I can run, but I can't hide (From my family line)

Harry Potter - J. K. Rowling
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I can run, but I can't hide (From my family line)
Summary
Andrómeda siempre supo que las cosas que quería tenían un precio alto debido a quién era. También era consciente de que no podría tenerlo todo, por eso eligió entre las opciones que tenía para conformarse con una y pretender que la pérdida del resto no dolía.Su posición era demasiado precaria para permitirse ser ambiciosa, así que decidió cegarse a cualquier alternativa manipuladora, ella no sería como los demás Black. Por eso construyó una familia nueva, pero nunca pudo dejar de extrañar a sus hermanas y primos.Al final, fue una de las dos sobrevivientes de su familia, con su nieto huérfano y sin la energía necesaria para intentar reconciliarse con su hermana menor.En su lecho de muerte Andrómeda Black estaba siendo asechada por las dudas y arrepentimientos de una vida entera, segura de que tomo las decisiones correctas, pero sabiendo que los momentos de añoranza y amargura por lo que perdió nunca la dejaron.¿Si tuviera una segunda oportunidad de hacerlo todo sería capaz de cambiar las cosas?O Andrómeda Black vuelve al pasado después de morir con un millar de arrepentimientos, decidida a cambiar el futuro para salvar a la mayor cantidad de miembros de su familia posibles.
Note
Realmente no sé qué es esto o si vaya a continuar escribiendo las demás partes (tampoco creo que lo llegue a leer nadie, pero necesito poner esta obsesión en algún lado), fue una idea que llego a mi mente luego de ver un edit de las hermanas Black en Tiktok y que me dejo pensando ciertas cosas del fandom de la era de los merodeadores relacionadas a la representación y trato que se les da a las mujeres.Básicamente es mi debut delulu en un fandom donde 90% del contenido es fanon y la cosa se calienta de manera violente muy rápido y muy seguido si te gustan (o no) ciertos personajes o ships.Cabe aclarar que de continuar la mayoría, sino es que todos los personajes, van a comportarse de manera OOC (Out of Character/fuera de personaje), en guerra avisada no muere soldado (más o menos).Este es mi primer fanfic y la primera vez que escribo algo en años, perdón por las faltas de ortografía y la mala redacción.El link del edit en cuestión:https://www.tiktok.com/@lupinloon/video/7228642390842576170?lang=es Todos los derechos y créditos de los personajes y el mundo de Harry Potter le pertenecen J.K. Rowling, solo la trama de este fanfic y algunos OC son de mi autoría. Créditos a los respectivos autores de las imágenes usadas.
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De nuevos inicios y viejos rencores

Para Andrómeda siempre fue más fácil culpar a sus padres, al igual que a los demás los adultos de la familia Black, por la manera en la que sus primos, hermanas y ella misma terminaron arruinando sus vidas en un intento por sobrevivir la sombra del legado de la familia Black. Al final del día, si ellos no los hubieran roto desde el inicio, quizás habrían permanecido juntos por el resto de los días que les quedaran respectivamente, viviendo las largas y aburridas existencias que se merecían luego del caos en el que nacieron. Lastimosamente el destino, al igual que la muerte, era imparcial a la hora de repartir las cargas que cada individuo debía llevar, sin importar si este era capaz de aguantar el peso no.

 

Tanto ella como Sirius fueron incapaces de cargar con el peso puesto sobre ellos, dejando que Narcissa y Regulus quedaran casi aplastados por el peso colectivo de sus propias obligaciones, así como el lastre de los errores ajenos. No se arrepentía del todo de escoger salir de su casa para poder vivir su vida con Ted, al igual que Sirius no lo hizo por huir con los Potter. No lo culpaba y no se culpaba del todo, porque sabía que cualquiera de su generación habría tomado la oportunidad de salir de Grimmauld Place y comenzar de nuevo en otro lugar.

 

Sin importar cuanto tiempo pasara, seguía sintiendo la bilis subir por su garganta cada vez que recordaba que Narcissa posiblemente acabaría por cubrir su ausencia en el matrimonio concertado para ella por sus padres. No era su responsabilidad quedarse y arreglar todo lo que estaba mal en la casa Black, tampoco era probable que lograra hacerlo de haberse quedado, pero no podía evitar sentirse culpable al recordar como esquivo esa bala solo para que esta impactara de lleno a Cissy, la pequeña niña que siempre fue más suya y de Bella que de sus padres. Con el tiempo comprendió lo que le pasaba, ‘culpa del sobreviviente’ lo había llamado Ted, casi le arranco la cabeza del cuerpo a su pobre marido por haberse atrevido a sugerir que eso podría estarle pasando a ella. En ese momento todavía se encontraba sumergida en su nube de auto engaño, queriendo parecer indiferente al dolor que le provoco dejar a su familia, negándose a mostrar cualquier signo de debilidad, aun cuando sabía que quedarse no era una opción, no si quería sobrevivir.

