El Mal Querer

Harry Potter - J. K. Rowling
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El Mal Querer
Summary
Después de casi morir Regulus Black aparece en el lugar donde se supone está su hermano. Antes de caer inconsciente, lo último que ve es el color café por primera vez.
Note
HOLAAAAAAAASKWODLWOWBueno, antes que nada quiero decir que todo el concepto está inspirado en una hermosa fic destiel llamada Grey de Valinde (solo puede ser leída por usuarios) por favor léanla, es hermosa. Aquí les dejo el link:https://archiveofourown.org/works/978693Por otra parte, de igual manera me inspire en el álbum “El Mal Querer” de la Rosalia y cada capítulo tendrá como título una de las canciones.Tratare temas fuertes como abuso sexual. Así que lean con precaución.No apoyo los comentarios de la autora. Gracias. Disfruten.
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Bagdad

Y se va a quemar, si sigue ahí

Las llamas van al cielo a morir

Ya no hay nadie más por ahí

No hay nadie más

 

Bagdad-la Rosalia 

 

Liturgia 



Después de días de cuidado por parte de su hermano, su cuñado y … bueno, James, Regulus por fin recupera un poco de color y calor en su cuerpo, además de que la brumosidad en su cerebro logra irse por completo. Con ello, el aburrimiento y el hecho de que todos lo ven como si fuera a romperse, bueno, no se le puede culpar por preguntar: 


—¿Qué piensa Dumbledore de que estén aquí?

 

El grupo sigue acampando en el bosque de Hogsmeade, casi a las orillas del bosque prohibido. Desde allí solo pueden verse algunas torres del castillo y partes de lo que debe ser un campo de Quidditch. Regulus trata de ignorar el pinchazo de celos y anhelo que siente en su pecho cada vez que mira la vista, mejor se enfoca y mira a los alfas frente a él que comparten una mirada y siguen en silencio, después de unos segundos Remus dice: 

 

—No sabe que estamos aquí precisamente. 

 

Regulus lo mira con sorpresa —¿De verdad?— Una sonrisa se le escapa— No sabía que le escondían cosas a su gran y querido director. 

 

Los tres se quedan callados con distintas caras. Remus por un lado luce un poco preocupado, James, a pesar de todo, parece que se divierte con su tono y Sirius solo rueda los ojos. 

 

—No seas una perra Reggie— suspira— es solo un acto de omisión de datos por el bien social, algo normal, él también lo hace. Además tenemos cosas más importantes para hablar, así que ¿Como mierda vamos a destruir esas putas cosas del demonio?

 

Regulus hace una mueca ante su vocabulario y con un suspiro decide dejar pasar al tema en cuestión— Bueno, por ahora solo sabemos que pueden ser destruidas con tres cosas: la espada, el fuego maligno y el veneno de basilisco …

 

—¿El fuego puede destruirlos?— pregunta James con un pequeño ceño entre sus cejas. 

 

—No cualquier fuego, debe ser fuego demoníaco, es magia oscura— responde Regulus mientras mira esos ojos marrones. 

 

Esa es otra cosa que se ha permitido. Mirar y admirar. Porque no lo define y James, James está allí, alfa alfa alfa. Su omega ronronea ante la mirada. 

 

Conozco el hechizo, sin embargo quien lo use quedará indispuesto por días, además de que es difícil de controlar— dice Remus. 

 

—Exacto, lo mismo pensé y por otro lado el veneno de Basilisco es difícil de conseguir, sin embargo, escuche que hay un Basilisco en Hogwarts, será difícil pero podríamos hacerlo— mira a todos que lo miran de regreso con ojos abiertos— ya saben, matarlo. 

 

— ¿Matarlo? — repite Sirius. 

 

—Sí

 

Su hermano parpadea lentamente — ¿Quieres matar a un basilisco? 

 

—Bueno, sí, es solo una idea, no creo que sea tan difícil si lo hacemos todos. 

 

Todos lo miran como si tuviera una cosa extraña en su cara, Sirius vuelve a parpadear y asiente lentamente mientras dice—¿Sabes? No sé cómo sentirme ante esta nueva chispa de Gryffindor que estás dejando salir a luz, sin embargo como tu hermano mayor, protector y guardián de tu integridad, opinó que no es una buena idea. 

