Inevitability

02

Hadryon Warters había nacido en una noche de tormenta en el año de 86 d.C. Nació en una casa humilde en la isla de Rocadragón, días después del nacimiento de este, su madre, una plebeya se había presentado ante el príncipe Baelon diciéndole que era su hijo. Baelon la había reconocido y a pesar de la coloración del bebe, había reconocido al niño como suyo. Cabe destacar que cuando el rey y la reina se enteraron, estaban disgustados de que su hijo engendrara un bastardo, el rey más que su esposa.

A pesar de que el príncipe reconoció al bebe como suyo, poco hizo la diferencia, el niño se crio en Rocadragón, teniendo pocas interacciones con sus hermanos ya que estos mayormente se la pasaban en la capital. Los años pasaron y Hadryon creció, siendo ignorado por su padre y sus hermanos. La única que mostro algo de interés en él fue su abuela la reina Alyssane, los demás hacían la vista gorda de él.

No obstante, no pudieron ignorarlo más cuando Hadryon reclamo al Terror Negro, Balerion como su montura….

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Las negociaciones con el banco de hierro habían sido exitosas. Fue un poco difícil, pero Hadryon siempre había tenido el poder de convencimiento de su lado, eso, y unas cuantas compulsiones con su magia, hicieron el truco.

Al principio, en sus primeros años de vida, los recuerdos como Harry Potter eran confusos, sin embargo, con el tiempo se fueron aclarando y eventualmente recupero todos sus recuerdos y su magia.

Había resultado un poco complicado dominarla nuevamente, pero lo hizo, fue una buena ventaja que en su anterior vida hubiera aprendido a usar magia sin varita y el conocimiento que había adquirido en su larga vida como Harry Potter sería de gran ayuda.

Ahora, era momento de ponerse manos a la obra, el levantamiento de un reino no se haría solo. Primero tenía que preparar el terreno, luego levantar la edificación. Le llevaría tiempo, pero eventualmente Hadryon haría de este lugar un reino prospero.

Albion se levantaría.

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Desde el lomo de su dragón, Alyssa ya podía distinguir el reino de su hermano menor.

Increíble…esto sin duda es otra cosa.

Una enorme torre alzaba en el medio de la capital del reino de Albion, en la costa pudo divisar lo que creía era la fuerza naval de Albion. Noto edificaciones a lo largo de la isla, un gran muro que envolvía a la ciudad.

Nadie sabía cómo Hadryon lo había logrado, pero en pocas lunas había levantado su reino, pronto la gente comenzó a llegar de varios rincones del mundo conocido y Hadryon los recibió, siempre y cuando acataran las leyes de la ciudad. Alyssa le preguntaría como lo había hecho una vez que se encontrara cara a cara con él.

Fue recibida por su tía y buena hermana, Gael Targaryen, quien la recibió con una sonrisa y un cálido abrazo. Le ordeno a su dragón que fuera a cazar.

--Bueno, querida sobrina, creo que tenemos mucho de lo que hablar. —fue lo que dijo la reina, mirándola fijamente, Alyssa trago saliva.

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Pocos días después de que se supiera la noticia del matrimonio del rey Hadryon con su hermana, Alyssa Targaryen a quien tomo como segunda esposa, el rey, la Fe y, sobre todo, Daemon Targaryen, estaban furiosos.

El rey Viserys sin dudar envió un cuervo al reino de Albion, exigiendo la devolución de su hermana y a instancias de la Fe, también le informo que su matrimonio no sería reconocido a los ojos de los dioses y la corona tampoco lo reconocería. Incluso, el rey quien era conocido por ser un pacifista, amenazo con ir a la guerra si no devolvía a la princesa Alyssa.

La respuesta del Rey Hadryon fue acudir el mismo a la capital de los Siete Reinos. La sombra de Balerion cubrió la Fortaleza Roja, un rugido ensordecedor anuncio la llegada del rey Hadryan Warters a la capital.

Rey y rey se enfrentaron en el salón del trono, insultos y amenazas salieron de los labios del rey Viserys, en cambio Hadryon se mantuvo inmutable, con una mirada fría hacia su hermano.

Bastaron unas cuantas palabras para que el rey Viserys perdiera por completo la calma e indicara a sus guardias reales que apresaran a Hadryon por cargos de traición.

Pero antes que lo supieran, los guardias habían caído inertes al suelo, con solo un gesto de la mano del rey de Albion….

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Con pasos firmes, Hadryon camino a través de los pasillos de la Fortaleza Roja. Sus ojos, uno verde y el otro violeta brillaban con furia. Pronto las grandes puertas del salón del trono estuvieron frente el, sin anunciarse, las puertas se abrieron, permitiéndole el paso.

Allí, sentado en el trono de hierro se encontraba Viserys Targaryen, quien tenía puesta la corona del conquistado y la espada fuego oscuro en sus manos. Al lado de él, se encontraba su hija y por lo que sabía, su heredera.

