escrito palabra por palabra la misma carta a Ron y Hermione.
Tiró la carta de Malfoy y se olvidó de ella.
La primera vez que Harry vio a Draco Malfoy después de los juicios fue en la extraña fiesta en la casa ancestral de Zacharias Smith.
Fue nueve meses después de la guerra, y todo el mundo estaba un poco nervioso. Smith, agente del caos, había invitado a todo su grupo de generación, y también a los Slytherin, los malditos.
Todo el mundo estaba un poco raro ese año, de todos modos. A las diez de la noche, Parvati Patil le estaba dando una mamada a Neville en la cocina frente a una multitud que vitoreaba. Harry se retiró a la biblioteca vacía y se preguntó si sería un anciano acabado.
—¡Vaya! —dijo Draco Malfoy, al abrir la puerta— ¡Es Harry Potter!
Sus ojos estaban tan dilatados que eran casi negros, su rostro estaba pálido y delgado, sus mejillas rosadas. Entró flotando con gracia en la habitación, medio bailando, con una expresión extraña y honesta.
—Malfoy —dijo Harry con cautela. Estaba intentando esta cosa nueva en la que no odiaba a la gente. No iba bien. Odiaba a todos.
Malfoy se acercó, todavía luciendo soñador y hermoso, como una especie de hada del bosque.
—Quería explorar —dijo— No puedo creer que estés aquí —hizo un suave sonido de risa— Tu mataste al Señor Oscuro —repitió la risa extraña. No sonaba bien, como si hubiera olvidado temporalmente cómo hacerlo— Tu salvaste el mundo. ¿Puedo masajear tu mano?
—Estás drogado —dijo Harry.
Malfoy pareció sorprendido.
—Sí —dijo— ¿Puedo decirte algo?
—¿Qué usaste?
—MDMA —dijo Malfoy— Mucho y Mucho. Me gusta tu cabello. ¿Puedo tocarlo?
Harry negó con la cabeza y se sentó con las piernas cruzadas en la larga mesa de madera. Malfoy exclamó.
—¡Sentarse! ¡Sí! ¡Qué excelente idea, ja, ja! —la misma risa de nuevo, donde parecía decir las palabras en lugar de hacer la acción— ¿No es esto extraño? ¿Puedo tocar tu cabello? Intentaste matarme.
—No me toques.
Los ojos de Malfoy se agrandaron. Era total y cautivadoramente encantador, y sus dedos largos y afilados se posaron en sus suaves mejillas.
—Te estoy molestando —dijo, sonado afligido— ¿Debo irme?
—No —dijo Harry— Me agradas más, con MDMA. Tal vez me cuentes todos tus secretos.
Malfoy negó con la cabeza, sonrió.
—Ja, ja. ¡No debó ser aprovechado!
—¿Qué es lo que me querías decir?
Malfoy había comenzado a masajear su propia pantorrilla y parecía bastante distraído.
—¿Estás seguro de que no quieres un masaje? Se siente tan bien.
—Estoy seguro —dijo Harry— Dijiste, “¿Puedo decirte algo?”
Las manos de Malfoy fueron a su pecho, su rostro honesto y sincero.
—No sé si debería decírtelo. Es un secreto.
Harry esperó.
—¿Todavía me odias? —preguntó Malfoy.
—No —dijo Harry— Al menos. No activamente.
—Oh —dijo Malfoy con tristeza— Pero emocionalmente —sus dedos masajearon suavemente en el cuello de su camisa— Mucha gente me odia. Envían cartas —miró hacia arriba— Dejó cicatrices.
—¿Qué?
—Sectumsempra. Dejó cicatriz.
Esto estaba resultando ser una fiesta verdaderamente de pesadilla.
—Snape dijo que no lo haría —dijo Harry.
Malfoy se encogió de hombros.
—¿Quieres ver?
—No quiero que te quites la ropa, no —dijo Harry, aunque estaba muy consciente de que era una mentira. Pero ni siquiera le había dicho a Ron que podría ser bisexual, así que ciertamente no se iba a arriesgar a que Draco Malfoy se enterara.
Malfoy negó con la cabeza.
—No tengo que… mira…
Sacó su varita y lanzó un Finite Incantatem rápidamente.
Cicatrices de cortadas en su rostro. Cicatrices rojas, dolorosas y evidentes, una cruzando su ojo, deformando su ceja, parecía un milagro que su ojo hubiera sobrevivido, la otra bajando por un lado de su mejilla.
