
Clases matutinas, teorías y resultados
A Lucian le gustaría decir que despertó gracias al sonido de una criatura marina (el calamar gigante) que frecuentemente se asomaba por la ventana para sobresaltar a los estudiantes desprevenidos. Se arregló de manera impecable y salió dispuesto a enfrentar su destino incierto. No hay había tiempo para deprimirse, es mejor aceptar y adaptarse, pero la realidad es cruel en muchas ocasiones. En primera instancia, ni siquiera pudo conciliar el sueño, las pesadillas inundaron mente apenas cerró los ojos; sus secretos eran tan extensos como sus temores y estos afligían su ser.
Lucian se rindió después de intentarlo por varias horas por lo que aprovecho el tiempo para revisar el baúl que se encontraba al costado de su mesa de noche. Desde pergaminos hasta cajas de golosinas a medio abrir se hallaban dentro, Lucian saco lo que parecía ser unos diarios y reviso uno con curiosidad.
Diario mío:
Hoy asistí a la fiesta de cumpleaños de Pansy. Tenía un horrible vestido color rosa y un peinado ridículo, por supuesto como el buen amigo que soy se lo dije en la cara, sin embargo, ella se molestó y se fue corriendo. Así que para apaciguarla la hice volar por los aires, fue muy divertido ver como giraba, hasta el vestido se le inflo como globo, pensé que ella se alegraría pero ahora esta llorosa y mi madre me esta dando esa mirada de nuevo. Al parecer hice algo mal pero no entiendo lo que hice, solo quería hacerla sonreír pero al parecer malogre su día especial…
8-9-86
Querido diario:
Conocí a un niño moreno llamado Blaise Zabini pero no me cayó bien, es demasiado presuntuoso y encima se atrevió a confundirme con una niña solo porque tengo el cabello largo. Theodore Nott, el hijo de un amigo de mi padre, a quien también lo confundieron. Se enfureció y le reclamo a ese inculto que lo que usaba no era un vestido sino una bata larga. Como venganza le pusimos extra picante a su almuerzo con la ayuda de Dobby, él luego nos hizo una broma y nos cambió el color del cabello a rojo, aunque según mi mamá fue magia accidental. Peleamos en el jardín, fingiendo que era un duelo de magos. Al final de la tarde nos hicimos aliados después de eso. Pansy, todo el tiempo, se estuvo burlando de nosotros y entre todos hicimos la promesa que no íbamos a volver a mencionar este día.
23-5-87
Mi Diario:
Hace unos días, me distraje con los botones brillantes del ascensor y me separe de mi padre dentro del Ministerio de Magia, ni siquiera sé cómo llegue al Departamento de Cooperación Magia Internacional pero me termino encantando la experiencia creo que en un futuro me veo trabajando como funcionario exterior. Lo que no fue tan bueno fue la reprimenda que me dio mi padre, me advirtió que no volviera a hacer algo similar o no me volvería a llegar con él. Mi madre también tuvo unas palabras conmigo pero me aseguro que era más por preocupación que por verdadero enojo. Ella aseguro que mi padre estaba angustiado por mí cuando se dio cuenta que no estaba con él, dice que no tome a pecho lo que me recrimino mi padre y que debo entender que los Malfoy no son buenos para expresar emociones. A veces me preguntó si yo herede ese defecto.
15-8-87
Diario atesorado:
Mi padre se reunirá con el Señor Nott y otro aliado en la mansión Nott por lo que yo me quedare con Theo en otro salón. Al menos nos divertiremos con el nuevo juego de pociones que me regalo Severus la semana pasada, lo increíble es que esta es una edición exclusiva que incluye un manual práctico de instrucciones reales escritas por mi padrino.
23-4-88
Mi escrito:
Hoy madre me enseño el significado de las flores que se cultivan en el jardín. Al principio fue aburrido pero creo que al final ya entiendo un poco más sobre el lenguaje floral. El narciso es mi favorito, aunque creo que eso ya es obvio.
4-6-88
Oh, diario secreto:
No aguante la curiosidad y baje a las mazmorras, el lugar prohibido dentro de la mansión, ahí el ambiente se siente muy asfixiante y me genera una sensación nauseabunda. Hay olores extraños, oscuridad y muchas rejas que crujen. Da algo de miedo pero no tanto como cuando mis padres se enojan conmigo.
