Valentín en Hogwarts

Harry Potter - J. K. Rowling
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Valentín en Hogwarts
Summary
*San Valentín en Hogwarts*La actividad para el 14 de febrero en Hogwarts dice que Scorpius Malfoy y James Sirius Potter son compatibles para ser pareja. Solo hay dos problemas con esa resolución:1) Scorpius no firmó su nombre en la actividad del 14 de febrero.2) James piensa que Scorpius es el estudiante más patético del colegio de lo estirado que es.
Note
El resumen que no puedo poner porque es demasiado largo (solo por eso dice nueve capítulos pero tiene 8).Con Valentín hago referencia a San Valentín (por las dudas, porque quedó como si fuera un personaje y nada que ver)
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6 ¡Qué se besen!

6

¡Qué se besen! 

Por primera vez en sus seis años en Hogwarts, James Sirius Potter se permitió no ser impulsivo. 

Carajo.

De verdad hubiera querido azotar la puerta del invernadero y enfrentar a Neville y al idiota de Creevy. Quería prohibirles que escribieran cualquier mierda para el artículo de esa noche, pero si lo hacía de forma impulsiva, se dio cuenta, sólo lograría darles pase a que escribieran más en contra de Scorpius. Nada les contaría transformar sus palabras. 

James debió contar tres veces hasta diez, acompañado de respiraciones profundas. Se alejó de la puerta y esperó que el resto de sus compañeros llegaran. Entró junto a todo el curso. Creevy salía ya, para irse a su clase, al verlo se detuvo, mirándolo con entusiasmo.

Maldito, pensó James. 

James, ¿hacemos una entrevista hoy?

No —dijo con más desprecio del que pretendía demostrar—. Hoy hay otra cita a la hora de la cena —aclaró—. Y después, lo siento, Creevy, pero tengo práctica de Quidditch.

Oh Creevy pareció confundido pero se fue sin decir nada.

James no supo cómo pasó la clase de Neville sin explotar. Tal vez ayudó pensar en un plan. Sí, mientras Neville daba su clase, él decidió que buscaría la ayuda de su prima Rose. Ella sabría qué hacer, era inteligente, y sin duda, sabría cómo castigar a Neville.

***

Scorpius estaba con buen ánimo. Si bien al día siguiente tenía Herbología, se sentía casi sin cargas. Sus otras clases fueron bien, nadie hablaba del artículo repetido de Creevy en el diario semanal, aunque sí había visto algunas risitas por la portada, cortesía de la profesora Chang. En los pasillos, Lulú especialmente le había recalcado lo lindo y relajado que se veía, lo que le hizo sonrojar y debió esconder su rostro detrás de un escéptico Albus. 

A la hora de la cena, se despidió de Al, Vincent y Thomas y se fue camino al Gran Salón donde estaban preparadas las mesas de Citas de la Semana del Amor. James ya lo esperaba, estaba al lado de Rose que conversaba animadamente con su novio,  McLaggen

—Buenas —los saludó. 

—¡Ey!

Scorpius se sorprendió por el saludo de James.  El chico no le sonría, al contrario, estaba serio.

—¿Está todo bien? —preguntó. 

—Sí, no te preocupes. 

Suerte en tu cita, Scorp susurró su amiga antes de irse. Scorpius sintió muchas miradas siguiéndolo a medida que se acercaba a la mesa reservada junto a James. Entonces, fueron interrumpidos a mitad de camino por Creevy.

El diario hoy sacó un artículo tan fantasioso dijo riendo. Scorpius se puso tenso. Tengo unas preguntas para ti, Malfoy.

Mala idea Escuchó decir a James. Scorpius pudo ver la sorpresa en Creevy, pero seguía aferrado a su pergamino y pluma, poco dispuesto a ceder.

¿Por qué? Será estupendo oír hablar cómo toma todas las mentiras a su favor de parte de la profesora Chang, ¿no crees?. Hay que abrirle los ojos a los estudiantes.

Eres igual a la perra de Skeeter, Creevy Scorpius se sobresaltó en su lugar al oir a Rose. Su amiga estaba de pie, roja de furia. Y él no era el único sorprendido. No era para menos, ella nunca decía barbaridades en voz alta. Hasta Creevy estaba blanco.

