The Missing parts of History [Traducción]

Harry Potter - J. K. Rowling
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The Missing parts of History [Traducción]
Summary
En retrospectiva, Harry podía admitir que tocar cosas al azar en Grimmauld Place no había sido una buena idea. Sin embargo, era un poco tarde para eso.Varado en el tiempo, sin camino de regreso a casa, Harry tuvo que aprender a hacer frente a su vida mientras vivía en los años 50.Por extraño que parezca, Orion Black no se parecía en nada a lo que esperaba. Abraxas Malfoy tampoco. O sus amigos, en su mayor parte.Honestamente, tratar de mantenerse al día fue agotador.
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Chapter 55

25/9/1955                                                 

-Voy a hacerlo hoy-. Dijo mirando la pintura de Abraxas sobre la mesa del comedor.

Había conseguido que uno de sus elfos domésticos le trajera un surtido de plumas de pavo real de color blanco puro, las que se habían caído por una razón u otra porque era "inhumano arrancárselas a las pobres criaturas a la fuerza" y las estaba customizando lentamente una tras otra, pareciendo tan fijado en su tarea que no prestaba atención a nada más. (Siempre estaba prestando atención, sólo había dominado cómo no parecerlo).

Por lo que sabía, había puesto algunos hechizos y los había recubierto de una poción especial para que aguantaran bien la pintura y no se estropearan.

Pero en la mente de Hadrian, todo lo que podía ver era a Abraxas, despertando con él por primera vez en lo que parecía una eternidad hacía unos días.

Había algo suave presionando su frente y una letanía de murmullos que apenas podía entender. Se quejó de la luz que ahora podía sentir. ¿Quién demonios había abierto las persianas tan temprano?.

Giró todo su cuerpo, tratando de usar a Cálido, suave y seguro como escudo para poder dormir un poco más. Cálido, suave y seguro soltó una pequeña carcajada y sintió que su pecho se llenaba de calor con el sonido.

-Despierta, Rian, soleil, il est temps de commencer la journée-. [sol, es hora de empezar el día].

-No en francés-. No pudo pensar bien las palabras, su mente seguía siendo demasiado lenta. Abrió los ojos un poco, tratando de mirar al hombre, que sólo sonrió más, haciendo que sus ojos se arrugaran y aparecieran pequeñas arrugas.

Malditos genes Malfoy, todo lo que hacía lo hacía ver bonito.

-Allez, chérie, tu sais que tu aimes quand je parle comme ça-. [Vamos, cariño, sabes que te gusta cuando hablo así] Gimió, qué más daba si el maldito acento francés le revolvía el estómago. -Regarde-moi, ah, te voilà, bonjour mon soleil-. [Mírame, ah, ahí estás, hola sol].

Hizo un mohín. -Buenos días, Brax-.

El rubio estaba usando su brazo como almohada, usando el otro para mantenerlo en su sitio, la mano frotando suavemente su espalda por encima de la camisa. La mayor parte de su pelo se había salido de la trenza suelta que llevaba -(con la que estaba seguro que no se había ido a dormir)- y se lo había colocado desordenadamente detrás de la oreja para que no le entrara en los ojos.

Pero no era eso en lo que más se fijaba, no. Era la forma en que Abraxas tenía todo el cuerpo relajado, la perezosa inclinación de su sonrisa, el incipiente brillo de sus ojos. Abraxas era perfectamente consciente de dónde estaba y por qué, y por primera vez en mucho tiempo, le parecía bien.

Se dio cuenta de que Orión le miraba, intentando leerle. -Si ese es tu deseo. ¿Ahora o después de comer?-.

-¿Qué tal si dejamos que él decida? Ya que está escuchando y todo-.

Vio que los hombros de Abraxas se ponían rígidos y pudo adivinar que también había un rubor en su cara. No se había quedado callado. Abraxas estaba en la habitación, si no hubiera querido que lo escuchara habría puesto un encantamiento silenciador o se habría mudado él mismo, arrastrando a Orión con él para una charla privada.

-¿Y bien?- Dijo. Abraxas miró por encima del hombro.

-¿Hablar de qué, exactamente-.

-Oh, la poción. No te preocupes, no es nada malo. ¿A menos que no quieras saberlo?-.

-¿En serio?- Parpadeó ante el tono inseguro del rubio. Sabía que había esperado mucho, pero no se había dado cuenta de que el hombre mayor pensaría que nunca se lo iba a decir.

-Por supuesto. Pronto estará a la venta. Sólo he esperado tanto porque quería estar seguro de que sería un éxito, pero es mejor que te lo diga yo a que te enteres por tu cuenta-.

-De acuerdo, entonces. No podré volver a concentrarme en esto hasta que me lo digas, así que ahora sería lo mejor-.

