![The Missing parts of History [Traducción]](https://fanfictionbook.net/img/nofanfic.jpg)
Chapter 27
31/7/1954
-Rian, Rian despierta-.
-¿Qué? ¿Ha pasado algo?- Se despertó con un sobresalto.
Él alcanzó para sus anteojos en su mesita de noche pero los encontró que eran empujados en su cara -(cuidadosamente, ninguna necesidad de apuñalar sus ojos con él)- en lugar de otro. Parpadeó, intentando ahuyentar el sueño. Afuera seguía oscuro, apenas entraba luz por la ventana. Fue Orión quien le despertó, sentado a su lado en la cama.
-¿Qué hora es?- Preguntó cansado.
-Un poco más de las 5 de la mañana. Ahora levántate, que tenemos cosas que hacer-. Dijo su amigo, levantándose y ofreciéndole una mano, arrastrándole y dándole un corto abrazo antes de soltarle.
-¿Cosas? ¿Qué cosas? ¿Por qué tan temprano? Y yo aquí, durmiendo por fin-. Se quejó, y no le importó si estaba haciendo pucheros y más bien sonaba como si estuviera lloriqueando como un niño. No había sido una buena semana, ¡maldita sea!.
-Sí, cosas. Ve a ducharte y a vestirte. Abraxas se está ocupando de su pelo así que échale del baño-.
Se rió, como si tal cosa. Cogió la ropa que Orión le tendía y se dirigió al baño, sin molestarse siquiera en saludar a Abraxas mientras abría el agua caliente. Viendo que le faltaba bastante sueño, se sintió orgulloso de haber llegado hasta aquí en línea recta y sin tropezar con el aire.
-¿Buenos días a ti también?- Oyó decir a Abraxas mientras se desvestía. Resulta que compartir las duchas de quidditch con chicos mayores que él en años, durante años le quitaba casi toda la vergüenza de hacer esto delante de otra persona. Da igual, ya lo pensaría más tarde.
Estaba bastante seguro de haber respondido a Abraxas con un gruñido, o un gemido, no lo sabía. Sin embargo, en quince minutos había entrado y salido de la ducha, sólo había estado a punto de dormirse dos veces y se había quitado todo el shampoo del pelo, así que había ganado. Llamó a su toalla y se la ató a la cintura antes de salir e ignorar el chillido de Abraxas, ayudando al mayor a trenzarse el pelo antes de colocárselo en un moño bajo que, con suerte, aguantaría unas cuantas horas. Por suerte, el vapor de la ducha era aspirado por unas runas talladas en la parte superior o Abraxas habría tenido que secarse el pelo por segunda vez.
¿Por qué Abraxas estaba tan rojo? Da igual, no tenía energía suficiente para cuestionárselo.
Despidió al rubio y se vistió rápidamente. Estaba seguro de que obedecer las órdenes de Orión sin cuestionarlas era un error, quién sabía en qué estaría pensando aquel hombre, pero no era ni mucho menos la primera vez que le despertaban a quién sabe qué hora para realizar alguna misteriosa actividad de suma importancia, así que sinceramente estaba acostumbrado.
Se cepilló el pelo y se puso un poco de producto capilar que le dejaba el pelo algo sedoso -(maldito Abraxas, ahora tenía que cuidarse el pelo rutinariamente o le arrastrarían de vuelta y le obligarían a hacerlo de todas formas)- para al menos controlar la forma en que le caía por todas partes.
Al salir, encontró a Orión muriéndose de histeria mientras Abraxas estaba... ¿escondiéndose la cara entre las manos? ¿Por alguna razón? ¿Y golpeando repetidamente su cabeza contra la pared? ¿No debería doler? ¿Realmente no estaba despierto y sólo estaba teniendo algún tipo de sueño extraño que no sería capaz de recordar por la mañana?.
Una posibilidad muy probable, mejor ver a dónde iba esto, entonces.
Le tomó algún tiempo a Orión calmarse y a Abraxas terminar lo que sea que estaba tratando de lograr.
-Tú... ¿Estás listo?- Dijo Orión, tratando de tomar aire suficiente para hablar.
-No, todavía no has dicho lo que pasa-.
-Tenemos que ir al Ministerio, no te preocupes-. Dijo Abraxas, volviéndose hacia la puerta. ¿Qué le pasaba?.
-Sí, así que toma el collar de ilusión rúnica, ¿quieres?-.
-Claro-.