 

Regulus lo mira mal y dice en un tono tal vez demasiado fuerte— Entonces qué otra idea tienes si eres tan inteligente, hermano. 

 

—Bueno, podríamos …

 

—Saben que simplemente podemos robar la espada ¿no?— interrumpe James y Sirius lo mira con una sonrisa brillante. 

 

Regulus, bueno, se abstiene de sentir algo y solo mira fijamente porque no, no lo sabía, ni siquiera lo pensó maldita sea. 

 

—Jamie, amor de mi vida, precioso y bello amigo de mi alma, escuché bien lo qué dijiste— sus ojos lo miran como si le hubiera ofrecido las lágrimas de David Browie en un frasco— Estoy tan orgulloso de ti ¡sí, sí, apoyo la noción, claramente menos mortal, vamos a robar esa espada!

 

Regulus mira a los dos alfas que empiezan a hablar muy rápido sobre su “maravilloso plan”, luego mira a Remus, quien por cierto se concentra más en comer su chocolate que en la conversación ante él, exasperado y este solo encoge los hombros sonriendo. Regulus suspira. 

 

—Está bien, esa es una idea razonable y creo que podríamos hacerlo— los alfas se callan y le prestan atención , antes de que Sirius diga algo Regulus termina su sentencia— además podríamos matar dos pájaros de un tiro ya que hay otro en la escuela, creo que es la diadema de Rowena Ravenclaw— se raspa la garganta— Vol-Tom me dijo que la robo y la escondió. 

 

Los chicos guardan silencio, Regulus aprieta sus dedos contra sí — Pero antes tenemos que destruir el diario y en ese caso yo seré quien invoque el fuego …

 

—Reg, yo— trata de decir su hermano. 

 

Regulus lo interrumpe— No, el diario es mio, ustedes pueden destruir los otros— mira firmemente los ojos de cada uno— pero el diario es mio y no puede seguir intacto, tengo que destruirlo ya. 

 

Otra vez todo cae en un silencio. Sirius parece incierto y Remus trata de quedarse al margen. Es James quien habla de nuevo: 

 

—Está bien Reg, lo que tú decidas— su voz es cálida y en el fondo del pecho de Regulus hay algo brillante. 

 

Sirius mira entre ambos y deja a un lado su rabieta. Deciden dejar el plan para mañana, y siguen hablando de otras cosas, Sirius prepara la cena. Remus contacta a Lily y le dice a Regulus que Pandora la hizo ver el color azul por primera vez. Regulus sonríe y se deja preguntar por los demás, por los que quedan. 

 

La nieve cubre todo. Es brillante como eso en su pecho. James le da una taza de té y se sienta frente a él; pies rozando y miradas cruzadas. Una que otra sonrisa e historias de la infancia. 

 

En su pecho la cosa brillante grita: alfa alfa alfa. 

 

 

Deciden ir a un lugar más despejado, para no tener riesgos de ocasionar un incendio forestal, Reggie, por favor, piensa en el ecosistema. 

 

—Los Prewett traían aquí a los dragones— menciona James cuando se aparecen en un páramo seco. Regulus asiente y saca su varita. Remus y Sirius crean protecciones alrededor, para que nadie entre y nada salga. James coloca el diario en el piso frente a Regulus. 

 

Con el diario frente a él puede sentir ese peso grumoso en su mente. La tinta chorreante de cada hoja, como si este mismo lo anticipará, como si lo retara. 

 

Hueles diferente. Una bonita perra omega. 

 

Veamos que tanto quemas.

 

Listo Reg, cuando quieras— le dice Sirius mientras se coloca a su lado con varita en mano. 

 

Regulus sigue mirando el diario, la delgada varita en sus manos lo mantiene anclado. 

 

Cierra los ojos y conecta con su núcleo. Cierra los ojos y lo siente. 

 

La magia oscura es pura pasión, es sentimiento, crudo y agudo sentir— su madre giraba su varita entre los dedos— sino lo sienten, no tiene efecto … ¡AVADA KEDAVRA!— gritaba y un rayo verde lo alcanzaba y lo lanzaba hasta el fondo, Sirius corría hacia él pálido. La madre los miraba como si nada — ¿Ven? No lo sentí, así que no te ocurrió nada, no quería que murieras cariño. 

