The Missing parts of History [Traducción]

Harry Potter - J. K. Rowling
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The Missing parts of History [Traducción]
Summary
En retrospectiva, Harry podía admitir que tocar cosas al azar en Grimmauld Place no había sido una buena idea. Sin embargo, era un poco tarde para eso.Varado en el tiempo, sin camino de regreso a casa, Harry tuvo que aprender a hacer frente a su vida mientras vivía en los años 50.Por extraño que parezca, Orion Black no se parecía en nada a lo que esperaba. Abraxas Malfoy tampoco. O sus amigos, en su mayor parte.Honestamente, tratar de mantenerse al día fue agotador.
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Chapter 35

Diciembre de 1954.


Apareció frente a los pabellones de la mansión Nott. Abraxas vendría más tarde para su noche de juegos, pero ya había esperado bastante para hablar con Dorus sobre la poción de Hadrian. Había enviado una carta ayer, después de que Dorus le dijera que en algún momento encontraría tiempo para hablar y lo hiciera enojar, diciéndole al hombre que vendría más temprano hoy, le gustara o no.

Para ser sincero, Hadrian no tenía por qué preocuparse de que Dorus accediera a ayudar. El hombre le debía tantos favores después de sus muchas acrobacias con pociones en Hogwarts, para las que Orion normalmente tenía que proporcionar una coartada válida, que el hombre o ayudaba o... bueno, había mucha gente que lo odiaría después de todas las pociones experimentales que había probado ilegalmente en ellos, extraoficialmente sólo les había gastado bromas.

No iba a correr riesgos con esto.

Un elfo le abrió la puerta y lo guió hasta el laboratorio de pociones, algo típico.

-¿Qué haces aquí?-.

-Te dije que vendría-. Contestó, la falta de cortesía no era sorprendente.

Se apoyó en el marco de la puerta, cruzándose de brazos y esperando pacientemente a que Dorus embotellara cualquier nuevo brebaje loco que se le hubiera ocurrido y limpiara su puesto. El que estaba usando en ese momento, al menos.

-Muy bien, ¿qué quieres?-.

-Tengo un amigo personal que ha conseguido crear una fórmula, como ya te dije. Quiero que la mires y me digas si es buena o no-.

-¿Por qué debería?-.

-Porque en realidad no tienes otra opción-. Dijo, sacando la receta del bolsillo de su bata y dejándola sobre la mesa. No iba a dar nada más a menos que Dorus hiciera los juramentos y firmara el contrato que había traído. -Mírala, en serio, no te limites a ojearla antes de entregarla-.

Dorus hizo un gesto de disgusto, con el ceño fruncido y claramente contrariado, pero cogió los papeles -(sí, era una declaración, Dorus tendría que vivir con ello)- y los leyó despacio, desmenuzándolo mentalmente en su mente para entender cada dato que podía sacar de él a una velocidad que Orión no sería capaz de igualar en runas.

(No era un genio, sólo estaba obsesionado, ¿de acuerdo?).

Las cejas de Dorus empezaron a alzarse lentamente, y el enfado se transformó en un asombro impresionado.

-¿Y bien?-.

-Bueno, es estable. Lo cual es un milagro, ya que no sabía que se podía añadir una lágrima de Unicornio y la sangre de un testhral con tres etapas de diferencia sin morir, pero las garras de grindylow secas en polvo fueron un golpe de genio para hacer que funcionaran juntas en lugar de una contra la otra-.

-No entendí nada-.

-La criatura ligera de la magia pura y de la vida más la criatura oscura que representa muerte es igual a malo, Orion-.

-Correcto-. Dijo. Puede que se le diera bien hacer pociones cuando ya estaban creadas, tenía que ser idiota para no ser capaz de seguir una receta, pero esto era demasiado para él. Dorus resopló burlonamente.

-Dicho esto, tu amigo se centró tanto en asegurarse de que podía elaborarla que tomó la ruta más complicada de la historia. Puedo decir que se trata de una poción medicinal que de alguna manera ayuda a las mujeres en la concepción, pero no lo que realmente hace-.

