![The Missing parts of History [Traducción]](https://fanfictionbook.net/img/nofanfic.jpg)
Chapter 67
Febrero de 1956
Parte 1
-¿Es esta tu venganza? ¡Auch! ¡Basta ya!-.
-Cállate, Brax, estoy trabajando-. Dijo poniendo los ojos en blanco y marcando otra parte de la tela con una aguja.
Necesitaba hacerlo lo más recto posible y no tenía tiempo suficiente para fallar una y otra vez hasta que lo consiguiera. Todavía se le estaba dando bien tomar medidas, así que tenía que tener cuidado. Ya tenía todas las piezas que necesitaba para la chaqueta y las medidas del chaleco, así que sólo le quedaban los pantalones.
Intentaba tener cuidado de no pinchar demasiado a Abraxas. Su "venganza" a menudo consistía en bromas inofensivas, como mover las cosas de su sitio, y en general molestar a Abraxas y Orión, nunca intentaba hacerles daño de ninguna manera y Abraxas lo sabía.
Abraxas había optado por usar una de sus camisas de vestir y ya tenía una corbata elegida para el atuendo, por lo que era menos trabajo para él.
-Muy bien, date la vuelta, con cuidado, juro por Merlín que si tengo que volver a empezar...-
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-Podríamos darle un cuchillo-.
-Claro, porque las palabras 'Abraxas' y 'cuchillo' deberían ir en una sola frase sin un verbo negativo en medio-.
-Le dieron una varita cuando tenía once años, y el daño contundente de sus martillos de Alquimia es probablemente más peligroso que un cuchillo, Rian-. Intentó, de nuevo, defender su punto de vista.
¿Y qué si esperaba que Abraxas perdiera la cabeza en medio del baile/fiesta de los Malfoy? Él sólo quería darle al rubio tantas armas como pudiera. Si acababa en asesinato, ya se las apañarían.
Sin embargo, Hadrian lo miró como si acabara de decir la cosa más tonta desde el martes pasado.
-Sólo digo.
-¿Te sentirás mejor si le pido a Abraxas que le conceda a Dobby la entrada a la Mansión Malfoy para poder vigilarlo todo el tiempo?-.
-Sí-.
-Muy bien-, ése era el plan.
-Oh, deberías haberlo dicho-.
-Estaba demasiado ocupado escuchando todas las formas en que intentabas que Brax matara a sus parientes-.
-¿Era sólo una idea?-.
-No te preocupes, tú vigila a Druella y yo me encargaré de Malfoy padre, pero Abraxas lo pasaría muy mal si cometiera un asesinato, así que déjalo-.
-Aunque sería catártico-.
-Seguro que lo sería-. Hadrian sonrió satisfecho.
Estaba bastante seguro de que no le dirían lo que era "ocuparse de Malfoy padre", pero no podía esperar.
Una vez solucionado el problema, Abraxas tendría aún más respaldo (entre la llave maestra, el brazalete de ocultación, la ropa encantada que Hadrian estaba haciendo y su elfo doméstico un poco chiflado, Abraxas estaría a salvo. No es que eso evitara que le diera un ataque en cuanto llegara a casa, pero al menos podrían llegar a ese punto) cambió de tema.
-Investigué lo del BSL con la información que obtuviste del... número-. Hadrian se sobresaltó al oír sus palabras. Orión había querido asegurarse de que se trataba de un anuncio legítimo antes de comprometerse a nada, Abraxas también estaba muy entusiasmado, lo que lo hacía aún más importante. No tenía por costumbre fiarse de una sola fuente para nada. -Parece que los que lo organizan están limpios, y no hay nada que indique que sea falso o una estafa-.
-Entonces, ¿tenemos vía libre para inscribirnos en la clase?-.
-Sí. No debería llevar mucho tiempo, ¿verdad?-.