 

A veces intentaba consolarse con el pensamiento de que sus hermanas también lograron hacerse su propio camino de cierta manera, una menos desastrosa y definitiva que la suya, pero no menos eficiente, a decir verdad. Cissy se volvió parte de los Malfoy mientras que Bella se casó con Rodolphus, pero se dedicó a servir a Voldemort como si su vida dependiera de complacerlo. La desazón nunca se iba del todo, nunca lo haría, porque era consciente de que las tres escaparon de las garras de los Black solo para caer en las de dos desquiciados que se encontraban desconectados de la realidad y que tomaron posesión de la lealtad propia o la de sus seres queridos, atándolas nuevamente a deberes y sacrificios no deseados dentro de una guerra que nunca termino realmente. Puede que sus hermanas no fueran títeres o simples rehenes de sus respectivos esposos o “señores”, ellas eran mas fuertes que eso, pero aun así pasaron de una jaula a otra de su propia elección, lo cual no era mejor. No que ella pudiera comentar mucho al respecto sabiendo la correa que Dumbledore les puso a ella, a Sirius y a Ted con su dichosa actitud caritativa.

 

Ninguno de esos dolores psicológicos que experimento durante su vida, que en ocasiones parecían ser un veneno potente que le provocaba malestar físico, se podía comparar a lo que estaba sintiendo en este momento. Este nivel y tipo de aflicción era realmente diferente, podía sentir como el dolor en su núcleo mágico se hacía cada vez más intenso al recobrar la conciencia. Era como si su cuerpo entero estuviera siendo comprimido en un espacio muy pequeño para ella, sentía incomodidad, pesadez y como un calor sofocante la envolvía por completo por lo que pareció una eternidad, hasta que despareció repentinamente y pudo sentir como sus pulmones se llenaban de aire otra vez. Intento mantenerse serena y no llorar por unos segundos, sin mucho éxito, al creerse devuelta en la residencia Tonks. No quería abrir los ojos y encontrarse devuelta en su solitaria vejez. Eventualmente tuvo que mirar a sus alrededores cuando sintió como su cuerpo era alzado y movido de un lugar a otro con facilidad, demasiada facilidad.

 

No sabía si encontrarse con una habitación llena de mujeres que lucían como familiares lejanas suyas que no había visto en décadas era una mala señal o no, especialmente cuando no entendía que pasaba con su cuerpo y se sentía vulnerable al no poder coordinar sus movimientos ni poder parar de llorar de manera desesperada. No sabía qué hacer con la vergüenza que tenía al encontrarse en tan deplorable situación, nunca en su vida se había permitido llorar de esa manera, ni siquiera con la muerte de su primo, su marido o su hija.

 

Cuando por fin fue colocada en un lugar firme, con un par de brazos que la apretaban fuertemente, como queriendo sofocarla fuera del plano existencial en el que se encontraban, no pudo más que gritar y llorar con más fuerza debido al creciente dolor. Las lágrimas difuminaban todo a su alrededor, pero lo más importante fue finalmente procesado por su exhausto cerebro, era una bebé.

 

¡¿Cómo mierda se supone que arregle lo que le paso a su familia siendo una jodida bebé recién nacida que no puede ni siquiera hablar?!

 

Lo que sea que la envió al pasado la había estafado, esta era la broma más macabra  y cruel que el destino, la magia o los dioses pudieron haberle hecho. Dejarla en tal estado de vulnerabilidad ante los agresores que ya la habían lastimado miles de veces en el pasado era demasiado. De esta manera no podría hacer nada más que ver como las cosas volvían a repetirse y su familia se iba directo a la extinción por las malas decisiones de los adultos involucrados, mientras que ella estaba demasiado rota para hacer algo al respecto.