Parecía un cuadro acuchillado.
Malfoy estaba observando de cerca la reacción de Harry.
—Lo sé —dijo Malfoy, cuando Harry no pudo hablar— son feas —lanzó el hechizo glamour para cubrirlos, tan rápido y fácilmente que Harry supo que debía lanzarlo todos los días.
—¿Tú… lo has estado escondiendo todo este tiempo? —preguntó Harry.
Malfoy se rio
—ja, ja —y asintió— Son feas —dijo de nuevo. Sus ojos se pusieron infantilmente tristes— feo.
—Malfoy…
—¿Puedo tocar tu cabello?
—Está bien —dijo Harry, pero cuando Malfoy se acercó, la puerta se abrió.
—¡Draco! —dijo Dean Thomas.
—¡Dean! —gritó Malfoy con deleite. Saltó de la mesa y corrió hacia los brazos de Dean, envolviendo sus piernas largas y delgadas alrededor del torso de Dean.
—Te estaba buscando —dijo Dean, con una voz igualmente soñadora.
—Acabo de tener una conversación profunda y significativa con Harry Potter —dijo Malfoy.
—Eso es increíble —dijo Dean. Harry observó, sintiéndose bastante aturdido. Dean cargó a Draco sobre sus caderas— ¿Recuerdas dónde estábamos en esta época el año pasado?
Draco asintió. Sus ojos eran demasiado grandes para su cara.
—Pienso en eso todo el tiempo —dijo— Todo el día, toda la noche, todo el día, toda la noche…
—Yo también —dijo Dean— ¿Quieres un poco de chicle?
—No gracias. ¡Vaya! —Malfoy saltó de Dean— Tienes un buen cuerpo —le dijo a Dean.
—Tú también —dijo Dean. Se giro hacia Harry— No te dije gracias.
—Está bien —dijo Harry apresuradamente. En particular, no quería prolongar el tiempo que pasaba con esta versión intensa y fantasiosa de Draco Malfoy. Todavía se estaba recuperando del impacto de haberlo desfigurado.
—Estaría en Azkaban ahora —dijo Malfoy.
—¿Puedes imaginarlo? —preguntó Dean. Malfoy cerró los ojos y sacudió la cabeza.
—Sí —dijo— Me pondrá triste, no quiero estar triste.
—¿Quieres besarme? —preguntó Dean.
—Está bien —dijo Malfoy, animándose.
—Voy a ver cómo están Ron y Hermione —dijo Harry con decisión, y salió de la habitación. Sin embargo, no antes de escuchar a Malfoy suspirar satisfecho en la boca de Dean, o Dean decir —“Tus labios son tan suaves…”
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Malfoy:
No tenía idea de que mi maldición hicier…
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Harry arrugó el pergamino y lo tiró.
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Estimado Malfoy:
Si hubiera sabido de tu cara…
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Malfoy:
No es que lo mejore, pero las cicatrices no son realmente feas…
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Malfoy:
Perdón por mutilarte la cara…
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Malfoy:
Obviamente no tenía la intención de desfigurarte, no tenía ni idea, ¿Hay algo que pueda…?
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Malfoy:
¿Podemos hablar en persona? ¿La cafetería cerca del Ministerio, mañana por la tarde a las 6?
Sinceramente,
Harry
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Malfoy no respondió.
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Hola Malfoy:
No estoy seguro de si recibiste mi última carta, esperaba que pudiéramos tener una charla. Es sobre lo que me dijiste en la fiesta de Smith.
Harry.
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Cuando eso tampoco provoco una respuesta. Harry decidido que no tenía sentido postergarlo más. Tenía que disculparse, más por sí mismo que por Malfoy. Se estaba volviendo loco, pensando en Malfoy diciendo “feo” y escondiendo sus cicatrices.
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Estimado Malfoy:
No puedo decirte cuánto lo siento por el Sectumsempra. Lo lamenté de todos modos, incluso antes de saber acerca de las cicatrices. No tenía idea de lo que significaba ese hechizo y estaba aterrorizado cuando vi lo que te hizo. Ojalá pudiera deshacerlo. Si hay algo que pueda hacer para ayudar con las facturas médicas o lo que sea, házmelo saber.
Sinceramente,
Harry
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Esa misma tarde, Malfoy le respondió.
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Estimado Potter:
Gracias por tu disculpa.
