The Missing parts of History [Traducción]

Harry Potter - J. K. Rowling
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The Missing parts of History [Traducción]
Summary
En retrospectiva, Harry podía admitir que tocar cosas al azar en Grimmauld Place no había sido una buena idea. Sin embargo, era un poco tarde para eso.Varado en el tiempo, sin camino de regreso a casa, Harry tuvo que aprender a hacer frente a su vida mientras vivía en los años 50.Por extraño que parezca, Orion Black no se parecía en nada a lo que esperaba. Abraxas Malfoy tampoco. O sus amigos, en su mayor parte.Honestamente, tratar de mantenerse al día fue agotador.
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Chapter 44

Mayo de 1955


-¿Quieres que haga fotos de tus recuerdos?-

-¿Por qué no? ¿Es imposible?- preguntó.

-Bueno, nadie lo ha hecho todavía. Lo investigaré, pero ahora deberíamos poner nuestros recuerdos en frascos. Cuanto más tiempo pase hasta que lo averigüe, más difícil será, por no mencionar que la calidad podría disminuir-.

-Iré a buscar los viales para nosotros y le pediré a Hadrian sus recuerdos también. Aunque sé lo que va a recordar mejor-. Dijo moviendo las cejas para que Abraxas se sonrojara.

-¡Cállate! De verdad que quería ganar-. Abraxas hizo un mohín antes de esconder la cara entre las manos. Su rubor era tan prominente que incluso su cuello y orejas estaban rojos, y Orión se preguntó hasta dónde llegaba.

-Puede que sí, solo que no en quidditch-.

-¡Vete a la mierda, Ry!-.

-Glady, pero todavía no. Creo que deberías pensártelo mejor, ¿no crees?-.

-Tú... sólo... cómo te atreves...-

Dejó a Abraxas chisporroteando en el salón. El Pensadero y los viales estaban encerrados en uno de los armarios del despacho para su protección, junto con cualquier documento importante, entre los que se encontraban los primeros borradores de sus proyectos y todo lo referente a la poción de Hadrian. Sinceramente, nadie esperaría que un artefacto o una información tan valiosos estuvieran allí.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

Estaba sentado en uno de los sillones, sorbiendo una taza de café y revisando sus cartas estelares de Astronomía en busca de algún error cuando Orión entró en la casa. Desde donde estaba, vio que Orión dejaba unas cuantas cartas sobre el mueble de la entrada, quedándose con tres de ellas y con el Profeta de hoy.

-Toma-. Dijo Orión cuando llegó hasta él.

-Sabes, dices eso cada vez que me entregas algo-. Dijo, cogiendo la carta que Orión le tendía. Parpadeó al leer el reverso del sobre. -¿Nott escribió?-.

-Ha pasado más de un mes, así que era de esperar. ¿Entonces? Léelo-.

Tragó saliva, rompió el lacre casi blanco y sacó bastantes pergaminos. Habría esperado una simple nota diciéndole que todo iba bien, o terriblemente mal, como había ocurrido antes en sus intercambios.

Leyó los pergaminos -Nott tenía la misma caligrafía molesta y perfecta que todos los sangre pura parecían aprender desde el nacimiento, ¿cómo era posible?.

-Hay como cien voluntarios que umm... ya lo han tomado. Y aparentemente mucha gente está tratando de entrar en el programa también. Aparentemente el Gremio decidió publicar un anuncio en cada Capital de los países que más lo necesitaban individualmente en lugar del método normal. No sé cuál es el método normal, sinceramente, podría haber dicho Nott. Así que mucha más gente se presentó gracias a eso-.

-Eso está bien-.

-Lo es-.

-¿Por qué parece que no te lo puedes creer?-.

-Es... ¿No debería la gente ser más cautelosa con algo así? A Las mujeres les están literalmente creciendo bebés dentro de ellas por mi culpa ahora-.

-Hadrian, eres una maravilla, el único que aún no se ha dado cuenta eres tú-. Dijo Orión, inclinándose para besarle la frente antes de darse la vuelta y sentarse en el sofá para abrir su propia correspondencia.

-Yo... Ummm... voy a dejar esto con el resto-.

Se levantó para hacer exactamente eso, con la mente en blanco.

