The Missing parts of History [Traducción]

Harry Potter - J. K. Rowling
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The Missing parts of History [Traducción]
Summary
En retrospectiva, Harry podía admitir que tocar cosas al azar en Grimmauld Place no había sido una buena idea. Sin embargo, era un poco tarde para eso.Varado en el tiempo, sin camino de regreso a casa, Harry tuvo que aprender a hacer frente a su vida mientras vivía en los años 50.Por extraño que parezca, Orion Black no se parecía en nada a lo que esperaba. Abraxas Malfoy tampoco. O sus amigos, en su mayor parte.Honestamente, tratar de mantenerse al día fue agotador.
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Chapter 54

Septiembre de 1955                                      

No había dormido nada. En realidad era culpa suya, así que no podía quejarse. Sinceramente, la próxima vez que bebiera más de diez tazas de té se noquearía a sí mismo en lugar de esperar a que su cuerpo se relajara.

Giró la cabeza, dejando escapar una suave exhalación cuando Hadrian se apretó más contra su costado, con el brazo izquierdo alrededor de su torso en un abrazo apretado pero no demasiado restrictivo, aún dormido. Abraxas tenía razón, se sentía ingrávido. Supuso que lo mejor de esperar lo peor era que sucediera algo bueno.

Su brazo estaba atrapado bajo el adolescente, y tal vez un poco dormido, pero tenía suficiente control para moverlo, rodeando suavemente la cintura de Hadrian. No le importaba lo cansado que estuviera, haría esto un millón de veces más si le dieran la oportunidad.

Unas tres horas después -(ya no sentía el brazo ni el hombro, y necesitaba desesperadamente ir al baño)- Hadrian se despertó. Estaba a punto de pedirle al adolescente que por favor lo dejara ir cuando escuchó un gemido bajo y el adolescente se escondió más cerca, ocultando su rostro para huir de los pocos hilos de luz que entraban por la ventana. Debería haberlas cerrado anoche, a Hadrian le gustaban las contraventanas opacas que tenían por una razón. Principalmente porque odiaba la luz en la cara a primera hora de la mañana, Orión podía entenderlo.

Con un suspiro, cogió su varita y cerró las cortinas, recibiendo un zumbido de agradecimiento.

-Rian, por favor, puedo volver y ser tu almohada en un rato, pero tengo que irme, un hombre sólo puede aguantar hasta cierto punto-.

El adolescente tuvo que forcejear un poco y refunfuñar, pero le dejaron marchar, aunque tuvo que prometer que volvería directamente a la cama.

Mirándose en el espejo, con la puerta cerrada para que la luz no molestara a Hadrian, ni siquiera le importó que Abraxas se quejara de las ojeras y tratara de intimidarlo para que durmiera más.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-¿Brax?-.

-¿Sí?-.

-¿Por qué Orión y tú no empezaron a salir desde el principio? Es raro que hayas esperado tanto-.

Abraxas resopló, divertido. -¿Por qué habríamos de hacerlo? No queríamos ser pareja, sino parte de una tríada. Claro que aún podrías negarte y yo me lo pensaría, si Orión estuviera de acuerdo, pero no iba a rendirme antes de que ocurriera. Igual que pensaría en intentarlo contigo si la situación fuera al revés y Orión el que estuviera en tu lugar-.

-De acuerdo-. Pero Abraxas no escuchó.

-Además, creo que no lo hemos mencionado, ahora mismo no estoy mentalmente estable como para entablar ningún tipo de relación. Creo que no lo mencionamos porque no estamos en un punto en el que necesitáramos considerarlo un problema, pero es la verdad-.

Parpadeó. Oh, él... él no había considerado eso.

-Lo siento-.

-No pasa nada, el primer paso es reconocer que el problema existe, ¿no? Ya estoy trabajando para mejorar, así que poco puedo hacer a corto plazo-. Dijo Abraxas, sonriendo alegremente. -Toma, coge esto, es un buen diseño, ¿no crees?-.

