
Chapter 4
Hizashi se quedó en el hospital luego de convencer a Shota de que volviera a casa y descansara, podía encargarse de Harry.
No paso mucho tiempo luego de que se fueran cuando el chico se movió torpemente en la cama, bajando la manta hasta sus hombros, el poco tiempo que paso ahí abajo fue suficiente para que su cabello se esponjara, incluso sucio como estaba.
Lo vio dormir pacíficamente, y por una vez verdaderamente tranquilo, sus facciones se podían ver mucho mejor así: sus labios agrietados y con un poco de sangre, la piel bronceada hacía que resalten las diminutas pecas que estaban esparcidas por su rostro, tenía ojeras oscuras, la cicatriz en su frente aún estaba roja; una de sus manos estaba descubierta y podía ver lo maltratada que estaba (las había tocado, pero su mente estaba en otro terreno en ese momento como para darse cuenta de como se sentían), uñas rotas y astilladas con algo de suciedad debajo de ellas, sus dedos y palma tenían pequeños cayos, la piel también parecía estirada y floja al mismo tiempo; en el dorso, lo que inmediatamente capto su atención fue una cicatriz, parecía bien cuidada por lo que se perdía fácilmente de la vista si no sabías lo que estabas buscando, casi lo ignoro pero tenía una forma extraña, parecían... Letras.
Se acercó un poco más para poder distinguir lo que decía, era difícil desde el ángulo en que estaba la mano, pero logró descifrar la escritura y le heló la sangre.
"No debo decir mentiras"
En una letra completamente legible, como si alguien hubiera usado un bisturí como lápiz y la piel como papel.
Pudo sentir la rabia crecer, pero no sabía como liberarla, también sintió tristeza e impotencia por no poder hacer nada por Harry, por no poder haber estado con el cuándo todo esto le sucedió; sabía que era ridículo, apenas conoció al chico hace menos de 2 horas pero le hacía doler el corazón.
Sin saber que más hacer o como sentirse, soltó un sollozo débil que rápidamente se convirtió en un llanto en toda regla, se tapó la boca con las manos intentando hacer el menor ruido posible.
Shota se frotó la cara exasperado, estaba intentando dormir, jura que lo hace, pero sus pensamientos no dejaban de llevarlo una y otra vez hacia Harry.
No somos iguales.
Esas palabras se repetían constantemente, por supuesto que no eran iguales, pero algo en esa declaración se siente mucho más profunda de lo que fue cuando lo dijo en el hospital.
Tenían un peso que no podía ubicar y eso le estaba carcomiendo el cerebro.
Sentía un peso en su estómago desde la primera vez que vio al niño y ese eso se hacía más grande con cada hora, minuto y segundo que pasaba. Lo que sea que signifique todo esto, sabe que, de alguna u otra forma, es algo que lo marcara.
Lo sintió con Oboro, lo sintió un par de veces durante sus patrullas al convertirse en profesional, lo sintió con uno de sus alumnos; tiene que estar atento, tiene que esforzarse por no fallarle a Harry como le fallo a ellos.
Lo juro.
Tsukauchi suspiro, estaba recostado en su silla mientras se masajeaba la sien, un dolor de cabeza está haciendo su aparición estelar.
Tan pronto como llego a la estación se comunicó con la embajada británica y les dio la poca información que tenían de Harry: nombre, un aparente rango de edad, ciudad natal y descripción física.
Lo que no espero es que la embajada le enviara un correo apenas una hora después diciendo que no habían encontrado referencias exactas, pero que tenían una lista de aproximaciones físicas de 83 jóvenes en el rango de edad y un poco mayores de la misma zona y alrededores.
Ahora estaba revisando cada uno de los perfiles y ninguno se parecía ni remotamente a Harry.
Será una larga tarde.
Harry abrió los ojos lentamente, la habitación estaba algo oscura, pero no demasiado, se sentó mirando la ventana.
Aun en el hospital, esto no era un sueño, de verdad está aquí.
—Hola, Harry— escucho la voz de Hizashi y giro la cabeza para poder verlo— ¿tienes hambre? No has comido nada aún, te traje un sándwich y un poco de agua.
Miro la comida lo más casualmente que pudo sin hacer una mueca, solo verlo le revolvía el estómago.
—Solo el agua, por favor— abrió la botella y tomo dos tragos antes de detenerse, tomo el tercero forzadamente para no escupirlo— gracias— dijo devolviéndolo.