17-9-88
Diario deseado:
Lamento no escribir antes, me encontraba indispuesto. Hace una semana me ocurrió algo extraño. Como acostumbro últimamente, pasee por los jardines hasta llegar al estanque de nenúfares favorito de mi madre y disfrutar del refrescante ambiente en esta ola de calor. Todo estaba bien hasta que se me ocurrió acercarme a la orilla, desde ahí no recuerdo muy bien pero creo que me resbale con las piedras circundantes, no recuerdo nada más. Cuando desperté estaba en mi habitación, mis padres me miraban con preocupación, realmente parecían alarmados pero eso no fue lo raro. Al parecer mis padres me encontraron inconsciente al comienzo de las escaleras, según ellos, debo haberme resbalado con la alfombra al bajar deprisa. Eso me desconcertó mucho, estoy casi seguro de haber sentido el agua fría del estanque empapar mis túnicas. Creo que ahora le tengo algo de miedo a las masas de agua.
24-11-88
Oh, diario, ¿Qué hago?:
No sé qué me está pasando, creo que estoy empezando a delirar por la falta de sueño. ¿Te puedes volver loco a los casi nueve años? Estoy teniendo sueños inquietantes sobre lugares que nunca antes había visitado, a veces creo que las personas dentro de ellos me pueden ver y saben que yo no pertenezco ahí.
19-03-89
Mi nuevo confidente escrito:
Mi magia esta inestable. Mis padres están pensando seriamente en llamar a un medimago especialista para que siga mi caso. Estoy asustado, no quiero perder mi magia. No quiero ser un squib o peor, tener que vivir como un muggle. Espero que todo se solucione pronto.
30-5-89
Mi único amigo por ahora:
Me pelee con los niños que por ahora no llamare amigos. Dicen que estoy actuando extraño pero yo no lo creo. Es solo que estoy madurando y ellos no, por lo que sienten celos de mí y por eso me dicen tonterías. El único que sigue teniendo mi favor es Theo; él es tan callado y tranquilo que lamentablemente no tengo nada que reprocharle.
13-8-89
Diario tan entrañable:
Me tomare un tiempo para concentrarme en mis deberes, he abarrado un nuevo interés al arte. Mi padre no está muy contento pero madre está encantada.
26-10-89
Escrito atesorado:
He mejorado mis habilidades sociales, mi padre está complacido de que este formando relaciones con los otros herederos de las familias que él aprueba. Lo diré aquí pero los Crabbe no me gustan mucho, siempre son duros al hablar y tienen el lenguaje de un plebeyo, espero que mi padre no se le ocurra asociarme con ellos.
2-5-90
Odio esto:
Mi padre me volvió a castigar, odio cuando me mira de manera condescendiente. Ser perfecto es lo que un Malfoy debe ser y al parecer yo no alcanzo la expectativa…me siento extraño…odio decepcionar...realmente lo odio.
21-6-90
Confieso esto, diario:
Mis padres me quieren mucho, eso lo sé. Mi madre siempre lo dice y yo no tengo duda de ello pero no tengo la misma certeza con mi padre….yo…él quemo mi libreta de dibujos…me esforcé tanto…quiero llorar pero los Malfoy no lloran…también quiero odiarlo y eso me aterra…
2-7-90
Oh, escrito:
Mi madre y yo hablamos, realmente me dio buenos consejos:
No dejes ver que te hirieron…
No dejes ver tus emociones…
Se lo que ellos esperan que seas….
No aceptes que nadie te juzgue por sobrevivir…
Nunca muestres lo que realmente eres…
15-9-90
Diario solo mío:
Otra vez no escribí por un largo tiempo pues ahora tengo nuevas responsabilidades que cumplir. Pronto cumpliré once años y estoy emocionado no solo por el regalo que me prometió mi padre sino por mi carta de Hogwarts. Ojala el búho llegue temprano, cuento los días para conocer a Harry Potter y hacerme su amigo.
29-4-91
Hasta pronto, diario:
Es posible que ya no pueda escribir más ya que pronto iré a Hogwarts y estaré muy ocupado, pero lo intentare. Tal vez hasta cree una sección solo de mis experiencias dentro del colegio, eso sería genial…nos vemos….espero ser clasificado a Slytherin como mis padres.
