![A Siriusly Complicated Situation [Traducción]](https://fanfictionbook.net/img/nofanfic.jpg)
Chapter 9
Nicholas Joseph Fury entró pisando fuerte en la elegante casa de campo victoriana, seguido de cerca por Phillip Jefferson Coulson. A ninguno de los dos les hizo ninguna gracia que un aterrorizado Andrew Carter, sobrino de la antigua directora, Peggy Carter, les llamara desde el otro lado del mundo. Al parecer, Peggy había salido con unos amigos, concretamente James Falsworth, James Morita y Timothy Dugan, y los cuatro habían vuelto con edades muy diferentes.
Andrew saludó a Fury en la entrada y señaló en dirección a una sala de estar informal. Cuando Fury entró en la sala de estar, dio dos pasos y se quedó inmóvil.
-No me lo creía-. murmuró.
-Suena un poco inverosímil-. Permitió una Peggy Carter de diez años.
-¿Un poco descabellado?- James Falsworth parecía tener unos veinte años.
Timothy Dugan se limitó a gruñir y Fury lo juzgó de veintitantos o treinta y pocos.
Fury miró al tercer Comando Aullador y frunció el ceño; juzgar la edad de James Morita era mucho más difícil; supuso que el asiático tendría entre veinte y cincuenta años, pero precisar algo más cercano iba a ser casi imposible. Ni siquiera a los ochenta aparentaba su edad.
-¿Qué ha pasado?- preguntó Fury.
-Bebida con alcohol-. Peggy respondió.
-¿Reversible?-.
-No según los expertos médicos con los que hemos hablado-. dijo Peggy. Dejando de lado que, por el momento, Falsworth, Morita y Dum-dum solo estaban bajo los efectos temporales de una poción antienvejecimiento. Todo dependería de si Andi podía conseguirles la versión permanente y de si los hombres la tomarían. Estaban más que felices de tener nuevos documentos y si/cuando permitieran que el envejecimiento se revirtiera, siempre podrían decir 'oh bueno, parece que el experto estaba parcialmente equivocado, mira Peggy sigue siendo una niña, tal vez sólo sea permanente en las mujeres'. O algo parecido.
-Motherfu...-
-Hay otro problema-. Peggy no hizo caso de las palabrotas de Fury.
-¿Y ahora qué?- gruñó Fury.
-Hemos encontrado a alguien-.
-¿A quién?-
-Seríamos nosotros-. Bucky entró en la habitación con Sirius a su lado.
-¿Y se supone que debo saber quiénes son?-. Fury resopló.
-Sí, lo eres-. Dijo Peggy. -¿Phillip? ¿A quién se parece?-.
Phil Coulson frunció el ceño pero miró al hombre, su ceño se frunció aún más antes de que su cara se aflojara completamente por el shock. -Oh, Dios mío...- Susurró.
-¿Qué?- Fur y parpadeó ante la expresión del hombre.
-Barnes-. Coulson susurró. -James Buchannan Barnes-.
-¡¿Qué?!- Fury chilló. -¿Estás tratando de decir que este... hombre... es Bucky Barnes?-.
Coulson se limitó a asentir, apenas consciente de otra cosa que no fuera el hombre que estaba allí de pie.
-¿Cómo sucedió eso?- Preguntó Fury.
-Estaba proporcionando seguridad al señor Black, aquí, en el edificio SSR de Brooklyn, cuando el edificio tembló y caímos en el arco que estaba investigando-. Bucky se encogió de hombros.
-¿Carter?- Fury estaba pidiendo mucho con sólo su nombre.
