Se necesitan dos demonios para bailar un tango

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Se necesitan dos demonios para bailar un tango
Summary
¡Noticia de última hora! La princesa del infierno está embarazada.¿El problema? No sabe quién es el padre. Atrapada en este gran misterio, Charlie busca la manera de dirigir su hotel, salvar su relación con su novia, lidiar con la opinión de sus padres y las críticas de todo el infierno mientras se enfrenta a las dificultades de ser mamá. ¿Podrá lograrlo? O fracasará hasta caer hacia el oscuro pozo del fracaso...
Note
"It's not always about money..."https://www.youtube.com/watch?v=txniR3oHNqo
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Charlas y Negociaciones.

Dentro del hotel, Charlie, Vaggie y el nuevo visitante, cuyo nombre era Caiphus, se encontraban sentados en la habitación que la princesa había reservado exclusivamente para dar consultas exclusivas y terapias personalizadas a los residentes del hotel. Caiphus estaba sentado en un sillón de dos plazas, reservado para los pacientes. Y frente a él, Vaggie y Charlie estaban sentadas en sillones individuales. La princesa miraba a su visitante con una ligera sonrisa mientras que su compañera lo observaba con los brazos cruzados, frunciendo el ceño con molestia.

En medio del silencio incómodo, Caiphus decidió hablar primero, forzando una sonrisa. “Entonces… ¿cómo les va?”

Charlie respondió con una alegre actitud. “Muy bien ¿Y tú?”

“¡Bien! Muy bien, Ja…” -Dijo él, soltando una risa nerviosa en un invento por anteponerse a la incomodidad de la situación. 

Entonces, Vaggie habló de forma autoritaria. “¿Por qué viniste?” -Preguntó, frunciendo el ceño con los brazos cruzados.

“Ahm...” -murmuró. Él apartó la vista de ella y se rascó la cabeza. Luego regresó a verla con una sonrisa y respondió. “Para asumir mi responsabilidad como padre.”

“¿Y por qué ahora y no antes?”

“Bueno… Estoy seguro de que saben que los sabuesos infernales no son muy respetados en el infierno, así que… cuando me enteré de que la princesa del infierno estaba embarazada y que yo era el padre, me asusté. ¡Creí que iban a ir por mi cabeza! Y pensé que verme era lo último que querían.”

De pronto Vaggie se puso de pie y apuntó a Caiphus con su lanza mientras el lazo rojo en su cabello ondeaba salvajemente.

“¡Porque la usaste! ¡Abusaste de ella!” -Exclamó.

Charlie frunció el ceño con decepción y se puso de pie. “Vaggie.”

El sabueso levantó sus patas delanteras y frunció el ceño confundido. “¡¿Qué?! ¡Oye! guarda esa cosa o vas a convertir al niño en medio huérfano.”

Charlie se interpuso entre Vaggie y Caiphus. Ella puso su mano sobre la lanza para desviarla del sabueso y miró a su novia con seriedad. “Hay que darle la oportunidad de explicarse.”

Vaggie la miró durante unos segundos, luego cerró los ojos y suspiró con resignación. “Está bien.” -Respondió, apartando la mirada de ella y bajando su lanza.

Al ver esto Charlie sonrió suavemente y se giró hacia Caiphus. “Muy bien, señor Caiphus ¿Puedo llamarlo Caiphus?”

“Sí, no tengo problema.” -Dijo tranquilamente.

Vaggie tomó asiento en su sillón individual mientras la princesa hablaba de pie frente al perro del infierno. 

“Por lo que entiendo tenías miedo de que te cortaran la cabeza por dejarme embarazada, así que ¿por qué decidiste venir a verme?”

“La versión corta es que quería asumir mi responsabilidad como padre. Pero la verdad es, que un sujeto llegó a mi casa y se presentó como tú padre y el rey del infierno. Al principio creí que venía a matarme, pero afortunadamente solo me dio un sermón sobre la responsabilidad y esas cosas.”

“Bueno, ya somos dos.” -Dijo ella con una sonrisa, recordando que semanas atrás su padre había venido a visitarla para darle un discurso sobre usar protección.

El sabueso ensanchó su sonrisa en respuesta. Luego apartó la vista de ella y se rascó la nuca con su pata derecha. “Espero que te moleste que pregunte, pero…” -Alzó la vista y miró a la princesa. “¿Por qué no me llamaste?”