27-8-91
No había más entradas. Lucian volvió a colocar el diario en su lugar con una sensación inquietante. Miro de reojo a los adicionales antes de hacerlo lo mismo. Más tarde se enfocaría en ello, no quería abrir una caja de Pandora antes de tiempo. Eso lo hacía más real, a un paso más de aceptar su actual situación.
Tal vez una ducha me ayude —pensó.
Minutos después, Lucian siseó ante el contacto del agua helada contra su piel, agarró uno de los tantos envases de champú y lo restregó en su cuero cabelludo, amasando suavemente los mechones de cabello. La ducha se llenó de olor a hierbabuena y menta.
—Maldición —dijo al leer la etiqueta en la parte posterior que decía: Propiedad de Theo, no tocar sin su expreso consentimiento.
Puso los ojos en blanco y volvió a color el producto en su lugar. La próxima vez que agarro un complemento de aseo, revisó las etiquetas que tuvieran su nombre en él.
Eran cerca de las seis de la mañana cuando terminó de cambiarse, el uniforme estaba hecho a la medida: era ligero y práctico. Sus zapatos lustrados, su camisa planchada, un buen nudo en la corbata y el cabello peinado a los lados, cayendo de forma natural. Lucian asintió a su reflejo con aprobación.
Blaise roncaba en una de las camas, mientras Theodore se preparaba para bañarse. Lucian se tomó su tiempo para ordenar los materiales y pergaminos que necesitaría para la clase de hoy, todos bien administrados en su bolso.
Nunca pensé que volvería al colegio, mucho menos a uno mágico.
Con el chirrido de la puerta como advertencia, Pansy entró a la habitación, campante y ya arreglada. Por el ruido Blaise se despertó con un sobresalto, por poco no se cae de la cama. El niño miro ceñudo, aún con rastros de sueño, a su amiga. Fue al mismo tiempo que Theodore salió con el uniforme puesto y una toalla encima de sus hombros.
—Buenos días, Pansy —dijo mientras atravesaba la habitación.
—Días, Theo, Draco, Blaise —ella saludo a cada uno—. Los espero afuera, no falten —gritó Pansy antes de retirarse.
— ¿Siempre hace eso? —Lucian preguntó, abrochando los últimos botones de su túnica exterior.
—Cuando aprenda un hechizo para mantenerla afuera, será el día más feliz de mi vida. —refunfuño Blaise dirigiéndose al baño. Arrastraba su bata de dormir, los soplones en su camisa revoloteaban con ánimo— No me esperen.
Lucian y Theodore, se despidieron y cada uno agarró sus bolsos para emprender el primer viaje de la mañana. No hablaron en todo el camino al Gran Comedor, ninguno de ellos era un gran conversador, en primer lugar. A Lucian no le incomodó el silencio, más bien estuvo atento a que su compañero no se chocara con algún obstáculo. Le intrigo el hecho de que Theodore no necesitara su orientación, esquivaba a los pocos alumnos madrugadores como si no existieran, parecía tener buenos reflejos para no tropezarse en las escaleras. Todo mientras estaba ensimismado en su lectura.
Nott posee habilidad una buena orientación espacial. Es útil en varias circunstancias —analizo Lucian—, le dará ventaja en los duelos.
Se sentaron en una de las esquinas más alejadas de la mesa. Theodore frunció el ceño ante la multitud de estudiantes que se aglomeraban ruidosos en las otras mesas. Lucian no protestó, a él también le incomodaba estar rodeado de muchas personas.
Debo cultivar una relación con cada uno de ellos; conocer sus habilidades, cursos destacables, contactos, estrategias y debilidades. Personalidades, sueños, ideologías y temores. Es primordial tener está información para explotar sus utilidades.
Lucian se sirvió un emparedado de jamón y queso y un vaso de agua mineral, Theodore sin quitarle la vista completamente a su libro, agarró un plato de ensalada, pan integral y se sirvió un vaso de manzanilla. Pansy se acomodó frente suyo, junto a una chica de su mismo año. Por el rabillo del ojo, Lucian analizó sus rasgos y concluyó que era Daphne Greengrass. Blaise llegó veinte minutos después alegando que se había demorado por no encontrar su libro de pociones.
