
09
Otto observo al rey, quien estaba mejor que en años atrás con respecto a su salud, habían pasado tres lunas desde su tan milagrosa recuperación. Atrás había quedado el rey demacrado a un pie del sepelio. A pesar de la ausencia casi total de uno de sus brazos, el rey estaba más fuerte que en años, su cabello había vuelto a crecer,
Estaban en el solar del rey, este lo había mandado a llamar y ahora aquí estaba, esperando que el rey hablara. Finalmente, después de un momento el rey rompió el silencio.
--Desde mi recuperación, eh estado pensando, estar al borde de la muerte me hizo reflexionar en los errores que eh cometido a lo largo de mi vida. –suspiro con tristeza. —La casa Targaryen ahora mismo está dividida, no soy ciego. Escucho los rumores sobre Rhaenyra, escucho los rumores sobre Aegon. ¿Qué pasara después de mi muerte si dejo que esto continúe?
--Nadie puede ver el futuro mi rey. —dijo Otto con simpatía, aunque el ceño fruncido en su rostro decía otra cosa.
--No es necesario que vea el futuro para darme cuenta de lo que pasara cuando pase de este mundo. –espeto Viserys. – Siempre has querido que Aegon sea el príncipe heredero, pero él no es digno del trono.
¿Pero tu hija, quien ha engendrado no uno si no tres bastardos que hace pasar por príncipes, si lo es?, pensó Otto con desdén e ira fría.
--Y tampoco creo que Rhaenyra lo sea. amo a mi hija, pero no soy ajeno a sus fallas. Por eso eh tomado una decisión. –dijo con firmeza y extendió un trozo de papel hacia su Lord Mano, quien lo tomo entre sus manos.
De inmediato, Otto comenzó a leer el contenido de aquella carta y mientras más leía más sentía que crecía su furia e indignación. Miro a su rey, luciendo incrédulo.
--Su Gracia esto es…
--Esa es mi palabra. Eh decidido que tanto Rhaenyra como Aegon no gobernaran después de mi muerte. Mi nieto Jacaerys Velaryon, tomará el nombre Targaryen y será mi heredero, con suerte se podrá moldear para ser el rey que este reino necesita, que la casa Targaryen necesita.
--Su gracia, el reino no aceptara esto…es…
--El reino lo aceptara. ¿o acaso han olvidado a quien sirven? ¿así como tú? tu deber no es cuestionarme, es ayudarme y dar consejo cuando se te pida y aun así yo decidiré si seguirlo o no.
El Hightower apretó los dientes, e hizo una reverencia.
--Como usted ordene, Su Gracia.
Viserys suspiro.
--No busco ofenderte, lord mano. Busco lo mejor para el reino y mi familia. Hare la declaración oficial en dos días a partir de hoy.
Cuando Otto Hightower salió del solar del rey más tarde, sintió una ira e indignación arder dentro de él, lista para salir, sin embargo, mantuvo la calma.
¡Me deshonras a mí, a mi hija, a los mismos dioses!, pensó iracundo, nadie aceptara un bastardo como rey, los Targaryen han cometido muchos desaires contra los dioses, contra estos reinos.
Mientras más caminaba por los pasillos, más se daba cuenta de que debía acelerar sus planes.
Todo su mundo era borroso, Aemond apenas podía mantenerse de pie, a los lejos escuchaba los chillidos de lamento de Vhagar, a través de su conexión con su dragón, sintió el dolor de su montura, la ira, la rabia…la impotencia.
Mismos sentimientos que el experimentaba en esos momentos.
Sintió un golpe en su costado, lo cual lo saco de balance y lo hizo caer en el suelo, trato de levantarse, a pesar de la bruma de dolor, pero sintió un peso en su pecho que le impidió levantarse.
--Aquí está el bastardo, al parecer sobrevivió a la caída. —escucho decir a una voz masculina.
--Es como una cucaracha, al principio es difícil de matar, pero si pisas lo suficientemente fuerte…
Aemond sintió el peso en su pecho presionar con más fuerza haciendo que su respiración sea más dificultosa.
--¿Y este es el hombre con quienes esas alimañas esperaba que me casase?
--Tenga cuidado, su alteza. ¿No lo quiere matar por accidente, ¿verdad?
Entonces todo se volvió oscuro para Aemond.
Lily observo el dragón caído en las costas de Rocadragón, Vhagar era una vista impresionante aun muerta, era una lástima, ahora de los tres dragones con los que se conquistó Westeros solo queda Balerion.
Mi padre tenia razón. Pensó la princesa de Albion, su padre había previsto que serían visitados tal vez con intenciones hostiles y Aemond era todo menos pacifico con sus intenciones, o al menos eso pensó.
No cometeré el mismo error. Pensó la princesa, recordando con impotencia la muerte de su segunda madre. Le falle a ella, le falle a padre y a Viserra. Si tan solo…
Pensar en lo que hubiera pasado si, no hará nada más que hacerte daño hija, aprende de tus errores, así como yo aprenderé de los míos.
--Un ciervo de plata por tus pensamientos, Su Alteza. —escucho una voz a sus espaldas, giro y observo a Ser Laenor acercarse.
