Traducción: "Code Name L" de GallaPlacidia

Harry Potter - J. K. Rowling
M/M
G
Traducción: "Code Name L" de GallaPlacidia
Summary
Los aprendices en el Departamento de Misterios se mantienen bajo un hechizo de identidad oculta durante dos años. Harry ni siquiera sabe de quién se ha estado enamorando todo este tiempo. Está nervioso por La Revelación, pero en realidad, ¿Qué es lo peor que podría pasar?Con Draco Malfoy dañado, Harry Potter dañado, todos dañados. Además, ¡Espías e Intrigas!
Note
IMPORTANTE: La presente es una traducción del fanfic de GallaPlacidia “CODE NAME L” . Quien ha eliminado su cuenta en esta plataforma, así como todos sus fanfics, como una fan que ama su trabajo he decidido traducir sus fanfics al español para que sus fans de habla hispana podamos seguir disfrutando su trabajo. Nota de GallaPlacidia en la versión original: Me inspiré para escribir esto en parte por la estructuración del Departamento de Misterios en You, A Violent Desire de de Alpha_Exodus, así que, si te gusta ese aspecto de este fic, ¡Ve a leerlo! Es genialEste es un regalo para Tepre. ¿Le gustará? No sé. Vamos a averiguar.¡Únanse a mi boletín de newsletter.gallapod.com! Notas de la traductora: Enlaces de contacto a Gallaplacidia: Gallapod.podbean Y newsletter.gallapod Fanfics de Gallaplacidia Descargados La Portadautilizada en esta historia es una edición hecha por mí, utilizando una variedad de imágenes de internet. LA UTILIZACIÓN DE CADA IMAGEN ES SIN FINES DE LUCRO.
All Chapters Forward

CAPÍTULO 12

«——————————»

CAPÍTULO 12

«——————————»

 

Harry quemó la nota. Era incriminatorio, y no lo quería tirado por la casa.

 

Este era el tipo de hecho que Draco pensó que llevaría a Harry a llamarlo escoria Mortífaga. Pero Harry había estado lidiando con los casos de los Knutter a través de los Aurores durante años. Si Draco había matado a Anna, tenía que haber sido porque la alternativa era peor.

 

Sin embargo, había mentido al respecto cuando Harry le encontró en el almacén.

 

   —Buenos días —dijo Timothy, en la cocina.

 

   —Hey. ¿Has visto a Draco?

 

   —Está en la biblioteca.

 

   —¿Café? —ofreció a Harry.

 

   —Gracias.

 

   —¿De qué te hablo ayer? —preguntó Harry, mientras le entregaba a Timothy una taza. Timothy sacudió un hombro.

 

   —Solo, ya sabes, el señor Croome.

 

   —Ah, ¿Sí? ¿Qué dijo él?

 

Timothy tomó un sorbo de su café, lo dejó y se rio con su risa desesperada.

 

   —No sé, algo sobre dinámicas de poder desiguales y… no sé. Sin embargo, fue útil.

 

   —¿Útil cómo?

 

Timothy tamborileó con los dedos sobre la mesa.

 

   —Él entendía.

 

   —Porque él había pasado por eso —dijo Harry.

 

   —Sip, supongo —Timothy levantó la vista— Entonces, ¿Han vuelto a estar juntos?

 

   —No —dijo Harry.

 

Timothy suspiró.

 

   —Tu eres terrible. No puedo creer que voy a tener que ayudarte a cortejar a tu propio novio.

 

   —Él no es mi… no vamos a volver a estar juntos. Es demasiado desordenado. Hay demasiado equipaje.

 

   —Oh —dijo Timothy, con una sonrisa lenta— Entonces, ¿Todavía estás disponible?

 

   —Pensé que tenías algo con Erica —dijo Harry.

 

Timothy frunció los labios en una mueca tímida.

 

   —Todavía estoy mirando alrededor —dijo— Descubrir cuales son mis puntos de vista.

 

Harry se pasó una mano por la nuca.