Sí, ¿qué demonios sucede contigo, Creevy? esta vez fue Fred Weasley el que se puso de pie. Recuerdo que desde que ingresaste a Hogwarts, te la pasas diciendo que serás un periodista de verdad, y ahora vas camino a ser la escoria de los periodistas, ¿en serio eres Gryffindor?

Lo que pasa es que debe estar celoso, Fred —dijo Rose, como ahora James mira a Scorpius y ve quién es en realidad, y ya no quiere darle entrevistas se encogió de hombros.

¿Entonces es cierto? —Esta vez fue una chica de Ravenclaw, Annie era su nombre. ¿La Lotería del Amor entró en sus corazones? ¡Mira, Tasha! llamó a otra chica a unas mesas de distancia. Teníamos razón, siempre hubo esa tensión en ellos.

Tasha los miró con cierta duda.

Pero no se han dado ni un beso —dijo. 

Hay que alentarlos —Ok, Annie sonaba muy entusiasmada.  La chica hizo una seña a la gente reunida en el Gran Salón.

Scorpius abrió aún más los ojos, algo horrorizado. ¿Qué quería decir con alentarlos? Buscó a James con la mirada que contra todo lo que pensó, le extendió la mano y lo atrajo hacia sí. Scorpius pudo captar su perfume, algo con vainilla y limón.

 

La palma de la mano de James hormigueó cuando la piel de Scorpius rozó la suya. Era muy cálida, suave, casi embriagadora. Por el rabillo del ojo, veía a Creevy. No pudo evitar pensar que si las miradas pudieran matar, Creevy habría cortado una arteria con la suya.

Lo ven dijo Rose. A mí me parece que tenemos dos corazones hechos el uno para el otro.

La chica llamada Tasha sonrió:

Yo digo que deberían besarse.

Ok. Esto estaba yendo demasiado lejos. James no habia dicho nada porque estaban cerrándole la boca al idiota de Creevy, ¡pero un beso! Miró a Scorpius, de pie a su lado. Estaba por sugerirle irse cuando la multitud de parejas alzó su voz.

¡Qué se besen! ¡Qué se besen! ¡Qué se besen! gritaban. 

Todos, de repente, estaban de pie, rodeándolos en un círculo. Scorpius parecía asustado. James se acercó con intención de sacarlo de entre la gente.

¡Qué se besen! ¡Qué se besen! ¡Qué se besen! gritaban más fuerte los demás. 

Los vítores fueron  aumentando de volumen hasta que parecieron rebotar en las paredes. Arriba, Peeves, atraído por el griterío, también gritaba:

¡Qué se besen! ¡Qué se besen! ¡Qué se besen!

La distancia entre el rostro de Scorpius y el suyo se redujo. James inhaló las notas dulces del perfume del chico. De repente, se vio invadido por  una sensación de tal modo que no pudo pensar en nada que no fuera abrazarlo, tocarlo, besarlo…

¡Qué se besen! ¡Qué se besen! ¡Qué se besen!

Alzó la mano y le tocó la mandíbula.

¿Quieres? —se escuchó a sí mismo preguntando. 

Scorpius bajó la mirada. James creyó  que le miraba los labios.

James.   

Oh, mierda.

Sólo necesitó escuchar su nombre para colocar  ambas manos en el rostro de Scorpius y bajar los labios hasta los de él. El canturreo de la gente se convirtió en un rumor lejano. Sólo oía la respiración de Scorpius. 

Y lo besó.

Primero fue un beso suave y lento. Cuando Scorpius le abrió la boca y su cuerpo se suavizó contra él, James lo atrajo más hacia sí. Sabía a caramelo, a un postre exuberante que él no había probado nunca.

El beso de Scorpius era tierno, delicioso… Y entonces, en su mente sonaron campanas de alarma y se apartó, soltándolo.  Scorpius tenía las mejillas rojas, y cuando sus ojos se encontraron, apartó la vista.

Eso es amor. Amor verdadero. Hay que decirle a la profesora Chang que esta ha sido la mejor idea nunca —gritó Tasha. 

—¡Ey! dijo McLaggen-. Quien los emparejó fue el Sombrero hecho por mi novia.