-Es básicamente un sustituto del sexo, según me han dicho-. Dorus le miró, afilando su mirada calculadora y repasando de nuevo la fórmula.

-Debería funcionar, pero yo cambiaría la hoja de mandrágora rallada por dos miligramos de zumo de horklump, cambiaría la agitación en la primera fase por un tres-dos-cuatro en lugar de un seis-uno-dos y añadiría algo más de raíz de jengibre. Debería funcionar mejor y eliminar la tercera fase, lo que reduciría el tiempo de elaboración en cuatro horas y dieciséis minutos, además de duplicar la potencia del polvo de oro. En serio, ¿quién lo añade sólo para desperdiciar tanto? ¿Quién hizo esto, un chico de dieciocho años?-.

-Dieciséis, en realidad. ¿Este desvarío tuyo significa que estás dispuesto a trabajar en esto?- Dorus tuvo la decencia de parecer debidamente impresionado. Hadrian era el mejor.

-¿Cuánto de esto está relacionado con Abraxas?- Miró a su amigo. -Es bueno saber que no fue una elección en absoluto-.

-Cállate, vamos a tu oficina, hay votos para que jures ahora, y un contrato, no voy a dejar que esto se filtre-.

Fue una tarde muy productiva y por ahora Hadrian y Dorus sólo hablarían por correo de búho, así que no tuvo que actuar como chaperón para mantener a Hadrian a salvo.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

Volvió a hojear la última página del capítulo.

Resulta que aprender a tejer era más difícil que coser. Bueno, quizá no lo fuera, pero había empezado de cero y sólo contaba con la amable señora de la tienda para que le ayudara a entenderlo.

Cuando era pequeño, su tía se había dado cuenta de que si le enseñaba a remendar la ropa, le duraría más y no tendría que comprar más por necesidad. Así fue como cumplió cinco años y le regalaron un pequeño costurero con sólo tres colores de hilos y un par de agujas. Durante el mes siguiente, su tía le había hecho aprender a coser lo suficiente como para que su ropa ya no tuviera agujeros y le había dejado a su aire, comprándole más hilo sólo cuando le mostraba que ya no le quedaba ninguno para usar. Con lo mucho que les gustaba a Dudley y a sus amigos hacer pandilla con él, con los años se le había dado muy bien.

Coser y tejer no se parecían en nada. Y no era lo mismo remendar cosas que crear un patrón con runas y hacerlo de cero.

Primero había aprendido a tejer cosas normales mientras desarrollaba las matrices que quería utilizar, pero éste era su tercer intento fallido de hacerlo funcionar. Le indignaba, porque sobre el papel todo parecía ir bien. Mordiéndose el labio, volvió a su papel dibujado y buscó la forma de reorganizar de nuevo las runas, ¿quizá había cancelado alguna por error?.

¿O tal vez no había suficientes matrices?.

Asintiendo para sí mismo, cogió otra hoja de papel y empezó de nuevo con la lluvia de ideas. Si añadía características haciendo más de una matriz, tendría que tejer menos repeticiones, ¿no? Iba a suponer que así era como funcionaba y seguir con ello.

Se alegró de que Brax y Ry estuvieran fuera ese día. Se sentiría muy avergonzado si le pillaran así. En su defensa, ambos eran tan buenos en lo que hacían que sentía que nunca podría estar a su altura. Claro, eran como una década mayores que él y tenían mucha más experiencia, pero aún así.

Sabía que intentarían ayudarlo, pero realmente quería hacerlo bien por su cuenta.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-En realidad, sí-.

-Estás empalmado-. Oh, así que eso era lo que la opresión en sus pantalones era. Su cara ardía de vergüenza. Orion tarareó. -Está bien, lo sabes, ¿verdad?-.

-Cállate sólo... cállate-.

-De acuerdo. Relájate, vamos arriba-.