Había muchos detalles que no podía mostrarle a Abraxas, pero eso no significaba que no fuera a decirle al rubio que su poción estaba en fase de pruebas o que le estaba yendo bien. Puede que no se lo contara todo a Abraxas, pero desde luego no iba a dejarle al margen.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-No, Druella, tengo que irme ahora-.

-No, no tienes que hacerlo. Estoy hablando contigo ahora mismo. Siéntate-. Él le sacudió la mano desde donde ella le había agarrado el brazo, reprimiendo una réplica.

-No voy a quedarme a escuchar tu vitriolo otra vez. Puedes ir a quejarte de mí a mamá si quieres-.

-Oh, por favor, como si fueras a escuchar, no eres más que un mocoso malcriado-.

-Bueno, si yo soy un malcriado, ¿entonces qué eres tú? Haciendo rabietas cada vez que no consigues lo que quieres y luego yendo a quejarte a mamá y papá como si ellos pudieran arreglar problemas de tu propia cosecha- Dijo. Estaba malcriado, pero no en el sentido que ella daba a entender. -No me hagas empezar con esto, Druella-.

Ella resopló, sin inmutarse -Tienes un deber con tu familia, marido-.

-¿Qué, acostarte para poder usar a un niño como marioneta en tus propios juegos? No, eso no es un deber, es una soga al cuello-.

-Ahora estás siendo dramático. Siempre haces lo mismo-.

-Sí, lo hago. Porque es la verdad. Ni siquiera quieres un hijo, te conformas con el título de futura Lady Malfoy y el dinero que recibes por ello-.

-Quiero lo mejor para esta familia-.

Se burló. Ya había oído eso antes. -No, quieres lo mejor para ti-.

-No sé de dónde has sacado esa idea de mí, de verdad-.

-Quizá cuando tenías diez años y presumías de nuestros esponsales a todo el que quisiera escucharte. ¿Y cuando cumpliste trece y dejaste muy claro que el título era más importante que mis sentimientos al respecto? Por no hablar de cómo te las arreglaste para convencer a todo el mundo de que no me comportaba bien contigo cuando cumplí diecisiete o de cómo adelantaste la fecha de la boda sólo para poder conseguir lo que querías. Por no hablar de cómo me has tratado desde que nos conocimos, por mucho que yo intentara sacar lo mejor de la situación y tratarte bien-. Contó distraídamente con los dedos.

-Ninguna de esas cosas está mal-.

-No, sólo estoy demostrando un punto. No había ninguna razón para que hicieras ninguna de esas cosas aparte de tu propio beneficio. He terminado contigo, he terminado después de años de intentar comprometerme, y entender, y tratar de hacerte entender que no soy cualquier otro hombre que estaría feliz de follar o tener un hijo porque sí. O demuestras que cuidarás de cualquier niño que tengas o no conseguirás nada de mí. No traeré a otro ser humano a este infierno por el que te gusta hacerme pasar-.

-El contrato...-

-Decía que debía engendrar un hijo. Contigo. No cuando. Pero, de nuevo, esto no es algo que simplemente desaparecerá una vez que haya conseguido fecundarte, ¿verdad? Tendrás un niño dentro de ti durante nueve meses y entonces ¿qué harás? ¿Abandonarlo a los elfos domésticos después de que nazca?-.

-No hay problema con eso, ya que han sido entrenados para cuidar de la familia-. Como si eso fuera un buen argumento. No es que ella no lo hubiera repetido como un loro cada vez que surgía.

-Y te lo he dicho un millón de veces, ningún hijo mío será criado por no humanos, y yo no puedo hacerlo todo solo. ¿Cómo se supone que va a aprender y desarrollarse correctamente si ni siquiera su propia madre lo quiere? Ordena tus prioridades. La familia no es sólo un título, no es sólo un beneficio, y tú no pareces entenderlo-.

-Han pasado años. En algún momento tendrás que inclinarte ante la realidad. Ahora te doy la oportunidad, no la desperdicies y quédate a dormir. Tu padre...-

-¿Sabes qué? Si tanto deseas tener un hijo, sin saber cómo cuidarlo o sin que te importe, puedes irte y tenerlo con él. Yo me largo-.

