
CAPÍTULO 16
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CAPÍTULO 16
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Timothy frunció el ceño cuando Harry explicó que Draco había sido detenido.
—¿Pero pensé que no era malvado?
—No lo es —dijo Harry— No son sólo las personas malvadas las que son arrestadas. De todos modos, es un error, y voy a solucionarlo.
—¿Qué pasará si no lo haces?
—Voy a arreglarlo —dijo Harry, otra vez.
Pero resolverlo no era tan simple como Harry pensó que sería.
La capa de invisibilidad lo hizo engreído. También lo hizo la facilidad con la que Hermione había podido colarse en la celda de Draco esa mañana. Harry no podría haber predicho que habían endurecido las medidas de seguridad. Que algo tan estúpido como una maldición de mala suerte se había instalado fuera de la puerta de Draco.
Harry salió volando. La capa se deslizó de él y la puerta de la celda de Draco se abrió de golpe. El guardia (habían apostado un guardia dentro de la celda de Draco, noto a Harry consternado) lo vio y se rio.
—¡Señor Potter! ¿Qué está haciendo aquí?
Draco apareció junto al codo del guardia cuando este se inclinó para ayudar a Harry a ponerse de pie. Llevaba esposas y sus ojos estaban fijos en Harry.
—Bueno, me atrapaste —dijo Harry— Quería ver a Malfoy.
La expresión del guardia cambió casi imperceptiblemente, volviéndose astuta y sospechosa.
—¿En medio de la noche? ¿Para qué?
Harry mantuvo sus ojos en Draco, deseando que lo entendiera, pero no tenía idea de si lo haría.
—Para darle una paliza —dijo.
El guardia se relajó y se rio un poco.
—Bueno, señor, eso es comprensible, pero me temo que va en contra de las normas, incluso para usted.
—Correcto —dijo Harry. El rostro de Draco no había cambiado. Era completamente ilegible— Bueno, eso es todo lo que vine a buscar.
—¿Para golpearme? —dijo Draco.
Sus dientes habían sido arreglados. Hermione debió hacerlos crecer para él.
—Sí —dijo Harry.
—Ya veo —dijo Draco— Entiendo.
Pero Harry no sabía si lo entendió.
—¿Puedo tener un minuto a solas con él? —preguntó Harry al guardia.
—Mejor no —dijo Draco, al guardia, aunque sus ojos aún no se habían movido de Harry— No querrás tener que explicar por qué tienes un sospechoso muerto en tu celda mañana.
—No lo lastimaré —dijo Harry.
—OK—dijo Draco, condescendientemente.
Tal vez fue “Oh, K…”.
Era imposible saberlo.
—Muy bien, basta de palabrería, Malfoy —dijo el guardia. Draco levantó las cejas hacia Harry, inclinó la cabeza en una rápida e inescrutable inclinación y se retiró a su celda.
—Con toda seriedad, señor, no puedo permitir que le haga daño —dijo el guardia.
—No, por supuesto, lo entiendo —dijo Harry.
—Tendré que informar esto mañana, señor.
—Sí, sí, por supuesto —dijo Harry— Está bien.
El viaje fallido para ver a Draco tuvo una ventaja imprevista. Pareció convencer al Jefe de que Harry estaba sediento de sangre y sé que podía confiar en él en los detalles del caso de Draco. A la mañana siguiente, llamaron a Harry al Departamento. Después de explicar que su escritorio no estaba protegido, respondió las preguntas del Jefe sobre el carácter de Draco de la manera más vaga posible.
—Estabas involucrado… románticamente, ¿No es así? —preguntó el Jefe.
—Solo antes de que supiera su identidad, señor —dijo Harry.
El Jefe lo observó atentamente.
—¿Y qué sientes por él ahora?
Harry sonrió.
—Quiero que se haga justicia.