-Inscribirse es fácil, por lo que veo, sólo tenemos que ir mañana a la dirección que nos dieron y rellenar el papeleo. Tenemos hasta final de mes para que se cierre el plazo de inscripción, y el curso empieza a finales de marzo-.
-De acuerdo-. Exhaló un suspiro. -Iré a decirle a Abraxas que mañana saldremos temprano-.
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-Hola, Brax-.
Levantó la vista para ver a Hadrian entrando en el salón y le dio una palmada en el muslo mientras dejaba su libro sobre la mesa baja. Hadrian aceptó la invitación y se sentó en su regazo. Pasó los brazos alrededor de las caderas de Hadrian, contento de abrazarlo mientras esperaba a que el adolescente hablara.
Sabía que últimamente estaba siendo pegajoso, más de lo habitual, y sólo se quedaba solo cuando Hadrian y Orion tenían que trabajar por separado. Entre que Hadrian necesitaba concentrarse en la confección de su ropa -(cosa que aún no podía creer, iba a mostrar abiertamente algo que Rian le había hecho y su padre lo iba a odiar, no podía esperar)- y que Orión había recibido un informe de los Goblins sobre el Proyecto de Reconstrucción de la Lengua Egipcia, todo era un mal momento.
Afortunadamente, cuando estaban en la misma habitación, los otros dos estaban siempre a una distancia que le tranquilizaba significativamente.
-¿Qué te parece si Dobby entra en tu mansión?-.
-Mi padre se daría cuenta al instante-.
-Tengo un plan-. Arqueó una ceja, dejándose caer hacia atrás, esperando. -Vale, entonces, los elfos domésticos nacen con la misma cantidad de magia con la que viven el resto de sus vidas, ¿verdad?-.
-Sí...-
-Vale, entonces convencemos a tu padre de que un nuevo elfo Malfoy acaba de nacer al mismo tiempo que Dobby entra en la Mansión. Los elfos domésticos tardan entre veinte y veinticinco años hasta que están completamente entrenados...- Hadrian puso cara de asco. -...y nadie suele verlos hasta ese momento. Así que arreglado. Tu padre sabrá que hay un nuevo elfo en la Mansión y Dobby podrá entrar y salir a su antojo porque no está atado a él-.
-¿Y cómo arreglamos que mi padre sepa que hay un elfo en la mansión que no está ligado a él?-.
-No tiene por qué saberlo-. Hadrian sonrió diabólicamente. -Reforzaremos el vínculo que Dobby tiene contigo, y tú puedes retorcer las guardas lo suficiente como para que tu padre se dé cuenta de que el vínculo Malfoy-elfo anda por ahí, y pum, Dobby es un elfo Malfoy que nos sigue siendo leal-.
Frunció el ceño, pensándolo bien. Entonces, llegó a la misma conclusión que debía haber desencadenado este loco plan en la mente de su sol. -Las Familias Antiguas tienen tantos elfos que empezaron a unir a sus nuevos elfos a los guardianes, no a ellos mismos, porque se convirtió en una carga demasiado pesada para los núcleos mágicos del Señor-.
-Sí, Orión me lo explicó hace algún tiempo. ¿Entonces?-.
-Claro, lo haremos, sólo tengo que hablarlo con Trippy. Es mejor si hay otro elfo que pueda explicarme la situación, si lo hago yo sólo sospechará ya que no he estado por aquí en meses-.
-¿Estás seguro?-.
-Sí, ella fue mi elfa niñera cuando era joven, y fue la que sacó mis cosas cuando se lo pedí, le expliqué- Orión explicó exactamente por qué me iba. -Si le digo que Dobby es mi elfo y que vendrá conmigo por protección, ella estará de acuerdo-.
-¿Escapatoria?- preguntó Hadrian, ladeando la cabeza. Abraxas lo apretó un poco en su abrazo.