—Blaise, siempre te he dicho que alistes tus útiles antes de acostarte —regaño Pansy mientras el niño degustaba su postre de arándano—, y no comas tan rápido, ya te he dicho: no dulces en el desayuno —ella arrugo la nariz con disgusto.
—No funciono si no tengo azúcar en mi sistema
Blaise rodó los ojos molesto e ignorándola, se sirvió otra porción.
— ¿Acaso quieres que me duerma en clase? —acuso de mal humor.
Pansy lo miró fijamente y cuando estuvo a punto de volver a hablar, Greengrass llamó su atención. Lucian bebió un sorbo de agua y observó la conversación, desinteresado. Sinceramente, tenía más curiosidad de saber lo que estaba leyendo Theodore. La respuesta llegó por sí sola cuando se prepararon para ir a su primer turno.
—Bien, ya entiendo cómo preparar la poción curadora de hoy. —comentó luego de voltear una intersección de pasillo— Zygmunt Budge realmente hace un énfasis en girar suavemente, cinco veces en secuencia, a las agujas del reloj, la poción explotaría de otro modo si se agitan las espinas de shrake.
— ¿Quién?, o mejor dicho ¿Has estado leyendo un libro de pociones desde que te despertaste? —exclamó Blaise asombrado, deteniéndose por un momento— Merlín, debiste ir a Ravenclaw.
—No tengo que ser un Ravenclaw para disfrutar de un buen libro por la mañana —objeto Theo, sin detenerse— .Además, si estoy al día, ustedes no tendrán muchos problemas en clases.
Blaise ya no comento. Pansy y Lucian retrocedieron un poco.
—A Blaise le encanta discutir con cualquiera al empezar el día —Pansy susurró con fastidio—, odia levantarse temprano y se pone de mal humor el resto del día si nadie lo detiene.
— ¿Crees que ya se calmó?, lamento decirlo, pero no tengo el mejor de los ánimos para aguantar sus arrebatos —comento sin expresión. Pansy se rio a su lado.
—Theo ya lo apaciguo, Blaise se molesta rápido, pero también se calma al mismo tiempo.
Lucian asintió. No tenía paciencia ni la voluntad para aguantar discusiones.
Si Lucian pensó que no podía haber problemas, ahora se corrige.
La explosión al otro lado del aula lo sobresaltó por ser la primera vez que lo escuchaba. Al parecer Longbottom se las ingenió para convertir el caldero de uno de sus compañeros, cree que Finnigan, en una cosa horrorosa que esparce líquidos ácidos y otros fluidos que ocasionan quemaduras y pus en sus víctimas, según pudo verificar al verlo llorando por las lesiones.
El grito de Snape sacudió todo el salón, haciendo vibrar las ventanas.
—Señor Finnigan, acompañe al señor Longbottom a la enfermería —proclamó con autoridad, su rostro pétreo recorrió el lado izquierdo—, y menos veinte puntos a Gryffindor por incompetencia. Sin quejas. —añadió ante los bufidos y alaridos de los taciturnos alumnos de la casa afectada.
Lucian contempló el lastimero escenario sin interés, rodando los ojos, continuó su trabajo, procurando hacer su poción lo más rápido posible. Theodore, su compañero de mesa, vigiló sus movimientos de cerca. El niño se encargó de verificar que sus ingredientes estuvieran bien cortados y dispuestos para arrojarlos al caldero en el orden correcto, contó en susurros el número de vueltas exactos y los tiempos determinados para cada proceso. Lucian atendió a cada una de sus indicaciones, y tan concentrado estaba que no notó una mirada que perseverante lo observaba desde el otro lado del salón.
Al terminar la poción, la colocó cuidadosamente en uno de los tubos de muestra y procedió a entregarlo al profesor Snape para luego volver a su asiento. En la mesa de adelante, Greengrass y Pansy se las arreglaban para agregar el último ingrediente de su poción: espinas de puercoespín. La poción de Crabbe y Goyle, por el contario, parecía estar a punto de sufrir el mismo destino que el de Longbottom; Blaise, que era el más próximo a ellos, alejó su trabajo del burbujeante caldero que parecía a punto de explotar.