Cogió el dibujo, un nuevo conjunto de joyas que Abraxas probablemente se atrevería a hacerle, junto con él venían las instrucciones sobre qué tipo de runas y encantamientos tenía que añadir a las tres piezas diferentes.

A diferencia de Orión, Abraxas no se molestaba en obligarlo a hacer un proyecto para sus N.E.W.T.s, sólo lo "retaba" a hacer cosas, y luego él tenía que averiguar cómo hacerlas por su cuenta.

Al menos era divertido.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-¿Qué es esto?-.

Su hermana dejó caer la última edición de El Profeta delante de él, llamando la atención de sus padres. Arqueó una ceja.

-Un periódico-. Dijo, para disgusto de Lucrecia. -Hermana, no puedo saber a qué te refieres si no me lo explicas-.

Su padre cogió el periódico y escudriñó la página que estaba en primer lugar, que en ese momento parecía ser la quinta, normalmente designada para noticias sin importancia sobre el funcionamiento interno del Ministerio que aún debían hacerse públicas.

-De alguna manera, Druella Malfoy ha tenido más artículos publicados sobre ella el último mes y medio que en el último año, en todos los periódicos de las Islas. Incluso los de El Nundu amistoso tenían algo que decir sobre ella. Toda información algo antigua, para los que la conocen, pero desde luego no es algo que se averigüe porque sí. ¿No es extraño?-.

La aversión de su hermana por los no humanos se hizo patente al mencionar la revista, dirigida por un hombre lobo y una medio-veela si no se equivocaba. Huh, no recordaba haberles enviado nada, ¿quizás la habían visto y decidieron investigarla?.

-No entiendo qué tiene que ver esto conmigo. Puede que me caiga mal, con razón, pero sabes que estoy más centrado en Abraxas-.

-Sí, todos sabemos lo mucho que te centras en él-. Su hermana no se burló, porque eso no era propio de una dama, pero estuvo a punto de hacerlo. -Lo cual no está mal, puedes encontrar tu felicidad como quieras, pero si esto no tiene tus dedos untados en todo, no soy una Black-.

Ella le dirigió una mirada que podía matar en un segundo, un basilisco a un segundo de atacar.

-¿Tuviste o no tuviste algo que ver con esto, Orión?- Preguntó su padre.

-Por supuesto que si. ¿Qué vas a hacer al respecto?-.

-Se lo diré, por supuesto. Ella merece saber que esto es a propósito. Chantajear a una Dama sin siquiera dejar claras tus intenciones...- Dijo su hermana.

Le cogió la mano por la muñeca, haciendo que se girara para mirarle. -Esto, hermana mayor, no es chantaje. La estoy haciendo caer. Tú no les dices a tus enemigos cuándo los vas a matar ni cómo, así que ¿por qué debería hacerlo yo?-.

-No puedes hacer eso, hijo, y mucho menos sin una razón justa...-. Su madre empezó a acechar por primera vez.

-Yo- La cortó, dejando muy claro que había sido a propósito, -...Tengo todas las razones para mis acciones. Sin embargo, son privadas, y ninguno de ustedes interferirá-.

-Si se trata de tu relación con el Heredero Malfoy, se convierte en una pelea de Familia, y podría derivar en una enemistad-. Advirtió su padre. Él sabía que no debía interferir en la venganza de un Black.

-Primero, sí tiene que ver con Abraxas, pero no sobre mi relación con él, que es inexistente en este momento a pesar de lo que puedas creer. Segundo, es un monstruo, le estoy haciendo un favor a la sociedad haciéndola desaparecer. Y tercero, no puede ser una enemistad si no saben quién está detrás, y aunque lo supiera, no tendría pruebas que utilizar. Ahora bien, ¿va a traicionarme mi familia?-.

Los tres miembros más cercanos de su familia se pusieron rígidos casi a la vez. Por una vez, era él quien tenía que recordarles de qué lado debían estar, en lugar de al revés, y eso sentaba bien.

-Haz lo que debas, pero no comprometas a la Familia-.