--No sé si eres muy valiente o muy tonto al presentarte aquí, hermano. —la última palabra fue pronunciada con mucho veneno. —Supongo que, si estás aquí, es porque has recapacitado…pero debido a la ausencia de mi hermana, no estoy tan seguro.

--No vine hasta aquí para ceder a tus demandas. Vine a advertirte.

Ante las palabras fría de Hadryon, los guardias reales se llevaron las manos a las empuñaduras de sus espadas, pero un gesto de su rey hizo que retrocedieran.

--¿Advertirme? Creo que no te encuentras en la posición de hacer tal cosa.

--Nadie me amenaza, Viserys y aquellos que se atreven pagan el precio.

--¡Me hablaras con respeto! —rugió el rey—No me importa que te creas tú mismo un rey, no me importa que gobiernes esas malditas islas, siempre serás inferior ante el Trono de Hierro.

Hadryon se burló.

--Y tú, rey Viserys, te crees a ti mismo, un rey? Siempre feliz por complacer, siempre tan débil, tan fácil de manipular…

--¡Suficiente! —furioso exclamo el rey, las palabras de Hadryon se escucharon tan parecidas a las que les habia dicho Daemon antes de su exilio—Quería ser suave contigo, quería dejarte gobernar esas mugrientas islas, en cambio te daré mis nuevos términos. Primero, a partir de ahora ya no serás conocido como el rey de Albion, este mismo pasara al dominio de la corona, devolverás a la princesa Alyssa Targaryen y tu matrimonio con nuestra tía, la princesa Gael Targaryen quedara disuelto, negarse a tales términos te catalogara como un traidor al reino y serás castigado severamente.

Hubo un momento de silencio cuando el rey termino de hablar, todos se encontraban atónitos, otros como Otto se encontraban complacido.

Rhaenyra observo a su padre con la boca abierta, no creyendo las palabras que salían de su boca, aunque rápidamente recupero la compostura.

En cambio, Hadryon no pudo evitar la carcajada que surgió de su boca, esa carcajada se transformó en un ataque de risa. Irritado y furioso, el rey exclamo a sus guardias.

--¡Arréstenlo! Veremos si le causa risa una estancia en las celdas negras.

Rápidamente, los guardias reales obedecieron sus órdenes y se adelantaron a cumplirlas.  Hadryon, quien había dejado reír, miro a los guardias que se acercaban con aburrimiento, antes que pudieran estar muy cerca de él, de repente, ambos guardias sintieron como no se podían mover, trataron con todas sus fuerzas hacerlo, pero fue en vano.

El rey Viserys miro eso con ceño fruncido, sus guardias de repente dejaron de moverse hacia su rebelde hermano.

--¡Que esperan, porque se detienen!? —exigió el rey, pero justo en ese momento, ambos guardias cayeron inertes al suelo. Todos miraron conmocionado aquello.

--¿Qué por los dio-? —lo que iba decir el rey quedo atrancado en su garganta, cuando la voz de Hadryon resonó por todo el salón del trono.

--Silencio-prácticamente siseo esas palabras y de repente nadie en el salón podía hablar ni moverse, a lo lejos, escucharon un poderoso rugido.

Viserys vio con los ojos bien abiertos como los ojos de su hermano bastardo brillaban intensamente, no podía moverse en lo más mínimo.

--Ahora, escucharas. Si crees que puedes imponerme algo, amenazarme y creer que te saldrás con la tuya, estas por muy lejos de la realidad, hermano. No soy ninguno de tus lacayos, no soy alguien a quien puedas ordenar o exigir respeto. Yo soy Hadryon Peverell, el rey del nuevo reino de Albion, jinete de Balerion, conquistador de los peldaños de piedra…no dejare que alguien quien ha vivido cómodamente toda su vida me ordene y me exija algo. Tenía toda la intención de tener una alianza amistosa, ahora has roto cualquier posibilidad.

Hadryon camino hacia el trono, subió los escalones hasta quedar cara a cara con Viserys, quien lo veía con los ojos bien abiertos.

--A partir de ahora, si me atacas, devolveré el fuego y te aseguro, hermano, que lo lamentaras.

Con eso, ante los ojos incrédulos y paralizados de los presentes, en un parpadeo, Hadryon desapareció del salón del trono, esfumándose en el aire.

Cuando desapareció, todos allí pudieron volver a moverse con libertad, aun aterida y con los ojos bien abiertos de incredulidad, la princesa Rhaenyra exclamo.

--¿Que, por lo dioses, acaba de pasar?

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Después de su encuentro con el rey Viserys en la Fortaleza Roja, el rey Hadryon Peverell, como ahora se hacía llamar, regreso a la capital de su reino, donde se reunió con sus esposas. En Desembarco del Rey las cosas estaban tensas, muchos aun querían a la princesa devuelta, sin embargo, pocos querían meterse con el nuevo reino de Albion, y peor aún, con su rey después de su demostración de poder…

Pero el asunto no termino allí, días después a lomos de su dragón Caraxes, el príncipe Daemon Targaryen arribo a Albion, y en un frenesí de furia y sed de sangre, el príncipe desafío al rey Hadryon en un combate singular a muerte…