The Missing parts of History [Traducción]

Harry Potter - J. K. Rowling
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The Missing parts of History [Traducción]
Summary
En retrospectiva, Harry podía admitir que tocar cosas al azar en Grimmauld Place no había sido una buena idea. Sin embargo, era un poco tarde para eso.Varado en el tiempo, sin camino de regreso a casa, Harry tuvo que aprender a hacer frente a su vida mientras vivía en los años 50.Por extraño que parezca, Orion Black no se parecía en nada a lo que esperaba. Abraxas Malfoy tampoco. O sus amigos, en su mayor parte.Honestamente, tratar de mantenerse al día fue agotador.
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Chapter 61

Diciembre de 1955                                  

-Tenemos que hablar de Yule-. Dijo Abraxas mientras Hadrian se pintaba las uñas.

-¿Por qué?- Preguntó.

Todavía quedaban unas semanas, y no había forma de que pudieran volver a escaparse. No es que Orión no quisiera, mucho quería, pero dos años seguidos harían sospechar a sus padres y no necesitaba eso ahora. No cuando Lucretia ya se había enfrentado a él por guardar secretos y mentir.

(Él no había mentido en absoluto y se lo había hecho saber. El hecho de que ella esperara que pasara Samhain en Grimmauld y él no, no lo convertía en un mentiroso, aunque le molestara tener que admitir que no vivía allí a tiempo completo. Por suerte, ella había prometido no decir nada. Siempre había respetado así su intimidad).

-Mi padre envió otra carta. Quiero decirle que estaré en los Alpes este año, no quiero ir a la mansión, no estoy preparado, pero eso significa que tenemos que planearlo. Mi tía también ha estado preguntando por ti, Rian. Sería bueno visitarle-.

-No me importaría ir, pero sólo si Orión puede escaparse-. señaló Hadrian. -¿Puede?-.

-No para las vacaciones, pero... Déjame ver cómo está mi agenda. Un momento-. Invocó su diario y pasó las páginas. Luego hizo una mueca. -Estoy completo hasta el 1 de enero-.

-Hmm-. Abraxas los miró. -Si a los dos les parece bien, ¿por qué no vamos Hadrian y yo, digamos el día 23, y Orión viene en cuanto esté libre? Nadie ha dicho que tengamos que volver justo después de las vacaciones, podemos celebrarlo un poco más. Quedarnos allí una semana más-.

Compartió una mirada con Hadrian y dejó escapar una vista. En realidad no importaba, ya que no podría ver a ninguno de los dos durante esos días. Y esta era una buena manera para Abraxas de librarse de sus padres por, tal vez, otro par de meses. Probablemente se vería obligado a volver el día de su cumpleaños. A Orión no le gustaba pensar en esa inevitabilidad.

-Me parece bien, siempre y cuando ninguno de ustedes vuele el lugar antes de que yo llegue la mañana del día 2-.

-Entonces podemos hacerlo después. Entendido-. Dijo Hadrian, sonriendo mientras mojaba la pintura de uñas en la botella.

-Hadrian, no-.

La sonrisa de Hadrian crecio y Abraxas se rio de el. ¿Qué había hecho, aceptar dejar a estos dos alborotadores solos en una montaña durante casi dos semanas?.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-Toma, te he traído algo-.

-¿De dónde has sacado las manzanas?- dijo Hadrian, cogiendo la cesta llena de frutas y dejándola en una de las esquinas de los mostradores, de cara a la pared.

-De una tienda-. Se quedó mudo. -Fui a un vivero, y las conseguí por el camino, no podía esperar más, lo siento. Ahora somos los orgullosos propietarios de tres manzanos jóvenes y un gran arbusto de Rowan. Los plantaremos cerca del invernadero. El Rowan, no los manzanos, esos están un poco más atrás-.

Y eso era mucho decir, porque se había asegurado de que el invernadero estuviera bastante lejos de la casa. Los invernaderos no deberían estar tan cerca, por si necesitaban reformas y ampliaciones. Por ahora, el que tenían les servía bien para los ingredientes de pociones de Hadrian y sus nuevas hierbas, así que no hacía falta, pero más valía prevenir que curar.