-Por supuesto, padre. Ah, Lu, para tu información, no es culpa mía si hace caso omiso de lo que se dice de ella, sé de buena tinta que se ha topado con más de uno de esos artículos-. La soltó, con una sonrisa llena de dientes y más bien desquiciada en el rostro. -Háblale de eso y luego ven a contarme cómo te va, ¿vale?-.

Lo vio, cómo su hermana se estremecía bajo su mirada, cómo su madre escondía lentamente las manos bajo la mesa para sostenerlas en su regazo, cómo los ojos de su padre se centraban plenamente en él, afilados como cuchillas.

Podía estar cuerdo, pero era un Black, la cordura era un hilo muy delgado que podía romperse en cualquier momento sin previo aviso.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-Creo que he encontrado una buena casa para nosotros, quería enseñártela más tarde. Orión ya lo sabe, fue él quien la señaló. Y si te gusta, podemos llamar a la agencia para empezar la remodelación. ¿Te parece bien?-

-Claro, no habrás añadido más habitaciones a tu lista, ¿verdad?-.

-Aparte de la sala de arte, no. Sólo... encontré un material, los goblins lo producen. Amortigua el sonido y bloquea la magia natural hasta cierto punto. Orion dijo que podría ponerlo en mi habitación separada, en las paredes, de esa manera puede ser un lugar tranquilo para mí si algo se pone demasiado, no sólo para dormir-.

-Muy bien, eso es bueno-. Dijo, impresionado.

-Además, ¿podríamos conectar las habitaciones con una puerta? Mejor que tener que atravesar el pasillo si me despierto en mitad de la noche y necesito tiempo a solas o viceversa-.

-Hmmmm, mejor hablar de eso con la agencia. A ver si es posible o si tienen alguna otra idea para hacerlo-.

Abraxas le sonrió. Estaban fregando los platos. Al rubio le había dado por fregarlos con él, lo cual era rarísimo porque siempre se quejaba de que hiciera las tareas a la manera muggle. Todavía se quejaba, pero la forma en que lo hacía y las caras que ponía le hacían reír y la tarea se hacía mucho más rápido cuando uno lavaba y el otro secaba.

De repente, los ojos de Abraxas se centraron en sus manos, frunciendo el ceño.

-¿Qué es eso?-.

-¿Qué es qué?- Él también frunció el ceño, tratando de encontrar lo que había molestado al hombre mayor.

Con cuidado, Abraxas le cogió la mano derecha y le dio la vuelta para mirarle la palma, con marcas de quemaduras nudosas y descoloridas, ahora visibles debido al agua caliente. Abraxas, con un trapo de cocina seco, le limpió la mano, acariciando los viejos dibujos con el pulgar.

-Hadrian...-

-Oh, eso. Una vez estropeé la comida, en casa de mis parientes. Yo era un poco nuevo en esto, acababa de aprender a cocinar el desayuno y el cambio fue bastante grande. Mi tío se enfadó y me puso la mano en el fuego. No fue nada, se curó en menos de un día, la verdad. Me alegré de que desaparecieran las marcas, pero más tarde me di cuenta de que el agua caliente las hacía volver. Raro, ¿verdad?-. Divagó.

La siguiente vez que miró a Abraxas fue para encontrar una expresión de horror en su rostro. No sabía por qué, no había reaccionado tan mal a la puñalada en el brazo, ni a la mordedura del basilisco. Aunque tampoco le había explicado cómo se las había hecho.

-¿Qué?- Preguntó, incómodo.

Abraxas, muy despacio, se llevó la mano a la boca y se la besó, sin soltarla ni una sola vez. Tragó saliva, sintiendo de pronto mucho calor.

-¿Cuántos años tenías?- Su voz no era más que un susurro, del tipo que utilizaba cuando estaba conteniendo algunas de sus emociones.

-Yo... no recuerdo... No recuerdo la mayor parte de mis primeros años con ellos, en realidad. Esto tuvo que ser err... Bueno, aprendí a hacer el desayuno cuando tenía como cuatro años y medio, ¿creo? Así que tenía que tener cinco o muy cerca para entonces-.

