![A Siriusly Complicated Situation [Traducción]](https://fanfictionbook.net/img/nofanfic.jpg)
Chapter 2
Los guardias de la base del Comando Aullador vieron a Falsworth mirar fijamente a los dos hombres que se tambaleaban por el camino y, tras levantar los prismáticos para intentar identificarlos, el Howlie envió rápidamente soldados para ayudarles.
-¡Es Barnes!- Llamó al pelotón sentado bajo la torre de vigilancia. -Parece herido. Vayan por él, llévenlo a la tienda de Phillips. A él y al tipo que está con él-. Cuando el escuadrón sólo lo miró, gritó. -¡Ahora! ¡Muévanse!-.
El pelotón se puso en marcha y, en cuestión de segundos, Barnes y su ayudante fueron introducidos en el campamento y en la tienda que el coronel Phillips utilizaba como centro de mando. En ese momento, la tienda estaba vacía, salvo por un par de agentes de inteligencia que estaban elaborando informes. Depositaron a los dos hombres en sus asientos y los médicos se abalanzaron sobre ellos, exigiendo respuestas a multitud de preguntas, pero sin dar a ninguno de los dos la oportunidad de responder realmente a una sola pregunta.
Pronto los médicos declararon que Barnes sufría los restos de una conmoción cerebral y agotamiento. El hombre desconocido que le acompañaba se encontraba en un estado de agotamiento similar, pero también fue identificado como convaleciente de inanición. Se postuló que podía haber sido un prisionero del gulag que se había escapado a las montañas, pero los médicos, considerados, no preguntaron. Su acento británico de clase alta lo identificó como un posible agente de inteligencia y eso puso fin a cualquier pregunta que quisieran hacerle, incluso sin que él dijera nada más.
Un cansado y entristecido Phillips se sentó en el asiento del copiloto mientras el jeep era conducido al campamento por uno de los miembros más recientes de los Howlies, un joven novato llamado Juniper. El joven saltó del jeep abierto e indicó a uno de los médicos que llevara a la agente Carter a su tienda.
-¿Señor?- Un acento británico llamó su atención y giró la cabeza para mirar a Falsworth.
-Ahora no-. Phillips espetó.
-Ahora sí, señor-. Falsworth respondió. -Barnes está vivo. Volvimos hace cuatro horas y Barnes entró una hora después. Un civil lo encontró y le ayudó a volver aquí. Ambos están en la tienda de mando-.
-¡¿Qué?!- exclamó Phillips, volviéndose para mirar al hombre que estaba de pie junto al jeep.
-Barnes está vivo-. Repitió Falsworth. -Él y su ayudante están en la Tienda de Mando, bajo vigilancia. Jones, Dugan y Morita los están vigilando, señor-.
-Llévame allí-. Phillips ordenó.
-Sí, señor-. Falsworth saludó, subió al asiento del conductor y puso el jeep en marcha. Tardaron unos minutos en cruzar el recinto y llegar a la tienda de mando, y Falsworth detuvo el jeep frente a la entrada de la tienda.
-Vamos. Dentro, Barnes y un segundo hombre estaban apoyados en el mismo poste desde lados opuestos, con las cabezas casi tocándose. Ambos hombres estaban claramente dormidos. -¿Cuánto tiempo llevan aquí?- Phillips no hizo ningún esfuerzo por bajar la voz, pero mientras Barnes se ponía en pie de un salto, el otro hombre se limitaba a abrir un ojo y volverlo a cerrar.
-¡Señor!- Barnes saludó a su comandante.
-Descanse, Barnes-. Phillips le devolvió el saludo con la cabeza, antes de volverse hacia los Howlies. -Déjenos. Lo enviaré cuando tenga su informe-. Los cuatro Comandos Aulladores asintieron y salieron de la tienda y Phillips se volvió hacia Barnes. -Quiero un informe y ahora-.
-Sí, señor-. Barnes respondió. -Hemos despejado el tren y...-
-Alto-. Phillips levantó una mano. -He recibido muchos informes de lo que pasó en el tren. Empezando por que saliste volando por el agujero del vagón lateral-.
-Conseguí agarrarme a una barandilla pero estaba dañada. Steve... El capitán intentó llegar hasta mí, pero aún estaba a unos metros cuando el pasamanos cedió-. Barnes miró al desconocido y enarcó una ceja, el hombre asintió en respuesta. -Me caí. Él es Sirius Black, un británico desplazado, logró atraparme usando un...-
-Llámalo aparato volador personal-. Una voz británica muy correcta intervino cuando Barnes vaciló.