-Sí, a los elfos niñeros se les da la orden de cuidar del niño que se les asigna y esas órdenes en realidad nunca se quitan, los Señores simplemente asumen que es de sentido común que el elfo niñero ya no tiene que cuidar del niño una vez que llega a la edad de Hogwarts. Me aseguré de que siguiera teniendo esas órdenes. Hace años que me aseguré de que seguía teniendo esas órdenes, y le dije que no se lo dijera a nadie en cuanto se lo confirmara. Sus órdenes significan que tiene que protegerme, pase lo que pase, siempre y cuando no interfiera con los deseos de mis padres-.
-Y si tus padres no están involucrados, ella no puede explícitamente ir en contra de tales deseos-.
-Sí, genial, ¿no?-.
-Ustedes los sangre pura y sus lagunas-. Hadrian puso los ojos en blanco y le dio un beso en la mejilla, sonriendo.
-Es útil-. Respondió, sonriendo incluso mientras sus mejillas se teñían de rosa.
-Sólo hasta que se utiliza en tu contra-.
-Así es la política. Necesitas ir siempre por delante-.
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-Hadrian, necesitas dormir-. dijo Orión, con cuidado de no asustar al adolescente al entrar en su taller personal.
Hadrian estaba encorvado sobre su escritorio, con algunas lámparas encendidas que le daban suficiente visibilidad para trabajar.
Sólo faltaban dos días para que Abraxas tuviera que ir a la mansión y estaba bastante seguro de que Hadrian no había dormido desde ayer. Teniendo en cuenta la cantidad de objetos afilados que había estado manejando últimamente, no sólo agujas, a Orión le preocupaba que se hubiera hecho daño debido al agotamiento.
-Estoy bien, Ry. Sólo necesito terminar la costura en esta sección y tendré mañana sólo para el bordado-.
-¿Por qué necesitas eso? El resto de la ropa está llena de arreglos rúnicos de todos modos-.
-Apenas, esos son sólo para que Abraxas pueda presumir. Los que ya he planeado y disfrazado en el diseño para el bordado son los que realmente lo mantendrán a salvo-. Dijo Hadrian, frotándose el ojo y moviendo un poco la lámpara del escritorio para iluminar otra parte de la mesa, donde estaba el diseño planeado. -Hay tantos detalles y flores en él que Abraxas dibujó que los arreglos quedarán cubiertos, así que es el mejor lugar para esconderlos. Tuve que hacer un par de modificaciones, ya que ni Abraxas ni yo somos buenos dibujando así, pero quedó bastante bien hecho-.
Lo miró. Uno de los diseños estaba desnudo, sólo mostraba dónde se pondrían primero las runas, mientras que el otro era el diseño completo, que sería el producto final y cubriría las runas.
Hacerlo coincidir debió de ser increíblemente complicado, más aún porque las matrices rúnicas no solían ponerse en formas tan extrañas. De hecho, cualquier matriz rúnica que no fuera una línea recta o algo parecido a un círculo acababa explotando. La primera y la última runa de una Matriz nunca deberían tocarse, después de todo, no eran Círculos Rúnicos por una razón. ¿Y lograr juntar diferentes matrices en un buen flujo? Hadrian ya debería estar estudiando para obtener una maestría. Había mejorado mucho en esto, aunque sus primeros proyectos, las bufandas, ya eran asombrosos.
Hadrian tenía un futuro brillante por delante. Si no se mataba con la falta de sueño. Suspiró, dejando los diseños donde estaban antes.
Se colocó detrás del adolescente, le puso las manos sobre los hombros y se los masajeó ligeramente. Inmediatamente, Hadrian dio un suspiro de alivio, las manos se detuvieron en su trabajo y se recostó en su tacto.
-¿Estás tan ocupado que no puedo ponerte al día sobre nuestro otro proyecto?-.
-¿Cuál?-.
-China-.
-¿Te lo han confirmado?- Los ojos de Hadrian se iluminaron cuando levantó la cabeza para mirarle.