-Si alguna vez me encuentro con tu tío, lo mato-. Abraxas dijo simplemente, luego, lo soltó y volvió a secar los platos, dejándolo completamente boquiabierto. -¡Oh! ¿Puedo pintar el vestidor que está en nuestra futura habitación con nuestros colores? Va a ser difícil encontrar nuestras cosas ahí dentro a menos que tengamos algún tipo de esquema de colores-.

-Haz lo que quieras-.

Sinceramente no quería profundizar en lo que acababa de pasar. ¿Cómo se volvía a un tema tan normal después de jurar matar a alguien?.

(¿Por qué coño le parecía sexy? Malditas hormonas, no era el momento para que aparecieran).

(Optaron por comprar la casa, originalmente una casa de dos plantas con un solo sótano que sólo seguiría así unas semanas más. Según la predicción de Orión, las reformas deberían estar terminadas a principios de octubre, tras lo cual sólo tendrían que decorarla y amueblarla de nuevo, así como colocar los pabellones. Y esperaba que Abraxas hubiera estado bromeando sobre adquirir todo ese terreno alrededor y añadir un invernadero).

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-Quiero hablar de la poción con Abraxas-.

-De acuerdo-.

-Tal vez en un par de semanas, si todo sigue bien-.

-Eso está bien-.

-¿Me estás escuchando?- Orión levantó la cabeza, mirándole.

-Hadrian, podrías decirme que se lo vas a decir ahora mismo y yo seguiría sin interferir. Bueno, iría a abastecerme de pañuelos, pero no es como si se fuera a enfadar o algo así. Es tu poción, siéntete libre de presumir de ella todo lo que quieras-.

Y entonces, como el culo que era, Orion sonrió satisfecho.

-¡No es presumir!- Frunció el ceño. -¿No vas a ayudarme?-.

-No, esto es tuyo. Tu invento, tu éxito. Es una charla privada que deberías tener con él como creador de lo único que le salvará de más traumas. ¿Te imaginas que te obligaran a acostarte con la persona que ya intentó violarte? Deberías llevarlo aparte y explicarle todo como hiciste conmigo. Te lo agradecerá, sólo tienes que darle espacio para detenerse, pensar y procesar, como siempre-.

-Bien, me prepararé y te lo diré cuando lo haga para que no sea una sorpresa para ti-.

-Rian-.

-¿Hmmm?-.

Orion tiró de él en un abrazo, besando su mejilla con fuerza.

-Eres el mejor, brillante y un tesoro, y deberías estar orgulloso de ti mismo por lo que has conseguido-.

-Lo estoy-.

-No, sólo estás pensando en ayudar a Abraxas, y si eso falla sentirás que eres un fracaso. Puedo verlo venir. No te das cuenta de lo impresionante que es lo que has creado. Deja de intentar pensar en el siguiente paso y simplemente... Relájate y disfruta de lo que ya has hecho-.

-Lo intentaré, supongo...-

Apoyó la cabeza en el hombro de Orión, reposicionándose para que fuera cómodo leer. De alguna manera, se acomodaron lo suficiente para que pudiera reclinarse sobre el pecho del hombre mayor, entre sus piernas.

No pensaba en lo grande que seguía siendo Orión en comparación con él, pudiendo simplemente rodearlo, con sus fuertes brazos alrededor de la cintura y la barbilla en el hombro.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-Tenemos que hablar-.

Hadrian los miró y procedió a golpearse la cabeza contra el escritorio. Puso los ojos en blanco.

-¡No es nada malo! Ni siquiera un corazón a corazón ni nada por el estilo!-.

-Ya basta-.

-Necesitamos elfos domésticos-.

Y ahí estaban los pelos de punta de Hadrian levantándose. Encantador.

-Relájate, Rian, por favor. Es una conversación seria-.

-Conoces mi postura al respecto-.