El rubio lo miro intensamente, obviamente se dio cuenta de su esfuerzo por tragar, pero no dijo nada y estaba agradecido por eso; lo menos que quería ahora era una discusión sobre la buena alimentación como las que tenía con Hermione.
—¿Cuánto dormí? Está anocheciendo
—Unas 4 horas, estabas bastante cansado— Harry asintió dócilmente— tu doctora vino hace un tiempo, te reviso mientras dormías, dijo que estabas en condiciones de que te den el alta.
Su rostro prácticamente se iluminó, por fin lo dejarían salir.
—Genial, entonces— dijo pateando sus pies al borde de la cama— fue un gusto, realmente, pero tengo cosas que hacer y necesito…— Se detuvo cuando sintió que Hizashi lo tomaba por los hombros y lo empujaba de vuelta a la cama.
—Escucha— Hizashi dijo lentamente— no podemos dejarte ir solo, necesitas un tutor que te saque de aquí— Harry suspiro y lanzo los brazos hacia atrás para volver a caer en la cama— sabemos que no hay nadie que conozcas aquí en Japón y pensé que… Podrías venir con Shota y conmigo.
—Es muy amable de su parte Sr. Yamada— dijo mientras se apoyaba en sus codos— pero me temo que debo declinar, tengo cosas urgentes que hacer, ya perdí mucho tiempo, si no salgo de aquí quien sabe lo que les pasara a…— se detuvo abruptamente, ¿en serio estuvo a punto de decirle?
—¿Qué le pasara a quién?— se inclinó para volver a tomar sus manos, pero Harry se alejó— Tsukauchi es detective, yo y Sho somos héroes, por favor, no tienes que tener miedo, aunque creas que no podemos ayudar, tal vez podamos conseguir personas que sí.
—¿Qué me hiciste?— pregunto rápidamente— ¿Por qué no puedo mentirte?— entrecerró los ojos.
—No hice nada, lo prometo— se alejó un poco— muchos dicen lo mismo, Sho dice que es porque soy muy fácil de confiar, es un talento— dijo con una sonrisa.
—¿Por qué iba a ir con ustedes? ¿Viven juntos?
—Porque estamos preparados para lidiar con niños en tú misma situación, ambos estamos autorizados para ser cuidadores temporales en caso de que sea necesario— dijo lenta y claramente— en cuanto a lo segundo— lo único que hizo fue levantar la mano izquierda para mostrar su anillo.
—Están casados— dijo suavemente— eso explica la forma en que te miraba— el rubio solo sonrió.
—Por favor Harry, ven con nosotros— junto a sus manos sin darle tiempo a soltarse— mírame a los ojos y dime si miento— Harry miro sus ojos amarillos— mientras estemos a tu lado, te prometo que nada ni nadie podrá hacerte daño y si es que alguien que conoces también está en peligro, lo vamos a ayudar y los pondremos a salvo, cueste lo que cueste-podía sentir sus manos temblar— ¿Estoy mintiendo?
Harry negó con la cabeza lentamente, este hombre sonaba casi si no igual de protector que Sirius y Lupin; no pudo evitar el escalofrío que recorrió su espalda.
—Está bien— aunque le duela, esta seria su única oportunidad de salir de aquí; Hizashi solo sonrió.
Pasaron otras dos horas antes de que salieran del hospital, debían esperar a que Shota llegara con el auto y tuvieron que firmar algunos papeles.
Podía ver los edificios a través de la ventana del auto, debía admitirlo, el lugar era interesante; ya era de noche y las luces de los locales iluminaban las calles, como Hogsmeade pero más muggle.
Intento abrir la puerta, pero no paso nada (seguro de niños, por supuesto que sí), saco su varita del bolsillo y apunto a la cerradura de la puerta.
—Alohomora— dijo en voz baja y pudo escuchar un pequeño click de la puerta.
Escucho a Shota decir algo, pero no le presto atención y abrió la puerta para saltar; escucho un grito que rivalizaba fácilmente con el hechizo amplificador de Dumbledor, seguido del derrape de los neumáticos mientras caía al suelo. Se paró lo más rápido que pudo, ignorando el dolor en su brazo y la picazón en sus rodillas.
Tan pronto como el auto se detuvo, Shota salió disparado del asiento del conductor mientras le decía a Hizashi que los siguiera con el auto.
Había escuchado a Harry susurrar algo y luego un pequeño ruido proveniente de la puerta, estaba a punto de decirle que no se molestara en intentar abrirla, pero cuando empezó a hablar vio cómo se abría la puerta y Harry saltaba del auto. Piso el freno lo más rápido que pudo y fue tras de él, ¿por qué tenían que pasar por el área comercial?, había la suficiente gente como para perderse en la multitud.