Salió de la mansión y, en cuanto estuvo fuera de la línea de demarcación, salió por Aparición. Tenía mejores cosas que hacer que quedarse escuchando lo fracasado que era, una conversación que a menudo seguía a la que acababa de tener. A la mierda las expectativas. Había logrado evitar gritarle a su esposa todo este tiempo simplemente porque sabía que eso no lo llevaría a ningún lado, pero no sabía cuánto tiempo más podría mantener la calma.

'Darle una oportunidad', como si tal cosa.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-¿Qué te preocupa tanto?-.

-¿Tú qué crees?- Respondió bruscamente, irritado. Orión le dirigió una mirada de advertencia desde el sofá. -Lo siento, no es culpa tuya-.

Hadrian se encogió de hombros, sin inmutarse.

-Entonces, ¿de qué se trata? Yo también estoy intrigado-. dijo Orión, dejando el periódico a un lado.

-Podría haberle dicho a Druella que fuera a tener un hijo con mi padre si tanto lo deseaba-.

Un estruendo y un golpe hicieron que ambos se giraran para mirar a Hadrian, que había vuelto a la zona de la cocina. Las dos tazas que había tenido en las manos estaban ahora hechas pedazos en el suelo mientras el adolescente le miraba boquiabierto.

-Perdona, ¿qué has dicho?-.

-No es mi momento de mayor orgullo. Se volverá en mi contra, pero bueno, yo sólo quería irme y ella no paraba de darme la lata. ¿Qué se supone que debía hacer?-.

-Joder, Brax-.

-Lo sé. Eso era lo que me estaba regañando-.

-No, eso no... Bueno, sí, te la quitaría de encima, pero no... ¡¿Pero por qué dices eso?!-. Dijo Orión, agitando su varita para reparar las tazas y hacerlas levitar hasta que Adriano pudiera tomarlas sin inclinarse. -Esto les va a dar a tus padres motivos para interferir, ¿sabes?-.

-Sí-. Se encogió de hombros.

-¿No había ningún otro argumento que pudieras haber utilizado?- Preguntó Hadrian, volviendo y sentándose a su lado, apoyándose en su costado. Aprovechó para pasarle un brazo por los hombros y acercarlo. Hadrian se dejó llevar sin oponer resistencia.

Se alegró bastante de que ninguno de los dos lo mirara con rabia, sabía que tal vez se había puesto las cosas un poco más difíciles con un simple comentario y eso lo había estado atormentando desde entonces. Era extraño que aún no hubiera recibido una citación para ir al despacho de su padre, normalmente bastaban unas horas para que su última metedura de pata llegara a sus oídos.

-Puede ser, pero fue lo primero que se me ocurrió. Quería sorprenderla tanto que no fuera capaz de reaccionar cuando me diera la vuelta para irme-. Hadrian gimió, mirando a Orión. Estaba bastante seguro de que ambos estaban cuestionando su inteligencia ahora mismo, pero no iba a preguntar.

-Necesito que me guíes a través de esa conversación, porque no entiendo la situación lo suficiente como para colocar esa réplica en cualquier lugar-. dijo Hadrian, pellizcándose el puente de la nariz.

-Bueno, ella estaba tratando de convencerme de que me acostara con ella, y se convirtió en una de nuestras discusiones, le dije que no me inclinaría hasta que demostrara que cuidaría del niño, mi excusa habitual que sigue siendo una preocupación muy válida, que de alguna manera terminó mencionando a mi padre y lo usé para salir. Fácil. Ni siquiera sé lo que estaba tratando de decir, la corté entonces-.

-¿Por qué es una preocupación válida? ¿Por qué no se preocuparía por su propio hijo?- Orion gimió pero por lo demás mantuvo su silencio. Obviamente no estaba saliendo de la conversación ni iba a recibir mucha ayuda del hombre más joven.