 

La magia corre por su cuerpo en un torrente de energía. Fuego, llamas, brasas de carbón espeso. 

 

—Pestis Incendium— susurra aún con los ojos cerrados. Su hermano jadea a su lado. Regulus no abre los ojos. 

 

Es bonito— dice el hombre— mira ese culo, si tan solo no fuera un … lo llenaría de mis cachorros. 

 

Controla el fuego con su muñeca, apenas una corriente caliente, necesita más, más, más, no es suficiente. Necesita que sea abrasador. Sofocante. Necesita que Tom se ahogue en su propia tinta y …

 

El diario se abre en ese momento y un montón de liquido negro gotea, se hace brumoso. Sirius dice su nombre, Remus alza su varita y James … James 

 

La voz alfa, alfa, alfa … omega, omega, omega com- … Regulus no abre los ojos. 

 

En la cueva Regulus se ahogó con agua y una poción, con los recuerdos y su propia sangre escurridiza. Con su lengua mientras Kreacher le abría la boca y metía más de ese líquido que llamaba a las voces y los errores. A cadáveres sofocantes y violaciones personales. 

 

Regulus se ahogó cuando él decidió que quería reclamar otros lugares. Más de él. Regulus se ahogó mientras el agua entraba en sus pulmones y él gritaba. Se ahogó con feromonas y gritos. 

 

Se ahogó. Sigue ahogándose.  

 

Tom lo hundía en las mantas, en dientes afilados. Tom 

 

Tom nunca hacía nudos. 

 

A veces Regulus sueña. Sueña que él se ahoga y no logra respirar. Que Tom rasca al aire mientras todas las partes de su alma lo cortan, golpean, ahorcan y lo hacen sangrar mientras mira hacia arriba y lo único que hay es fuego. 

 

Fuego y una varita que pertenece a un omega. 

 

Regulus sueña, sueña que lo ve una vez más y no es más que un cuerpo sin aire. 

 

Regulus abre los ojos y un águila de fuego se presenta ante él cuando una serpiente … un basilisco se acerca y ambos chocan. Las alas del águila detienen al basilisco y su pico va directo a los ojos. El fuego salta junto con la tinta oscura y Regulus mantiene su varita arriba mientras todo su núcleo es drenado, pero sigue sin ser, sigue sin ser … un  joven que ahora es hombre lo ve al lado del diario y sonríe. Regulus no quiere más que gritar. Regulus quiere hacerlo arder. 

 

Quiere que esto termine y él salga de su cuerpo y ya no tenga que vivir así, así. Quiere dejar, quiere gritar y eso es lo que hace mientras el agua entra en sus pulmones y él sale. 

 

Su grito le rasga la garganta y casi puede saborear el sabor de la sangre, su varita tiembla en su mano y su águila, su águila …

 

Tom, el diario, jadea sin aire mientras su águila picotea y consume al basilisco. Luego lo mira a él y Regulus, su águila, lo ahoga con el humo y el diario queda hecho cenizas. Regulus sonríe y baja su varita, su águila se esfuma. 

 

Logra respirar un poco antes de que todo se vuelva oscuro. 

 

Cuando despierta es James quien sostiene su mano. 

 

 

El plan es fácil, es entrar y salir, es fácil, “los merodeadores” (como el grupo de su hermano, fatídicamente, se hace llamar) le dicen que es pan comido. Que es fácil y lo es. Masomenos. 

 

Remus habla con la Dama Gris y a regañadientes ella le dice dónde buscar, la habitación que viene y va se encuentra en el séptimo piso, por lo que se separan, Regulus le dice a Sirius que irá con Remus y que ellos vayan a la la oficina de Dumbledore, Sirius asiente y se va con James, que antes toma su mano y la aprieta. Con ello, Remus y Regulus se encuentran corriendo al séptimo piso. 