🌿🌿🌿🌿🌿🌿
Orión estaba teniendo la mañana de su vida. Sabía que un Hadrian privado de sueño solía ser irritable y sarcástico, no dispuesto a hacer nada. Al parecer, también era divertidísimo. Un poco más de empuje -(aunque había sido completamente involuntario por parte de Hadrian)- y Abraxas acabaría teniendo algún tipo de Despertar Sexual Tardío, pobre hombre. Aunque probablemente lo de hoy fuera sólo vergüenza y no atracción real, Hadrian era demasiado joven para eso. Al menos eso esperaba.
Por el momento, sin embargo, Abraxas sólo estaba enloqueciendo porque Hadrian simplemente se duchara con él en la habitación. No es que Abraxas hubiera visto nada, en realidad, el cristal de las puertas de la ducha no permitía que nadie viera lo que había dentro mientras estuvieran cerradas.
Sabía que no debía reírse, pero no se atrevía a decirle a Abraxas qué estaba pasando exactamente. Estaba seguro de que el hombre se daría cuenta con el tiempo y forzaría otra Conversación, pero parecía que el mejor método para que Abraxas se entendiera a sí mismo era darle tiempo para que se reorganizara, no intentar presionarle para que lo hablara hasta que estuviera preparado.
Orión estaba tan dispuesto a presionar a Hadrian como a Abraxas, así que se limitaría a divertirse hasta que quisieran o necesitaran hablar.
Llegar al ministerio fue fácil, ya que había reservado Traslador -(desgraciadamente, no habían Trasladores internacionales disponibles para fuera del ministerio)- y se las había arreglado para que no tuvieran que pasar por el mostrador de seguridad. La mayoría se enfadaría por ello, pero, sinceramente, el dinero llevaba a la gente a todas partes. Sucedía que ese dinero le pertenecía a él y no a otros.
Por suerte para él, Hadrian aún estaba demasiado cansado para darse cuenta, y esperaba que el adolescente no lo hiciera. No iba a recibir una charla sobre moral de un viajero en el tiempo, aunque supiera que ambas cosas no tenían mucho que ver.
-¿Adónde vamos?-.
-Sólo tenemos que verificar unos papeles aquí, y tú también-. Que esos papeles fueran técnicamente sus pasaportes no importaba realmente.
Le dio los tres pequeños folletos al administrador de Trasladores, Abraxas le había dado el suyo antes. El hombre confirmó sus identidades y sus firmas mágicas antes de estamparles el sello de verificación junto con la fecha de hoy y su número de Trasladores antes de devolvérselos.
"Traslador 0026547, Florencia. Salir en 4.35 minutos, a las 7:30, en la puerta de salida 3, tres pasajeros. Tiene un pedido de Traslador de vuelta en el Ministero della Magia a las 11:00 hora italiana, así que asegúrese de facturar con al menos tres minutos de margen. Asegúrense de no perder su documentación y esperamos que tengan un buen día-.
-Espera, ¿a dónde vamos?-.
-No prestes mucha atención a eso-. Dijo Abraxas mientras Orión le pasaba su pasaporte mientras caminaban hacia la puerta, Hadrian los siguió en reflejo, preguntando por respuestas.
Bueno, Orión pensó, demasiado tarde.
🌿🌿🌿🌿🌿🌿
¡¿En qué coño estaban pensando estos dos idiotas?! No... Olvídalo, no estaban pensando. En absoluto. Hadrian estaba seguro de que perdían el juicio cada vez que los dejaba solos durante algún tiempo.
Por desgracia, sus gritos y quejas cayeron en saco roto mientras lo ataban a un arnés y le decían que se agarrara fuerte a un disco circular. No pudo evitar sentirse ansioso. La última vez que había estado en un Traslador... él... no podía...
-Shhhh...-
Orión le rodeó con uno de sus brazos, aferrándose él mismo al disco con una sola mano. Abraxas, aunque parecía confundido, puso una de sus manos sobre la de Hadrian y la sujetó con fuerza, asegurándose de que no pudiera soltar el Traslador.
Luego se pusieron en marcha.
🌿🌿🌿🌿🌿🌿
Hadrian casi tuvo un ataque de pánico. Eso fue... muy preocupante. Como, jodidamente preocupante. ¡¿Cómo se puede tener tanto miedo de un Traslador?! ¿Y cómo lo arregló? Compartió una mirada con Orión, que estaba abrazado a Hadrian, con los brazos alrededor de su cintura mientras le susurraba al oído mientras el adolescente hacía su mejor esfuerzo por esconderse del mundo.