--Ser Laenor. —saludo Lily.
--Su Alteza. ¿Gran victoria la de hoy, no cree? —él dijo.
--Una victoria vacía, es una lástima. —replico la princesa con desgana.
--Sin embargo, una victoria aun—dijo y Lily noto cierta mirada de tristeza en Velaryon. –Esta fue la montura de mi hermana, ahora ella está muerta al igual que su dragón.
Hubo un momento de silencio, solo siendo roto por el sonido de las olas.
--Ser Laenor, si me permite preguntar—Laenor asintió. —Tus padres…ellos murieron, mi familia fue responsable de sus muertes y aun así…
Laenor dio un largo suspiro.
--Ame a mis padres, amo a mi familia. Pero no soy ciego a sus fallas. —se detuvo por un momento, apreciando el mar.—Ellos decidieron pelear contra tu padre y murieron ¿Y por qué? ¿Por defender a un Matasangre y asesinos de niños? Me dolió la muerte de Lucerys cuando me entere…pero hacer tal abominación en represalia, ¿a su propio sobrino nieto? Mis padres eligieron y se equivocaron, al menos conseguí que el rey Hadryon tuviera misericordia de mis hijos y de mis sobrinas.
--Tu familia te llama traidor ¿No te molesta?
--¿Siguen vivos no? —pregunto en cambio. —Cuando llegué a Albion con Joffrey, le pedí asilo a tu padre en sus tierras. Él no me juzgo, me dio la bienvenida y una oportunidad. Sé que no estoy libre de pecados, abandoné a mi familia, me hice pasar por muerto y no me arrepiento en lo absoluto...
Más tarde ese mismo día, Lily se encontró frente la puerta de la habitación en la que se encontraba la Ex princesa de Rocadragón, los guardias avisaron a su prima de su visita y ella entro en la habitación.
La princesa Rhaenyra sin duda había visto días mejores. Tenía ojeras y se notaba que había estado llorando. Ambas primas se pararon una frente a la otra, un guardia vigilando de cerca.
--Prima. —Lily fue la primera en hablar. --¿Cómo has estado?
--Escuche un estruendo afuera… ¿Qué sucedió?
Ella fue directo al punto, eso casi le hiso sonreír.
--Tuvimos una visita inesperada…--dijo Lily—Ahora el cuerpo de Vhagar adorna la costa y tu hermano Aemond es prisionero.
El nombre pareció tocar un nervio en su prima.
El asesino de su hijo y ella están en el mismo castillo, ambos prisioneros. Pensó Lily, encontrando cierta ironía en la situación.
--¿Has, han derribado a Aemond y a su dragón? —cuestiono, incrédula, pero una mirada de rabia e ira invadió su rostro--Ese bastardo merece la muerte—mascullo Rhaenyra, sus ojos ardiendo con furia.
--Aemond será enjuiciado cuando termine la guerra, al igual que Daemon Targaryen y tú. —Lily hablo con tranquilidad. —Pero no es por eso que estoy aquí.
Lily hizo un gesto a los guardias.
--Ellos te escoltaran hasta las habitaciones de tus hijos y tus hijastras. —informo, Rhaenyra se animó ante eso. ---Jacaerys ya está recuperándose de sus heridas. Tal y como prometió mi padre, ellos no sufrirán daño alguno.
Con eso dicho, se dio la vuelta.
--No malinterpretes nuestra piedad con debilidad. —dijo fríamente la princesa de Albion. —Has una estupidez y morirán.
Desembarco del Rey no ha cambiado nada, pensó Alyssa quien caminaba junto a su esposo mientras eran guiados por la guardia de la ciudad y escoltados por su propia guardia real que habían traído de Rocadragón.
Para disgusto de Alyssa, fueron recibido por Otto Hightower, quien los saludo con cortesía fingida.
--Es un honor tenerlos en la Fortaleza Roja, sus altezas…
--No estamos aquí para escuchar tus falsas cortesías. –corto Hadryon rápidamente—No perdamos el tiempo en fanfarrias y vayamos a ver a tu rey.
Alyssa observo como la alimaña, como lo llamaba ella, apretaba los dientes.
--Muy bien, si pueden seguirme…
El trayecto fue silencioso, silencioso hasta que la alimaña de Otto hablo.
--Fue sorprendente cuando llegaron los mensajes sobre su victoria en Rocadragón, rey Hadryon. —En estos días no se habla de nada más.
--No hay nada sorprendente, ellos atacaron, contraataque y gane. —fue la simple repuesta de Hadryon.
--No hay duda de ello, su alteza. —respondió Otto—Pero aun es impresionante.
Alyssa noto que ahora la atención de la mano del rey estaba en ella.
--Reina Alyssa. Usted era m cercana a su sobrina, la princesa Rhaenyra cuando aun residía en la fortaleza. ¿Hay algún remordimiento en lo que paso?
Alyssa entrecerró los ojos, respondiendo de forma fría.
--Es como dijo mi esposo. Ellos atacaron, nosotros respondimos. —espeto—Solo hubiera querido que las cosas fueran distintas. Pero aquellos que lastimen o atenten contra mi familia, no quedaran impunes, Ser Hightower.