 

   —Escucha, Timothy, no creo que debamos… otra vez.

 

Timothy se recostó en su silla.

 

   —Fue solo un poco de diversión —dijo.

 

   —Sí, bueno, no estoy en una situación como para tener un poco de diversión, en este momento.

 

   —¿No? —preguntó Timothy, inocentemente— ¿Solo buscas una relación seria conmigo? Es más pronto de lo que quería, Harry, pero me casaré contigo si insistes.

 

Harry le arrojó un paño de cocina.

 

   —Bien —dijo Timothy, riendo— Estás languideciendo por el viejo y sombrío Malfoy. No necesitó más explicación. Aunque creo que te estás rindiendo con él con bastante facilidad.

 

   —Él no ha tenido muchas opciones en la última… década —dijo Harry— Ahora que ha hecho una sobre mí, quiero respetarla.

 

   —Terriblemente noble de tu parte, y muy estúpido —dijo Timothy— Pero ¿Qué sé yo? Solo soy un dependiente de tienda.

 

   —Muy bueno, por lo que escuché. ¿Dónde está Draco, de todos modos? ¿Lo has visto?

 

   —Dijo que estaría en la biblioteca.

 

Harry le dio las gracias y se dirigió al piso de arriba. Pero la biblioteca estaba vacía. Draco tampoco estaba en su habitación cuando Harry llamó.

 

Perplejo, Harry fue a su estudio, donde encontró a Draco revisando los archivos de su caso para los Inefables. Los de alto secreto que Hermione le había estado enviando para mantenerlo al tanto de los ataques del Ministerio a los Knutters restantes.

 

Harry se congeló.

 

   —¿Qué estás haciendo aquí?

 

Draco rápidamente dejó los archivos que había estado mirando.

 

   —Estaba… ordenando —dijo.

 

   —Esos archivos son privados —dijo Harry.

 

   —No los estaba leyendo.

 

Harry le dio una mirada dura.

 

   —Solo estaba leyendo lo suficiente para poder averiguar cómo ordenarlos —corrigió Draco— Dijiste… en tu carta… que yo cuidaba de ti, y… y sé lo malo que eres archivando, y pensé que podría estar estresándote, así que pensé que solo…

 

   —¿Quieres un trago? —preguntó Harry, yendo a su carrito de bebidas.

 

   —Son las diez de la mañana —dijo Draco.

 

Harry sirvió dos whiskies.

 

   —Gracias —dijo Draco, mirando sombríamente su vaso mientras lo giraba. Se había hundido en la silla del escritorio. Harry se apoyó contra el escritorio, frente a Draco, sus piernas rozándose.

 

   —Me mentiste, en el almacén —dijo Harry— Dijiste que no la habías matado.

 

Draco se rio.

 

   —¿Cómo crees que habrías reaccionado si hubiera dicho la verdad?

 

   —Lamento que hayas tenido que matarla —dijo Harry.

 

Los ojos de Draco se dispararon hacia arriba para encontrarse con los suyos, había una pequeña arruga entre sus cejas.

 

   —La estaban torturando, ¿Verdad? —dijo Harry. Draco miró hacia debajo de nuevo.

 

   —Normalmente no interfiero. Sería demasiado… Severus nunca interfería, ya sabes. Hay que pensar a futuro en el juego. Pero ella era tan joven.

 

   —¿No les hizo sospechar?

 

Draco se rio de nuevo.

 

   —Por supuesto. ¿Por qué crees que me pusieron de servicio con ese hombre? Querían que demostrara mi valía. También fue aún más sospechoso cuando murió sin dolor. Tuve que adelantar todos mis planes de varios meses; fue un maldito desastre.

 

   —Lo siento.

 

Draco tomó un sorbo de su whisky.

 

   —Cosas malas suceden todo el tiempo. No vale la pena pensar en eso —dijo.

 

   —Creo que hiciste lo correcto —dijo Harry.

 

Draco lo miró.

 

   —¿Lo crees?