Tres de cada diez personas tenían malas reacciones a los Trasladores internacionales, los viajes duraban más que uno nacional además de ser mucho más bruscos, así que les proporcionaron una habitación privada hasta que Hadrian se calmara.
Por un lado, sabía que Orión podría calmar mejor a Hadrian en ese momento, ya que él conocía mejor las circunstancias del adolescente y podía entender de qué se trataba, pero por otro lado le incomodaba mucho no poder ayudar en absoluto. En realidad no le importaba quedarse al margen de lo que fuera, ya que Orión parecía tenerlo todo bajo control, pero Hadrian era su amigo y necesitaba ayuda y Abraxas no podía ofrecérsela. Era enloquecedor.
Pasaron casi diez minutos hasta que Hadrian dejó de temblar, se zafó del abrazo y por fin su rostro recuperó algo de color. No era muy notorio, pero aun así lo tranquilizó.
-Sigo enfadado con los dos, locos de remate-.
-No había forma de que supiéramos que reaccionarías así-. Dijo Orión, con una sonrisa en la cara, aún compungido.
-Podrías haber... ya sabes, preguntado-. Hadrian puso los ojos en blanco, caminando hacia Abraxas mientras arrastraba a Orion de la mano. -Como si tuviera un trauma, ¿cómo se supone que vas a saber que no debes hacer algo si no preguntas?-.
-Se suponía que era una sorpresa-. Hizo un puchero. Eso le valió otra mirada burlona y algunos murmullos, pero el lenguaje corporal de Hadrian estaba más relajado. -¿Tengo que saber lo que acaba de pasar?-.
Su pregunta fue hecha a la ligera, y Abraxas realmente no esperaba que fuera respondida, lo que sabía que Hadrian había notado. El adolescente miró a Orión, mordiéndose el labio con fuerza, antes de volver a mirar a Abraxas y dejar escapar una pesada exhalación.
-Yo... un amigo y yo tocamos accidentalmente un Traslador ilegal una vez, un par de meses antes de conocer a Orion. Murió por ello, lo mataron... lo encubrieron-.
Abraxas se tensó. Eso... joder. No pudo evitar levantarse y envolver al adolescente en sus brazos, inhalando el aroma del shampoo de Hadrian en su pelo.
-Bien, no más sorpresas para ti, como ésta, quiero decir. Lo siento-. Hadrian se encogió de hombros, incómodo, pero no se apartó de él aunque Abraxas notó que había apretado la mano de Orión instintivamente. Abraxas dio un paso atrás.
🌿🌿🌿🌿🌿🌿
-¿Y ahora qué?-.
-Ahora, tenemos un tour planeado alrededor de Viale degli Spiriti, el tipo de Upper Hill Avenue de Florencia, si necesitas una comparación. Orión también dijo que Alessandro -(Zabini, un amigo nuestro)- le ha dado algunos consejos sobre cosas que hacer, si te apetece-.
-Claro, pero yo creía que los Zabini eran de Gales-. Estaba bastante seguro de haber oído a su propio compañero de clase Zabini en su día quejarse de ello, aunque no recordara cómo se llamaba.
-Tanto como los Malfoys son de Wiltshire, querido Hadrian. Los Zabini querían conservar sus raíces italianas tanto como mi Familia conserva las francesas. Sin embargo, nosotros cambiamos un poco nuestro nombre a lo largo de los siglos, mientras que ellos prefirieron no hacerlo-. explicó.
-A Andro simplemente le gusta más Italia que Gran Bretaña en general, así que pasa mucho más tiempo aquí y hay rumores de que los Zabinis volverán ahora que el Heredero ha dado a conocer públicamente sus preferencias-.
Bueno, pensó Hadrian, eso obviamente no había ocurrido... ocurriría, malditos viajes en el tiempo, pero no podía comentarlo, así que se limitó a asentir.
🌿🌿🌿🌿🌿🌿
Desayunaron en el primer bar que encontraron, ya que le habían dicho a Hadrian que hoy desayunarían "fuera" para que no tuviera que cocinar el día de su cumpleaños -(no estaba seguro de que Hadrian se hubiera dado cuenta de que era su cumpleaños, era preocupante cómo ni siquiera lo había mencionado, pero estaba seguro de que Abraxas diría algo más tarde, así que no estaba preocupado)-, pero no querían perder el tiempo. Era sólo un día de viaje, después de todo.
