A Siriusly Complicated Situation [Traducción]

Harry Potter - J. K. Rowling
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A Siriusly Complicated Situation [Traducción]
Summary
Sirius entró en el velo pero no estaba muerto, cayó por el otro lado en el aire. Muy por encima de los Alpes en Europa. En plena Segunda Guerra Mundial de los muggles.¿Cómo llega desde allí a cazar Horrocruxes con su ahijado?
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Chapter 4

Sirius Black aterrizó sobre sus manos y rodillas, mientras que su compañero de viaje (y amante), Bucky Barnes, aterrizó sobre sus pies y, con algunos tambaleos, consiguió mantenerse sobre ellos.

-Maldita sea-. murmuró Sirius.

-¿Ha funcionado?- Preguntó Bucky.

Sirius levantó la cabeza y vio la forma familiar de la Choza de los Gritos. -Estamos en Escocia, pero aún no sé cuándo-. Contestó. -Dame un momento y lo comprobaré-. Sacó su varita de la funda que le había hecho Howard, de finísimos cables metálicos tejidos como tela. -Tempus et Locus-. Lanzó y vio como su propia escritura aparecía en el aire.

11:15 de la noche
17 de junio de 1996
12 Cuthbertson Lane
Hogsmeade, Escocia.

-Oh...- Exclamó Sirius casi en silencio.

-¿Qué?- Bucky levantó bruscamente la cabeza y miró a Sirius, que seguía estudiando la escritura flotante. Bucky volvió su atención hacia ellos y frunció el ceño. -¿Era una opción?-.

-No, no lo era-. Contestó Sirius.

-Creo que también tenemos otro problema-. Bucky miraba ahora la cara de Sirius.

-¿Y ahora qué?- Murmuró Sirius, todavía concentrado en la escritura.

-Um...?- Bucky vaciló, haciendo que Sirius apartara la vista de la letra flotante y mirara a Bucky.

Sirius tardó menos de un minuto en darse cuenta de lo que Bucky estaba viendo. -Oh, Merlín...- Susurró. -Eres más joven-.

-No sólo yo-. Bucky protestó.

-¿Yo...?- Sirius hizo una mueca.

-Sí-.

-Ah... ¿Por cuánto, me pregunto?-. Sirius levantó la varita y volvió a lanzar. -Aetate Revelare-.

Frente al pecho de Bucky comenzó a formarse una serie de números, que empezaron lentamente antes de acelerarse y desdibujarse, para finalmente establecerse en una serie que brillaba constantemente.

25 años, 3 meses, 8 días, 4 horas.

-Bien...- Dijo Sirius lentamente.

-¿Y bien?- Preguntó Bucky.

-Tienes veinticinco años-. Sirius respondió. -Pero no puedo echarme eso encima-.

-¿Entonces necesitamos otro mago?- Bucky ya sabía la respuesta.

-Lo necesitamos-.

-Entonces... ¿cómo conseguimos a alguien aquí?- Bucky preguntó. -¿Y a quién?-.

Siris no contestó, en cambio extendió la mano y agarró el cuello del abrigo de Bucky y lo acercó, lo suficiente como para presionar sus labios contra los de Bucky durante unos segundos. Cuando se retiró, susurró. -Expecto patronum-. Una vez que la versión plateada y patronus de su forma de animago brilló frente a él, volvió a susurrar. -Mensaje para Remus, no entregar hasta que haya regresado a Grimmauld Place-. El Grimm asintió y abrió la boca para aceptar el mensaje. -Umm... Creo que algo salió mal. ¿Nos vemos en la casa de la luna?- Asintió y el Grimm se dio la vuelta y desapareció en el árbol más cercano. -Bien, eso debería llegarle a Moony en algún momento después de que el Ministerio desembarque, pero no es probable que aparezca por aquí hasta después de las dos y media-.

-Entonces, ¿a dónde tenemos que ir?- Bucky preguntó. -¿Y cómo llenamos ese tiempo?-.