 

   —Sí. Quiero decir… ¿Supongo que no pudiste salvarla?

 

Draco miró hacia abajo.

 

   —Es… complicado. Pude haber... hecho algo… aunque, sinceramente, no sé qué tipo de calidad de vida habría tenido si la hubiera rescatado en ese momento… y habrían ido tras ella y su familia… y me habría expuesto, y no habría sido capaz de identificar al líder… pero, sí, puede haberla salvado.

 

   —No había muchas opciones —dijo Harry.

 

   —Pero una opción, de todos modos.

 

   —La mayoría de la gente no tiene que tomar ese tipo de decisiones —dijo Harry.

 

   —Eres terriblemente comprensivo, de repente.

 

   —Pensaste que estaría enojado contigo. Por eso firmaste la nota como “Malfoy”.

 

Draco dejó su bebida sobre el escritorio.

 

   —Sé honesto. ¿Cuál fue tu primer pensamiento cuando la leíste?

 

Harry dejó su bebida también y dejó que su pierna cayera más contra la de Draco.

 

   —La queme. No quería que cayera en las manos equivocadas y te metiera en problemas.

 

Draco lo miró con ojos claros y esperanzados.

 

   —No… no me mientas otra vez —dijo Harry— Odio que me mientan.

 

Draco bajó la cabeza.

 

   —No puedo prometer eso —dijo.

 

Harry esperó a que Draco explicará más, pero no lo hizo. Finalmente, Harry se puso de pie y se dirigió a la puerta.

 

   —Gracias por ordenar mi escritorio —dijo.

 

   —Tu carta fue horrible —dijo Draco.

 

   —Eh —dijo Harry.

 

   —Por supuesto que a la gente le importaba si morías. Deberías haber visto cómo reaccionó la gente cuando el Señor Oscuro te mató. Era como el fin del mundo.

 

   —Sé que la gente me ama, ahora —dijo Harry— Pero es como comer papas fritas cuando estás hambriento.

 

   —No entiendo.

 

   —Es… inestable. No hay… una solidez … todo se siente condicionado. Excepto por Hermione.

 

Draco hizo un sonido burlón.

 

   —Sí, ella es muy decente y digna de confianza, esa Hermione Granger.

 

   —Ella no sabía que el Departamento de Misterios se iba a volver contra ti de esa manera.

 

   —Ella sabía mucho cuando me hizo firmar mi contrato de Inefable sin leer la letra pequeña —escupió Draco.

 

   —¿Qué quieres decir?

 

   —Nada.

 

Harry pensó en su quinto año y en la lista maldita de nombres para el Ejercito de Dumbledore. La moralidad de Hermione parecía tener una vena despiadada, cuando se trataba de vincular contratos mágicos.

 

   —¿Dijo que tenías que infiltrarte?

 

Draco soltó una risa amarga.

 

   —Eso era lo de menos.

 

   —¿Qué…?

 

   —Azkaban. Si renunciaba.

 

   —¿Por… por cuánto tiempo?

 

   —De por vida.

 

Harry tragó.

 

   —¿Sabías? ¿Cuándo te dije que renunciaras?

 

Draco negó con la cabeza.

 

   —No. Te amo mucho, pero no habría sido capaz de renunciar si lo hubiera sabido. Seis meses fueron suficientes para conocer bien Azkaban.

 

El corazón de Harry había saltado incómodamente ante la forma casual en que Draco había dicho “Te amo mucho”. Pero L siempre había sido así; sencillo, generosamente afectuoso. Le venía naturalmente; probablemente porque había sido amado tan intensamente cuando era niño. Era su idioma nativo de una manera que nunca lo sería, para Harry.

 

   —Desearía no haber dicho… nada de eso —dijo Harry.

 

   —Pero lo hiciste —dijo Draco— Así que.

 

Harry no sabía cómo responder a eso, así que inclinó la cabeza, murmuró algo sobre terminar un libro y se fue.

.

.

.

...CONTINUARÁ...

Forward
Sign in to leave a review.