Tuvieron suerte de que cayera en sábado. Orión y Abraxas tenían que pasar sus cumpleaños con sus familias, como era de esperar, pero Hadrian no tenía eso -(el adolescente no había vuelto a preguntar por los Potter más que para aprender lo que Orión tuviera que decir sobre su historia, tradiciones y magia, Orión esperaba que el adolescente acabara sintiéndose lo suficientemente seguro como para conocerlos, ya que parecía que quería hacerlo y sólo se estaba conteniendo por miedo a meter la pata o a ser rechazado o... bueno, Orión entendía que daba miedo y no lo estaba presionando)-, así que ni Abraxas ni Orión querían dejarlo solo.
Los tres y se quitaron las runas-glamour -(todavía no encajaban bien, el Gremio les había cogido cariño y esperaban que él tanto las mejorara como les diera un nombre)- ya que sabían que ahora no serían reconocidos.
A la mayoría de la gente no le importaba la gente de otros países a menos que estuvieran directamente implicados de alguna manera, y Gran Bretaña había quemado muchos puentes con Europa con todo el lío de Grindewald -(todo el mundo sabía que Dumbledore y él habían estado)- implicados, aunque al hombre le gustara fingir que eso no había ocurrido, y la única capacidad con la que interactuaban era a través de la ICW y, en algunos casos, de los trabajadores humanos de Gringotts, ya que los duendes no tenían ningún problema con otros países mientras estuvieran a cargo de los bancos.
-¿Sabes algo de la historia de aquí, Ry?-. preguntó Hadrian mientras caminaban. No lo hizo despotricar. Y maldeciría a Abraxas si dijera lo contrario.
El irritante hombre acababa de sacar su cámara encantada y seguía haciéndoles fotos.
🌿🌿🌿🌿🌿🌿
El Ponte Vecchio era un buen lugar para pasear mientras se comía un helado, decidió Abraxas mientras robaba otra cucharada del helado de chocolate de Hadrian mientras el adolescente intentaba impedírselo.
-Vamos, Rian, sólo un poco-.
-¡Ya te comiste el tuyo! ¿Qué culpa tengo yo de que comas como si te murieras de hambre o algo así?-. Dijo su amigo, divertido.
-¡No es cierto! Es que está así de bueno!-.
-Sí, por eso quiero comerme el mío-. Hadrian le sacó la lengua infantilmente.
Cogió al adolescente por la cintura, tirando de él hacia sí sin ningún problema. El cuerpo de Hadrian estaba más hecho para la velocidad que para la fuerza y eso se notaba. El adolescente trató de zafarse, pero él lo sujetó con más fuerza, riendo.
Hadrian le metió una cuchara llena de helado en la boca y casi se atragantó, el adolescente se rió de él mientras oía el agudo chasquido de su cámara al dispararse. Bueno, podía vivir con una foto así, pensó con una sonrisa.
Se alegraba de haber aprendido a imprimir él mismo las fotos en movimiento hacía unos años, no le gustaría tener que pedírselo a otra persona. A diferencia de Orión, el proceso de pedir votos de privacidad y promesas inquebrantables a todas las personas que iban a saber de su relación con Hadrian le parecía una locura.
Orión era un paranoico, pero el propio Abraxas había prometido secreto, así que no podía quejarse.
🌿🌿🌿🌿🌿🌿
-¡Quiero esto!- Le dijo a Orión.
Estaban en una tienda de recuerdos que le había llamado la atención por la calle mientras visitaban el Duomo -(estaba bastante seguro de que en italiano era simplemente "catedral", pero aun así sonaba guay decirlo así)- y Abraxas no se lo había perdido. Los hombres mayores casi le habían empujado a la pequeña y colorida tienda cuando terminaron su breve visita.
Abraxas estaba dando vueltas por la tienda en busca de algo que le gustara, así que Orión y él estaban solos.
-¿Es sólo un imán?-.
-Lo sé, ¿pero podría hacer una colección de ellos? ¿Quizás? He visto a otras personas hacerlo-. Dijo, sonrojándose. Aunque seguía pensando que el viaje era demasiado para algo que hacer por capricho, por fin había salido de Gran Bretaña por primera vez y no podía evitar emocionarse. -¿Por favor?-.
-Puedes conseguir algo más que eso-.
-¿Pero no necesito más? Es sólo un recordatorio-. Dijo.
Sabía que Orión podía comprar toda la tienda si lo deseaba, pero no creía que el hombre entendiera que no era el imán lo que estaba comprando, no realmente. Orión podía hacer este tipo de viajes cuando quisiera, simplemente levantarse y marcharse por un día. No era importante para él, al final.