-Allí-. Sirius señaló la choza derruida a unos cien metros de distancia. -Y quiero mimos. Ahora mismo, mi yo alternativo está corriendo frenéticamente, intentando averiguar por qué nuestro ahijado se fue del colegio con otros cinco adolescentes. Sólo de recordarlo me pongo enfermo de preocupación-.

Tres horas más tarde y cuatrocientas cincuenta y pico millas al sur, un hombre de pelo arenoso se desplomaba en una silla sucia, en una habitación igualmente sucia. Acababa de ver cómo mataban a su mejor amigo y cómo un loco poseía y torturaba al sobrino de su corazón. Sus codos descansaban sobre la sucia mesa y su cabeza reposaba sobre sus brazos, mientras sus hombros temblaban por los sollozos reprimidos.

Un calor le infundió, un calor familiar y la sensación de la magia de su amigo le rodeó.

Rápidamente le siguió la voz de su amigo. "Umm... Creo que algo ha salido mal. ¿Nos vemos en la casa de la luna?". Levantó la cabeza, justo a tiempo para ver cómo el patronus de su amigo se derrumbaba sobre sí mismo.

-¿Pero qué...?- Jadeó en silencio. Se quedó sentado unos segundos, en estado de shock, antes de que éste se desvaneciera lo suficiente como para que comprendiera lo que significaba el Patronus. -¡¿Vivo...?!- Se levantó de un salto y salió corriendo de la cocina, cruzándose con Molly y Arthur Weasley en el pasillo.

-¿Remus?- preguntó Molly.

-No hay tiempo-. Gritó Remus por encima del hombro.

-¿Remus?- Preguntó Tonks al llegar a la puerta.

-No hay tiempo, debo apresurarme-. Salió corriendo a la noche y se detuvo en medio de la calle, se detuvo brevemente y luego se fue.

La choza apareció ante él y se apresuró hacia la única entrada exterior del edificio en el que había pasado tanto tiempo. Dentro, subió las escaleras hasta el salón destrozado que era el lugar de reunión de los merodeadores.

Cerca de la chimenea, había una imposibilidad.

-¿Qué decimos?- Gruñó.

-Juro solemnemente que no estoy tramando nada bueno-. Respondió la imposibilidad.

-¿Cómo lo preguntamos?- Remus hizo una segunda pregunta.

-El señor Padfoot solicita la ayuda del señor Moony, para averiguar cómo demonios, fuera lo que fuese, sucedió-. Sirius resopló. -Y tal vez montar una broma al Ministerio y al viejo cara de serpiente, ya que creen que el señor Padfoot está muerto-.

Remus cruzó la habitación de un salto y envolvió al más pequeño en un abrazo asfixiante.

-Si no lo supiera, estaría celoso-. Dijo una tercera voz, haciendo que Remus se soltara de Sirius y girara hacia la voz desconocida, un maleficio salió de su varita cuando el hombre apareció a la vista.

Sirius jadeó cuando una luz roja voló hacia el hombre. Se disipó al tocarlo, dejando a los tres hombres mirando el pecho del hombre. -¿Tenía que pasar eso?- Preguntó el hombre.

-No...- Remus frunció el ceño y lanzó una y otra vez la luz roja se cortó al tocar al hombre.

-Oye, déjalo en paz-. Sirius le dio un manotazo a Remus.

-¿Qué se supone que tenía que hacer?- Preguntó el hombre.

-Eh...- Remus gruñó confundido.

-Hechizo aturdidor-. Contestó Sirius.

-¿Como el que usaste con Howard?- Preguntó el hombre.

-Sí. Lo mismo-. Sirius cruzó al lado del hombre. -¿Eso no te tocó?- Puso una mano en el pecho del hombre.

-Sí me tocó-. El hombre asintió. -Simplemente no hizo nada-.

-¿Me pregunto por qué?-.

-¿Padfoot?- Preguntó Remus.

-Ah, claro, presentaciones-. Sirius tiró del hombre con él mientras se reunía de nuevo con Remus. -Moony, este es James Buchannan Barnes, también conocido como Bucky-. Palmeó el brazo de Bucky.

-¿Moony?- Bucky preguntó. -Remus Lupin, ¿verdad?-.