Para crédito de la alimaña, no mostro alguna expresión debido a la amenaza implícita en sus palabras. Llegaron al salón del trono poco después, las grandes puertas se abrieron y ellos ingresaron.
Su sobrino, Aegon Targaryen estaba sentado en el trono que alguna vez su hermano Viserys ocupo. A su lado estaba su madre, la reina viuda Alicent Hightower, luciendo regia como siempre.
Érase una vez que ella, Rhaenyra y Alyssa eran amigas, o al menos eso creyó. Ahora solo la podía mirar con desdén.
La ausencia de la reina, Helaena y su hermano Aemon eran bastante notorias.
--Estas en presencia de Aegon de la Casa Targaryen, segundo con el nombre, rey de los Andals, lo Rhoynar y los Primeros Hombres, señor de los siete reinos, protector del reino y de la Fe. el dragón dorado.
--Ante ustedes esta, Hadryon de la Casa Peverell, primero con el nombre, rey de Albion, señor del Mar Angosto, conquistador de los Peldaños de Piedra, el Asesino de Dragones.
Cuando el heraldo termino de anunciar, ambos monarcas se miraron.
--Rey Aegon.
--Rey Hadryon.
--La última vez que estuve aquí, tu padre se sentaba en el trono y Rhaenyra, tu hermana era su heredera. —dijo con tranquilidad Hadryon.
Alyssa noto como Alicent trataba de ocultar una mueca ante la mención de su difunto esposo y su hijastra.
--Bueno, tío. Las cosas cambian, el tiempo pasa y las verdades salen a la luz.
--Al igual que las traiciones. —Hadryon espeto. —No eh podido evitar notar la notoria ausencia del príncipe Aemond. Dígame, su alteza ¿Le ha encomendado algún recado especial?
Aegon se tensó y entrecerró los ojos, Alicent se notaba igual de nerviosa.
--Mi hermano, desafortunadamente tuvo que salir de emergencia a Antigua. —explico el rey Aegon.
Alyssa dudaba mucho que aquello fuera verdad, Hadryon se mostró tranquilo ante la respuesta.
--Esperemos por su bien, que así sea. —dijo. Aegon quiso decir algo, pero Hadryon se adelantó. —Ahora, porque mejor no vamos al punto de todo esto. Tengo muchas responsabilidades que atender.
Aegon asintió rígidamente.
--Debo expresar mi agradecimiento, has derrotado a mi hermana Rhaenyra y frustrado su intento de usurpación. Por eso tienes mi agradecimiento. –Aegon suspiro—Sin embargo, tenemos que discutir los arreglos respecto a sus prisioneros. Rhaenyra Targaryen y Daemon Targaryen más específicamente, junto a sus hijos deben ser traídos a Desembarco del Rey para su juicio por traición a la corona.
Alyssa solo pudo suspira, Hadryon simplemente sonrió.
--La verdad, sobrino. No tenía por qué venir a tu ciudad en primer lugar, no tienes ningún poder sobre mí. Pero vine porque quiero dejar en claro varios puntos, así como una vez lo hice con tu padre, mi hermano. —se detuvo, mirando a la expectante e indignada audiencia. – No tienes ninguna autoridad sobre mis prisioneros. ¡Yo seré quien los juzgue por sus crimines, no tú! ¡Me importa una mierda que seas el rey de los Siete Reinos, no te atrevas a exigirme nada!
Aegon bramó furioso.
--¡Daemon Targaryen asesino a mi hijo! —exclamo--¡Y será juzgado aquí! No solo eso, entregaras Rocadragón a la corona y volverás a tus malditas islas.
Hadryon negó.
--Puedes tener Rocadragón, no me importa esa maldita isla. Pero todo lo demás no.
Entonces Hadryon de repente se tensó, luego su expresión se transformó en una de ira.
--Rey Aegon. –hablo Hadryon, con voz sombría. —Al parecer tu hermano ha estado ocupado. Desafortunadamente para ti, hizo algo muy estúpido.
Hadryon entonces miro a Alyssa.
--Volvemos a Rocadragón de inmediato.
Con eso ambos se apresuraron a darse la vuelta y se dirigieron a la entrada.
--¡No te atrevas a darme la espalda! —exclamo Aegon. —Guardias, no dejen que salgan.
Ante la orden de su rey los guardias reales se apresuraron a cumplir sus órdenes.
Los guardias impidieron el paso del Hadryon y Alyssa, ambos fueron rodeados, su propia escolta desenfundo sus espadas. Hadryon negó mientras soltaba un largo suspiro. Las miradas de Aegon y Hadryon se cruzaron.
--¿Estás seguro de que quieres hace esto, Aegon?
--Por favor Aegon, piensa las cosas con más calma esto…--Alyssa escucho a la reina madre suplicar a su hijo, pero este la ignoro.
La siguiente pregunta de Aegon, tomo por sorpresa a Alyssa.
--Te lo preguntare solo una vez, dónde está mi esposa—pregunto con ira. --¿¡Donde esta Helaena!?
Fin del capitulo