Charlie sonrió frunciendo las cejas y alzó los hombros como un pequeño gesto de duda. “No tenía forma de comunicarme contigo ni nada que me permitiera encontrarte.” -Ella apartó la mirada de él y miró el suelo con una sonrisa triste. “De hecho, no recuerdo lo que pasó esa noche.”

“¿En serio?” -Preguntó mirando a la princesa con incredulidad.

Ella alzó la vista y lo miró con una ligera sonrisa. “¿Y tú?”

Caiphus sonrió en respuesta y se inclinó hacia atrás apoyando los codos en el respaldo del sillón. “Sé que no fue la mejor fiesta a la que he asistido, pero fuiste muy amable conmigo. Te reíste de mis chistes, me hiciste compañía, y al final, tú sonrisa es lo que más recuerdo de esa noche. Pero si te soy sincero no recuerdo haberme acostado contigo.”

Al oír esto, Vaggie frunció el ceño, confundida. “¿Enserio?”

“Sí.” -Respondió Caiphus en tono alegre. Luego miró a Charlie y agregó. “Pero de todas formas lamento si te hice daño. Sé que me gusta morder, y la mayoría de mis citas dicen que soy muy rudo en la cama.” -Dijo con simpleza.

Charlie se sonrojó ligeramente y respondió amablemente. “Descuida, no me hiciste daño.”

“Me alegra saberlo.” -Comentó, luego hizo una pequeña pausa y agregó. “En fin, espero que se parezca a mí.”

La princesa parpadeo un par de veces sin comprender a que se refería. “¿que?” -Preguntó, ladeando la cabeza.

“No es nada personal, es solo que no sé nada sobre criar cabras, pero he cuidado a los cachorros de mi primo.”

“Eso es muy lindo.”

“Sí, en fin.” -Murmuró y se puso de pie. “Tengo cosas pendientes así que, solo dime cuando será la fecha de nuestra boda y me iré.”

 La princesa lo miró confundida y frunció el ceño. “¿Boda?”

Vaggie se puso de pie de un salto, frunciendo el ceño llena de ira. “¿Y por qué debería casarse contigo? ¿Sólo porque le hiciste un bebé?”

Caiphus la miró frunciendo las cejas y señaló a la princesa con un movimiento de cabeza. “Porque su padre me dejó en claro que tener un hijo fuera del matrimonio es una desgracia. Y no quiero que me asesinen por desobedecer las órdenes del rey, además, soy el padre del bebé así que me guste o no estoy involucrado en esto y… no lo sé, nuestra extraña relación podría marcar una diferencia o algo.”

Charlie se interpuso entre ellos y agregó con optimismo. “No te lo tomes a mal, Caiphus, pero lo que pasó entre nosotros fue solo fue un pequeño desliz debido al alcohol, sin embargo, estoy segura de que podemos encontrar una solución para satisfacer a todos y en especial a mis padres.”

“¿Y qué sugieres?” -Preguntó el sabueso frunciendo el ceño con duda.

 

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Fuera de la habitación, Angel Dust, Cherry Bomb y Nifty se encontraban recargados sobre la puerta de la sala de terapia, intentando escuchar lo más posible la conversación entre el sabueso infernal y las dos chicas. Angel y Nifty vestían sus uniformes mientras que Cherry llevaba un atuendo más casual. Antes de terminar envuelta de este ridículo intento de espionaje, Cherry estaba desayunando en una cafetería de la ciudad cuando recibió un mensaje de parte de Angel, que muy emocionado le decía que el sujeto con el que se acostó Charlie había venido al hotel, y sin pensarlo dos veces la estridente pelirroja salió corriendo para confirmar la noticia con su propio ojo.

En medio del silencio Angel murmuró. “Parece que ese sabueso planea mudarse al hotel.”

Cherry sonrió con malicia. “Y la princesa está de acuerdo.”

Nifty murmuró con emoción. “Tal vez quieren tener más cachorros.”

De pronto la puerta se abrió y ellos cayeron al suelo.

“¡Oh…!” -Musitaron los tres.

Vaggie los miró de pie con el ceño fruncido. “¿Qué están haciendo aquí?”

“¡Nada!” -Respondieron al unísono.