-Sí, amor-. Sirius asintió.

-¿Amor?- preguntó Remus, levantando una ceja.

-Amor-. Padfoot asintió.

-¿Cuánto tiempo?- Remus entrecerró los ojos.

-Casi dos años-. Sirius hizo una mueca.

-El Velo te envió a alguna parte, ¿no?-.

-Alemania, 1945-.

-¿Durante dos años?-.

-Un año completo y tres solsticios-.

-¿Y estuviste con él? ¿Todo ese tiempo?-.

-Me salvó la vida a los pocos minutos de llegar allí-. Bucky respondió. -Yo no lo dejaba ir-.

-¿Squib?-.

-Muggle-. Sirius negó con la cabeza. -O era...-

-¿Era...?- Remus ladeó la cabeza.

-Antes le hice un hechizo revelador de edad y funcionó, pero tu Stupefy no-. Sirius tenía una expresión contemplativa en el rostro.

-Necesitamos más información-. Remus tenía una expresión similar.

-Para los que no somos merodeadores, una explicación, por favor-. Bucky suspiró y sacudió la cabeza.

-Mi magia funcionó contigo pero la de Remus no, necesitamos saber por qué-. Explicó Sirius en una sola frase.

-¿La cosa del Velo?- Bucky había asistido a suficientes sesiones de Sirius y Howard como para saber que el Velo cambiaba las cosas que entraban en él.

-Sí, pero ¿cómo, de qué manera?- dijo Sirius. -¿Es sólo mi magia la que funciona en ti o son sólo hechizos ofensivos los que no funcionan? ¿O es que los hechizos aturdidores no funcionan? ¿O es que los encantamientos funcionan pero los maleficios no? ¿Y los maleficios y las maldiciones?-.

-Ah-. Bucky asintió. -Haz que Remus lance algunos hechizos no ofensivos. Eso debería darte algo en lo que basar futuras investigaciones-.

-Cierto-. Sirius asintió. -¿Remus? Maleficio de cambio de color, seguido de un maleficio de mordedura de dedos, luego un maleficio de cosquillas y un encantamiento calentador. Si es tan amable, Sr. Moony-.

Remus miró a Bucky y cuando el hombre asintió, lanzó los hechizos, esperando unos segundos entre cada uno para ver si funcionaban o no.

-Nada...- Sirius frunció el ceño. -Prueba con el encantamiento revelador de edad, por favor-. Remus asintió y lanzó y los tres observaron como seguía sin pasar nada. -Huh... Vale. Entonces podemos descartar la magia de Remus-.

-Sí-. Bucky asintió. -¿Pero es sólo de él o es de todos menos tuya?-.

-Necesitaríamos otro mago para eso-. Dijo Sirius.

-Entonces, ¿a quién llamamos, esta vez?- Bucky sonrió.

-Espera, espera-. Remus levantó las manos. -Hace un minuto, mencionaste al ministerio y a cara de serpiente pensando que estabas muerto. Centrémonos en eso, por favor. Podemos resolver su inmunidad mágica después-.

-Tiene razón-. Bucky dijo.

-Pero...-

-Siri-. Bucky dijo con firmeza.

-Maldición-. Murmuró Sirius. -Muy bien. Entré en el Velo. Había testigos, ¿verdad? No sólo tú y Harry. Oh, Harry...- Sirius se sacudió. -Concéntrate, concéntrate. Cierto. Testigos-.

-Sí, el Ministro oyó a Bellatrix afirmar que te había matado-. Remus asintió. -Moody le contó a Albus lo sucedido. Se llevaron a los niños de vuelta a Hogwarts y Albus iba a hablar con Fudge antes de volver allí también-.

-Estoy muerto, ¿verdad?- Sirius sonrió. -Si Cara de Serpiente cree que estoy muerto, no va a estar buscándome-.

-Sobre todo, porque ahora pareces mucho más joven-. dijo Bucky, haciendo que Remus parpadeara y se centrara en su amigo.

-Dioses, tiene razón, pareces más joven-. susurró Remus.