Cuando sonó la campana y los alumnos ya se habían retirado, Lucian junto a Blaise y Pansy se dirigieron hasta el escritorio de Snape, quien les preguntó la causa de sus falta anterior. Así que modificando la verdad, los niños le respondieron sobre algunos deberes atrasados de historia mágica que olvidaron realizar. Para nada convencido, el profesor les dicto una advertencia y los dejó partir, entregándoles una justificación para su siguiente clase. Los tres alumnos asintieron, y con Theodore reagrupándose, se encaminaron a su próxima clase.
—Sí que nos libramos de esta, ¿no? —Blaise comentó mientras adoptaba un estilo más libre, con los brazos cruzados hacia atrás y dando breves saltos.
Theo levantó una ceja, interrogante.
—Si sabes que el profesor Snape no les creyó, ¿verdad?
—Nos dejó ir, por poco —mencionó Pansy mirando a Blaise con seriedad, quien tuvo el descaro de sonreír— Por cierto, ¿Qué nos toca ahora?
—Transformaciones con la profesora McGonagall —informó Lucian revisando el horario, antes de acelerar el paso.
Al ingresar al salón, los alumnos ya estaban practican con una especie de cerillas. No queriendo atrasarse más, los cuatro se inclinaron delante de un gato atigrado con marcas alrededor de los ojos, quien volvió a su forma original, presentándose como la profesora y recibiendo la justificación. Ella les explicó la actividad que debían realizar y procedió a dar una rápida demostración para luego retirarse cuando escucho el llamado de una alumna de Ravenclaw.
—Me fascina su trasformación —confeso Blaise con un alarido emocionado—, algún día quiero intentar convertirme en animago.
—Tal vez puedas —acoto Theo, sacando un pergamino de su bolso— por ahora, concéntrate en la actividad.
Blaise y Pansy, compañeros de escritorio, se enfrascaron en una conversación sobre los animagos. Lucian, al lado de Theodore, analizó las instrucciones de la profesora.
La magia se basa en la capacidad de imaginación, si deseo convertir cerillas en agujas debo recrear la imagen mental lo más exacta posible. La concentración, el peso corporal, el poder mágico y la crueldad son factores a tomar en cuenta.
Lucian multiplicó las cerillas con un discreto Geminio como precaución y empezó a mentalizar la imagen: agujas por cerillas.
Las palabras tienen poder, el poder es magia…
—Recrea —anunció con un movimiento preciso de varita.
La satisfacción no llegó de la manera esperada; las cerillas se derritieron como plata líquida antes de adoptar la forma de agujas. Lucian observó todo el proceso, mitad fascinado mitad consternado.
No debía ocurrir eso, la trasformación tiene que ser directa y no progresiva de un estado a otro.
Lucian de pronto tuvo una epifanía:
Es por mi mentalidad, estoy acostumbrado a ver el cambio de un objeto a través de los procesos químicos y biológicos, mi mente naturalmente pensó en la fundición del metal, pues es lo sensato si quieres pensar en moldear otra forma. La magia, sin embargo, no tiene razón. Los cambios no son progresivos, sino precisos y naturales sin inclinación por las leyes universales.
Lucian anotó sus observaciones en el pergamino antes de desplazar las cerillas trasformadas. Tomó una de la sección de Theodore y volvió a experimentar.
Lo intentaré de nuevo, esta vez no pensaré en el proceso sino en el resultado.
—Recrea —pronunció, esta vez la cerilla adoptó la forma de una aguja luego de unos segundos.
Lucian era un perfeccionista, algo que era tanto una virtud como un defecto. Debía probar algo más extenuante. Agarró otra cerilla y la imaginó convertida en una daga de bronce.
—Recrea —susurró con expectativa; la cerilla se deformó en una cosa larga con punta. Parecía tener la apariencia de una daga superficialmente y el color no era exacto.
—Draco
Lucian agarró otra cerilla, esta vez se concentró en convertirla en un bastón de madera largo. En cuestión de segundos, la cerilla se amoldó a una forma más larga y ondulada en la punta.
—Draco
Al parecer la trasformación es más sencilla en objetos de similar forma, material y peso —escribió la teoría en el pergamino. ¿Será más complicado pasar de un objeto inanimado a uno vivo?