-Pues porque ella no quiere. Llevamos años discutiendo de eso una y otra vez. Por lo visto, su único deber es sacárselo del cuerpo, como si tener un hijo no fuera mucho más que eso-. Hadrian frunció el ceño. -Mira, su posición como Lady Malfoy estará bien y verdaderamente establecida tan pronto como tenga al próximo Heredero Malfoy sano en sus brazos, nadie dijo nada sobre criarlo. Por supuesto, eso suele estar implícito, pero ella no tiene ningún deseo real de tener hijos ni todas las dificultades de criar bien a un niño. Su idea es que puede dejárselo todo a los elfos domésticos una vez que nazca y sólo empezar a prestarle atención cuando sea lo bastante mayor como para mantener conversaciones completas y seguir órdenes correctamente. Entonces podrá educarlo como le plazca, muy probablemente dándole su propio conjunto de valores-.

-Bueno, y yo que pensaba que no podía ser más horrible-.

-Oh sí, ella es así-. Orion dijo, y su sonrisa era amarga. -La peor parte es que ella realmente cree que no hay nada malo en ello y...-

-...Incluso mis padres, que pueden haber sido menos que perfectos a veces, pero aún así me criaron ellos mismos, la están apoyando. Yo soy el malo a sus ojos porque me niego a aceptar la situación. Así que, al final, aunque sea una posición muy preocupante y no sepa qué le pasará a un niño nacido de una madre así, un día ya no importará-.

-Pero... ¿no puedes cuidar tú mismo de tus hijos?-.

-Por supuesto, y lo haré, pero hay cosas que no puedo hacer. No sería su madre, mi biología es muy inadecuada para algunas cosas-. Hadrian hizo un gesto con la mano, esperando que le explicara más cosas. Suspiró. -Cierto, no criada en el mundo mágico, culpa mía. No puedo amamantar al niño, para empezar-.

-Sé que hay suplementos para eso-.

-Hadrian-. Dijo Orión, atrayendo la atención del adolescente hacia él. -Si fuera tan fácil, el argumento de Abraxas se habría venido abajo hace años, ¿no crees?-.

-Supongo que...-

-Está en la magia, otra vez. Así que por supuesto que no lo sabrías, no es culpa tuya. Nunca le insinúes a una madre primeriza que debe alimentar a sus hijos sólo con leche en polvo, Druella es sólo la excepción. Abraxas-.

-Cierto. Es por el núcleo mágico del recién nacido, Hadrian-. Hizo una pausa. Era una información tan normal para él, que le costaba expresarla con palabras. Golpeó el respaldo del sofá, poniendo en orden sus pensamientos. -Un bebé se desarrolla dentro de la madre durante nueve meses y, durante ese proceso, su núcleo mágico se apoya en el de la madre. No es activo ni especialmente fuerte. Una vez que nace, el bebé pierde ese apoyo de forma brusca y su propio núcleo no está preparado para adaptarse a ello-.

-De acuerdo-.

-Bueno, por ejemplo, hay bastantes enfermedades mágicas que se pueden contraer en la vida, pero para un bebé tan pequeño, con un núcleo mágico inadecuado para protegerse, podría ser mortal. La mejor manera de mantener el núcleo del bebé hasta que se adapte es inyectándole magia, esto es normal y natural, y tan fácil como que la madre amamante al bebé de ocho a diez meses. Después de eso, el núcleo del bebé está acostumbrado a la situación y es capaz de defenderse de la mayoría de las enfermedades o al menos reducir sus efectos, en ese momento también están listos para recibir sus vacunas para que estén a salvo en el futuro también. Hay algunos otros problemas que se pueden tener si se carece de ese apoyo en los primeros meses, como deficiencia mágica o problemas en el desarrollo del núcleo por el sobreesfuerzo que puede sufrir prematuramente, pero ese es el más destacado-.

-¿Nadie ha encontrado una solución para eso?-.

-Que yo sepa, no. ¿Orion?- Su amigo negó con la cabeza. -Así que es así. Por supuesto, cualquier magia serviría. Aunque el bebé está más acostumbrado a la de su madre y eso facilita mucho el proceso, cualquiera podría hacerlo. Y claro, Druella argumentó que si era su bebé, nadie más lo amamantaría sin su consentimiento. Lo que me envía directamente al punto de partida. No puedo obligarla a hacerlo, entiendo que es duro y que no todo el mundo está capacitado para ello, pero tampoco puedo contratar legalmente a otra persona, ni puedo hacerlo yo. Estoy bloqueado en todos los sentidos-. Levantó una mano, impidiendo que Hadrian hablara. -Y no es que haya ningún problema en usar suplementos siempre que la madre no esté bien o necesite un descanso, pero es un suplemento, no un sustituto. Lo mismo con la solución de los elfos domésticos, un par de veces está bien, porque cuidar a un hijo debe ser agotador y los padres también merecen tener una vida, pero no debería ser un arreglo permanente-.

