
Decisiones y posibles consecuencias.
En medio del octavo mes de embarazo, la princesa había agendado en su calendario salir de compras porque necesitaba toda clase de cosas para el bebé. Así que en compañía de Vaggie y Caiphus la chica entró a un centro comercial y caminó a la sección de artículos para bebés. La princesa llevaba un vestido de verano color amarillo, un sombrero de paja decorado con un listón negro, y unas sandalias color marrón. Vaggie vestía una blusa lila de manga larga, jeans y zapatos blancos de piso. Y en cuanto a Caiphus, llevaba una camiseta blanca, unos jeans y un pañuelo rojo en el cuello.
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VESTIDO DE CHARLIE: https://img.freepik.com/fotos-premium/mujer-vestido-amarillo-caminando-ciudad-verano-resort_259348-11236.jpg
VAGGIE: https://http2.mlstatic.com/D_NQ_NP_862461-MLM69466857625_052023-O.webp
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Vaggie estaba de pie mirando los precios de las carriolas para bebé cuando Charlie se acercó a ella sosteniendo un par de zapatos para bebé de color rosa.
“¡Vaggie! ¡Mira esto! Son tan pequeños que caben en mi mano.” -Dijo la princesa con una enorme sonrisa.
La chica sonrió en respuesta, pero no dijo nada. Entonces Charlie regresó a ver su prominente barriga y colocó los diminutos zapatos encima.
“¿Qué te parece? ¿Te gustan? -Ella recibió una fuerte patada como respuesta. Charlie hizo una mueca de dolor, pero finalmente se rió, poniendo su mano en el lugar donde sintió el movimiento. “Creo que es un no.”
“Eso quiere decir que es un varón.” -Dijo Vaggie con las manos en las caderas.
“O tal vez una señorita muy exigente.” -agregó Charlotte con la vista en su vientre.
Entonces Caiphus se acercó a ellas con un carrito de compra lleno de pañales, mantas, aceites, toallas húmedas y un cepillo para bebé.
“¿Y cómo le va a… Cookie?” -Preguntó un poco inseguro.
La princesa miró al sabueso con una suave sonrisa. “Ha estado bastante inquieto últimamente, pero hoy se está portando especialmente mal."
Vaggie se acercó a ella y puso las manos en el vientre de Charlie. “Tal vez simplemente no puede esperar a salir."
Charlie sonrió ante su lindo gesto y regresó a ver a Caiphus. "¿Quieres tocar al bebé también?”
“No puedo, lo siento.” -Respondió él y luego alzó su pata derecha para enfatizar sus palabras. “Garras ¿recuerdas?”
Vaggie retiró las manos del estómago de Charlie y regresó a ver al sabueso frunciendo el ceño. “Te dije que te cortaras las garras.”
“Lo hice, pero crecen rápido.”
Antes de que Vaggie pudiera decir algo más, la princesa se acercó a Caiphus. “Descuida, soy más fuerte de lo que crees, así que no me harás daño. Creeme.”
Caiphus la miró detenidamente durante unos largos segundos hasta que se armó de valor y acercó sus enormes manos con garras al estómago de la princesa. El sabueso sonrió ligeramente mientras su cola se agitaba involuntariamente.
Charlie miró a Caiphus con una sonrisa suave. “¿Lo ves?”
“Sí…” -murmuró él.
Vaggie contempló la escena en silencio y apartó la vista cuando tomó la decisión de no intervenir. Mientras tanto el sabueso ensanchó su sonrisa al sentir al bebé patear debajo de sus manos.
“Vaya, tienes razón, este pequeño engendro del infierno se retuerce como un loco.” -comentó con asombro, mientras presionaba la barriga Charlie con sus garras. La cola del sabueso se agitó aún más mientras que la princesa simplemente cerró los ojos y se rió ligeramente.
Después de eso los tres continuaron comprando cosas para el bebé. Caiphus se ocupaba del carrito de compras, Vaggie revisaba la lista de compras, mientras que Charlie caminaba por los pasillos tomando cualquier cosa que ella consideraba necesaria el bebé. Y después de pasar el tercer pasillo, la princesa cargaba un montón de objetos en sus brazos. Desde juguetes, baberos y sonajas hasta biberones de distintos tamaños y estilos.
Al ver la exorbitante cantidad de artículos en sus brazos, Vaggie trató de hablar con ella. “Cariño, no olvides que tus padres vendrán de visita más tarde."