Lo vio correr esquivando a las personas, debía admitir que era bueno en eso. Justo cuando estaba por pasar frente a una de las tiendas, alguien salió y terminaron chocando, solo fue su suerte que hubiera sido el chico problemático.
—¡MIDORIYA!— grito para que el chico lo escuchara, el niño giró la cabeza con los ojos bien abiertos— ¡Ve por él!— Midoriya vio a Harry volver a levantarse y correr; no tardo en seguirlo.
Podía ver los rayos de la peculiaridad de Midoriya entre la multitud y poco tiempo después pudo escuchar a Harry gritar "¡AVIS!", para que luego una bandada de aves saliera de la nada desde la punta de su palo, el otro chico tropezó sorprendido, pero no perdió el ritmo.
Luego de unas cuantas calles más, por fin pudieron atrapar a Harry.
—¿Por qué demonios saltaste de un auto en movimiento?— dijo Shota aturdido— podrías haberte roto algo, déjame ver.
Ambos chicos estaban en silencio mientras él revisaba el daño, unos pocos raspones y probablemente uno o dos moretones, pero nada más que eso, fue una suerte. Antes de que pudiera decir algo más, escucho un auto frenar detrás de ellos, se giró para ver que era el suyo.
—OH DIOS MÍO, HARry, ¡casi me das un infarto allá atrás! - Shota borró su peculiaridad antes de que quedaran sordos, Harry vio sorprendido mientras su cabello caía sobre sus hombros y sus ojos volvían a su color normal— nunca vuelvas a hacer eso ¿estás bien?... Oh, hola Midoriya— el niño lo saludo.
—Está bien, un poco raspado, pero bien— sus ojos se endurecieron— no puedes seguir haciendo eso, es la tercera vez que intentas escapar en menos de 24 horas— Harry gruño molesto— ¿crees que puedas darnos una mano? —dijo mirando al chico de pelo verde.
Midoriya asintió, llevó a Harry hasta el asiento trasero y se acomodó del otro lado. Estaba visualmente confundido, pero aun así se aseguró de que el otro no volviera a intentar abrir la puerta hasta llegar al complejo de apartamentos donde vivían, Hizashi manejaba esta vez, por lo que Shota pudo vigilarlos por el retrovisor todo el camino.
—Yo puedo encargarme de Harry, lleva al chico problemático a casa— dijo mientras bajaba del auto.
—Mm, sensei, no hace falta, puedo ir caminando— dijo tímidamente.
—No dejaremos que te vayas solo a casa a esta hora, es tarde y sé que no vives cerca de aquí— dijo el rubio girándose para ver al chico— te llevaré, de verdad, no es ninguna molestia.
Midoriya les agradeció a los dos mientras bajaba del auto para poder subirse en el asiento del acompañante, mientras Shota abría la puerta de Harry y lo ayudaba a bajar.
Shota llevó a Harry dentro del edificio luego de despedirse, sostuvo el brazo del chico todo el camino, desde la entrada hasta que estuvieron dentro del apartamento; lo guió hasta el sofá mientras se aseguraba de que todas las ventanas y la puerta estuvieran bloqueadas. Desde el pasillo pudo ver cómo los gatos se acercaban curiosos al niño, tomó una silla de la cocina y la llevó hasta la sala, cuando llegó al otro lado del sofá pudo ver a Harry levantar a Peludo en sus brazos.
—Eres idéntico a Crookshanks— lo escucho decir— apuesto 3 galeones a que ni siquiera Hermione los podrá diferenciar— lo volteo para sostenerlo como a un bebé y rascarle la panza, Shota estuvo a punto de advertirle que a Peludo no le gustaba eso, hasta que lo escucho ronronear, los miro a ambos sorprendido; ese gato intentaría sacarte un dedo o un ojo si solo acercabas la mano a su vientre, pero aquí estaba, ronroneando en júbilo absoluto mientras se estiraba en los brazos del chico.
¿Qué se supone que era un galeón? No importa, puede buscarlo después, ahora tenía algo más importante, un nombre: Hermione.
—Gato traidor— dijo con una sonrisa, Harry lo miró con superioridad.
—Parece que le agrado más de lo que tú le agradas— balanceo los pies felizmente.