Sinceramente,
D.Malfoy
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Paso otro año antes de que Harry volviera a ver a Malfoy. Sin embargo, escucho sobre él antes de eso.
—… y luego Malfo apareció vestido como un zar ruso y comenzó a nombrar caballeros a todos, ¡Fue genial! —dijo Ron.
—Él es divertido en una fiesta —dijo Hermione.
—Él es Malfoy —dijo Harry.
—¿Por qué no vienes con nosotros alguna vez? —dijo Ron, como si Harry no hubiera hablado— Nunca sales.
—Salgó —dijo Harry.
—Ir a trabajar no cuenta —dijo Ron.
—Me gusta mi trabajo.
—Estoy segura de que Harry comenzará a socializar cuando esté listo, Ron —dijo Hermione.
—¡Socializo! ¡Socializo todo el tiempo!
—Comer bagels en nuestro departamento cada dos martes no es tener una vida social, amigo —dijo Ron.
—Tampoco lo es drogarse con Draco Malfoy todos los fines de semana —dijo Harry, y Ron se sonrojó. Había estado bebiendo mucho. También Hermione. También la mayoría de la gente, así se sentía.
Finalmente, Harry accedió a ir a una fiesta en casa de Ron y Hermione.
Terry Boot yacía desnudo sobre la mesa del comedor. Eloise Midgen inhalo coca de su estómago.
“Todo el mundo se ha vuelto loco”, pensó Harry. “Absoluta y completamente loco”.
Había un gran balcón. Se sentó en un escalón, escondido, y decidió esperar veinte minutos antes de irse, para que Ron no lo regañara al día siguiente.
Cinco minutos más tarde, Draco Malfoy flotaba delicadamente hacia el balcón, agarrando la mano de Michael Corner.
—Eres tan ardiente —dijo Michael— Me encanta follarte.
Harry emitió un pequeño sonido de agonía, pero ninguno de los dos pareció darse cuenta.
—Mira, estrellas —dijo Malfoy. Estaba con MDMA otra vez; Harry podía decirlo por la cualidad soñadora de su voz.
—¿Qué es lo que me querías decir? —preguntó Michael, comenzando a masajear la mano de Draco. Michael estaba claramente fuera de sí también.
—Te amo —dijo Malfoy.
Harry puso su cabeza entre las manos y suspiró, resignado a su destino.
Además, estaba un poco fascinado.
—Nunca has dicho eso antes —dijo Michael.
—Lo pienso, todo el tiempo —dijo Malfoy.
—¿Cómo es que nunca lo has dicho?
—Lo digo —dijo Malfoy, como si eso fuera suficiente explicación.
—Pero hablarás, algún día —dijo Michael— Sobre las pesadillas.
—Ja, ja —se rio Malfoy— Te amo.
—Yo también te amo.
Se besaron. Harry quería morir.
—¿Quieres hablar ahora? —preguntó Michael— ¿Sería eso más fácil?
Malfoy negó con la cabeza.
—Me entristecerá —dijo— No quiero estar triste.
—Pero a veces tienes que estarlo —dijo Michael.
—No, no, no —dijo Draco— Yo no, nunca, ¡Ja, ja!
—Me preocupas —dijo Michael.
—Shhhhh —dijo Draco— Deberíamos ir a bailar.
—Está bien —dijo Michael fácilmente, y abandonaron el balcón.
—Hasta Draco Malfoy ha encontrado el amor —se quejó Harry.
—Bueno, no te ofendas, amigo, pero él se arriesga, ¿Sabes? —dijo Ron. Era el segundo martes del mes. Estaban comiendo panecillos.
—Si te refieres a usar éxtasis cinco veces a la semana “exponerte”, entonces sí, lo hace.
—Creo que varía su uso de drogas, en realidad —dijo Hermione— Aunque le gusta la coca.
—¿Por qué sabes tanto sobre los hábitos de drogas de Draco Malfoy?
—Simplemente lo vemos mucho, Harry.
—Más de lo que te vemos a ti, para ser honesto —dijo Ron— ¿Sabes que va a las noches de cine de Neville?
—Estás jodido de la cabeza. Todos ustedes. Eloise Midgen también.
—No estamos sugiriendo que te conviertas en un fiestero, Harry —dijo Hermione— Pero vamos al pub los viernes. ¿No podrías venir al pub?
—Repaso las notas de mis casos los viernes —dijo Harry.
Hermione cambió de tema con mucho tacto.
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...CONTINUARÁ...