La princesa giró su rostro para ver a la chica polilla. "¡Solo quiero una cosa más, no te preocupes!" -Expresó con una sonrisa, levantando su pulgar derecho.
Sin embargo, ese ligero movimiento de sus manos hizo que perdiera el equilibrio y todo lo que llevaba cargando en sus brazos cayó al suelo. La princesa soltó un sorprendido "oops" y con un resoplido, intentó agacharse para recoger sus cosas. Y mientras Charlie luchaba por agacharse para recoger un juguete, Vaggie se acercó a ella y se agachó para ayudarla a recoger todo el desastre. La chica polilla recogió sistemáticamente las cosas una por una, hasta que apareció en su mano un extraño dispositivo eléctrico que nunca había visto antes.
"¿Qué es esto?" -Preguntó confundida, sosteniéndolo para que Charlie lo viera.
"Es un calienta biberones." -explicó con una sonrisa.
Vaggie se puso de pie, con los brazos llenos de objetos. "¿Realmente necesitamos todo esto?"
La princesa respondió alegremente. "¡Por supuesto! ¡No podemos dejar nada al azar! El bebé estará aquí en menos de un mes y necesito estar preparada." -Bajó la mirada hacia su prominente vientre, y lo acunó de manera protectora. “Quiero que todo sea perfecto para él o ella. Incluso si no fue planeado merece tener lo mejor…” -expresó con cariño.
Sin previo aviso, Caiphus soltó un fuerte bostezo y llamó la atención de ambas chicas. “¿Ya terminaron?” -preguntó.
Charlie lo miró y respondió amablemente. “Ya casi. Todavía nos quedan un par de pasillos por recorrer. Además, leí que cruzando la calle hay una tienda que vende productos exclusivos para bebes que nacen con cola. Y su sitio web tiene buenas reseñas de mamás satisfechas con la calidad de sus productos…”
La princesa continuó parloteando sobre todas las cosas que quería comprar y los lugares por visitar, mientras que el sabueso y la polilla se resignaron a escucharla durante todo el trayecto. Su aventura por las tiendas de artículos para bebé se estaba alargando demasiado, pero apenas era el comienzo.
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De regreso al hotel, Caiphus llevó las bolsas de compra a la habitación compartida de Charlie y Vaggie. El sabueso las coloco en el suelo y luego dirigió su atención a las chicas con una alegre sonrisa.
"Bueno, las dejó solas.” -Dijo emocionado, mostrándole a Charlie los dedos como pistolas y guiñándole un ojo.
Ella se rió al ver su buen humor. El sabueso se giró hacia la puerta y caminó para esconderse en su habitación que escogió en el mismo piso que la princesa, pero en medio del camino se detuvo al escuchar la voz de Vaggie. "Oye ¿adónde crees que vas?” -Le advirtió las manos en las caderas y entrecerrando los ojos.
Caiphus regresó a verla frunciendo el ceño. “Qué... ¿faltó algo?”
“No olvides que los padres de Charlie vendrán de visita y querrán verte a ti también."
Caiphus apartó la vista de ella y se rascó la cabeza con su pata derecha, frunciendo el ceño con desagrado. “A si… eso…” -Bajó su pata y regresó a ver a la polilla. “¿No pueden decirles que estoy enfermo o algo así?”
“No.” -Dijo contundente.
“Por favor, solo esta vez. Ademas, ¿qué se supone que haga si el rey intenta matarme?”
Al ver la inquietud en su rostro, Charlie decidió unirse a la conversación. “Tranquilo. No voy a dejar que eso pase, te lo prometo.”
Vaggie agregó. “Pero si quieres evitarte problemas entonces ponte algo que no huela a sudor.”
El sabueso rodó los ojos. “Bien.” -Dijo antes de irse.
Justo cuando el perro del infierno desapareció de la habitación, un mensaje sonó en el celular de Charlie, que se encontraba sobre la cama. Ella se acercó y tomó el celular en sus manos, pero al ver el mensaje en la pantalla arqueó las cejas con sorpresa y su sonrisa se desvaneció.
“Mis padres están aquí.” -Murmuró, con un ligero tono de preocupación en su voz. “Y… parece Nifty los está guiando a la habitación.”
Vaggie se acercó a ella y la miró con una sonrisa. "Bueno… entonces vamos a saludarlos."