—Tienes razón —dijo Hermione, más tarde. Habían aplicado un “Muffliato” pero solo para estar seguros, estaban en el baño de Harry, con la ducha abierta. Ambos estaban convencidos de que la casa de Harry estaba bajo hechizos de vigilancia— Es extraño que te dieran acceso a todos esos archivos de alto secreto.
—Supuse que era porque soy yo, ya sabes, El elegido.
—Ah, ¿Y tú? Debiste haberlo mencionado —dijo Hermione.
—Van a pensar que estamos aquí tomando una ducha juntos, ya sabes —dijo Harry.
—Lo sé —dijo Hermione, luciendo repentinamente altiva— He pensado en eso. He dicho que estamos teniendo una aventura.
—¡¿Qué?!
—¿Quieres que Draco sea libre o no?
—Ron me matará. No estoy bromeando. Literalmente me matará en un ataque de ira.
—Déjame a Ron a mí —dijo Hermione sombríamente— El juicio de Draco es en tres días, no tenemos tiempo que perder. Aquí hay una lista de las personas involucradas en darte los archivos. Vamos a investigarlos a todos.
Era sorprendente lo susceptibles que eran las personas que trabajaban en inteligencia a los mismos trucos que habían inculcado a los nuevos reclutas. Harry y Hermione llevaron a la gente a tomar algo. Los halagaron. Fingieron emborracharse y revelar secretos importantes, de modo que la persona a la que entrevistaron correspondió con sus propios secretos.
A veces, Harry coqueteaba como él mismo. A veces usaba un Glamour o Multijugos. A veces, no coqueteaba en absoluto, pero los miraba seriamente a los ojos y los hacía sentir importantes.
No se acostó con ninguno de ellos, aunque una o dos veces estuvo cerca. Se preguntó si Hermione se había llevado a alguien a la cama. No discutieron los detalles cuando intercambiaron la información que recopilaron; información que conducía, cada vez más con cada nueva pista, a una sola persona.
El Jefe.
—Dot8 Mitchell dijo que el Jefe estaba en contra de contratar a Draco desde el principio —dijo Harry.
—Bueno, podría haberte dicho eso —dijo Hermione. Estaban en el baño de Harry otra vez. El juicio de Draco era esa tarde.
—Sí —dijo Harry— Pero Dot me dijo que el Jefe en realidad le escribió al Ministro de Magia y trató de que me despidieran por pelear contra Draco.
—¿¿A ti??
—Sí. Y mira, logré obtener una copia de este memorándum que hizo el Jefe, diciendo que me diera los archivos para facilitar la “Operación Beso”.
—Y sabemos que la “Operación Beso” fue la investigación sobre la lealtad de Draco, de Henry Berk.
—¿Cómo conseguiste que Henry Berk hablara contigo? Era absolutamente inútil cuando lo intente. Discreto como el infierno.
Hermione se sonrojó.
—No importa —dijo ella— Lo importante es que creo que tenemos al Jefe exactamente donde lo queremos.
—Es raro —dijo Harry— No tengo la sensación de que el Jefe esté en contra de los Mortífagos.
Hermione asintió.
—No lo está. Él no es vengativo. Tienes que entender, Harry; después de lo que pasó en quinto año, El Departamento de Misterios ha sido objeto de un gran escrutinio. El Jefe no está tratando de lastimar a Draco. Solo quiere lo mejor para el Departamento.
—Oh, y eso es ingresar nuevos reclutas solo para que puedas meterlos en prisión después de que hayan cumplido su propósito, ¿Verdad? —preguntó Harry, erizado.
—¡Harry! No. Por supuesto que no pienso eso. Pero, francamente, Los Inefables han estado operando con pérdidas financieras durante años y necesitamos desesperadamente algunas reformas.
—Draco tiene ideas sobre eso.
Hermione tomó la mano de Harry, sorprendiéndolo con su gentileza.
—Harry… sabes que Draco definitivamente irá a Azkaban, ¿Verdad? No importa qué. Por lo que admitió, sobre Goyle.