Charlie se acercó a ellos con una sonrisa. “Bueno, si ya terminaron de no hacer nada me gustaría presentarles a nuestro nuevo invitado.”

Cherry se puso de pie y los demás siguieron su ejemplo. Luego se cubrió la boca en un gesto demasiado teatral. "¡Oh… ese es el que te dejó embarazada!"

La princesa respondió con tranquilidad. “Sí, pero no fue su culpa. En fin.” -Señaló al perro del infierno que estaba detrás de ella. “Su nombre es Caiphus y va a mudarse al hotel, así que espero que todos sean amables con él y lo traten como un miembro más del equipo.”

Caiphus alzó su pata derecha y los saludó con una sonrisa. 

Nifty corrió y se subió al hombro del sabueso. “De cerca se ve aún mejor.”

Cherry se inclinó hacia Angel. “Si ella no lo quiere, estaré feliz de llevármelo.” -Le susurró al oído.

“Tendrás que hacer fila, porque parece que Nifty ya le echó el ojo.” -respondió él.

Vaggie se inclinó hacia Charlie y la miró con seriedad. “Se que acordamos mostrarle los alrededores, pero tengo que ocuparme de un asunto importante, así que estaré contigo en un minuto.”

“Está bien.” -Dijo la princesa con una sonrisa suave.

“Y… Charlie... Por favor, ten cuidado con él.”

La princesa le dio una sonrisa alentadora y luego la besó en los labios antes de irse por el pasillo con Caiphus y el resto de la pandilla siguiendo sus pasos. Vaggie esperó hasta que todos se fueron, luego se dio la vuelta y regresó al salón de terapia, cerrando la puerta detrás de sí. Se sentó en el sillón individual en el que se había sentado antes, y encorvó la espalda apoyando los codos en sus muslos.

Ella cerró los ojos y suspiró con pesar. Luego los abrió y murmuró mirando el suelo. “Me voy a arrepentir de esto.” -Vaggie alzó la vista y miró al alrededor de la habitación vacía con el ceño fruncido. “Sé que nos estabas escuchando a escondidas, así que… ¿podemos hablar un segundo?”

Esperó un rato, pero no hubo respuesta. Por tal motivo se reclinó en su sillón, cruzó los brazos y lo intentó una vez más. "Tengo una propuesta.”

Entonces un fuerte sonido de estática resonó en la habitación y Vaggie cerró los ojos y frunció el ceño con disgusto. De las sombras, el demonio de la radio emergió y tomó asiento en el sillón de dos plazas en el que se había sentado Caiphus, con la espalda reclinada hacia atrás, las piernas abiertas y los codos sobre el respaldo del sillón.

Con una enorme sonrisa en el rostro, Alastor habló en tono alegre. “Se que prefieres pegarte un tiró antes que hacer un trato conmigo, así que me imagino que tiene que ver con el nuevo amigo de Charlie.”

“Odio admitirlo, pero Caiphus tiene a Charlie en sus manos. Le habla de toda esa mierda sobre la responsabilidad y de cómo quiere ser un buen padre... y ella le cree. No sé qué trama, pero realmente no me gusta. Y no puedo protegerla de él por mi cuenta.”

“Me parece un buen sujeto, así que creo que solo te sientes intimidada por él.”

Vaggie frunció el ceño con enojo. “No estoy celosa, estoy molesta porque ese sabueso apareció de la nada y está usando al bebé como excusa para casarse con Charlie. En mi opinión ese sujeto es bastante sospechoso.”

“La princesa no parece tener interés en casarse con él, así que no veo cual es el problema.”

"No puedo estar con ella todo el tiempo, además…” -Alzó las manos con exasperación. “¡Mira lo que le pasó la última vez que estuvo sola con él! Por eso necesito que lo vigiles. La seguridad de Charlie está en juego, ¡y de todos modos espías a todos en el hotel!”

Alastor se inclinó hacia delante, apoyando los codos en sus muslos. “Digamos que decido ayudarte, hipotéticamente hablando, ¿Qué beneficios gano yo a cambio?"

“¿Proteger a Charlie?” -Dijo ella, recalcando lo obvio.