 

Regulus se deja confiar en los reflejos de hombre lobo (no es que Remus sepa que él lo sabe, pero asume que es válido ya que Regulus apenas se enteró esta mañana luego de un juego de palabras no muy brillante de su … de James, además de que se nota que su cuñado no quiere que lo sepa) para permitirse disfrutar de este sueño vivido

 

Hogwarts es … bueno, Hogwarts es doloroso para él , fue lo primero que se le quito, su primer sueño. Hogwarts es fantástico e irónicamente peligroso si las escaleras, las puertas engañosas y los muros traviesos tienen algo que decir, sin embargo sigue siendo, sigue siendo mágico . Un cuento de hadas. Hogwarts es hermoso. Remus los guía y Regulus no puede evitar sentir un poco de celos, porque se nota que conoce este lugar, que alguna vez fue su lugar. 

 

—Allí solíamos escondernos, Sirius y yo, antes de contarles a todos— dice Remus porque claramente lo aprendió a leer — Y allá una vez James y Peter lograron que las hadas colgaran flores de brillos para que cada persona que pasará recibiera una explosión de “moda”— frunce un poco el ceño— sin embargo fue Sirius quien realmente aprovecho esas flores. 

 

Regulus sonríe, porque sí, eso suena como su hermano. Remus sigue hablando de todo y Regulus casi puede imaginarlo. Sentirlo. Vivirlo. 

 

Llegan rápidamente a la sala y Remus comienza a caminar frente a la pared. Luego un par de puertas se marcan y ellos entran. 

 

—Nunca he estado aquí— dice Remus cuando entran. 

 

El lugar está lleno de baratijas, montañas y montañas de objetos. Regulus saca el anillo de su cuello—Sígueme—susurra mientras se deja guiar. 

 

La diadema se encuentra en una caja, es pequeña con una piedra diamante color azul. Bonita. La magia oscura es pesada a su alrededor. 

 

—Y aquí está— Regulus toma la diadema entre sus manos. Luego la mete en su bolso. 

 

—Entonces salgamos de aquí— dice Remus mientras camina y es en ese momento que Regulus nota la cojera y el pinchazo en el rostro de su cuñado. 

 

—Remus— dice y bueno, Regulus no sabe qué decir cuando el hombre se da la vuelta y —Tengo pociones para el dolor por si algún día las necesitas. 

 

Remus estrecha los ojos  — ¿Gracias? 

 

Regulus asiente — No hay de que, básicamente somos familia, ya sabes, cuñados. 

 

Remus sonríe con algo de sorpresa y asiente — Claro que lo somos. 

 

Cuando los dos hombres salen de la habitación no tienen tiempo de seguir adelante antes de que Sirius y James los tomen y aparezcan frente a un bosque que claramente no es Hogsmade. 

 

—¡Qué coño!…

 

—Tomaron el ministerio— lo calla Sirius mientras transpira. 

 

—¿Qué? ¿Cómo?

 

—No lo sé, joder yo … 


Los dos hombres lucen pálidos, enfermos. 

—Tengo que contactar a Lily — dice Remus mientras se levanta y se va lejos. Todos siguen callados y saltan un poco cuando el hombre lobo grita ante una respuesta vacía. 

 

Al menos tienen una espada en un sombrero. 

 

 

—Se han ido— le dice un elfo a Albus Dumbledore que inmediatamente cierra las salas y defensas del castillo. 

 

—¿Has recibido algún mensaje Albus?— pregunta Minerva con las manos temblando alrededor de su taza de té. 

 

—No, no hay nada, sólo silencio— el director mira atentamente a su fénix que ahora es una pequeña cría— puro y blanco silencio— repite y suspira mientras se da la vuelta para ver a la profesora— Disfrute ese té Minerva, porque no habrá placeres así en un tiempo. 

 

—¿A qué se refiere?

 

—Cerramos las puertas, nada entra y nada sale del castillo hasta que ellos traigan los Horrocruxes— un brillo resplandece en sus ojos— Ni siquiera Tom mataría a los hijos de sus seguidores y ahora esa es nuestra única ventaja contra ellos. 

 

—¿Vas a usarlos como escudo Albus, como carnada?— la voz de Minerva tiembla. 

 

Dombuldore le quita la mirada de encima y vuelve a ver a su fénix recién renacido. 

 

—Si es necesario se hará, por ahora debemos resistir. 

 

 



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