-¿Hasta donde puedo determinar?- Ella dijo. -Sí, ellos son Bucky Barnes y Sirius Black. Fueron capaces de repetir una conversación que habíamos tenido la mañana de su desaparición. Además, Barnes tenía la única arma que pudimos documentar como desaparecida, los números de serie han sido confirmados y está exactamente en las mismas condiciones ahora como lo estaba entonces, no hay evidencia de desgaste o envejecimiento. Ambos hombres vestían exactamente la misma ropa y Black llevaba consigo una copia de su investigación que yo sólo había visto esa mañana, con mi firma bajo la del coronel Phillips, aprobando el siguiente paso de su investigación-.
-Irónicamente, iba a enviar objetos al arco-. Dijo Sirius. Todo esto era cierto, pero sin contarles a Fury y a Coulson lo de la magia, esto era lo más cerca que iban a estar, de contarles lo que había pasado.
-Si es irreversible, ¿qué esperas que haga?- Fury preguntó.
-Necesitamos nuevos documentos-. Dijo Peggy.
-¿Documentos...?- preguntó Fury con rotundidad.
-Por supuesto- Contestó Peggy. -Ahora, aunque podría haberme limitado a hablar con Phillip, sentí que era necesario que te involucraras. Si no hubieras visto esto, ¿lo habrías creído?-
Fury suspiró. -No-.
-No, no lo habrías hecho-. Peggy estuvo de acuerdo con él. -Pero ahora que lo has visto, sí crees. Así que... quiero esto fuera de los libros. Completamente... Completamente...- Las dos últimas palabras las pronunció con voz dura y fría, a pesar de su joven apariencia.
-No quiero saberlo-. Fury se dirigió a la puerta. -Coulson, ocúpate tú. No me lo digas. No me lo muestres. Pon el papeleo en su sitio y cúbrete las espaldas. Borra cualquier vínculo con S.H.I.E.L.D., cualquiera. Nada que los conecte con nosotros-. Hizo una pausa. -Excepto tú. Guarda un número de contacto o una dirección, pero no me lo digas, no quiero saberlo. Haz que alguien te lleve a un hotel, esta noche. Yo me quedo con el coche y, como vas a estar aquí unos días arreglando esto, también cojo el avión. Puedes encontrar tu propio camino a casa-. Salió de la habitación y de la casa, maldiciendo en voz baja, todo el camino.
-Sí, señor-. Coulson dijo a la puerta vacía, suspiró y cruzó a un sofá. -Necesitaré algunos detalles, por favor. Señorita Carter, usted primero. ¿En quién la estamos convirtiendo?-.
-Estoy segura de que sabe que mis hijos y sus cónyuges están muertos-. Ella respondió y Coulson asintió. -Mi nuera, Lydia, murió a consecuencia de las heridas causadas por el parto. Quiero que elabore documentos en los que conste que yo soy ese hijo. Con mi nombre, por supuesto, no tengo intención de cambiarlo demasiado-. Advirtió. -Pero un pequeño cambio debe estar ahí para apoyar la historia. Así que, en lugar de Margaret Elizabeth, seré Margaret Victoria. Nací el 1 de abril de 1986, después de todo, según los expertos médicos que consultamos, físicamente tengo diez años. Afortunadamente las fechas son bastante cercanas, Lydia murió el 3 de abril de ese mismo año-.
Mientras ella hablaba, Coulson había tomado notas en un pequeño cuaderno que había sacado de un bolsillo.
-Sí, señora-. Coulson asintió. -Margaret Victoria, nacida el 1 de abril de 1986, hija de Matthew Carter y Lydia Carter, nee...?-
-James, Phillip-. Peggy dijo.
-Lydia Carter, nee James-. Coulson siguió escribiendo. -¿Qué hay de la escolarización?-.
Dos horas después, Coulson dejó su cuaderno tras repetir los esbozos de las nuevas identidades de Peggy, Bucky, Sirius, Falsworth, Morita y Dum-dum.
Peggy miró a cada uno y cada uno, a su vez, asintió.
-Sí, Phillip, eso estará bien-.
-Lo último que necesito saber son direcciones y finanzas-. Dijo Coulson. -Aquí en el Reino Unido y en casa en los EE.UU.-.