-De acuerdo, siento no haber podido hacer tiempo para ir contigo-. Dijo Hadrian, contrariado. Había sido él quien se había ofrecido, pero estaba tan agobiado que lo había olvidado. Abraxas se lo quitó de encima, sin dejar de sonreír. -Tal vez podría hacer un pastel o algo así, ¿te gustaría?-.

-Y quizá unas tartas de melaza-.

Hadrian le sonrió, haciendo que se acercara para besarle la mejilla. -Buen chico. Me encanta cómo funciona tu mente-. Dijo el adolescente, claramente complacido.

(No, no se estaba fijando en cómo Hadrian le había tirado del cuello de la camisa con una mano mientras le ponía la otra en la mejilla para mantenerlo en su sitio, en absoluto. Esa sonrisa podía matar, así que era un asunto de Seguridad Nacional que sólo él y Orión llegaran a verla. Totalmente).

(Nunca le había gustado que le llamaran "chico", él era un hombre muchas gracias, pero al parecer eso iba a cambiar ahora).

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-¿Llevando eso otra vez?- preguntó Orion.

Podía sentir los ojos del hombre recorriéndole como si estuvieran fijos en él. Se estaba cambiando en el baño después de ducharse, pero no se había molestado en cerrar la puerta. No era como si no se hubieran visto antes sin ropa.

-¿Y? Dije que lo haría. ¿De verdad te molesta tanto?- Preguntó, haciendo un mohín al hombre mayor.

Había pensado que era más bien un no-problema que tenían, algo a lo que no estaban acostumbrados pero que no les molestaba. Orión sonrió satisfecho y se acercó, tomándolo por las caderas, con los pulgares rozando su piel expuesta. No era tan corta, la camisa, le cubría prácticamente todo el torso casi hasta el ombligo. Sus manos se dirigieron instintivamente a los bíceps de Orión.

(Orion tenía bonitos brazos, seguro que él).

-Estás usando el significado equivocado de molesto. Inténtalo de nuevo-. Dijo Orión, inclinándose para hablarle al oído.

Sintió calor corriendo por su cuerpo al darse cuenta, y de repente las manos de Orión sobre él se sintieron increíblemente calientes, como si quisieran darse a conocer y dejar una marca permanente donde estaban.

-Erm...- No pudo encontrar nada que decir para cuando Orión levantó la cabeza de nuevo para mirarlo. Sus manos no se movieron mucho, sin embargo. Las suaves caricias y la forma en que lo acercaban hicieron que se le erizaran todos los pelos del cuerpo.

-No te lo digo para incomodarte. Pero prefiero que no te coja por sorpresa, ¿vale?-.

(No le incomodó. Puede que no fuera bueno con los sentimientos, pero seguía siendo un adolescente, tenía muchos conocimientos sobre la atracción física y sus efectos. Sobre todo a nivel teórico).

Nunca había estado con nadie, pero no mentiría y diría que Orión y Abraxas no le parecían atractivos. No era ciego... Bueno, lo era, pero las gafas que Orión le había dado se ocupaban de ese problema perfectamente bien, gracias.

(Orion, ¡no te atrevas a quitar tus manos ahora!).

Orión se apartó, con un último beso en la mejilla y una sonrisa ladina en la cara, como si pudiera leerle el pensamiento. -Te veo luego, no asustes mucho a Brax-.

Maldito imbécil. Él también necesitaba mantener sus hormonas bajo control, maldita sea. Lo último que necesitaba era dar a Abraxas y Orión una impresión equivocada. Estaba bastante seguro de que no le importaría una relación, excepto que no tenía ni idea de lo que implicaba una tríada y eso le asustaba muchísimo. Todavía estaba pensando en cómo sacar el tema. Aún así, hacer parecer que sólo quería sexo no sería bueno, ¿verdad? Bien, necesitaba encontrar más información. Se le acumulaban los proyectos de investigación.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

Observó cómo Hadrian se zafaba de los hechizos de Abraxas, confiando más en el instinto que en la memoria muscular, y luego respondía del mismo modo, haciendo sudar a Abraxas hasta la victoria.

