
Las cicatrices pueden doler
Quizá fue la tranquilidad de la mañana, el canto de los pájaros, el aroma a café o el hecho de no recibir la visita de algunos escuadrones de policía con la misión de capturarlos esa mañana, pero Roy se sentía tranquilo, casi eufórico por dentro, viendo el periódico.
A pesar de que el día anterior tuvo una entrevista semi improvisada con el director Dumbledore y se colaron en un evento de altos funcionarios, ese día se sentía con energía y más relajado de lo que se había permitido en un tiempo.
Incluso se permitió reír mientras desestimaron la resurrección de su terrorista, sorprendido de lo estúpidos que podían ser los magos ¿aunque quizá sería más para mantener la calma? quería pensar.
Decidió que bien podría tomar la falta de intentos de arresto como una señal para escribir al ministro, sacando un diario que tenía escrito William en la portada.
Se sigue desestimando la resurrección de Voldemort y se acusa a un chico de 14 años de mentir así como al profesor de su escuela.
¿Qué te hace pensar que no es mentira?
Uno es un niño y el otro un hombre tirando el prestigio ganado en toda una vida, es más fácil retractarse pero deciden no hacerlo… ¿por qué será?
Al no recibir respuesta decidió dejarlo por el momento, alzando su vista para encontrar a Hughes llegando a la mesa cansado.
“¿Buenas noticias?” cuestiona Hughes cayendo en la silla del comedor.
“¿No iremos a Azkabán por ahora?” afirma con ánimo y una sonrisa burlona.
“Suena bien” responde robando la taza de café que Roy tenía al lado de su periódico ante la mirada en blanco de su amigo, quien se resigna a la pérdida prematura de su bebida.
Roy suspira y mira hacia la calle a través de la ventana viendo a las personas sin capacidad mágica vivir tranquilamente, agradeciendo que decidieron rentar un lugar normal.
“¿cómo va tu teoría?” Pregunta Maes casual después de tomar la mitad del líquido de la taza en sus manos.
Recibiendo un suspiro acompañado de un gesto exagerado por Roy quien se deja caer en la silla con los brazos a los lados mientras mira al techo “necesito material, con lo que tengo ahora solo puedo provocar un rebote que genere lo que intentamos evitar” afirma con molestia.
“¿Aun con el conocimiento de la puerta?” dice ligeramente sorprendido alzando las cejas, con demasiada atención en él.
“Aun con eso” contesta incómodo ante la mirada penetrante y calculadora de Maes.
Ambos quedan en silencio antes de que Hughes declare con cuidado sus palabras “sabes, me he dado cuenta de que hay más que eso”.
“No necesariamente” interviene Roy con cierta rigidez, evitando mirarlo mientras devuelve su vista a la ventana.
“Entonces no es sobre el conocimiento… ¿Hay algo que me esté perdiendo?” pregunta gentil, viendo la incomodidad mal disimulada de su amigo.
El niega efusivo, frunciendo el ceño mientras sus manos se sujetan a la tela de su pantalón “no Hughes, solo no esperaba involucrarme en una transmutación humana”.
“no lo esperabas…” susurra Hughes con sospecha, preguntando con cautela “¿pero sabías que eras capaz?”.
“no pensaba hacerlo nunca” afirma sin dudar.
Maes lo mira, sabiendo de antemano eso, pero conociendo a su amigo al indagar sin clemencia “¿lo consideraste?”.
los dientes de roy se aprietan saliendo un silencioso y seco “quizá”.
la respiración de ambos es tensa, los engranajes en la cabeza de Hughes casi se pueden ver girar, estudiando cada palabra y movimiento de forma casi perturbadora.
“fue por mi” Afirma finalmente.
“...”
el silencio es todo lo que él necesita para confirmar antes de presionar contundente “te forzaron, pero eso no era lo mas fácil ¿Cuál fue el primer intento?”.