-Lo cortamos un poco cerca, pero nadie cortaría a Abraxas Malfoy de asistir a una conferencia sobre Aritmancia-.
-Abraxas no lo sabe-.
-Pero los organizadores no lo saben-. Arqueó una ceja, haciendo que Hadrian soltara una risita. -Le hará feliz después del desastre que va a ser su cumpleaños, así que ha merecido la pena-.
-Bien, supongo que mientras funcione...- Hadrian se interrumpió, luego sacudió la cabeza. -¿Has organizado ya los Trasladores?-.
-Sí, temprano en la mañana del 9-.
-Bien, empacaremos para los tres mientras Abraxas se va con sus parientes. Ahora tengo que terminar esto, pero puedes coger otra silla y sentarte a mi lado si estás en uno de tus estados de ánimo sobreprotectores-.
-¡Yo no...!- Se cortó al ver la sonrisa autosatisfecha de Hadrian. -Eres un mocoso-.
-Me gusta molestarte, ahora ven siéntate, voy a usarte para mantenerme despierto el tiempo suficiente para terminar-.
Se quedó, claro que sí, lo último que necesitaba era un Hadrian malhumorado por la mañana quejándose por haberse quedado dormido en su escritorio.
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Abraxas estaba de pie con los brazos extendidos a los lados en posición de "T" mientras se aseguraba de que la ropa le quedaba bien. Para ser sincero, estaba nervioso y eso le convertía en un perfeccionista.
Los pantalones le quedaban un poco largos, cosa que ya había arreglado. Menos mal. No sabía lo que habría hecho si hubieran sido demasiado cortos. Gritar, probablemente. No había tenido demasiado margen para hacer que esto funcionara, así que estaba bajo mucha presión.
Sí, se lo había buscado, pero merecía la pena, ¿no? A veces había que trabajar con lo que se tenía en el tiempo de que se disponía. Había visto a Orión y Abraxas preocuparse por los plazos lo suficiente como para saber que no siempre tendría tiempo suficiente para un proyecto, aunque vivirlo por primera vez fuera estresante.
Al menos ahora sabía que era capaz de hacerlo, aunque la próxima vez se lo pensaría mejor.
Abraxas llevaba ahora el traje completo para una última prueba, por si acaso.
Había elegido una camisa de vestir del mismo color del bordado de su chaleco para que hiciera juego, pero su corbata era de un brillante color dorado. Seguía encontrando raro aquel contraste, pero sinceramente no sabía lo suficiente de moda como para que le importara, sólo le había añadido una pequeña runa en la parte de atrás para que se mantuviera en su sitio por mucho que la zarandearan y Abraxas no tuviera que preocuparse por ello.
Abraxas tiraba mucho de los cuellos cuando estaba nervioso, así que era imprescindible.
La chaqueta, los pantalones y el chaleco eran todos del mismo color, pero había añadido un contorno en hilo dorado a su diseño bordado cuando había visto la corbata que Abraxas pensaba ponerse. El rubio se había iluminado cuando le había dicho lo que iba a hacer, y le había encantado el producto final, así que se dio una palmadita en la espalda por un trabajo bien hecho.
Lo único que carecía de color eran sus elegantes zapatos blancos, pero no hizo ningún comentario al respecto.
Con todo, Abraxas tenía runas más que suficientes sólo en el traje para mantenerlo a salvo de cualquier daño, sutil como pociones o abierto como un maldito hechizo. Realmente, y el hecho de que había visto a Orión deslizar a Abraxas una horquilla dorada muy afilada a sus espaldas no tenía nada que ver con la protección.
No era un cuchillo, así que, en realidad, se había dejado abierto ese resquicio. Estaba mejorando en cerrarlos, pero no era como si realmente lo estuviera intentando en esto.