Miró el cronómetro y lo paró. 15 minutos y 14 segundos. La duración de un duelo no determinaba si las personas eran buenos duelistas o no, pero sí decía algo sobre su resistencia, su ingenio, sus hechizos y sus niveles de poder. Por supuesto, un duelo podía alargarse si ambos participantes eran buenos en lo suyo, pero también podía deberse a que ambos esquivaban demasiado.

En este caso, la velocidad, los instintos y los niveles de poder de Hadrian rivalizaban con la experiencia, los conocimientos y la creatividad de Abraxas. Dado que Abraxas utilizaba su don para calcular los próximos movimientos (más probables) de sus oponentes, Hadrian tenía que tener mucho cuidado para ir un paso por delante y no volverse predecible. Los agudizados sentidos de Hadrian...

(Orión los odiaba, su infancia y los años que pasó en situaciones que ponían en peligro su vida le hicieron hiperconsciente, podía sentir el peligro sin tener que verlo la mayor parte del tiempo, ¡y Hadrian no debería haber estado bajo coacción tan a menudo como para desarrollarlos en primer lugar!).

...A menudo resultaba imposible para Abraxas asestar un golpe a pesar de su especie de precognición, ya que Hadrian podía apartarse o contrarrestar los hechizos antes de que alcanzaran su objetivo.

En general, era impresionante. Y también demostraba cuánto se conocían, si podían predecir las intenciones del otro en el acto y reaccionar en consecuencia.

Hadrian aún tenía mucho que mejorar, todavía desperdiciaba demasiado poder en sus hechizos, lo cual era normal y había que entrenarlo, y rara vez meditaba sus acciones. Aunque Hadrian no fuera bueno en estrategia, debería ser capaz de pensar incluso en una pelea.

-Muy bien, hemos terminado por hoy-.

Parecían agotados. Abraxas se tumbó de espaldas, demasiado cansado para permanecer de pie, mientras Hadrian permanecía agachado mientras recuperaba el aliento.

-Gracias a Dios-. -Te odio-. Dijeron Hadrian y Abraxas, respectivamente.

-Sí, sí, ve a ducharte. Les daré un masaje, a cada uno, después. Se lo han ganado-.

Hadrian se sonrojó, pero Abraxas levantó los brazos en señal de victoria y soltó un emocionado -¡sí!- y se levantó. Dejó el cronómetro con sus cosas fuera del ring oficial de duelos, ya se batirían en duelo por todas partes cuando Hadrian tuviera más experiencia y Abraxas recuperara por completo sus habilidades, y fue a ayudar a Hadrian a ponerse en pie.

-¿Tienes retroalimentación? Qué estoy diciendo, siempre lo haces-.

-Odio el tiempo de retroalimentación-. Se quejó Abraxas, extendiendo una toalla a Hadrian, que la cogió agradecido. -¿Y bien?-.

-Abraxas, confías demasiado en conocer los movimientos de tu oponente. No deberías usarlo tanto, o no serás capaz de mejorar. Hadrian, por el amor de Morgana, por favor piensa en tus movimientos, no sólo te muevas-.

-No es tan fácil-. Se quejaron ambos, con similares ceño fruncido.

-Lo sé, por eso se los digo-. Los aplacó.

La regla era que quien se tomara el tiempo tenía que dar algún consejo para los otros dos. Mientras luchabas era difícil pensar en cosas en las que aún tenías que mejorar y que un extraño podía detectar mejor.

Abraxas resopló, balanceándose sobre sus pies.

-Muy bien, vamos, necesitas relajar esos músculos-.

-Yo me ducho primero, tu pelo tarda demasiado-. Hadrian les señaló, caminando hacia la puerta.

-O podemos ducharnos juntos y tú te encargas de mi pelo-. Dijo Abraxas.

(Qué coño).

Hadrian se paró en seco, mirando al rubio de forma muy parecida a como lo estaba haciendo Orion.

-¿Qué? Ahorraría tiempo. Quiero ese masaje-.

Miró a Hadrian y se encogió de hombros. El adolescente puso los ojos en blanco, y Orión ya no creía que su sonrojo se debiera al ejercicio.