-Voy por los papeles, acompáñame al despacho cuando termines-. Abraxas le sonrió, asintió entusiasmado y empezó a recoger sus cosas, organizándolas y poniendo a secar las plumas ya pintadas, colgadas en un pequeño soporte.

Orión le envió una última mirada alentadora mientras se dirigía al despacho.

Esto era lo que había que hacer.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

¡Por fin!.

Ahora, no lo malinterpreten, estaba tan orgulloso de Hadrian que sentía que podía estallar de la emoción. Él y Orión lo habían estado ayudando con el contrato y, aunque no era el mejor tema de Hadrian, el adolescente lo había estado haciendo excelentemente.

(Era una oferta alucinante, el Gremio de Pociones había ofrecido un 65% de los beneficios de buenas a primeras. Normalmente ofrecían como mucho el 50% y había que discutirlo más a fondo, una forma de asegurarse de que el gremio ganaría suficiente dinero con las pociones para continuar con la producción aunque el porcentaje aumentara a favor del desarrollador de la poción. Realmente querían que Hadrian trabajara con ellos en lugar de hacerlo de forma independiente, si es que llegaban a incurrir en pérdidas).

Sabía que, fuera lo que fuese lo que Hadrian había creado, se había convertido en algo tan importante que, incluso sin saber lo que era, Abraxas estaría siempre orgulloso de ello.

Aun así, había querido saber qué era. Era una persona curiosa por naturaleza y no le importaba si la curiosidad mataba al kneazle, nunca había tenido problemas en ir demasiado lejos en sus investigaciones. Pero respetaba a Hadrian, y Orión le había mirado como si le rompiera el corazón callarse, así que se había contenido y sólo había preguntado sutilmente.

Se había dado cuenta, pero no había dejado que le molestara que sus preguntas fueran ignoradas. De todos modos, se le había mantenido informado de todo lo que ocurría, así que no era un problema de confianza o algo así.

Y ahora lo iba a conocer, así que todo estaba bien.

(Daba un poco de miedo cómo todo parecía ir bien últimamente. Le ponía nervioso. Se había mudado sin ser atrapado, Orión y él no habían perdido a Hadrian con su confesión (de alguna manera los hizo más cercanos, Hadrian volviéndose más hacia ellos ahora que era consciente de lo que estaba pasando. Parecía más curioso que otra cosa, pero tomaría lo que pudiera conseguir), había empezado a cabecear y dormir con ellos de nuevo, había sucedido dos veces aunque no tuviera control sobre ello, su terapia iba bien y-.

Sólo esperaba que cayera el otro zapato, lo sabía, nada en su vida iba tan bien como parecía en la superficie, no así. Al parecer era un resto de su infancia y adolescencia, no poder asentarse y creer que las cosas podían ir bien sin que alguna otra parte de su vida se viniera abajo).

Puso los pinceles a secar una vez limpios, se lavó las manos en el fregadero -(era un poco desordenado cuando pintaba, pero se suponía que la pintura tenía que ser masilla en primer lugar, así que no le preocupaba)- y se aseguró de que ninguna de las plumas se rozara entre sí y transfiriera pintura antes de dirigirse a la oficina con un resorte en el paso.

Lo primero que notó una vez que cerró la puerta del despacho (era una conversación privada, o la estarían teniendo en el salón, que tenía más espacio) fue que Hadrian estaba extremadamente nervioso.

Cambiaba el peso de los pies, movía compulsivamente las cosas, se giraba para mirar a todas partes menos a él, concentrado sobre todo en los pocos papeles que tenía en las manos, revisándolos como si (probablemente) no se los supiera de memoria.

Pasó los ojos por el escritorio, lleno de documentos que reconoció como primeros borradores y contratos e incluso un par de revistas. Sabía cómo eran, había tenido que hacer bastantes a lo largo de los años.

Tarareó, acercándose a él y, muy deliberadamente, evitando mirar nada. Hadrian necesitaba encontrar sus palabras y Abraxas se pondría ansioso si leía algo sin suficiente contexto. Hadrian respiró hondo y dejó los papeles sobre el escritorio.

-Deberías... sentarte. Deberías sentarte-. Se repitió a sí mismo. Abraxas se preguntó si debería haberles traído agua, porque su voz era áspera. Obedeció, sin embargo, no iba a correr ningún riesgo. -Bien, oh dioses, no puedo creer que esto sea tan difícil-.

Mantuvo su risa en el fondo de su garganta. No era frecuente que Hadrian dijera "dios" en lugar de "Merlín", un resto de su infancia muggle y una prueba más de sus nervios.

-Está bien, entonces pensé en dejarte leer un poco y luego explicarte... Hice lo mismo con Orión... dejé que lo leyera y luego lo repasamos juntos. ¿Te parece bien?-.

-Claro. Soy mejor en pociones que Orión, seguro que entenderé lo suficiente-. Dijo, sonriendo satisfecho.

