The Missing parts of History [Traducción]

Harry Potter - J. K. Rowling
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The Missing parts of History [Traducción]
Summary
En retrospectiva, Harry podía admitir que tocar cosas al azar en Grimmauld Place no había sido una buena idea. Sin embargo, era un poco tarde para eso.Varado en el tiempo, sin camino de regreso a casa, Harry tuvo que aprender a hacer frente a su vida mientras vivía en los años 50.Por extraño que parezca, Orion Black no se parecía en nada a lo que esperaba. Abraxas Malfoy tampoco. O sus amigos, en su mayor parte.Honestamente, tratar de mantenerse al día fue agotador.
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Chapter 60

Noviembre de 1955                               

Orión abrió los ojos con la poca luz que entraba por la ventana, Hadrian agarrándose el brazo mientras dormía y Abraxas al otro lado, pegado a la espalda del adolescente y rodeándolo con los brazos.

(¿Dónde estaba su camisa? Estaba seguro de habérsela puesto antes de acostarse. Bueno, al menos era imposible que tuviera frío, con la compañía que tenía. Pero vamos, ¿para qué se molestaba ya).

Tragó saliva, girándose con cuidado hacia ellos -descolocando un poco a Hadrian, aunque no sirvió de mucho, el adolescente se acurrucó más cerca- y extendiendo el brazo izquierdo para sujetarlos a ambos.

Joder, puede que ya fuera casi mediodía, pero no quería moverse en absoluto.

Se tomó su tiempo para estudiarlos, como si no lo hubiera hecho cientos de veces antes, con la mano rozando inconscientemente el costado de Abraxas, tan cerca del adolescente en esta posición que los rizos crecidos le hacían cosquillas en la nariz con cada movimiento.

Vio salir el sol sobre sus rostros, los párpados de Abraxas crispándose hasta que ya no pudo mantener los ojos cerrados (Hadrian tuvo suerte, Orión hacía suficiente sombra como para que la luz no le molestara aún) y sonriéndole en cuanto se dio cuenta de que Orión ya estaba despierto, las pupilas tan dilatadas que casi no podía ver el azul de sus ojos.

-Bonjour, bien-aimé-.[Hola, querido] Ah, así que aún tenía sueño como para hablar francés. Apretó suavemente el costado del rubio.

-Hola. ¿As-tu bien dormi?-.[¿Dormiste bien?]

-Hmmm. Parfaitement. Quelle heure est-il?-.[Perfectamente. ¿Qué hora es?]

-Je n'ai aucune idée. Tard, je crois-.[No tengo ni idea. Tarde, creo.]

-Si no bajan el tono ahora, los maldeciré en silencio-. Dijo Hadrian, escarbando más cerca, tratando de ocultarse de, presumiblemente, tanto la luz como el sonido.

Sonrió más cuando vio a Abraxas enterrar su cabeza en el cuello de Hadrian por detrás, tirando de él más cerca de su pecho y murmurando cosas dulces hasta que Hadrian se rió y se giró, con una mueca falsa firmemente en su lugar. Falsa, porque sus labios picaban hacia arriba mientras trataba de defenderse de ser despertado completamente, los dedos rápidos de Abraxas haciéndole cosquillas en el costado.

Orión no interfirió, ya que eso significaría que sería él el atrapado y odiaba que le hicieran cosquillas así, pero sí mantuvo a Hadrian en su sitio el tiempo suficiente para que el rubio lo inmovilizara, medio encima de él y con una pierna entre las de Hadrian, haciéndole imposible escapar.

Se perfilaba como un gran día.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

Hadrian miró a su alrededor, frunciendo el ceño, cuando entró de nuevo en el salón. El "salón", no la sala de estar familiar. Seguía siendo confuso.

-¿Brax?-.

-¿Sí?-.

-Juraría que Orion estuvo aquí hace cinco minutos-.

-Oh, abrió una carta. Ahora es el orgulloso tío de Narcisa Melania Black. Salió corriendo a la chimenea sin siquiera cambiarse-.

-¿Pensé que tenía que haber nacido hace un par de semanas?-.

-No lo hizo, estaban muy preocupados, creo-.

Orión también había estado muy distraído últimamente. Tal vez por eso no habían recordado que la fecha estaba sobre ellos. Ah, bueno. Se sentó en el sofá dándole la espalda al rubio, Abraxas instintivamente pasó un brazo alrededor de su torso para atraerlo hacia él y se relajó para esperar, invocando un libro para mantenerse entretenido.

Orión probablemente divagaría sobre su sobrina durante días, así que mejor esperar aquí para poder despotricar en cuanto llegara a casa y quitárselo de encima.