-Sabemos que no te gusta que los elfos domésticos sean maltratados o tratados como esclavos. Lo cual está bien, podemos vivir con eso, pero nos estamos mudando a una casa y alguien tiene que hacer las tareas-. Dijo Orión, frotándose la sien con un suspiro cansado. -No, Hadrian, no vas a ser tú, no es lo mismo una casa tan grande como la que vamos a tener que un apartamento de un dormitorio-.

-Yo puedo hacerlo-.

-No dudamos de tu capacidad para hacerlo, simplemente no queremos que lo hagas. Hay más cosas en la vida que las tareas domésticas, no deberías perder el tiempo en ellas cuando podemos emplear fácilmente a otra persona-. Dijo. -Si el precio es ser amable con las criaturitas, podemos hacerlo, te pertenecerían así que tú dictas las reglas al respecto. ¿Trato hecho?-

-¿Por qué me pertenecerían?-.

Miró a Orión. Orión le miró. Entonces Orión le explicó con voz tranquila y uniforme.

-No podemos tener elfos domésticos simplemente porque estén ligados mágicamente a sus amos. Eso implica que los miembros cercanos de la familia pueden sentir cierta lealtad si están lo suficientemente en sintonía contigo. Esto suele significar que los señores de nuestras casas, ahora mismo nuestros padres, sabrán que vamos a tener nuevos elfos domésticos y nos interrogarán al respecto. Mi padre me dio a Kreacher, y sería un insulto para él si consigo más sin su permiso-.

-¿Así que pídelo?-. Hadrian puso los ojos en blanco.

-Esa es la cuestión. Si lo hago, me asignará, si le parece bien, a otro elfo ya vinculado a la familia. Posiblemente leal a él, pero eso es normal. No queremos elfos que no le sean leales-.

-Y...- Cortó. -...Como no vamos a informar a mi padre de que me mudo, sería muy inconveniente que empezara a hacer preguntas. Adquirir un elfo doméstico implicaría que estoy tramando algo-.

-Esto no me gusta-. Hadrian hizo un mohín.

-Por favor. Eres joven e inteligente y tienes toda la vida por delante. ¿Por qué querrías pasar la mayor parte de ese tiempo limpiando?-.

-Quiero decir, es nuestra casa. Es nuestra responsabilidad-.

-¿Y? Nuestra responsabilidad es asegurarnos de que esté limpia y sea habitable y un buen hogar para nosotros. Nadie dice que no podamos hacerlo consiguiendo a alguien que haga las tareas serviles-.

Hadrian los miró con el ceño fruncido y tardaron otros treinta minutos en convencerlo de que "adoptara" a tres elfos domésticos.

-Estupendo, porque no voy a ocuparme del invernadero yo solo-.

-¿Para qué necesitamos un invernadero?-. preguntó Hadrian, exasperado.

-Porque eres locamente bueno en pociones, cuando practicas. ¿Por qué íbamos a comprar los ingredientes si la mayoría se pueden cultivar? Orión ya tiene licencia para ello, así que es legal-. Dijo, sonriendo.

Hadrian volvió a dejar caer la cabeza sobre el escritorio, probablemente arrepintiéndose de todas sus decisiones vitales. Compartió una sonrisa con Orión, que se limitó a sacudir la cabeza divertido.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-Deberíamos hacer algo hoy-.

-Tengo terapia como en media hora-. Abraxas hizo un mohín.

-Y yo tengo una reunión después de comer-. añadió Orión.

Eso le hizo poner los ojos en blanco. -Quise decir después de todo eso. Hace tiempo que no salimos los tres-.

Había salido con Abraxas y Orión en diferentes ocasiones, y Abraxas había llevado a Orión a alguna Feria del Libro no hacía mucho, pero no habían tenido tiempo en sus agendas para salir juntos. Hoy la tienda estaría cerrada y Orión sólo tenía una reunión y Abraxas sólo tenía terapia los lunes por la mañana, tomándose el resto del día para sí mismo.

Hoy era un buen día, probablemente uno de los últimos cálidos del año antes de que llegara el otoño y empezara a llover en serio, así que deberían hacer... algo.

Abraxas sonrió, entendiendo lo que quería decir.

-Realmente deberíamos. ¿Orion?-.