Hadrian había deseado la emoción de salir y ver mundo desde que tenía cuatro años y se quedó atrás cuando los Dursley se fueron a España. Todavía recordaba cómo habían vuelto y Dudley había presumido durante meses delante de él y tía Petunia había puesto un imán en la nevera, una mujer bailando con un bonito vestido vaporoso y la bandera española a su lado.
Después de eso se habían añadido uno o dos imanes al año, dependiendo de cuánto dinero ganara tío Vernon, y cada vez Harry, el pobre huerfanito Harry, se había quedado con su vecina chiflada y obsesionada con los gatos mientras el resto de los residentes de Privet Drive hablaban de lo delincuente que era, de cómo no merecía viajar como sus maravillosos parientes que trabajaban tan duro mientras tenían que lidiar con él.
Ahora tenía... bueno, era vengativo y mezquino, pero quería su propio imán, aunque tía Petunia y tío Vernon y Dudley no estuvieran allí para verlo. Que él era suficiente y alguien sí quería viajar con él.
Pero Orión no tenía ese tipo de antecedentes, fue criado obteniendo todo lo que quería -(con algunas restricciones, Arcturus Black era estricto con su hijo cuando necesitaba serlo, aparentemente, a diferencia de sus tíos con Dudley)- y eso estaba bien, a Hadrian no le gustaba cómo lo habían criado y no se lo deseaba a los demás.
No sabía si Orión había percibido de alguna manera el cambio en su humor, o simplemente había visto algo en él que Hadrian no podía explicar, pero su mirada se suavizó.
-Puedes conseguirlo, pero también tienes que elegir algo que no sea un imán, ¿trato hecho?-. Dijo.
-¡De acuerdo!- Dijo, radiante y lanzándose a por las estanterías. Había un bonito juego de té que le había gustado, solo la tetera y tres tazas diferentes, así que estaba seguro de que eso contaba como su recuerdo no imantado y además era práctico, así que no se sentía demasiado mal por malgastar el dinero de Orión.
🌿🌿🌿🌿🌿🌿
-¿Qué le pasa?- preguntó Abraxas. Hadrian estaba sentado en un banco, mirando atentamente a su nuevo tesoro con una mirada extrañamente embelesada.
-No lo sé. No pensé que alguien pudiera estar tan feliz por un imán-. Dijo, confuso.
Algo en Hadrian había cambiado en el corto silencio en medio de su conversación y no había estado dispuesto a preguntar más. Hoy no era día para vestir pensamientos así que lo había dejado pasar temporalmente.
-Tal vez no sea el imán-. dijo Abraxas. Miró a sus amigos, confuso. -A Hadrian rara vez le gusta algo por su valor físico, Orión, puede que el imán represente algo más que no puede explicar con palabras-.
Jugó con la idea en su mente, encontrando la verdad en ella. Incluso cuando le había dicho a Hadrian que buscara otra cosa para comprar, el adolescente había elegido algo práctico que pudiera usar con regularidad. Pero no el imán, así que podía ver cómo se salía de la norma. Asintió para sí, decidió preguntarle a Hadrian sobre ello más adelante.
-Deberíamos irnos, o perderemos nuestra reserva en el restaurante-. Le dijo a Abraxas.
-Claro, vamos-.
🌿🌿🌿🌿🌿🌿
-¿No es este lugar como... muy caro o algo así?- Preguntó en un susurro. Sólo el exterior del restaurante le gritó a dar la vuelta y correr.
Desafortunadamente, Orion y Abraxas debían haberlo visto venir porque ninguno de los dos le había soltado las manos desde que entraron en el callejón por segunda vez en el día. Orión a su izquierda, Abraxas a su derecha. Abraxas se rió.
-En realidad no, puesto que ya está pagado. Es tu cumpleaños, Hadrian, así que déjanos mimarte un poco-.
Se puso azul. Dejó de trabajar. ¿No era su cumpleaños mañana? Estos dos idiotas no lo habían llevado a Italia para su cumpleaños, ¿verdad? Eso sería demasiado exagerado. Oyó otra risita mientras sentía que tiraban de su mano izquierda. Orion había comenzado a caminar dentro del restaurante, con una sonrisa divertida en su rostro.
-Hadrian, por favor dime que no olvidaste tu propio cumpleaños-.
