Feel like a brand new person

Harry Potter - J. K. Rowling Fear the Walking Dead (TV) The Walking Dead (Comics)
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Feel like a brand new person
Summary
𖹭 Sin la certeza de nada y con pocas cosas a las que aferrarse, Harry Potter, abandonado en un pueblo fantasma, se embarca a los nuevos desafíos que el mundo apocalíptico pone en su camino.
Note
He decidido hacer de este fic dos series, la primera parte, ya finalizada, "As long as I can" ; que cuenta como nuestro protagonista, Harry Potter, de diez años, lleva adelante su vida después de ser envuelto en los inicios de un apocalipsis zombie. Lo que se ubicaría antes y durante el tiempo en el que Rick está en coma (seis semanas).De aquí en adelante, pienso llevar el fic hasta el final, así que no habrá interrupciones con respecto a series. Datos (ir)relevantes:• "As long as I can (Move On)" es la línea de una canción de Tame Impala que estaba escuchado cuando se me ocurrió la premisa del fic (One more Hour). Tal como el título de esta serie, también pertenece a una de sus canciones (New Person, Same Old Mistakes).• Harry paso alrededor de tres semanas solo. Porque el apocalipsis comienza, en este fic, en principios de agosto (el día nueve específicamente). Actualmente está transcurriendo principios de septiembre.
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Chapter 1

Desde entonces, Harry pensó que en algún momento se iban a ir. Era lo más lógico, tomado en en cuenta que tenían un vehículo, ¡podían moverse libremente! 

Pero no se fueron. Y eso fue preocupante.

Los días transcurrian tal como las páginas de los libros que leía en las penumbras de la oscuridad de la biblioteca, en un rincón detrás del alto mostrador que había hecho su pequeño nido; a veces rápido, a veces tan lento que tenía que desviar la mirada para no abrumarse. Pero al fin y al cabo, pasaban. Y quizás, habían pasado menos días de los que Harry había leído vorazamente, pero los siete días pasados deste entonces estaban allí; asentandose sobre su mente como un susurro. Un recordatorio.

Porque Harry, que había estando observando todo desde una ventana empolvada sin confiarse de sus nuevos vecinos, había visto los movimientos en el pueblo como para saber que estos hombres no se habían ido desde su llegada hace una semana. Los mismos dos hombres, a veces tres, casi nunca iban acompañados por el auto: se movían por el pueblo a pie, cargando bolsas de plástico, buscando, recolectando cualquier suministro. Y entonces, el niño de diez años, porque eso era todo lo que era a pesar de que el destino no lo entendiera muy bien, sabía que el pueblo no era tan seguro. 

Tres hombres, adultos. Harry no los conocía, pero tampoco tenía muchas buenas anécdotas para contar sobre adultos. ¿No los hacia eso más peligrosos? 

Y ante ello, su primer mecanismo de defensa fue... obviamente, no salir, incluso si tenía los suministros contados. Tampoco se había confiado en que ellos no vendrían a la biblioteca, Harry nunca subestimaba a los adultos, ¡jamás! Así y con eso en mente, había arrastrado las mantas y la almohada robadas de la cabaña, hasta detrás del mostrador, ese grande y ancho que tenía un espacio considerablemente grande detrás, que antes había sido para poner los pies, suponía.

Su amiga, le lechuza, lo miraba desde uno de los tantos libreros, ladeando la cabeza con curiosidad. Y Harry le sonrió con sencillez, antes de explicarle, mientras se llevaba su pila de libros por leer a su escondite improvisado.

"—esta más cerca de la salida si algo pasa, y nadie pensará que estoy escondido aquí. Es un espacio pequeño, y es tan obvio que pasa desapercibido" — justificó con él, con la experiencia e ingenuidad de un niño que toma como normal esconderse de sus familiares. Y había estado allí. Levantandose cuando tenía que hacer sus necesidades o revisar los alrededores antes de cerrar un ojo para poder dormir; abrazado con fuerza a la mochila que alguna vez había pertenecido a su primo, no porque fuera de él, sino porque contenía sus pocos alimentos. Y la comida era  para Harry más importante que cualquier recuerdo con sus parientes muertos. 