Peggy miró a Sirius en busca de una respuesta.
-¿Para Peggy, Bucky y para mí?- Sirius respondió. -Once Grimmauld Place, Islington, Londres, será nuestra dirección postal principal. El colegio en el que trabajaremos Bucky y yo es muy privado y toda la correspondencia que va al colegio pasa por un buzón real de Londres-. Sirius había comprado la casa de al lado de donde había crecido, específicamente para recibir y enviar correo muggle a y de Harry.
-¿Y ustedes, caballeros?- preguntó Coulson a los otros tres.
-Deja mi casa-. Dijo Dum-dum. -Estoy en la esquina de Venting y Lucas Roads, Florida, Massachusetts-.
-Modifiquemos eso ligeramente-. Coulson sugirió. -¿Qué número de Venting Road? ¿Técnicamente?-.
-1432-1576 Venting y 821-974 Lucas-. Dum-dum respondió. -Y también tengo un apartado de correos-..
-No, no necesitaremos eso-. Dijo Coulson. -Pondré a Morita con Venting y a ti con Lucas. ¿Y qué hay de usted, Sr. Falsworth?-.
-Crab-apple Farm, North Kilphedir, Escocia- Falsworth respondió. -Normalmente, sólo pongo la dirección del apartado de correos real, pero para hacerlo un poco diferente, usaré el nombre de la granja-.
-¿Y los certificados de defunción?-.
-No hagas eso todavía-. Dijo Peggy. -¿Separémoslos, digamos en un mes o así, caballeros?- Los tres asintieron. -Los informes de personas desaparecidas pueden ser presentados por Andrew. Puede decir que los cuatro nos fuimos de excursión y nunca regresamos-.
-Sugiero alterar eso-. Coulson dijo. -Tal vez sería mejor que su hermano, Michael, dijera que estaba al tanto de sus visitas y que les estaba dando privacidad para recordarlas juntos. Que vino a verle, esperando que sus invitados se hubieran marchado, pero que todo su equipaje seguía en las habitaciones de invitados, su bolso y su identificación seguían en la casa sin que ninguno de ustedes se encontrara. No sabe nada más-.
-Sí. Sí, eso sería mejor-. Peggy asintió. -¿Podrías explicárselo? Su Alzheimer probablemente le permitirá aceptarlo como un hecho. Su hijo, Andrew, es a quien deberíamos tener informado-. Señaló hacia el patio, donde se veía a Andrew, leyendo una revista.
-Yo mismo los entrevistaré-. Dijo Coulson. -¿Qué hay de sus finanzas?-.
-Testamentos... Margaret Elizabeth Carter dejó todo lo que posee a su única nieta y tocaya, Margaret Victoria Carter. Si se puede procesar tranquilamente, lo agradecería mucho-.
-¿Y para los caballeros?-.
-Más o menos lo mismo-. Dijo Falsworth. -Dejándoselo a mi sobrino nieto Montgomery Falsworth-. Entregó varios sobres.
-Mi nieto, Tim Dugan-. Dijo Dum-dum.
-Mi bisnieto, Lucas Morita-. Morita añadió.
-Phillips ordenó cerrar la paga del ejército de Barnes y dejarla al cuidado de Howard-. Peggy dijo. -Alguien tendrá que hablar con Anthony al respecto-.
-Podemos aportar documentación que demuestre que Buchannan James es el nieto de James Barnes y solicitar que Stark sea transferido de nuevo a la familia. Una foto lo respaldará, un corte de pelo ligeramente diferente, junto con los documentos que pondremos en marcha, debería bastar para convencer a Stark-. Coulson tomó nota. -¿Y tú Black?-.
-Del mío ya me he ocupado-. Contestó Sirius. -Mi testamento se activó cuando llevaba tres meses desaparecido. Fue a parar a manos de Alphard Black y su familia, el abogado de la familia es muy amigo mío y, aunque bastante sorprendido de verme aparecer después de todos estos años, está dispuesto a seguir adelante con la transferencia de todo a mí, una vez que tenga una identidad legal-.