Harry apretó la mandíbula y miró la alfombra de baño húmeda.
—Si, lo sé.
—Con suerte, con toda esta evidencia y con nuestras declaraciones, no estará allí por mucho tiempo.
—Lo sé.
—Lo importante es que no recibirá El Beso.
—Lo sé.
—Está bien.
—¿Y ahora qué? ¿Deberíamos irrumpir en la oficina de Shacklebolt o …?
Hermione suspiró.
—Tus planes siempre involucran muchas irrupciones, Harry. No, estaba pensando más en darle nuestra evidencia al abogado defensor de Draco.
Al final, fue lo más alejado de una tormenta que Harry pudo imaginar. Harry y Hermione se sentaron en la sala de juicios del Wizengamot, observando cómo Draco respondía preguntas en un tono monótono. Siguió llamando la atención de Harry. Cada vez que lo hacía, Harry sonreía y las cejas de Draco se juntaban un poco antes de apartar la mirada.
Pero entonces el abogado de Draco empezó a presentar las pruebas contra el Jefe. Un murmullo incómodo se elevó en la galería. Hubo espectadores limitados, porque el caso se refería al Departamento de Misterios, por lo que estaba cerrado al público.
—… a la luz de estos hallazgos, afirmo que mi cliente fue llevado deliberadamente a una posición en la que no solo era inevitable que intentara salvar la vida de su amigo, el señor Goyle, sino que era imposible que no lo culparan por la información filtrada mucho más allá del alcance de su delito menor real.
—Oh, ella es buena —dijo Hermione al oído de Harry.
—Esto es ridículo —dijo el Jefe en voz alta.
—¿Está sugiriendo que el Jefe del Departamento de Misterios incriminó a Draco Malfoy? —pregunto Shacklebolt.
—La evidencia ciertamente tiende de esa manera, Ministro.
—¡Esto es ridículo! —dijo el Jefe de nuevo. Draco comenzó a reír.
—Orden —dijo Shacklebolt.
—Lo siento —dijo Draco, pero no podía dejar de reír. Miró a Harry y sonrió. Harry le devolvió la sonrisa.
—Esa es una acusación muy seria —dijo Shacklebolt.
—Al igual que la acusación dirigida a mi cliente —dijo la abogada de Draco— Y él es vulnerable a los ataques a su reputación, debido a los hechos que ocurrieron cuando era menor de edad.
—Inteligente —dijo Hermione— ¡Qué manera tan inteligente de mencionar la guerra!
—Te estás enamorando —del dijo Harry.
—Shhh —dijo Hermione.
—Ciertamente parece que no hay pruebas suficientes para condenar al Señor Malfoy por nada más que la filtración sobre el señor Goyle, y admitiré que hay factores atenuantes en ese caso —dijo Shacklebolt— Investigaremos más a fondo las acusaciones formuladas contra el Departamento de Misterios. Mientras tanto, ¿Todos aquellos a favor de una sentencia de Azkaban para el Señor Malfoy durante no más de un mes, y una prohibición de por vida del trabajo de campo en el Departamento de Misterios?
Casi todos en el Wizengamot levantaron la mano. Draco seguía riéndose, casi histéricamente, mientras los guardias lo desataban de la silla y lo escoltaban.
—L —dijo Harry.
Draco se giró para mirarlo. La risa enloquecida murió en sus ojos, pero no dijo nada.
Lo sacaron de la habitación.
El Jefe fue declarado culpable de conspirar para plantar pruebas menos de una semana después de que Draco fuera a Azkaban. Fue despedido con una advertencia y Hermione fue ascendida a Jefa Ejecutiva de Reclutas. Era obvio que sería Jefa del Departamento cuando cumpliera los treinta y cinco años.
Mientras tanto, Harry le contó a Ron sobre Draco.
—¿Han estado qué?