-¿Un dispositivo de vuelo personal?- Phillips resopló. -¿Qué tipo de aparato volador? ¿Un avión?-.
-Una escoba-. contestó Black.
-¿Una escoba? ¿Como la que usa una bruja?- Phillips resopló.
-Más o menos-. Black se encogió de hombros. -Las escobas de las brujas tienen amuletos amortiguadores diferentes a los de las escobas de los magos, pero aparte de eso, son lo mismo-.
-Si no está dispuesto a tomarse esto en serio, señor, haré que...- Phillips se cortó a sí mismo cuando sintió que sus pies abandonaban el suelo y se elevaba hacia el señor sostenido por nada más que la mirada furiosa de Black y el delgado bastón que le apuntaba.
-Mi nombre es Sirius Orion Black y estaba hablando en serio-. La mirada de Black se suavizó lentamente mientras Barnes colocaba su mano sobre la de Black y la empujaba, junto con el palo, hacia el suelo.
-¿Qué tal si se lo explicas, como hiciste conmigo?- sugirió Barnes.
Black miró de Phillips a Barnes y viceversa antes de suspirar. -De acuerdo-. Se encogió de hombros y Phillips fue bajado al suelo.
-¿Qué ha sido eso?- soltó.
-Magia-. Respondió Black.
-¿Como lo que hace Schmidt?- Había un claro disgusto en la cara de Phillips.
-No, él sólo podía soñar con lo que yo puedo hacer+. Black resopló. -Piensa en Merlín y Arturo y tendrás una idea mejor-. Black agitó su bastón y las sillas de lona se desdibujaron y se convirtieron en elegantes sillones. -Pongámonos cómodos y le daré una breve explicación. ¿Sí?-
-Sí-. Phillips asintió, se sentó con cuidado en una silla y pasó las manos por los reposabrazos de cuero.
Las cuatro horas siguientes transcurrieron entre las explicaciones de Black y las preguntas de Phillips y Barnes. Pero, a petición de Black, no se escribió nada.
Al anochecer, Phillips le dijo a Black que le gustaría que otra persona participara en la discusión y, después de que Black accediera, Carter fue retirada de su tienda. Mientras la esperaba, Barnes preguntó por su amiga.
-Capitán Rogers...- Phillips vaciló y suspiró, pero continuó. -Acabamos de llegar de la misión que acabó con Schmidt. El capitán Rogers pudo abordar el avión de Schmidt cuando intentaba escapar. Hubo una pelea y Schmidt murió, pero había puesto el avión en algún tipo de control automático y se dirigía directamente a Nueva York. Rogers no podía quitar el control automático, podía anularlo pero sólo manualmente. Cada vez que soltaba los mandos, la nave volvía a corregir el rumbo hacia Nueva York. Se vio obligado a echar la nave al agua-. Barnes jadeó y se desplomó. Black lo cogió y lo sentó en una silla. -No había tiempo para otras opciones-.
A Carter no le hizo mucha gracia que la sacaran de su pena, pero escuchó atentamente e hizo multitud de preguntas.
Una de las cuales fue -¿Sería capaz de localizar los restos del capitán Rogers?-.
Black se mostró muy compungido al explicar que, a menos que la nave en la que se encontraba Rogers se hubiera asentado en el fondo del mar, no podría utilizar la magia para localizarlo, ya que tanto el lanzador como el ser/objeto a localizar debían estar en contacto con la superficie terrestre, aunque sólo fuera a través de los cimientos de un edificio, de lo contrario los hechizos no funcionarían.
Carter asintió sorbiendo su té.
Phillips preguntó a Black cómo había llegado a estar en el aire por encima de los Alpes y, mientras Black hacía una mueca, dio una breve explicación.
-¿Un arco?- preguntó Carter. -¿De unos treinta pies de altura? ¿Quince de ancho? ¿La superficie ondula como el agua o como seda muy fina con la brisa?-.
-Sí-. Black asintió. -La piedra está ennegrecida, con bordes ásperos, casi rotos-.
-Como si el muro del que formaba parte se hubiera derrumbado, pero no-. Carter añadió. -Lo conozco, o de uno parecido-.
-¿Dónde?- preguntó Black. -Si es posible, me gustaría ver si puedo conseguir que me envíe de vuelta. Mi ahijado tiene quince años, está solo y se avecina una guerra-.