(Si no fuera porque había conocido el retrato de Walburga Black, se preguntaría por qué Orión sólo había tenido dos hijos. Probablemente el hombre quería una familia del tamaño de la de los Weasley para él solo. Pero con una mujer como esa cerca, Orion probablemente había elegido la lógica sobre los deseos y había tenido el mínimo de hijos para quedarse solo).

(Narcisa Black, eh, estaba bastante seguro de que había sido una Malfoy en su época, si estaba en lo cierto y no estaba confundiendo a la gente, pero no se lo mencionó a Abraxas, eso sería... raro. Tal vez se sabría más tarde, pero no ahora).

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-Hadrian, ¿estás bien?-.

Levantó la vista y vio a Orión recostado en la puerta de su despacho, con una expresión de preocupación en el rostro. Sin embargo, podía ver por qué, ya que una vez más estaba enterrado en los libros. Las cosas habían vuelto a su rutina normal después de que habían pasado un día entero sin hacer nada después de Samhain, y se sentía muy atrasado en sus estudios de Pociones, más aún porque Dorus vendría en tres días para "ponerlo a prueba".

-Odio a Dorus-.

Orión se acercó a él, tomando unos trozos de pergamino y escaneándolos.

-Puedo hacer que te deje en paz, si lo deseas-.

-¡NO! No, está bien-. Dijo. Orión le miró, preocupado. -Ahora me gustan las pociones. Me gusta que, por una vez, alguien crea que soy lo bastante bueno como para encargarme de todo esto, es solo que... Todavía tengo unas cuantas N.E.W.T. también, y no quiero dejar de practicar alquimia y coser por mi cuenta y estoy investigando mucho y todavía tengo que ir a trabajar dentro de unas horas y ahora hemos añadido Duelo y no puedo dejar de practicar oclumancia, lo que me quita al menos otra hora al día y... Es mucho. No importa que no quiera... dejar de pasar tiempo contigo y Brax por esto-.

-Abraxas y yo también creemos en ti-. Orión comentó, sin ningún calor detrás de él.

-Quiero decir... Dorus es un maestro de Pociones, me da clases particulares de pociones, no es lo mismo-.

Orion resopló. -Tal vez deberías soltar algo. Sé que crees que todas esas cosas son importantes, pero vas a acabar quemado. Prometiste que tendrías cuidado con eso, y unos días libres aquí y allá ya no son tan efectivos-.

-Lo pensaré, lo prometo-. Miró al hombre mayor. -¿Crees que puedes hacerme otro de esos horarios que tanto te gusta planificar? Me facilitó muchas cosas mientras estudiaba para mis O..W.L.s-.

Orión sonrió, alargó la mano para acariciarle la mejilla y le levantó la cabeza, inclinándose sobre el escritorio para besarle la frente. -Trabajaré en eso, pero al menos descansa ahora, podemos hablar sobre cuánto tiempo piensas para cada cosa, ya no puedo decidir las cosas por ti-.

-Kay-.

-Y tienes un sofá ahí mismo, así que arriba. Puedes sentarte en mi regazo e intentaré ayudarte a relajarte un poco-.

-Vale-.

Se levantó y cogió la mano del hombre mayor. Era un poco embarazoso -(habitualmente hacían las cosas sin mencionarlas)- pero no iba a rechazar la oferta. Podía admitir, aunque sólo fuera para sí mismo, que le daba seguridad, siendo Orión mucho más grande que él. Abraxas, también.

Y pasar al menos media hora pegado a Orión siempre era una buena forma de pasar el tiempo. Orión siempre se aseguraba de abrazarlo, con el brazo alrededor de su cintura, o más abajo alrededor de sus caderas, para mantenerlo en su lugar y hablarle al oído, con la voz más baja y más suave sólo para ellos dos. No había razón para hablar más alto con lo cerca que estaban, después de todo.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-No, idiota, la lavanda va primero-. dijo Dorus, deteniéndolo y cambiando el ingrediente que tenía en la mano por otro, enviándole una mirada mordaz.

-Deja de insultarme. Ya te dije que se me daba fatal preparar pociones-.

-Es imposible ser tan bueno en el aspecto teórico de una materia y ser pésimo en las partes prácticas-.

-Bueno, a menudo me han llamado imposible. Pues asúmelo-. Dorus soltó un gemido exasperado.

-¿Cómo esperan Abraxas y Orión que apruebes así?-.