Orion se sentó sobre sus jorobas y se levantó con un movimiento rápido y elegante y le tendió la mano. Él la tomó, incómodamente consciente ahora de cada músculo de su cuerpo de una manera que nunca había querido o necesitado ser. Cuando por fin estuvo de pie, Orión lo atrajo hacia sí y le besó la frente, rodeándolo con los brazos en un abrazo suave y cuidadoso, como si eso mejorara algo en ese momento. ¿Cómo se había desviado tanto su conversación?.

-Al baño contigo, si tardas mucho Hadrian se enfadará-. Dijo entonces, dándole un ligero empujón hacia el pasillo.

-¿Qué, por qué al baño?-.

La cara de póker de Orión y sus ojos mirando hacia abajo fueron suficientes para que el mensaje llegara a su cerebro. Nunca había salido tan rápido de una habitación.

-Y hablaremos de esto, obviamente nadie te ha dicho todavía que no hay nada malo en ello-.

-Sólo si vamos de compras-. Dijo por encima del hombro, avergonzado pero poco dispuesto a no conseguir lo que quería.

-Bien-.

Abraxas casi podía sentir a Orión poniendo los ojos en blanco y sonrió triunfante.

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-¿Cómo que Abraxas tiene acento francés? Creo que ya me habría dado cuenta-.

-Tenía, ya no lo tiene, lo que es una pena-.

Sentado en la silla frente al escritorio de la oficina, estaba ayudando a Hadrian a rellenar algunos de los pergaminos para la poción, aunque en este momento sólo estaba aquí para responder preguntas sobre la jerga legal utilizada en los contratos y demás.

Su conversación se había desviado notablemente de ello y Orión aún no sabía cómo. ¿Cómo pasas de hablar de pociones a la voz de tu mejor amigo y posible futuro amante?.

-¿Pero por qué? ¿Cómo? Eso no tiene sentido-.

-Así que sabes que Abraxas ama Francia y todo lo que tenía que ver con ella, ¿verdad?- Recibió un asentimiento. -Bueno, técnicamente nació allí. Sus padres iban a visitar a los abuelos de Abraxas allí y su madre se puso de parto casi dos meses antes de tiempo por eso. Los Trasladores internacionales no se recomiendan para embarazadas o recién nacidos por una razón, pero dado todo lo que sabemos de esos dos, no es una sorpresa-.

-¿Cómo es que está vivo?-.

-No somos muggles, para empezar. Por lo que me contó Abraxas, estuvo en curación asistida durante meses y hasta los dos años no puso un pie en suelo británico. La abuela de Abraxas, Marianne Malfoy nee Heroux para tu información, se había puesto lívida con todo el asunto, más que nada porque le había dicho a Brutus Malfoy que no fuera a visitarlos y que cuidara de su mujer y su bebé. Se negó a dejarles marchar durante mucho tiempo-.

-Parece simpática-.

-Lo era, la conocí una vez, desgraciadamente tuvo a Brutus en sus últimos años y no salió ilesa de ello-. Hadrian asintió con la cabeza en la comprensión. -De todos modos, Abraxas adoraba Francia, iba de visita cada vez que podía e incluso consiguió que sus padres le dejaran pasar meses enteros allí. Toda nuestra infancia transcurrió entre Francia y Gran Bretaña-.

-¿Los dos?-.

-Bueno, yo era un poco mimado de pequeño, Heredero de mi familia y todo eso, y como me negaba a pasar tanto tiempo separado de Abraxas, mis padres me dejaban ir con él siempre y cuando al menos un adulto de nuestra familia estuviera de acuerdo en ir conmigo-. Dijo. Salazar, había hecho algunos berrinches fuertes en ese entonces sólo para conseguir lo que quería. Aunque sólo por eso, todo lo demás no había sido lo suficientemente importante como para que rompiera el decoro y la etiqueta. Hadrian rió, reclinándose en su silla. -Abraxas pasó tanto tiempo allí que adquirió acento. Yo no tanto, porque me ceñí al inglés aunque sabía hablar francés, pero a él le encantaba el idioma-.

-¿Y cómo lo perdió?-.