—Saliendo. Por… —Harry hizo una pausa con su tenedor en el aire y miró a Hermione— … como, ¿Un año y algo? Nos separamos y volvimos a estar juntos.
—Y estuvieron cerca durante un año, antes de eso —dijo Hermione— ¿Podrías pasarme el queso parmesano, Ron?
Ron buscó a tientas el queso parmesano, mirando a Harry.
—No entiendo —dijo— ¿Dónde lo conociste?
Harry miró a Hermione.
—En realidad, es uno de los cambios que planeo hacer —dijo Hermione sin sentido.
—¿Qué? —preguntó Ron— ¿De qué estás hablando?
—Ron… Harry, Draco y yo somos Inefables —dijo Hermione. Ella se encogió de hombros felizmente— Oh, me alegro de haber podido decir eso. Me gusta esta promoción.
—Tú eres… —Ron parecía atónito— Pero trabajas en el Departamento de Artefactos Muggles.
—Un día a la semana, sí —dijo Hermione.
Ron miró a Harry.
—Así que trabajas en el Departamento de Misterios… con Malfoy… y empezaste… —tragó saliva.
—¿Follar? —ofreció Harry amablemente— ¿Enamorarse? ¿Ambas cosas?
—¡Pero él es un Mortífago!
Harry dejó sus cubiertos y miró a Ron seriamente a los ojos.
—Lo fue. Era una de las peores personas que conocía. Fue imperdonablemente desagradable con los tres. Durante años.
—La cara de Bill —dijo Ron.
—Sí —dijo Harry— Si, lo sé.
—Teddy —dijo Ron.
—Eso no fue su culpa, Ron —dijo Hermione.
—Fred —dijo Ron, y Hermione se quedó en silencio. Por supuesto, Fred no era más culpa de Draco que Lupín y Tonks, pero no importaba. Nunca sirvió de nada discutir sobre Fred. Fred era una carta de triunfo y nunca podía ser vencida.
—No tienes que perdonarlo —dijo Harry— Solo tienes que prometerme que no harás mi vida más difícil.
—¡Me estás haciendo la vida más difícil! —dijo Ron— ¿Por qué diablos debería tener que hacerlo? ¡Harry, Hermione fue torturada en su casa! ¿Qué diablos te da el derecho a pedirnos que estemos de acuerdo con esto?
—¿Recuerdas cómo era Harry, hace dos años? —preguntó Hermione de repente.
—Yo… sí —dijo Ron, exhalando un largo suspiro— Sí.
—¿Recuerdas cómo solía ahogarse en alcohol cada vez que bebía?
—No siempre —dijo Harry.
—¿Por qué crees que se detuvo? ¿Qué crees que cambió?
—Empezó a trabajar en el Departamento de Misterios, obviamente —dijo Ron.
—No —dijo Hermione— Fue Draco. Hace feliz a Harry. Escucha, no he… es difícil para mí olvidar las cosas que hizo. Pero cuando los veo juntos…
La visión de Harry estaba borrosa. Parpadeó y las lágrimas se retiraron.
—Lo amo —dijo.
—¿Cómo? —preguntó Ron.
—No sabía quién era él durante los dos primeros años, y eso me ayudó mucho…
—Sí, me lo puedo imaginar —dijo Ron. Se pasó una mano por la cara— Maldito infierno. ¿Estás realmente enamorado de Malfoy?
—Tendrá mucho más sentido cuando los veas juntos —dijo Hermione— Y realmente ha cambiado, Ron.
—¿Dónde está el ahora, de todos modos?
Harry hizo una mueca.
—Eh… Azkaban. Pero es complicado.
—Oh, por el amor de Dios, Harry, ¿No podrías haberlo hecho funcionar con Ginny?
Harry se rio.
—Eso hubiera sido más fácil, sí.
—Su papá trató de matar a mi hermana —dijo Ron.
—Sí —dijo Harry— Quiero decir, él está muerto ahora.