En cuanto Charlotte abrió la pesada puerta de su habitación, sus ojos se posaron en sus queridos padres: Lucifer y Lilith, de pie uno al lado del otro en medio del pasillo. Su padre era un hombre de baja estatura que miraba a su hija con una sonrisa nerviosa, vistiendo un elegante traje blanco con detalles rosas y dorados, acompañado de un bastón y un sombrero de copa. En cambio, su madre, era una mujer de enorme estatura y enormes cuernos de color purpura que rozaban el techo. Ella vestía un elegante vestido púrpura con largos guantes del mismo color y una expresión seria en el rostro. En medio de ellos la pequeña Nifty sostenía una bandeja con canapés, una tetera, y un par de tazas. Con una alegre sonrisa en el rostro.
La princesa saludó a sus padres forzando una sonrisa y agitando levemente su mano derecha “Hola mamá. Hola papá. Me alegro de que hayan venido a vernos.”
Lucifer respondió con entusiasmo y la sonrisa nerviosa. “¡Lo mismo digo! Quiero decir, tenemos tantas cosas en la agenda, pero siempre podemos hacer algo de espacio para ti.” -Expresó y luego apartó la mirada de ella mientras continuaba con su parloteo con la mano derecha en el mentón. “Aunque claro que implica hacer varios cambios y mover las fechas. Y eso sin contar que debemos convencer a los demás de ajustar sus calendarios y…”
Al ver la diatriba de su esposo, Lilith decidió intervenir y miró a su hija con una suave sonrisa. “¿Podemos pasar?” -Dijo con calma.
Dentro de la habitación, Charlie y Vaggie se sentaron en un sillón de dos plazas mientras que los padres de la princesa tomaron asiento en otro sillón frente a ellas con una mesa de centro entre ellos. Nifty puso una charola de canapés sobre la mesa de centro y una tetera con un par de tazas. Después le ofreció canapés a Lucifer con insistencia, pero él la rechazó agitando sus manos en señal de negación y forzando una sonrisa.
Mientras tanto, Lilith dirigió la conversación. “Este lugar se iluminó desde la última vez que estuve aquí.” -Comentó tomando un sorbo de su taza.
Charlie sonrió orgullosa. "Gracias. Tratamos de que sea lo más agradable posible para que todos se sientan seguros aquí."
Lucifer tomó la taza de té que Nifty le ofreció y miró a su alrededor, dándose cuenta de que faltaba alguien. "¿Y dónde está ese...?"
Como si fuera una señal, la puerta principal se abrió y Caiphus entró a la habitación vistiendo un traje gris con una corbata roja. Caminó hacia ellos y se sentó en un sillón individual en completo silencio luciendo incómodo. Al ver que las miradas de todos estaban sobre él, Caiphus soltó involuntariamente un chillido canino y arqueó las cejas con sorpresa al mismo tiempo que sus orejas se encogían, apegándose a su cráneo. Luego decidió forzar una sonrisa y dirigió su atención hacia Lucifer.
“Es… un gusto verlo de nuevo, majestad.”
Sin apartar la vista de él, Lucifer le entregó su taza de té a Nifty, quien estaba de pie a su lado y al instante tomó la taza en sus pequeñas manos antes de darle un sorbo.
El rey gruñó con desdén y apretó su agarre sobre su bastón mientras miraba con desprecio a Caiphus. “Así que tú eres el idiota que profanó a mi hija.”
La sonrisa del sabueso se desvaneció. Al ver esto, Lilith intervino y habló con calma para tranquilizar a su esposo. "Querido, ya hemos hablado de esto."
Lucifer continuó. “Aunque verte me enferme…” -Comentó. Luego forzó una sonrisa y habló apretando los dientes. “Aprecio MUCHO que te responsabilices de tus acciones. Y para demostrar que estoy dispuesto a dejar mis prejuicios a un lado decidí traer un obsequio.” -Declaró.
Lucifer tronó los dedos de su mano derecha y al instante una caja amarilla envuelta con un listón rojo se materializó sobre el regazo de Charlie. Ella alzó las manos y arqueó las cejas con sorpresa. La princesa tomó la caja en sus manos y miró a su padre confundida, frunciendo las cejas con una sonrisa en los labios.
“¿Qué es esto?”
Lucifer sonrió genuinamente. "Solo un pequeño detalle para nuestro nieto. Adelante, ábrelo." -Dijo, agitando su mano con impaciencia.