-La etapa más vulnerable de un niño mágico es ese primer año, Rian. Ese bebé podría morir, la magia puede hacer muchas cosas, pero si hay una solución para esto, no la conocemos-.

-Y no por falta de búsqueda. Una vez que me incline y tenga un hijo, no pienso ponerlo en peligro de ningún tipo-. Dijo. La idea le provocó arcadas. -Hay un par de cosas más que no puedo hacer o simplemente no tengo, como el vínculo maternal que se crea durante el embarazo y que permite a la madre vigilar más o menos la salud del niño o conocer sus emociones más destacadas. Hay una razón por la que me niego tanto a esto, cuidar a un niño no es sólo estar a su lado de vez en cuando y enseñarle algunas cosas. No son mascotas, es un compromiso infernal y no puedo hacerlo solo. Literalmente-.

-¿Y los hijos de muggles? ¿De dónde sacan eso?-.

-Es una de las razones por las que su existencia es tan... bueno, ya sabes cómo son las cosas. La mayoría cree que se equilibra. Los nacidos de muggles no están en contacto con enfermedades mágicas, así que la falta les afecta menos. Algunos creen que son menos poderosos o dignos por ello, aunque ese no es todo su argumento. Algunos, por supuesto, insinúan que les robaron la magia, por muy imposible que eso sea. Otros piensan que da credibilidad a la creencia de que los nacidos de muggles no son más que hijos redimidos de squibs que habían sido expulsados y habían obtenido su magia de ellos, ya que los squibs sí tienen un núcleo mágico, aunque inutilizable. Es muy controvertido, no verías hablar de ello en público-. Orión explicó y Hadrian asintió con un fron, luego volvió a mirarlo.

-¿Y te vas a ver obligado a tener uno de todas formas?-.

-Cuestión de tiempo, seguro. Incluso mi madre fue más cuidadosa conmigo, y fue lo suficientemente irresponsable, junto con mi padre, como para tomar un Traslador Internacional embarazada. No dejó que nadie me llevara en brazos después de que por fin se lo permitieran durante meses. Sé que aún se arrepiente de haber ignorado las precauciones de seguridad-.

-Bueno, ya sabes lo que eso significa, ¿verdad?- Tanto él como Orión miraron al adolescente. -Vamos a entrar en modo de investigación, por supuesto, tiene que haber algo-.

-Morgana sálvame, Hadrian. Pero no rompas el mundo de nuevo-.

-¿Cuándo has...?-

-¡No lo hice! Y no hay nada malo con la investigación. No es que vaya a pasar cada momento despierto en ella, Abraxas lo hará-.

-¿Yo?-.

-Claro, estamos hablando de tu futuro hijo-.

Bueno, maldición. No es que pudiera oponer resistencia o reunir una réplica, Hadrian tenía razón. Pero aún quedaba bastante tiempo, así que no iba a preocuparse más de lo que ya lo estaba.

-¿Cómo se descarriló nuestra conversación de nuevo?- Preguntó, estaba bastante seguro de que este no había sido el punto de la conversación en absoluto. Orión se rió, como un ladrido y todo.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-Relájate, si pones demasiada fuerza en él, se disolverá-. Abraxas puso su mano derecha sobre la suya en el martillo para detenerlo brevemente, la otra en su cadera y lo mantuvo firme. Abraxas habló en susurros mientras retiraba la mano derecha. -Si pones demasiado poco, la transmutación no se producirá y no podrás continuar con la siguiente etapa. Así que respira, el tiempo no apremia ahora, todos los golpes deben ser tan iguales como puedas hacerlos-.

El sudor se acumulaba en su pelo, su espalda, sus brazos. Llevaban así casi ocho horas y su estómago gruñía de hambre. A pesar de todo, hizo que su corazón dejara de latir tan rápido, que su cerebro se concentrara y apretó los dientes mientras dejaba caer el martillo una y otra vez. La frustración no le ayudaría ahora.