 

Esto no es lo que esperaba, pensó que tal vez la enviarían a sus años en Hogwarts no al momento en el que todo comenzó a torcerse en su vida, a su maldito nacimiento. No quería volver a escuchar los gritos propios y ajenos llenar las habitaciones de la casa familiar en Londres. No quería tener que volver a limpiar sangre de la piel de su familia ni mentirles acerca de cómo la vida adulta era complicada y peligrosa. Que era debido a esto que la manera de amar y guiarlos por la vida que tenían sus padres era tan estricta e inflexible, que todo lo que pasaba era un intento por protegerlos de todo lo que estaba fuera de la seguridad de la familia Black.

 

Ser cargada por su madre, con su eterna cara de desprecio hacia ella y todas sus demás hijas la hizo llorar aún más fuerte que la experiencia de haber vuelto a nacer con su conciencia adulta y sin ninguna posibilidad de defenderse del dolor que tenía por delante. Que la pasarán de manera rápida y torpe a los brazos de la jodida Walburga Black casi hace que reviente sus cuerdas vocales por el llanto descomunal que salía de su pequeña boca, esa era la mujer que mato a sus dos primos sin remordimiento alguno, solo por ser una madre terrible.

 

Pudo sentir como su magia comenzó a responder de manera instintiva a su angustia, sacudiendo muebles y agrietando las paredes del lugar hasta que su tía dibujó unas runas en su frente que la obligaron a calmarse por su efecto sedante. Podía sentir como la mujer se dedicaba a recitar hechizos antiquísimos y a trazar más runas sobre su piel con sangre, como era la costumbre de la familia Black con sus recién nacidos. Esto, según le explicaron en su primera vida, era para estabilizar al recién nacido y protegerle, pues dejarlos desprovistos de alguna defensa era estúpido si tomaban en cuenta la cantidad de enemigos y aliados envidiosos que tenían.

 

Al estar más estable le fue posible distinguir de manera leve los murmullos de preocupación mezclados con alivio, la preocupación porque su llanto y muestras de magia accidental a tan corta edad eran peligrosos. Y alivio porque fuera una bebé sana, otro fracaso para su madre y padre en el sentido general, pero un nuevo peón para la familia Black.

 

Comenzó a mover sus manos de manera errática intentando comunicar su descontento con Walburga siendo quién la sostenía, quería que alguien más que no la hubiera arruinado o lastimado en su anterior vida lo hiciera. Pero eso no era posible, no teniendo en cuenta que todos en la casa Black la habían lastimado alguna vez y que aquellos a los que podría perdonar no nacerían hasta dentro de varios años.

 

Orión siempre fue más un adorno en la pared dentro de Grimmauld Place que un hombre o miembro de la familia, podría estar repleto de poder al ser heredero de la casa y próximo Lord Black, pero siempre se mantuvo al margen de todo, siendo demasiado débil para hacerle frente a propia esposa y cuñados.

 

Cygnus no se dignaría a venir a revisar el estado de su esposa e hija ahora que le confirmaron que era una niña, nada por debajo de su esperado heredero varón era digno de su atención. A menos que fueran sus vicios y amantes clandestinas que el resto de la familia pretendía no notar. Ahora en vez de sentir pena por su padre y sus ilusiones inalcanzables sentía una suerte de satisfacción enfermiza al saber que su tan esperado heredero nunca le seria dado.

 

Su abuelo Pollux junto con Melania y Arcturus posiblemente no estuvieran cerca, aunque de estarlo tampoco harían mucha diferencia. Pollux era un desalmado y sádico que junto con su esposa Irma moldeo dos monstruos a su imagen y semejanza en su hija mayor e hijo menor. Ambos eran igual de terribles con sus familias que como él lo fue con ellos. Melania y Arcturus posiblemente no tendrían mucho interés en ella al no ser de su rama de la familia, seguramente solo ofrecerían felicitaciones falsas a su madre y mirarían a Walburga con decepción, como haciéndole saber que estaba tardando mucho en poder parir un heredero para la familia. Lo cual, para desgracia de la pareja, aún estaba muy lejos de ocurrir, pues su diferencia de edad con Sirius era de al menos seis años.

 

La única de su generación que estaba viva en este preciso momento era su hermana Bellatrix, pero ella posiblemente no tendría interés alguno en su odiosa nueva hermana, que solo venía a añadir problemas a su ya complicada vida. La misma Bella le había confesado en su adolescencia que sentía culpa por no haberlas amado a ella y Narcissa desde que supo que venían en camino, pero le era imposible cuando la amenaza de ser dejada de lado se balanceaba sobre su cabeza, en especial si su madre lograba tener al varón que su padre tanto anhelaba.