—Se llama Peludo, el gris es Bean y el siamés es Trashy— el chico lo miró confundido— a Peludo lo adopte en el refugio, Zashi trajo a Bean, aún no sabíamos que nombre ponerle en ese momento, pero esa noche cuando estábamos preparando la cena, apenas abrimos la bolsa de frijoles empezó a maullar a todo pulmón hasta que le dimos un poco y termino por no gustarle— soltó una risa— a Trashy lo encontré en un contenedor de basura dentro de una bolsa cuando tenía a penas unos días— vio a Harry fruncir el ceño.
—Eso es horrible.
—Lo sé— dijo dejando caer los hombros— pero no hay mucho que podamos hacer, solo darles una vida digna a los que logramos rescatar— hubo un segundo de silencio— ¿Quién es Crookshanks? Dijiste que era idéntico a Peludo
—Es el gato de una amiga— sonrió— ese gato te pondrá la cola en la cara en cada oportunidad que tenga, también se la pasaba persiguiendo a Scabbers y a Trevor.
—¿Scabbers y Trevor?— pregunto, no pensó que lo único que se necesitaba para que el niño hablara eran animales a los que darle atención.
—Scabbers es-era la rata de Ron, cuando aún era una rata— la última parte fue un murmullo bajo, pero aun así logro entenderlo— y Trevor es el sapo de Neville— acarició a Trashy en la cabeza cuando se subió al sofá.
Ron y Neville.
—Qué extraña elección de mascotas— dijo alzando a Bean en su regazo— ¿qué hay de ti? ¿Tienes alguna mascota?
—Bueno, Hog-mi escuela tenía una lista extraña de animales que se permitían en el terreno, además, cada uno con sus gustos supongo— se removió un poco, dirigiéndose hasta la esquina más alejada de Shota— yo tengo una lechuza, se llama Hedwing.
Está bien, eso es un avance gigantesco, no debe arruinar esto ahora; tenía una parte del nombre de la escuela, tal vez pueda buscarla; intento parecer despreocupado, no quería que Harry dejara de hablar.
—¿Una lechuza?— pregunto.
—Sí, es una lechuza blanca, fue un regalo— dijo alegremente, bien— le encanta dormir en la parte más alta de la escuela, aunque siempre dormía en mi habitación cuando estaba triste, era como si lo supiera y no quisiera irse.
—Dicen que las mascotas sienten el estado de ánimo de sus dueños, es por eso que existen los animales de apoyo emocional— dijo tranquilamente.
—Supongo que tienes razón— dijo para luego quedarse en silencio.
Está bien, no fue una charla muy informativa, pero al menos tiene algunas cosas, no va a insistir en hablar más, sabe que solo hará que el chico se aleje. Miro el reloj de pared y se dio cuenta de que Hizashi ya debería estar en su camino de vuelta, tal vez prepare algo para cenar.
—Zashi ya debe estar volviendo, ¿por qué no vas a bañarte mientras preparo la cena?— Harry asintió y se levantó del sofá para seguirlo a través del pasillo hasta el baño— ¿tienes alguna preferencia o alergias?
—De hecho… No tengo hambre, comí algo antes— dijo nerviosamente.
—Niño, vi el sandwich que te dio Zashi y no le diste ni siquiera un mordisco, no has comido nada desde anoche— los labios de Harry se presionaron en una línea— ¿no te sientes bien?
—Yo…— salto un poco de un pie a otro— no me he estado sintiendo muy bien del estómago en los últimos días— dijo finalmente.
—Está bien, te prepararé algo liviano, no tienes que comerlo todo, solo un poco— lo vio moverse incómodo— entra, buscaré un poco de ropa para ti.
Una vez que Harry entro al baño, Shota fue hasta el armario de su habitación y consiguió un hoodie negro y un pantalón holgado azul, le quedarían grandes, pero es lo mejor que pudo encontrar.
Fue hasta el baño, toco la puerta y espero la confirmación de que podía entrar, dejo la ropa sobre la tapa del inodoro y fue hasta la cocina. Sobro un poco de comida italiana de la noche anterior, lo recalentaría para ellos, en cuanto a Harry; puso un poco de arroz a hervir, fue hasta uno de los gabinetes y busco un paquete de galletas de salvado.
Harry se miró al espejo luego de salir de la ducha y vestirse, utilizo un hechizo de secado en su cabello y estaba intentando alzarlo, debería cortárselo.
Salió del baño, pudo escuchar a Hizashi saludar a Shota, camino por el pasillo y se detuvo en la puerta de la cocina, los vio hablar un poco antes de que Hizashi se diera la vuelta y sus miradas se encontraron.