-¿No se lo he dicho?- Dijo. Dorus le miró como si hubiera acabado absolutamente con él. Se encogió de hombros. -Quiero que sea una sorpresa. Ustedes siempre hablan de lo difícil que es conseguir una Maestría, y Ry y Brax siempre me están ayudando a hacer cosas, así que pensé que sería bueno que lo hiciera por mi cuenta. Aunque saben que me torturan con los libros-.

-Eres imposible-.

Sonrió. -Lo sé, ¿continuamos?-.

Sí, fastidiar y poner nervioso a Dorus era un gran pasatiempo.

Y no era que pensara que Orión y Abraxas no lo apoyarían, ellos también habían estado estudiando para maestrías bastante jóvenes así que eso no era un problema, pero él quería demostrarlo. Que podía hacer algo grande por sí mismo, por una vez. Quería que se sintieran orgullosos, pero no quería su ayuda para conseguirlo.

Sólo por esta vez. Casi podía imaginarse sus caras si lo lograba.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-Buenos días...- Se atragantó con el aire.

No había otra forma de llamarlo. Se atragantó con el aire, casi se traga su propia lengua. Tuvo suerte, sin embargo, Orión había estado bebiendo té. Orion siempre bebía algo cuando Hadrian hacía... algo. Le dio un pañuelo al más joven mientras Hadrian se acercaba al fregadero para coger un vaso de agua, con la toalla sobre los hombros y sudando por todas partes, la ropa -(y en cierto modo la falta de ella)- pegada en todos los sitios adecuados.

-¿Estas bien?-.

-¡¿Qué llevas puesto?!- preguntó Orión, o más bien exigió saberlo.

Abraxas ni siquiera se molestó con la respuesta, no era importante. Lo importante era que él... sabía más del cuerpo de Hadrian de lo que estaba dispuesto a admitir, pero Hadrian no solía presumir. Y esa camiseta era corta y podía ver el rastro alegre que salía de sus pantalones, pelos cortos pegados a su piel.

Joder.

(Bueno, al menos sabía que su relativamente recién descubierta sexualidad no estaba tan comprometida como había pensado. Apenas había sido capaz de llegar a un acuerdo con su recién descubierta atracción por la gente, principalmente sólo Orion y Hadrian, y Druella aparentemente no iba a correr por él. Qué alivio).

-¿Hmm? Oh, es sólo una camisa. ¿La señora dijo que se llamaba crop top?- Dijo Hadrian, ajeno, probablemente, a la forma en que Orión y Abraxas lo miraban. Orión parecía querer comerse al adolescente entre toses, Abraxas no estaba seguro de su propia expresión, pero esperaba estar siendo más sutil. -Pasaba por el pueblo y lo encontré en una tienda. Compré uno, porque ya me había roto la camisa con un muro de ladrillos unas calles atrás. Luego iré a comprar más. Es más cómodo para el deporte. No para duelo, sino para correr-.

-Es noviembre-. Dijo, sin aliento.

Estaba agradecido, la parte inferior de su cuerpo estaba escondida bajo el borde de la isla de la cocina. Orion no tuvo tanta suerte, de pie sobre el otro lado. Sus nudillos estaban blancos donde se agarraba a la encimera detrás de él.

-Y yo estaba corriendo. Me aseguraré de calentarme bien pronto, no te preocupes-. Hadrian puso los ojos en blanco. -¿Qué pasa?-.

-Nada-. Consiguió decir Orión, ya limpio. -Sólo... inesperado. No es algo que estemos acostumbrados a ver. La forma en que estás vestido-.

-Ah, cosa de sangre pura. Bueno, me gusta, así que acostúmbrate o algo. Pero voy a cambiarme, haré el desayuno después y podemos bajar a batirnos en duelo-.

-Claro-. Dijeron tanto él como Orión, demasiado rápido para que no se notara.

Hadrian se fue, besando la mejilla de Abraxas en su camino a las escaleras. Ninguno de los dos habló hasta que el adolescente estuvo arriba. Pero en cuanto lo estuvo, Orión se agachó, con el brazo alrededor de la cintura, apoyó la cabeza en la isla de la cocina e inspiró y espiró profundamente varias veces. Le costó un poco de esfuerzo hacer que el rubor de ambos se desvaneciera un poco y que el más joven se enderezara.

-Está intentando matarnos-.

-No, no lo está intentando en absoluto-. Dijo, golpeándose la cabeza contra la isla. -Sólo hace cosas. Y luego nos deja lidiar con las consecuencias-.

-Bueno, es bueno en eso-.

-Sin duda-. Luego se paró en seco. -¿Espera que nos batamos en duelo así?-

Con una erección, quiso decir. Pero no se atrevía a decirlo en voz alta. Orion sonrió, pareciendo un poco dolido.