Pero incluso así, cuando había estado sobreviviendo como tanta semanas atrás, la situación se sentía irreal para Harry cuando la noche caía: moviendo las sombras de la biblioteca, escuchando al viento romper contra las ventanas. No creía que todo estuviera pasando, los personas muertas caminaban, tragándose cualquier cosa que se moviera, regresando como si los efectos que trae la muerte fueran poco relevantes para ellos. Eran tan...feos, que Harry aún mantenía el recuerdo de los que vio en su cabeza, rogando no encontrarse nunca más con ellos.

Era...tétrico. 

La idea de encontrase cara a cara con uno de ellos como esa vez hace una semana, la helaba la piel al niño. Trato de distraerse de la perspectiva de las personas extrañas y de que el tiempo en algún momento iba a obligarlo a salir de su escondite, como siempre, acariciando las plumas de su, amiga lechuza sin nombre, acostada en su regazo. Con su otra mano, sin embargo, sostenía el fino tomo de herbologia que estaba terminado de leer y cuando era de noche, una linterna sostenida entre sus dientes para no esforzar su mala vista.

Harry era una criatura singular.  

Con su mano palida, que cargaba con un anillo al que aún no podía verle el grabado, resaltando contra la tapa verde, de un tan verde oscuro; como el moho que comenzaba a colarse en todas las cabañas a su alrededor. Leyendo y leyendo, como si la noche, como si esa vida que le tocó, no fuera un impedimento. Porque para él, no lo era, no mientras hubiese alguien que lo amara un poco; ¿Qué importante si el lugar comenzaba a mostrar los signos del abandono, tal como los labios mudos del niño, si Harry le tenía a ella, a su amiga? 

 

Nada y todo en absoluto.

 


 

Su querida amiga.

 

Su única y especial, pensó Harry mirando al ave en su regazo. Y un pensamiento se filtró en su mente, haciéndolo fruncir la nariz; ¿como amiga, no debería tener al menos un apodo cariñoso? Porque Harry sabía que no se consideraba asimismo dueño del Ave en sus brazos como para verdaderamente nombrarla. Entonces, un apodo sería lo mejor.

Sus ojos enfocaron la página que estaba leyendo con aquella idea en mente, buscar un nombre para su amiga de otra especie.

El Arte de sanar con flores

Capitulo 12, Los Lirios" era el título del capítulo que Harry tenía en sus manos, debajo del título escrito en una letra elegante y en negrita, había una hermosa ilustración de una flor blanca de lirios. Y aunque el niño estaba a mitad de los usos medicinales de la flor indicada por el nombre, se volvió hacia el inicio, mirando muy brevemente al ave, que curiosa levantaba la cabeza hacia la hoja.

—La flor es bonita y tan blanca como tú, niña—no pudo evitar decir Harry, sonriendo sin notar que lo hacía. Sus ojos verdes, como gemas detrás de un cristal, absorbieron las letras debajo de la flor, leyéndolo en un murmullo para la lechuza acostada en su regazo: —"El lirio blanco es la flor con uno de los simbolismos más antiguo que hay, es una flor que transmite muy buenos augurios. La sencillez y pureza de sus pétalos se asocian a una vida tranquila y buena" 

La lechuza blanca ululó. Moviendo sus alas, retorciéndose agradablemente en el regazo de Harry.

Harry parpadeó, como si los gestos ahora fueran propios también.

—¿Te gusta ese nombre...? —preguntó Harry, pasando sus dedos entre las plumas blancas, sintiendo el suave tacto debajo— ¿Lirio

La lechuza levantó la cabeza en un gesto elegante, haciéndolo protagonista de su mirada dorada doblada en cierta ternura. La lechuza, blanca como los lirios, parecía sonreírle. Y eso lleno de calidez el pecho del niño olvidado en la biblioteca, que selló con aquello, sin saberlo, la amistad entre un animal y un humano.

—Es un lindo nombre, ¿Te parece bien, amiga? —y el animal asintió, picoteando suavemente sus dedos, dejando al niño sonriendo por el Inteligente gesto; por la comunicación fluida sin hablar una misma lengua. 

Y fue un acuerdo tácito. Que de ahora de adelante, la compañera de aventuras (o de vida) de Harry, tomaría el nombre de Lirio. Un nombre que extendía su calidez e inocencia por el pecho del niño al pensarlo, extendiendo cierto sentido de protección a su interior pequeño e infantil. 

Lirio.

Ciertamente le debía mucho a su amiga. Su querida Lirio. 

 

 

 

 

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