-Bueno, estoy dispuesto a ello-.

Y así fue, saldrían por la noche y Abraxas ya estaba ideando cosas que hacer y Orión asentía complaciente a casi todo aunque fuera prácticamente imposible con el poco tiempo que tenían para planear la salida.

No podía creer lo fácil que era, en momentos como este, olvidar que esos dos hombres estaban tan enamorados en ese momento.

(Nunca lo olvidaría, porque era importante, pero era fácil dejarlo de lado y seguir con sus vidas).

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

Bostezó, se tapó la boca con una mano y cerró el libro. Había sido un buen libro y le entristecía no poder volver a leerlo por primera vez. Ocurría con todos los buenos libros.

-¿Hadrian?-.

El adolescente seguía al otro lado del sofá, sin hacer nada. Hadrian se tapó la boca con un dedo en señal de silencio y frunció el ceño. Luego, miró hacia abajo, más con los ojos que con toda la cabeza, como si tuviera miedo incluso de moverse.

Abraxas estaba tumbado entre ellos, con la cabeza sobre los muslos de Hadrian y las piernas sobre las suyas, como de costumbre; había insistido en que era la mejor postura para leer que había encontrado hoy, así que no se habían molestado en sacarlo de allí. Pero...

Oh. Oh, Brax...

El rubio ya estaba dormido, con la cabeza ladeada hacia Hadrian y los labios ligeramente entreabiertos, su libro medio caído de donde lo tenía en el pecho, aún abierto. No era de extrañar que Hadrian no quisiera moverse.

Con mucho cuidado, cogió el libro, utilizando un trozo de papel que había por ahí para marcar la página, y lo hizo levitar hacia la mesa.

-No podemos quedarnos así para siempre-. Susurró, porque no había forma de que pudieran dormir sentados así.

-Puedes irte, no me importa-.

-¿Espera qué?-.

-Tiene su cabeza en mis piernas, no quiero despertarlo, sólo... vete-. Susurró frenéticamente, tomando la mano del rubio cuando éste intentó estirarla en sueños, probablemente por el libro perdido. Abraxas volvió a calmarse.

Maldita sea, casi había olvidado lo guapo que parecía el hombre así, tan inocente y libre.

Era la primera vez que Abraxas se quedaba dormido cerca de ellos. No era la primera vez que se quedaba dormido, pero por alguna razón su propio cuerpo volvía a despertarlo cuando eso sucedía. Esto era sueño real y tranquilo. Suspiró.

Nunca había sido más cuidadoso en su vida. Por suerte, Abraxas no se despertó y por fin pudo estirar las piernas, poniéndose de pie por primera vez en horas.

-¿Qué tal si amplío un poco el sofá y te tumbas con él? Mientras su subconsciente sepa que estás aquí, no debería despertarse-.

-Vale, me parece bien-.

Costó un poco, pero al final, y aunque refunfuñó mucho en sueños, Abraxas no se despertó. No, sólo se aferró a Hadrian como si fuera un juguete de peluche, abrazándolo con fuerza y haciendo algunos ruidos felices al respecto. Se aseguró de poner una manta sobre ambos, con las manos temblorosas.

-Buenas noches-.

-Buenas noches, Ry-. Besó la parte superior de la cabeza del adolescente mientras se dejaba caer, apartando el pelo de Abraxas de su cara.

Con el ceño ligeramente fruncido, se acomodó los mechones rubios plateados en su acostumbrada trenza suelta para dormir, dándose un ahora de aprobación. No se le daba tan bien el pelo de Abraxas como a Hadrian, pero al menos lo hacía bastante bien.

Bueno, dormiría solo en la cama, pero al menos el cuerpo y la mente de Abraxas estaban listos para empezar a confiar en ellos de nuevo. No importaba que el rubio confiara implícitamente en ellos cuando estaba despierto si por dentro seguía... bueno, nunca culparía a Abraxas por no poder estar cerca de los demás cuando no estaba plenamente consciente, pero se alegraba de que las cosas estuvieran mejorando.

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