Apenas sintió que Abraxas se alejaba, demasiado concentrado en su tarea como para preocuparse.

Se suponía que ésta era la "prueba" que le diría a Abraxas si podía manejarse solo en la forja. Siempre y cuando no intentara cosas nuevas por su cuenta, claro, y desde luego podía sentir la presión de hacerlo bien.

Por todos los dioses, no había tenido tantas ganas de impresionar a alguien desde sus primeros exámenes parciales en la escuela primaria. Por un lado, Abraxas se preocuparía de verdad si lo conseguía y trataría de consolarlo si no. Pero prefería tener éxito, porque Abraxas le había prometido enseñarle a convertir cosas en plata y él quería ser capaz de fabricar su propio hilo de plata para su próximo proyecto de tejido.

Iba a usarlo como su Proyecto de Runas Antiguas y había descubierto que el hilo de Plata y Oro para hacer las runas era mucho mejor para conducir la magia a través de la ropa. Y, para ser honesto, hacer eso impresionaría a Orión quien, a pesar de ser Mayo, todavía usaba su bufanda en los días más fríos.

Todavía estaba un poco avergonzado por ello, ya que no esperaba que a los hombres mayores les gustaran las bufandas tanto como a ellos, pero en cierto modo le hacía feliz. A Orión y Abraxas les gustaban sus regalos. Todavía era increíble.

La transmutación acabó bien, aunque a duras penas, pero Abraxas le sonrió, le abrazó y le besó la mejilla antes de dejarles un descanso para comer, así que estaba bien. Ya se le daría mejor.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-Hay una obra de teatro a la que podríamos ir, si quieres-. Dijo distraídamente. Estaban todos en la cama, Hadrian aparentemente demasiado cansado para pensar siquiera en salir a hacer ejercicio todavía. -Es sobre el último libro que publicó Ofiuco Editorial el año pasado, creo, el que tanto te gustó-.

Abraxas había estado inquieto últimamente, pidiendo salir, pero él y Hadrian habían estado inusualmente ocupados. Su Proyecto de Oclumancia -(todavía sin nombre, no podía creer que fueran tres y a ninguno se le ocurriera un buen nombre)- había despertado el interés de todos en el Gremio, y la primera ronda de N.E.W.T.s de Hadrian sería en menos de un mes, así que no habían podido hacer casi nada.

-¿Podemos?- preguntó Abraxas emocionado, subiéndose a la cama con los brazos, mirándolos con ojos grandes y suplicantes.

-Bueno, mientras sea sábado o domingo, no tengo ningún problema-. Dijo Adriano, encogiéndose de hombros. -Ha pasado un tiempo, así que estaría bien hacer algo juntos-.

-Es el próximo sábado por la noche, si no me equivoco-.

Abraxas lo celebró, lanzándose sobre ambos, abrazándolos emocionado y desordenando las mantas. Bueno, si eso les hacía felices, no tenía ningún problema en añadirlo a su agenda.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

Abraxas estaba saltando, contándole alegremente la obra a Orión, que acababa de verla con él. Era tarde y ya se sentía cansado, pero lo apartó de su mente. Los estudios y el trabajo no podían ser toda su vida, aunque ahora mismo lo estuvieran estresando. Hoy era para pasar un buen rato con sus amigos (sí, marcaba ese trabajo. Eran sus amigos. No, cállate, no estaba en negación.) no para preocuparse por sus tareas y estudios y exámenes.

-¡Hadrian! ¿Podemos ir a los acantilados? No hace mucho frío, podemos dar un paseo-. Preguntó Abraxas, mirándolo, esperanzado.

-Claro, vamos-. Dijo, caminando más rápido para alcanzarlos.

Y si dejaba que ambos cargaran parte de su peso cuando estaba demasiado cansado para caminar por su cuenta, bueno, deberían estar contentos de que no se hubiera caído por el acantilado, ¿no? Claro, y entonces cogerles de la mano no tenía nada que ver. Sólo estaba cansado y estaba oscuro, no quería tropezar y caer. No era como si les importara, ¿verdad? Lo soltarían o dirían algo si lo hicieran, ¿no?

Da igual, al menos estaba caliente.

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