-Tengo otra idea. Nos damos todos una ducha corta por separado, para quitarnos la mayor parte de la mugre, y un baño juntos, eso me da más tiempo para el cuidado del pelo. Y también peino a Orión-.

(¿Qué coño estaba pasando hoy?).

-¿Orion? ¿Estás bien?- Le preguntó el rubio, tocándole el hombro.

-Claro erm, hagámoslo. La idea de Hadrian es buena. Claro, no me sorprendió en absoluto-. No tenía nada que decir.

(¿Desde cuándo Abraxas ofrecía ducharse juntos? Esto era nuevo e inesperado y esperaba que Hadrian se sintiera incómodo. ¿Quién se duchaba con la gente que te deseaba abiertamente? Bueno, Abraxas menos, pero seguía ocurriendo a veces).

Iba a dejarse llevar. Obviamente su cerebro no estaba a la altura hoy.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

Está nevando, pensó Abraxas en el porche de la casa.

Sus dos amigos-que-aún-no-eran-amantes-pero-tan-cercanos lo estaban mirando, completamente vestidos con ropa de invierno, y él puso los ojos en blanco. Hacía frío, pero nunca podría negarles nada. No cuando los ojos de Hadrian brillaban y Orión le hacía señas para que se acercara con esa sonrisa suya que le revolvía el estómago.

-Bien. Día de nieve. No puedo creer que hayan tardado tanto en preguntar-.

Y se fueron. Resopló. Habían ido directos a por sus escobas y a formar bolas de nieve de diferentes tamaños.

(¿A qué se debía la fijación de Orión con la nieve este año? No solía ser tan pronunciada, Orión solía decir que era infantil jugar en la nieve por muy obvio que fuera que quería hacerlo).

Sacudiendo la cabeza, siguió a un paso más tranquilo, invocando un abrigo, guantes y una bufanda (había cuidado mucho la que le había regalado Hadrian, se parecía tanto a él que esa cosa podría haber estado maldita y aun así la habría usado en cualquier oportunidad que hubiera tenido) y poniéndoselos antes de salir, botas de piel de dragón hasta la pantorrilla para protegerse. Echaba de menos el verano.

Al menos tenía otra razón para pedir chocolate caliente después de esto, los que Hadrian le preparaba estaban deliciosos. Iba a pedir dos, sólo porque Hadrian le había lanzado una bola de nieve a la cara. Sería culpa suya si se resfriaba.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

Abraxas se resfrió. Y también Hadrian. Orión entró en pánico y ordenó a los elfos que hicieran tanta sopa como pudieran, sin ponerle fin. La casa olió a cuatro tipos diferentes de sopas durante una semana.

Y Hadrian se rió tanto del estado de pánico de Orión que se cayó de la cama y fue sumariamente colocado en medio de ella con una barrera de almohadas a un lado y Abraxas al otro).

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-La ropa de Hadrian ya no le queda bien-.

-¿No?- preguntó Abraxas desde detrás de él. El rubio estaba mirando su "sección de joyas" en su parte del armario. Estaba organizada por secciones, colores, temporadas y materiales.

(Abraxas ya no necesitaba guardar sus cosas en su joyero, no con el espacio que tenían. El rubio había estado como un niño en una confitería mientras ponía cada cosa en su sitio).

No era algo que Orión entendiera, pero por otra parte, él había hecho lo mismo con su ropa, era como un arco iris organizado de todos los colores, un degradado que iba de rosas y morados a verdes y azules.

-No ha crecido significativamente, pero ha ganado algo de músculo. He notado que su ropa no le queda bien, algunas son demasiado ajustadas ahora-.

-Hmmm, vamos a arrastrarlo de compras, entonces-. Abraxas dijo. Orión podía imaginar su sonrisa encantada, incluso sin mirar.

-Nos va a odiar-. Porque siempre 'se pasaban'.

Hadrian odiaba cuando compraban cosas para él, y odiaba cuando compraban al menos dos de cada cosa en cada tienda, porque ¿por qué no iban a hacerlo? Claro, puede que no usaran algo de inmediato, pero al menos no necesitaban ir a comprar algo cada vez que se les acababa. Y a Abraxas le gusta la ropa en general.