-Lo haré, esta noche o mañana al cierre-. Coulson les aseguró. -¿Supongo que ustedes tres se quedarán en Inglaterra por un tiempo?-. Cuando asintieron, continuó. -Haré sellar los pasaportes, los documentos de viaje y los visados de entrada y trabajo antes de volver. Digamos... ¿mañana a las ocho de la tarde? Así, si alguno tiene dudas o cree que me he dejado algún documento, podré corregirlo antes del fin de semana-.
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Bill Weasley observó el jardín en el que lo había depositado el Traslador que le había dado el profesor Dumbledore. Exuberante y verde, con flores brillantes salpicadas aquí y allá. No tenía ni idea de dónde estaba y estaba un poco nervioso por ello.
-Wotcha, Bill-. Tonks lo saludó desde una puerta cercana en un seto.
-Tonks-. Dijo él. -¿Te importaría decirme de qué va todo esto?-.
-No-. Ella negó con la cabeza. -No sin un juramento de confidencialidad-.
-¿Y qué dirá el Juramento?-. Tonks le entregó un trozo de pergamino y Bill lo leyó atentamente. -Me parece bien-. Asintió. -¿Es usted el testigo?-.
-Sí-.
-Muy bien-. Bill sacó su varita y rápidamente, y con cuidado, hizo su Juramento.
-Brillante-. Tonks sonrió. -Por aquí, entonces. Ven a conocer a la tripulación que va a acabar con el viejo cara de serpiente-.
Bill parpadeó y sacudió la cabeza antes de seguir a Tonks a la elegante mansión. Bajaron por un amplio pasillo y entraron en un gran salón de baile para ser recibidos por una tarareante Luna Lovegood que estaba bailando con Neville Longbottom, los dos haciendo giros y piruetas de vals para evitar los rayos de luz que les lanzaban Alastor Moody y Kingsley Shacklebolt.
-Hola, Bill-. llamó Harry Potter desde su posición en el otro extremo del salón de baile, donde Hermione Granger intentaba, sin éxito, enseñar a bailar el vals al joven buscador.
-Hola, Harry. Hola, Hermione, ¿cómo tienes los dedos de los pies?-. Bill se rió cuando Harry volvió a tropezar.
-Doloridos-. Hermione suspiró.
-Déjalo, Mione-. Harry refunfuñó. -Sabes que no sé bailar-.
-Ningún Potter puede-. Remus Lupin entró en la habitación. -Te lo advertí. ¿Volar? Como los pájaros. ¿Bailar? Como dragones borrachos. Por suerte, no les impide moverse bien, cuando luchan. ¿Duelos? No son tan malos. ¿Pero una vez que empiezan a pelear? Toda esa torpeza desaparece-.
-Sí, recuerdo a Fleamont luchando con algunos del Círculo Interno de Riddle en la primera guerra-. Moody sonrió. -Se movía como un rayo-.
-Entonces, ¿qué sentido tiene que le dé a la pobre Mione dolor en los dedos de los pies?- preguntó Harry.
-Honestamente, Harry-. Hermione resopló. -Todo el mundo debería saber bailar-.
-Excepto los Potter-. Remus soltó una risita. -James solía caerse de lado cada vez que lo intentaba. Nada de lo que hacía Lily ayudaba tampoco-.
-¿La mayoría?- Kingsley ignoró a Remus. -Distracción, hasta que llegó Bill-.
-¿Por qué estoy aquí?- Bill preguntó.
-Tenemos que lidiar con un horrocrux-. Dijo Moody.
-¿Un horrocrux? ¿En serio...?- se quejó Bill. -Pensé que podría ser algo desafiante-.
-Oh, sí que es un reto-. gruñó Harry. -Está en mi cabeza-.