Sólo era mejor gracias a su alquimia, pero siempre fue un motivo de orgullo para él. Orión había tomado 3 O.W.L.s más que él, así que cada poco contaba. Ambos habían dejado las pociones después de eso, porque no era el centro de atención de ninguno de los dos, pero Abraxas aún había tenido que preparar pociones basadas en la alquimia durante sexto y séptimo curso, cosa que Orion no había hecho aunque hubiera hecho 4 N.E.W.T. más que él.

(Sí, estaba amargado. Lo llamaban genio en todo el mundo pero apenas podía seguirle el ritmo a un chico dos años menor que él, que seguía sosteniendo que 'Sólo estaba obsesionado' Mentira. Se podía llamar obsesión a los seis años, no a los quince o a los veintiséis. Seguía siendo tan orgulloso como amargado, era más una cosa lúdica que otra cosa, en realidad nunca se quejaría de que sus amigos fueran listos).

-Vale, esta revista se publicó en Francia hace como un mes. Es un resumen rápido con un montón de estadísticas de todo lo que había pasado con las pruebas. Se hicieron un montón de ellas pero esta es la más reciente y tú dominas más el francés así que... Sí. Y este es el borrador final, el que enviamos, con explicaciones y todo. ¿Cuál prefieres primero?-.

-Borrador-. Dijo. -Prefiero saber de qué van las estadísticas antes de leerlas-.

Tomó la información ofrecida, impresionado. Sólo el borrador tenía diez páginas completas por delante y por detrás.

(¿Los borradores de pociones solían ser tan largos o era sólo Hadrian?).

Tragó saliva y, con una última mirada a un ansioso Hadrian, empezó a leer.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

Muy bien. ¿Por qué fue tan difícil?.

Estaba bastante seguro de que había tenido conversaciones muy difíciles con Abraxas antes, esto debería ser bastante normal comparado con aquellas, ¿verdad?.

Error.

Se apoyó en el escritorio justo delante del hombre, esperando. Al principio Abraxas leía despacio, casi meticulosamente. Las primeras páginas estaban dedicadas a una breve explicación, ingredientes y métodos de preparación, así como las explicaciones, por lo que no era de extrañar que Abraxas tardara algún tiempo en reiniciar y procesar lo que estaba leyendo, ya que estaba lleno de jerga de Pociones.

El rubio le lanzó una última mirada insegura y esperanzada (tan malditamente esperanzada, que hizo que la larga espera de los polillas mereciera la pena) antes de hojear el documento completo una, dos y hasta una tercera vez. Como si no pudiera creerse lo que estaba leyendo.

-¿Hadrian?- No, el tono de voz dubitativo, tímido y francamente asustado con el que Abraxas había dicho su nombre no era desgarrador. No lo era.

-Vale, entonces... Mira, sé que no lo pediste, pero no podía soportar ver cómo te hacían daño, y sabía que podía hacer algo al respecto. Es... Fue algo que aprendí en mis tiempos, pero no pude encontrarlo y me frustré porque no te merecías el modo en que te estaban tratando así que... Así que lo hice, y hablé con Orión, y él me presentó a Nott, y lo pusimos en fase de pruebas. Nos llevó meses porque mi primer borrador... Bueno, funcionaba pero no soy un maestro y necesitaba mucho trabajo para ser lo suficientemente bueno. Y luego tuvimos que esperar al resultado final, definitivo, y entonces me dijeron que preparara el contrato y que estaba prácticamente terminado y era un éxito, pero yo estaba nervioso y decidí esperar un poco más, por si acaso, porque no quería adelantarme y arruinarlo todo y...-

Cerró la boca, sabiendo que estaba despotricando y probablemente agobiando a su... amigo. Y él intentaba ayudarle, no empeorar las cosas. Así que cerró la boca y esperó.

-Hadrian-. Tragó saliva, nervioso, y miró al rubio. -Yo no... no tengo que... ¿No Druella?-.

Oh. Oh.

-No, he hablado con Orion. Dice que en cuanto salga la poción y se empiece a usar en los hospitales, tendrás suficiente tirón con tu familia para no tener que llevar a Druella a la cama. Ella no puede rechazarlo, no después de lo que hizo. Y tus padres no podrán decir que no estás 'cumpliendo con tu deber' si eres tú quien se ofrece-. Escupió las palabras, sin poder contener su disgusto. Merlín, odiaba a toda esa familia, los únicos que le gustaban eran los que había conocido en los Alpes. -Con lo mucho que han insistido, y con lo que ella hizo, las tornas han cambiado, vale. Puede que al principio no acepten pero...-

No pudo decir más, porque Abraxas estaba... llorando. Silencioso y temblando en su sitio, apretando los papeles contra su pecho, la boca abriéndose y cerrándose pero sin que salieran palabras. No era como el Día Después.