El demonio de la radio se rió entre dientes y respondió con simpleza. “No te confundas. Puede que haya aportado mi granito de arena para ayudar a la princesa, pero no soy una organización benéfica, querida. Y no hago favores gratis. ¡Aunque estoy seguro de que podemos llegar a un acuerdo!” 

Vaggie frunció el ceño en desacuerdo. “No pienso hacer un trato contigo.”

Alastor alzó las manos confundido. “Bueno, entonces dime que me ofreces, porque no pienso ayudarte simplemente por la bondad de mi corazón."

La chica polilla lo miró detenidamente unos segundos, luego cerró los ojos y suspiró con pesar. Después abrió los ojos y lo miró con el ceño fruncido. “Imagina que Caiphus logra convencer a Charlie de que se case con él. Entonces no solo tendría derecho a este hotel, sino también al trono del infierno.”

Alastor se llevó la mano derecha al mentón y miró el techo mientras meditaba su respuesta. “Hm... eso suena como un gran problema.” -Comentó. Luego bajó su mano y miró a la chica. “Pero la verdad es que ni siquiera me interesa el payaso que gobierna actualmente, así que para mí está bien.”

Al oír sus palabras, Vaggie arqueó las cejas sorprendida y luego frunció el ceño y gruñó molesta. “Mira, Alastor. No tengo tiempo para tus tonterías. Lo único que te pido es que vigiles a Caiphus, ¿Lo harás o no?”

“¡Piensa en mí oferta!” -Dijo alegremente. “Necesitas mi ayuda y estoy dispuesto a dártela. Lo único que pido a cambio es un pequeño favor. Un pequeño precio a pagar por la seguridad de la princesa, ¿no crees?”

Vaggie se puso de pie. “Pensé que te importaba este hotel o tu pequeña amistad con Charlie. Al menos ahora sé que tenía razón desde el principio y que todo esto es solo un juego para ti.” -Declaró.

Ella se giró para caminar hacia la puerta, pero en el momento en que le dio la espalda al demonio de la radio se encontró de nuevo con él, parado frente a ella con una enorme sonrisa y alegre actitud, alzando los brazos de forma teatral.

“¡Por supuesto que es un juego!” -Exclamó y Vaggie retrocedió arqueando las cejas con sorpresa mientras él continuaba su monólogo. “Y como siempre yo tengo la ventaja porque conozco al sujeto. Y si quieres que te diga todo lo que sé…” -Estiró su mano derecha hacia ella. “Aceptarás mis condiciones.”

Vaggie miró tentativamente como la palma del demonio del radio centelleaba de un brillante color verde, pero no dijo nada ni se movió. Al ver la duda en sus ojos, Alastor retiró su mano y enderezó su postura.  “La oferta seguirá en pie hasta que el bebé nazca. Tienes hasta entonces para darme una respuesta.” -Declaró y luego se desvaneció en sombras dejando a Vaggie sola en medio de la habitación.

Ella no dijo nada y simplemente apretó los puños mientras meditaba sus palabras.

 

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Dentro de los confines de su habitación, Alastor estaba de pie frente a un pizarrón móvil decorado con fotografías, notas, recortes de periódico y tachuelas, unidas con hilos de color rojo. En el fondo se podía percibir la suave música de un viejo gramófono donde giraba un disco de vinilo con la canción de “Irving aaronson and his commanders” titulada: Let's misbehave.

“We're all alone, no chaperone
Can get our number
The world's in slumber
Let's misbehave…”

El demonio de la radio vestía su elegante traje rojo mientras pegaba sobre el pizarrón un recorte de periódico con la foto de una joven Charlie junto a su exnovio, Seviathan. Alastor pegó el trozo de papel con una tachuela y murmuró en tono alegre con una sonrisa.

“Tengo que reconocerlo princesa. Tu pequeño error es más entretenido de lo que pensé. Aunque me pregunto cuanto tiempo tardarán todos en darse cuenta de la verdad.”

“There's something wild about you child
That's so contagious
Let's be outrageous
Let's misbehave”

El demonio de la radio caminó hacia su escritorio y abrió un cajón, luego sacó un papel negro y lo miró detenidamente con una sonrisa. “Hasta entonces, será nuestro secreto.” -Dejó el papel a un lado y lo puso sobre su escritorio junto a una revista sobre avances de la medicina.

El papel negro era en realidad la ecografía de Charlie.

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