(La parte del armario de Abraxas tenía una extensión extra e incluso sus barras de colgar giraban para que pudiera tener varias. Sólo se deshacía de la ropa cuando no le quedaba bien o era demasiado vieja. Lo único que sustituía con cierta regularidad era la ropa interior, que, sinceramente, la tenían todos. No hay necesidad de guardar la vieja cuando puedes comprar más. Y, sinceramente, no quería echar otro vistazo a la sección de "zapatos". Abraxas ni siquiera usaba tantos zapatos a diario).

-Bueno, podemos añadir un paseo por el Londres muggle, para que no se dé cuenta enseguida. Ya sabes, que parezca una coincidencia, así para cuando se dé cuenta de que es un paseo de compras ya le habremos comprado suficientes cosas para que le duren-. propone Abraxas. Tarareó pensativo. -De todos modos, le gustan más las cosas muggles, y puede encantarlas o añadirles runas él mismo más tarde-.

-Cuando volvamos de visitar a tu familia, ¿vale?-.

-¿Tendremos una cita?-.

-Pregúntale a Hadrian-. Dijo, porque de ninguna manera iba a decir que sí sin la opinión del adolescente.

-Lo haré-. Abraxas estaba radiante cuando se volvió para mirarle.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-Oí que te irías del país justo después de Año Nuevo-.

-¿No puedes empezar una conversación como una persona normal, Lu? Ni siquiera has dicho 'Hola' todavía-. Le preguntó a su hermana, que se había acercado por detrás mientras él leía en la biblioteca del Castillo Black.

Había algunos libros que nadie podía sacar, y eran los únicos que no tenía en casa. Así que aquí estaba, a pesar de que tenía muchas ganas de ir a acurrucarse con Hadrian ahora mismo, o tal vez Abraxas le permitiría interrumpir su "cuidado de la manzana" por un rato.

-Eres mi hermano-. Comentó.

-Eso nunca ha importado antes. Sólo recientemente has empezado a ignorar los saludos apropiados-. Dijo, viéndola hacer una mueca. Ella no lo ocultó bien.

-¿A dónde vas?-.

-A los Alpes. Abraxas va a pasar allí todo Yule, y su familia me ha invitado. Nos quedaremos allí hasta el día 10-.

-Ya... veo-. La miró, casi frunciendo el ceño. -Sabes que puedes contarme cualquier cosa, ¿verdad? Yo no les contaría algo así a nuestros padres-.

Sintió que sus hombros se tensaban, pero se controló. -¿De qué estás hablando?- Preguntó, cubriendo su voz de falsa curiosidad.

-Es...- Su hermana suspiró, tomando asiento a su lado. -Sé que ya no estamos tan unidos como antes, Orión. Pero sabes que no te juzgaría por... amar. Lo haces, ¿verdad?-.

Oh, oh Merlín, no estaba preparado para un corazón a corazón como este. Apretó los dientes.

-Las cosas son como siempre han sido. Tendrás que ser más específica-.

-De acuerdo-. Ella lo miró, cruzando las manos en su regazo. -No soy padre, no voy a disuadirte de tu noviazgo con el Heredero Malfoy, ni a incitarte a terminarlo. Y me gustaría que dijeras que eso es lo que estás haciendo, porque cuando no lo haces, parece como si creyeras que yo lo haría-.

-No estoy en un noviazgo con Abraxas-.

-Hermano...- Decidió probar esto. Sólo esta vez. Había puesto el cebo. Era su hermana, no quería esconderse de ella para siempre.

-Estoy enamorado de él, pero no lo estoy cortejando-. Ella soltó un grito ahogado, dejando escapar un suave "oh" y bajó la mirada hacia sus manos brevemente antes de volver a levantar los ojos para encontrarse con los de él. -¿Por qué?-.

-No es el momento adecuado. No porque no nos lanzáramos, sino porque...- Tragó saliva. No tenía que decir nada incriminatorio. -Ahora mismo no está en un buen momento mental, y siento que le estaría forzando si intentara ir más rápido. Su salud mental es más importante que mis sentimientos en este momento-.