-¡No es tan importante!- Se defendió, mortificado. Estaba tan acostumbrado al paquete de cuidados de la señora Weasley junto con las cartas y regalos de Ron y Hermione en su cumpleaños que no recibirlo le había hecho olvidar. Después de todo, eran los únicos que enviaban algo.
-Claro que sí, ya tienes dieciséis años-. Dijo Orión, despreocupado por sus protestas. Luego se volvió hacia el joven del mostrador de servicio. ''Prenotazione per tre, di nome Black-Asher. Spero che la mia richiesta sia stata accolta". [Reserva para tres, a nombre de Black-Asher. Espero que mi petición haya sido concedida].
No importa cuántas veces lo oyera, no estaba acostumbrado a que Orión hablara en italiano. ¿Debería aprender otro idioma también? Sabía que los dos hombres mayores también hablaban francés, así que, ¿quizás?.
-¡Certamente! Se segui il mio collega, vi guideranno al vostro tavolo-. [Por supuesto. Si sigues a mi colega, te guiarán a tu mesa].
Otro camarero apareció por una puerta lateral, probablemente llamado con algún hechizo ya que no había visto nada que indicara que hubiera habido algún tipo de comunicación, y esperó a que le siguieran escaleras arriba.
Ahora maldecía su incapacidad para dar las gracias a los trabajadores como era debido, la única palabra que pudo pronunciar fue "grazie" antes de sentir la mano de Abraxas instándole a seguir adelante. ¿Por qué estos imbéciles estaban tan en contra de dar las gracias a la gente por sus servicios? No podía creer que los considerara amigos.
Por otra parte, creían que viajar a otro país era una actividad aceptable para celebrar el cumpleaños de alguien. Aunque no se hubiera dado cuenta por sí mismo, debería haberlo hecho. Ni siquiera podía enfadarse con ellos, de verdad, se lo estaba pasando bien aunque ahora temiera su futuro. ¡¿Y si se tomaban esto como una aceptación de sus hábitos de gasto -(en él)- como directrices?!.
Les mostraron una sala vacía con una sola mesa, ya preparada y provista de tres menús mientras se sentaban. Por supuesto que habían reservado un salón privado. Por supuesto.
-Ustedes dos no conocen el significado de la palabra moderación, lo juro-.
-Au contraire, querido Rian, simplemente elegimos ignorarla. Tuvimos que aprenderlo primero para poder hacerlo. No hace falta que nos creas incompetentes además de idiotas, ¿no crees?-. dijo Abraxas con suficiencia, como si eso fuera algo de lo que sentirse orgulloso. La mirada que le dirigió al rubio sólo provocó otra carcajada de los hombres mayores.
-Ustedes dos son imposibles-.
-Y tú deberías rendirte y elegir qué comer-. Dijo Orión y comenzó a entrenarlo para que entendiera lo que iba a comer.
🌿🌿🌿🌿🌿🌿
-¿Qué es esto?-.
-Un regalo-.
-Es una llave de Gringotts, Abraxas-.
-Una bonita llave. Que ahora es tuya-.
-Abraxas, no-.
-Demasiado tarde, Orión te hizo firmar el pergamino de transferencia hace como una semana-.
-¡¿Qué hiciste qué?!- Hadrian gritó, girando la cabeza hacia Orion.
Le dio un ataque de risa, la cara enrojecida de Orión ante la ira de Hadrian era... bueno, debería estar ayudando a su amigo para que al menos pudiera morir en suelo británico. Los Jardines Bardini eran un buen lugar para morir, realmente, pero el lío político que eso causaría no valía la pena.
-Realmente deberías leer lo que firmas, Rian. ¿Y si un día firmas un contrato que te obliga a renunciar a tu primogénito o algo así?-.
-Pero tú no harías eso-.
-Claro que no-. Dijo, apaciguador. -La llave es tuya ahora, sin embargo. Es demasiado tarde para que hagas algo al respecto-.
-¡¿Pero por qué?!- Volvió a gritar Hadrian, angustiado.
-Porque siempre te estás preocupando por el dinero, y es innecesario-. Intervino Orión en su favor. A Abraxas realmente no le importaba eso ni tenía una razón, sólo sabía el poder que tenía el dinero y se negaba a dejar a Hadrian sin una parte de él.
-No necesito esto-.
-Yo tampoco, pero seguro que hace la vida más fácil. Considéralo una red de seguridad. Si algún día te encuentras en una mala situación, o las cosas se descontrolan y no puedes trabajar o ganarte la vida durante un tiempo, no acabarás desamparado-.