-Muy bien, esto está hecho, puedes quitártelo ahora. Hay que lavarlo para que no queden hilos sueltos ni nada. Quiero asegurarme de que no haya más agujas en ningún sitio, y hay que plancharlo una última vez-.
Abraxas dejó caer lentamente los brazos a los costados, exhalando un suspiro de alivio. -Perdona, ¿te he tenido así demasiado tiempo?-.
-No, está bien. Soy un Heredero, estoy acostumbrado a las pruebas de última hora. Aunque no con los trajes, las túnicas no necesitan tanto trabajo y cuidado porque no tienen tantas costuras-. Dijo Abraxas, quitándose la chaqueta con cuidado y dejándola en la percha que le tendía Hadrian. -Son túnicas, no se puede hacer mucho para darles estilo, y a menudo se hace añadiendo accesorios-.
Entonces, Abraxas se quitó los gemelos (de oro, un regalo de Orión, estaba bastante seguro de que tenían una marca del Heredero Black que sería obvia para los parientes de Abraxas y, con suerte, los enfurecería) y los dejó en su caja hasta mañana.
El plan era enfadar tanto a Abraxas que se escabulleran y dar al rubio más oportunidades de deshacerse de ellos por la noche. Abraxas había decidido que no había razón para retrasar lo inevitable, así que iba a comunicarles su decisión de usar la Poción justo antes de que llegara el resto de los invitados.
Así sería imposible que Druella se quejara demasiado. Sinceramente, Abraxas no les diría tanto como les impondría su uso, así que aunque los demás Malfoys intentaran posponerlo, el resultado final sería el mismo.
Había una razón por la que Orion y Hadrian querían llevarse a Abraxas fuera del país durante una semana después. No había necesidad de lidiar con sus rabietas de adultos. Abraxas iba a socializar con el resto de sus parientes y difundir la noticia de que pensaban usar la poción con ellos, lo que arrinconaría a Brutus Malfoy y a la zorra.
Después de todo, ya habían pasado más de diez años de matrimonio. No se avergonzaba de necesitar ayuda, ya que era un problema muy común entre los sangre pura. Abraxas ya se había hecho los Exámenes Médicos, de hecho, para poder probar que él no era el problema.
Druella nunca admitiría que en realidad no habían compartido la cama más de una vez, o lo que había intentado en junio pasado, así que al menos había que hacer la prueba, lo que pondría en marcha el proceso y obligaría a terminar todo el asunto.
Hadrian sabía, racionalmente, que si fuera cualquier otra persona se sentiría como un monstruo por manipular tanto las cosas, por forzar las manos ajenas con malos rumores e hipotéticas consecuencias pero, sinceramente, ella no podía importarle menos.
Nunca le había importado tanto ser un monstruo, había crecido siendo un bicho raro y una abominación para sus parientes, así que qué diferente podía ser.
-Hadrian, te perdiste en tus pensamientos-. Dijo Abraxas, volviendo de otra habitación ya cambiado.
Debía de estar muy ido si no se había dado cuenta de que el rubio le había dejado solo.
-Cierto, lo siento. De todas formas ya hemos terminado aquí-. Dijo cogiendo toda la ropa y dejándola en su sitio. Teemy ya sabía qué hacer para dejarlas listas y les daría un último repaso después de la cena. -Vamos, los dos necesitamos un poco de luz natural-.
Abraxas le cogió de la mano saliendo, con la sonrisa un poco temblorosa. A ninguno de los dos les gustaba que Abraxas tuviera que ir a la mansión mañana, pero todos sus planes ya estaban en marcha así que... estaría bien. La última vez había surgido tan de la nada que Abraxas no había sido capaz de verlo venir, pero ahora estaban preparados y, esta vez, Abraxas no había visto nada fuera de lo normal.
(Que ya viera venir una pelea con sus parientes era horrible, pero la última vez Abraxas había estado inquieto durante una semana y mira cómo había acabado. No, mejor una pelea que pudieran controlar que una que no pudieran ver venir).