Allí, suficiente para ser una razón, pero no lo suficiente como para despertar sospechas, revelar cualquiera de los secretos de Abraxas o pista de su hermana en la existencia de Hadrian. Todavía no.

-Ya veo. Entonces me alegro de que te lo tomes tan en serio. Siento haberte malinterpretado-.

-Está bien. Sé que no soy abierto al respecto-. Dijo. Ella sonrió, una sonrisita débil que no solía mostrar a los demás. -¿Desde cuándo crees que estaba con él?-.

-Orión, todo el mundo sabe que estás enamorado de él desde que tenías seis años como mínimo-.

No pudo evitar quedarse boquiabierto, incluso cuando ella se tapó la boca para reírse de su expresión. ¡¿Seis?! Se había imaginado que esos rumores habían empezado a mediados de su adolescencia, no... ¡¿no durante su infancia?!.

-Tranquilo, hermanito. Por aquel entonces, sólo la familia se dio cuenta de lo fascinado que estabas por él. Sin embargo, cuando cumpliste los quince, se convirtió en un tema candente lo mucho que intentabas ocultarlo. Algo sobre que te metías en las camas de cualquiera y de todos y que el heredero Malfoy no prestaba atención ni siquiera a su prometida-.

Frunció el ceño. -Estaba descubriendo mi sexualidad. Y no es culpa de Abraxas que Druella fuera horrible con él. Él no siente ciertas cosas como los demás y ella nunca se preocupó de aprender lo suficiente sobre él como para darse cuenta, sólo lo acosaba por todo lo que hacía, decía y le gustaba-.

Sonrió, pero no era una expresión feliz. -Sé un poco sobre eso-. Se volvió cautelosa, mirando hacia donde estaba la puerta por un momento. -¿Cuándo te diste cuenta, entonces?-.

-No lo hice, sólo decidí que lo amaría románticamente. Y lo hice-.

-¿Tan fácil?-.

-Bueno, ya le quería, no era un paso demasiado difícil de dar-. Dijo. No lo había sido, en absoluto. Abraxas era increíble.

-¿Y cuándo fue eso? No creas que no vi tu desplante-. Frunció el ceño ante la ceja arqueada de su hermana.

-Hace año y medio, más o menos. El junio anterior al verano pasado-.

-Oh, querida Circe, todo el mundo apostaba por su relación mucho antes de que decidieran tenerla-. Dijo, sorprendida por su propia constatación.

Parpadeó. Procesó y volvió a quedarse boquiabierto. -¡¿Hay apuestas?!-.

-Sólo algunas inofensivas. Aunque he oído que hay gente que apuesta sobre si el heredero Malfoy se llevó tu primeravez o no. Ahora sé la respuesta-.

-Joder-.

-Lenguaje-. Dijo ella, entrecerrando los ojos hacia él.

-Lo siento... No. No quiero saberlo-.

-Oh, no te preocupes hermanito, estoy segura de que no podrás dejar de oír hablar de ello ahora que lo sabes-.

Dijo ella y, tan rápido como vino si con una sonrisa más amplia y autosatisfecha en la cara, su hermana se levantó y lo dejó solo.

Se golpeó la cabeza contra la mesa. Aquello había sido más embarazoso de lo que había pensado. Y acababa de correr un gran riesgo sin consultar a Hadrian y Abraxas, aunque viendo que no había dicho nada de que Abraxas lo quisiera de vuelta o que Abraxas fuera el primero en sacar el tema, no creía que fuera tan grave.

En el peor de los casos, volvería a pelearse con su padre. Seguiría siendo privado y no había dicho nada que pudiera ser usado en su contra, no realmente, ya que todos pensaban que estaba enamorado de Brax antes de que se lo confirmara a Lucretia.

(Casi no oyó el pequeño "Te quiero, hermano" cuando ella se marchó, tan ensimismado como estaba. Pero lo oyó, y le dio esperanzas. Los Blacks no eran conocidos por ser abiertos cuando se trataba de sentimientos, y mucho menos entre ellos. Por lo general, les enseñaban a serlo demasiado jóvenes. Orión creía firmemente que, de no haber conocido a Abraxas tan joven, él habría sido igual).

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