A World Where I Am Not A Muggle

Harry Potter - J. K. Rowling Hogwarts Legacy (Video Game)
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A World Where I Am Not A Muggle
Summary
Con toda honestidad, al principio no cayó en la cuenta de todo... eso.No era su culpa, ¿vale? Vivió una vida de la que no recordaba todo, aunque eso era seguramente a causa de morir y volver a nacer.Después de eso, tuvo unos meses muy borrosos, moviditos y llenos de gritos en forma de berrinches de bebé. No era que no quisiera vivir, pero tampoco había pedido volver a nacer, tampoco había pedido tener memorias borrosas e inconsistentes en algunos huecos de otra vida.En esa vida tuvo que crecer en la familia Riddle sin ocurrírsele que era ESA familia Riddle. Su nombre era Tom Riddle y era un nombre tan normal que en realidad nunca se le ocurrió hasta más tarde que había algo más en ese nombre.Hasta que cumplió quince años y una carta le llegó de un sitio llamado Gringotts. Tuvo que mirar por la ventana al cielo y contar hasta tres respirando hondo, luego volvió a bajar la mirada al papel para ver si era real. Noticia: Era real.Fue entonces cuando le dio una iluminación. Tom Riddle, muggle y futuro padre de Tom Marvolo Riddle. De ahí, sus pensamientos se fueron a algo entre 'joder, estoy en Harry Potter' y 'mi hijo será un megalomaníaco'.
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The Life Of Tom Riddle (Sr.)

Con toda honestidad, al principio no cayó en la cuenta de todo... eso.

No era su culpa, ¿vale? Vivió una vida de la que recordaba libros, películas, series, conocimiento aprendido y cosas como esas. Aunque nada de los nombres de su familia, y casi cualquier cosa que tuviera que ver con sus amigos aún menos. El tener unos confusos recuerdos de su otra vida era seguramente a causa de morir y volver a nacer.

De morir se acordaba muy bien, es una sentimiento inolvidable. También recordaba cómo murió. Fue un accidente de coche, donde perdió la vida al sucumbir en el suelo a sus heridas causadas porque un borracho estaba conduciendo y se chocó contra su coche. Fue un golpe que hizo que se diera en la cabeza contra el cristal, el cinturón de seguridad siendo inútil. Antes de darse cuenta, tenía una gran herida en la cabeza y un ojo con un cristal hincado. También tenía uno de sus pies atascado en lo que parecía ser algo de un coche, no lo podía ver bien con un ojo menos y el otro cubierto de lágrimas y sangre. El dolor era básicamente insoportable y perdía rápidamente la consciencia.

Y aunque su vista carecía mucho y su gusto solamente podía saborear el sabor a sangre, su propia sangre, su oído todavía funcionaba sorprendentemente bien. Alguien bajándose del coche e intentando decirle que se quedara despierto, muchas personas reuniéndose a su alrededor ignorando las medidas de seguridad que te enseñaban en la autoescuela para hacer fotos y vídeos, y el sonido de la ambulancia acercándose. Pero perdió la consciencia antes de que llegaran a él siquiera.

Murió justo en ese momento. Luego volvió a despertar en lo que era la peor pesadilla de su vida. Nacer podía ser más traumatizante que morir. Qué suerte tenían los bebés normales al no recordarlo.

Después de eso, tuvo unos meses muy borrosos, moviditos y llenos de gritos en forma de berrinches de bebé. No era que no quisiera vivir, pero esto era un poco demasiado. No había pedido volver a nacer, tampoco había pedido tener memorias borrosas e inconsistentes en algunos huecos de otra vida.

El primer mes fue el más confuso. En el segundo, se desahogó sin mucho pensar porque no sabía qué estaba pasando exactamente y quería de alguna forma gritar a pleno pulmón por toda esa mierda. En el tercero, por fin pudo procesar lo que estaba pasando y se lo pasó llorando silenciosamente porque eso era una mierda y el cuerpo de un bebé lloraba fácilmente a lo más mínimo. El cuarto fue básicamente razonamiento con sus demonios para estar bien consigo mismo, resultando en que esa era su vida y su cuerpo, había nacido ahí, y con eso le bastaba. El quinto fue pensar qué hacer, dándose más cuenta de sus alrededores para tener una mejor imagen mental de su situación. El sexto fue una mezcla de varias cosas como llorar la pérdida del Internet y rezando por no tener que ir a la guerra porque en la Primera Guerra Mundial podría no tener que participar en unos años al ser demasiado joven, pero para la Segunda Guerra Mundial tendría más de tres décadas de edad física y aunque estaba bastante seguro de que a esa edad el reclutamiento no era obligatorio, la presión de la sociedad era algo de temer. Además, independientemente de si le reclutaban o no, todavía tendría que soportar los ataques a ciudades y pueblos. Menos mal que, por lo que recordaba, los ataques a Inglaterra eran más bien a Londres y a las bases militares, aunque algunas de las ciudades atacadas estaban en el Norte de Inglaterra igual que la villa en la que vivía.

Para el séptimo mes, decidió que viviría para intentar sobrevivir a las guerras y tener una vida lo más tranquila y serena posible. Tenía la suerte de haber nacido en una pequeña villa y en una familia bastante rica, logrando así una buena base para esa vida tranquila que quería.

Fue creciendo en la familia Riddle sin ocurrírsele que era ESA familia Riddle. Su nombre era Tom Riddle y era un nombre tan normal que en realidad nunca se le ocurrió hasta más tarde que había algo más en ese nombre.