-Bueno, hay suficientes baños en esta casa para no hacerlo, y voy a usar uno ahora-.

Dijo Orión, dejando muy claras sus intenciones antes de salir de la zona de la cocina. No se molestó en aparentar que no iba a hacer lo mismo y se lanzó a por el retrete que había junto a la puerta principal. Con un poco de suerte -(y la tendría, Orión era el que tenía demasiado aguante)- habría terminado para cuando Hadrian bajara.

Hadrian iba a matarlos. Orión no parecía demasiado preocupado por ello, sin embargo, así que no había razón para que lo estuviera, sólo era incómodo a veces, cuando se salía de control.

(Él no estaba roto, al parecer, ni siquiera después de Druella. Iba a sacar el tema en la terapia, por muy embarazoso que fuera. El progreso era el progreso, ¿no?).

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

La cabeza le iba a matar, pero se obligó a abrir los ojos un poco más. No sabía cómo Abraxas hacía esto las 24 horas del día, pero, joder, lo respetaba. Era como si el mundo se encendiera cada vez que se ponía las gafas encantadas y Abraxas activaba las runas.

La mayoría de las veces no entendía lo que veía, aunque Abraxas era capaz de captarlo en fracciones de segundo. Sabía que el rubio había estudiado aritmética, adivinación y teoría mágica a fondo, más que nadie vivo, sólo para poder usar su Don con eficacia. Pero una cosa era saberlo y otra era verlo.

-¿Necesitas un descanso?-.

-No muevas la cabeza tan rápido. Por favor, mi visión cambia cada vez que lo haces-. Abraxas soltó una risita a su lado, moviéndose mucho más despacio.

-Lo siento, pareces agotado-.

-Realmente necesito conseguir esto. ¿Sólo una vez más?- Suplicó. -En realidad es más fácil entenderte ahora-.

-Hmmm, bien. Pero vamos a tener el resto de la tarde libre-.

-Trato hecho-.

-De acuerdo, mira aquí. Esta es la ecuación que estás buscando, sólo necesitas seguir la ramificación correcta a continuación para saber cómo funciona la correlación con el plano físico-. Dijo Abraxas, extendiendo el brazo hasta casi tocar un hilo azulado que fluía alrededor.

Era una cosa rarísima, como si el mundo fuera una enorme madeja hecha de todos los tipos de hilo existentes y cada uno tuviera -(más bien)- decenas de significados diferentes. Y no era como si una línea permaneciera siempre igual no, se rompía en dos y tres y más en diferentes puntos.

Sin embargo, no le importaba el dolor de cabeza, nunca se arrepentiría de haber visto el mundo a través de los ojos de Abraxas. Literalmente.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-¿Por qué me miras así?-. Preguntó, levantando la vista de su libro cuando notó la sombra sobre él.

-Me has clavado todos los zapatos en el suelo-. Arqueó una ceja.

-No, no lo hice-. Sí, lo había hecho, pensó Orión.

-¡Estás mintiendo, ni siquiera estás tratando de ocultarlo!-.

-Bueno, no es como si fuera mi culpa que encantaras todos los libros de la casa para que se alejaran cada vez que intentaba alcanzar uno-. Dijo, eso había sido horrible.

-¡¿Y quién fue el que encantó mi violín para que me siguiera mientras tocaba 'Für Elise' en mi menor durante tres horas?!-. replicó Abraxas.

-Sólo lo hice porque literalmente cambiaste el color de cada una de mis túnicas justo antes de que tuviera que salir-.

-Me pusiste naranja. Y me echaste purpurina. Todavía tengo purpurina en el pelo, y no me importa cuántas veces diga Hadrian que es bonito, me sigue cabreando-. Abraxas le señaló con el dedo, sin hacerle gracia.

-Bueno, tal vez no deberías haber echado polvos pica-pica en mi ropa en primer lugar-. gruñó.

-¡Yo no he hecho eso!-.

-Te oí cacarear, Brax, no eres sutil-.

-Pero... ¡Pero no lo hice! Estaba leyendo el libro que Rian me dio en el momento en que te estabas quejando de ello!-.

Reanudaron su enfrentamiento inicial hasta que cayó en la cuenta de que Hadrian había guardado silencio sobre las bromas durante semanas. Era sospechoso cómo...

-Oh, mierda-.

-Voy a matarlo-. Dijo Abraxas, sofocando su repentina risa, tras llegar a la misma conclusión que él.

-¿Tregua?-.

-Y conspiración, por favor. Además, necesito mis zapatos, por favor-.