-Lánzale el encantamiento revelador de edad, por favor-. Bucky pidió. -La cosa del Velo también cambió mi edad. Sólo me faltaban unos meses para cumplir los treinta y ahora, según el encantamiento de Siri, me faltan unos meses para los veinticinco-.

-Aetate Revelare-. Dijo Remus con firmeza, su varita apuntó a Sirius y esperó a que las letras y los números aparecieran frente al pecho de Sirius.

25 años, 7 meses, 16 días, 19 horas.

-Qué bien-. Sirius sonrió a Bucky y los dos compartieron un momento privado sin que Remus sintiera que tenía que apartarse.

-También es muy práctico-. Dijo Remus al cabo de unos instantes. -Una pequeña transfiguración de tus facciones y nadie va a suponer que eres Sirius Black, eres demasiado joven-.

-Excelente...- El otro merodeador sonrió satisfecho.

-¿Qué piensas hacer?- Preguntó Remus nervioso, los planes de Sirius solían ser enrevesados.

-Nueva identidad para mí-. Sirius comenzó. -Nuevos papeles para Bucky. Cásarse con Bucky. Conseguir que Albus apruebe que Bucky y yo entrenemos a Harry... y quizá a Ron y Hermione. Haz que Albus explique por qué cree que Harry es tan importante en esta guerra. Y ayuda a Harry a hacer lo que sea que tenga que hacer, para terminar esta guerra-.

-Hmm...- Remus tarareó. -Nuevas identidades y papeles van a significar Moody seguido de Gringotts. El resto requiere la participación de Albus-.

-Lo sé-. Sirius se encogió de hombros. -Espero que vea el beneficio de dejarme hacer el muerto hasta que termine la guerra-.

-¿Le envío un patronus?- preguntó Remus.

-Hazlo, por favor-. Sirius asintió y enarcó una ceja ante el ceño fruncido de Bucky. -¿Ah...?-

-No voy a besarle-. objetó Bucky.

Remus se echó a reír y Sirius se puso rojo vivo.

-No... no hace falta que lo hagas-. Remus soltó una risita. -El encantamiento patronus funciona con emociones positivas, tener a Sirius de vuelta es suficientemente positivo para mí-.

-Nadie te está besando, excepto yo-. gruñó Sirius.

-No, me parece bien-. Bucky asintió y tiró del Animago contra él, apoyando una mano en la cadera del otro hombre, su pulgar en la cintura de sus pantalones.

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Albus Dumbledore suspiró mientras salía del despacho del Ministro y se dirigía al atrio y a los puntos de aparición. Sin embargo, antes de que pudiera alcanzarlos, un patronus en forma de un gran lobo llegó hasta él y le entregó su mensaje.

"Albus, necesito que vengas a la casa de la luna, tengo noticias de los Grimm". Había un extraño énfasis en la palabra "Grimm".

Sabía, por supuesto, que el lobo era el patronus de Remus Lupin, pero el mensaje lo confundió. La excitación apenas disimulada y la redacción hicieron que Dumbledore frunciera el ceño y decidió que tal vez sería mejor ver qué había molestado al hombre lobo antes de retirarse a dormir, aunque faltaban pocas horas para el amanecer.

Al llegar al atrio, se alejó por aparición, apareciendo en un lugar oculto entre Hogsmeade y la Choza de los Gritos. Suspiró y entró en la cabaña, saludado por un sonriente Lupin.

-¿Qué es tan importante que no podía esperar hasta mañana, Remus?-. preguntó Dumbledore.

-Date la vuelta-. Lupin señaló detrás de Dumbledore.

Dumbledore giró en su sitio y parpadeó asombrado por lo que vio. Un Sirius Black limpio, ordenado y mucho más joven siendo besado apasionadamente por otro hombre.

-Ejem, disculpen, caballeros-. Los interrumpió Lupin.

-¿Qué?- Black levantó la cabeza, sólo para encontrarse con la mirada divertida de su antiguo Director. -¡Albus!- vitoreó.

-Sirius Black-. Susurró Dumbledore.

-Estoy de vuelta...- Dijo Sirius de forma cantarina.

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