***

El martes la clase de Herbología fue terrible. Scorpius casi se larga a llorar en el mismo invernadero. Rose salió en su defensa, y por primera vez, el profesor Longbottom le quitó puntos a Gryffindor. Apenas terminó la hora, Scorpius salió corriendo. Cualquiera diría que era un cobarde, un típico Slytherin, él lo llamaba defensa propia.

Se iría a su cuarto, a trabajar en el ensayo de Aritmancia, y después esquivaría su cita con James. Pensar en él hizo que su corazón se acelerara. Había conseguido hacer justo lo que no quería: crear un espectáculo, hacer que todos hablaran. Ahora sería imposible parar los cotilleos. No quiso ver ni oir el artículo nocturno. 

Argh.

¿Podría esconderse en la Sala Común de Slytherin hasta que terminara el año?

***

¿Hola? ¿Scorpius? preguntó la voz de Albus desde la puerta de la habitación. ¿Estás detrás de la cortina de tu cama?

Pues claro que está —respondió Scorpius. Albus lanzó una carcajada.

Idiota. Rose me contó lo que pasó ayer. 

Scorpius lloriqueó, fundiendo su rostro contra su almohada antes de abrir las cortinas. 

¿Te enteraste por Rose? Albus asintió, sentándose a su lado. ¿No por el artículo de anoche? —Eso era raro. No podía imaginar lo que Creevy pudo haber escrito en ese estupido artículo. 

No salió ninguno.

¿Qué?

Ok, entonces… ¿Tampoco te enteraste por los demás estudiantes?

Las mejillas de Albus se sonrojaron. Scorpius volvió a llorar. No quería ni imaginar lo que estaba diciendo todo el castillo.

¿La verdad? No les creí hasta que Rose me lo contó. Es decir, ¿que querías que pensara cuando Fred llegó y me contó que James te besó? Simplemente, no podía creerle.

Argh.

¿Por qué lo había besado?

Bueno, yo también lo besé.

James te anda buscando, por cierto. 

Argh.

¿Cómo consigue salir cuando toda la escuela debe estar hablando de cómo lo he engañado para que caiga a mis pies? Porque estoy seguro que eso es lo que andan diciendo Al terminar, escuchó la risita de Albus.

Le gusta. Está acostumbrado, ya sabes, a relatar a los periodistas sus hizo comillas con los dedos, hazañas, aventuras, logros. Ni siquiera le importa hablar demasiado. No lo piensa. No le preocupa hacer o decir algo que le resulte embarazoso Albus se echó a reír otra vez. Ha hecho una carrera con sus momentos embarazosos. Además, papá siempre nos dijo: La gente creerá que te conoce cuando en realidad sólo conoce a la persona que se dibujan. Si es que eso tiene sentido.

Lo tiene. Yo nunca les dibujé nada. Lo dibujaron solos musitó. Scorpius suspiró y miró a su amigo. Me ha resultado agradable salir con tu hermano Aquella confesión no era fácil.

Sí, me ha sorprendido ver eso, la verdad. 

Había dibujado una imagen muy distinta de tu hermano, supongo que... no conocía al verdadero James. No es tan malo sonrió.

Creo que finalmente él piensa lo mismo, que el verdadero Scorpius tampoco es tan malo.

Iré a la cita —dijo al fin. Albus le sonrió y le dio lugar para ponerse de pie. 

***

Se encontró con James en los pasillos, buscándolo.

Lo siento comentó James con sinceridad. No estuvo bien por mi parte besarte así, frente a todos. Tampoco estuvo bien todo lo que he dicho de ti.

Scorpius sonrió.

¿Eso significa que no volverás a decir nada malo de mí?

James se llevó una mano al corazón:

Nada. Lo prometo.

Para Scorpius, el mundo pasó a convertirse en una mancha de colores borrosos. James se acercó y se preguntó cómo se las arreglaba para oler tan bien.

Por cierto, lo del beso... —se obligó a decir, volviendo a sus sentidos—, yo también te besé… —respiró hondo—. Me va a costar soportar lo que digan, pero... no ha sido culpa tuya. ¿Vamos a cenar?

Claro —James le dedicó una sonrisa que volvió a dejar a Scorpius totalmente aturdido.

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