Carter y Phillips compartieron una larga mirada silenciosa antes de que Phillips asintiera.
-Nueva York-. Dijo Phillips. -Tendrás que esperar hasta que volvamos. Me han notificado que hemos sido llamados a filas. Alemania se rindió. La guerra ha terminado. Carter se encargará de que seas de los primeros en ir a EE.UU. y te hará entrar para ver el arco. Si puedes hacerlo funcionar, podríamos ayudarte. Tal vez enviar algunas tropas-.
-No, no lo hagas-. Black dijo. -Tu gente... Se supone que es un viaje de ida. Hasta ahora, creíamos que el Velo mataba a los que entraban en él-.
-Pero tú viviste-. Argumentó Barnes.
-Lo hice, pero también hay que tener en cuenta los viajes en el tiempo-. Dijo Black. -Entré en el Velo en algún momento entre la una y las dos de la madrugada del 18 de junio de... 1996...- Tanto Phillips como Carter cogieron aire. -Exactamente. ¿Yo volviendo a entrar en el Velo? Bueno, existe la posibilidad de que simplemente me devuelvan a donde y cuando vine. ¿Pero tu gente? Avanzar en el tiempo es... malo... las variables son... enormes. Para tu gente, no hay vuelta atrás-.
-No tengo nada por lo que volver-. Barnes dijo. -Mi familia se ha ido. Mi padre es un imbécil abusivo. Steve está muerto. No hay nada para mí aquí. Si puedo ayudarte a mantener vivo a tu ahijado, voy contigo-.
-Yo...- Carter abrió la boca y fue cortada.
-No-. Black los miró a ambos con el ceño fruncido. -No vas a tomar una decisión ahora. Has tenido un mal shock y cualquier decisión que tomes ahora, será mala-.
-Exacto-. Phillips asintió bruscamente. -Pasarán semanas antes de que podamos llevar a Black y Barnes a Nueva York y luego Black todavía tiene que estudiar la cosa del archi-Veil, antes de que pueda averiguar si puede conseguir que haga lo que él quiere. Nada de decisiones precipitadas, Missy, Barnes. Pónganse las pilas antes de hacer demasiados planes. ¿Entendido?- Barnes asintió a regañadientes.
Carter miró fijamente al comandante antes de asentir bruscamente. -Sí, señor. ¿Me ocupo del alojamiento y la ropa del Sr. Black?-.
-Póngalo con Barnes-. Phillips dijo. -Recoge las cosas de Rogers, no vamos a dejar sus cosas personales para que los engendros de la Prensa del Ejército rebusquen. Le sugiero que extravíe convenientemente todo lo que quiera conservar-.
-Puedo ayudar con eso-. Black dijo. -Encuéntrame una caja y la encantaré con un amuleto de extensión indetectable, hace que el interior sea más grande que el exterior-.
-Bien, hazlo-. Phillips dijo. -Deja un poco o los jefazos se quejarán de que alguien se lo ha llevado todo e iniciarán una investigación. Evitemos eso-.
Más tarde esa noche, un baúl del ejército sin etiquetar fue objeto de una serie de diferentes tipos de magia. Principalmente runas y amuletos. El resultado fue un baúl ampliado en su interior, que se encogía hasta el tamaño de una baraja de cartas. Mientras Barnes, Black y Carter ordenaban las cosas de Rogers, se contaban historias, caían lágrimas y el baúl se llenaba de recuerdos de un hombre que era más grande que la vida.
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Un año y siete meses después, Sirius entró en la pequeña habitación que compartía con Barnes, en el anodino edificio de Brooklyn, Nueva York, que albergaba el Velo. Se despojó del abrigo, cruzó la habitación hasta la cocina americana y abrazó al otro hombre por la espalda.
-Lo he encontrado-. Dijo, apoyando la cabeza en el hombro del hombre más alto.
-¿La encontraste? ¿La cifra?- Bucky se retorció hasta que pudo darse la vuelta entre los brazos de Sirius y levantó una mano para apoyarla en la cara de Sirius. -¿La encontraste? ¿Bien o mal?-.
-Depende-.
-¿Depende?-.
-Puedo hacer que me envíe de vuelta-. Sirius dijo. -Incluso puedo hacer que te envíe allí, pero...-
-¿Pero...?-
-El Velo está diseñado para acceder a él usando magia y tú no tienes ninguna, si lo atraviesas, te cambiará-. Sirius evitó mirar a los ojos de Bucky.