Estaba a punto de agarrar otra cerilla cuando una mano en su muñeca lo detuvo en seco. Al voltear dio con la expresión cautelosa de Theo, quien miraba de él a su trabajo.
— ¿Y bien?, ¿No me soltarás? —espetó Lucian de mal humor.
Como interrumpen la inspiración de un proyecto, aún me falta comprobar mis resultados...
Theo frunció el ceño antes de soltarlo.
—Si quieres ponerte creativo, al menos no utilices mis materiales —comentó al ver las cerillas usadas de la mesa. No parecía molesto, sino curioso con la experimentación de Lucian.
— ¿Quieres intentar? —Lucian señaló su trabajo—Te puedo enseñar si me dejas usar tu Libro de Pociones.
Algo que se había dado cuenta al revisar su baúl esa mañana es que algunos libros obligatorios para sus clases no se encontraban entre sus pertenencias.
— ¿No juraste que te sabías hasta el más mínimo detalle de las pociones y que no necesitabas de los libros? —interrogó cruzándose de brazos.
— ¿Quieres que te explique o no? —cortó Lucian, volviendo a enfocar su atención en el reciente bastón trasfigurado.
Se escuchó un suspiro resignado a su lado.
—Antes poseías más paciencia —hablo reflexivamente, pero estuvo el resto de clase escuchando y comentando las teorías de Lucian sobre las trasformaciones.
Al final de la clase, ambos recibieron quince puntos a favor de Slytherin. De tal manera que entre clase y clase, el tiempo pasó volando y ahora tocaba ir a cenar.
Ingresaron al Gran comedor que tiene muy merecido su nombre por lo amplio y largo que es, repleto de un montón de niños y adolescentes, quienes contentos iban sentándose en la mesa de sus respectivas casas. Sin duda un lugar alegre y entretenido. Por esta razón, Lucian junto a los niños se sienta en la mesa de Slytherin, de tal manera que él queda en medio de Pansy y Blaise; Theodore a un costado de Crabbe y Goyle respectivamente. Como resultado, las conversaciones y risas llenan el salón.
— ¿Vas a seguir haciendo tarea? —preguntó Pansy mientras separaba una guarnición de pavo.
Lucian alejó su bebida de manzana de los pergaminos esparcidos de Theo, evitando futuros inconvenientes. Miro las perfectas anotaciones de Trasformaciones antes de asentir con aprobación: su explicación había sido comprendida.
—No es tarea, son hipótesis. —Theo agrupó a un lado su libreta de notas y empezó a redactar— A Draco se le ocurrió una idea interesante y quería analizarla adecuadamente.
Blaise dijo algo indescifrable mientras masticaba un pan con jamón. Lucian vio la desaprobación del grupo femenino cercano.
— ¿De qué se trata? —cuestionó terminando de un mordisco su emparedado.
—Los factores externos que determinan la trasformación de un objeto a un estado diferente. —contestó Lucian, alcanzando otro pedazo de pastel de limón— La llamada Metaformación.
—Oh, ya veo. Tiene sentido
— ¿No entendiste cierto?
—…. No
Al concluir la cena, Lucian y su sequito se levantaron rumbo a la sala común. Solo para guardar las apariencias, Lucian se despidió de Crabbe y Goyle, quienes se quedaron terminando su comida.
El destino no favoreció al grupo porque se encontraron con Potter y compañía. No sería exageración mencionar que ambos grupos se detuvieron al instante a la defensiva, o al menos la mayoría, pues Lucian solo miró por unos segundos a Harry Potter antes de seguir avanzando. Pasó con andar confiado entre el trío de niños que lo observaron atentamente. Ni un vistazo, ni una palabra, ni una mirada. No escuchó las palabras de Pansy ni las burlas de Blaise, más bien espero a que los pasos de sus compañeros se volvieran a reproducir antes de atravesar la entrada. Pero eso no sucedió, al menos en el corto plazo. Lucian, exasperado, volteó solo para presenciar la pelea ridícula que estaban armando los niños. Las insinuaciones y los insultos eran disparados a diestra y siniestra por ambos lados. Con un llamado, sus compañeros acudieron a él.
Si Lucian hubiera prestado más atención, podría haber evitado las consecuencias que ocasionaron su silencio.