-Hogwarts-. Frunció el ceño, era una de las desventajas de ser dos años menor que Abraxas, no había sabido lo difícil que sería la escuela para él cuando estuviera solo y por mucho que se hubiera quejado, Hogwarts no había sido un lugar al que pudiera seguir a su mejor amigo sólo porque su padre tuviera dinero. -Era el niño raro, con un acento raro, una personalidad y unos gustos extraños, y sin más amigos que yo. No se llevaba bien con sus compañeros de curso-.

-Creía que los sangre pura hacían que sus hijos se conocieran antes-.

-Sólo si son Herederos. El único otro Heredero que no estaba en mi curso era Rabastian Lestrange, que es un año mayor que el propio Abraxas, así que no, sólo nos conocimos porque nuestros padres habían estado intentando formar una alianza por un asunto político en aquel entonces. No creo que esperaran que nos lleváramos tan bien, pero nos animaron en su momento. Sólo se dieron cuenta de que ya no estaba en sus manos cuando ya era demasiado tarde para hacer nada-. Explicó. -Bueno, Abraxas quería encajar, once y solo en un lugar extraño, supongo. Cuando volvió para Yule, estaba muy deprimido por su falta de éxito.Cuando regresó después de que el año escolar había terminado, no sólo su acento casi había desaparecido, pero se negó a volver a Francia en absoluto. Yo estaba demasiado feliz de tenerlo de vuelta como para darme cuenta, sólo lo hice cuando yo misma entré en Hogwarts-.

Orión aún se reprendía de vez en cuando por ello. Había sido un mal amigo, sin importar su edad.

-Eso es horrible-.

-Lo es, pero no fue su culpa. Ahora lo cambia, no tiene acento inglés cuando habla en francés ni viceversa. Lo echo de menos, la verdad, así era Abraxas y me sentí robado, pero nunca pude convencer a Abraxas de que estaba bien para que volviera a usarlo-.

Hadrian frunció el ceño, los labios apretados.

-Lo entiendo-.

-¿Qué?-.

-Abraxas, lo entiendo, yo también intenté todo lo que pude para hacer amigos en la escuela primaria. Tardé meses en darme cuenta de que no era culpa mía en absoluto, pero eso no significa que esas cosas no se me quedaran grabadas durante años después-.

-Supongo. No es que no me metiera en más peleas en mi primer año que en todos los demás juntos. Para cuando llevé seis meses en Hogwarts todo el mundo sabía que meterse con Abraxas de cualquier forma era un viaje directo a la medibruja-. Hadrian resopló.

-No puedo imaginar cómo reaccionaron tus padres ante eso-.

-Mal, muy mal. Y no me arrepiento de nada-.

Sonrió, afilado y lleno de dientes. Hadrian sólo se rió más.

-Bien- Dijo.

El brillo de sus ojos y la inclinación de su sonrisa eran peligrosos, del tipo que sólo había visto unas pocas veces y que nunca dejaba de provocarle un escalofrío.

(No hay nada malo en tener algo de poder, se recordó a sí mismo una vez más. Y Hadrian era realmente poderoso).

🌿🌿🌿🌿🌿🌿

-¿Lo sabe Abraxas?- Preguntó antes de salir del despacho, terminado el trabajo por hoy.

-¿Qué quieres decir? Claro que sabía que me metía en peleas, a menudo era él quien me ponía un parche después-.

-Que paraste el bullying, Orion-.

-No era bullying-.

-Incluso ser aislado y que hablen de ti a tus espaldas es malo, Orión. Abraxas seguía siendo un Heredero de una familia importante, nadie se habría atrevido a atacarle abiertamente o con algo que pudiera ser rastreado hasta ellos, pero eso no significa que no pudieran encontrar otras formas de hacerle daño-.

-¿Se lo vas a decir?- Dijo el hombre en lugar de replicar, con una ceja levantada en señal de desafío.

-Fue hace tanto tiempo que no creo que deba, ¿y tú?-.

-No hace falta, querido, no hace falta-.

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