-Los descongelaré más tarde, ahora ven aquí, tenemos trabajo que hacer-. Dijo, tirando de Abraxas a su regazo.

Nunca antes había sido jugado como una marioneta, pero Hadrian definitivamente iba a lamentar ser el primero.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

Sabía que estaba dando rodeos, parado así frente a la tienda. En su defensa, realmente no quería dejar su trabajo. Pero le había prometido a Orión que lo dejaría si se volvía demasiado e incluso él podía reconocer que sus mayores habían dejado claro que el dinero sería el menor de sus problemas para el resto de su vida.

(Aún no lo había superado. Formaba parte de la minoría de la población que no tenía que preocuparse nunca por el dinero. Le angustiaba, era demasiado bueno para ser verdad, pero así era su vida y cada vez que intentaba luchar contra ello, Orión o Abraxas le echaban por tierra la idea, echándole en cara una u otra afirmación del Banco y dejándole claro que no le estaba permitido dudar de los números.

Ignoraba el hecho de que, la mayoría de las veces, dichos extractos bancarios ni siquiera pertenecían a sus bóvedas.

Con un último suspiro, entró en la tienda y se dirigió directamente al despacho de Marta, saludando a Frank con la mano y recibiendo un saludo de vuelta. Llamó a la puerta varias veces y esperó.

-¡Está abierto!-.

-Hola...- Dijo, abriendo la puerta y entrando, dejando que se cerrara después.

-¿A quién tengo que matar?-.

-¿A quién? No, a nadie-.

-Pues estás triste-.

-Marta, el asesinato es ilegal-. Ignoró el hecho de que estaba planeando un asesinato con un elfo doméstico loco en su tiempo libre, no es que nadie lo supiera. -E innecesario. Sólo necesito hablar contigo-.

-Claro, siéntate. Entonces... ¿Qué malas noticias traes a mi humilde morada?-.

-Necesito dejarlo-. Dijo, sin sentarse. Mejor decirlo sin rodeos.

-¿Qué? ¿Por qué?-.

Ladeó la cabeza. -¿Puedes mantener esto en secreto?- Ella asintió, incitándolo a hablar. -Estoy estudiando para una Maestría ahora, en Pociones-.

-Yo... vaya chico, eso es...- Ella se levantó, caminó alrededor del escritorio y lo abrazó con fuerza. Ella dio un paso atrás poco después pero dejó sus manos en sus hombros. -Pensé que todavía estabas estudiando para la mitad de tus N.E.W.T.s.-

-Lo estoy, por eso no puedo con todo-.

-Eres un exagerado-.

-Tengo un maestro lo suficientemente invertido en mí como para que me dé clases particulares, no estoy tan loco como para rechazar eso-. Dijo, porque era verdad. Era una buena oportunidad y era mejor tener a alguien a quien molestar con sus preguntas que intentar conseguir sus maestrías solo. Aunque no hubiera esperado la oferta de Dorus, eso no significaba que no fuera a aprovecharla. -Puedo hacerlo, pero mi... Erm... Sabes, les prometí que tendría cuidado de no agotarme. Así que aquí estoy-.

-Bueno, al menos se preocupan por ti. Y podrías decir 'amantes'-. Se sonrojó.

-No estamos... en ese punto-.

-Para cuando lo esten, habran estado juntos durante años-.

-Cállate-. Dijo, sin mordacidad en sus palabras. Sabía que su relación con Ry y Brax no era convencional, pero le gustaba poder ir paso a paso. -De todos modos, pensé en decírtelo ahora y quedarme hasta que encuentres un sustituto para mí-.

-Bueno, se agradece. Va a ser difícil acostumbrarse a no tenerte cerca. Y tu pequeño vampiro va a dejar de venir-.

-Puede que sí, puede que no. Seguiré viniendo de vez en cuando. Y voy a hablar con Matt, a ver si podemos seguir quedando otras veces o escribir. Ahora estoy unido a todos ustedes-.

-Bien, prepararé el papeleo, pero aún necesito una carta de dimisión tuya para mis archivos. ¿Cuánto tiempo crees que podrás quedarte?-.

Se encogió de hombros. -Me dijeron que lo normal son dos semanas, así que más o menos eso-.

-Bueno, mejor que la última vez-. Ella le sonrió, dándole una palmadita en el brazo antes de volver a su silla. -Fuera, chico, ahora tengo trabajo que hacer y tú también. Y dile a los demás que te vas-.

-Gracias, Marta-. Ella le hizo un gesto con las manos y él se fue, riéndose un poco de sus payasadas.

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