-Pero... tú...- Abraxas colocó la llave en un collar encantado -(nadie más que Hadrian, Abraxas u Orión podrían quitárselo una vez colocado)- y rápidamente lo ató alrededor del cuello del adolescente.
-No tienes que usarlo, si no quieres. Pero algún día puedes necesitarlo y me niego a saber que no lo tendrás, así que ahora es tuyo-. Dijo, dedicándole al adolescente su mejor sonrisa. -Ni siquiera necesitas mirar los extractos del banco-.
-Y te enseñaré a invertir correctamente, así no tendrás que preocuparte de que el dinero no te pertenezca-.
-No necesito esto... no es necesario...-
-Hadrian-. Orión cortó al muchacho, la mano colocada suavemente en la parte baja de su espalda. -Es un regalo, la mayoría de la gente no necesita lo que le regalan, pero siempre es agradable recibir algo en el cumpleaños de uno y la respuesta adecuada a ello es una simple muestra de agradecimiento. La gente recibe regalos que les incomodan todo el tiempo, pero no haríamos esto si no quisiéramos. Desiste-.
-¿Pero tenía que ser dinero, de todas las cosas?-.
-En realidad, eso es secundario-. Dijo Abraxas, sonriendo. -Supusimos que no te gustaría tanto, al fin y al cabo para eso eran las vacaciones-.
-Sigo sin entenderlo-.
Abraxas no sabía qué había que entender, pero mirando a Orión, el hombre parecía tener una idea y no tener reparos en expresarla.
-La mayoría de la gente lucha por conseguir dinero y ganarse la vida para sí mismos, para sus familias, para la gente que les importa durante toda su vida. Abraxas y yo, independientemente de nuestras familias, tenemos dinero suficiente para crear nuestros propios países. No, no estoy exagerando, aunque yo tuve más suerte que él en lo que se refiere a inversiones y lo hice a lo grande más rápido y mejor-. Bueno, eso fue grosero. Las inversiones no eran el fuerte de Abraxas. -No tenemos que preocuparnos por el dinero, nunca, incluso si nuestras familias cayeran en la ruina y perdiéramos nuestros trabajos y todo lo que hemos logrado, lo que hemos ahorrado nos duraría generaciones todavía. No es la clase de dinero que se gana sin venir de dinero, es cierto, pero es nuestro. Y nos preocupamos por ti, así que ¿por qué no íbamos a poner medidas de seguridad para que no tengas que vivir de cheque en cheque?-.
-Estoy bastante seguro de que esto supera con creces las 'medidas de seguridad' Black-. Dijo Hadrian. Y bueno, Abraxas sólo esperaba que Hadrian no mirara los números demasiado de cerca.
-Rian, querido, Orión me dio 10 mil millones de galeones como regalo de bodas-. Me dijo.
-¿Quieres decir millones?-.
-No, miles de millones, con B. Luego me dijo que si necesitaba fingir mi muerte él 'conocía a un tipo' que sólo se llevaría uno de esos para que me sobrara para vivir una buena vida-. dijo Abraxas, indiferente. Hadrian se quedó boquiabierto, mirándolos como si se hubieran vuelto locos. Orión soltó una carcajada. -Sí, así que, en realidad, esto no es nada y deberías estar agradecido de que nos hayamos controlado. Orión desde luego no sabe hacerlo. Es así de intenso-.
Hadrian no dijo nada, mirando su nueva llave de oro brillante y sosteniéndola en su mano antes de esconderla bajo su camisa.
-Vuelve a hacer algo así y no necesitarás una muerte fingida-. Se apresuraron a asentir.
Cuando Hadrian se dio la vuelta para seguir caminando, él y Orión compartieron una mirada. Misión cumplida. Y Hadrian ni siquiera estaba tan enfadado con ellos.
Aprovechó para hacer una foto de Orión y Hadrian, de espaldas a él y demasiado lejos para escuchar el chasquido del flash al dispararse, en medio del túnel de flores de glicinia, en la parte mágicamente encantada de los jardines, donde las flores podían durar mucho más que en la parte muggle.
🌿🌿🌿🌿🌿🌿
-¿Por qué Abraxas está tan atrás?-.
-Cree que no sé lo mucho que le gusta hacerme fotos desprevenido, déjale, necesito hablar contigo un poco más sobre esa llave-.
-Por favor, déjalo-. Dijo h, derHadrian otado.
-No, este es un asunto diferente. Hablé con mi gestor de cuentas, el que está al tanto de tu situación, Bloddark, no el otro, y accedió a vincular tu bóveda al nombre de Harry Potter para que lo reclames-.