—Te ves mejor— sonrió— ven, siéntate, la cena ya está lista.
Se sentó en un extremo de la mesa y Shota puso un plato frente a él, miro el arroz y las galletas con miedo; no cree que pueda comerlos, pero si no lo intentaba, ellos no dejarían de insistir, además… Su aroma no estaba nada mal, jamás pensó que el arroz pudiera oler tan bien.
Los tres empezaron a comer, Harry podía sentir sus ojos sobre él mientras daba pequeños mordiscos a las galletas y comía un poco de arroz. Fueron apenas unos bocados en intervalos considerables, pero aun así ya podía sentir su estómago protestando; dejo los cubiertos en la mesa y soltó un pequeño gemido involuntario.
—¿Estás bien?— pregunto Shota mientas ambos se levantaban para ir a cada lado de él.
Negó rápidamente con la cabeza antes de pararse y acercarse hasta el basurero que vio en una esquina de la cocina, los adultos estaban a su lado apenas un segundo después; Hizashi apartando el cabello de su rostro, mientras que Shota frotaba suavemente su espalda. Las náuseas continuaron, sin embargo, no vomito nada, eso era nuevo.
—Eso es, respira, respira, estás bien— las manos del rubio acariciaban su cabello— ven, vamos a recostarte— ambos lo ayudaron a llegar hasta la habitación de invitados y lo recostaron en la cama.
—Al menos comiste un poco— dijo Shota antes de desaparecer por la puerta y volver un momento después con un vaso de agua y una pequeña caja.
Saco una botella de ella y la agito un poco antes de derramar unas cuantas gotas en una cuchara. Se sentó en el borde de la cama y le paso el vaso antes de acercar la cuchara a su boca; Harry se apartó.
—¿Qué es eso?— pregunto mirando el líquido blanco.
—Medicina para las náuseas y los malestares estomacales en general— apretó los labios, recuerda que la tía Petunia le había dado algo así cuando era más joven, recuerda que el sabor era igual o incluso más asqueroso que las pociones de la enfermería.
—Descuida, es sabor banana, bastante bueno en realidad— dijo Hizashi detrás de Shota.
Inseguro, tomo la cuchara de las manos del hombre y lo bebió rápidamente… de verdad sabía bien; bebió unos tragos del agua antes de dejar el vaso sobre la mesita de noche, los adultos le dijeron que si necesitaba algo estarían en el cuarto de al lado y luego se fueron.
Se acurrucó en la cama y cerro los ojos, la forma en que actuaban le recordó demasiado a como Sirius lo cuidaba cuando iba de visita al Grimmauld Place; vio que no tenían chimenea, espera que el fuego de la estufa sea suficiente como para intentar comunicarse con él.
De verdad le gustaría que su padrino estuviera aquí.
—Hermione, Ron y Neville... Sí... Empezaba por Hog y mencionó algo sobre su habitación, por lo que puede ser algún internado... También buscaré, dijo que se permitían animales extraños, él mismo dijo que tiene una lechuza... Sí, una lechuza blanca, no son comunes, quizás algún criador exótico... Si, claro, adiós— Hizashi vio a su esposo colgar el teléfono, le contó a Tsukauchi sobre lo que el niño le había dicho, tal vez eso ayudaría a encontrar más referencias sobre Harry.
—¿Dijiste lechuza blanca?— Shota asintió— no solo son raras, su habitad ni siquiera se encuentra en Inglaterra, si la consiguió de un criador, debió haber sido de forma internacional— el otro solo suspiro— tal vez deberíamos buscar primero la escuela, si es un internado será un poco más fácil de encontrar teniendo una parte del nombre, pero hay como 600 de esos en el país.
Ambos empezaron a buscar, pero cualquier escuela que encontraban con una coincidencia en el nombre o no era un internado o no permitían mascotas dentro de los dormitorios y si lo hacían, la lista de animales permitidos solo eran gatos, peces y pájaros pequeños.
Era una suerte que Shota no tuviera patrulla esta noche, por lo que no tenían la presión del tiempo, pero aun así, mañana era día escolar y no podían dejar al chico solo en casa; tal vez Hizashi podría conseguir que alguien lo remplace en su clase, sin embargo, ya era bastante tarde como para llamar y preguntar si alguien podría hacerlo.
De todos modos, debían prepararse para ir a la cama; se encargarán de los detalles mañana, pero el saber que Harry estaba bien y durmiendo era suficiente por ahora.