Charlie ensanchó sus sonrisa con emocion y regresó a ver el regaló. Desató con entusiasmo la cinta, que luego dejó caer al suelo. Abrió la tapa de la caja y metió la mano. Sus dedos rodearon algo suave y, cuando sacó la mano, para su sorpresa, sostenía un hueso de peluche que chirriaba. La sonrisa de la princesa se desvaneció mientras miraba con detenimiento el juguete.
El rey miró a su hija con emoción. “¿Te gusta? Fue idea mía. He oído que los perros del infierno se vuelven locos por ello. Aunque debo admitir que todavía no estoy seguro de por qué.”
Lilith se unió a la conversación. “De todos modos, queremos decirte que hemos aceptado el hecho de que nuestro nieto será... un poco diferente, y muy por debajo de nuestros estándares.”
Lucifer intervino alzando el dedo índice de su mano derecha. “¡Pero no te juzgamos! ya que, después de todo eres una mujer adulta y puedes tomar tus propias decisiones.”
Charlie miró a sus padres con una suave sonrisa. “Gracias.”
“Creo que es un buen regalo.” -Dijo Caiphus con una sonrisa y todos regresaron a verlo. “De hecho, yo tuve una igual cuando era un cachorro, y creo que al bebé le encantará tener el suyo.”
Lucifer frunció el ceño con desagrado causando que las orejas del sabueso se aplasten contra su cabeza. Antes de que alguien pudiera decir algo más, Vaggie decidió intervenir y dirigió su atención a los padres de Charlie. “Bueno, ya que están aquí, ¿les parece si les damos un recorrido por el hotel?” -Preguntó forzando una sonrisa.
Al oír esto, Charlie miró a Vaggie con una sonrisa. “¡Qué buena idea!” -Exclamó con emoción y regresó a ver a sus padres. “Mamá, Papá. Sé que son escépticos respecto a mi proyecto, pero me encantaría mostrarles todo lo que hemos hecho hasta ahora, no con el motivo de convencerlos o imponerles mis ideas, si no para ponernos al día. Y contarles lo que ha pasado en mi vida en estos últimos meses además del bebé.”
Lucifer se puso de pie con una sonrisa, sosteniendo su bastón en sus manos. “Me parece perfecto cariño. Además, tengo curiosidad por ver lo que has hecho con este viejo edificio.”
Sin decir más, Caiphus se puso de pie y caminó hacia la puerta, pero en medio del camino la voz de Charlie lo detuvo. “Oye, ¿a dónde vas?”
Arqueó las cejas con sorpresa y regresó a verla. “Ah…. creí que ya había terminado la reunión.”
“Sí, pero ahora vamos a darle un recorrido a mis padres.”
“No creo que me necesiten para eso.”
“Bueno, eres parte del equipo ahora.”
“¿Y no habrá problema con…?” -Comentó mientras miraba a lucifer entrecerrando los ojos con desconfianza.
Al instante Lucifer forzó una enorme sonrisa y respondió con entusiasmo. “¿Problema? ¡¿Cuál problema?! Todo está perfectamente bien.” -Declaró mientras le temblaba un ojo. Luego cerró los ojos y alzó su palma derecha. “Pero basta de charla.” -Bajó su mano, abrió los ojos y miró a todos con una sonrisa simple. “Mejor muéstrenme las maravillas que esconde este hotel, así que, Maggie, ¿no harías los honores?” -Preguntó dirigiendo su atención a la chica polilla.
Vaggie arqueó las cejas al ver que la atención de su lucifer se fijaba en ella. Ignoró el hecho de que se equivocó con su nombre y respondió tranquilamente con una ligera sonrisa. “Ahm… claro. Vengan conmigo.” -Dijo mientras caminaba hacia la puerta.
El pequeño grupo dio un largo recorrido por los confines del hotel con Vaggie como la guía, quien además de mostrar el interior de las habitaciones, les daba un breve contexto a los padres de Charlie sobre el propósito de la sala para terapia o la habitación del silencio, mientras que la princesa complementaba con pequeños comentarios para enriquecer la conversación.
“Por ahora nuestro personal es escaso, pero planeamos contratar a más gente en cuanto el nivel de residentes sea demasiado para…” -Comentó Vaggie, pero antes de que pudiera terminar su frase giró en una esquina y terminó chocando con Alastor, quien permaneció inmóvil mientras ella caía al suelo.
“¡Vaya, eres tan pequeña que no te vi!” -Exclamó alegremente.
