
Y ahí estaba, abriendo personalmente la puerta de la mansión frente a él. Quién hacía un mes no veía después de la reunión con los Weasley que terminó en una agitada pelea al ver de quién se trataba la persona con quién llevaba una relación. Pelea que concluyó con un ron hechizando a diestra y siniestra sin dejar insultar a su pareja y un reacio rubio que devolvía los hechizos sin contener su rabia. Y con él siendo dejado en la madriguera después de ser recriminado por su novio por no defenderlo de su pelirroja familia.
—Draco..—fue lo primero que salió de su boca al ver al rubio, con una camisa verde esmeralda que resaltaba lo pálido de su piel, tan elegante como la última vez que le vió.
—¿No deberías estar en el nido de las comadrejas, Potter?—interrogo alzando una ceja, demasiado tranquilo para su gusto.
—Tenemos que hablar Draco..
—¿De que? Yo creo que todo quedó claro—cruzo los brazos mientras de apoyaba en la entrada—Tu no piensas ni alzar un dedo cuando alguien me insulte— abrio la boca para contestar pero no pudo ni decir nada cuando le interrumpió— Y no, no necesito que me salves, se trata del respeto que al menos tú deberías haberme tenido por ser tu "pareja"
—¿Que querías que hiciera? ¿Que hechizara a todos los Weasley?—fruncio el ceño rápidamente.
—Esperaba que pidieras respeto para tu "novio"—bufo y se pasó la mano por la cara cansado— ¿Sabes que? No importa solo vete, tú presencia solo me estresa.
—¿Estresa?—pregunto ofendido— ¿Desde cuándo te provoca estrés ver a tu "novio"?
—Desde que mi "ex-novio"— enfatizó la palabra— viene a mi mansión a esperar quien sabe que.
—¿Ex-novio?— repito incrédulo.
—¿Vas a repetir todo lo que diga?— pregunto fastidiado— Si Potter, "EX"
—No puedes hacer eso—dijo con cara asustada— yo te amo.. y tú me amas
—No más de lo que me amo a mí—declaro serio mientras se veía las uñas.
—Esto no.. es un error—dijo confundido— si es por esconder nuestra relación.. Yo.. — titubeo — hablemos y vamos a arreglarlo— trato de convencer lo— y seremos felices...
—Aunque no lo creas Potter, y aunque tú maldito ego no te lo permita ver—mientras pronunciaba esas palabras iba dando golpes en su pecho con el dedo índice— ¡Yo realmente soy feliz sin tí!— pauso un momento tomando aire que había perdido al alzar la voz—De hecho entre más lejos estoy de tí soy más feliz, no tengo que temer por esconder una estúpida relación destinada al fracaso o tener que parecer lo suficientemente bueno para estar a tu lado, porque yo ya lo soy y no necesito demostrárselo al maldito mundo mágico porque Yo soy un Malfoy y los Malfoy no nos importa complacer a esos jodidos hipócritas y mucho menos a los Weasley— comenzó a respirar agitado por lo exaltado, paso una mano por su cabello viéndolo.
Mudo y perdiendo la esperanza inicial que tenía al llegar, no podía creer las duras palabras que oía de esos delicados labios que alguna vez fueron suyos. Pero no podía negar lo que le aseguraban esos decididos ojos grises, que esperaba mostrarán algún indicio de duda o sufrimiento, lo que sea que le dijera que mentía y aún le esperaba, que aún había algo que pudiera reparar.
—Eso es todo— afirmó Malfoy— Adiós Potter— fue lo último que dijo antes de cerrarle la puerta en la cara.