“... usar una piedra” contesta tenso cruzando sus brazos sin poder mantener su mirada firme contra los ojos de su amigo.
Hughes siente algo de culpa, pero sigue a sabiendas de lo delicado del tema, cansado de las evasivas recibidas desde que se involucraron en su situación actual “¿para usar con quien?”
Roy evade la pregunta con molestia, fastidiándose de su amigo obsesivo “¿por que seria en alguien?” dice enojado y cortante.
“de otra manera no lo harías… no fue Ed, ella tenía que estar viva y completa ¿Riza? ¿Havoc?” presiona Hughes viendo las manos de Roy tensarse en lo que parece un debate por incinerarlo o no.
“Hughes…” termina diciendo casi suplicante por olvidar el tema.
Maes considera detenerse de no ser que él ha visto la angustia experimentada a diario por el hombre frente a él “¿fue ella verdad? pero cuando te negaste te clavaron a un círculo de transmutación” él expresa preocupado.
Mustang da un ligero salto en su asiento, sorprendido cuestiona “¿cómo dedujiste eso?”
“Tus manos estaban heridas de una forma muy particular cuando llegamos a Alemania” Explica mirando las manos enguantadas de su compañero.
Él suspira, mirando molesto al piso contesta con recelo “... si, fue Riza”
“ella está…” insinúa Maes suavemente.
Siendo interrumpido de inmediato “viva”.
Se puede notar la tensión en la habitación, ambos hombres demasiado orgullosos y tercos intercambian miradas, las paredes imaginarias en los ojos de Roy compiten contra lo que parece un jodido ninja tratando de escalar y colarse en sus más profundos secretos e inseguridades.
“Menos mal, Roy, tienes que contarme, no te dejaré hasta saber todo” declaró contra él.
Sus labios se presionan en una línea y sus nudillos se ponen blancos bajo sus guantes apretando sus brazos “quizá deberías”.
El mira el gesto antes de expresar con pena sus palabras “es como con Ed ¿verdad?”.
El cerebro de su amigo parece detenerse, listo para tirarse por la ventana o hacer un berrinche ocultándose en el baño, respirando lentamente, como si de una presa tensa se tratara.
“¿Como que?” pregunta sin mirarlo, dejando de moverse.
“¿es por el poder?”
“…”
“Temes a tu nueva capacidad, no solo el conocimiento, también a las posibilidades e implicaciones ¿verdad?” declara Hughes, sin ningún indicio de reclamo o miedo.
El silencio se extiende mientras Roy lleva sus manos a cubrir sus ojos con ira y fastidio “solo… sí algún día yo…”
“No pasará” corta Maes.
La ira baña su voz, casi en un grito Roy intenta replicar mientras sus manos caen en la mesa y sus ojos muestran desesperación “PERO YO-”.
“NO, no, no sucederá, y sabes que no lo hará, por que es algo con lo que ya lidiabas y ahora tienes a muchas personas capaces de detenerte, si no lo hago yo, será riza o Al o evelyn” Señala con calma y convicción a su amigo, poniendo una mano en su hombro mientras la otra toma la taza que casi cae en su arrebato.
El silencio reinó un momento entre ambos, Roy busca en la mirada de su amigo, como un náufrago en busca de ayuda, su respiración es pesada y tarda en identificar lo que la mirada cálida de Maes le dice en silencio.
Puede ver lo que perdió, su guía, como si recién pudiera darse cuenta de que el esta ahí, sin ser producto de su imaginación, devolviéndolo a la realidad con solo estar ahí, por un momento no se siente como un monstruo sin control, se aferra al pensamiento hasta que el peso en su pecho se levanta lo suficiente para respirar.
“... gracias…” murmura, no solo a su amigo, casi como si agradeciera poder verlo vivo, estando a su lado, él agradece a la verdad (para su sorpresa), pero sobre todo, agradece que en ese momento, no se siente como si estuviera cayendo y fallando.
“para eso vivo”