Vaggie se puso de pie frunciendo el ceño y se limpió el polvo de la ropa mientras miraba al demonio de la radio. Alastor fijó su tensión en el rey y la reina y agregó con una alegre actitud. “Bueno, sé que me ausenté un poco, pero alguien podría decirme ¿por qué dos figuras públicas decidieron visitar mi hermoso establecimiento?"
Lucifer frunció el ceño y respondió con seriedad. “De hecho, el hotel es de mi hija.”
“De hecho es parcialmente mío, ¿no es así, Charlie?” -Comentó fijando su atención en la princesa.
Ella se acercó a Alastor y se interpuso entre él y su padre. “Parece que hay una pequeña confusión aquí, así que permítanme aclarar las cosas.” -Enderezó su postura y juntó las manos mientras miraba a sus padres con una sonrisa. “Mamá, papá. Él es Alastor, el infame demonio de la radio y mi socio comercial.” -Expresó, señalando a Alastor con su palma derecha para enfatizar sus palabras. “Y aunque sus palabras son parcialmente ciertas, la verdad es que el hotel sigue siendo mío.”
Alastor agregó alegremente. “Pero según nuestro contrato un pequeño porcentaje me pertenece.”
Lilith arqueó una ceja. “¿Contrato?”
Charlie respondió con simpleza para restarle importancia. “Solo es un pequeño manuscrito de 20 páginas…”
Antes de que pudiera terminar su frase, Lucifer la interrumpió frunciendo el ceño con preocupación. “No vendiste tu alma ¿o sí?”
Alastor respondió por ella. “Por desgracia no, ya que desafortunadamente para mí, ustedes criaron a una señorita que no tolera basura de otros demonios. Aunque obviamente hizo una excepción.” -Dijo con la vista en el sabueso infernal. Luego agregó, ensanchando su sonrisa y arqueando las cejas. “En fin. Me gustaría quedarme a charlar más tiempo, pero tengo cosas que hacer.” -Comentó y luego enfocó su atención en la princesa. “Por cierto, ya revisé tus ideas para futuros proyectos.”
Al oír esto, Charlie ensanchó su sonrisa y se llevó las manos al pecho. “¡Maravilloso! ¿Podrías dejar tus correcciones finales en mi escritorio?”
“Considéralo hecho.” -Declaró chasqueando los dedos de su mano derecha.
“Gracias.” -Dijo Charlie suavemente.
Lucifer y Vaggie fruncieron el ceño con desagrado mientras observaban al demonio de la radio desaparecer por el pasillo. En cambio, Lilith enfocó su atención en su hija. "Espero que no te esté causando ningún problema." -Dijo la enorme mujer mirando hacia abajo a la princesa.
Charlie alzó la vista para mirar a su madre, luego cerró los ojos, soltó una risita y sacudió la cabeza en señal de negación. "No, en absoluto. De hecho, él mismo hizo la mayor parte de la renovación a sus expensas. Este lugar se iluminó mucho gracias a él."
Vaggie frunció el ceño ante la mención, pero no dijo nada.
Lilith miró las paredes decoradas con brocados. “Sí, es bastante bonito, pero ¿En verdad quieres criar a un niño aquí? Un hotel es un poco... indigno ¿no te parece?” -Su mirada se encontró con la de Charlie. La sonrisa en el rostro de la princesa se desvaneció al oír sus palabras y bajó las manos de su pecho. “Sabes que siempre puedes volver a vivir con nosotros, Charlotte.”
La princesa sonrió ligeramente y respondió con voz suave. “Gracias por la oferta, mamá, pero tengo todo lo que necesito aquí. Mis proyectos, mis amigos, Vaggie...” -Miró con cariño a su novia, quien le devolvió la mirada con igual afecto.
Lucifer hizo girar su bastón y apuntó a Charlie y Caiphus, que estaban de pie junto a la chica polilla, atrayendo la atención de su hija. "¿Y qué hay de tu boda?"
“¿Boda?” -Repitió confundida mientras su sonrisa se desvanecía. “Pero yo no quiero casarme con Caiphus…”
Lilith intervino. “Digamos que desde un punto de vista político... Esta podría ser una manera de acercarse a las clases bajas.”
Charlie se dio la vuelta y caminó hacia la barandilla que daba vista al Lobby del Hotel. Ella miró hacia abajo a un grupo de demonios que había estado escuchando en silencio su conversación. Tan pronto como la notaron, se dispersaron de inmediato en todas direcciones como una bandada de pájaros asustados, con los ojos abiertos por el pánico.