(Ya entonces se había dado cuenta, aunque no lo había dicho en voz alta, de que su poción tenía que tener éxito. No era el peligro de que la familia de Abraxas hiciera otra jugarreta como aquella, no, era que Abraxas se vería obligado a acostarse con su posible violador incluso sin ella, plenamente consciente.

No sabía si Orión y Abraxas se habían dado cuenta de eso, tan ocupados con la recuperación de Abraxas como habían estado, pero no había tenido el valor de sacar el tema. Se le había revuelto el estómago y le había subido la bilis a la garganta.

La poción tenía que tener éxito. Y así había sido. Y ésta era la última red de seguridad que necesitaban.

-Hey, hey Brax. Ven aquí-. Tiró del rubio hacia él y, aunque el abrazo no fue correspondido, fue fácilmente aceptado por la forma en que Abraxas se había inclinado para poder deslizar sus brazos alrededor del cuello del rubio. -Está bien, vamos a mantenerte a salvo, ¿de acuerdo? Ya puedes soltarte-.

Abraxas no hizo ningún ruido, ni siquiera un sollozo, sólo dejó que las lágrimas cayeran libremente, empapando su camisa. Pero no le importaba, porque Abraxas estaba aquí, y estaba a salvo, tan a salvo como Hadrian podía conseguir que estuviera, y eso era suficiente por ahora.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

Cuando Abraxas salió del despacho, estaba solo.

Tuvo que parpadear varias veces, e incluso frotarse los ojos, para intentar comprender lo que veía.

-¿Brax? ¿Estás bien?- Dijo, con cuidado. Abraxas tenía los ojos, la nariz y las mejillas enrojecidas, y aún se le veían las lágrimas en la cara. Su pregunta era estúpida, como siempre, pero Abraxas soltó una risa corta y temblorosa.

-Lo sabías-. No era una pregunta, así que asintió. -Le quiero. Le quiero. No sé qué hice para merecerlos a los dos, pero joder, me alegro de hacerlo-.

Tragó más allá del nudo en la garganta.

(Era la primera vez que Abraxas lo decía. Claro, estaba implícito en todo lo que hacía, pero era la primera vez que lo decía tan claramente. Decir "estoy enamorado de ti" como había hecho con Hadrian no era lo mismo que un "te quiero"). Pero sonrió de todos modos.

-¿Mereció la pena esperar?-.

-Ojalá lo hubiera conocido antes, si éste es el resultado-.

-Yo también. Lo siento-. Dijo mordiéndose el labio.

-Yo no-. Abraxas se sentó, apoyándose en él, y deslizó un brazo alrededor de sus hombros para acercarlo, besándole la sien. -Bueno, ojalá no hubieran pasado algunas cosas, pero por lo visto esto lleva gestándose desde hace cuánto, ¿un año y medio? Puedo aceptarlo-.

-Me sorprendió hasta la médula-. Dijo. -Siento no habértelo dicho...-

Abraxas, el mocoso, lo miró sólo para poner los ojos en blanco. -Hadrian ya me lo explicó, en profundidad. Todo, en realidad, era un manojo de nervios tratando de explicarse. Sé que intentaba cuidarme. Y para ser sincero, saber que la poción existía antes de saber si era una salida viable o si funcionaría... No estoy enfadado por no habérmelo dicho. Joder, estoy aliviado, porque ahora sé que puedo usarla-.

-Voy a usarlo. Cuando llegue el momento-. Abraxas arqueó las cejas, sorprendido. -¿Qué? Si tengo la opción, no voy a acostarme con nadie que no sea Hadrian o tú. Soy un Black, soy leal-.

-Craso-. Pero sus mejillas se habían oscurecido otro tono y su sonrisa se volvió ligeramente petulante.

-Mira quién habla-. Le arrancó otra pequeña carcajada, e incluso un beso en la mejilla. -Es increíble, ¿verdad?-.

Abraxas tarareó una melodía afirmativa. -Y ahora sé por qué te preocupaba tanto que Dorus te lo robara-. Dijo Abraxas, sonriendo. -Ese hombre mataría por un prodigio así-.

-Él consigue ser el primero en presumir de haber apoyado oficialmente su carrera-. Dijo, frunciendo el ceño. Será mejor que Nott se guarde las manos.

Para cuando Hadrian se unió a ellos, Abraxas había vuelto a su alegre y juguetón yo, tirando de Hadrian en su regazo y no dejarlo ir. Y bueno, estaba bastante seguro de que Hadrian estaba complaciendo la necesidad de contacto del rubio en ese momento, con la forma en que lo miraba.

Cuando Hadrian lo sorprendió mirándolo, le guiñó un ojo y se arrimó más a Abraxas, así que por supuesto Hadrian sabía lo que estaba pensando.

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