Sus abuelos ya habían muerto, tanto los que venían por parte de madre como los de por parte de padre.

Tenía un padre llamado Thomas Riddle, un hombre bastante básico pero rico de esa época. Su madre se llamaba Mary Riddle y era la típica esposa de un hombre rico. Tenían menos personalidad que un mono. Les quería, eran sus padres, pero no tanto. No podía. Para empezar, él tenía una mentalidad algo más adulta de la que su edad física decía y aunque solamente tenía recuerdos borrosos de sus padres anteriores, ya ni necesitaba exactamente padres con una gran necesidad emocional. Estaba dispuesto a quererlos aún así, pero era la diferencia entre valores, morales y creencias lo que le impedía quererlos tanto.

Tenían una mentalidad muy de la época y aunque no era su culpa haber sido criados y haber crecido en esa sociedad, él no podía aceptar esas creencias.

Eran machistas, con la clara idea de que el hombre trabaja y la mujer está ahí encargándose de la casa y de los hijos. Al ser algo ricos, la que limpiaba la casa era una criada, callada y encogida en sí misma porque era una mujer de clase baja. Eran racistas, creyendo en la superioridad de los británicos y de los hombres de piel clara. Eran críticos con respecto al resto de la villa, mirando despectivamente a los que tenían menos que ellos por encima del hombro.

Y puede que él hubiera tenido la piel clara en su otra vida, pero sí fue una mujer. Todo eso simplemente le repugnaba. Sin embargo, no podía hacer nada. Estaba en principios del siglo veinte, la esclavitud fue abolida hacía solamente cuarenta años y las mujeres aún no podían votar. Sería básicamente él contra el resto del mundo y por más memorias de otra vida que tuviera, no podía contra el resto del mundo por sí solo. Lo dejaría así como estaba, aunque él viviría bajo su propio código moral.

Fueron pasando los años, soportando a sus padres quienes no le prestaban mucha atención mientras que pareciera el heredero perfecto e intentando estudiar cosas que no había estudiado en su otra vida. Habiendo estudiado informática y demás, no había mucho que hacer con eso teniendo en cuenta que ni siquiera existía el Internet, un golpe duro para cualquier persona del siglo XXI. Así que decidió ir explorando los distintos campos de estudios para ver si alguno le atraía. Aunque de lo que sí que no podía escapar era de las lecciones de modales (las cuales pudo pasar rápido porque eran un coñazo y cuanto antes acabara, antes acababa con ese sufrimiento), las de política (en serio, la política era una mierda diera igual la época o el siglo) y las de economía para dirigir los negocios de su padre (una tontería, porque su padre no hacía tanto, solamente dirigía la empresa en la que otros hacían la mayoría del trabajo por él).

Hasta que cumplió quince años y una carta le llegó de un sitio llamado Gringotts.

Tuvo que mirar por la ventana al cielo y contar hasta tres respirando hondo, luego volvió a bajar la mirada al papel ver si era real. Noticia: Era real.

Fue entonces cuando le dio una iluminación. Tom Riddle, muggle y futuro padre de Tom Marvolo Riddle. De ahí, sus pensamientos se fueron a algo entre 'joder, estoy en Harry Potter' y 'mi hijo será un megalomaníaco'.

Podría haber tenido alguna crisis más, pero ya había aceptado que estaba vivo y que todavía tenían que pasar las dos guerras mundiales junto con el pánico que es darte cuenta de que perfectamente se te puede caer una bomba en la cabeza por culpa de las guerras. Ahora solamente tenía que aceptar que, además de eso, estaba en el mundo de Harry Potter y tenía un papel en esa historia el cual era morir unos años después a manos de su hijo quien aún no había nacido (¿Y no era eso una idea extraña? Lo de que no quería hacer era morir otra vez siendo tan joven, pero ni siquiera se atrevía a pensar en su posible muerte más allá de en tercera persona pensando en sí mismo como el personaje secundario de un libro. No era saludable, obviamente, pero estaba contento con dejarlo así, muchas gracias. Ignorar tus problemas hasta no poder ignorarlos más, buena idea).

Luego se dio cuenta de que hubiera o no un Tom Marvolo Riddle, la guerra con Grindelwald acabaría y luego ya lo demás que tenía que ver con la historia no tenía por qué pasar. Al menos, a él no tenía por qué importarle, eso era dentro de muchos años y que él supiera, nunca tendría ningún hijo de sangre aunque sus padres le suplicaran. Había aceptado ser un hombre en esta vida, pero le seguían gustando los tíos. ¿Y si una pareja así no tenía los órganos necesarios para tener un hijo biológico? Pues que así fuera. De todas formas, había aceptado estar solo en esta vida porque ni de broma iba a declarar al mundo que le gustaban los tíos en esta época.

Lo que sí le impactó fue que tenía magia si la carta era alguna evidencia. A lo mejor debería alejarse del mundo mágico lo máximo posible, pero tenía suficiente curiosidad para ver por qué le estaban citando en Gringotts. De todas formas, este mes sus padres estaban en un viaje por varias ciudades y pueblos. Dijeron algo sobre negocios pero él sabía que eran más bien unas vacaciones que se habían sacado del culo porque querían.

Así fue cómo su aventura mágica comenzó. Pobre de él que no sabía lo que le esperaba.

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