 

Ella misma tampoco sentía muchos deseos de verse cara a cara con su hermana mayor, por mucho que extrañara a la versión de ella que tuvo en su niñez, la Bella de su etapa adulta le había robado demasiado. Casi se lo llevo todo y lo peor del caso era saber que, de haber podido, lo habría hecho. Bellatrix nunca lidio muy bien con el rechazo o el abandono y Andy la había dejado por alguien que ella consideraba inferior en todos los aspectos imaginables.

 

“Tía, ¿por qué llora tanto mi hermana?, ¿está enferma?”

 

Una versión demasiado inocente y joven de la voz de Bella se hizo espacio entre los cuchicheos y burlas mal disimuladas que abundaban en la habitación. Era chocante escuchar una curiosidad tan pura e inofensiva viniendo de la que sería la mejor y más violenta terrateniente de Voldemort.

 

“No, Bella, todo está bien con Andrómeda, es solo que parece algo estresada y posiblemente esta hambrienta.”

 

La tensión que Walburga sentía se hizo evidente en su tono, pero no en la manera en la que sostenía o miraba a Andrómeda, que no se atrevía a despegar sus ojos de la pelinegra en caso de que esta quisiera hacerle algo más que no fueran los rituales de protección.

 

“¿Puedo verla? Mamá dijo que no podía cargarla porque seguramente la dejaría caer y la mataría.”

 

Los músculos del cuello de la mujer se tensaron de manera abrupta ante las palabras de Bellatrix y le dirigió una sonrisa de manera forzada y poco entusiasta a la niña que estaba cerca de ella, esperando el permiso para acercarse a su tía para ver la nueva adicción a la familia.

 

“Druella exagera, ven, siéntate aquí y acomoda tus brazos bien para que apoyes el peso en tu cuerpo y puedas sostenerla mejor.”

 

Cuando fue dejada en los brazos de su hermana mayor volvió a chillar, esta vez de manera estridente nada más abrir su boca. Ver los ojos azules de su madre en un rostro similar al de Walburga, con el cabello incontrolable de los Black la hizo removerse incomoda, posiblemente nunca podría mirar a su hermana sin ver a los adultos que las arruinaron, pero al menos haría el intento de buscar las diferencias en el mar de similitudes que Bella compartía con sus otros familiares, estas que la hacían ella misma y no una calca ajena. Para eso le sería útil la imagen mental de la mujer adulta que fue en su pasado, pues esta era la misma niña que se convertiría en una loca trastornada que asesinaría y torturaría a todos aquellos que no mostrarán el mismo nivel ridículo de devoción que ella por Voldemort.

 

La misma mujer que le arrebató a Sirius, Ted y a su única hija, su preciosa Nymphadora, dejando a Teddy huérfano, todo antes de forzar su mano y morir en el mismo día que su desgraciado y grotesco amo.

 

Las lágrimas estaban quemando su visión al verla tan inocente, feliz y, por sobre todo, cuerda. En este momento no es la mortífaga despiadada que murió por una causa podrida, sino la pequeña y amable Bella que la ayudó a aprender a leer, que le enseñó a domar su cabello rebelde y con la que crío a su hermanita menor hasta que se separaron para seguir el camino que las llevaría a la eventual miseria, que parecía ser inevitable para las mujeres de su sangre.

 

La misma Bella que tomaba la mayor parte de los castigos y decía que no eran gran cosa. Que robaba postres y comida para ellas cuando sus padres las dejaban sin comer. La que limpiaba los desastres o se adjudicaba la culpa para salvarlas de estar en el extremo receptor de la ira de Cygnus y Druella.

 

Su ligeramente desquiciada hermana, que siempre sería un cargamento de pólvora encendido en una sala llena de delicados ornamentos de cristal. La misma que amaba de la manera absoluta y completamente dependiente y posesiva de los Black, que se dejó ir en la locura y obsesión de su sangre, atándose de por vida a un falso Lord que no daría un centavo por ella. La misma Bella que dormía con ella y Narcissa para evitar las pesadillas o disimular las discusiones de sus padres.

 

Esta niña que ahora la sostenía como si fuera lo más preciado del universo aún tenía salvación. Por todo lo que había hecho por ella al inicio de su primera vida, ahora era Andrómeda quien le debía el tratar de darle una mejor vida y eso haría. Después de todo, Bella siempre le recordó que tenía una mente débil y un corazón demasiado blando que la hacían cometer errores debido a lo idealista que eso la volvía, su hermana mayor siempre tuvo razón en esto en particular.

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