—Aun así —dijo Ron.
—Draco sale en tres semanas —dijo Harry— Quiero que todos tomemos una copa juntos, o algo así.
—Unacopa —gimió Ron— ¡Me va a arruinar el beber!
—Tendrá sentido cuando los veas —dijo Hermione, otra vez. Miró a Harry— Estará bien.
—Él va a estar un poco sensible, Ron —dijo Harry— Ha tenido unos meses difíciles.
—Sí, sí —dijo Ron— No le daré un puñetazo en la cara.
—Sí, Harry ya hizo eso —dijo Hermione.
—No lo hagas —dijo Harry.
—¿Lo hiciste? —preguntó Ron, sonando encantado.
—No lo hagas —dijo Harry de nuevo— Fue horrible. Fui una mierda. Fue como darle un puñetazo a Hermione.
Ron alzó las cejas.
—No estás enamorado de Hermione, ¿Verdad?
—No, pero eso es otra cosa —dijo Hermione— Harry y yo estamos fingiendo tener una aventura, así que si escuchas algo sobre…
—¿Tú qué?
—… Debería irme a casa —dijo Harry— Y ver a Timothy.
Las semanas pasaron lentamente. Harry se preguntó qué había significado, cuando Draco se rio así en la sala del tribunal. ¿Había perdido la cabeza? ¿Se estaba riendo porque se había salido con la suya espiando para los Knutters? ¿O había sido porque supuso que era Harry quien había reunido la evidencia para condenar al Jefe?
Harry trató de convencerse a sí mismo de que eso era lo que era. La mayoría de los días, estaba seguro de ello, pero siempre había dudas en su mente.
Timothy empezó a deambular por la casa sin camisa.
—Sé lo que estás tratando de hacer —dijo Harry.
—¿Yo? No estoy haciendo nada —dijo Timothy.
—¿Cómo van las cosas con Erica?
Timothy se encogió de hombros.
—Solo estoy mirando alrededor —dijo— No quiero estar atado —se mordió el labio provocativamente— Solo quiero mucho, abundante sexo sin sentido con gente guapa, si sabes a lo que me refiero…
Harry le arrojó un cojín.
—¡Ay! —dijo Timothy— ¡Bien! No me folles, entonces. Salazar, eres violento.
—Te agrada Draco. Entiendes que lo molestaría, ¿Verdad?
Timothy se recostó en el sofá y se estiró distraído.
—Tal vez —dijo— Tal vez no. Estoy perfectamente feliz de dormir con ustedes dos.
—Que generoso —dijo Harry irónicamente.
—Admite que quieres hacerlo —dijo Timothy.
—Ese no es el punto —dijo Harry.
Timothy bostezó.
—Espero no ser tan aburrido cuanto tenga cuarenta años.
—¡Tengo veintisiete años!
—¿Qué pasa si Draco es diferente cuando salga?
—No eres muy leal —dijo Harry.
Timothy inclinó la cabeza hacia atrás sobre el reposabrazos.
—¿No lo soy? —él considero— No sé. No me importa que fuera un Mortífago. No me importa si se convirtiera en uno otra vez. Seguiría siendo su amigo.
—Pero te acostarías con su novio.
—Solo porque no significaría nada.
—Está bien. Ya no discutiré contigo. Apártate.
—Tu deseo es mi orden —dijo Timothy, riendo, y se puso la camisa.
No volvió a intentar nada con Harry. Traía a una persona diferente a casa cada noche. Harry insistió en que tenían que quedarse a desayunar. Aparte de cualquier otra cosa, hizo que las mañanas fueran entretenidas.
Harry se preguntó cómo eran las mañanas de Draco. Se preguntó acerca de lo que había dicho Timothy: “¿Y si Draco es diferente cuando salga?”.
¿Y sí?
Todo lo que Harry podía hacer era mantener la fe.
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...CONTINUARÁ...