-¿Cambiar? ¿Cómo?- Preguntó Bucky.
-No lo sé- Sirius suspiró. -Ese es el problema, sólo dice 'cambiado'. No cómo. Quiero decir, el cómo es mágicamente, por supuesto, pero más o menos quería decir que no sé cuáles serán los cambios-.
-Sí, me lo imaginaba-. Bucky presionó un beso en la parte superior de la cabeza de Sirius y rodeó con sus brazos al hombre mayor. -Todavía voy contigo-. Agarró los brazos de Sirius y lo empujó hacia atrás lo suficiente como para mirarlo a la cara. -Dijiste que tus amigos no me juzgarían por ser muggle, ¿verdad?-.
-Sí. No les importará, aparte de que te hace vulnerable a que alguien te haga magia-.
-Tienen que saber que estoy ahí, primero, Siri, soy un snipper, estoy acostumbrado a estar en lo alto y fuera de la vista. ¿Pero qué pasa con Harry?-.
-A él no le importará, tampoco a Hermione, su mejor amiga. Ella es nacida de muggles, su familia son muggles. Y Harry creció con muggles, aunque no muy agradables, pero muggles al fin y al cabo. Si no eres agresivo o abusivo con él, estará bien-. Dijo Sirius tranquilizadoramente. -A Moony no le importará, su madre era muggle. Varios miembros de la Orden tienen familia muggle o se criaron con muggles, no les importará. Sólo los sangre pura y los mortífagos se opondrán-.
-Y a ninguno de nosotros nos importan un bledo-. Bucky asintió. -¿Cuándo lo haremos? ¿Y qué llevaremos?-.
-Tengo que avisar a Carter y Phillips-. Sirius dijo. -Eso era parte de nuestro acuerdo. Los mantengo al tanto de mis investigaciones y me dan acceso ilimitado al Velo. Darnos alojamiento, un ingreso y darte empleo mientras estoy aquí, fue un bono-.
-Sí-. Bucky asintió. -Esperaba que me dieran de baja con deshonor, en cuanto los mandos se enteraran de que nos acostábamos-.
-Gracias a Phillips por eso-. Sirius se rió. -Le reventó los tímpanos a alguien. Les dijo que lo que hacíamos a escondidas era asunto nuestro, pero que si realmente pedían más información, estaba dispuesto a pedirnos que se la contáramos. Pero que, personalmente, no quería saberlo. Y también les recordó que James Buchannan Barnes ya no estaba en el ejército, sino que era empleado de la RSS, por lo que una baja del ejército no se iba a producir-.
-Whoa...- Bucky susurró.
-Sí. Él realmente puso en el bate del batiador-.
-Phillips no soporta a los tontos-.
-Oh, no, definitivamente no-. Sirius se rió. -Me recuerda a mi mentor Auror, Moody-.
-¿El tipo con una pierna?-.
-Ese es él. Vigilancia constante. Ese es su lema. Le gusta gritarlo, cuando menos lo esperamos-.
-Grandioso-. Bucky suspiró.
-¿El hecho de que seas un francotirador y veas casi todo? Le va a encantar tenerte cerca-. Sirius frunció el ceño. -Una vez que le expliques lo que es un francotirador y lo que hacen, claro-.
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Phillips y Carter se sentaron frente a Sirius y Bucky y escucharon atentamente mientras Sirius exponía su hallazgo de investigación y explicaba lo que él y Bucky planeaban hacer.
-Entonces, ¿el solsticio?- preguntó Carter.
-Casi, eso es el 21 de diciembre-. Sirius asintió. -Vamos a entrar, un par de días antes. El 18-.
-¿Por qué el solsticio?- Phillips preguntó.
-Los solsticios son los puntos de inflexión en el mundo natural-. Explicó Sirius. -Del verano al otoño, del otoño al invierno, etc. Entré en el Velo tres días antes del solsticio de junio y fui escupido aquí fuera, tres días antes del solsticio de marzo. Mi aritmética dice que, para obtener el mejor resultado posible, debería entrar en el Velo tres días antes del solsticio de diciembre y ser escupido allí tres días antes del solsticio de septiembre-. Se encogió de hombros. -O eso, o será tres minutos después de haber entrado en el Velo. Eso es un poco vago. Ambas posibilidades son igualmente viables-.
-Entonces tenemos mucho que hacer en las próximas semanas-. Dijo Bucky.
-Escriban sus listas de deseos y veré lo que tenemos en stock y lo que puedo requisar-. Phillips ordenó.