-¿Por qué?-.
-¿Porque no sabemos cómo funciona tu viaje y no quiero dejarte sin tu propio dinero si desapareces de repente?-.
-Pero los Inefables dijeron que la única forma de volver era viviendo, Orión-.
-No, ellos explicaron que ese era el entendimiento que tenían de ello. Que obtuvieron a través de su investigación de los Giradores de Tiempo, pero ese no es el método que usaste para venir aquí, estamos basando todo esto en suposiciones y no quiero correr ningún riesgo-.
-Entonces, ¿qué hago?- Preguntó el adolescente, mirando discretamente hacia atrás, inquieto.
-Nada, sólo te informo de lo que he hecho. Si alguna vez despiertas en tu propio tiempo, como Harry Potter, seguirás teniendo acceso a la cámara acorazada, aunque tendrás que volver a ponerte en contacto con los Inefables para que confirmen antes tu historia-.
-Entonces, si vuelvo milagrosamente, ¿hago lo que hicimos al principio? ¿Los Inefables primero y los goblins después?-.
-Bueno, me gustaría pensar que sigo vivo en tu época, así que una carta informándome de que estás bien no estaría de más, aunque decidas que no quieres más contacto-. La idea hizo que el estómago y el pecho se le estrujaran dolorosamente, pero había que decirlo. Que era la elección de Hadrian, que no le debía nada. El adolescente miró al suelo, incómodo. -Todo esto es por si acaso, así que no te preocupes, ¿vale?-.
-Bien... Sólo que lo haría. Quiero decir... me pondría en contacto contigo, aunque no sé si estás vivo en mi época, desde luego no te conozco de nada-. Apretó los dientes, tal vez eso era mejor, odiaba pensar que había criado a Harry para que fuera Hadrian de alguna manera, aunque sólo fuera en expectativas, sería enfermizo, sin contar la diferencia de edad real que aún desconocía. El mero pensamiento era repugnante. Sí, mejor que Hadrian nunca lo hubiera conocido hasta que ya estuviera en el pasado. -Lo intentaría, ¿sí?-.
-Por supuesto, gracias-. El adolescente parecía sumido en sus pensamientos y él no lo distrajo, caminando tranquilamente a su lado de la mano.
-Sé de algunas cosas en las que los muggles van a tener bastante éxito, si te interesan-.
Sus labios se entreabrieron en una sonrisa depredadora. Por desgracia, Abraxas los alcanzó en ese momento y no pudo pedirle detalles. Bueno, al menos Hadrian estaba dispuesto a compartir sus conocimientos. ¿A quién le importaban las leyes y la moral de los viajes en el tiempo?.
-¿Qué me perdí?-.
-Nada demasiado interesante, Hadrian sólo me hizo darme cuenta de que hay todo un nuevo mercado de inversión que nosotros los magos aún no hemos explotado-.
-¿Oh?-.
-Sí, el muggle. Muy pocos mágicos lo utilizan, ¿no crees?-.
Las risas de Abraxas eran música para sus oídos.
🌿🌿🌿🌿🌿🌿
Cuando por fin regresaron al apartamento, agotados tras un largo día fuera, se aseguró de pegar su nuevo imán a la nevera -(no era del todo una nevera, pero eso ya vendría con el tiempo)-, mirándola con orgullo. No pasó por alto las miradas de cariño de sus amigos.
Habían dejado todas las demás bolsas de recuerdos sobre la mesita y Abraxas ya se estaba desatando el pelo para la noche cuando se volvió para mirarlos de lleno.
-¿Qué?-.
-Nada. ¿Buen día?-.
-¡Sí!- Dijo. -Aunque ahora estoy agotado-.
-Pues vete a cambiarte, no hace falta que te fuerces a despertarte. Voy a asearme un poco y dormiré como un bebé-.
-En realidad, los tres deberíamos hacer eso, odio como el sudor hace que se me pegue la ropa-. Dijo Orión, quitándose la bata y desabrochándose la camisa.
-Puede que me quede dormido en la ducha-.
-Por lo que he oído, no te importa que haya otras personas en el baño contigo, así que eso no será un problema-. Orion se burló.
Al instante, tanto él como Abraxas se pusieron rojos. Oh... tenía... Oh Merlín... Se dio la vuelta y se dirigió al baño a paso rápido, ignorando el latido de su corazón y las risas ahogadas de Orión y los quejidos avergonzados de Abraxas.
Ahora estaba muy despierto.