La princesa regresó a ver a su madre frunciendo el ceño ligeramente y habló con firmeza. “No me casaré con alguien a quien no amo sólo para complacer a unos cuantos aristócratas.”
Lucifer frunció el ceño con preocupación y agregó. “No se trata de complacer a nadie, Charlotte. Tu madre y yo definitivamente no estamos contentos con toda esta situación en la que te has metido, pero estamos dispuestos a apoyarte. Sin embargo hay que seguir ciertos protocolos, especialmente en nuestra posición. Eres la princesa del infierno, una figura pública con ciertas responsabilidades y no puedes actuar como una…” -Guardó silencio abruptamente. Luego cerró los ojos y suspiró con pesar.
Vaggie se acercó a Charlie, se inclinó a su lado y le frotó la espalda con movimientos circulares para calmarla. Caiphus se quedó allí, mirando a Charlie y a su padre.
La princesa respondió suavemente. “No quiero pasar por lo mismo que los Goetias."
Lucifer habló seriamente mirando a su hija con tristeza. “Somos una familia considerablemente más importante, Charlotte. Tenemos que salvar las apariencias ante el público y no puedo permitir que todo el infierno se ría de mi hija a mis expensas sólo porque cometiste un error.”
Lilith agregó con voz firme. “Un error estúpido.”
Charlotte miró atónita a su madre con los ojos abiertos y luego agachó la cabeza frunciendo el ceño con tristeza. El silencio persistió unos segundos hasta que la princesa levantó su rostro y miró a sus padres con el rostro inexpresivo. Entonces ella habló con determinación. "Tal vez esto sea exactamente lo que este lugar necesita. Ver que no somos perfectos, que cometemos los mismos errores que todo el mundo, pero que podemos afrontarlos con dignidad.”
Lilith intentó razonar con ella. “Charlotte…” -murmuró, pero la princesa la interrumpió.
“No digan nada. Ya tuve suficiente por ahora y si me disculpan quiero estar sola.” -Declaró.
Charlie caminó en dirección al elevador del hotel mientras el pequeño grupo se quedaba en silencio en medio del pasillo. La princesa subió a los últimos pisos y se acercó al balcón principal del hotel. Con el viento soplando en su rostro ella contempló la vista en silencio hasta que comenzó a cantar una suave melodía. No era una canción particularmente alegre, pero era la canción que vino a ella en ese momento.
(Emotions - Brenda Lee) https://www.youtube.com/watch?v=Tto9-9PGVJw
Emotions, what are you doin'?
Oh, don't you know, don't you know you'll be my ruin?
You've got me crying, crying again
When will you let this heartache end?
Emotions, you get me upset
Why make me remember what I wanna forget?
I've been lonely, lonely too long
Emotions, please leave me alone
You worry my days, yes, you torture my nights
Never a dream, no, those dreams never turn out right
Emotions, give me a break
Let me forget that I made a mistake
Oh, can't you see what you're doin' to me?
Emotions, please set me free
You worry my days, oh, you torture my nights
Never a dream, no, those dreams never turn out right
Emotions, give me a break
Oh, let me forget that I made a mistake
Oh, can't you see what you're doing to me?
Emotions, please set me free
Al terminar la canción guardó silencio unos segundos. De pronto la voz de Caiphus habló detrás de ella. “Tenemos que hablar.” -Declaró seriamente.
Charlie respondió sin mirarlo. “Aprecio mucho que me hayas dejado terminar mi canción.”
“Tenemos que hablar.” -Repitió.
Entonces Charlie regresó a verlo frunciendo el ceño ligeramente. “¿Sobre qué? ¿Nuestro futuro?”
“Tu familia no te respeta y mucho menos a mí. Así que dime cómo crees que tratarán a nuestro hijo.”
Ella lo observó con detenimiento antes de apartar la vista de él. “No lo sé.”
“Exacto.” -Sentenció el sabueso. “Y sin importar lo que hagas no podrás cambiar la forma en que los demás lo miren a él o a nosotros.”
Charlie lo miró seriamente. “Caiphus, no hay un nosotros y jamás lo habrá.”
“Ya lo sé, así que no creas que vengo a presionarte para que te cases conmigo.
Ella lo miró confundida frunció el ceño. “¿Y qué es lo que quieres?”
“Quiero que me des al bebé.”
Charlie abrió los ojos con sorpresa y lo miró atonita. “¿Que…?”